¿Qué opinan de Chile los extranjeros

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¿Qué opinan de Chile los extranjeros?
Autor: Poliarquía
“La gente está muy interesada en saber lo que opinamos los
extranjeros. Te preguntan: ¿Qué tal Chile? ¿Te gusta? Eso me indica
que el pueblo chileno de alguna forma está todavía buscando su
identidad”. (Annina Tuhkunen. Jyväskylä. Finlandia).
Los países suelen considerar las opiniones, puntos de vista,
juicios e impresiones de sus propios actores. Partidos políticos, grupos de
interés, medios masivos de comunicación y por supuesto la denominada
“opinión pública” o como se la llama actualmente, la expresión de la sociedad
civil, son el referente habitual de autoevaluación. Pero este intento de mirarse a
uno mismo generalmente deja de lado el aporte de los extranjeros residentes
en el país, siendo que las observaciones de “los otros” pueden contribuir a un
conocimiento más amplio del modo de ser chileno y en particular de su
comportamiento político y cívico.
El primer estudio nacional sobre cambios culturales en el país,
realizado por el Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de
Chile en conjunto con la empresa Adimark, al seleccionar la muestra de 2.042
entrevistados, no consideró la opinión de los extranjeros residentes de manera
temporal en el país. Si el propósito de este estudio es realizarlo anualmente
hasta el 2010, para llegar a determinar cómo son los chilenos del Bicentenario,
éste no estaría completo si no tiene en cuenta las opiniones de observadores
no comprometidos, como son los visitantes extranjeros. Pese a que podría
ocurrir que las observaciones aparezcan como arbitrarias, antojadizas o
circunstanciales, el valor de la opinión de “los otros”, durante su breve estadía
en Chile, se centra especialmente en el carácter comparativo de sus juicios y
perspectivas.
Los que están interesados en descubrir los rasgos propios de la
identidad chilena, quienes quieren comprender la evolución cultural por la que
ha pasado el “ser chileno” o aspiran a dar respuesta a esa ambiciosa pregunta
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de cómo somos los chilenos, no deberían dejar de incorporar la opinión de los
extranjeros en los restantes estudios que se harán de aquí al año del
Bicentenario. Como decía el escritor español Miguel de Unamuno: “Lo que
interesa es conocer a un pueblo por debajo de la historia, en su obscura vida
diaria y por debajo de toda literatura”.
Metodología del estudio
Residir como trabajador o estudiante en un país diferente al propio se ha
convertido en algo cada vez más común en el mundo globalizado. El tiempo de
permanencia es variable. En el caso de un estudiante universitario de
pregrado, su estadía nunca es inferior a un semestre; cuando el traslado
internacional es por razones de trabajo, los contratos casi nunca se firman por
menos de un año.
Chile y muy especialmente su capital, Santiago, no han estado ajenos al
fenómeno mundial de desplazamiento y residencia temporal de trabajadores y
de estudiantes universitarios provenientes de los lugares más remotos. En las
grandes ciudades del país es posible observar, cada vez con mayor frecuencia,
la presencia de ejecutivos españoles, norteamericanos, franceses, ingleses,
italianos o provenientes de países asiáticos, que se desempeñan en empresas
internacionales que tienen acá sus sedes locales o regionales para
Latinoamérica. También es habitual ver personas provenientes de países
vecinos, especialmente Perú y Argentina que están empleados o están en la
búsqueda de empleo.
Los estudiantes universitarios extranjeros residentes en Santiago
se han constituido en los últimos años en el segmento de mayor incremento y
de la más alta rotación. Este fenómeno se debe a que la mayoría de las
universidades de Europa y Estados Unidos incluyen en sus programas de
estudio la posibilidad de que sus alumnos permanezcan al menos un semestre
en otro país, tomando cursos en universidades con las que han suscrito
convenios. Esto es aplicable, en general, a cualquier carrera universitaria y
suele ocurrir durante el tercer año de estudios. En algunos casos esta
modalidad forma parte de la malla curricular obligatoria.
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Para alimentar la natural e histórica curiosidad de saber cómo nos
ve el extranjero desde que se está bajando del avión, decidimos entrevistar a
estudiantes universitarios que permanecieran en Santiago durante un semestre
o a lo máximo un año.
