¿cómo enfrentar las situaciones de escasez hídrica?

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Agua y Riego
En frutales
¿CÓMO ENFRENTAR LAS SITUACIONES
DE ESCASEZ HÍDRICA?
Los más drásticos problemas de escasez hídrica en Chile se viven de Santiago hacia al
norte, y es precisamente esa zona una que ha vivido grandes desarrollos frutícolas en las
últimas décadas. Si se conoce, en teoría, que la disponibilidad del agua es limitada, lo más
racional sería plantar una superficie que se ajuste a la oferta hídrica, pero no ha ocurrido así
porque la superficie permanente de cultivo en el Sistema Paloma (Limarí), que debiera ser de
entre un 35 y 40%, hoy llega al 60%. Debido a esto, y en la pasada Conferencia Redagrícola
2015, el experto de INIA, Dr. Gabriel Sellés, propuso una serie de medidas que se pueden
implementar cuando el recurso hídrico es insuficiente.
“
Al filo de la navaja”, así afirma Gabriel Sellés que ha
andado su camino la fruticultura chilena en las últimas
décadas. El investigador experto en riego del INIA explica que esto
se debe, en gran medida, porque el principal desarrollo frutícola se ha realizado
de Santiago hacia el norte. Y, si bien
se ha basado en un modelo exitoso, se
trata de zonas donde históricamente el
sistema hídrico ha estado más desequilibrado. “Allí las ofertas siempre han sido
inferiores que las demandas. Además, el
principal aumento de las superficies regadas del país se ha concentrado esencialmente en especies leñosas, situación
que también se ha dado en la zona norte.
Agosto 2015
Un tercer hecho es que si vemos la demanda climática por agua, reflejada en
el comportamiento de evaporación de
bandeja, y tomamos una serie histórica
de varios años, entre un año y otro no
hay mucha variación. Pero cuando pasamos a analizar la oferta de agua, hay
una variabilidad anual e inter anual muy
importante”, sostiene el experto.
pregunta. Sobre el mismo gráfico aparece lo que el investigador del INIA llama
probabilidad estadística de ocurrencia, representado por la línea negra que, en este
caso es el caudal promedio o probabilidad de ocurrencia del 50%, es decir, que
en un periodo de 100 años, en 50 años
se podrá tener menos de esa cantidad de
agua o más de esa cantidad de agua.
Para demostrar esto último, Sellés realizó
un estudio en el río Aconcagua (ver gráfico nº1, pág. 49), donde obtuvo una cifra
promedio del caudal del rio. “Pero ese
promedio no representa absolutamente
nada”, afirma. “Entonces, cómo vamos a
dimensionar nuestros proyectos de riego,
sobre todo en cultivos permanentes“, se
Sin embargo, en el gráfico nº2 (pág. 49)
se aprecia un concepto de caudal diferente, que es del 85%, lo que significa
que de 100 años, en 85 años se tendrá
ese caudal y en los 15 años restantes
probablemente se tendrá menos. “Es
decir, habrá una cierta seguridad de contar con el recurso hídrico”. Otro dato
importante que arroja el gráfico es que
la línea roja representa a la sequía que
hubo la temporada 68/69, mientras que
la línea verde es el caudal que tenía el río
Aconcagua la temporada pasada. “Estábamos en una situación muy cercana al
85%, pero los problemas de sequía que
se estaban presentando eran relativamente importantes”, sostiene Sellés.
Entonces la pregunta más acertada que
se debiesen hacer los productores es
¿la superficie que estoy estableciendo
de cultivos permanentes se ajusta a la
oferta hídrica que tengo con seguridad
85%, o es que me entusiasmé con estadísticas hidrológicas de los últimos 15 o
20 años y he puesto más superficie de
lo que la probabilidad de ocurrencia me
podía asegurar, y a causa de ello estoy
sufriendo un tanto más? Para reflejar
lo anterior en datos duros, un estudio
realizado por Pablo Alvarez, basado en
antecedentes de la Dirección de Riego,
dice que la superficie permanente de
cultivo para el Sistema Paloma debería
ser entre un 35 y 40%, sin embargo, la
situación de hoy en día es bien distinta,
ya que más del 60% de la superficie está
cubierta con cultivos permanentes.
“Tenemos unos pequeños desajustes. Podremos pasar estos periodos complicados,
pero eso no quita que esto se seguirá repitiendo. No sé si tiene que ver el cambio
climático, pero sí tiene que ver la variabilidad climática, porque estamos viviendo
un ciclo de sequía”, afirma el especialista.
