La esencia del cristianismo; Ludwig Feuerbach

Anuncio
LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO
Ludwig Feuerbach
INTRODUCCIÓN
1− LA ESENCIA DEL HOMBRE
La esencia del hombre es el fundamento y el objeto de la religión. El hombre puede tener conciencia de la
existencia de un ser infinito, mientras que el animal no dispone de conciencia sino de instinto. El hombre
perfecto debe poseer las facultades del pensamiento, la voluntad y el corazón; razón, amor y voluntad son
facultades de la esencia suprema y el fin de su existencia (la trinidad divina en el hombre).
Dios es la esencia objetivada del hombre, y sólo a través del objeto (Dios) el hombre es consciente de sí
mismo. Pero este objeto es religioso porque es objeto del sentimiento en el hombre (lo único que se puede
objetivar y definir como esencia del hombre es la naturaleza del sentimiento; Dios es el sentimiento puro,
ilimitado y libre).
2− LA ESENCIA DE LA RELIGIÓN
La conciencia de Dios no es más que la autoconciencia del hombre, pero el hombre religioso no es consciente
de que su conciencia de Dios es la autoconciencia de su esencia, y en esto reside la esencia de la religión, en
esta carencia de conciencia. Lo que se pretende es demostrar que no existe contradicción entre lo divino y lo
humano, que la única contradicción está entre la esencia y el individuo humanos, y que el contenido y objeto
de la religión cristiana son humanos.
Hay personas que tratan de negar los predicados divinos pero no la existencia de Dios, y esto es imposible
pues la necesidad de sujeto consiste en la necesidad de predicado (lo que es el sujeto depende de cómo sea el
predicado). La separación entre sujeto y predicado surge cuando se piensa a Dios como algo abstracto, cuando
sus predicados son mediatizados a través de la abstracción filosófica.
Los predicados divinos son los mismos que los humanos, pero los católicos para eliminar esto se basan en la
idea de que Dios es un ser infinito, un cúmulo infinito de predicados diferentes de los que sólo algunos son
semejantes a nosotros. Pero es que el ser humano está formado por una riqueza infinita de predicados
diferentes porque se realiza en la riqueza infinita de individuos diferentes. Y a esto hay que sumar que los
predicados de Dios poseen la cualidad de que, poseyendo uno, poseo al mismo tiempo todos los demás,
porque entre ellos no se encuentra ninguna diferencia real.
El predicado es el verdadero sujeto, y ya que ha quedado patente que los predicados divinos son
determinaciones de la esencia humana, también su sujeto será un ser humano.
I. LA ESENCIA VERDADERA, ES DECIR, ANTROPOLÓGICA, DE LA RELIGIÓN
3− DIOS, COMO SER DEL ENTENDIMIENTO
El hombre establece una división entre el hombre y su propia esencia (Dios). Dios concebido como lo opuesto
del hombre, como ser no humano, es decir, como ser personal, es la esencia objetivada del entendimiento. El
"espíritu infinito", a diferencia del finito, no es más que la inteligencia separada de los límites de la
individualidad y de la corporeidad, la inteligencia pensada o puesta por sí misma. Dios es la facultad del
pensamiento realizada.
1
Se atribuye falsamente una existencia sensible al ser pensado.
La medida de tu Dios es la medida de tu entendimiento. Todas las determinaciones de Dios son conceptos
deducidos de la esencia del entendimiento.
4− DIOS, COMO SER MORAL O COMO LEY
Un Dios que sólo expresa la esencia del entendimiento no es el Dios de la religión, no la satisface. Para que el
hombre encuentre satisfacción en la religión, ésta debe contener algo diferente al entendimiento, y este algo,
debe contener el núcleo específico de la religión: la perfección moral.
Dios como ser moralmente perfecto no es más que la ley personificada de la moral. El Dios moral exige del
hombre que sea como es él mismo, (esto es la propia conciencia del hombre).
La perfección moral depende únicamente de la voluntad. La idea de ser moralmente perfecto es una idea
práctica que exhorta a la acción y a la imitación, y me pone en tensión y en contradicción conmigo mismo
(enfrenta al hombre con su propio ser como si fuera otro, y, encima, un ser personal).