Para efectos de este estudio hemos procedido a entrevistar a un
total de 80 estudiantes de
pregrado, provenientes de universidades
norteamericanas y europeas de las más variadas disciplinas y carreras
académicas. El período comprendido correspondió a los primeros y segundos
semestres entre los años 2003 y 2006. La gran mayoría de los universitarios
consultados asistieron a diferentes cursos impartidos por facultades y escuelas
de la Universidad de Chile.
El método utilizado para recoger las opiniones consistió en
pedirles que escribieran dos ensayos. En el primero, solicitado a las pocas
semanas de iniciado su período de permanencia en el país, debían expresar lo
que habían sido sus primeras impresiones en Chile. El ensayo siguiente era
solicitado al finalizar sus cursos y debían expresar las impresiones finales de su
estadía en Chile.
¿Cómo es posible obtener opiniones de los visitantes extranjeros acerca
de Chile y los chilenos? ¿Qué tan confiables pueden ser los escritos de
personas que no son ensayistas, periodistas o que simplemente no están
habituadas a expresarse por escrito? ¿Atenta contra esta empresa la barrera
del idioma? Estas y otras preguntas más nos formulamos antes de emprender
esta aventura indagatoria pero consideramos que de todos modos, vale la pena
el intento.
La característica metodológica de una entrevista escrita, con
pregunta única abierta, dio la posibilidad de que los estudiantes expresaran
libremente sus opiniones sobre aquellos temas que despertaran su particular
interés. De la lectura de los 160 ensayos se pudo observar aquellos temas que
más se repetían y se procedió a su clasificación, incorporando en los ejes
temáticos un total de 540 opiniones. Los 17 temas seleccionados fueron de
una amplia diversidad e incluyeron desde impresiones de la ciudad de
Santiago, con opiniones sobre la contaminación ambiental, odiseas positivas y
negativas vividas en los medios de transporte público, las dificultades de
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comunicación con el idioma, agrados y rechazos gastronómicos, encuentros
con la impactante naturaleza, hasta aquellos que demostraban una mirada más
profunda de nuestra realidad.
Estas opiniones tienen el mérito de mostrar
aspectos interesantes, novedosos y hasta desconocidos de nosotros los
chilenos y que darían la posibilidad de realizar amenos reportajes.
Para efectos de esta investigación periodística hemos querido
extraer aquellas observaciones que denotan un mayor nivel de profundidad y
que dicen relación con el funcionamiento del sistema político democrático, las
consecuencias de la implantación de un determinado modelo económico, y el
rol que cumplen actores relevantes para el país como las mujeres, la juventud,
la Iglesia Católica y los medios de comunicación. La mayoría de las opiniones
corresponden a las segundas impresiones de Chile. Sería interesante estudiar
las diferencias entre las dos impresiones, pero eso quedará para un próximo
trabajo.
Al inicio de cada capítulo se ha seleccionado una opinión, que de
alguna manera sea capaz de representar a las demás.
Política Nacional e Internacional
“Pensaba que los chilenos tenían muchas opiniones sobre política,
pero he encontrado que la apatía es más dominante. Esto me ha
confundido. Como extranjero puedo hablar por horas de política con un
chileno, pero entre ellos no lo hacen. Pienso que la causa se encuentra en
los años de opresión del régimen militar y también en la desilusión con
los partidos políticos”. (Thomas Mc Kean. Boston. USA)
Las opiniones que se expresan sobre política nacional reflejan
significativos contrastes. Por un lado algunos manifiestan sorpresa y
satisfacción al encontrar un fuerte activismo político, especialmente en su
círculo más cercano, la Universidad de Chile.
“Me fascina la actividad política. Veo muchos carteles, grafitis y
protestas. Esta atmósfera es, sin duda, una reacción a la opresión de los
años setenta y ochenta. Ahora los ciudadanos tienen libertad. ¡En el
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casino del Campus Macul regalan trozos de limón, para respirar mejor,
cuando los carabineros arrojan bombas lacrimógenas!” (Lauren Phillips.
Vancouver. Canadá).