Pero, ¿cómo se puede actuar, disminuir
o mejorar, sobre los requerimientos hí-
47
Agosto 2015
48
Agua y Riego
dricos que debemos aplicar? Es cierto
que en la fruticultura se han realizado
las mayores inversiones en tecnificación y modificación de los sistemas de
riego. Incluso, hoy en día prácticamente el 100% de los frutales de la zona
norte está bajo sistemas de riego tecnificado. Sin embargo, no basta sólo con
tener esa tecnología sino que se debe
controlar y mantener para una correcta
función: goteros que no estén tapados,
que tengan una correcta uniformidad
de riego, etc.
Otro punto importante que señala Sellés
es la pérdida directa por evaporación de
los estanques y tranques. Cuya magnitud puede ser importante. Por ejemplo
mediciones de evaporación de bandeja,
cubriendo bandejas de evaporación con
malla raschell, resultan en una reducción
de la evaporación en un 60%, respecto
a una bandeja sin malla. Si esto se proyecta a la evaporación de un mes (febrero en este caso), sin el uso de malla se
evaporó el equivalente a 1.960 m3/ha,
mientas que en las bandejas con malla
raschell sólo se evaporaron 784 m3/ha,
es decir, hubo un ahorro de 1.176 m3/
ha. “Por eso creo que es necesario que
se empiece a trabajar con tranques cubiertos, ya sea con malla raschell, guateros plásticos u otro material para evitar
pérdidas por evaporación”, recomienda
el investigador.
REDUCCIÓN DE LA
EVAPOTRANSPIRACIÓN EN LOS
HUERTOS
Cualquier planta que está sujeta a la
radiación solar pierde agua por evapotranspiración. En este proceso el agua se
pierde por dos caminos, cuando el agua
entra a la planta pero se pierde a nivel de
los estomas. Y también cuando el agua
se evapora directamente desde el suelo,
yéndose directamente a la atmosfera.
Por una parte la transpiración significa
fotosíntesis y por otra, la evaporación
significa pérdida de agua en relación a
la producción.
En el caso de la uva de mesa, hay una
gran variabilidad del agua que se aplica
a los parronales, desde más de 15.000
m3/ha, hasta productores que emplean
menos de 8.000 m3/ha. El consumo de
agua se calcula a través de una fórmula
que es conocida por todos los agrónomos (ETc=ETo*Kc) pero en el campo no es raro toparse con situaciones
diferentes, por ejemplo, distancias de
plantaciones distintas o sistema de conducción diferentes. Entonces, ¿se deben
usar los mismos coeficientes para ajustar
nuestras necesidades de riego?
“Tenemos estructuras distintas y en parronales tenemos grados de sombreamientos distintos, hay productores que
podrían decidir usar los coeficientes de
Sellés o Gurovich sin más, pero eso es
algo que no deberían hacer en realidad,
porque el coeficiente está muy relacionado con el porcentaje de cubrimiento.
Entonces, por ejemplo, los parrones que
se desarrollan en Copiapó con un cubrimiento bajo (50%), no pueden tener
un mismo coeficiente de cultivo -para
el mismo estado de desarrollo- de los
parronales de Aconcagua, donde el cubrimiento alcanza al 70 a 80%. Cuando
el cubrimiento es del 70 u 80% el coeficiente es otro”, explica.
Para el experto del INIA los coeficientes
de cultivo no son números mágicos que
dependan solo de la fenología del cultivo, sino que dependen mucho del nivel
de desarrollo de las plantas. “Podríamos
ahorrar agua si nuestras programaciones
de riego las hacemos en función del porcentaje de sombreamiento que presentan los cultivos”, recomienda.
Asimismo, para Sellés es interesante saber qué significan los diferentes componentes de la evapotranspiración. O bien
poder definir qué magnitud representa
la evaporación dentro de un sistema
productivo. En Aconcagua el investigador ha medido la evaporación directa
(ver cuadro en pág. 50), donde se aprecia
que cerca de un 30% del agua se pierde
directamente por evaporación desde el
suelo, sin pasar por la planta y sin que
haya un aporte al sistema productivo.
Agosto 2015
¿RIEGOS DE ALTA O BAJA
FRECUENCIA?