El amor es el principio de mediación entre lo perfecto y lo imperfecto, entre la ley y el corazón, entre lo
divino y lo humano. Un ser exclusivamente moral no puede perdonar lo que va contra la ley de la moralidad,
por tanto, si Dios es considerado como un ser que perdona los pecados, no se le considera un ser inmoral, sino
un ser no−moral, supramoral; en una palabra, como un ser humano.
5− EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN O DIOS COMO SER DEL CORAZÓN
La antropología no considera la encarnación como un misterio especial y extraordinario; destruye, más bien,
la ilusión de que detrás hubiera un especial misterio sobrenatural; critica el dogma y lo reduce a sus elementos
naturales, innatos al hombre, a su origen interno y su centro, o sea, al amor.
El dogma nos presenta dos cosas: Dios (forma diferente al amor; omnipotencia de un poder tenebroso no
unido por el amor) y amor (es un simple predicado, ni es sujeto ni es ser). Mientras el amor no sea elevado al
rango de sustancia de sujeto, mientras en el fondo del amor aceche un ser sin amor, demoníaco, con una
personalidad diferenciable del amor que guste de castigar y ver sufrir, existirá el fanatismo religioso. Sin
embargo, el amor es lo esencial en la encarnación, aunque todavía esté ligado a la noche de la conciencia
religiosa. La encarnación es puro amor, sin diferenciar el divino del humano.
La conciencia religiosa niega la capacidad de sufrimiento de Dios y, por tanto, la verdad de la religión.
La encarnación es la certeza indudable del amor de Dios por el hombre. La manifestación sobre la Tierra fue
limitada (tanto espacial como temporalmente), mientras que la esencia de la manifestación es eterna y
universal.
6− EL MISTERIO DEL DIOS QUE SUFRE
La determinación esencial de Cristo (el Dios humano) es la pasión. Dios en cuanto Dios es la suma de toda la
perfección humana; Dios en cuanto Cristo es la suma de toda la miseria humana.
El sufrimiento es el punto culminante del sentimiento cristiano, en el que se refleja el ser de su Dios. La
religión es el reflejo del ser humano en sí mismo. El hombre de sentimiento sólo cree en un Dios sensible, él
sólo puede creer lo que está en su propia esencia.
7− EL MISTERIO DE LA TRINIDAD Y DE LA MADRE DE DIOS
2
Al hombre no le basta un ser sensible y sufriente, sólo un ser que abarque en sí al hombre total puede
satisfacer al hombre entero− sensibilidad, sufrimiento y entendimiento. Esta necesidad es satisfecha por la
religión, que une a la esencia divina otro segundo ser diferente de Dios, según la personalidad, pero idéntico
con él según la esencia: Dios hijo diferente de Dios padre. Dios padre es el yo, el entendimiento, Dios hijo es
el tú, el amor; pero amor con entendimiento, y entendimiento con amor, es ya espíritu, es el hombre total. Si
el espíritu santo es la unidad de Dios y el hombre, ya no lo necesitamos, pues, para nosotros, esta unidad
reside ya en el padre, y más todavía en el hijo. La tercera persona es innecesaria, pues es el amor, y, para el
amor, dos son suficientes. El hijo no es más que el corazón divino, es decir, el corazón humano objetivado
como ser divino.
8− EL MISTERIO DEL LOGOS Y DE LA IMAGEN DIVINA
A los hombres no les hace feliz el Dios como ser abstracto de la razón, sino que, como seres de ánimo y
sensibilidad, los hace felices sólo la imagen. La segunda persona en Dios es la esencia objetivada de la
imaginación. El hijo es la necesidad satisfecha de ver en imágenes la esencia objetivada de la actividad
imaginativa, como una actividad divina, absoluta.
Pero este culto a un Dios que es esencia objetiva de la imaginación puede llevar a pensar que la iglesia hace
culto a la imagen, y, por mucho que hagan diferencias entre imagen y objeto, acaban confensando sin querer
que existe una santidad de la imagen.
Otra determinación de la segunda persona en relación a la esencia de la imagen es que es la palabra de Dios.
La palabra misma es un ser de la imaginación, pero, precisamente por eso, ejerce sobre el hombre el poder de
una droga y lo hace prisionero. La palabra es el pensamiento en imágenes. La palabra tiene una fuerza
redentora; por eso los pecados que confesamos nos son perdonados gracias al divino poder de la palabra.