“En Chile siempre hay huelgas, protestas y demostraciones. He
visto enfrentamientos entre estudiantes y la policía. En las paredes hay
rayados que dicen: “La guerra social es inevitable”, “Viva el Partido
Comunista”, y muchos escritos en contra de los Estados Unidos”. (Kristen
Bandura. Richmond. USA)
“Estoy viviendo en este país la gran pasión que siempre tuve por su
historia, especialmente los años de Salvador Allende y el impacto de la
dictadura”. (Isabel Von Rittberg. Colonia. Alemania).
“Me llamó la atención la gran importancia que tiene la política.
Tengo la impresión de que la gente está más polarizada, con posturas
más extremas que en Alemania. Supongo que es una evolución normal en
una sociedad que sale de la dictadura”. (Katrin Ansel. Berlin. Alemania).
Por otra parte, algunos observan con desilusión la existencia de
partidarios de la dictadura militar.
“Cuando estudié en mi universidad, en los Estados Unidos, aprendí
de las violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen de
Pinochet y no entiendo que, a pesar de ello, haya gente en Chile que
apoya la dictadura. Me sorprendió la cantidad de chilenos, de los que he
conocido, que están a favor de Pinochet y que fueron partidarios del
golpe”. (Anna Badaracco. Boston. USA).
“Sobre Chile pensaba que a nadie le gustaba Pinochet y su golpe.
En realidad hay mucha gente que le tiene simpatía”. (Jonathan Novotny.
Tacoma. USA).
A algunos les llama la atención el olvido, la superficialidad e
individualismo imperante en la sociedad chilena.
“La herencia de la dictadura de Pinochet sigue viva en muchas
personas, que recuerdan a los que estuvieron presos o fueron torturados.
Pero también he observado un gran nivel de olvido. Es normal olvidar
algo tan horrible como una dictadura militar, pero creo que los chilenos
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han enterrado los recuerdos, hay personas que sufren en silencio lo que
vivieron”. (Jessica Becker. Luxemburgo).
“Los chilenos que me hablaron del período militar, cosa que no es
tan frecuente, insistieron sobre la censura, la falta de información, el
miedo a las denuncias. También noté que no quieren recordar las
torturas, el exilio y que necesitan cosas livianas para salir adelante”.
(Leonard Cortana. Marsella. Francia).
“Un gran número de chilenos estaría dispuesto a cambiar el
sistema político, a poner en peligro la democracia, si eso le significara un
auge en su situación económica personal”. (Marión Steffen. Berna. Suiza).
En política internacional centran sus observaciones en las
relaciones que Chile tiene con sus vecinos, especialmente Perú y Bolivia.
“Es increíble la cantidad de transformaciones recientes en el país y
el cambio de un régimen dictatorial a un sistema democrático, aunque
todavía hay problemas por resolver, como la gran diferencia de clases
sociales y las relaciones con los países vecinos”. (Andrea Gallesse. Austin.
USA).
“Como antes de mi llegada a Chile estuve cinco meses en Bolivia,
observo mucha tensión entre ambos países y también entre Perú y Chile,
especialmente sobre los asuntos de límites marítimos y la exportación de
gas. Han pasado más de 120 años desde la Guerra del Pacífico y el tema
sigue dando vueltas. En comparación, la Segunda Guerra Mundial terminó
hace 60 años y las relaciones entre los países europeos son muy
tranquilas y normales”. (Laura Niskanen. Helsinki. Finlandia).
La influencia de los Estados Unidos y el papel de Chile como integrante
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas durante la guerra de Irak, no
pasan inadvertidos.
“Es interesante ver los dibujos políticos en las paredes. Hay mucha
propaganda sobre el sistema político en Chile y de acontecimientos
mundiales. No es así en Estados Unidos. No tenía idea del significado de
unas referencias extrañas a alguien que se llama Pinochet, un tal Allende,
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las letras J.J.C.C. o por qué había tantos dibujos en contra de mi país”.
(Dustin Mayor. Carolina de Sur. USA).
“Me parece que los chilenos saben de la política del mundo y
especialmente de los Estados Unidos. No les gusta la política de Bush en
Irak. Muchos chilenos estuvieron muy contentos cuando el Presidente
Lagos decidió no apoyar a Bush en su guerra”. (Sara Potler. Baltimore.
USA).
“¿Estás a favor o en contra de la guerra de Bush? En varias
oportunidades ha sido la primera pregunta que me han formulado los
chilenos. Me encanta el interés político que aquí existe. En cambio en los
Estados Unidos encuentro que la gente es más apática y está mal
informada”. (Sara Hearn. Connecticut. USA).