En relación a la evaporación, en un trabajo reciente que realizó el propio Sellés
junto con el también investigador del
INIA Raúl Ferreyra, intentaron determinar lo que ocurría con las diferentes
estrategias de riego en los procesos evaporativos. Durante este ensayo realizaron riegos de alta y baja frecuencia con
el fin de determinar su relación con el
fenómeno de evaporación. “Hemos
encontrado que mientras más húmeda
está la superficie del suelo, más alta es la
evaporación. Esto se ha visto reflejado
en los contenidos de humedad del suelo,
que en los riegos de alta frecuencia son
más bajos, ya que en cada evento de riego la mayor parte del agua se evapora y
no penetra al suelo. Cuando el riego es
menos frecuente y la cantidad de agua
aplicada es mayor, esta se evapora en
cierta medida en el momento del riego
pero gran parte del agua infiltra, reflejándose en un mayor contenido de agua
en el suelo que en el caso anterior (alta
frecuencia). Esto indica que con alta
frecuencia se produce una mayor evaporación de agua.
Para Sellés es innegable que con riegos
diarios de alta frecuencia el componente
de evaporación es altísimo. “Si quiero
tener un sistema de riego de alta frecuencia debo complementarlo con el
uso de mulch”, recomienda. Aquellos
Agua y Riego
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Variación interanual del caudal
medio mensual
del río Aconcagua
(1ª sección).
AbrMayJun Jul Ago Sep Oct Nov Dic EneFeb Mar
1980 - 1981
1981- 1982
1982 - 1983
1983 - 1984
1984 - 1985
1986 - 1987
1987- 1988
1988 - 1989
1989 - 1990
1990 - 1991
1991- 1992
1992- 1993
1993- 1994
1994- 1995
1979- 1980
1978- 1979
1977- 1973
1976- 1977
1975- 1976
1974- 1975
Promedio
Gráfico 2:
Caudales del río Aconcagua en
Chacabuquito (m3/s).
70
Pronóstico 2014 / 15
52.5
Caudal
85%
17.5
0
Sep Oct Nov Dic EneFebMar
pronostico 2014/15
caudal 85% CNR
Caudal 50%
Caudal año seco 1968-69
FUNGICIDA AMPLIO ESPECTRO
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Caudal
medio
35
BOTRAN
•
•
•
•
•
•
1985 - 1986
Un producto de:
Agro technology
Una empresa:
potenciando lo natural
Agosto 2015
Fuente: G. Sellés.
Según cuenta el asesor, Martín Silva, hace un
tiempo venía nervioso regresando de Ovalle
porque debía resolver la presión de los agricultores sobre el problema del uso de mulch.
Contactó a Gabriel Sellés para entender cuánta
agua se podía ahorrar con el uso del mulch.
Según las mediciones que había hecho el experto del INIA en Aconcagua, se conseguía
un ahorro del 31%. “El trabajo lo hicimos en
Agrícola Brown, con riegos de baja frecuencia
dos o tres veces por semana. Probablemente
la metodología que usamos no fue la más fina
del mundo, por lo tanto, ese 31% puede tener errores. En la medida que los riegos son
mucho más frecuentes, la evaporación será
mayor. Este 31% es un número referencial y
estamos haciendo un seguimiento de este para
llegar a números más refinados”, explica.
Caudal medio mensual (m3 / s)
El uso del mulch, orgánico o de otro material, es
una técnica que no representa alta tecnología ya
que se pueden usar incluso los residuos de poda
sobre la hilera de plantas, cubriendo las líneas
de riego. Si bien el investigador del INIA aún
no conoce los posibles efectos contrarios que
pudiese tener su uso, “lo que sí sabemos es que
la evaporación es alta, sobre todo en sistemas
de riego localizado de alta frecuencia”, subraya.
Gráfico 1:
Caudal (m3 / s)
productores que han aplicado mulch en sus
huertos jóvenes han hecho una muy buena inversión, porque el 30% del agua que estaban
aplicando se iba a evaporar, pero con el mulch
han logrado bajar ese porcentaje.
49
Agua y Riego
50
Cuadro 1: Evaporación directa del agua del suelo de un
parronal
Mes
mm / día
m3 / ha / mes
%ETc
Noviembre
1,68
504
37
Diciembre
1,15
356,5
24
Enero
1,89
585,9
36
Febrero
1,83
512,4
27
Promedio
31
Gráfico 3:
Variación de la humedad
en Viña Arcángel en suelo
con y sin mulch
Fuente: G. Sellés.
