Guía técnica suelos contaminados

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Guía Técnica
de aplicación del RD 9/2005, de 14 de enero, por el
que se establece la relación de actividades
potencialmente contaminantes del suelo y los
criterios y estándares para la declaración de suelos
contaminados
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Versión web Mayo de 2007.
PREÁMBULO
Esta guía ha sido elaborada con el objeto de orientar a las Administraciones competentes, titulares
de actividades consideradas potencialmente contaminantes, propietarios de terrenos sobre los
que se ha desarrollado alguna de aquellas y otros afectados, en la aplicación del Real Decreto
9/2005, de 14 de enero, por el que se establece la relación de actividades potencialmente
contaminantes del suelo y los criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados.
Esta guía no constituye un documento vinculante jurídicamente, quedando subordinada a las
interpretaciones y a la revisión que de la misma se hagan, en función de los comentarios que se
reciban.
Los comentarios y observaciones a esta guía deben dirigirse a la Dirección General de Calidad y Evaluación
Ambiental, Ministerio de Medio Ambiente [email protected]
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ÍNDICE
Introducción………………………………………………………………………………....
4
Aspectos generales del Real Decreto…………………………………………………..
6
Real Decreto 9/2005…………………………………………………………………….......
9
Artículo 1. Objeto……………………………………………………………………….
9
Artículo 2. Definiciones…………………………………………………………......….
9
Artículo 3. Informes de situación……………………………………………………...
14
Artículo 4. Suelos contaminados……………………………………………………...
21
Artículo 5. Contaminación de las aguas subterráneas……………………………..
23
Artículo 6. Niveles genéricos de referencia………………………………………….
24
Artículo 7. Descontaminación de suelos……………………………………………..
26
Artículo 8. Publicidad registral………………………………………………………...
30
Artículo 9. Régimen sancionador..........................................................................
37
Anexo I.
Actividades potencialmente contaminantes del suelo.........................
40
Anexo II. Alcance y contenido mínimo del informe preliminar de situación del
suelo……………………………………………………......………………
45
Anexo
III. Criterios para la consideración de un suelo como
contaminado……….............................................................................
53
Anexo IV. Criterios para la identificación de suelos que requieren valoración de
riesgos………………………………………………………………….......
56
Anexo V. Listado de contaminantes y niveles genéricos de referencia para
protección de la salud humana en función del uso del
suelo………………………..................................................................
59
Anexo VI. Listado de contaminantes y niveles genéricos de referencia para
protección de los ecosistemas…………………………………………...
62
Anexo
VII. Criterios para el cálculo de niveles genéricos de
referencia…….....................................................................................
64
Anexo VIII. Valoración de riesgos ambientales…………………………………......
71
Preguntas más frecuentes…………………………………………………………….......
74
Anexo A: Metodología para la determinación de niveles genéricos de
referencia para protección de la salud humana ......................................................
81
Anexo B: Datos químicos y toxicológicos de las sustancias incluidas en el
anexo V empleados para la determinación de los niveles genéricos de
referencia para protección de la salud humana ......................................................
92
2
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Anexo C: Metodología para la determinación de niveles genéricos de
referencia para protección de los ecosistemas .......................................................
97
Anexo D: Datos químicos y toxicológicos de las sustancias incluidas en el
anexo VI empleados para la determinación de los niveles genéricos de
referencia para protección de los ecosistemas........................................................
109
Anexo E: Metodología para la caracterización toxicológica de una muestra de
suelo .............................................................................................................................
114
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INTRODUCCIÓN
El objetivo de esta guía técnica de aplicación del Real Decreto 9/2005, por el que se establece la
relación de actividades potencialmente contaminantes y los criterios y estándares para la
declaración de suelos contaminados, es orientar en la puesta en práctica del mismo, exponiendo
los aspectos más relevantes y aclarando aquellas cuestiones que pueden resultar, a priori, más
problemáticas a la vista de los comentarios y dudas que se han ido recogiendo durante su
preparación y desde su entrada en vigor. En último término, lo que se pretende es proponer
criterios homogéneos en la aplicación del Real Decreto para los distintos agentes involucrados y,
en particular, para el desarrollo y aplicación de la norma por las comunidades autónomas a partir
de unos principios comunes.
Como punto de partida, resulta conveniente recordar que el Real Decreto 9/2005, da cumplimiento
a las obligaciones impuestas al Gobierno por la Ley 10/98, de Residuos, en lo que se refiere a la
definición de criterios y estándares para la declaración de un suelo contaminado:
Artículo 27. Declaración de suelos contaminados
Las comunidades autónomas declararán, delimitarán y harán un inventario de los suelos
contaminados debido a la presencia de componentes de carácter peligroso de origen humano,
evaluando los riesgos para la salud humana o el medio ambiente, de acuerdo con los criterios
y estándares que, en función de la naturaleza de los suelos y de los usos, se determinen
por el Gobierno previa consulta a las comunidades autónomas.
así como a la elaboración de una lista de actividades potencialmente contaminantes:
Artículo 27.4
El Gobierno aprobará y publicará una lista de actividades potencialmente contaminantes
de suelos. (...)
La Ley 10/98, en su Título V donde por primera vez se regulan expresamente los suelos
contaminados, establece los principios básicos sobre los que se desarrolla el Real Decreto, entre
los que cabe destacar:
-
Se establece la asignación de responsabilidades. Siguiendo las directrices marcadas
por la legislación comunitaria, se asume el principio “quien contamina, paga”, siendo
responsables de las operaciones de limpieza y recuperación de un suelo contaminado los
causantes de su contaminación y, subsidiariamente y por ese orden, lo serán los
poseedores del suelo contaminado (es decir, el que hace uso de él) y los propietarios no
poseedores.
Artículo 27. 2 (...)
Estarán obligados a realizar operaciones de limpieza y recuperación (...) los causantes
de la contaminación, que cuando sean varios responderán de forma solidaria y,
subsidiariamente, por este orden, los poseedores de los suelos contaminados y los propietarios
no poseedores (...).
-
Se establece la evaluación del riesgo para la salud humana o el medio
como el mecanismo válido para la valoración de la contaminación del
artículo 27.1 en el que se establecen los aspectos clave para la declaración
contaminados, enuncia la evaluación del riesgo como la piedra angular en la
basarse la gestión de los suelos contaminados.
ambiente
suelo. El
de suelos
que debe
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Artículo 27. Declaración de suelos contaminados
1
Las Comunidades Autónomas declararán, delimitarán y harán un inventario de los suelos
contaminados debido a la presencia de componentes de carácter peligroso de origen
humano, evaluando los riesgos para la salud humana o el medio ambiente, de
acuerdo con los criterios y estándares que, en función de la naturaleza de los suelos y de
los usos, se determinen por el Gobierno previa consulta a las Comunidades Autónomas.
A partir del inventario, las Comunidades Autónomas elaborarán una lista de prioridades
de actuación, en atención al riesgo que suponga la contaminación del suelo para la
salud humana y el medio ambiente.
Otro aspecto a resaltar del Título V de la Ley 10/98 es la asignación de obligaciones, entre otros, a
las comunidades autónomas, que sólo se podían llevar a cabo cuando el Gobierno proporcionase
esos criterios y estándares, y la lista de actividades potencialmente contaminantes a las que
anteriormente se ha hecho mención. Una vez publicado el Real Decreto 9/2005, en el que se
proporcionan ambos, las comunidades autónomas ya están en disposición de cumplir las
siguientes prescripciones de dicha ley:
1. La declaración de que un suelo está contaminado de acuerdo con los criterios y
estándares fijados por el Gobierno.
2. La realización de un inventario de suelos contaminados en el que se incluyan todos los
anteriores y, a partir de éste, la elaboración de una relación de prioridades de actuación.
3. La definición de la forma y plazos en los que deben realizarse las labores de limpieza y
recuperación de un suelo que ha sido declarado contaminado.
4. La declaración de que un suelo ha dejado de estar contaminado previa comprobación de
la correcta aplicación de las medidas de limpieza.
Así pues el Real Decreto establece el desarrollo normativo básico del Título V como marco
nacional de actuación que, tal como se verá posteriormente, en muchos aspectos deberá ser
complementado por las comunidades autónomas mediante procedimientos específicos. Este
hecho es el que impulsa fundamentalmente la realización de esta guía dada la importancia de fijar
unos parámetros de partida comunes.
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ASPECTOS GENERALES DEL REAL DECRETO
En lo que concierne a su contenido, el Real Decreto trata dos aspectos diferentes relativos a los
suelos contaminados: las obligaciones asociadas a aquellas actividades económicas que se ha
considerado que son susceptibles de contaminar el suelo y, segundo, las pautas para la
investigación de la contaminación del suelo en función del riesgo para la salud humana y para los
ecosistemas.
Si bien el desarrollo de estos dos aspectos y su correspondiente análisis a través del articulado es
la razón de este documento, resulta conveniente exponer previamente unas breves ideas de
partida que facilitarán la comprensión del análisis posterior.
a) Obligaciones asociadas a las actividades potencialmente contaminantes
Tal como se enuncia en el artículo 1, “el presente Real Decreto tiene por objeto establecer una (de
entre las posibles) relación de actividades susceptibles de causar contaminación en el suelo...”. En
esta relación se han incluido las actividades que, con carácter general y para todo el territorio
nacional, emplean sustancias y generan residuos que por su naturaleza o peligrosidad pueden
suponer un riesgo para el suelo. Resulta conveniente mencionar en este punto que dicha
“relación” no se refiere únicamente al listado de actividades del anexo I, sino también a aquellas
actividades que, sin estar en dicho anexo, manejan cierto volumen de sustancias peligrosas o
almacenan un cierto volumen de combustibles derivados del petróleo.
Ya que tanto las actividades recogidas en el anexo I propiamente dichas como las sustancias
involucradas o los procesos empleados pueden cambiar con el tiempo, se entiende que esta lista
deberá ser revisada y modificada por el Ministerio de Medio Ambiente en función de la experiencia
adquirida 1 . Asimismo, y ya que el desarrollo económico e industrial puede ser diferente en cada
comunidad autónoma, éstas podrán ampliar dicha lista en función de las actividades que se llevan
a cabo en su territorio a través de un desarrollo normativo propio. Al ser el Real Decreto una
norma de carácter básico aplicable en sus términos a todo el territorio nacional, las comunidades
autónomas no podrán excluir ninguna de las actividades que el Real Decreto considera como
potencialmente contaminantes.
En cuanto a las obligaciones propiamente dichas, el Real Decreto presenta dos tipos de
obligaciones diferentes asociadas a las actividades potencialmente contaminantes, según los
casos:
ƒ
Aquellas relativas a proporcionar información al organismo autonómico correspondiente
que permita, en último término, establecer la calidad del suelo, recogidas en el artículo
3.
ƒ
Aquellas relativas a dar conocimiento público de que ese terreno ha soportado una
actividad
potencialmente
contaminante,
proporcionando
una
herramienta
especialmente útil tanto entre particulares, al proporcionar mayor transparencia en las
operaciones de compra-venta de terrenos que han soportado estas actividades, como
a la Administración, ya que facilita el seguimiento de estas fincas para la aplicación de
la legislación en cada caso. Estas obligaciones vienen recogidas en el artículo 8.
En referencia al primer aspecto, los informes se configuran como el instrumento de recogida, por
parte de la Administración correspondiente, de la información asociada a un suelo en el que se
desarrolla o se va a desarrollar una actividad potencialmente contaminante (en lo que sigue,
APC), o se ha desarrollado en el pasado una APC y ahora se pretende un cambio de uso o de
actividad a otra que puede ser no-contaminante. Por tanto, hablar de informes en el ámbito del
Real Decreto implica unívocamente hablar de APC y viceversa.
1
Disposición final segunda.
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Los informes preliminares de situación, cuya confección y remisión es de obligado cumplimiento
para los titulares de actividades potencialmente contaminantes y cuyo contenido mínimo se fija en
el anexo II, tienen como objetivo evaluar de modo específico la posibilidad de que se hayan
producido o se puedan producir en el futuro episodios de contaminación del suelo. Se dispone de
un plazo no superior a 2 años para la presentación del informe preliminar 2 , lo que significa que los
titulares de las APC que estaban en activo a la entrada en vigor del Real Decreto pueden
presentar dicho informe desde el día de entrada en vigor del Real Decreto, el 7 de febrero de
2005 3 , hasta el día 7 de febrero de 2007 4 , incluido.
La información mínima requerida en el Real Decreto podrá ser ampliada por cada comunidad
autónoma si así lo considera oportuno, y proporcionar esta información extra será de obligado
cumplimiento en la comunidad autónoma correspondiente. En cualquier caso, el objetivo del
informe preliminar es obtener la máxima información de interés posible sin que suponga un gasto
adicional importante para el administrado, por lo que la obligación de realizar estudios de calidad
del suelo y/o aguas o la obligación de presentar informes que supongan un desembolso
significativo no parece necesario en la mayoría de los casos.
La herramienta que el Real Decreto proporciona para solicitar información detallada son los
denominados informes complementarios, para aquellos casos en los que se sospeche que puede
existir contaminación, o bien cuando sea necesario ampliar la información anterior para descartar
tal circunstancia. El informe complementario deberá ser presentado por aquellos titulares de
actividades o propietarios del suelo a los que el organismo autonómico competente en la materia
así se lo solicite 5 . La posibilidad de que el informe complementario pueda ser solicitado al titular
de la actividad o al propietario del suelo –a diferencia de la obligación exclusiva de los titulares de
las actividades de presentar los informes preliminares- ratifica la necesidad de los organismos
autonómicos competentes en la materia de no ver limitadas las vías de búsqueda de información
en aquellos casos en los que se sospeche que puede existir contaminación, ampliado en este
caso al propietario del terreno como responsable último del estado del suelo.
El grado de detalle de la información solicitada deberá modularse según aconsejen las
circunstancias de cada caso, de tal manera que un informe complementario podría corresponder
tanto a la ampliación puntual de alguno de los aspectos de los informes de situación como a
estudios específicos de gran envergadura que implicasen, por ejemplo, toma de muestras, análisis
y valoración de resultados. La decisión de qué información debe solicitarse en cada caso
corresponde a la comunidad autónoma, pudiendo decantarse en algunos casos por la petición de
informes complementarios genéricos o por información ajustada caso a caso.
Además, y a fin de dar continuidad a las tareas de vigilancia, tal y como fija la Ley 10/98, el Real
Decreto contempla la posibilidad de informes periódicos. Si bien dicha periodicidad debe ser
establecida por los organismos ambientales de las comunidades autónomas, atendiendo a un
conocimiento más próximo de las situaciones a juzgar, es preceptivo dicho control de la calidad
del suelo ante el establecimiento, ampliación o clausura de estas actividades 6 .
En cuanto a la publicidad del hecho de que sobre el terreno se ha desarrollado una APC, es una
obligación ya impuesta por la Ley 10/98 en su artículo 27.4, donde se indica, además, que debe
realizarse una anotación en la escritura pública que documente la transacción de derechos sobre
aquel. De este modo se busca evitar fraudes en las operaciones de compra-venta.
2
Artículo 3.1
3
Código Civil. Artículo 2.1: “Las leyes entrarán en vigor a los veinte días de su completa publicación en el «Boletín Oficial del Estado»,
si en ellas no se dispone otra cosa.”
4
Código Civil. Artículo 5.1: “Siempre que no se establezca otra cosa, en los plazos señalados por días, a contar de uno determinado,
quedará éste excluido del cómputo, el cual deberá empezar en el día siguiente; y si los plazos estuviesen fijados por meses o años, se
computarán de fecha a fecha.”
5
6
Artículo 3.3
Artículo 3.4
7
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Que una actividad esté clasificada como potencialmente contaminante significa, únicamente, que
tendrá que presentar los informes correspondientes y cumplir con las obligaciones relativas al
registro de la propiedad con motivo de su trasmisión.
b) Pautas para la investigación de la contaminación del suelo y su valoración
Mientras el artículo 3 y artículo 8 y los anexos I y II hacen referencia al epígrafe anterior (cuáles
son las APC y qué obligaciones conlleva esta clasificación a sus correspondientes responsables),
en los artículos 4, 5, 6 y 7 y anexos correspondientes (III, IV, V, VI, VII y VIII) se establecen los
criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados, es decir, las pautas para la
investigación, valoración y, en su caso, recuperación de los suelos contaminados.
Resulta básico y fundamental para entender el Real Decreto las implicaciones que, sobre este
aspecto, tiene la primera frase del artículo 4: “Tomando en consideración la información recibida
en aplicación del artículo 3, así como de otras fuentes de información disponibles, el órgano
competente de la comunidad autónoma declarará un suelo contaminado...”. Dicho enunciado
establece que la información a partir de la cual se puede iniciar un procedimiento de declaración
de suelo contaminado puede proceder de cualquier fuente de información disponible. Una de
ellas pueden ser los informes preliminares, complementarios y periódicos de las actividades
clasificadas como APC, pero también denuncias, evidencias, sospechas documentadas, etc. que
pueden no tener ninguna relación con una APC. Es decir: con absoluta independencia de cuál
pueda ser el origen de la potencial contaminación, el Real Decreto establece una serie de criterios
y estándares para la declaración de un suelo como contaminado, aplicables tanto si se trata de un
suelo que ha soportado una actividad potencialmente contaminante como en cualquier otro caso.
Cualquier suelo sospechoso de estar contaminado por sustancias químicas, con absoluta
independencia de cuál pueda ser el origen de esa contaminación, deberá estudiarse atendiendo
a los criterios y estándares que se dictan en el Real Decreto.
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EL REAL DECRETO 9/2005
El Real Decreto consta de un cuerpo principal articulado (nueve artículos), una disposición
adicional, dos disposiciones finales y ocho anexos.
Artículo 1: Objeto
Este Real Decreto tiene por objeto establecer una relación de actividades susceptibles de
causar contaminación en el suelo, así como adoptar criterios y estándares para la declaración de
suelos contaminados.
El enunciado del objeto del Real Decreto establece dos objetivos que en ningún momento dice se
derive uno del otro, es decir, dos objetivos claramente diferenciados:
1.