“He conocido muchas personas en Chile que odian a los
norteamericanos por su imperialismo y guerras recientes, pero logran
separar lo que son las acciones del gobierno norteamericano de su
pueblo”. (Adam Kramer. New York. USA).
Economía y Sociedad
“Es muy común que cuando conoces a alguien lo primero que te
pregunta es “¿dónde vives?”. La respuesta le permitirá saber el nivel
económico en que está la persona, de acuerdo al sector de Santiago
donde se encuentra su vivienda”. (Danielle Schwartzman. Minneapolis.
USA).
Los estudiantes hacen repetidas observaciones sobre la economía de
mercado, la abundancia y variedad de bienes disponibles, las semejanzas con
países desarrollados.
“Chile tiene la economía más fuerte de América del Sur. Se ve en
las tiendas norteamericanas de cada esquina. Metros nuevos, calles
limpias, autos nuevos, nueva tecnología. Se puede encontrar ropa de
Europa, computadores de Japón, comida de Grecia y cadenas de cines
norteamericanas. Una economía muy abierta y neoliberal”. (Jessica
Blomgren. California. USA).
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“Es obvio que Chile es un país que ha tenido éxito en los últimos
años. Está en la mitad de transformarse de una nación pobre a una nación
rica. Si andas por los barrios altos, como Providencia y Las Condes, es
difícil ver diferencias con Estados Unidos o países europeos”. (Adam
Kramer. New York. USA).
Pero a la vez abundan las opiniones que destacan las grandes
diferencias socioeconómicas, los contrastes entre ricos y pobres.
“Las diferencias socioeconómicas son evidentes. Por ejemplo, el
lujo de los malls frente a un hombre vendiendo alcachofas en un
semáforo”. (Kajsa Ekroos. Helsinki. Finlandia).
“Además de encontrar todas las marcas de autos, aquí hay licores,
ropa, música, comida, de todas las partes del mundo. Si bien la economía
es buena, las diferencias entre clases sociales son evidentes, con una de
las peores distribuciones de riqueza del mundo”. (Christopher Bassett.
Minneapolis. USA)
“Veo mucha división económica entre los que tienen y los que no
tienen nada”. (Robert Ford. Nueva York. USA).
Los problemas en salud y educación despiertan una especial
preocupación. “Es un país moderno de clase mundial. Chile está en buen
camino. Existe estabilidad política, la corrupción no representa un
problema, tiene una economía fuerte, y diversificada. La desigualdad de la
distribución del ingreso y la calidad de la educación representan dos de
los desafíos grandes para alcanzar su progreso”. (Geoffrey Dillon. Indiana.
USA).
“Chile ha llegado a ser un país bastante rico, ahora la gente gasta la
plata en conciertos, películas, música. Hay una diferencia impresionante
con la vida de 40 años atrás. Pero el sistema de salud está plagado de
problemas, los hospitales privados son carísimos”. (Cheri Kramer.
California. USA).
“Muchas madres pobres deben dejar a sus familias y se van a
trabajar a casas de familias ricas o de clase media. Se les llama nanas y
se encargan de limpiar y cocinar. En la casa donde estoy me hacen dejar
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los platos del desayuno o la cena sobre la mesa porque va a venir la nana
a retirarlos”. (David Tunon. Chicago. USA).
“Es evidente que una parte de la población está avanzando,
acercándose a países de Europa o los Estados Unidos, pero también
existe una parte de la población olvidada. La lucha económica en Chile es
muy grande y hay pocas oportunidades para que los chilenos mejoren su
situación”. (Adam Walsh. Washington. USA).
”Me parece que siempre hay personas tratando de vender algo. Hay
miles de vendedores en las calles, lugares públicos, autobuses. Los
chilenos necesitan ganar bastante dinero para alimentar a sus familias.
Pienso que el sistema de bienestar social no funciona como en Canadá”.
(Lauren Phillips. Vancouver. Canadá).
Mujeres y machismo
“He preguntado a algunos chilenos por qué este país machista
quiere tener una presidenta. Encontré una respuesta interesante: porque
los chilenos quieren ser los primeros en América Latina en tener una
presidenta. Una razón machista en sí. Los chilenos quieren mostrar que
son los mejores y más desarrollados en Latinoamérica”. (Alicia Bilheimer.
