Segunda Sala Fuente: Semanario Judicial

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No. Registro: 185,404
Jurisprudencia
Materia(s): Constitucional
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XVI, Diciembre de 2002
Tesis: 2a./J. 143/2002
Página: 239
DIVISIÓN DE PODERES. LA FACULTAD CONFERIDA EN UNA LEY A UNA
AUTORIDAD ADMINISTRATIVA PARA EMITIR DISPOSICIONES DE
OBSERVANCIA GENERAL, NO CONLLEVA UNA VIOLACIÓN A ESE
PRINCIPIO CONSTITUCIONAL.
De la interpretación histórica, causal y teleológica de lo dispuesto en el artículo
49 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte
que con el establecimiento del principio de división de poderes se buscó, por un
lado, dividir el ejercicio del poder y el desarrollo de las facultades estatales
entre diversos órganos o entes que constitucionalmente se encuentran en un
mismo nivel, con el fin de lograr los contrapesos necesarios que permitan un
equilibrio de fuerzas y un control recíproco; y, por otro, atribuir a los respectivos
órganos, especialmente a los que encarnan el Poder Legislativo y el Poder
Judicial, la potestad necesaria para emitir, respectivamente, los actos
materialmente legislativos y jurisdiccionales de mayor jerarquía en el orden
jurídico nacional, de donde se sigue que la prohibición contenida en el referido
numeral, relativa a que el Poder Legislativo no puede depositarse en un
individuo, conlleva que en ningún caso, salvo lo previsto en los artículos 29 y
131 de la propia Norma Fundamental, un órgano del Estado diverso al
Congreso de la Unión o a las Legislaturas Locales, podrá ejercer las
atribuciones que constitucionalmente les son reservadas a éstos, es decir, la
emisión de los actos formalmente legislativos, por ser constitucionalmente la
fuente primordial de regulación respecto de las materias que tienen una
especial trascendencia a la esfera jurídica de los gobernados, deben aprobarse
generalmente por el órgano de representación popular. En tal virtud, si al
realizarse la distribución de facultades entre los tres poderes, el Constituyente y
el Poder Revisor de la Constitución no reservaron al Poder Legislativo la
emisión de la totalidad de los actos de autoridad materialmente legislativos, y al
Presidente de la República le otorgaron en la propia Constitución la facultad
para emitir disposiciones de observancia general sujetas al principio de
preferencia de la ley, con el fin de que tal potestad pudiera ejercerse sin
necesidad de que el propio Legislativo le confiriera tal atribución, debe
concluirse que no existe disposición constitucional alguna que impida al
Congreso de la Unión otorgar a las autoridades que orgánicamente se ubican
en los Poderes Ejecutivo o Judicial, la facultad necesaria para emitir
disposiciones de observancia general sujetas al principio de preferencia o
primacía de la ley, derivado de lo previsto en el artículo 72, inciso H),
constitucional, lo que conlleva que la regulación contenida en estas normas de
rango inferior, no puede derogar, limitar o excluir lo dispuesto en los actos
formalmente legislativos, los que tienen una fuerza derogatoria y activa sobre
aquéllas, pues pueden derogarlas o, por el contrario, elevarlas de rango
convirtiéndolas en ley, prestándoles con ello su propia fuerza superior.
Amparo en revisión 1162/96. Xocongo Mercantil, S.A. de C.V. 10 de noviembre
de 2000. Cinco votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Rafael
Coello Cetina.
Amparo en revisión 49/2001. Gerardo Kawas Seide. 29 de junio de 2001.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Mariano Azuela Güitrón. Ponente: Juan
Díaz Romero. Secretario: Gonzalo Arredondo Jiménez.
Amparo directo en revisión 1014/2001. Controladora Pyasa, S.A. de C.V. 25 de
enero de 2002. Cinco votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: José Luis
Rafael Cano Martínez.
Amparo en revisión 425/2001. Cierres Best de México, S.A. de C.V. 16 de
agosto de 2002. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Oliva del Socorro
Escudero Contreras.
Amparo en revisión 106/2002. Teléfonos de México, S.A. de C.V. 23 de agosto
de 2002. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Mariano Azuela Güitrón.
Ponente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Martha Elba Hurtado Ferrer.
Tesis de jurisprudencia 143/2002. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto
Tribunal, en sesión privada del veintidós de noviembre de dos mil dos.
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