Sentados en el suelo y teniendo cada uno delante el ma

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Sentados en el suelo y teniendo cada uno delante el manojo de plantas por él recogidas, entablamos la conversación
sobre la gran diversidad de especies que en tan poco tiempo
y espacio habíamos obtenido, lo cual era un indicio de la
riqueza de la flora de aquel terreno. Y, sin embargo, todos
hablan de la aridez de Castilla, de sus llanuras y cerros pelados, del triste aspecto, de la desnudez de estas tierras, de
la pequeña talla de sus matas y hierbas, de la escasez de
su arbolado: en suma, de la pobreza de esta vegetación. H i cimos ambas observaciones para establecer con fijeza la d i s tinción necesaria entre vegetación y flora, términos tan f r e cuentemente confundidos. A este propósito y como dato
interesante para afirmar esa distinción, hicimos constar la
diferencia que existe con respecto á estos términos entre
nuestra provincia de Madrid y las Islas Británicas: con no ser
dicha provincia de las más ricas en plantas, cuenta, no obstante , una cuarta parte más de especies vegetales que aquellas islas reunidas. No obstante lo cual, todos oímos hablar
de los bosques sombríos, de los parques espléndidos, de los
verdes valles de Escocia y de Irlanda. De donde resulta que
nuestra flora es rica, es decir, que poseemos gran número de
especies, mientras que nuestra vegetación es pobre, es decir,
que aquellas especies están representadas por escaso número
de individuos; sucediendo lo contrario en las islas citadas,
que tienen una rica vegetación, ó sea, muchos ejemplares
de muy pocas especies y con un mayor desarrollo todos ellos.
Con este motivo, citamos también otro dato de un discurso
de nuestro eminente botánico D. Máximo Laguna, el cual
dice: «No hay en ella (España) regiones de más verdura, de
más rica vegetación que la región cantábrica, que Galicia;
y, sin embargo, ni Galicia ni Asturias pueden igualarse en la
variedad y número de tipos vegetales á la provincia de Cádiz,
á la de Málaga ó á la de Granada, á pesar de abundar en
estas las montañas desnudas de arbolado, los llanos esteparios y los saladares y marismas.»
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