New Jersey. USA)
La mayoría de los comentarios recogidos apuntan a señalar los
anacronismos que existen en el rol de las mujeres en la sociedad chilena, el
machismo imperante y la falta de libertades.
“Éste es un país machista. Las chilenas enseñan a sus hijas a
servir y a los hijos a ser servidos. Mi mamá chilena está despierta hasta
las 11 o 12 de la noche, haciendo los almuerzos para el día siguiente,
limpiando la casa y a las 6 de la mañana se levanta para llevar a su hijo al
colegio. Cuando mi papá chileno tiene hambre, en vez de prepararse algo
él mismo, pregunta “¿qué hay de comer?“ y su esposa en un minuto le
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prepara un plato lleno de comida con un postre y una bebida también”.
(Danielle Schwartzman. Minneapolis. USA)
“Creo que las mujeres en Chile no tienen las mismas libertades que
un hombre. No tienen derecho de elegir si quieren tener un hijo o no.
Encuentro esto muy hipócrita porque hay muchas mujeres que abortan
cada año, en condiciones horribles y arriesgando sus vidas. El Estado
debería, por lo menos, autorizar el aborto después de una violación o por
razones terapéuticas”. (Maina Morizon. Lyon. Francia).
“Mi pololo chileno no quiere que hable ni mire otros hombres en su
presencia. Estoy sufriendo con el machismo de este país. Por otro lado he
conocido hombres que tienen esposas e hijos y todavía están
“carreteando” y conociendo otras mujeres.” (Liza Hartley. Minneapolis.
USA).
Un comentario recurrente es la existencia de gran cantidad de madres
solteras en la sociedad chilena.
“La mayoría de los hogares que participan en programas para
recibir estudiantes extranjeros son de familias con madres solteras”.
(Alicia Bilheimer. New Jersey. U.S.A).
“Vi por primera vez en mi vida una chica en clases con su guagua
recién nacida; con un brazo la sostenía y con su mano libre tomaba
apuntes”. (Sophie Delporte. Paris. Francia).
Las opiniones también se refieren a la forma como se expresa y/o se
reprime la sexualidad en el país.
“Que los hombres silben a las mujeres en la calle o les griten
comentarios obscenos, en otras partes sería considerado vulgar y
grosero, pero en Chile es común”. (Kiernan Rook. New York. USA).
“Muchos hombres en la calle creen que es aceptable tratar a las
mujeres como objetos sexuales”. (Kristen Bandura. Richmond. USA).
“Observo
una
gran
falta
de
respeto
hacia
las
mujeres,
especialmente a sus cuerpos”. (Humroy López. Houston. USA).
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“No me gusta cuando los hombres me chiflan, murmuran o tratan
de tocarme. En este país no es considerado descortés chiflar, debería
acostumbrarme pero no puedo”. (Lauren Phillips. Vancouver. Canadá).
“Lo que más me fastidia es ser mujer en las calles de Santiago. Los
piropos son para mí imposibles de aceptar. Entiendo que aquí los
hombres no lo hacen para ofender a las mujeres, pero según la educación
que recibí no puedo considerarlo como algo positivo”. (Jessica Becker.
Luxemburgo).
Que las mujeres, atiendan en los cafés lo atribuyen al fenómeno del
machismo imperante en el país.
“Me llamaron la atención los “cafés con piernas”, cosa que jamás
podría ser aceptada en Finlandia. Y los piropos en la calle… Ya aprendí a
evitar los sitios donde hay obreros de la construcción”. (Annina Tuhkunen
Jyväskylä. Finlandia).
“No puedo y no quiero acostumbrarme a los “cafés con piernas”.
Estos lugares denigran a la mujer, espero que no lleguen a Alemania. Es
contradictorio ver en el Café Haití meseras con faldas mínimas y al mismo
tiempo ver que no hay campañas contra el SIDA o anuncios de
anticonceptivos”. (Anja Minnaert. Berlin. Alemania).
La juventud y sus actitudes
“Los jóvenes viven con sus padres hasta casarse. Algunos tienen
treinta años, pero todavía están viviendo como si tuvieran doce. La mamá
continúa cocinando, lavando, limpiando, para los hijos adultos. Me parece
que la consecuencia de esto es que los jóvenes no adquieren
responsabilidad o independencia”. (Jessica Blomgren. California. USA).