Humedad Aprovechable (%)
120
100
80
60
40
20
RIEGO DEFICITARIO CONTROLADO
0
-20
-40
potranspiración como un ente global.
Es decir, tanto la transpiración y evaporación, reduciendo cada uno de los
diferentes factores que la afectan. Por
ejemplo, el viento o la radiación solar
directa, “entonces, el uso de mallas o
de cubiertas plásticas debiera tener un
efecto al ser un sistema protegido”, sugiere el especialista. En un trabajo realizado por Sellés se obtuvo un 32%de
economía de agua por el sólo hecho de
usar malla sobre el cultivo, un elemento
que permite pasar una gran fracción de
radiación pero disminuyendo la velocidad de viento, con lo que consigue una
reducción de la evaportaranspiración.
El experto subraya que se debe analizar la calidad del plástico o la malla en
cuanto al paso de la luz ya que desde la
Región de O’Higgins al norte la radiación supera a la capacidad fotosintética
de las plantas.
0 5 10 152025
Dias después de riego (Diciembre 2010-Enero 2011)
Testigo
Según manifiesta el propio Sellés, el método de trabajo que emplean en España
es diferente, ya que cuando tienen problemas de sequía lo que hacen es disminuir el área mojada. Es decir, si tienen
cinco goteros por planta sólo dejan, por
ejemplo dos, de tal manera que toda el
agua aplicada se concentra en un punto, puede infiltrar mejor y se disminuyen
las tasas de evaporación. “Tampoco los
colegas españoles me pudieron dar un
número preciso. Me dijeron que el potencial hídrico a medio día podía llegar a
-1,5 MPa, con varios puntos de emisión
y en otro caso (menor área mojada) era
-1,3 MPa. Y esa magnitud es bien importante porque se está en el corte de
la fotosíntesis. Entonces la evaporación
Mulch
puede ser mucho más importante de lo
que nos podemos imaginar”, explica el
experto.
Entonces, si la intensión del productor
es realizar riegos de alta frecuencia para
evitar estrés y entregar un poco de agua,
necesariamente deberá usar mulch. “Si
no lo utiliza es la peor estrategia porque
lo único que hará será alimentar a la atmósfera que siempre está insatisfecha
con el agua que puede ir absorbiendo”,
subraya Sellés.
REDUCCIÓN DE LA
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Otra técnica descrita por el investigador
pasa por reducir el fenómeno de eva-
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Agosto 2015
El investigador sostiene que es posible reducir las cantidades de agua a las
plantas si que se conoce bien cuánta
agua consumen éstas. “Y esos déficits
hídricos se pueden aplicar durante todo
el periodo o solo en algunos estados
fenológicos específicos donde las plantas son menos sensibles. Por ejemplo,
en cerezo, después la cosecha se puede
disminuir el agua y esto no afectará al
tamaño de los frutos, sin incidir en el
aspecto comercial”, explica. Sin embargo, si el estrés que se aplica es severo
después de cosecha se podría afectar la
producción del año siguiente.
La intención de Sellés es reflejar que
previo a ‘apretar al cogote’ a las plantas,
existen algunas técnicas que permitirían
economizar el agua desde el punto de
vista de la reducción de los volúmenes
aplicados, sin afectar la productividad de
las plantas. Uno es el aumento de eficiencia de riego (riegos localizados), el otro
es controlar las pérdidas que no aportan
nada al sistema productivo, como es el
caso de la evaporación, o bien disminuyendo la evapotranspiración con el uso
de mallas o plástico, manteniendo un
equilibrio lumínico dentro del sistema.
Un trabajo realizado en Aconcagua concluyó que la evapotranspiración de un
parronal es de alrededor de 8.500 m3/
ha (100% ETc) , aplicando más agua no
aumentan los rendimientos significativamente. Bajo 7.000 m3/ha (80% ETc)
se podría ver afectada la producción y la
calidad de la fruta. Esto es algo que varía
en función de las variedades, ya que en
algunos casos se ve afectado el calibre
de las bayas.
En general, en la medida que se riega
menos o se aplica una estrategia de Riego Deficitario Controlado (RDC), dependiendo de la magnitud del déficit que
se genere, se pueden ver afectados los
elementos productivos. Un trabajo realizado en EEUU determinó, por ejemplo, que el tamaño de las ciruelas se veía
afectado a medida que se aumentaba el
estrés. “Hoy los mercados nos piden
fruta sana, de buen tamaño, que tenga
un buen contenido de azúcar, bonita...