Establecer una relación de actividades que, por las sustancias que manejan, los
residuos que producen o los combustibles que consumen podrían, siempre y cuando
no se tomen las medidas adecuadas, llegar a contaminar el suelo. Estas actividades
se han denominado “actividades potencialmente contaminantes”.
2.
Adoptar criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados. El hecho
de que se haga referencia a “suelos contaminados” en sentido general, sin establecer
ningún tipo de limitación, manifiesta que los criterios y estándares dados en el Real
Decreto son de aplicación a todo suelo en el que se sospeche que puede existir
contaminación, es decir, sea una actividad potencialmente contaminante la causa de
la contaminación o no.
Artículo 2: Definiciones
A los efectos de la aplicación de lo contenido en este Real Decreto, se entenderá por:
a) Suelo: la capa superior de la corteza terrestre, situada entre el lecho rocoso y la
superficie, compuesto por partículas minerales, materia orgánica, agua, aire y organismos vivos y
que constituye la interfaz entre la tierra, el aire y el agua, lo que le confiere capacidad de
desempeñar tanto funciones naturales como de uso. No tendrán tal consideración aquellos
permanentemente cubiertos por una lámina de agua superficial.
La definición de suelo coincide con la dada por la Comisión Europea en la Comunicación de la
Estrategia Temática para la Protección del Suelo 7 , entendiéndose por tal la capa de la corteza
terrestre entre el lecho rocoso, se supone inalterado, y la superficie. En consecuencia, no se limita
al denominado suelo edáfico sino que también incluye el material que se encuentra en la
subsuperficie a través de la cual los contaminantes pueden llegar hasta las aguas subterráneas.
Una cuestión que ha surgido desde la publicación del Real Decreto es si dentro de este concepto
de suelo se entienden incluidos los acuíferos. Si bien se sabe que, desde un punto de vista
técnico, no puede hablarse del estudio de la contaminación de un suelo sin considerar la posible
contaminación de las aguas, en particular de las subterráneas (lo que se pone de manifiesto en el
artículo 5: Contaminación de las aguas subterráneas), desde un punto de vista jurídico, la
protección y posible afección a las aguas continentales viene regulada por el Real Decreto
Legislativo 1/2001 de 20 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Aguas en
el ámbito nacional y por la Directiva Marco del Agua y la Directiva para la protección de las aguas
subterráneas contra la contaminación y el deterioro 8 , en el comunitario. De hecho, la Ley de
Aguas hace referencia a la protección de los acuíferos como límite físico de las aguas
subterráneas. Ambas normativas se complementan y así deben entenderse sin que por ello deba
presentarse conflicto.
7
8
COM (2006) 231 final
2006/118/CE, de 12 de Diciembre. DOCE nº 372. 27.12.2006
9
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Por otro lado, es preciso resaltar la exclusión expresa de los suelos permanentemente cubiertos
por una lámina de agua superficial del objeto del Real Decreto, aunque una vez drenados o
excavados puedan estar sometidos a la Ley de Residuos y, en consecuencia, gestionados como
tal.
b) Uso industrial del suelo: aquel que tiene como propósito principal el de servir para el
desarrollo de actividades industriales, excluidas las agrarias y ganaderas.
c) Uso urbano del suelo: aquel que tiene como propósito principal el de servir para el
desarrollo de las actividades de construcción de viviendas, oficinas, equipamientos y dotaciones
de servicios, y para la realización de actividades recreativas y deportivas.
d) Otros usos del suelo: aquellos que, no siendo ni urbano ni industrial, son aptos para
el desarrollo de actividades agrícolas, forestales y ganaderas.
Cuando se estudia el riesgo ambiental asociado a la presencia de sustancias peligrosas en el
suelo debe fijarse, en primer lugar, a quién queremos proteger de este posible riesgo ya que,
como se entiende fácilmente, no supone el mismo peligro la presencia de determinada sustancia
en el suelo para una persona que, por ejemplo, para un anélido. Por esta razón, cuando se habla
de riesgo ambiental debe aclararse según qué objeto de protección, que en el caso del Real
Decreto podrá ser o bien la salud humana o bien los ecosistemas.
Para el caso de protección de la salud humana, puesto que la actividad que se desarrolla sobre un
suelo condiciona las diferentes formas en las que un contaminante puede entrar en contacto con
un receptor potencial, resulta de capital importancia diferenciar entre distintos usos del suelo. Por
ejemplo, en el caso de un uso industrial del suelo se considera que, tal como exige la legislación
específica de Seguridad y Salud, los trabajadores disponen de sistemas de protección adecuados
para evitar el contacto dérmico con las sustancias peligrosas; por el contrario, este contacto sí
podría tener lugar si se tratase de una zona de recreo o disfrute público, lo que corresponde a un
uso urbano del suelo.
El modelo en el que se fijan esas vías potenciales por las que, para un caso concreto, un
contaminante podría entrar en contacto con un posible receptor se conoce como “escenario tipo”,
mientras que si lo que se establece es un escenario general aplicable a cualquier emplazamiento
que tenga uno de los tres usos anteriormente definidos, entonces se denomina “escenario
genérico”. 9 El escenario genérico establecido en el Real Decreto para “otros usos del suelo”
considera más vías por las que un contaminante puede llegar a un posible receptor que el del uso
urbano 10 , y para este uso se consideran más vías que si se trata de un uso industrial del suelo.
Por otra parte, para una concentración determinada de una sustancia en el suelo, cuantas más
vías existan para que dicha sustancia penetre en el organismo más riesgo existirá. En
consecuencia, para asegurar las mismas condiciones de seguridad en los tres usos del suelo –por
ejemplo, que no se supere un riesgo de 10-5 -la concentración máxima de dicha sustancia en el
suelo deberá ser menor si el uso es “otros usos del suelo” que si es urbano, y menor en éste que
si es industrial. Es decir: el uso del suelo condiciona la concentración aceptable de cada sustancia
en el suelo.
El Real Decreto define tres usos del suelo a aplicar en este contexto, sin que se establezca
relación alguna ni con la definición de usos del suelo que se establece en la Ley 6/1998 sobre
régimen del suelo y valoraciones (suelo urbano, suelo urbanizable, suelo no urbanizable), ni con el
Real Decreto Legislativo 1/2004 por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Catastro
Inmobiliario (suelo de naturaleza urbana, suelo de naturaleza rústica, bienes inmuebles de
características especiales). Será cada comunidad autónoma la que deba establecer, en cada caso
9
Para el caso particular de protección de la salud humana, los escenarios genéricos definidos en el RD para cada uno de los usos del
suelo vienen descritos en el Anexo A de esta guía “Metodología para la determinación de niveles genéricos de referencia para
protección de salud humana”.
10 Según el anexo VII, en el uso industrial del suelo se considerarán como vías de exposición la inhalación de vapores, la inhalación de
partículas y la ingestión de suelo contaminado; para un uso urbano se considerará, además, el contacto dérmico; y para otros usos del
suelo, las cuatro anteriores más ingestión de alimento contaminado.
10
Versión web Mayo de 2007.
o mediante la aprobación de unas Directrices específicas, la relación entre estos tres usos del
suelo y la clasificación de usos del suelo incluida en las Directrices de Ordenación del Territorio de
su Comunidad 11 .
e) Actividades potencialmente contaminantes del suelo: aquellas actividades de tipo
industrial o comercial en las que, ya sea por el manejo de sustancias peligrosas ya sea por la
generación de residuos, pueden contaminar el suelo. A los efectos de este Real Decreto, tendrán
consideración de tales las incluidas en los epígrafes de la Clasificación Nacional de Actividades
Económicas según Real Decreto 1560/1992, de 18 de diciembre, por el que se aprueba la
Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE-93), modificado por el Real Decreto
330/2003, de 14 de marzo, mencionadas en el anexo I, o en alguno de los supuestos del artículo
3.2.
El problema de la contaminación del suelo debe combatirse desde dos frentes: la prevención -para
evitar nuevos suelos contaminados-, y la recuperación -de aquellos suelos que ya lo están-. La
definición de una lista de actividades potencialmente contaminantes (APC) se enmarca en el
primer aspecto: la prevención. El manejo de sustancias peligrosas y/o generación de
determinados residuos por las APC recomienda un seguimiento y control específico de estas
actividades. Pero debe tenerse presente que el manejo de este tipo de sustancias no implica
necesariamente que se esté contaminando el suelo y que, en consecuencia, el simple hecho de
que se esté realizando o se haya realizado una APC no es razón suficiente para sospechar que el
suelo está contaminado.
Las únicas implicaciones legales que el Real Decreto establece para las APC por el hecho de
estar catalogadas como tal son las que se derivan del artículo 3. Informes de situación, y del
artículo 8.1. Publicidad registral.
f) Criterios: procedimientos para la valoración de los indicios racionales que permiten
presuponer o descartar la existencia de contaminación en el suelo y, en el caso de que existiesen
evidencias analíticas de tal contaminación, los niveles máximos de riesgo aceptable asociado a
ésta.
La Ley 10/98, en su artículo 27.1 hace referencia a los criterios y estándares que el Gobierno debe
determinar imponiendo, además, que se haga teniendo en cuenta el riesgo para la salud humana
o el medio ambiente. Sin embargo, dicha ley no establece qué se entiende por tal. El Real Decreto
especifica que los criterios son el modo de proceder ante la sospecha de contaminación y fija dos
tipos de criterios:
ƒ
Aquellos que nos permiten asegurar, sin lugar a duda, que el suelo está contaminado
(Anexo III).
ƒ
Aquellos que indican la presencia anormal de sustancias peligrosas en el suelo que si
bien lleva a sospechar que pueden estar dándose episodios de contaminación, esta
información no es suficiente para asegurar que el suelo está efectivamente
contaminado (Anexo IV).
g) Nivel genérico de referencia (NGR): la concentración de una sustancia contaminante
en el suelo que no conlleva un riesgo superior al máximo aceptable para la salud humana o los
ecosistemas y calculada de acuerdo con los criterios recogidos en el anexo VII.
h) Estándares: el conjunto de niveles genéricos de referencia de los contaminantes de
relevancia para un suelo. Estos se establecen atendiendo a la protección de la salud humana o,
en su caso, a la protección de los ecosistemas.
11
Como ejemplo, se puede ver el Anexo I de la Ley 1/2005, de 4 de febrero, para la prevención y corrección de la contaminación del
suelo del País Vasco, POPV-miércoles 16 de febrero de 2005, nº 32 zk, pp.2128.
11
Versión web Mayo de 2007.
Desde el punto de vista de la protección de la salud humana, un NGR es la máxima concentración
de una sustancia en el suelo que permite tener la garantía de que la contaminación del suelo no
supone un riesgo inaceptable. De esta forma los NGR se constituyen como una herramienta muy
útil en el estudio de la posible contaminación del suelo ya que, por simple comparación de los
valores de concentración determinados para las sustancias en estudio de un suelo con los NGRs
correspondientes, se puede clasificar al suelo como no contaminado, siempre que la
concentración de cada uno de los contaminantes presentes sea inferior al NGR correspondiente.
Sin embargo, desde el punto de vista de la protección de los ecosistemas, este criterio no es
suficiente. Así, para clasificar el suelo como no contaminado, además de cumplir con los NGRs
del Anexo VI o cualesquiera otros estimados de acuerdo con los criterios del Anexo VII, es
necesario que no se observe toxicidad en los bioensayos mencionados en el anexo III.2,
realizados con suelo o con lixiviado, en muestras no diluidas.
La definición de NGR establece así un criterio para conocer la calidad del suelo cuando la
concentración de todas las sustancias en estudio es inferior a dicho NGR pero no proporciona
ninguna aclaración de qué es lo que ocurre si se supera este valor máximo. De hecho, cuando la
concentración de una sustancia en el suelo supera el NGR es posible tanto que el suelo no esté
contaminado 12 como que sí lo esté. En consecuencia, que la concentración de una sustancia en el
suelo supere el NGR correspondiente no es suficiente para poder afirmar que existe un problema
de contaminación. Esta circunstancia se pone en evidencia en el artículo 4.3, según el cual los
suelos en los que, al menos, la concentración de una de las sustancias en estudio supera el NGR
correspondiente, deberán ser objeto de una valoración detallada de riesgos para el objeto de
protección considerado.
El Real Decreto proporciona, según el objeto de protección, los NGRs de aquellas sustancias de
naturaleza orgánica que se consideraron de mayor interés en nuestro país (anexo V para
protección de la salud humana y anexo VI para protección de los ecosistemas). Pero estas
sustancias, aunque prioritarias, son sólo una pequeña parte de todas aquellas que podrían llegar a
contaminar un suelo en el sentido de este Real Decreto por lo que, además, se proporcionan en el
anexo VII los pasos a seguir para el cálculo del NGR de cualquier sustancia que no esté recogida
en los anexos V o VI.
En aquellos casos en los que se estudie la posibilidad de contaminación del suelo por más de una
sustancia, la concentración de cada una de ellas en el suelo en estudio deberá compararse con el
NGR correspondiente. El conjunto de los NGR de aplicación en cada caso es lo que se define
como estándares.
i) Riesgo: probabilidad de que un contaminante presente en el suelo entre en contacto
con algún receptor con consecuencias adversas para la salud de las personas o el medio
ambiente.
En términos de protección de la salud humana, se asume que, para sustancias
cancerígenas, una situación de riesgo aceptable es aquella en que la frecuencia esperada de
aparición de cáncer en la población expuesta no excede en uno por cada cien mil casos; para
sustancias con efectos sistémicos, se asume como una situación de riesgo aceptable aquella en
que, para cada sustancia, el cociente entre la dosis de exposición a largo plazo y la dosis máxima
admisible es inferior a la unidad.
En términos de protección de los ecosistemas, se asume como una situación de riesgo
aceptable aquella en que, para cada sustancia, el cociente entre el nivel de exposición,
expresado como concentración, y el umbral ecotoxicológico, definido por la concentración
máxima para la que no se esperan efectos sobre los ecosistemas, es inferior a la unidad.
12
La definición de suelo contaminado, dada en el artículo 2.j), establece que un suelo está contaminado si existe un riesgo inaceptable
para la salud humana y el medio ambiente. Para saber si el riesgo asociado a la presencia de una sustancia en el suelo es o no
aceptable, debe realizarse una valoración de riesgos siguiendo el anexo VIII. Según este, si no existiesen receptores potenciales o si el
escenario tipo indicase menos vías de exposición u organismos a proteger que los indicados en el anexo VII, podría resultar un riesgo
asociado aceptable y, en consecuencia, el suelo no estaría contaminado.
12
Versión web Mayo de 2007.
Siguiendo el mandato de la Ley 10/98, el estudio de los suelos contaminados debe realizarse bajo
la consideración del riesgo. La definición de riesgo dada indica que para que exista riesgo tiene
que existir en el suelo al menos una sustancia de carácter químicamente peligroso, tiene que
existir al menos un receptor potencial con el que dicha sustancia pueda entrar en contacto y, por
último, tiene que existir al menos una vía de migración por la que dicha sustancia pueda ir desde
el suelo hasta ese posible receptor. Si se dan estas tres condiciones, podemos decir que existe un
riesgo. Sin embargo, desde el punto de vista del estudio de la posible contaminación del suelo,
que exista riesgo no es suficiente para afirmar que la salud de las personas o los ecosistemas
pueden estar en peligro: se necesita, además, que dicho riesgo sea inaceptable.
El concepto de riesgo inaceptable se deduce en el Real Decreto a partir de la idea de riesgo
aceptable. Según esto, se considera que existe un riesgo inaceptable (y, a modo de adelanto, la
definición de suelo contaminado establece esta condición como necesaria para decir, ahora sí,
que el suelo está contaminado):
1. Cuando el objeto de protección es la salud humana 13 :
a. Para sustancias cancerígenas, si la frecuencia esperada de aparición de cáncer en
la población expuesta es mayor de uno por cada cien mil casos.
b. Para sustancias con efectos sistémicos, si el cociente entre la dosis de exposición a
largo plazo y la dosis máxima aceptable es igual o superior a la unidad.
2. Cuando el objeto de protección son los ecosistemas 14 , si el cociente entre el nivel de
exposición, expresado como concentración, y el umbral ecotoxicológico, definido por la
concentración máxima para la que no se esperan efectos sobre los ecosistemas, es igual o
superior a la unidad.
j) Suelo contaminado: aquel cuyas características han sido alteradas negativamente por
la presencia de componentes químicos de carácter peligroso de origen humano, en
concentración tal que comporte un riesgo inaceptable para la salud humana o el medio
ambiente, y así se haya declarado mediante resolución expresa.
Comparando esta definición con la dada por la Ley 10/98:
Art. 3. Definiciones
p) Suelo Contaminado: todo aquel cuyas características físicas, químicas o biológicas han
sido alteradas negativamente por la presencia de componentes de carácter peligroso de origen
humano, en concentración tal que comporte un riesgo para la salud humana o el medio ambiente,
de acuerdo con los criterios y estándares que se determinen por el Gobierno.
en la que se deja patente la posibilidad de que puedan darse diferentes tipos de contaminación, el
Real Decreto fija la atención únicamente en la contaminación de carácter químico señalando,
además, que la presencia de estas sustancias peligrosas debe ser consecuencia de la actividad
humana. Se excluyen, por tanto, del campo de aplicación del Real Decreto concentraciones
anormalmente altas de compuestos peligrosos debidas a causas naturales, aún cuando pueda
establecerse una situación de riesgo inaceptable en los términos de las definiciones anteriores.
Por otro lado, la definición de suelo contaminado del Real Decreto fija la obligación de que las
comunidades autónomas, en atención al artículo 27.1 de la Ley de Residuos, declaren que un
suelo se encuentra en situación de riesgo inaceptable para que, jurídicamente, pueda decirse que
es un suelo contaminado.
13
En el anexo A: “Metodología para la determinación de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana” se
desarrolla la formulación matemática de estas definiciones.
14
En el anexo A: “Metodología para la determinación de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana” se
desarrolla la formulación matemática de estas definiciones.
13
Versión web Mayo de 2007.