Se impone la comparación de la juventud chilena con la de sus países
de origen en cuanto a la dependencia familiar. Les llama la atención que los
jóvenes chilenos vivan con sus padres hasta una edad muy avanzada.
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“Es muy extraño que los hijos vivan con sus padres hasta el
momento de casarse. Esto sería muy raro en los Estado Unidos”. (Alicia
Bilheimer. New Jersey. USA).
“Fue realmente un choque cultural cuando supe que mi amigo
chileno, de 23 años, todavía vive con sus padres y no tiene ganas de
alejarse de ellos. Yo que tengo muy buenas relaciones con mis padres,
me fui de la casa a los 17 años para estudiar a 600 kilómetros de mi
familia y los veo, desde hace tres años, como cuatro veces al año”.
(Sophie Delporte. Paris. Francia).
“Muchos de los jóvenes que viven con sus padres no hacen nada y
dejan que las madres o nanas les laven la ropa, les cocinen, les limpien
los platos. Si yo intentara hacer lo mismo en Estados Unidos me quedaría
sin comer y con la ropa sucia”. (Christopher Bassett. Minneapolis. USA).
Observan en la juventud interés por los acontecimientos nacionales e
internacionales junto con algunas actitudes menos maduras y con algo más de
inseguridad.
“Me parece fantástico que los jóvenes se interesen por los
acontecimientos
políticos
nacionales
e
internacionales.
En
las
universidades se está hablando de la estructura clasista de Chile, de la
influencia de la Iglesia Católica, de ideología y de actitudes xenófobas”.
(Kristen Bandura. Richmond. U.S.A).
“Chile tiene una juventud unida en pensamiento y acción, con una
voz poderosa y con grandes deseos de hacer cambios en la sociedad”.
(Mindy Accola. Puerto Rico. USA).
“Los jóvenes aquí están más informados de lo que pasa en el
mundo que los norteamericanos. Uno puede hablar cualquier tema con
ellos”. (Humroy López. Houston. USA).
“Cuando hay elecciones no entienden la importancia de votar y
prefieren una actitud de “no estoy ni ahí”. ¿Cómo puede ser que en un
país donde hubo una dictadura los jóvenes no contribuyan para mejorar
las cosas?”. (Rachelle Hamonic. Vancouver. Canadá).
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“Conocen la historia de su país y expresan opiniones políticas,
pero al mismo tiempo encuentro que los jóvenes son inmaduros en sus
actitudes”. (Andrea Gallese. Austin. USA).
“Los jóvenes que he conocido siempre me están preguntando
sobre lo que yo pienso de Chile y los chilenos ¿Por qué hacen esta
pregunta? Creo que desean saber la opinión extranjera, especialmente
europea, para evaluarse”. (Niccoló Franchi. Ohio. USA).
También opinan sobre las expresiones públicas de amor entre los
jóvenes
“No esperaba ver tantos jóvenes besándose en las calles. ¿Por qué
expresan su amor en público? ¿Es la falta de privacidad en la casa de sus
padres que los empuja a pololear y compartir su amor delante de otros?
(Rebecca Morris. Minnesota. USA).
“Me sorprendió ver a las parejas de jóvenes abrazándose y
besándose en lugares públicos. Parece que los chilenos son más
apasionados que los canadienses”. (Lauren Phillips. Vancouver. Canadá).
“Estoy
impresionada
con
la
montaña
de
enamorados,
de
enamorados públicos. El amor existe en el aire. Todas están con pololos
o los están buscando”. (Naomi Reville. Chicago. USA).
Iglesia Católica
“La Iglesia Católica tiene bastante poder en Chile. Esto se puede
ver, por ejemplo, en la discusión sobre el divorcio. ¿No es un poco
hipócrita oponerse al divorcio si la consecuencia es que todo el mundo
miente para poder anular su matrimonio?” (Anna-Emilia Hietanen. Helsinki.
Finlandia).
El período en que se realizaron las entrevistas a los universitarios
extranjeros coincidió con el debate en el Parlamento de la ley de divorcio. Ese
hecho generó opiniones, que derivaron hacia el rol de la Iglesia Católica como
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institución en la sociedad chilena y en general hacia el tema del aborto, el
divorcio y la diversidad religiosa.
