inmediatas y su completa emancipación de la explotación capitalista y la opresión del Estado. Considerando que la ley y el Estado nunca han estado del lado de los trabajadores sino que por el contrario siempre han sido herramientas del sistema para mantenernos oprimidos, sostenemos que debe confrontarse directamente a la patronal por medio de la acción directa, es decir, sin someternos a los “medios de lucha” que nos ofrece el sistema, por serle completamente funcionales, siendo conscientes del poder que tenemos sobre la producción al ser nosotros mismos sus generadores. Y viendo que las reivindicaciones parciales son una carrera de tiempo destinada a la derrota contra el capitalismo y que este debe ser abolido para una completa emancipación, es que sostenemos el comunismo anárquico (la sociedad de libres e iguales) como finalidad de nuestra organización. Consecuentes con esto y concientes de la necesidad de la solidaridad y el apoyo mutuo con nuestros pares, para alcanzar nuestros fines es que adherimos a nivel regional a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). La problemática laboral Actualmente vivimos en una situación en que la mayoría de los trabajadores no llegan al mínimo indispensable para mantener a sus familias, teniendo que lidiar por ejemplo con la permanente suba de precios y la presión de los propietarios de los inmuebles para aumentar el valor de los alquileres. Y todo esto sin olvidar a aquellos que trabajan en negro y que cobran un sueldo miserable, muchas veces muy por debajo del salario establecido, sin posibilidad de una obra social ni seguro por accidentes, sin las seguridades mínimas para desarrollar su actividad, etc. Frente a esta situación los trabajadores creen que están amparados por las leyes, cuando en realidad éstas son creadas por el Estado para beneficiar a sus amigos los empresarios y apaciguar las luchas reivindicatorias. Las leyes no son la justicia, son la institucionalización de la explotación por parte del poder, por lo tanto solo la acción directa es efectiva para cambiar realmente las cosas. La ley sin lo primero (sin acción, organización, conciencia social) no es más que un artilugio para mantener atontados a nuestros compañeros. De este modo, la Ley de Asociaciones Sindicales limita desde hace décadas la organización obrera a tan sólo un sindicato legal por industria, el mayoritario y que trabaje conforme a las exigencias del estado y la burguesía. Es por esto que la FORA lucha desde hace décadas por la libertad de asociación sindical, contra esta ley evidentemente antiobrera. Los partidos políticos usan las reivindicaciones del trabajador para satisfacer sus aspiraciones electorales y para transformarse así dirigentes ideológicos y políticos de la clase obrera. Las opciones que el sistema político nos ofrece no rompen para nada con la estructura del sistema capitalista, sino que organizan a los trabajadores detrás de un grupo u otro que aspira al poder manteniéndonos bajo el yugo del capitalismo. Por otra parte, y enfatizando la precariedad laboral, las empresas de trabajo temporal (ETT) y las cooperativas de trabajo nacen de la necesidad de los mercados con el fin de garantizar la producción, promoviendo el crecimiento de una masa de trabajadoresgolondrina desorganizados y sujetos a los intereses capitalistas. Las cooperativas coartan las posibilidades de reclamo con el engaño de que los trabajadores participan de las ganancias y las ETT desdibujan a la patronal, haciendo aún más difícil encontrar a quién reclamar. Estos sistemas tienden a dividir a los trabajadores, debilitando así las fuerzas de las luchas que se podrían reunir y la solidaridad. Basados en la flexibilidad laboral, lo único que hacen es proteger los intereses de los empresarios. Quien cuenta con un trabajo, debe soportar además muchas veces la exigencia de realizar más horas de las debidas por el temor a perderlo, horas que no le son remuneradas como horas extra o, si lo son, no le es posible negarse a trabajarlas. Además, muchos trabajadores no cuentan con la información necesaria para comprender su situación, las posibilidades de acción ni la reglamentación legal que, dicen, debería protegerlos. Por esto, vemos a muchos trabajando en situaciones insalubres (empleos riesgosos o en horarios nocturnos), sin francos ni feriados para descansar, no cobrando las horas extras o recibiendo menos de lo que figura en los convenios de trabajo y sin que se les ocurra siquiera protestar. Los sindicatos, nacidos como una herramienta de lucha, en la actualidad son constituidos cuidando los intereses de los empresarios con la complicidad del Estado. Por esto, el/la trabajador/a no puede contar con ellos, debe reorganizarse independientemente. La CGT y la CTA nacen fuertemente relacionadas con este marco de acción, limitado a pequeñas reformas que corren detrás del capitalismo perdiendo terreno frente a éste constantemente. Hasta tal punto reproducen las relaciones del sistema que entre sus dirigentes más encumbrados fácilmente encontramos políticos y empresarios, enemigos históricos del trabajador. Sus prácticas, lejos de buscar destruir el sistema de la explotación y la jerarquía, organizan desde arriba el trabajo para entregarlo ordenado y manso a la patronal. Estos son algunos consejos para la acción gremial: Conocer la empresa: estudiar los suministros, proveedores y beneficios de la empresa, empresas subsidiarias, los contratados, la siniestrabilidad laboral, los planes económicos y las