En consecuencia, de lo anterior se deduce que un suelo está contaminado si se verifican
simultáneamente las condiciones siguientes:
ƒ
La presencia de compuestos químicos de carácter peligroso.
ƒ
Que el origen de estos compuestos peligrosos sea una actividad humana.
ƒ
Que exista un riesgo inaceptable asociado a esos compuestos químicos.
ƒ
Que la comunidad autónoma correspondiente lo declare en resolución expresa.
Artículo 3. Informes de situación
Una vez que se ha establecido una relación de actividades que tienen la posibilidad de contaminar
el suelo, se requiere dotar a la Administración competente de una herramienta que permita
verificar si, efectivamente, estas actividades ponen los medios necesarios para que no se
produzca la contaminación del suelo. Esta herramienta son los informes de situación.
El objetivo primero de los informes de situación es establecer un control con fines preventivos
sobre las actividades señaladas como potencialmente contaminantes (y no sobre otras). La
información solicitada debe permitir detectar un inadecuado uso, manejo o gestión de sustancias
peligrosas así como un inapropiado diseño y estado de las instalaciones, circunstancias que
pueden hacer sospechar que pueden estar dándose situaciones de riesgo ambiental.
Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que el Real Decreto es el primer reglamento nacional
específico de suelos contaminados y, a su entrada en vigor, se tiene la certeza de la existencia de
un elevado número de suelos contaminados aún por identificar. Por esta razón, estos informes se
erigen asimismo como una eficaz arma para la detección de suelos que pueden haber sido
contaminados en el pasado y que han soportado o están soportando una actividad potencialmente
contaminante.
La figura y el alcance de los informes de situación se establece en la Ley 10/98:
Art. 27.4
El Gobierno aprobará y publicará una lista de actividades potencialmente contaminantes de
suelos. (...)
Los titulares de estas actividades deberán remitir periódicamente a la comunidad autónoma
correspondiente informes de situación, en los que figuren los datos relativos a los criterios que
sirvan de base para la declaración de suelos contaminados.
El Real Decreto define con mayor detalle lo que la ley denomina “informe de situación” y, con la
intención de facilitar la interpretación y aplicación del reglamento, utiliza 2 denominaciones
diferentes para el mismo concepto:
-
Informe preliminar de situación: es el primer informe de situación que deben presentar las
APC, en particular, aquellas que se encontraban en funcionamiento en el momento de la
entrada en vigor del Real Decreto.
-
Informes de situación: aquellos que las APC deben entregar a partir del informe preliminar
de situación con la periodicidad que las comunidades autónomas establezcan.
14
Versión web Mayo de 2007.
Artículo 3.1.
Los titulares de las actividades relacionadas en el anexo I estarán obligados a remitir al
órgano competente de la Comunidad Autónoma correspondiente, en un plazo no superior a dos
años, un informe preliminar de situación para cada uno de los suelos en los que se desarrolla
dicha actividad, con el alcance y contenido mínimo que se recoge en el anexo II.
Artículo 3.2.
Asimismo, deberán presentar el informe preliminar de situación aquellas empresas que
producen, manejan o almacenan más de 10 toneladas por año de una o varias de las sustancias
incluidas en el Real Decreto 363/1995, de 10 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento
sobre notificación de sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias
peligrosas, y los almacenamientos de combustible para uso propio, según el Real Decreto
1523/1999, de 1 de octubre, por el que se modifica el Reglamento de instalaciones petrolíferas,
aprobado por Real Decreto 2085/1994, de 20 de octubre, y las instrucciones técnicas
complementarias MI-IP03, aprobada por el Real Decreto 1427/1997, de 15 de septiembre, y MIIP04, aprobada por el Real Decreto 2201/1995, de 28 de diciembre, con un consumo anual
medio superior a 300.000 litros y con un volumen total de almacenamiento igual o superior a
50.000 litros.
El informe preliminar de situación (IP, en lo que sigue) para aquellas actividades potencialmente
contaminantes que ya estaban en funcionamiento el 7 de febrero de 2005, fecha de entrada en
vigor del Real Decreto, deberá presentarse como máximo el 7 de febrero de 2007. Para aquellas
APC que se han puesto en funcionamiento con posterioridad a esta fecha, deberá ser la
comunidad autónoma la que fije la fecha a partir de la cual empiezan a contar los 2 años. 15
El objeto del IP es identificar aquellos suelos que pueden tener problemas de contaminación
debido a un inadecuado manejo y gestión de las sustancias peligrosas de las APC que soportan.
Esta idea de que el sujeto de atención en el IP es el suelo que soporta la actividad, y no dicha
actividad en sí misma, es muy importante para entender el por qué de la obligación de presentar
un IP para cada uno de los suelos en los que se desarrolla dicha actividad. La información mínima
que debe contener el IP (anexo II) proporciona información sobre cómo actúa la APC, lo que sirve
para establecer si dicha actividad puede ser origen de contaminación del suelo.
Son los titulares de las APC los responsables de presentar el informe preliminar y deben presentar
un informe por cada uno de los suelos en los que se desarrolla la actividad. En consecuencia,
deberán presentarlo en cada una de las comunidades autónomas correspondientes.
El artículo 3.2 amplía la lista de actividades recogidas en el anexo I y, en consecuencia, estarán
sometidas a las mismas obligaciones, a todas aquellas que:
a) Producen, manejan o almacenan más de 10 t por año de una o varias de las sustancias
incluidas en el Real Decreto 363/1995, de 10 de marzo, por el que se aprueba el
Reglamento sobre notificación de sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado
de sustancias peligrosas.
El artículo 3.2 hace referencia a sustancias peligrosas en el sentido de dicho Real Decreto
363/1995, esto es, sustancias 16 “combustibles, comburentes, extremadamente inflamables,
fácilmente inflamables, inflamables, muy tóxicas, tóxicas, nocivas, corrosivas, irritantes,
sensibilizantes, carcinogénicas, mutagénicas, tóxicas para la reproducción o/y peligrosas
para el medio ambiente”.
Además, deben tenerse en cuenta las posteriores modificaciones, a saber:
15
Como ejemplo, las Comunidades Autónomas de Madrid y Cataluña establecen como fecha en la que empiezan a contar los dos
años la de puesta en marcha de dicha actividad. Por el contrario, el País Vasco entiende que el IP debe entregarse junto con la
solicitud de instalación.
16
El RD 363/1995 define “sustancia” como “los elementos químicos y compuestos en estado natural, o los obtenidos mediante
cualquier procedimiento de producción, incluidos los aditivos necesarios para conservar la estabilidad del producto y las impurezas que
resulten del procedimiento utilizado, excluidos los disolventes que puedan separarse sin afectar la estabilidad ni modificar la
composición”.
15
Versión web Mayo de 2007.
-
Orden PRE/2317/2002, de 16 de septiembre, por la que se modifican los anexos I,
II, III, IV, VII y VIII del Reglamento sobre la notificación de sustancias nuevas y
clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peligrosas aprobado por el Real
Decreto 363/1995, de 10 de marzo. Mediante esta Orden se incorpora a nuestro
ordenamiento jurídico la Directiva 2001/59/CE, de la Comisión de 6 de agosto de
2001, por la que se adapta, por vigésimo octava vez, al progreso técnico la
Directiva 67/548/CEE relativa a la aproximación de las disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas en materia de clasificación, envasado y etiquetado
de sustancias peligrosas.
-
Real Decreto 99/2003, de 24 de enero, por el que se modifica el Reglamento sobre
notificación de sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de
sustancias peligrosas aprobado por el Real decreto 363/1995, de 10 de marzo. Por
el Real Decreto 99/2003 se incorpora parcialmente a nuestro ordenamiento jurídico
lo establecido en la Directiva 2001/58/CE en lo referente a sustancias peligrosas.
El artículo 3.2 indica “10 toneladas por año o más de una o varias sustancias” con lo que
debe entenderse que si una empresa produce, maneja o almacena varias sustancias
peligrosas en menos de 10 toneladas por año cada una de ellas pero su suma sobrepasa
este valor, deberá ser considerada como APC.
Resulta importante mencionar que el Real Decreto 363/1995 regula también los
denominados “preparados”, definidos como mezclas o soluciones de dos o más
sustancias, y en particular, preparados peligrosos en los mismos términos que los
utilizados para la clasificación de las sustancias como peligrosas.
b) Los almacenamientos de combustible para uso propio según el Real Decreto 1523/99 de 1
de octubre, por el que se modifica el Reglamento de instalaciones petrolíferas, aprobado
por Real Decreto 2085/1994, de 20 de octubre, y las instrucciones técnicas
complementarias MI-IP03, aprobada por el Real Decreto 1427/1997, de 15 de septiembre,
y MI-IP04, aprobada por el Real Decreto 2201/1995, de 28 de diciembre, con un consumo
anual medio superior a 300.000 litros y con un volumen total de almacenamiento igual o
superior a 50.000 litros.
El campo de aplicación de la Instrucción técnica complementaria MI-IP03 viene definido
como “las instalaciones de almacenamiento de carburantes (mezcla de hidrocarburos que
se emplea en los motores de explosión y de combustión interna) y combustibles líquidos,
para consumos industriales, agrícolas, ganaderos, domésticos y de servicio, así como
todos aquellos otros no contemplados de forma específica, pero que puedan ser
considerados como semejantes, apreciándose identidad de razón con los expresamente
previstos”. A estos efectos, considera que tendrán la consideración de instalaciones de
almacenamiento para usos propios:
-
-
Instalaciones industriales fijas (hornos, quemadores para aplicaciones diversas,
etc.).
Instalaciones de almacenamiento de recipientes móviles que contengan
carburantes y combustibles para uso industrial.
Instalaciones de combustibles para calefacción, climatización y agua caliente
sanitaria (excepto las que dan servicio a un edificio de viviendas).
Instalaciones fijas para usos internos no productivos en las industrias (grupos
electrógenos, etc.).
Instalaciones destinadas a suministrar combustible y/o carburante a medios de
transporte interno, que operen sólo dentro de las empresas (carretillas elevadoras,
etc.).
Instalaciones destinadas a suministrar combustible y/o carburante a maquinaria,
que no sea vehículo.
16
Versión web Mayo de 2007.
Por último, señalar que la obligación de presentar el informe preliminar recae en las instalaciones
de este tipo con un consumo anual medio superior a 300.000 litros y que dispongan de un
volumen total de almacenamiento igual o superior a 50.000 litros:
Artículo 3.3
Examinado el informe preliminar de situación, la comunidad autónoma correspondiente
podrá recabar del titular de la actividad o del propietario del suelo informes complementarios
más detallados, datos o análisis que permitan evaluar el grado de contaminación del suelo, que
en todo caso deberá realizarse de acuerdo con los criterios y estándares que se establecen en
este real decreto.
Como se ha expresado anteriormente, el IP se entiende como una medida preventiva frente a la
contaminación, que sirve simultáneamente para identificar aquellos suelos de los que se sospecha
que pueden estar contaminados, gracias a los informes complementarios la administración tiene la
posibilidad de solicitar información precisa sobre el estado del suelo que les permita desestimar o,
en el peor de los casos, confirmar, la presencia de contaminantes. Puesto que, en último término,
el propietario del suelo es el responsable del estado de éste y ya que la información solicitada
puede referirse tanto a la actividad desarrollada como a las características físicas del suelo, el
Real Decreto establece la posibilidad de solicitar información complementaria tanto a los titulares
de la actividad potencialmente contaminante como a los propietarios del suelo.
El Real Decreto no establece ningún tipo de indicación sobre el contenido de los informes
complementarios ya que se entiende que la información adicional que la administración debe
solicitar para descartar o verificar, según los casos, la posibilidad de contaminación debe ajustarse
caso a caso. Según esto, la información solicitada por la comunidad autónoma correspondiente al
titular de la actividad o al propietario del suelo mediante el informe complementario podría ser
tanto un dato específico, como una evaluación del riesgo.
Artículo 3.4
Los titulares de las actividades potencialmente contaminantes estarán obligados,
asimismo, a remitir periódicamente al órgano competente informes de situación. El contenido y
la periodicidad con que los informes de situación han de ser remitidos serán determinados por el
órgano competente de las comunidades autónomas, particularmente en los supuestos de
establecimiento, ampliación y clausura de la actividad.
La obligación de los titulares de las APC de presentar periódicamente los informes de situación ya
se establece en la Ley 10/98. El artículo 3.4 del Real Decreto precisa lo dicho por la Ley,
recordando a las comunidades autónomas la necesidad de fijar la periodicidad de la presentación
de los informes de situación así como el contenido del mismo. Las comunidades autónomas
podrán ajustar este contenido mínimo a cada actividad o grupo de actividades y a la periodicidad
con la que se solicite la información.
Por otra parte, el Real Decreto obliga a los titulares de las APC a presentar dicho informe de
situación en los tres siguientes casos:
-
Establecimiento de una Actividad Potencialmente Contaminante, con el objeto, entre
otros, de constatar la calidad del suelo antes de que se instale y facilitar la asignación
de responsabilidades en caso de contaminación futura.
-
Ampliación de una Actividad Potencialmente Contaminante, quedando a juicio de la
comunidad autónoma la interpretación de este término 17 ..
-
Clausura de la actividad, con el objeto de establecer si la calidad del suelo es
aceptable o no y, en este último caso, asignar las responsabilidades pertinentes.
17
Por ejemplo, la Comunidad de Madrid entiende por ampliación una ampliación sustancial, tal y como se establece en la IPPC, ya que
tal circunstancia se asimila a un nuevo establecimiento. En el País Vasco, en cambio, se entiende que la ampliación de una actividad
existente requerirá la presentación de informes de situación cuando la citada ampliación suponga la ocupación de un nuevo suelo.
17
Versión web Mayo de 2007.
Artículo 3.5
Los propietarios de los suelos en los que se haya desarrollado en el pasado alguna
actividad potencialmente contaminante estarán obligados a presentar un informe de situación
cuando se solicite una licencia o autorización para el establecimiento de alguna actividad
diferente de las actividades potencialmente contaminantes o que suponga un cambio de uso del
suelo.
Ley 10/98 establece el concepto de suelo contaminado en el ámbito jurídico como aquél en el que
se verifica la presencia de sustancias de carácter peligroso y este hecho es declarado en
procedimiento expreso. Mediante esta definición se liga el origen de la existencia del suelo
contaminado al momento en el que se realiza dicha declaración, con total independencia del
instante en el que tuvo lugar la liberación de los contaminantes al medio.
Partiendo de este hecho, el artículo 3.5 establece la obligación de presentar un informe de
situación, cuyo contenido deberá de ser fijado por la comunidad autónoma correspondiente y en
cualquier caso ajustado al objetivo que se persigue, a los propietarios del suelo en el momento en
el que se solicita la licencia o autorización para dos hechos en particular:
a) Si el suelo ha soportado en algún momento del pasado una actividad de las
consideradas APC y se desea establecer una nueva actividad económica que no
está considerada como APC.
Tanto en este caso como en el siguiente se habla de “algún momento del pasado” sin
que se ponga ningún límite al tiempo que pueda haber trascurrido. Se entiende que el
propietario del suelo, como responsable del estado de éste y dadas sus implicaciones
económicas, puede conocer las actividades desarrolladas con anterioridad y, en
particular, si alguna de ellas ha sido una APC.
En Real Decreto establece como segunda condición necesaria que se solicite licencia
para establecer cualquier actividad económica –no sólo industrial- que no esté
considerada como APC, ya que si la actividad que se desea iniciar fuese una APC,
sería el titular de la futura actividad el que debería presentar dicho informe por
establecimiento de una nueva APC tal y como se recoge en el artículo 3.4.
b) Si el suelo ha soportado en algún momento del pasado una actividad de las
consideradas APC y se proyecta dar al suelo un uso diferente al que tenía.
Igual que en el caso anterior, se habla de “algún momento del pasado” sin que se
ponga ningún límite al tiempo que pueda haber trascurrido.
Cuando en el Real Decreto se menciona el uso del suelo, siempre se está haciendo
referencia a los tres usos definidos en el artículo 2, sin que, tal como se indicó
anteriormente, exista una relación dada entre los usos definidos en el Real Decreto y
los definidos en otras regulaciones. Esta segunda condición hace referencia a que
tenga lugar un cambio de uso del suelo, sin especificar si este cambio tiene lugar hacia
un uso más restrictivo o hacia un uso menos restrictivo desde el punto de vista del
control de la calidad del suelo. Se espera que el caso más frecuente, según las
tendencias actuales, sea de un uso industrial a un uso urbano, lo que requiere especial
atención dada la posibilidad de acumulación de sustancias peligrosas en un suelo de
uso industrial y a que las exigencias de calidad del suelo en cuanto a la presencia de
sustancias contaminantes en un uso urbano son mayores.
Tanto en el primer supuesto como en el segundo, si bien la primera condición define un hecho del
pasado y la segunda hace referencia a uno futuro, en ningún momento se impone ninguna
condición sobre el uso actual del suelo. Sin embargo, si este uso actual soportase una APC, por el
artículo 3.1 y 3.4, el titular de dicha actividad estaría obligado a presentar informes de situación
que permitirían conocer a la administración correspondiente la posibilidad de que esta APC actual
pudiese contaminar el suelo. Es decir, ya que el caso en el que actualmente se esté desarrollando
18
Versión web Mayo de 2007.
una APC estaría cubierto por los artículos anteriores, este artículo adquiere especial relevancia si
actualmente no se desarrolla en esta finca una APC.
En cuanto al fin que se persigue mediante esta obligación es, en ambos casos, detectar
situaciones de contaminación debidas a acciones pasadas de APC, por lo que la información
recogida en los informes debería ir dirigida a establecer la calidad del suelo y, en consecuencia,
deberá considerarse la posibilidad de solicitar análisis que permitan evaluar una posible presencia
anormal de contaminantes en el suelo en grado tal que supongan un riesgo inaceptable para la
salud de las personas o los ecosistemas.