9− EL MISTERIO DEL PRINCIPIO CREADOR DEL MUNDO EN DIOS
El origen del mundo es la conciencia de Dios de sí mismo: Dios piensa al mundo en cuanto se ha pensado a sí
mismo; pensarse es generarse; pensar el mundo es crearlo. El hijo, el otro Dios pensado por sí mismo, es el
principio de la creación del mundo.
El hombre se siente dependiente del mundo porque también se siente dependiente de los otros hombres; sin
los otros hombres el mundo no tendría sentido. En los otros el hombre adquiere claridad y conciencia sobre sí,
y, así, también, adquiere claridad sobre el mundo.
La diferencia entre el mundo y Dios, como creador del mundo, es, por lo tanto, formal y no esencial. La
esencia de Dios es la esencia abstracta y pensada del mundo; la esencia del mundo es la esencia de Dios real,
percibida por los sentidos. La creación no es más que un acto formal , pues lo que antes de la creación era
objeto del pensamiento, del entendimiento, es puesto por la creación como objeto de los sentidos, pero según
su contenido es lo mismo (aunque siga siendo inexplicable cómo del pensamiento de un ser puede proceder un
ser real y material).
El principio creador del mundo en Dios no es más que el acto de pensamiento objetivado según sus elementos
más simples.
10− EL MISTERIO DEL MISTICISMO O EL MISTERIO DE LA NATURALEZA EN DIOS
Cuando el místico especula sobre la esencia de Dios, en realidad, lo está haciendo sobre la esencia de la
naturaleza o del hombre. Feuerbach tacha al misticismo de ser la enfermedad de Dios; el misticismo no es más
que antropología y psicología imaginadas, éstas se comprenden bajo el nombre de teología. El ser divino es la
esencia humana, el espíritu separado del hombre.
3
La religión explica lo que es Dios fuera de la naturaleza. Dios es la esencia impersonal de la naturaleza; por
ello no podemos explicar la naturaleza de Dios a partir del concepto de personalidad, porque esta naturaleza
está fuera de la naturaleza, es algo abstracto. El único fundamento explicativo de la creación es que proviene
de la nada.
11− EL MISTERIO DE LA PROVIDENCIA Y LA CREACIÓN EX NIHILO
La creación de la nada es la expresión suprema de la omnipotencia y, como tal, está en la misma categoría
que el milagro; pero como el milagro es imaginado, la creación de la nada también lo es, en cuanto que es un
milagro originado.
La creación de la nada al identificarse con el milagro también se identifica con la providencia, porque la idea
de providencia es idéntica a la del milagro (la demostración de la providencia es el milagro).
La creencia en Dios es la creencia en la significación divina de la esencia humana; pero la creencia en la
providencia no es más que la creencia en la creación ex nihilo y viceversa.
El hombre es fin y fundamento de la creación (aunque separe de sí su esencia como un ser personal diferente).
El núcleo de la creación es la autoconfirmación de la esencia humana.
12− LA SIGNIFICACIÓN DE LA CREACIÓN EN EL JUDAÍSMO
La doctrina de la creación proviene del judaísmo y tiene como principio básico el egoísmo. El hombre se ha
separado de la naturaleza y la somete a su voluntad.
El punto de vista de la teoría es el punto de vista de la armonía con el mundo; la naturaleza es vista como
originada, pero no como creada en el sentido de la religión, la naturaleza es un fin en sí misma. Pero quien se
sitúa en el punto de vista práctico y considera desde allí el mundo convirtiendo el punto de vista práctico en
teórico se enemista con la naturaleza y la hace esclava de su egoísmo.
El monoteísmo concentra al hombre sobre sí mismo, todo se crea de la nada, la naturaleza es arbitraria y sólo
funciona con fines humanos; este es el egoísmo del judaísmo.
Jehová es para los israelitas fin y señor de la naturaleza, utilizan el poder de la naturaleza para celebrar el
poder de Jehová y el poder de su autoconciencia (egoísmo).
13− LA OMNIPOTENCIA DEL SENTIMIENTO O EL MISTERIO DE LA ORACIÓN
La religión cristiana es la judía purificada del egoísmo nacional; los milagros del cristianismo no tienen como
objeto el bienestar de una nación, sino el bienestar del hombre. El cristianismo ha espiritualizado el egoísmo
del judaísmo elevándolo a la subjetividad.
Dios es el amor que satisface nuestros deseos y necesidades de sentimiento. Mediante la oración el hombre se
asegura el cumplimiento de sus deseos; Dios contradice las leyes de la naturaleza para satisfacer las
necesidades humanas. En la oración el corazón humano habla con su propia esencia y se siente feliz olvidando
que hay un límite a sus deseos.