“La Iglesia sigue teniendo mucha influencia en la sociedad, en
especial en la política y en la prensa. No hay ley de divorcio, ni de aborto.
Pero veo que está cambiando de a poco”. (Graham Pileki. California.USA
“El peso de la Iglesia Católica le permite desempeñar un papel demasiado
importante en todos los órganos del país. ¿Cómo explicar que Chile no
tenga ley de divorcio? (Sophie Delporte. Paris. Francia).
“Recién se aprobó una ley de divorcio, el último país del mundo en
tenerla. La influencia de la Iglesia Católica está presente en la sociedad
chilena”. (Jessica Blomgren. California. USA).
Las observaciones incluyen las formas en que los chilenos manifiestan
su catolicismo.
“Desde la colonización española la Iglesia Católica maneja mucho
poder y continúa hasta el día de hoy, aunque la mayoría de los chilenos
no va a misa con frecuencia”. (Diedre Ciliento. Vermont. USA).
“En muchas casas hay imágenes de la virgen María, en los autos
cuelgan cruces. Otros simplemente se hacen la cruz con la mano al pasar
delante de una iglesia”. (Marión Steffen. Berna. Suiza).
El estudio recogió comentarios sobre aquellos aspectos
que los
estudiantes extranjeros consideran que la Iglesia no debería intervenir.
“Me asombra ver la importancia que tiene la Iglesia Católica en la
sociedad chilena. Me parece tan obvio que una mujer violada reciba la
píldora del día después de manera gratuita. No entiendo por qué la Iglesia
se mete en estos asuntos”. (Maina Morizon. Lyon. Francia).
“Aunque la Iglesia Católica quiera tener una gran influencia, no
puede parar el proceso de liberalización de la sociedad chilena”. (Anja
Minnaert. Berlín. Alemania).
“La mayoría de la gente es católica y no parece que exista mayor
diversidad religiosa. Cuando saben que soy judía, inmediatamente me
hacen muchas preguntas”. (Sara Potler. Baltimore. USA).
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“La sociedad chilena tiene una dicotomía entre tradiciones
religiosas antiguas y pensamientos políticos muy progresistas”. (Sara
Hearn. Connecticut. USA).
Medios de comunicación
“La televisión en Chile es un personaje; nunca he visto tanta gente
adicta a ella”. (Matt Hollander. Chicago.USA).
Se percibe una sensación de rechazo hacia la televisión en general y
una especial molestia hacia los noticieros de la televisión abierta.
“A la televisión en Chile le encanta mostrar escándalos y dejar a la
gente en estado de shock” (María Rinne. Helsinki. Finlandia).
“Me asombra ver cómo la televisión utiliza el desamparo de la gente
como un espectáculo, una entretención. Les gusta hacer hincapié en
acontecimientos horribles”. (Leonard Cortana. Marsella. Francia).
“Las noticias en la televisión son mostradas sin filtro de imágenes.
¿Quieren asustar a la gente?” (Sheila Majdi. Washington DC. USA).
“Las noticias en la televisión son parecidas a las teleseries que
producen: superficiales, con mucha sangre y buscando el espectáculo.
Me parece que las noticias en Chile no valen nada, sólo aportan diversión
con el sufrimiento de los demás”. (Rimke Koper. Amsterdam. Holanda).
Las expresiones de los estudiantes denotan la existencia de una especie
de contradicción, entre un país inserto plenamente en la economía global y
noticieros muy localistas. La credibilidad es puesta en duda, tanto por quienes
presentan las noticias como por el contenido. Subyace una crítica a cierto
racismo encubierto en la sociedad chilena.
“En la televisión chilena salen pocas noticias de otros países, lo
que habla de un cierto aislamiento y tampoco hay programas
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educacionales. Observo que los presentadores, cantantes y actores, en
su mayoría, son rubios de ojos claros, lo que también se observa en la
publicidad; no dan la imagen correcta de la población chilena”. (Joren
Ross. Leiden. Holanda).
“La televisión no muestra la verdad de Chile: la pobreza se esconde
con la ideología del consumo”. (Aline Béra. Lille. Francia).