Por otro lado, el hecho de que sean los propietarios del suelo los obligados a presentar esta
información en el momento de solicitar la licencia o autorización, permite establecer un control
ante la posibilidad de desarrollar una nueva actividad en un suelo cuya calidad no es adecuada
para este nuevo uso, con independencia de si esta acción es consecuencia de un cambio de
titularidad del suelo o no.
PROPIETARIO
Suelo que en el pasado soportó una
APC
NUEVA APC
NUEVA NO-APC
NUEVA APC
CAMBIO DE
TITULARIDAD
NUEVA NO-APC
SIN CAMBIO DE
TITULARIDAD
PROPIETARIO
PRESENTA
INFORME
TITULAR
ACTIVIDAD
PRESENTA
INFORME
NUEVO
PROPIETARIO
PRESENTA
INFORME
TITULAR
ACTIVIDAD
PRESENTA
INFORME
En el caso particular de que tenga lugar un cambio de titularidad del terreno, con independencia
del uso que se vaya a dar a ese suelo en el futuro, la Ley 10/98, en su artículo Art. 27.4 establece:
Art. 27.4
(...) Los propietarios de las fincas en los que se haya realizado alguno de estas actividades
(potencialmente contaminantes) estarán obligados, con motivo de su trasmisión, a declararlo en
escritura pública. (...)
Esta obligación, desarrollada en el artículo 8 del Real Decreto, advierte a un posible comprador
para que solicite un estudio de la calidad del suelo previo a la compra-venta, ya que en el
momento en el que adquiera el terreno todas las cargas ambientales asociadas a esta finca
pasarían a ser responsabilidad suya como nuevo propietario.
19
Versión web Mayo de 2007.
Artículo 3.6
A efectos de lo dispuesto en este artículo, en los supuestos de actividades incluidas en el
ámbito de aplicación de este real decreto y que, a su vez, estén sujetas a la Ley 16/2002, de 1
de julio, de prevención y control integrados de la contaminación, las comunidades autónomas
podrán considerar cumplimentados los informes a que se refieren los apartados anteriores si su
contenido se encuentra recogido en la documentación presentada junto a la solicitud de la
autorización ambiental integrada.
Bajo el principio de ventanilla única, se intenta facilitar la presentación de información de carácter
ambiental sin duplicidades. Puesto que según el artículo 12 de la Ley 16/2002, de 1 de julio, de
prevención y control integrados de la contaminación, el contenido de la solicitud en la autorización
ambiental integrada, debe incluir:
“Proyecto básico que incluya descripción detallada de la actividad y procesos;
estado ambiental del lugar en el que se ubicará la instalación y posibles
impactos que se prevean.”,
Las comunidades autónomas que consideren que la información presentada en virtud de este
artículo es suficiente para proporcionar la información solicitada a través de alguno de los informes
mencionados en el artículo 3, podrán dar por cumplimentados dichos informes , en particular en el
momento de solicitud de licencia o ampliación 18 .
Las APC para las que las comunidades autónomas podrían considerar cumplimentados aquellos
informes de situación que considere oportunos, serán 19 :
1.
Instalaciones de combustión (>50 MW; refino, licuefacción y gasificación; coquerías);
2.
Producción y transformación de metales (fundición >2.5 t/día, transformación de
ferrosos, aceros, forjado, laminado);
3.
Industrias minerales (cementos, cerámicas, asbestos, vidrio);
4.
Industrias químicas;
5.
Gestión residuos (valorización, incineración, eliminación y vertederos (>10 t/día));
6.
Industria papel y cartón;
7.
Industria textil;
8.
Industria del cuero;
9.
Industria agroalimentaria y ganadera (mataderos, tratamiento y transformación para
productos alimenticios; aprovechamiento de deshechos animales; cría intensiva de
vacas, gallinas, cerdos, ...); si alguna comunidad autónoma ha ampliado la lista de
APC dada en el Real Decreto.
10.
Consumo de disolventes orgánicos, superior a 150 kg/h ó 200 t/año.
11.
Industria del carbono.
18
A título de ejemplo, se puede consultar la aplicación del artículo 3.6 en la Comunidad de Madrid en su página web de la Consejería
de Medio Ambiente, en el apartado de suelos contaminados dedicado a las empresas: www.madrid.org
19
Artículo 9 de la Ley 16/2002 de prevención y control integrados de la contaminación, de 1 de julio, BOE nº 157.2/07/2002.
20
Versión web Mayo de 2007.
Artículo 4. Suelos contaminados
Artículo 4.1
Tomando en consideración la información recibida en aplicación del artículo 3, así como
de otras fuentes de información disponibles, el órgano competente de la comunidad autónoma
declarará un suelo como contaminado para los correspondientes usos atendiendo a los criterios
expuestos en el anexo III. La valoración de esta información se realizará teniendo en cuenta el
objeto de protección en cada caso, bien sea la salud humana, bien los ecosistemas.
El artículo 27.1 de la Ley de residuos señala que las comunidades autónomas declararán los
suelos contaminados debido a la presencia de sustancias de carácter peligroso de origen humano,
evaluando los riesgos. El artículo 4 del Real Decreto proporciona las bases sobre las que debe
asentarse esta declaración.
Según el artículo 4.1, las comunidades autónomas pueden iniciar un procedimiento de declaración
de suelos contaminados no sólo a partir de la información recibida en aplicación del artículo 3 del
Real Decreto -lo que significaría que sólo podrían declarar suelos contaminados por actividades
potencialmente contaminantes-, sino que se fija como válida cualquier información disponible,
entendiendo por ello cualquier información de la que disponga la autoridad competente sobre la
que se pueda fundamentar una sospecha de contaminación del suelo: partes de accidentes,
presencia de contaminantes en agua, denuncias verificadas, etc.
Si bien la Ley establece que la declaración de un suelo contaminado debe basarse en la
evaluación del riesgo, el Real Decreto profundiza en este concepto y diferencia entre la posibilidad
de riesgo para la salud humana y riesgo para los ecosistemas, según sea uno u otro,
respectivamente, el objeto de protección considerado. La decisión de si se debe proteger uno u
otro es un elemento que debe fijar la comunidad autónoma correspondiente.
Los riesgos para la salud humana hacen referencia a todos aquellos efectos adversos que pueden
manifestarse en un grupo de población humana expuesto a los contaminantes presentes en el
suelo o en otros medios a los que hayan podido migrar desde aquel 20 . Para el caso de protección
de la salud humana, el Real Decreto especifica tres posibles escenarios genéricos en los que
estudiar este riesgo, y que se definen según los tres usos descritos del suelo: industrial, urbano y
otros usos del suelo. Por su parte, los riesgos para los ecosistemas hacen referencia a todos
aquellos efectos adversos que pueden alterar cualquier nivel de organización de un ecosistema
expuesto a los contaminantes presentes en el suelo o en otros medios a los que hayan podido
migrar desde aquel. En este caso, el Real Decreto establece la posibilidad de proteger organismos
del suelo, organismos acuáticos o vertebrados terrestres.
Por ello, cuando se declare un suelo como contaminado la forma correcta de indicarlo será:
-
Si el objeto de protección es la salud humana, deberá señalarse para qué uso está
contaminado, teniendo en cuenta que, si lo está para más de un uso, se indicarán todos
ellos.
-
Si el objeto de protección son los ecosistemas, deberá señalarse qué organismos son los
que se desea proteger y, en caso de que se quiera proteger más de un tipo, se indicarán
todos ellos.
Si bien el procedimiento de declaración debe ser establecido por cada comunidad autónoma para
su territorio 21 , éste debe permitir al organismo competente solicitar la información precisa que
permita verificar si efectivamente existe contaminación o no y, respectivamente, seguir con el
proceso de declaración o darlo por concluido. En cualquier caso, los criterios para establecer si el
suelo está o no contaminado se fijan en el Real Decreto y, en particular, en el anexo III.
20
“Guía de análisis de riesgos para la salud humana y los ecosistemas” editado por la Comunidad de Madrid.
Como ejemplo, la Comunidad de Madrid fija el procedimiento a seguir en su comunidad mediante el Decreto 326/1999, de 18 de
noviembre, por el que se regula el régimen jurídico de los suelos contaminados en la Comunidad de Madrid, artículo 4.
21
21
Versión web Mayo de 2007.
Artículo 4.2
El órgano competente de la comunidad autónoma delimitará aquellos suelos en los que
considere prioritaria la protección del ecosistema del que forman parte. En cada uno de estos
casos, dicho órgano competente determinará qué grupo o grupos de organismos deben ser
objeto de protección.
Es competencia de la comunidad autónoma decidir si para un suelo el objeto de protección
prioritario debe ser el ecosistema y, ya que el Real Decreto no pone ninguna delimitación a cómo
realizar esta selección, podrá establecerse según criterios generalistas (por ejemplo, en todos los
suelos incluidos en parques naturales serán objeto de protección los ecosistemas) o bien caso a
caso. Además, para cada uno de ellos deberá decidirse qué grupo de entre los definidos 22 deberá
ser objeto de protección. En este sentido, y aunque son las comunidades autónomas las que
fijarán en cada caso los organismos objeto de protección, sería conveniente excluir tan solo
aquellos grupos para los cuales, debido a las características específicas del emplazamiento, se
haya demostrado que no existe riesgo de exposición a la contaminación del suelo. teniendo en
cuenta que, cuando se desee proteger más de un grupo de organismos, deberá protegerse al más
vulnerable para cada una de las sustancias en estudio.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que aunque, en general, la protección de los ecosistemas
conlleva la protección de la salud humana, al utilizarse diferentes modelos para la determinación
del valor máximo aceptable, existe la posibilidad de que se presente algún caso en el que esto no
sea así. Por ello, en caso de que se estime necesario proteger a ambos, salud humana y
ecosistemas, deberá comprobarse que efectivamente -para cada una de las sustancias en
estudio- el valor aceptado de concentración máxima admisible sea el menor del calculado para
protección de la salud humana y el calculado para protección de los ecosistemas.
Artículo 4.3
Los suelos en los que concurra alguna de las circunstancias del anexo IV serán objeto de
una valoración detallada de los riesgos que estos puedan suponer para la salud humana o los
ecosistemas. Tras realizar la valoración de riesgos, el titular de la actividad o, en su caso, el
titular del suelo, la pondrá en conocimiento del órgano competente de la comunidad autónoma, a
los efectos de su declaración o no como suelo contaminado.
Tanto para el ciudadano como para la administración resulta de gran ayuda disponer de criterios
que permitan asegurar que el suelo no está contaminado (para el objeto de protección establecido
por el organismo competente). Para aquellos casos en los que no se pueda asegurar que el suelo
no está contaminado el Real Decreto proporciona unos criterios de actuación en el artículo 4.3.
Los criterios indicados en el anexo IV definen situaciones que suponen un indicio que puede hacer
sospechar de la presencia de contaminación en el suelo. Cuando se dé alguna de aquellas
circunstancias, deberá realizarse una valoración de riesgos, para el objeto de protección y el uso o
los organismos de protección que la CC.AA indique, que permita decidir si el riesgo asociado a la
presencia de esa(s) sustancia(s) en ese suelo es aceptable o inaceptable en el sentido en el que
se define en este Real Decreto. Es decir, como resultado de la valoración de riesgos se podrá
asegurar que el suelo no presenta problemas de contaminación para ese objeto de protección o
que se debe declarar el suelo como contaminado para ese objeto de protección, respectivamente.
Por otra parte, si bien este artículo establece que debe ser el titular de la actividad o el titular del
suelo, incluyendo en este último caso tanto al poseedor del suelo como al propietario del mismo,
el que aporte la valoración de riesgos al órgano competente de la comunidad autónoma, ésta
podrá ser llevada a cabo por el propietario del suelo, su poseedor no propietario o, previa
autorización de éstos, por promotores de actuaciones en un suelo que todavía no sean
22
Ver anexo VI y anexo VII: Protección de organismos del suelo, protección de organismos acuáticos o protección de vertebrados
terrestres.
22
Versión web Mayo de 2007.
propietarios o poseedores del mismo o por una persona que tenga una opción de compra de un
terreno y antes de ejecutarla quiera conocer la calidad de ese suelo. En aquellos casos en los que
la obligación de realizar la valoración de riesgos surge a raíz de un inicio de procedimiento de
declaración de suelos contaminados, la CC.AA correspondiente podrá reclamar la realización de
la valoración de riesgos al sujeto responsable, que deberá asumir los costes económicos
asociados a la realización de esta valoración, según la asignación de responsabilidades frente a la
contaminación que fija la Ley 10/98.
Artículo 4.4
En cualquier caso, la valoración de riesgos para la salud humana o los ecosistemas se
realizará de acuerdo con los contenidos recogidos en el anexo VIII.
En el anexo III se establece como criterio para la consideración de un suelo como contaminado
“que se determinen riesgos inaceptables para la protección de la salud humana o, en su caso, de
los ecosistemas.” El mecanismo para determinar si los riesgos asociados a la presencia de
contaminantes en el suelo son o no son inaceptables se denomina valoración de riesgos.
La valoración de riesgos es un procedimiento, tal como se establece en el anexo VIII, para
“recoger, organizar y analizar información que permita estimar la probabilidad de efectos
indeseables para la salud humana y los ecosistemas”. Para ello es necesario tener en cuenta no
sólo las circunstancias actuales sino también cualquier situación futura previsible que pueda diferir
sensiblemente de la actual y que pueda condicionar el comportamiento de los contaminantes en el
medio y las vías y el modo en que éstos puedan llegar hasta un posible receptor (personas o
grupos de organismos).
En el anexo VIII se proporciona un marco general común para el desarrollo de dicho
procedimiento, si bien el alcance del análisis de riesgos a desarrollar en un caso concreto de
contaminación del suelo debe decidirse de acuerdo con las circunstancias específicas de cada
emplazamiento y con el objetivo perseguido.
Artículo 5. Contaminación de las aguas subterráneas
Desde el punto de vista técnico, el estudio de la contaminación del suelo implica necesariamente
el estudio de la posible afección a otros medios, especialmente las aguas, tanto subterráneas
como superficiales. Sin embargo, desde el punto de vista jurídico, la afección a las aguas tiene su
propia legislación, que será de aplicación cuando se desee establecer la calidad de éstas sin que
este Real Decreto de suelos contaminados aporte nada al respecto. En cualquier caso, debe
tenerse presente que ambos reglamentos, de suelos contaminados y de protección de las aguas
frente a la contaminación, son reglamentos que se complementan y enriquecen.
En particular, el Real Decreto Legislativo 1/2001 define como objeto de protección del dominio
público hidráulico: “las aguas continentales, tanto superficiales como subterráneas renovables,
con independencia del tiempo de renovación; los cauces de corrientes, continuas o discontinuas;
los lechos de los lagos y lagunas y de los embalses en cauces públicos; los acuíferos a los efectos
de los actos de disposición o de afección de los recursos hidráulicos; las aguas procedentes de la
desalación del agua de mar una vez que, fuera de la planta de producción, se incorpore a
cualquiera de los elementos señalados en los apartados anteriores”. En consecuencia, la posible
contaminación de estos elementos deberá regirse por dicha reglamentación, por la Directiva de
protección de las aguas subterráneas contra la contaminación y el deterioro, y por la Ley de Aguas
(texto refundido aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, y modificado por
el artículo 129 de la Ley 62/2003 23 , de 30 de diciembre, para incorporar al derecho español la
Directiva 2000/60/CE), que ya recoge este asunto en su Título V “Protección del dominio público
hidráulico y de la calidad de las aguas continentales", en diferentes artículos:
23
Ley 62/2003, de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y de orden social. BOE nº 313, de 31 de diciembre de 2003.
23
Versión web Mayo de 2007.
-
Art. 92. Objetivos de la protección (Directiva Marco del Agua): g) Evitar cualquier
acumulación de compuestos tóxicos o peligrosos en el subsuelo o cualquier otra
acumulación que pueda causar degradación del dominio público hidráulico.
-
Art. 97. Actuaciones contaminantes prohibidas. “Queda prohibida, con carácter
general, y sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 100, vertidos al dominio público
hidráulico, que quedan prohibidos con carácter general-, toda actividad susceptible
de provocar la contaminación o degradación del dominio publico hidráulico y, en
particular: a) acumular residuos, escombros o sustancias, cualquiera que sea su
naturaleza y el lugar en el que se depositen, que constituyan o puedan constituir un
peligro de contaminación de las aguas o de degradación de su entorno.”
Artículo 5. Contaminación de las aguas subterráneas
Sin perjuicio de lo establecido en la normativa aplicable en materia de aguas
subterráneas, si de lo dispuesto en los artículos 3.3 ó 4.3 se derivan evidencias o indicios de
contaminación de las aguas subterráneas como consecuencia de la contaminación de un suelo,
tal circunstancia será notificada a la administración hidráulica competente.
Tal como se señaló anteriormente, el estudio de la posible contaminación de un suelo incluye
necesariamente la valoración de la posibilidad de que el contenido anormal de cierta sustancia o
sustancias en el suelo haya provocado la contaminación de las aguas próximas. Cuando se trata
de aguas superficiales, las evidencias de contaminación pueden ser visibles. Sin embargo, el caso
de las aguas subterráneas es muy diferente ya que, salvo situaciones particulares en los que la
contaminación de las aguas subterráneas se manifieste en superficie (captaciones, fuentes, etc.)
la contaminación de éstas resultaría imposible de detectar. El artículo 5 subraya la necesidad de
cooperación entre administraciones de tal manera que, ya sea por información recibida a través
del informe complementario, en el caso de APC, como por la realización de una valoración de
riesgos en un suelo cualquiera, con independencia de cuál se sospeche que es el origen de la
contaminación, si la Administración competente en materia de suelos contaminados tiene algún
tipo de indicio que permita sospechar de la afección a las aguas subterráneas, deberá notificar
este hecho a la Administración hidráulica competente.
Artículo 6. Niveles genéricos de referencia
Artículo 6. 1
Los niveles genéricos de referencia que se utilizarán para la evaluación de la
contaminación del suelo por determinadas sustancias vienen recogidos en el anexo V y en el
anexo VI.