Actuando con diferentes déficits hídricos en la planta podemos alterar la calidad del fruto e incluso hay efectos sobre
la vida de poscosecha”, asegura Sellés.
A modo de ejemplo, un estudio realizado por Raúl Ferreyra y Gabriel Selles en
paltos en Aconcagua concluyó que los
excesos de agua eran tanto o más problemáticos que los déficits, mientras que
en EE UU se realizó un trabajo que determinó que a medida que aumentaban
el déficit hídrico en el tiempo, la productividad de los nogales disminuía. Ese
no fue el único problema porque para
recuperar esos árboles eran necesarias al
menos dos temporadas.
“Hay que pensar si es bueno someter
a las plantas a un estrés hídrico y hasta
que nivel, y si esto va a ser ocasional o
permanente. En determinadas condiciones quizás lo mejor sería tratar de ajustar
la superficie a la disponibilidad de agua
para asegurar la inversión? Porque hoy
MINIMIZA EL RIESGO Y AUMENTA LA
RENTABILIDAD DE TUS CULTIVOS
Agua y Riego
no interesa el kg/ha sino el kg/m3 de
agua por lo que incluso si cultivamos
menos hectáreas quizás obtendré más
toneladas”, remarca Sellés.
Un trabajo realizado por el investigador
del INIA, Raúl Ferreyra, analizó en Petorca 300 ha de paltos que tenían una
cierta productividad, donde las aplicaciones de agua eran un 40% menos de lo
que requería el huerto. El estudio consistió en concentrar el agua en la mitad
del predio y las producciones fueron tan
altas como las que se daban en todo la
parcela. Pero no fue lo único, ya que los
calibres pasaron a un tamaño comercial
mucho más importante. Y algo que hoy
en día es significativo para cualquier explotación agrícola, los costos de operación fueron menores.
PROBLEMAS TRAS HACER RDC
Para Sellés, el principal problema que
surge a largo plazo cuando se establece
una estrategia de RDC es que se produce un decaimiento de los huertos. Sellés
lo ejemplifica en un huerto de Thompson Seedless que fue sometido durante
cinco años a RDC, tras lo cual se pudo
comprobar que los pesos de poda empezaron a disminuir, es decir, el material para tener fruta a futuro comienza
a verse afectado. En otro ensayo realizado en vid vinífera, aplicando RDC
51
desde pinta a cosecha, las reservas de
almidón en el sistema radicular cayeron
considerablemente.
Problemas de este tipo no solo se han
manifestado en Chile, ya que un estudio realizado en España comprobó que
a medida que aumentaba el déficit hídrico en cerezos, las reservas de almidón en las raíces disminuía y eso tenía
una relación directa en la fructificación
en la temporada siguiente. “Si no manejamos o controlamos bien estas técnicas, se pueden ocasionar efectos muy
negativos en la producción a mediano y
largo plazo”, asegura.
Otro aspecto que debiesen tener en
cuenta los productores es que si inician
una estrategia de RDC sin tener presente
la calidad del agua, la salinidad puede ser
un problema complicado porque a medida que ésta vaya aumentando, afectará
el desarrollo de las plantas. “Por eso es
que se debe tener presente el cultivo, la
calidad del agua de riego y la conductividad eléctrica máxima en el sistema de
raíces que tolera el cultivo, que no afecten
los rendimientos. Hacia el norte las aguas
son más salinas y es un aspecto a tener
en mente cuando dicen que ‘con 5.000
m3/ha nos estamos salvando’, porque se
debe mirar bien qué pasa con la reserva
nutricional de las raíces y la conductivi-
dad eléctrica del suelo. Si intervenimos
reduciendo y aplicando déficit hídrico a
las plantas sin controlar los otros parámetros, podremos salvar la temporada
pero nos olvidaremos de lo que ocurrirá
al cuarto o quinto año”, explica Sellés.
Para el investigador del INIA hoy en día
existe una buena oportunidad para hacer un balance hídrico y saber cómo nos
podemos ajustar con los cultivos permanente de acuerdo a la disponibilidad de
agua con la que contamos. “Puede que
nos salvemos el episodio de sequía que
estamos viviendo ahora, pero vendrán
otros ciclos. Y nuestra mente la debemos ir cambiando para que los productores puedan obtener más dinero por
cada metro cúbico de agua que están
empleando”, finaliza.
Agosto 2015
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