¿cuáles estimas que pueden ser las causas del progresivo deterioro

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¿CUÁLES ESTIMAS QUE PUEDEN SER LAS CAUSAS DEL PROGRESIVO DETERIORO DE LAS DESTREZAS ORTOGRÁFICAS EN NUESTRO ALUMNADO? (A. Gómez Vidal) Es un hecho incuestionable que cada vez con más frecuencia los docentes levantamos el grito al
cielo al comprobar el progresivo aumento de los errores ortográficos de nuestro alumnado y la cada vez
más difícil tarea, no ya de escribir correctamente, sino incluso de saber expresar qué se quiere decir.
Constatado este hecho conviene plantearse qué ha cambiado en el sistema educativo para llegar a
la verificación de que “en nuestros tiempos se escribía mejor”. Las razones que pueden explicar este
progresivo deterioro son múltiples y de diversa índole:
Unas se pueden achacar a los propios alumnos: el escaso hábito lector, la preferencia de las nuevas
generaciones por la cultura de la imagen en perjuicio de la letra escrita, nuevas formas de comunicación
digitales o recursos multimedia que presentan más estímulos que la letra impresa, el poco interés que
los estudios, en general y de la lengua, en particular, suscitan en nuestros adolescentes…
Otras, al propio sistema educativo, y que afectan a la didáctica de la Lengua: el peso que otorgamos
en el currículum a los contenidos gramaticales/literarios en detrimento de los que afectan al desarrollo
de las habilidades lingüísticas. A este propósito, el decreto de mínimos es muy claro en cuanto a los
contenidos que hay que impartir: leer, escribir, conversar y escuchar tienen la misma entidad y peso en
cuanto a la evaluación, como los bloques referidos al conocimiento de la lengua y educación literaria. Y
sin embargo, los profesores estamos empeñados en enseñar gramática y apenas damos importancia a lo
que realmente importa: el uso que hacemos de la lengua, la enseñanza funcional desde un enfoque
comunicativo o en palabras de C. Lomas, el cómo enseñar a hacer cosas con palabras.
Algunas razones pueden estar relacionadas con la permisiva concepción que la sociedad misma otorga
a la ortografía, minusvalorando su importancia y relativizando su valor; continuamente leemos rótulos
de comercios, escritos de diversa procedencia, títulos de revistas o publicaciones... que atentan contra
las más elementales pautas ortográficas; qué decir de los dardos en la palabra que estamos
acostumbrados a leer u oír en la prensa o a nuestros políticos…
Razones inherentes a la propia entidad de la ortografía (muchas excepciones a una misma regla,
grafemas que se mantienen por razones etimológicas de poca utilidad en nuestros días, sonido iguales
que se representan con fonemas distintos…). Han pasado ya muchos años desde que García Márquez –
y antes que él la línea reformista que vino en llamarse el “cisma” chileno-1 pusiera el dedo en la llaga al
defender la necesariedad de simplificar la gramática y de humanizar las reglas ortográficas. Desde varios
flancos se defiende una ortografía fonética que reduzca las grafías distintas para un mismo sonido, la
inutilidad de la h o la indiferencia entre g y j de nuestro nobel onubense, por citar unos ejemplos.
Finalmente, el profesorado: suele ser una práctica habitual que los docentes de los niveles superiores
vayamos “inculpando” a los que nos precedieron en las tareas de adoctrinar en el campo de la
ortografía sin que, aparentemente, encontremos estrategias eficaces y métodos de enseñanza de la
ortografía que nos permitan contrarrestar esta vorágine. Continuando inercias pedagógicas heredadas –
realización de dictados, copiado de palabras en las que se ha cometido error, ejercicios que trabajan
con la palabra aislada de su entorno significativo, el uso poco habitual de técnicas de lectura y escritura
para aprender a escribir…- el profesor apenas se para a reflexionar sobre las pautas didácticas más
adecuadas para cada alumno.
Señala el profesor 2 Alberto Millán (2000):
1
Gabriel García Márquez, Botella al mar para el dios de las palabras, Discurso de apertura del Primer Congreso de la Lengua Española en Zacatecas:
“Simplifiquemos la gramática antes que la gramática termine simplificándonos a nosotros. Humanicemos sus leyes (…). Jubilemos la ortografía, terror del
ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota, pongamos más uso de razón en los acentos
escritos (…) Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una (…)”
2
MILLÁN CHIVITE, Ortología y Ortografía. Didáctica de la expresión oral y escrita (2000). Grupo de investigación de LENGUA ESPAÑOLA APLICADA
A LA ENSEÑANZA. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad Hispalense de Sevilla.
¿CUÁLES ESTIMAS QUE PUEDEN SER LAS CAUSAS DEL PROGRESIVO DETERIORO DE LAS DESTREZAS ORTOGRÁFICAS EN NUESTRO ALUMNADO? (A. Gómez Vidal) “Los profesores de todos los niveles educativos, incluso del universitario, somos testigos de ese
galopante –y preocupante- deterioro del lenguaje escolar en su doble vertiente ortológica y ortográfica:
penosas intervenciones orales de los alumnos en clase, exámenes y trabajos escritos plagados de
errores, conversaciones con un léxico más propio de barriobajeros que de estudiantes…
Pero asumamos la cuota de responsabilidad que nos corresponde. No solo los planes de
estudio, también el profesor es culpable, tanto el que enseña lengua española como el que imparte
cualquier disciplina, porque quien enseña en español tiene la obligación primaria de ser profesor de
español (…).
En los nuevos planes de estudio de básica y secundaria, frente al enfoque tradicional de enseñar
gramática, se pretende como objetivo prioritario el dominio del lenguaje oral y escrito, tanto en el
aspecto comprensivo como en el de la expresión. Si se consiguiera tal objetivo, estaría bien empleado
el descenso de conocimientos gramaticales teóricos, pero por lo visto hasta el momento, los alumnos ni
alcanzan un mayor dominio de su lengua (pág. 8).
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