Tal como se establece en el artículo 2, el NGR para una sustancia es la concentración máxima de
dicha sustancia en el suelo que nos permite asegurar que el riesgo que supone su presencia es
aceptable. Esta afirmación confiere a los NGRs la posibilidad de actuar como verdaderas
herramientas de gestión para la Administración ya que:
En lo relativo a la protección de la salud humana los NGR permiten asegurar que:
-
Si la concentración de una sustancia en el suelo es INFERIOR o IGUAL al NGR
(correspondiente al uso del suelo establecido por el organismo competente), se puede
clasificar el suelo como NO está contaminado (para ese uso).
-
Si la concentración de una sustancia en el suelo es SUPERIOR al NGR
(correspondiente al uso del suelo establecido por el organismo competente), el suelo
no se puede clasificar como no contaminado y, en consecuencia, debe realizarse, en
atención al artículo 4.3 y según los criterios establecidos en el anexo IV, una valoración
de riesgos.
24
Versión web Mayo de 2007.
En lo relativo a la protección de los ecosistemas además de los NGRs son necesarios los datos de
ecotoxicidad obtenidos en los bioensayos realizados con muestras de suelo tomadas en el
emplazamiento y con los lixiviados obtenidos a partir de ellas. De este modo:
-
Si la concentración de una sustancia en el suelo es INFERIOR o IGUAL al NGR y no
se observa toxicidad en los bioensayos mencionados en el anexo III.2, con suelo o con
lixiviado, en muestras no diluidas, se puede clasificar el suelo como NO contaminado
para el grupo(s) de organismo(s) establecido por el organismo competente.
-
Si la concentración de una sustancia en el suelo es SUPERIOR al NGR o se observa
toxicidad en los bioensayos mencionados en el anexo III.2, con suelo o con lixiviado, en
muestras no diluidas, no se puede asegurar que no está contaminado para el grupo(s)
de organismo(s) establecido por el organismo competente y, en consecuencia, debe
realizarse, en atención al artículo 4.3 y según los criterios establecidos en el anexo IV,
una valoración de riesgos.
El Real Decreto proporciona un listado de NGRs para protección de la salud humana en el anexo
V y otro para protección de los ecosistemas en el anexo VI. En ambos casos, se han definido los
NGR para un número limitado de sustancias (60 y 54, respectivamente) todas ellas de naturaleza
orgánica. Las sustancias han sido seleccionadas por su grado de peligrosidad y por la posibilidad
de aparición según las actividades económicas que se desarrollan en España. Pero éste es un
número muy limitado de sustancias pensando en los cientos de miles que podrían contaminar un
suelo. Por ello, el Real Decreto proporciona, en el anexo VII, los pasos a seguir para el cálculo del
NGR de cualquier otra sustancia no incluida en los anexos V y VI, con independencia de su
naturaleza, tanto para protección de la salud humana como para protección de los ecosistemas.
El término genérico hace alusión a que corresponde a escenarios genéricos, es decir, a
situaciones estándar. Sin embargo, para protección de la salud humana, es posible calcular un
nivel de referencia específico para una sustancia en un suelo determinado siguiendo los pasos
descritos en el anexo VII. En estas circunstancias, en las que pudiera darse el caso de que alguna
de las vías indicadas pueda ser despreciable, sería admisible un valor máximo de concentración
aceptable en el suelo para esta sustancia superior al NGR dado, sin que ello suponga una
contradicción. La razón de ello, tal como se ha indicado, es que el NGR dado se ha obtenido
teniendo en cuenta un escenario genérico mientras que el calculado, sería de aplicación
únicamente al emplazamiento considerado. Es decir, tal como se ha enunciado anteriormente, una
concentración en el suelo superior a un NGR para una determinada sustancia y un objeto de
protección definido no tiene por qué suponer que exista un riesgo inaceptable.
Artículo 6. 2
El órgano competente de la comunidad autónoma, teniendo en cuenta el uso actual y
futuro de los suelos considerados, determinará qué niveles genéricos son de aplicación en cada
caso.
Si bien en los artículos 4.2 y 4.3 se establece la obligación de las comunidades autónomas de
definir cuál ha de ser el objeto de protección en cada caso, entendiendo que si no se delimita un
suelo como de protección de los ecosistemas entonces será de protección de la salud humana, en
este artículo se establece una condición adicional para ello: que tal decisión deberá tomarse
teniendo en cuenta el uso del suelo tanto actual como futuro. De esta manera, el organismo
competente deberá establecer cuál es objeto de protección en cada caso, detallando el tipo de
uso del suelo o el organismo a proteger.
La idea de uso futuro, en principio, puede resultar muy ambigua ya que puede no ser posible
establecer en un futuro no inmediato cuál será el uso destinado a ese suelo. Por esa razón como
futuro se entiende el considerado en el Plan de Ordenamiento Urbano, salvo que la comunidad
autónoma correspondiente considere otra circunstancia. Salvo que la Comunidad Autónoma opine
lo contrario, se adoptará el uso del suelo más restrictivo.
25
Versión web Mayo de 2007.
Artículo 6. 3
Del mismo modo, los responsables de las comunidades autónomas podrán decidir,
justificadamente, sobre qué sustancia o sustancias incluidas en los anexos V y VI deben
centrarse los trabajos de caracterización química de los suelos, tomando en consideración las
actividades anteriores que hayan podido contaminarlo. Igualmente, podrán, de modo justificado,
extender el alcance de los trabajos de caracterización a otras sustancias no incluidas en estos
anexos.
La primera etapa del estudio de contaminación de un suelo consiste en identificar qué actividad o
actividades han podido producir la contaminación del suelo y, para cada una de ellas, las
sustancias involucradas que efectivamente han podido contaminarlo. Este paso es necesario por
cuanto sería económicamente inviable, a la par que innecesario, considerar la posibilidad de que
el suelo estuviese contaminado por cualquier sustancia de origen antropogénico.
Teniendo esto en cuenta, este artículo considera que, previa petición justificada de la persona
responsable de realizar la valoración de riesgos, podrá limitarse el estudio a determinadas
sustancias, tanto presentes en los anexos V y VI como cualquier otra, siempre que los
responsables de la comunidad autónoma correspondiente así se lo hagan saber.
Artículo 7. Descontaminación de suelos
Artículo 7.1
La declaración de un suelo como contaminado obligará a la realización de las
actuaciones necesarias para proceder a su recuperación ambiental en los términos y plazos
dictados por el órgano competente.
La ley 10/98 ya establece esta obligación en su artículo 27.2 estableciendo, además, la jerarquía
de responsables de llevar a cabo dichas actuaciones:
Art. 27.2: La declaración de un suelo como contaminado obligará a realizar las actuaciones
necesarias para proceder a su limpieza y recuperación, en la forma y plazos que determinen
las respectivas CCAA.
Estarán obligados a realizar las operaciones de limpieza y recuperación, previo requerimiento
de las CCAA, los causantes de la contaminación, que cuando sean varios responderán de
estas obligaciones de forma solidaria y, subsidiariamente, por este orden, los poseedores de
los suelos contaminados y los propietarios no poseedores.
En ambos casos se señala que la comunidad autónoma deberá aprobar el proyecto de
recuperación presentado por el responsable de la contaminación, tanto en lo que se refiere a sus
aspectos técnicos como en los plazos impuestos para ello. Esta circunstancia deberá ser tenida
en cuenta en la elaboración del procedimiento de declaración del suelo contaminado.
El incumplimiento de la normativa reguladora de la protección del medio ambiente (como sería la
no limpieza del suelo contaminado) puede ser objeto de sanción administrativa, sin perjuicio de
que pueda venir tipificada como delito en aquellos casos en los que se pueda perjudicar
gravemente el equilibrio de los sistemas naturales o exista un riesgo grave para las personas, lo
que comportaría responsabilidades tanto penales como civiles.
Artículo 7.2
El alcance y ejecución de las actuaciones de recuperación será tal que garantice que la
contaminación remanente, si la hubiera, se traduzca en niveles de riesgo aceptables de acuerdo
con el uso del suelo.
26
Versión web Mayo de 2007.
Si tal como se establece en el anexo III se puede decir que un suelo está contaminado cuando
existe un riesgo inaceptable para la salud de las personas o los ecosistemas, para poder afirmar
que ya no está contaminado deberá verificarse que el riesgo es aceptable. Evidentemente, si se
pudiese actuar de manera que la concentración final de la sustancia o sustancias que contaminan
el suelo se redujese a cero, desaparecería el riesgo. Pero esto es, en la mayoría de los casos,
técnica y económicamente inviable, y en todos ellos, innecesario por cuanto sería suficiente
reducir la concentración de la sustancia en el suelo hasta que se asegure que no existe peligro
asociado a su presencia en ese suelo para el uso actual y futuro previsible Es decir, que se reduce
hasta alcanzar el valor de la máxima concentración aceptable (aquella que verifica el máximo
riesgo aceptable) de la sustancia en el suelo.
Si la aplicación de un tratamiento de descontaminación se realiza hasta alcanzar una
concentración residual de la sustancia en el suelo distinta de cero, entonces se dice que ha
quedado “contaminación remanente”. El término no lleva implícito que la presencia de esta
sustancia suponga un riesgo inaceptable que implique que el suelo, a pesar del tratamiento, siga
contaminado.
El valor de concentración máxima aceptable de una sustancia en el suelo, según las definiciones
dadas en el artículo 2, resulta ser el NGR de esta sustancia en el suelo para un determinado
objeto de protección, tanto para aquellas sustancias incluidas en los anexos V y VI como para las
que se calculen según los pasos descritos en el anexo VII. Esto significa que, cumpliendo con las
exigencias de este artículo y teniendo en cuenta los criterios dados para declarar un suelo como
contaminado o no contaminado, bastaría con reducir el contenido de la sustancia en el suelo hasta
alcanzar una concentración final igual al NGR correspondiente y, en aquellos casos en que el
objeto de protección sean los ecosistemas, comprobar que no se observa toxicidad en los
bioensayos mencionados en el anexo III.2, con suelo o con lixiviado, en muestras no diluidas.
Teniendo en cuenta que el NGR está calculado para un escenario genérico, otra posibilidad válida
sería calcular el nivel de referencia específico para el emplazamiento en cuestión, que resultará
ser igual o superior al NGR, pero que también satisfaría la condición de asegurar un riesgo
admisible. Dada la posibilidad de obtener por este procedimiento una concentración objetivo
superior al NGR correspondiente, y a pesar de que el cálculo de los niveles de referencia para un
escenario particular puede suponer un elevado desembolso económico, es una opción muy a
tener en cuenta por cuanto puede resultar una importante reducción de costes en la operación de
descontaminación.
Artículo 7.3
La recuperación de un suelo contaminado se llevará a cabo aplicando las mejores
técnicas disponibles en función de las características de cada caso. Las actuaciones de
recuperación deben garantizar que materializan soluciones permanentes, priorizando, en la
medida de lo posible, las técnicas de tratamiento in situ que eviten la generación, traslado y
eliminación de residuos.
El concepto de mejores técnicas disponibles viene perfectamente definido en la legislación
europea. La Ley 16/2002, de prevención y control integrados de la contaminación, facilita las
definiciones necesarias para poder establecer qué se entiende por mejores técnicas disponibles
en su artículo 3 24 , pudiendo decirse que se entenderán por tales aquellas técnicas de
recuperación, técnica y económicamente viables, más eficaces para el fin que se proponen y a las
que el responsable de la recuperación del suelo pueda tener acceso en condiciones razonables.
24
«Técnicas»: la tecnología utilizada, junto con la forma en que la instalación esté diseñada, construida, mantenida, explotada o
paralizada.
«Disponibles»: las técnicas desarrolladas a una escala que permita su aplicación en el contexto del correspondiente sector industrial,
en condiciones económicas y técnicamente viables, tomando en consideración los costes y los beneficios, tanto si las técnicas se
utilizan o producen en España, como si no, siempre que el titular pueda tener acceso a ellas en condiciones razonables.
«Mejores»: las técnicas más eficaces para alcanzar un alto nivel general de protección del medio ambiente en su conjunto y de la salud
de las personas.
27
Versión web Mayo de 2007.
En este mismo sentido se declara la Dirección General de Medio Ambiente de la Unión Europea 25
señalando, además, la necesidad de tener en cuenta los posibles efectos secundarios en la
aplicación de las técnicas.
Desde el punto de vista técnico, las estrategias para la recuperación de un suelo se pueden
agrupar según:
ƒ
Destrucción o modificación de los contaminantes. Este tipo de tecnologías busca
alterar la estructura química del contaminante para destruirlo o convertirlo en otro u
otros que no supongan un peligro.
ƒ
Extracción o separación. Los contaminantes se extraen y/o separan del medio
contaminado, aprovechando sus propiedades físicas o químicas (volatilización,
solubilidad, carga eléctrica). El contaminante es retirado del suelo pero pasa a otro
medio que tendrá que ser gestionado y/o tratado.
ƒ
Aislamiento o inmovilización del contaminante. Los contaminantes son
estabilizados, solidificados o inmovilizados en el propio suelo con el uso de métodos
químicos o físicos. Las sustancias contaminantes siguen en el suelo por lo que se
requiere vigilancia y control posteriores.
Las estrategias que persiguen que los contaminantes dejen de estar presentes en el suelo (por
destrucción, cambio a otras sustancias no tóxicas o extracción) se denominan técnicas de
descontaminación; cuando lo que se busca es impedir la migración de los contaminantes (por
aislamiento, inmovilización o traslado a vertedero) se conocen como técnicas de contención.
Solamente las primeras proporcionan soluciones permanentes, ya que las técnicas de
inmovilización o traslado a vertedero son soluciones de ingeniería que, en mayor o menor grado,
tendrán un tiempo máximo de validez. 26 En consecuencia, el Real Decreto no deja abierta la
posibilidad de elegir cualquier tipo de tratamiento de recuperación, sino que establece que éste ha
de ser prioritariamente un tratamiento de descontaminación en el que se destruyan o extraigan los
contaminantes del suelo.
Por otro lado, las técnicas de recuperación también pueden clasificarse en atención al lugar en el
que se lleva a cabo de aplicación de la técnica, pudiendo distinguirse entre:
ƒ
Técnicas In situ. Son las aplicaciones en las que el suelo contaminado es tratado en
el mismo lugar en el que se encuentra y sin que sea necesaria la excavación del
terreno.
ƒ
Técnicas Ex situ. La realización de este tipo de tecnologías requiere de excavación,
dragado o cualquier otro proceso para remover el suelo contaminado antes de su
tratamiento, que puede realizarse en el mismo sitio (on site) o lejos de él (off site).
Por tanto, mediante este artículo la reglamentación da prioridad a las técnicas en las que se
destruyan o extraigan los contaminantes del suelo y que no requieran de la excavación del mismo.
No obstante, el Real Decreto no especifica si se deben priorizar las técnicas de aislamiento o
inmovilización de los contaminantes frente a su traslado a vertedero. Por tanto, la decisión de
adoptar una u otra opción, siempre que se justifique que por razones de carácter técnico,
económico o medioambiental no es posible adoptar técnicas de descontaminación, quedará a
juicio de la comunidad autónoma correspondiente.
25
Van-Camp. L., Bujarrabal, B., Gentile, A-R., Jones, R.J.A., Montanarella, L., Olazabal, C. And Selvaradjou, S-K. (2004). Reports of
the Technical Working Groups Established under the Thematic Strategy for Soil Protection. EUR 21319 EN/4, 872 pp. Office for Official
Publications of the European Communities, Luxembourg.
26
Existe una base de datos sobre técnicas de recuperación, con criterios de aplicabilidad según las características del suelo y la
sustancia contaminante, en la página web www.clu-in.org de la Agencia Norteamericana de Medio Ambiente, EPA.
28
Versión web Mayo de 2007.
Artículo 7.4
Siempre que sea posible, la recuperación se orientará a eliminar los focos de
contaminación y a reducir la concentración de los contaminantes en el suelo. En el caso de que
por razones justificadas de carácter técnico, económico o medioambiental no sea posible esa
recuperación, se podrán aceptar soluciones de recuperación tendentes a reducir la exposición,
siempre que incluyan medidas de contención o confinamiento de los suelos afectados.
Se presenta como una excepción a lo expuesto en el artículo anterior. El reglamento se decanta
por las labores de descontaminación, recordando la necesidad de eliminar los focos de
contaminación para evitar efectos futuros, pero considera la posibilidad de que, en aquellos casos
excepcionales en los que existan razones justificadas de carácter técnico, económico o
medioambiental por las que no sea posible aplicar soluciones permanentes, puedan aplicarse
técnicas de inmovilización o contención de los contaminantes. Lo que se entiende por razones
justificadas deberá quedar fijado por cada comunidad autónoma.
Artículo 7.5
Los suelos contaminados perderán esta condición cuando se realicen en ellos
actuaciones de descontaminación que, en función de los diferentes usos, garanticen que
aquellos han dejado de suponer un riesgo inadmisible para el objeto de protección designado,
salud humana o ecosistemas. En todo caso, un suelo dejará de tener la condición de
contaminado para un determinado uso una vez exista y sea firme la resolución administrativa
que así lo declare, previa comprobación de la efectividad de las actuaciones de recuperación
practicadas.
La primera parte de este párrafo establece el criterio a seguir para poder decir que un suelo no
está contaminado: que no exista un riesgo inaceptable para el objeto de protección establecido y
teniendo en cuenta el uso actual y previsto del terreno. En cualquier caso, será la comunidad
autónoma la que deba verificar que se ha alcanzado la concentración objetivo que garantiza que
el riesgo es aceptable. Por último, el órgano competente de la comunidad autónoma deberá
declararlo mediante resolución expresa, y al igual que no se puede considerar
administrativamente un suelo como contaminado hasta que no exista una declaración expresa,
tampoco dejará de estarlo hasta que sea firme tal resolución.