reestructuraciones, las plantillas del personal y los salarios de los directivos, la composición de los accionistas y/o socios, costumbres y comportamientos de la patronal... Evaluar nuestra fuerza: fondo económico con que se cuenta, fuerza numérica, convicción y conciencia del resto de los compañeros de trabajo. Acciones: una vez hecho el trabajo organizativo se debe reclamar colectivamente a la patronal, dándole un tiempo breve para que conteste. En caso en que dicho trabajo tenga alta inestabilidad se podrá recurrir también a la solidaridad de compañeros que no pertenezcan a la empresa (contando desde ya con la predisposición de la Sociedad de Resistencia de Oficios Varios de Mendoza), y de ser necesario, a un resguardo jurídico ( para meter más presión y enredar, especialmente en las pequeñas empresas menos asesoradas legalmente). Es importante incluir el empleo de condiciones junto a las reivindicaciones económicosociales las mejoras asociativas, como ser: reconocimiento de la organización, obligación de contratar a compañeros vinculados a la organización, etc. En caso de recibir una negativa se procederá a realizar las siguientes ACCIONES DIRECTAS: El boicot: Supone el intento de hundir la actividad comercial de una empresa, no consumiendo sus productos y evitando que otras personas lo hagan, mientras la empresa u organismo no modifique la actitud que motiva el boicot. Por ejemplo, se boicotea una marca de cerveza. No solo se trata de que la gente no beba, sino de presionar a los bares para que no la vendan, a los repartidores para que no la distribuyan, etc. Boicot a los productos y servicios: es recomendable que no aparezca firmando el panfleto la organización obrera. Boicot técnico: como por ejemplo descolgar teléfonos y/o saturar líneas de comunicación (es recomendable usar teléfonos públicos). La huelga: supone paralizar la producción. La huelga debe ser siempre indefinida y debe acabar cuando se obtenga lo que se pide o bien cuando se haya llegado al límite de fuerzas. En el desarrollo de la huelga deben intervenir solo el mundo del trabajo y el capital, sin necesidad de pre-avisos, servicios mínimos ni intervenciones del Estado. Este tipo de huelga es calificada por el capital de “ salvaje”, y para ello ha regulado la huelga dentro de cauces “domesticados”, para que pierda su efectividad. Una huelga que no crea problemas y que no provoca más pérdidas al capital de las que ocasiona al mundo del trabajo es absurda. Lo que hoy día se llama pomposamente “derecho de asistir libremente al trabajo”, no es más que una mentira. Hacer una huelga significa romper la tregua y declarar abiertas las hostilidades. Quien la sostiene y corre los riesgos es la persona activa, no los rompehuelgas. Quien rompe la huelga perjudica no sólo a sus compañeros, sino que además actúa de forma cobarde, pues se beneficiará de las mejoras que se consigan, sin arriesgar ni perder nada. Es por ello que no son los paros los que crean conflictos, sino los rompehuelgas y matones. La información-propaganda: charlas, conferencias, asambleas, edición de prensa, en el barrio y en el movimiento obrero, etc. La ayuda mutua y solidaridad obrera: nos permite aumentar nuestras fuerzas en caso de conflicto. El sabotaje: esta palabra designa un grupo muy amplio de actividades que van desde la realización de trabajos de mala calidad a la inutilización de máquinas y productos, la obstaculización del trabajo, en la llegada de materias primas, en la elaboración del producto y en su distribución. Esto no supone ninguna acción que atente contra el consumidor como persona. Otras formas de lucha: trabajo a desgano y/o a reglamento, paro por sector, entrada coordinada después de hora retención del trabajo, asamblea en horarios pico de producción, y finalmente expropiación de mercadería o de los medios de producción. Hay que tener en cuenta que medidas como la conciliación obligatoria no tienen por que significar el fin de la huelga, ni mucho menos ser justas. La conciliación, por ejemplo, no busca beneficiar al trabajador sino tan sólo sofocar la lucha y controlar la situación. Del mismo modo, hay “derechos” mucho más importantes que el del “libre tránsito” (por poner un ejemplo) como son los propios de la condición humana: el poder vivir libre y dignamente, acceso a la salud, alimento y la educación, etc. Y en todo caso siempre será más fuerte la solidaridad y la organización de los trabajadores que cualquier tipo de legalidad tramposa que pretenda “defendernos”. Sociedad de Resistencia Oficios Varios Mendoza FORA – AIT geocities.com/sociedadderesistencia [email protected] La SROV es una asociación gremial y social que surge de la necesidad de plantear una lucha organizada y firme al capitalismo y a la actual situación de opresión y explotación, que surgen como su inevitable consecuencia. El actual sistema social es producto de la desorganización y la delegación del poder de decisión de los individuos sobre su vida y sobre su sociedad a supuestos “representantes”. En base a esto, sindicalistas, políticos, dirigentes sociales y el clero, junto con los explotadores deciden a su conveniencia las normas y pautas económicas, culturales y políticas que regirán a la sociedad; esto no hace otra cosa que perjudicar el desarrollo económico e intelectual de los verdaderos productores de la riqueza, LOS TRABAJADORES. Frente a esto nuestra organización propone la organización de los trabajadores por sí mismos sin intermediarios ni jerarquías, por sus reivindicaciones