La omnipotencia a la que se dirige el hombre en la oración es la omnipotencia del corazón, del sentimiento
que rompe los límites del entendimiento. La omnipotencia ejecuta la voluntad del sentimiento; en la oración
nos dirigimos a la omnipotencia de la bondad. En la oración el hombre adora su sentimiento considerándolo
como divino.
4
14− EL MISTERIO DE LA FE, EL MISTERIO DEL MILAGRO
La trinidad cristiana está formada por fe (la fe a las promesas y deseos ya cumplidos que forman parte de la
historia),amor (es el ser que cumple las promesas) y esperanza (esperanza de cumplimiento de deseos y
esperanzas que no han sido ya cumplidos).
La fe es la fe en la divinidad del hombre (si creo en un Dios tendré un Dios), la fe en Dios es el Dios del
hombre. El milagro es el contenido esencial de la fe, es un deseo sobrenatural realizado.
La diferencia entre el milagro y la razón no reside en el resultado sino en el modo de hacerlo. El milagro
satisface los deseos de la manera que corresponde a la esencia del deseo (sin demora, sin estar vinculado a
ningún límite). El milagro es absurdo e impensable, no tiene fundamento filosófico, es inexistente, y, como
tal, imposible. Lo que hace que pueda ser pensado es que se introduce en la razón, el milagro, como un dato
de los sentidos; el hombre engaña su razón introduciendo datos sensibles. La propiedad esencial del milagro
es la de ser agradable al sentimiento, es satisfacerlo.
Para los hombres de entendimiento la imaginación es un objeto, pero, para los hombre incapaces de distinguir
la percepción subjetiva de la objetiva, la imaginación es igual a su sentimiento, es identica a su ser es su
representación esencial objetiva y necesaria.
15− EL MISTERIO DE LA RESURECCIÓN Y DEL NACIMIENTO SOBRENATURAL
El hombre no desea morir debido a su instinto de conservación. Detrás de este deseo reside la certidumbre de
esta esperanza, pero la razón no puede cumplir esta esperanza. La resurrección de Cristo es la satisfacción del
deseo humano de una certeza inmediata de su persistencia personal después de la muerte. El hombre subjetivo
que vive en el sentimiento y la imaginación convierte sus sentimientos en regla de lo que debe ser, se rige por
la arbitrariedad de su imaginación.
Así como la resurrección, el nacimiento sobrenatural también conviene a los creyentes, porque la concepción
inmaculada de María representa un acto de purificación de la humanidad porque el esperma del varón
supondría el contagio del pecado original; además para la humanidad el proceso natural de generación es una
abominación.
La teoría no encaja porque haría falta que la virgen hubiera sido concebida por una madre también
inmaculada. Los principios del cristianismo son contradictorios.
16− EL MISTERIO DEL CRISTO CRISTIANO O DEL DIOS PERSONAL
Cristo es el sentimiento o corazón exteriorizado, es el redentor milagroso, el deseo realizado del sentimiento
libre de las leyes de la moral, es un Dios que es al mismo tiempo hombre, y un hombre que es al mismo
tiempo Dios. Cristo es el deseo realizado de ver a Dios tal como el sentimiento lo desea y necesita.
Dios no es más que la esencia del hombre; y, que, como hombre, llegue a ser objeto para la conciencia,
constituye el fin de la religión, fin que es alcanzado en Cristo, en la encarnación de Dios. Pero ver a Dios no
es suficiente para el entendimiento porque la representación visual confirma únicamente el sentimiento. La
pasión de Cristo es la última prueba, la seguridad suprema y objetiva de su realidad.
Cristo es el Dios personal; es una falacia, pues, decir, que el cristianismo es la religión de tres personalidades
(que sólo existen en la dogmática) y no de un Dios personal.
La diferencia entre la religión cristiana y otras, es que en la cristiana corazón e imaginación están unidos,
mientras que en las otras no.
5
17− LA DIFERENCIA ENTRE CRISTIANISMO Y PAGANISMO
Toda la diferencia gira entorno al desprecio o no desprecio del mundo.