Por otro lado, con el mismo fundamento que lo dicho en el artículo 4 en referencia a la obligación
de declarar un suelo como contaminado para un determinado objeto de protección y un uso, si es
para protección de la salud humana, o un determinado grupo de organismos, cuando se trata de
protección de los ecosistemas, al declarar un suelo como descontaminado, también debe
señalarse respecto a qué uso/s deja de estarlo ya que puede darse el caso en el que la
concentración objetivo final asegure un riesgo aceptable para un uso determinado pero
inaceptable para otro más restrictivo. Esto mismo podría ocurrir en el caso de protección de los
ecosistemas cuando la declaración de suelo contaminado incluye varias clases de grupos de
organismos como objeto de protección.
Artículo 8. Publicidad registral
Artículo 8.1
Los propietarios de fincas en las que se haya realizado alguna de las actividades
potencialmente contaminantes estarán obligados a declarar tal circunstancia en las escrituras
públicas que documenten la transmisión de derechos sobre aquellas. La existencia de tal
declaración se hará constar en el Registro de la Propiedad, por nota al margen de la inscripción
a que tal transmisión dé lugar.
Artículo 8.2
A requerimiento de la comunidad autónoma correspondiente, el registrador de la
propiedad expedirá certificación de dominio y cargas de la finca o fincas registrales dentro de las
29
Versión web Mayo de 2007.
cuales se halle el suelo a declarar como contaminado. El registrador hará constar la expedición
de dicha certificación por nota extendida al margen de la última inscripción de dominio,
expresando la iniciación del procedimiento y el hecho de haber sido expedida la certificación.
Dicha nota tendrá un plazo de caducidad de cinco años y podrá ser cancelada a
instancias de la Administración que haya ordenado su extensión.
Cuando con posterioridad a la nota se practique cualquier asiento en el folio registral, se
hará constar en la nota de despacho del título correspondiente su contenido.
Artículo 8.3
La resolución administrativa por la que se declare el suelo contaminado se hará constar
en el folio de la finca o fincas registrales a que afecte, por medio de nota extendida al margen de
la última inscripción de dominio.
La nota marginal se extenderá en virtud de certificación administrativa en la que se haga
inserción literal de la resolución por la que se declare el suelo contaminado, con expresión de su
firmeza en vía administrativa, y de la que resulte que el expediente ha sido notificado a todos los
titulares registrales que aparecieran en la certificación a la que se refiere el apartado anterior.
Dicha certificación habrá de ser presentada en el Registro de la Propiedad por duplicado,
y en ella se harán constar, además de las circunstancias previstas por la legislación aplicable,
las previstas por la legislación hipotecaria en relación con las personas, los derechos y las fincas
a las que afecte el acuerdo.
La nota marginal de declaración de suelo contaminado se cancelará en virtud de una
certificación expedida por la Administración competente, en la que se incorpore la resolución
administrativa de desclasificación.
Los comentarios a este artículo han sido elaborados por la Dirección General de los Registros y
del Notariado del Ministerio de Justicia
EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD EN RELACIÓN CON LA APLICACIÓN DEL
REAL DECRETO 9/2005
I. Consecuencias del Real Decreto 9/2005 en lo que respecta al registro de la
propiedad
27
●
La circunstancia de haberse realizado alguna de las actividades potencialmente
contaminantes del suelo en una finca obliga a sus propietarios a declararlo en la escritura
pública de transmisión 27 ya que afecta al contenido y modo de ejercicio de los derechos de
propiedad existentes sobre ese suelo, y deberá hacerse constar, en caso de que afecten a
una finca registral, en el folio abierto a la misma en el registro de la propiedad.
●
Todo procedimiento para la declaración de un suelo como contaminado que afecte a una
finca registral deberá ser entendido con el titular registral de dicha finca, sin perjuicio de
que se siga también contra el causante de la contaminación.
●
La constancia registral, tanto de la tramitación del expediente, como del contenido de su
resolución, generará la publicidad necesaria para que tales circunstancias puedan ser
conocidas por todo aquel que tenga interés en adquirir algún derecho sobre la finca de que
se trate. El conocimiento del registro se consigue con la publicidad registral. Para obtener
una nota simple puede dirigirse al Registro correspondiente o solicitarse a través de la
página web del Colegio de Registradores.
También en las escrituras de transmisión de derechos de las fincas: hipoteca, servidumbre, paso, …
30
Versión web Mayo de 2007.
II. Constancia registral de la declaración
potencialmente contaminantes del suelo
de
realización
de
actividades
Los propietarios de fincas en cuyo suelo se hayan desarrollado actividades potencialmente
contaminantes están obligados a declarar tal circunstancia en las escrituras públicas que
documenten la transmisión.
Así resulta de los artículos 27.4 de la Ley 10/1998 (“Los propietarios de las fincas en las que se
haya realizado alguna de estas actividades estarán obligados, con motivo de su transmisión, a
declararlo en escritura pública. Este hecho será objeto de nota marginal en el Registro de la
Propiedad.”) y del artículo 8.1 del R.D. 9/2005 (“Los propietarios de fincas en las que se haya
realizado alguna de las actividades potencialmente contaminantes estarán obligados a declarar tal
circunstancia en las escrituras públicas que documenten la transmisión de derechos sobre
aquellas.”).
En caso de incumplimiento, al propietario del terreno que omite la declaración de que en su finca
se haya realizado una actividad potencialmente contaminante, se le podría sancionar de acuerdo
con el artículo 9 del Real Decreto 9/2005. Este artículo se remite en cuanto al régimen
sancionador a lo dispuesto en la Ley de Residuos de 21 de Abril de 1998, la cual, en su artículo
34, enumera las infracciones en muy graves, graves y leves, señalando en el artículo 35 las
sanciones correspondientes.
El incumplimiento de la obligación de que tratamos, pudiera incluirse en el artículo 34.3 letra c), es
decir, “la ocultación o falseamiento de datos exigidos por la normativa aplicable”, que se considera
como infracción grave, conllevando una sanción de multa e inhabilitación para el ejercicio de
cualquiera de las actividades previstas por la ley por un periodo de tiempo de hasta un año 28 . No
obstante, el régimen sancionador corresponde a la autoridad competente, que tendrá en cuenta
en las sanciones, además de otras circunstancias, el daño causado al medio ambiente y el grado
de peligro en que se haya puesto la salud de las personas.
II.1 Obligación de declarar
La declaración de la circunstancia de haberse desarrollado una actividad potencialmente
contaminante del suelo habrá de ser realizada por el transmitente. La palabra transmisión debe
entenderse en sentido lato, comprensiva también de constitución y modificación.
El acreedor adjudicatario, acreedor que en ejecución forzosa de su crédito devenga propietario de
un suelo contaminado, no está sujeto a la obligación de realizar tal declaración siempre que lo
enajene en el plazo de un año a partir de la fecha en que accedió a la propiedad. El artículo 27.6
de la Ley 10/1998 dice expresamente “de su crédito”, por lo que si adquiere en virtud de la
ejecución de otro, inscrito o anotado sobre la misma finca, podría entenderse que estaría sujeto a
la regla general. No obstante, si el ejecutado fuese preferente al suyo podrá aplicarse la excepción
del artículo 27.6 pues de otra manera su crédito quedaría indefenso.
II.2 Responsabilidad
Si no se hiciera la declaración, la escritura será válida e inscribible en el registro, pero el
transmitente incurrirá en las responsabilidades administrativas y civiles que correspondan.
II.3 Comunicación a la Consejería de Medio Ambiente correspondiente de la situación del
expediente
Además de la obligación de declarar la actividad potencialmente contaminante en la escritura y su
constancia en el Registro de la Propiedad, se puede establecer un sistema de información de
estas comunicaciones a la comunidad autónoma correspondiente del modo que se considere
conveniente.
28
Véanse los comentarios al artículo 9 del RD, apartado b) sanciones
31
Versión web Mayo de 2007.
II.4 Nota marginal
La declaración realizada se hará constar en el Registro de la Propiedad mediante una nota
extendida al margen de la inscripción del derecho transmitido. El artículo 8.1 del Real Decreto
9/2005 establece que se hará constar por nota al margen de la inscripción a que tal transmisión dé
lugar, y no por nota al margen de la de dominio, confirmando que la obligación de declarar incluye
los supuestos de constitución y modificación también.
Sería conveniente que el Registrador, una vez practicada la nota al margen de la inscripción,
motivada por la declaración del propietario, advirtiendo que se ha realizado una actividad
potencialmente contaminante sobre el suelo, lo pusiera en conocimiento del órgano competente
de la comunidad autónoma, de modo que ésta reciba información de un mismo suelo por dos vías
(titular de la actividad y Registrador), y pueda, si lo considera conveniente, iniciar el procedimiento
de declaración de suelo contaminado.
II.5 Documento para extender la nota
Será la misma escritura en que se formalice la transmisión. También podría realizarse la
declaración, como un hecho independiente de la transmisión, como acto previo, en documento
privado. Si está redactado en papel deberá estar suscrito por el titular registral y firmado o
ratificado ante el registrador o con firma legitimada por notario. Si se formula en soporte
electrónico deberá estar firmado con firma reconocida.
Si el documento inscribible donde se formalice la transmisión no fuese una escritura deberá
hacerse en él la declaración. En los casos de existencia de un título universal, si se acompaña
relación de bienes en uno u otra, por ejemplo en una fusión, podría hacerse en la relación de los
bienes de la absorbida o en la escritura de fusión.
Con esta declaración que efectúa el transferente-propietario en la escritura pública, el primero que
resulta advertido es el propio adquirente, que ya conoce la situación del suelo que adquiere,
evitando de este modo posibles pleitos posteriores sobre vicios ocultos en el objeto del contrato.
Por tanto, favorece al adquirente, ya que conoce lo que compra, y al enajenante, puesto que le
libera de ciertas responsabilidades.
II.6 Efectos de la nota
Los efectos de la nota son dar a conocer, a todo aquel a quien pueda interesar, que sobre la finca
se ha desarrollado una actividad potencialmente contaminante.
II.7 Duración de la nota
La nota es indefinida, luego no tiene plazo de caducidad. Sólo si se regulase la comunicación de
oficio a que se ha hecho referencia en la nota marginal podría regularse la caducidad.
II.8 Cancelación
La nota se cancelará por los mismos medios que los que se indicarán para la cancelación de la
nota de declaración de suelo contaminado.
III. Constancia registral de los expedientes administrativos de declaración de suelos
contaminados.
En cuanto a la declaración registral de los expedientes administrativos de declaración de suelos
contaminados deben diferenciarse dos aspectos: el inicio y tramitación del expediente y la
terminación del expediente.
III.1 Inicio y tramitación del expediente
32
Versión web Mayo de 2007.
III.1.1 Inicio
El procedimiento para la declaración de un suelo contaminado se iniciará de oficio por el órgano
competente de la comunidad autónoma correspondiente al emplazamiento. El acuerdo de inicio se
notificará al propietario o propietarios registrales del suelo y a su poseedor o poseedores, en caso
de que no sean los mismos, en la forma prevista en la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común
(artículo 4.1. D. 326/1999)
III.1.2 Certificación de dominio y cargas
La Administración que sigue el expediente obtiene información del Registro acerca de quienes son
los titulares de derechos sobre la finca o fincas registrales en las que se encuentra el suelo sobre
el que se va a iniciar el procedimiento de declaración como contaminado. Requiere al registro de
la propiedad correspondiente una certificación de dominio y cargas. Se trata de una certificación
finalista, se pide para un procedimiento determinado y además del conocimiento que
proporcionará a la Administración de los derechos inscritos, está destinada -mediante la nota de
expedición- a informar a los futuros adquirentes o interesados en la finca que se ha iniciado el
procedimiento de declaración de suelo contaminado (artículo 8.2 Real Decreto 9/2005).
III.1.3 Nota marginal
El registrador hará constar la expedición de dicha certificación por nota extendida al margen de la
última inscripción de dominio, expresando la iniciación del procedimiento y el hecho de haber sido
expedida la certificación (artículo 8.2 del Real Decreto 9/2005). La identificación del expediente
para el que se expide debe permitir tener conocimiento de él y ser suficiente para que los terceros
interesados o adquirentes posteriores a la nota al margen de la correspondiente inscripción de
dominio puedan personarse en el procedimiento. Deberá quedar constancia en la nota del hecho
de la expedición de la referida certificación, del procedimiento para el que se expide, las fechas
del documento en cuya virtud se expide y de su presentación, y la fecha de la certificación.
III.1.4 Notificación
La Administración notificará el inicio del procedimiento y la tramitación del expediente a aquellos
que en la certificación aparecen como titulares registrales de derechos sobre la finca. Los
derechos son todos los inscritos, sean dominicales o no, reales o personales con eficacia real, de
la totalidad o de una cuota. Todos los titulares tienen que ser inexcusablemente notificados, como
requisito ineludible para la inscripción de la declaración de suelo contaminado (artículo 8.3 del
Real Decreto 9/2005), lo cual es una consecuencia de los principios generales de tracto sucesivo
(20 Ley Hipotecaria), legitimación (38 Ley Hipotecaria), salvaguardia de los tribunales (1 Ley
Hipotecaria) y tutela judicial efectiva (24 Constitución Española).
III.1.5 Documento para solicitar expedición, certificación y extensión de la nota
Oficio por duplicado, presentado en el registro correspondiente por la Administración que haya
incoado el expediente, en el que se identifique éste, expresando el acuerdo o resolución de la que
resulta su incoación y el órgano ante el que se tramita.
III.1.6 Efectos de la nota
La nota deja constancia en el folio de la existencia del expediente en trámite, de modo que todo
aquel que consulte el registro pueda conocer de su existencia.
Además de la consulta genérica, cuando con posterioridad a la extensión de la nota se inscriba
algún derecho, el registrador hará constar la existencia de aquélla en la nota de despacho, en
conformidad con lo dispuesto en el artículo 8.2 del Real Decreto 9/2005 (“Cuando con
posterioridad a la nota se practique cualquier asiento en el folio registral, se hará constar en la
nota de despacho del título correspondiente su contenido”).
33
Versión web Mayo de 2007.
También por analogía con los artículos 143 y 434 del Reglamento Hipotecario. De acuerdo con
este último, redactado por la modificación operada por el Real Decreto 1368/1992, si consta la
expedición de la certificación de cargas en la nota de despacho se hará relación circunstanciada
del procedimiento para el que se expidió la certificación.
Por tanto, quienes adquieran algún derecho sobre la finca con posterioridad a la expedición de la
certificación, adquirirán con la advertencia de la nota marginal que anuncia la existencia del
procedimiento y deberán estar al tanto del mismo, sin que tengan derecho a ser citados.
La omisión de tales actuaciones, de modo que no se solicite información del registro acerca de los
titulares registrales de derechos y cargas sobre la finca afectada, y no se expida, por tanto,
certificación alguna por el registrador, o se haya utilizado otra certificación de modo que no conste
la existencia del expediente en el registro por medio de nota marginal, puede provocar la
imposibilidad de que posteriormente acceda al registro la declaración del suelo como
contaminado. Así ocurrirá si alguno de los titulares registrales existentes en el momento en que se
solicite la inscripción de tal declaración no haya tenido posibilidad de acudir al expediente por no
haber sido notificado, directamente o a través de la nota.
III.1.7 Duración de la nota
La duración de la nota será de cinco años contados desde la fecha de la nota.
III.1.8 Caducidad
El registrador no tendrá que comunicar la cancelación, por caducidad, de la nota al órgano
administrativo que la mandó practicar. Se podrá hacer constar la caducidad a instancia de
cualquier interesado o también de oficio por el registrador al actuar en la finca de la que se
certificó.
A este efecto, se entenderá solicitada la cancelación de la nota caducada por el solo hecho de
pedirse, una vez caducada, cualquier certificación, y se practicará mediante extensión de la
correspondiente nota marginal cancelatoria, antes de expedirse aquélla. Del mismo modo podrá
procederse cuando se practique cualquier asiento relativo a la finca o derecho afectado. Si la
solicitud de certificación se realiza por quien no es titular de la finca o derecho, o cuando el asiento
a practicar no sea de inscripción, el Registrador advertirá al solicitante o presentante antes del
despacho de la certificación o de practicar el asiento que éstos darán lugar a la cancelación de las
cargas caducadas conforme a lo dispuesto en el artículo 353. 3. del Reglamento Hipotecario.
Si el asiento de presentación de la certificación de la resolución en la que se declara el suelo
como contaminado ha tenido lugar vigente la nota, aunque los cinco años pasen antes de que se
practique la nota marginal de declaración de suelo contaminado, si ésta se extendió vigente su
asiento de presentación, la caducidad de la nota de expedición no perjudicará su eficacia.
III.1.9 Consecuencias de la caducidad de la nota de expedición
Caducada la nota por el mero transcurso del plazo, se haya cancelado o no por el registrador, se
pierde la eficacia contra terceros, aunque estuviesen inscritos o anotados durante la plena
vigencia de la misma (articulo 97 Ley Hipotecaria: “cancelado un asiento se presume extinguido el
derecho a que dicho asiento se refiera”), no podrá inscribirse la calificación de suelo contaminado
si todos los titulares registrales en el momento de la presentación de la certificación no hubiesen
sido citados en el procedimiento.
Para garantizar los efectos de la futura declaración que en su caso pueda recaer deberá expedirse
una nueva certificación y entender con los titulares que resulten de ella el procedimiento.
III.1.10 Consecuencias de la caducidad del expediente. Cancelación de la nota de
expedición
El artículo 8.2 del Real Decreto 9/2005 indica que podrá ser cancelada a instancia de la
Administración que haya ordenado su extensión.
34
Versión web Mayo de 2007.
Se cancelará en virtud del acto administrativo del que resulte el acuerdo o resolución que ponga
fin al expediente sin que haya recaído declaración de suelo contaminado comunicado mediante
oficio presentado por la Administración que haya incoado el expediente o por el interesado.
III.2. Terminación del expediente
III.2.1 Terminación del expediente
El expediente de declaración de suelos contaminados termina con una resolución que declarará,
o no, el carácter contaminado del suelo, y fijará las actuaciones a desarrollar para la
descontaminación. La declaración negativa supone la cancelación de efectos de la nota de
expedición y de la nota de auto-declaración de actividades potencialmente contaminantes. La
declaración de un suelo como contaminado obliga a los responsables identificados en la misma a
realizar las operaciones de limpieza y recuperación en la forma y plazos que determine la
comunidad autónoma. Estos responsables, que seguirán siéndolo con independencia de las
ulteriores transmisiones de la propiedad que se puedan producir, también deberán hacerse cargo
de los estudios de limpieza y recuperación de los suelos que sea preciso realizar.