La observación sobre una televisión localista se hace extensiva a la
prensa escrita.
“Los medios de comunicación en este país ignoran lo que pasa en
el mundo. El diario El Mercurio, en su primera página, coloca noticias del
país y no las internacionales”. (Nathan Loehr. Minnesotta. USA).
“¡Televisores en cada estación del metro! Es algo impresionante e
inesperado”. (Alicia Bilheimer. New Jersey. USA).
Con respecto a las radioemisoras, los comentarios se refieren a la
música y la fuerte presencia del idioma inglés.
“La influencia de los Estados Unidos es muy obvia en la radio. Es
increíble la cantidad de canciones en inglés, con una población que no
habla
ni
entiende
ese
idioma.
Esto
es
parte
de
las
muchas
contradicciones que he encontrado en Chile”. (Diedre Ciliento. Vermont.
USA).
“Estoy en un país hispanoparlante escuchando la música de
Norteamérica; me molesta, porque estoy aquí para aprender español y no
quiero escuchar inglés”. (Cheri Kramer. California. USA).
“Estoy desilusionado por oír tantas canciones de música popular
de los Estados Unidos; quería escuchar música tradicional chilena”.
(Geoffrey Dillon. Indiana. USA):
“Cuando enciendo la radio escucho música de mi país y no de
Chile”. (Anna Badaracco. Boston. USA).
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A MANERA DE CONCLUSIÓN
Si nos hemos preguntado alguna vez, ¿ por qué nos vemos tan diferentes en
un video familiar que en el espejo?, la respuesta es simple: en el espejo nos
observamos con nuestros propios ojos. En la película nos miramos con ojos
ajenos.
Al revisar los testimonios de esta investigación periodística podemos
darnos cuenta de que la mirada del otro aporta nueva luz a nuestra propia
mirada. Cosas que nos parecen naturales, que son así porque así han sido
siempre, desde afuera parecen extrañas, anacrónicas y a veces hasta un poco
faltas de ética.
Vemos una juventud que oscila entre un fuerte compromiso social y
político y la más profunda de las apatías. Observamos una ambivalencia entre
el bienestar económico y las convicciones humanistas.
No deja de ser interesante analizar cómo ven los de afuera las
relaciones de Chile con nuestros vecinos y con el resto de los países, en
especial los Estados Unidos. La penetración cultural, la europeización de
nuestra cultura a través de la ropa que vestimos, la comida que consumimos, la
música que escuchamos, contrastada con un localismo casi provinciano en los
medios de comunicación, los noticieros y los diarios. Vemos un clasismo y un
sexismo que perjudica a la sociedad bajo un manto de normalidad. La mirada
ajena nos indica que eso no tiene por qué ser necesariamente así. La
comodidad de nuestros jóvenes, la eterna dependencia del hombre de alguna
mujer, sea la madre, la esposa o la nana, que siempre se hará cargo de las
contingencias de su vida, no deja de ser llamativa al ser vista desde afuera.
La visión externa nos dice que nos falta valor para discutir temas
cruciales como el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo o sobre
los destinos de nuestra familia. Por otra parte, la frialdad europea choca con el
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apasionamiento latino y nos vemos enfrentados a pensar cuánto hay de
idiosincrasia y en qué medida hemos convertido a la mujer en un objeto sexual.
La influencia de la Iglesia Católica en la sociedad chilena es vista desde
culturas donde hay menos temor a los debates sobre temas atingentes a los
aspectos más íntimos de la vida humana.
Varios son los temas que hemos tratado en este estudio: la sociedad, la
política, las actitudes de los jóvenes, el trato a las mujeres, la calidad de los
medios de comunicación. Nos han observado y analizado con una mirada
joven, cristalina, diáfana, sin compromisos y quizás inexperta, pero no por eso
menos digna de ser tenida en cuenta. Sería interesante continuar este trabajo
con extranjeros adultos, ejecutivos y trabajadores de empresas internacionales
que aporten una visión más madura que podría complementar estas
impresiones. Por lo pronto, creemos que es de vital importancia, en vistas al
Bicentenario, mirarnos y estudiarnos desde todos los puntos de vista posibles.
Solo así podremos tener una visión más cabal de lo que es el ser chileno en
este comienzo del siglo XXI.
Santiago de Chile, Noviembre 2006
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