Los cristianos son subjetivos, creen en un ser absoluto, extra y supramundano; mientras que los paganos son
objetivos y permiten que lo otro del espíritu, la materia, viva. Los paganos menosprecian al individuo
poniendo por encima la especie; mientras que los cristianos abandonan la especie y consideran sólo al
individuo. Los paganos ven al hombre como un animal más, y los cristianos en oposición. Los antiguos
sacrificaban el individuo al género; los cristianos, el género al individuo.
Especialmente característica es la diferencia de cristianismo y paganismo respecto a la relación del individuo
a la inteligencia, al entendimiento y al nous. Para los paganos el entendimiento es la esencia del hombre, es
una esencia universal; para los cristianos una parte de sí mismo. Para los paganos la inteligencia, el género,
era inmortal, es decir, divino; para los cristianos lo era el individuo. Existe una diferencia crítica y cualitativa
entre los hombres; el cristianismo borra estas diferencias porque no reconoce ninguna diferencia entre el
género y el individuo.
18− EL SIGNIFICADO CRISTIANO DEL CELIBATO VOLUNTARIO Y DE LA VIDA MONÁSTICA.
El hombre religioso tiene a Dios como su única necesidad, la necesidad del género humano está en un
segundo plano para él. Dios representa el género, y es, en la renuncia del mundo, en el aislamiento, cuando se
experimenta la necesidad de Dios, lo que Dios es y debe ser para mí. El fundamento de la salvación es Dios, la
relación inmediata a Dios.
Hay que romper con el mundo, con la materia, con la vida de género, y esto se realiza de manera sensible en
la vida monacal. La manifestación sensible de esta renuncia espiritual es la vida claustral, la vida ascética es
fundamentalmente la vida celestial tal y como se manifiesta y puede manifestarse en este mundo. La libertad
espiritual se alcanza renunciando a las cosas sensibles. Pero esto contradice al cristianismo de hoy en el que el
Señor sólo quiere una libertad espiritual libre de sacrificio.
En la esencia del cristianismo reside que la vida de celibato es la única no mundana y sobrenatural. Así como
el cristiano no tiene necesidad de cultura (vida monacal), porque es un principio mundano contrario al
sentimiento, tampoco tiene necesidad de amor natural. El hombre necesita de otra parte para producir la
totalidad, pero el cristiano se comprende en su subjetividad trascendente y sobrenatural como un ser perfecto
por sí mismo.
19− EL CIELO CRISTIANO O LA INMORTALIDAD PERSONAL
El cielo es la vida subjetiva absoluta, sobrenatural, libre de género y asexuada; y es allí donde el género
desaparece de la conciencia donde alcanza certidumbre la vida celestial.
La fe en la inmortalidad personal, en la vida celestial e inmortal, se identifica con la fe en el Dios personal. La
personalidad ilimitada es Dios, pero la personalidad celestial e inmortal no es más que la personalidad sin
límites; la diferencia consiste en que Dios es el cielo espiritual y el cielo es el Dios sensible. Actualmente Dios
es el reino celestial, en el futuro el cielo será Dios. Existe una unidad de la personalidad divina y celestial.
La fe en la inmortalidad del hombre es la fe en la divinidad del hombre; la fe en Dios es la fe en la
personalidad inmortal. Dios no sería Dios si el hombre no fuera inmortal, porque la existencia de Dios
depende de su propia existencia.
II. LA ESENCIA FALSA, ES DECIR, TEOLÓGICA, DE LA RELIGIÓN
6
20− EL PUNTO DE VISTA ESENCIAL DE LA RELIGIÓN
La religión apela al sentimiento. El punto de vista esencial de la religión sobre el mundo es práctico o
subjetivo, y, por lo tanto, Dios es un ser puramente práctico o subjetivo que sustituye la necesidad de una
concepción teórica. Dios no es objeto ni del pensamiento ni del conocimiento.
La visión práctica es egoísta, es en la que me relaciono con las cosas por amor de mí mismo; mientras que la
visión teórica está llena de alegría y encuentra satisfacción en sí misma.
La visión falsa de la religión es considerar a Dios como la visión pura, la vida de la teoría; como no tienen un
enfoque teórico, sino práctico, rellenan ese hueco con Dios. La esencia teórica de la religión es un ser
particular, Dios.
21− LA CONTRADICCIÓN EN LA EXISTENCIA DE DIOS
La religión es la percepción de la esencia humana como esencia de otro ser existente por sí mismo, es la
relación que el hombre sostiene con su propia esencia; pero la teología ha convertido la separación
primitivamente involuntaria entre hombre y Dios en una diferenciación deliberada.
