para descubrir la causa, y poner remedio: la tierra es la misma, y en

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para descubrir la causa, y poner remedio: la tierra es la misma, y en la atmosfera no ha habido mutación notable. Se observa que un almendro , plantado en el
sitio donde murió otro , vive solamente hasta que empieza á fructificar, no obstante haber cavado la tierra antes de plantarlo. T a l vez las cavas debieran ser mas
profundas hasta extraer todas las raices del árbol muerto , y aun la tierra contigua
infecta. Sabemos que la raiz principal del almendro entra perpendicularmente en
la tierra, y que la sobrada dureza de esta y la humedad es nociva en extremo.
Deberá pues el cultivador atender á estas circunstancias para no emplear en vano
sus trabajos; y si el suelo rehusa los almendros, aprovecharlo en otras plantas útiles. L a diminución de almendra se ve ya recompensada por la seda, higos y algarrobas , que van siempre en aumento. Los frutos del término se regulan en 3 2 ®
arrobas de pasa , i6d
de higos, 2 5 0 0 de aceyte, 150© de algarrobas, 200 de
almendra mondada, 600 de hortalizas y legumbres, 1 5 $ cántaros de vino , 3 $ libras de seda , 4 1 5 0 cahíces de trigo, y otros granos, 4 5 0 de maíz , y buena porción de lana. Tal suma y riqueza repartida entre los vecinos, por lo común propietarios , produce la abundancia que reyna en el pueblo : los montes le proporcionan caza , y el mar pescados deliciosos: solo carece de aguas puras y delicadas,
viéndose precisado á beber la de pozos poco gratas, pero en nada perjudiciales
á la salud.
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Me habian ponderado las cuevas del cabo Martin, y para verlas hube
de embarcarme. A la sazón estaba el mar con menos tranquilidad que la ordinaria, y en vez de hacerlo en la ensenada de X á b e a , lo hice en la citada del cabo
N e g r e , caminando
antes
por la orilla del mar como una legua. V i sobre una loma
contigua á la playa la torre ó castillejo de la Fontana, donde había
antes dos
ca-
ñones , cuyas balas llegaban por el nordeste hasta la punta del cabo de San A n tonio , y por el sueste hasta la isleta que hay junto á la costa , defendiendo así enteramente la ensenada de X á b e a : los cañones estaban desmontados, rotas y sin
ruedas las cureñas. A l sur de la Fontana se conservan vestigios de lo que allí llaman Noria , que sirvió en otro tiempo para introducir las aguas del mar en canales , y guiarlas por estos á unas llanuras hondas, donde evaporadas se cristalizaba
la sal común. Noté que los largos sillares de que se formo el edificio estaban unidos entre sí por pedazos de piedra labrados á manera de cola de gabilan, y ajustados en las excavaciones hechas en las junturas de los sillares. Lejos de haber alterado el tiempo y la intemperie dicha unión, la han fortificado de modo , que todos aquellos sillares parecían un solo cuerpo, y sus junturas como líneas figuradas.
Son de piedra caliza, fuerte y porosa, parecida algún tanto á la piedra tosca que
veremos después en los baños de la Reyna. Hallé en la playa fragmentos redondeados de piedra pomes que sacó el movimiento del mar: unos eran fibrosos, otros
porosos y sin fibras , cuyos colores variaban del ceniciento al lila. Algo apartado de
las aguas en la arena suelta crece la campanilla soldanela, el cirpo puntiagudo, el
loto crético, el bunias cákile , el alhelí cano, llamado allí violera blanca, y otras
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