III.2.2 Nota marginal
La Resolución por la que se declare el carácter contaminado del suelo deberá hacerse constar
en el folio de la finca a que afecte mediante una nota al margen de la última inscripción de
dominio.
Así lo confirma el artículo 27.3 de la Ley 10/1998 y el 8.3 del Real Decreto 9/2005. Para el
primero “la declaración de un suelo como contaminado será objeto de nota marginal en el
Registro de la Propiedad”, y para el último “La resolución administrativa por la que se declare el
suelo contaminado se hará constar en el folio de la finca o fincas registrales a que afecte, por
medio de nota extendida al margen de la última inscripción de dominio”.
III.2.3 Documento para extender la nota
Certificación administrativa en la que se haga inserción literal de la resolución recaída mediante
escrito por duplicado al Registro, en la que se exprese su firmeza en vía administrativa, y de la
que resulte que el expediente ha sido notificado a todos los titulares registrales que aparecieran
en la certificación. Los posteriores ya fueron notificados a través de la nota marginal que se
extendió al expedir la certificación. La certificación se presentará por duplicado, y con expresión
de las circunstancias necesarias para identificar la finca registral a que afecta y a sus titulares
(artículo 8.3 del Real Decreto 9/2005).
Dicha certificación habrá de ser presentada en el Registro de la Propiedad por duplicado, y en ella
se harán constar, además de las circunstancias previstas por la legislación aplicable y por la
legislación hipotecaria en relación con las personas, los derechos y las fincas a las que afecte el
acuerdo.
III.2.4 Efectos de la nota
Dar publicidad a la declaración recaída y garantiza la posibilidad de su ejecución, al reforzar la
vinculación de los sucesivos titulares registrales a la realización principal o subsidiaria de las
tareas de descontaminación.
Asimismo, da seguridad a los terceros que sabrán que la declaración de un suelo como
contaminado obliga a los responsables identificados en la misma a realizar las operaciones de
limpieza y recuperación que en aquélla se establezcan.
En sentido contrario, informa que la limpieza y recuperación de esa finca, cuyo suelo ha sido
declarado como contaminado, deberá hacerse necesariamente de forma previa a su urbanización,
por lo que el registrador deberá denegar estos actos si se presentasen vigente la nota.
35
Versión web Mayo de 2007.
En relación con el planeamiento urbanístico el artículo 61 de la Ley 5/2003 establece: “1. Entre
la documentación a aportar en la tramitación de los Planes Urbanísticos deberá incluirse un
Informe de caracterización de la calidad del suelo en el ámbito a desarrollar en orden a
determinar la viabilidad de los usos previstos.
III.2.5 Duración de la nota
La nota será indefinida.
III.2.6 Cancelación de la nota
Los suelos contaminados perderán esta condición cuando se realicen en ellos actuaciones de
descontaminación que, en función de los diferentes usos, garanticen que aquellos han dejado de
suponer un riesgo inadmisible para el objeto de protección designado, salud humana o
ecosistemas. En todo caso, un suelo dejará de tener la condición de contaminado para un
determinado uso una vez exista y sea firme la resolución administrativa que así lo declare, previa
comprobación de la efectividad de las actuaciones de recuperación practicadas. La comunidad
autónoma declarará que un suelo ha dejado de estar contaminado tras la comprobación de que se
han realizado de forma adecuada las operaciones de limpieza y recuperación del mismo (artículo
27.1 Ley 10/1998).
La cancelación de la nota se producirá cuando el suelo deje de estar contaminado en virtud de
certificación administrativa expedida por el órgano competente de la comunidad autónoma que
incorpore la resolución por la que se declare el suelo como no contaminado, resolución
administrativa de desclasificación (artículo 8.3. Real Decreto 9/2005).
La iniciativa para la anotación registral prevista en el artículo 27.3 de la Ley 10/1998, de 21 de
abril, de Residuos, así como para la cancelación en su caso, corresponderá a la Consejería
competente en materia de medio ambiente, y se llevará a cabo cuando la Declaración sea firme
en vía administrativa.
III.2.7 Soporte del gasto y financiación pública
El articulo 45 de la Constitución Española de 1978 nos proporciona algunos de los elementos del
Medio Ambiente, “los recursos naturales”. Este artículo dispone:
Art. 45: Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo
de la persona, asi como el deber de conservarlo.
Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el
fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente,
apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se
establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de
reparar el daño causado.
Los costes de limpieza deben ser sufragados por el obligado a la descontaminación: tal como
indica el artículo 28 de la Ley 10/1998 (“En todo caso, los costes de limpieza y recuperación de los
suelos contaminados correrán a cargo del obligado, en cada caso, a realizar dichas
operaciones.”).
La Ley 10/1998, artículo 27. 2. p. 3º, establece que en todo caso, si las operaciones de limpieza y
recuperación de suelos contaminados fueran a realizarse con financiación pública, sólo se podrán
recibir ayudas previo compromiso de que las posibles plusvalías que adquieran los suelos
revertirán en la cuantía subvencionada en favor de la Administración pública que haya financiado
las citadas ayudas.
Tal compromiso habrá de garantizarse en la forma que reglamentariamente se establezca.
La garantía previa puede ser un aval u otra suficiente de tipo personal o real como hipoteca o
36
Versión web Mayo de 2007.
prenda. Sería admisible el embargo sobre el mismo bien.
III.2.8 Vía de apremio
Las obligaciones pecuniarias que a cargo de los obligados a la descontaminación pudieran
resultar como consecuencia de la realización de las actuaciones materiales de descontaminación,
podrán ser aseguradas a través del registro mediante la anotación preventiva del embargo que
para su cobro se haya podido acordar sobre sus derechos en la finca registral, en procedimiento
judicial o por el procedimiento administrativo de apremio. Se recomienda estudiar en detalle la
adaptación y aplicación de la institución del “crédito refraccionario” para la aplicación del Real
Decreto y la gestión de los suelos potencialmente contaminados.
IV. Posibles consecuencias
contaminados.
en
la
financiación
hipotecaria
sobre
suelos
La garantía hipotecaria asegura el pago de una deuda atribuyendo al acreedor la posibilidad, en
caso de impago, de obtener el importe debido a través de la venta del inmueble hipotecado,
quedándose con la parte del precio obtenido en la cantidad necesaria para cubrir dicho importe
más los intereses devengados y costas. Por tanto, si disminuye el valor en venta del inmueble
hipotecado, disminuye la cobertura que presta la garantía, en cuanto el precio a obtener en la
venta de aquel será menor y podría no llegar a cubrir la cantidad adeudada.
Por ello, es esencial, para un buen funcionamiento del mercado hipotecario, que todas aquellas
circunstancias que puedan afectar al valor del inmueble hipotecado puedan ser conocidas por los
eventuales acreedores, a fin de que éstos puedan estimar los riesgos incorporados a la operación.
Así, la publicidad registral de la existencia de actividades potencialmente contaminantes sobre las
fincas, de la existencia de expedientes de declaración que se estén tramitando, o de resoluciones
que declaren suelos contaminados o su descontaminación, es una herramienta esencial para
depurar el mercado hipotecario, evitando errores en la valoración de las garantías (artículo 28 del
Reglamento de Desarrollo y Regulación de la Ley del Mercado Hipotecario, Real Decreto
685/1985), que incluso pueden llevar a la exclusión del bien para dar cobertura a una hipoteca que
quiera incorporarse al mercado secundario de hipotecas (artículo 27 R.D. 685/1982) u obligar a
ampliar la garantía (Artículo 29 R.D. 685/1982).
Artículo 9. Régimen sancionador
Artículo 9. Régimen sancionador
Las infracciones cometidas contra lo dispuesto en este real decreto estarán sometidas al
régimen sancionador regulado en la Ley 10/1998, de 21 de abril, de Residuos, sin perjuicio de
las responsabilidades civiles, penales o de otro orden a que hubiera lugar.
El Real Decreto somete al régimen sancionador de la Ley 10/1998 las infracciones cometidas
contra lo establecido en el mismo. Por tanto, el régimen sancionador de la Ley 10/1998 aplicaría
tanto a las infracciones cometidas contra lo dispuesto la Ley 10/1998 como a las cometidas contra
lo dispuesto en el Real Decreto.
El régimen sancionador de la Ley 10/98, recogido en el Capítulo II del Título VI, establece las
siguientes infracciones de aplicación específica a los suelos contaminados indicando, además,
que las sanciones se impondrán atendiendo a las circunstancias del responsable, grado de culpa,
reiteración, participación y beneficio obtenido, y grado del daño causado al medio ambiente o del
peligro en que se haya puesto la salud de las personas.
a) Infracciones
Entre otras:
37
Versión web Mayo de 2007.
1. Son infracciones muy graves:
-
La ocultación o la alteración maliciosa de datos aportados a los expedientes
administrativos para la obtención de autorizaciones, permisos o licencias
relacionadas con el ejercicio de las actividades reguladas en esta Ley.
-
La no realización de las operaciones de limpieza y recuperación cuando un
suelo haya sido declarado como contaminado, tras el correspondiente
requerimiento de la comunidad autónoma o el incumplimiento, en su caso, de
las obligaciones derivadas de acuerdos voluntarios o convenios de
colaboración.
-
El incumplimiento de las obligaciones impuestas en las autorizaciones, así
como la actuación en forma contraria a lo establecido en esta Ley, cuando la
actividad no esté sujeta a autorización específica, siempre que se haya
producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente o se haya puesto
en peligro grave la salud de las personas o cuando la actividad tenga lugar en
espacios protegidos.
-
El incumplimiento de las obligaciones derivadas de las medidas provisionales.
2. Son infracciones graves:
3.
-
El incumplimiento de la obligación de proporcionar documentación o la
ocultación o falseamiento de datos exigidos por la normativa aplicable o por las
estipulaciones contenidas en la autorización, así como el incumplimiento de la
obligación de custodia y mantenimiento de dicha documentación.
-
El incumplimiento por los agentes económicos señalados en los artículos 7.1 y
11.1 de las obligaciones derivadas de los acuerdos voluntarios o convenios de
colaboración suscritos.
-
La obstrucción a la actividad inspectora o de control de las Administraciones
públicas.
-
El incumplimiento de las obligaciones impuestas en las autorizaciones, así
como la actuación en forma contraria a lo establecido en esta Ley, cuando la
actividad no esté sujeta a autorización específica, sin que se haya producido un
daño o deterioro grave para el medio ambiente o sin que se haya puesto en
peligro grave la salud de las personas.
-
La comisión de alguna de las infracciones indicadas en el apartado 1 cuando,
por su escasa cuantía o entidad, no merezcan la calificación de muy graves.
Son infracciones leves:
-
El retraso en el suministro de la documentación que haya que proporcionar a la
Administración de acuerdo con lo establecido por la normativa aplicable o por
las estipulaciones contenidas en las autorizaciones.
-
La comisión de alguna de las infracciones indicadas en el apartado anterior
cuando, por su escasa cuantía o entidad, no merezcan la calificación de graves.
-
Cualquier infracción de lo establecido en esta Ley o en las estipulaciones
contenidas en las autorizaciones, cuando no esté tipificada como muy grave o
grave.
b) Sanciones
1. En el caso de infracciones muy graves:
ƒ
Multa desde 30.050 hasta 1.202.025 euros.
38
Versión web Mayo de 2007.
ƒ
Inhabilitación para el ejercicio de cualquiera de las actividades previstas en
la presente Ley por un período de tiempo no inferior a un año ni superior a
diez.
ƒ
En los tres primeros supuestos, clausura temporal o definitiva, total o
parcial, de las instalaciones o aparatos.
ƒ
En los tres primeros supuestos, revocación de la autorización o suspensión
de la misma por un tiempo no inferior a un año ni superior a diez.
2. En el caso de infracciones graves:
ƒ
Multa desde 601 hasta 30.050 euros.
ƒ
Inhabilitación para el ejercicio de cualquiera de las actividades previstas en
la presente Ley por un período de tiempo de hasta un año.
ƒ
En los supuestos primero y cuarto, revocación de la autorización o
suspensión de la misma por un tiempo de hasta un año.
3. En el caso de infracciones leves:
ƒ
Multa de hasta 601 euros.
Se indica, además, que sin perjuicio de la sanción penal o administrativa que se imponga, los
infractores estarán obligados a la reposición o restauración de las cosas al ser y estado anteriores
a la infracción cometida, en la forma y condiciones fijadas por el órgano que impuso la sanción.
2. Si los infractores no procedieran a la reposición o restauración, de acuerdo con lo establecido
en el apartado anterior, los órganos competentes podrán acordar la imposición de multas
coercitivas con arreglo al artículo 99 de la Ley 30/1992, una vez transcurridos los plazos
señalados en el requerimiento correspondiente. La cuantía de cada una de las multas no superará
un tercio de la multa fijada por infracción cometida.
3. Asimismo, en estos casos y en el supuesto de que no se realicen las operaciones de limpieza y
recuperación de suelos contaminados, podrá procederse a la ejecución subsidiaria por cuenta del
infractor y a su costa.
39
Versión web Mayo de 2007.
E
ANEXO I
ACTIVIDADES POTENCIALMENTE CONTAMINANTES DEL SUELO
En el anexo I se indica una lista de actividades económicas consideradas “actividades potencialmente
contaminantes”. Por el hecho de ser consideradas como tal (lo que es extensivo a todas aquellas
actividades, incluidas en esta lista o no, en las que se dé al menos uno de los supuestos del artículo
3.2) tendrán asociadas las obligaciones resumidas en la tabla 1.1.
En el Anexo F a esta Guía se incluye un desglose hasta cinco dígitos de la lista de APC que estarían
incluidas en el ámbito del Real Decreto. Esta lista puede estar modificada en su territorio por la
comunidad autónoma correspondiente.
CNAE93-Rev1
DESCRIPCIÓN
COMENTARIOS
11,10
Extracción de crudos de petróleo y gas natural.
11,20
Actividades de los servicios relacionados con las explotaciones petrolíferas y de
gas, excepto actividades de prospección.
13,20
Extracción de minerales metálicos no férreos, excepto minerales de uranio y
torio.
Entran en el ámbito del RD
aquellas operaciones de
estas actividades que puedan
afectar al suelo, excluyendo
aquellas que ocurran sobre
una lámina permanente de
agua (offshore).
Se incluye fabricación de
aceites y grasas sin refinar;
fabricación de aceites y
grasas refinadas; y
fabricación de margarina y
grasas comestibles similares.
15,4
Fabricación de grasas y aceites (vegetales y animales).
17,30
Acabado de textiles.
17,542
Fabricación de tejidos impregnados, endurecidos o recubiertos en materias
plásticas.
18,301
Preparación, curtido y teñido de pieles de peletería.
19,10
Preparación, curtido y acabado del cuero.
20,10
Aserrado y cepillado de la madera, preparación industrial de la madera.
20,20
Fabricación de chapas, tableros, contrachapados, alistonados, de partículas
aglomeras, de fibras y otros tableros de paneles.
21,1
Fabricación de pasta papelera, papel y cartón.
21,24
Fabricación de papeles pintados.
22,2
Artes gráficas y actividades de los servicios relacionados con las mismas .
23,10
Coquerías.
23,20
Refino de petróleo.
24,1
Fabricación de productos químicos básicos.
24,20
Fabricación de pesticidas y otros productos agroquímicos.
24,30
Fabricación de pinturas, barnices y revestimientos similares; tinta de imprenta y
masillas.
24,4
Fabricación de productos farmacéuticos.
24,5
Fabricación de jabones, detergentes y otros artículos de limpieza y
abrillantamiento. Fabricación de perfumes y productos de belleza e higiene.
24,6
Fabricación de otros productos químicos.
24,70
Fabricación de fibras artificiales y sintéticas.
1
1
Excepto comercio al por
menor.
40
Versión web Mayo de 2007.
CNAE93-Rev1
DESCRIPCIÓN
25,1
Fabricación de productos de caucho.
26,1
Fabricación de vidrio y productos de vidrio.
26,21
Fabricación de artículos cerámicos de uso doméstico y ornamental.
26,3
Fabricación de azulejos y baldosas de cerámica.
26,65
Fabricación de fibrocemento.
26,8
Fabricación de productos minerales no metálicos diversos.
27,10
Fabricación de productos básicos de hierro, acero y ferroaleaciones.
27,21
Fabricación de tubos de hierro.
27,22
Fabricación de tubos de acero.
27,3
Otros procesos de primera transformación del hierro y del acero.
27,41
Producción y primera transformación de metales preciosos.
27,42
Producción y primera transformación de aluminio.
27,43
Producción y primera transformación de plomo, cinc y estaño.
27,44
Producción y primera transformación de cobre.
27,45
Producción y primera transformación de otros metales no férreos.
27,5
Fundición de metales.
28,1
Fabricación de elementos metálicos para la construcción.
28,2
Fabricación de cisternas, grandes depósitos y contenedores de metal.
Fabricación de radiadores y calderas para calefacción central.
28,3
Fabricación de generadores de vapor.
28,40
Forja, estampación y embutición de metales; metalurgia de polvos.
28,5
Tratamiento y revestimiento de metales. Ingeniería mecánica general por
cuenta de terceros.
28,6
Fabricación de artículos de cuchillería y cubertería, herramientas y
ferretería.
28,7
Fabricación de productos metálicos diversos, excepto muebles.
29,1
Fabricación de máquinas, equipos y material mecánico.
29,2
Fabricación de máquinas, equipo y material mecánico de uso general.
29,3
Fabricación de maquinaria agraria.
29,4
Fabricación de máquinas-herramienta.
29,5
Fabricación de maquinaria diversa para usos específicos.
29,6
Fabricación de armas y municiones.
29,71
Fabricación aparatos electrodomésticos.
30,0
Fabricación de maquinas de oficina y equipos informáticos.
31,1
Fabricación de motores eléctricos, transformadores y generadores.