La teología convierte el ser divino en otro ser mediante una prueba formal. Parece que las pruebas de la
existencia de Dios contradicen la esencia de la religión, pero es, solamente, porque, parece, que si la
existencia se piensa separada, se origina la apariencia de que Dios sería algo solamente pensado, apariencia
inmediatamente eliminada porque la prueba demuestra que la existencia de Dios ha de ser real porque si no
podría existir algo más perfecto que él.
Pero entonces hay una contradicción entre el Dios pensado y el Dios real que nos lleva irremediablemente al
ateísmo. Sólo la imaginación resuelve la contradicción de una existencia simultáneamente sensible y no
sensible. La imaginación es el verdadero lugar de una existencia ausente, no presente a los sentidos, pero, sin
embargo, sensible según su esencia.
22− LA CONTRADICCIÓN EN LA REVELACIÓN DE DIOS
Las pruebas racionales de la existencia de Dios son subjetivas; mientras que la prueba objetiva de la existencia
de Dios, la única verdadera de su existencia, es su revelación. La creencia en la revelación es la certeza de que
aquello en lo que se cree, lo que se imagina, existe. Para el sentimiento religioso no existe la teoría, sólo la
práctica, los hechos. Los hombres no podemos saber nada de Dios si no es a través de la revelación, en la que
Dios habla de sí mismo.
Pero, Dios, en el proyecto de su revelación, no depende de sí mismo, sino de la capacidad intelectual del
hombre (lo que sabemos de Dios pasa del hombre a Dios y vuelve al hombre). Por eso no existe ninguna
distinción real entre revelación divina y la razón o naturaleza humana.
De esta manera se confirma que el misterio de la teología no es más que antropología.
23− LA CONTRADICCIÓN EN LA PROPIA ESENCIA DE DIOS
Dios es la esencia humana, y, sin embargo, debe ser un ser diferente, sobrehumano. En el "debe" siempre se
niega lo que se afirma en el "es". La contradicción existente en el concepto fundamental sólo se disimula
mediante sofismas.
Una característica de la sofística cristiana es la incomprensibilidad del ser divino. La incomprensibilidad es
transformar en desconocido lo conocido, en sobrenatural lo natural,... La incomprensibilidad religiosa no es la
7
incapacidad de comprensión última de falta de entendimiento, sino el primer impacto que sobre el sentimiento
ejerce la imaginación.
La cualidad del saber es la misma en el hombre y en Dios, la diferencia es que la cantidad de saber en
nosotros es limitado, mientras que la religión elimina estos límites. La diferencia originariamente sólo
cuantitativa entre la esencia divina y la humana ha sido desarrollada por la reflexión en el sentido de una
diferencia cualitativa; por eso, lo que en un principio fue una emoción del sentimiento, una impresión de la
imaginación sobre el sentimiento, ha sido fijado como una cualidad objetiva, como real imcomprensibilidad.
24− LA CONTRADICCIÓN EN LA DOCTRINA ESPECULATIVA DE DIOS
La personalidad de Dios es la personalidad enajenada y objetivada del hombre. El saber que el hombre tiene
de Dios es el saber que el hombre tiene de sí mismo, de su propia esencia.
Es necesario que Dios sea pensado y conocido. Dios se piensa a sí mismo y es pensado por los demás. A Dios
no le es imprescindible para conocerse el ser pensado por los hombres, pues ya se piensa él, pero le hace falta
ser conocido (la creación es la manera de revelarse de Dios) porque si no sería únicamente una posible
persona, un ser imaginado.
La conciencia que el hombre tiene de Dios es la conciencia de sí de Dios y la conciencia humana en sí es la
conciencia divina; por lo tanto, al hombre no le hace falta enajenar su conciencia. Sólo la unidad de
conciencia y esencia es la verdad (hay que tener conciencia de que la esencia divina no es más que la esencia
humana); la unidad de la esencia humana llegará cuando reconozcamos la teología como antropología. Toda
identidad que no es unidad verdadera es una contradicción.
25− LA CONTRADICCIÓN EN LA TRINIDAD
La trinidad es, originalmente, la suma de las diferencias esenciales fundamentales que el hombre percibe en la
esencia del hombre; pero, la teología, ha convertido estas distinciones de la esencia humana en personas
divinas. Son tres personas, pero no son esencialmente distintas. La característica esencial de la realidad
personal, el elemento politeísta, es excluido, negado como no divino; pero, precisamente por esta negación su
personalidad se convierte en una apariencia de la imaginación. Las relaciones de las tres esencias no deben ser
meras relaciones y dependencias, sino personas reales, seres y sustancias. Se afirma entonces, la verdad del
plural, del politeísmo. Esta es la resolución del misterio sagrado de la trinidad: engaños, contradicciones y
sofismas.
26− LA CONTRADICCIÓN EN LOS SACRAMENTOS
Los sacramentos (elementos subjetivos de la religión) son: el de la fe el bautismo y el del amor la comunión.
La primera contradicción es que una materia natural como el agua tenga efectos sobrenaturales. El bautismo
es un milagro, y, si los milagros (el milagro causa la fe) no contradicen la religión, tampoco ha de hacerlo el
bautismo. Si se recurre a la experiencia esto no tendría fundamento, pues el único es la fe, y todas las verdades
sobrenaturales (fe) contradicen la experiencia.
La contradicción de la comunión es que el objeto de ésta es el cuerpo de Cristo, un cuerpo real, pero al que le
faltan los predicados necesarios de la realidad.
La contradicción de la religión es, como hemos podido comprobar, simultanear lo material con la
subjetividad.
La fe es el poder de la imaginación que convierte lo real en irreal y a la inversa; contradice la razón y los
8
sentidos. La imaginación convierte lo objetivo en apariencia y la existencia imaginada en real; pero, según la
verdad, lo realmente objetivo es sólo la materia natural.
27− LA CONTRADICCIÓN DE LA FE Y DEL AMOR
El amor identifica a los hombres con Dios y viceversa, y, por lo tanto, a los hombres con los hombres;
mientras que la fe separa a Dios del hombre y al hombre del hombre.
La fe es egoísta, porque beneficia sólo a los cristianos y condena a los que no lo son; el amor cristiano es el
amor sobrenatural que ama sólo lo cristiano, y esto no es el amor verdadero, el cual no hace este tipo de
distinciones. La fe es lo contrario del amor: el amor se identifica con la razón y es de naturaleza libre libre y
universal, pero la fe es de naturaleza estrecha.
A la religión cristiana se la ha acusado de ser la culpable de numerosas abominaciones a lo largo de la
historia, y éstas han surgido del cristianismo porque provienen de la fe (todas las acciones que contradicen al
amor y la razón provienen de la fe). La fe se eleva por encima de la leyes de la moral natural. Pero para que la
fe sea buena y verdadera ha de estar limitada por la moral porque una fe indiferente respecto del amor
contradice la razón, el sentimiento moral. Una fe que no se manifiesta por medio del amor no es verdadera;
pero esta limitación no proviene de la fe misma.
Pero aunque los enemigos de la religión cristiana que hacen a ésta culpable de estas abominaciones tengan
razón, por otro lado no la tienen, pues la religión no es sólo fe, sino tambien amor; estos actos contradicen y
corresponden a la vez al cristianismo.
Con respecto al amor, el que está unido a la fe es falso, pues el amor no conoce otra ley que sí mismo. La
contradicción del amor es que esté limitado por la fe cuando es divino por sí mismo; pero también es una
contradicción que, estando limitado por la fe, opine que los actos de odio que se hacen, se hacen por amor de
Dios. Este no es el verdadero amor: el amor verdadero se basta a sí mismo, no necesita de ninguna
autorización, es la ley universal de la inteligencia y de la naturaleza.
28− APLICACIÓN FINAL
Se ha demostrado que el contenido de la religión es humano, que la teología es antropología y que el misterio
del ser divino es la esencia humana.
No se pretende destruir la religión, sino criticarla y ver su verdadera verdad. Lo que es primero para la
religión, Dios, es segundo de acuerdo a la verdad, siendo lo primero el hombre y Dios un vehículo para
conocerse a sí mismo. La religión es la primera conciencia que el hombre tiene de sí mismo. Lo que es
sagrado para la religión porque son mandamientos divinos,... debe ser sagrado para ti, en y por sí mismo.
Lo que hay que hacer con la religión para destruir la ilusión y restablecer la verdad es, invertir las
consideraciones religiosas, ver lo secundario para ella como principal, lo que es un medio como un fin,...
9
Descargar