31,2
Fabricación de aparatos de distribución y control eléctricos.
31,3
Fabricación de hilos y cables eléctricos aislados.
31,4
Fabricación de acumuladores y pilas eléctricas.
31,5
Fabricación de lámparas eléctricas y aparatos de iluminación.
31,6
Fabricación de otro equipo eléctrico.
32,1
Fabricación de válvulas, tubos y otros componentes electrónicos.
32,2
Fabricación de transistores de radiodifusión y televisión y de aparatos para
la radiotelefonía y radiotelegrafía con hilos.
COMENTARIOS
41
Versión web Mayo de 2007.
CNAE93-Rev1
COMENTARIOS
DESCRIPCIÓN
32,3
Fabricación de aparatos de recepción, grabación y reproducción
de sonido e imagen.
33,1
Fabricación de equipo e instrumentos médico- quirúrgicos y de
aparatos ortopédicos.
33,2
Fabricación de instrumentos y aparatos de medida, verificación,
control, navegación y otros fines, excepto equipos de control para
procesos industriales.
33,3
Fabricación de equipos de control de procesos industriales.
34,10
Fabricación de vehículos de motor.
34,20
Fabricación de carrocerías para vehículos de motor, de remolques
y semirremolques.
34,30
Fabricación de partes, piezas y accesorios no eléctricos para
vehículos de motor y sus motores.
35,1
Construcción y reparación naval.
35,20
Fabricación de material ferroviario.
35,30
Construcción aeronáutica y espacial.
35,4
Fabricación de motocicletas y bicicletas.
36,1
Fabricación de muebles.
36,63
Fabricación de otros artículos que utilicen sustancias peligrosas.
37,10
Reciclaje de chatarra y desechos de metal.
37,20
Reciclaje de desechos no metálicos.
40,1
Producción y distribución de energía eléctrica.
40,2
Producción de gas, distribución de combustibles gaseosos por
conductos urbanos, excepto gasoductos.
50,20
Mantenimiento y reparación de vehículos de motor.
50,40
Venta, mantenimiento y reparación de motocicletas y ciclomotores y de
sus repuestos y accesorios2.
50,50
Venta al por menor 32 de carburantes para la automoción, cuando
posean instalaciones de almacenamiento.
El CNAE 36.63 corresponde literalmente
“Fabricación de otros artículos” dentro
de industrias manufactureras diversas.
El RD añade “que utilicen sustancias
peligrosas” quedando estas definidas
29
según Directiva 67/548/EC y
posteriores modificaciones, y Directiva
30
1999/45/EC y posteriores
modificaciones.
Se incluyen aquellas actividades de
producción y distribución de energía
hidroeléctrica, energía eléctrica de
31
origen térmico, de origen nuclear y de
origen eólico, así como la producción de
energía eléctrica de otro tipo.
2
Excepto venta.
El CNAE dice literalmente “Venta al
por menor de carburantes para la
automoción”.
29
OJ L 196, 16.8.1967, p.1.
OJ L 200,30.7.1999, p.1.
31
La Ley 10/98 excluye del ámbito de la ley los residuos radiactivos, por lo que se excluye éstos de las obligaciones requeridas por el
RD. En particular, los informes correspondientes solicitados según el artículo 3 deberán hacer referencia a las sustancias o preparados
que puedan suponer un riesgo químico y excluyendo los residuos radiactivos.
32
Se considera comercio al por menor el efectuado para el uso o consumo directo.
30
42
Versión web Mayo de 2007.
CNAE93-Rev1
DESCRIPCIÓN
51,12
Intermediarios del comercio de combustibles, minerales, metales y productos
químicos industriales.
51,51
Comercio al por mayor de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos y productos
similares.
51,52
Comercio al por mayor
51,532
Comercio al por mayor de pinturas y barnices.
51,551
Comercio al por mayor de fertilizantes y productos químicos para la agricultura.
51,553
Comercio al por mayor de productos químicos industriales.
51,57
Comercio al por mayor de chatarra y productos de desecho.
33
de metales y minerales metálicos.
52,486
Comercio al por menor de combustibles.
60,10
Transporte por ferrocarril.
60,2
Otros tipos de transporte terrestre.
60,3
Transporte por tubería.
63,122
Depósito y almacenamiento de mercancías peligrosas.
63,22
Otras actividades anexas de transporte marítimo.
63,23
Otras actividades anexas de transporte aéreo.
74,811
Laboratorios de revelado, impresión y ampliación fotográfica1.
90,01
Recogida y tratamiento de aguas residuales.
90,02
Recogida y tratamiento de otros residuos.
El CNAE indica
expresamente
“excepto para
vehículos
automóviles”.
Incluye transporte por
metro, autobuses,
taxi, teleférico,
funicular y cremallera,
mudanzas, o alquiler
de camiones con
conductor.
Dentro de “Actividades
anexas a los
transportes”.
1
Excepto comercio al
por menor.
3
90,03
Actividades de saneamiento, descontaminación y similares3.
93,01
Lavado, limpieza y teñido de prendas textiles y de piel1.
Excepto los terrenos
en los que se
realicen labores de
descontaminación a
terceros.
1
Excepto comercio al
por menor.
33
A efectos del Impuesto de Actividades Económicas, se considera comercio al por mayor: los establecimientos y almacenes
dedicados a la reventa para su surtido; toda clase de empresas industriales, en relación con los elementos que deban ser integrados
en sus procesos productivos, cualquiera que sea la forma que se adopte en el contrato. A estos efectos, se considerarán como tales
empresas las que se dedican a producir, transformar o preparar alguna materia o producto con fines industriales.
43
Versión web Mayo de 2007.
Tabla 1.1: Obligaciones asociadas a las actividades potencialmente contaminantes.
Art.
8.1
Art. 3.5
Art. 3.4
Art. 3.1 y 3.2
CAUSA
OBLIGACIÓN
RESPONSABLE
CUÁNDO
APC activa antes del
7/02/2005 (no incluido)
Presentación de informe
preliminar de situación (IP)
Titular de la actividad
Entre el 7/02/2005
y 7/02/2007
(incluidos)
APC activa después del
7/02/2005 (no incluido)
Presentación de informe
preliminar de situación (IP)
Titular de la actividad
Plazo máximo de
2 años a contar
desde la fecha
que fije la CC.AA
Toda APC
Presentación del informe de
situación con contenido a
definir por la CC.AA
Titular de la actividad
Según
periodicidad
definida por
CC.AA
Establecimiento nueva
actividad (APC)
Presentación de informe de
situación con contenido a
definir por la CC.AA
Titular de la actividad
Junto con la
solicitud de
autorización
Ampliación sustancial de las
instalaciones de una APC
Presentación de informe de
situación con contenido a
definir por la CC.AA
Titular de la actividad
Junto con la
solicitud de
autorización
Clausura de una APC
Presentación de informe de
situación con contenido a
definir por la CC.AA
Titular de la actividad
Junto con la
solicitud de
autorización
Cambio de uso del suelo (si
en algún momento el suelo
ha soportado una APC)
Presentación de informe de
situación con contenido a
definir por la CC.AA
Propietario del suelo
Junto con la
solicitud de
autorización
Establecimiento de una
actividad nueva no
considerada APC (si en
algún momento el suelo ha
soportado una APC)
Presentación de informe de
situación con contenido a
definir por la CC.AA
Propietario del suelo
Junto con la
solicitud de
autorización
Compra-venta del terreno
Declarar en el Registro de l
a Propiedad que suelo ha
soportado una APC.
Propietario del suelo
Previo a
trasmisión de
derechos
ADEMÁS
-
Si la CC.AA lo considera válido, las APC
sometidas a IPPC quedarán exentas de
presentar estos informes.
-
El organismo competente podrá solicitar
información adicional mediante “informes
complementarios” al titular de la actividad y/o
al propietario del suelo.
-
Si previo al cambio de uso ha tenido lugar
una trasmisión de la propiedad, el antiguo
propietario debe haber declarado este hecho
en el registro de la propiedad.
44
Versión web Mayo de 2007.
ANEXO II
ALCANCE Y CONTENIDO MÍNIMO DEL INFORME PRELIMINAR DE SITUACIÓN DE
UN SUELO
El informe preliminar de situación al que se refiere el artículo 3 tiene como fin último valorar la
posibilidad de que se hayan producido o se produzcan contaminaciones significativas en el
suelo sobre el que se asienta o se haya asentado alguna de las actividades del anexo I, así
como de los supuestos recogidos en el artículo 3.2.
En aquellos casos en los que la titularidad de la propiedad del suelo se ha adquirido con
posterioridad al cese de la actividad potencialmente contaminante, los propietarios del suelo
al que hace referencia el artículo 3.5 podrán quedar exentos de cumplimentar los apartados
2, 3, 4, 5 y 6 abajo reseñados.
La realización del informe preliminar de situación no supone la obligación de realizar ningún
tipo de ensayo o análisis específico para este fin, pudiendo elaborarse a partir de la
información generada en cumplimiento de la legislación vigente en materia de residuos y
sustancias peligrosas. No obstante, los interesados podrán recoger en el informe cuanta
información complementaria consideren conveniente para una mejor valoración de la
situación de los suelos.
Los artículos 3.1 y 3.2 establecen la obligación de presentar un informe preliminar de situación a
los titulares de las APC. El anexo II recoge el contenido mínimo de este informe y, en
consecuencia, los titulares de dichas APC están en obligación de presentar toda la información
que se recoge en este anexo a la comunidad autónoma correspondiente. Además, se posibilita
que el organismo responsable pueda solicitar una ampliación de este contenido mínimo, aunque
manteniendo la filosofía del Real Decreto en lo que se refiere a la información a solicitar, en
particular, lo indicado en este párrafo en el que se señala expresamente que no debe suponer la
obligación de realizar ningún tipo de ensayo o análisis específico. Sin embargo, si los titulares de
las actividades dispusiesen de esa información, podrán presentarla como información adjunta para
facilitar el estudio a la administración.
En cuanto a los propietarios de suelos en los que se ha desarrollado en el pasado una APC, el
artículo 3.5 establece la obligación de que presenten un informe de situación en determinadas
circunstancias, cuyo contenido deberán fijar las comunidades autónomas Se entiende que el
contenido de éste no debe ser esencialmente distinto al definido en el anexo II para el informe
preliminar y, en tal caso, considerando la posibilidad de que el propietario actual pueda no conocer
los datos de una actividad potencialmente contaminante pasada (solicitados en los apartados 2 a
6), eximir de cumplimentar esos apartados.
Por otro lado, resulta conveniente resaltar que, si bien el título del anexo hace referencia al
contenido mínimo, también quedan patentes aspectos que se considera no deben formar parte de
la información requerida, tal como aquella que obligue a la realización de ensayos o análisis
específicos. En caso de que la información requerida en el IP haga sospechar de la presencia de
contaminación, esta información específica debería solicitarse de forma expresa mediante
informes complementarios.
En cuanto a los datos solicitados, como mínimo, por el Real Decreto se agrupan en 7 apartados:
ƒ
Datos generales de la actividad: Se refiere a la APC por la que está obligado a
presentar el IP según los artículos 3.1 y 3.2. Debe recordarse que debe presentarse un
informe preliminar por cada emplazamiento en el que se desarrolle la actividad, por lo
que aquellas empresas que desarrollen ésta (aún cuando sea la misma) en diferentes
45
Versión web Mayo de 2007.
emplazamientos deberán presentar un IP por cada una de ellos. Esto es debido a que
el riesgo de contaminación no depende únicamente de la actividad (qué sustancias
maneja, qué procesos utiliza, cómo gestiona sus productos y residuos, etc.) sino
también de las características físicas del suelo sobre el que se asienta.
Mientras que los 4 primeros datos solicitados se refieren a la empresa en sentido
jurídico y económico, el resto de la información se refiere a la actividad desarrollada en
el emplazamiento por el que se presenta el IP en particular.
1. Datos generales de la actividad
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
ƒ
Razón social
Dirección, teléfono, fax,...
Propietario
C.I.F., N.I.R.I.
Actividad industrial (CNAE 93-REV 1)
Año de comienzo y fin de la actividad
Datos registrales de la finca en el Registro de la Propiedad
Personal
Potencia instalada (kW)
Superficie ocupada
Planos de las instalaciones y descripción de las mismas, así como su estado actual
Pavimentación: tipo, estado, % respecto de la superficie total
Red de drenaje
Red de saneamiento
Accidentes o irregularidades ocurridas sobre el suelo. Año.
Materias consumidas de carácter peligroso (materias primas, secundarias y auxiliares)
2. Materias consumidas (primas, secundarias y auxiliares) de carácter peligroso
•
•
•
•
•
•
ƒ
Tipo, naturaleza
Cantidad anual (volumen, peso)
Estado de agregación (sólido, líquido, pastoso)
Forma de presentación (granel, tipo de envasado, etc.)
Frase de riesgo asociado a la materia, de acuerdo con la normativa de clasificación y etiquetado
de sustancias
Almacenamiento
Productos intermedios o finales de carácter peligroso
3. Productos intermedios o finales de carácter peligroso
•
•
•
•
•
•
ƒ
Tipo, naturaleza
Cantidad anual (volumen, peso)
Estado de agregación (sólido, líquido, pastoso)
Forma de presentación (granel, tipo de envasado, etc.)
Frase de riesgo asociado a la materia, de acuerdo con la normativa de clasificación y etiquetado
de sustancias
Almacenamiento
Residuos o subproductos, incluyendo los procedentes del tratamiento de efluentes
(residuos líquidos) y emisiones (residuos gaseosos). En caso de existir, debe
adjuntarse copia de la declaración anual de productor de residuos.
46
Versión web Mayo de 2007.
4. Residuos o subproductos generados
•
•
•
•
•
•
•
ƒ
Denominación
Codificación según LER, normativa estatal
Composición, constituyentes principales
Cantidad anual (volumen, peso)
Estado de agregación (sólido, líquido, pastoso)
Forma de presentación (granel, tipo de envasado, etc.)
Tipo de almacenamiento temporal y forma de gestión
Características de los diferentes tipos de almacenamiento de todos los materiales
anteriores.
5. Almacenamiento
Para cada materia, producto o residuo se indicará su almacenamiento correspondiente señalando las
características del mismo.
5.1. Almacenamiento en superficie
•
Superficie: profundidad media, volumen
•
Pavimentación/aislamiento: tipo, superficie pavimentada/aislada
•
Existencia de cubiertas
•
Presentación del material [granel o envasado, tipo (bidón, big-bag, caja, etc.), identificación de
los materiales]
•
Separación de materiales por: tipos incompatibles, tipo de separación
•
Acceso al recinto, control de acceso
•
Red de drenaje y recogida de aguas pluviales
•
Pérdidas o derrames, control, procedimientos de evacuación, retirada y gestión de los mismos
•
Equipos de seguridad
•
Plano de situación y croquis de la instalación
5.2. Depósitos en superficie
•
Tipo, número, volumen, antigüedad, capacidad total
•
Identificación
•
Control de almacenamiento
•
Cubetos de retención
•
Recogida de pérdidas o derrames
•
Acceso y control de acceso
•
Plano de situación y croquis de la instalación
5.3 Depósitos subterráneos
•
Tipo, número, volumen, antigüedad, capacidad total
•
Estanqueidad: pruebas, resultados, año
•
Identificación
•
Dispositivos de identificación y retención de fugas o derrames
•
Sistema de recogida
•
Plano de situación y croquis de la instalación
ƒ
Descripción de las áreas productivas
6. Áreas productivas
En aquellas áreas donde se desarrollen actividades reguladas por este Real Decreto se especificará la presencia
de elementos constructivos que dificulten la posibilidad de contaminación del suelo. Esta descripción se realizará
considerando por separado las distintas etapas involucradas en el proceso productivo.
ƒ
En caso de que se conozcan, identificación de APC pasadas. (actividades históricas)
47
Versión web Mayo de 2007.
7. Actividades históricas
En aquellos casos en los que se conozcan las actividades históricas potencialmente contaminantes que tuvieron
lugar en el suelo, la información disponible sobre los siguientes extremos:
•
Nombre de la actividad o actividades desarrolladas en el pasado sobre este terreno
•
Tipo de actividad desarrollada
•
Fecha de inicio y fecha de fin de cada una de estas actividades
Observaciones: cualquier otra información que pueda ayudar a detectar la presencia de contaminación histórica y
diferenciar ésta de posible contaminación actual.
Un ejemplo de cómo se podría organizar la información solicitada se presenta al final de este
apartado. En éste se han incluido los campos mínimos solicitados por el Real Decreto Debe
indicarse que para facilitar la identificación del emplazamiento se ha incluido, además, el campo
“denominación del emplazamiento” y para facilitar la ubicación de la o las fincas, cuando el
emplazamiento se compone de varias de ellas, se solicitan también las coordenadas UTM (X,Y)
de un punto significativo de éste 34 .
También pueden consultarse los informes preliminares solicitados en las comunidades autónomas
de Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Madrid o La Rioja en las siguientes direcciones:
http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/residuos/Instrucciones.pdf
http://www.jcyl.es/scsiau/Satellite/up/es/MedioAmbiente/Page/PlantillaN3/1147866333448/_/_/_?a
sm=jcyl&tipoLetra=x-small
http://www.arc-cat.net/es/altres/sols/ips.html
http://www.solos.medioambiente.xunta.es
http://madrid.org (empresas)
http://www.larioja.org/ma/solicitudes/doc/suelos/ipss.doc
34
En caso de que no se disponga de esa información, se puede obtener de forma gratuita y con posibilidad de acceso
telemático, en la oficina del Catastro (www.catastro.minhac.es)
48
Versión web Mayo de 2007.
INFORME PRELIMINAR DE SITUACIÓN
(Artículo 3.1 y 3.2 del Real Decreto 9/2005)
1. DATOS GENERALES DE LA ACTIVIDAD
1.1 CNAE
1.2 Titular actividad/Razón social
1.3 CIF/NIRI
1.4 Domicilio social
1.6 Persona de contacto
1.7 Cargo
1.8 Teléfono
1.9 Fax
1.10 Correo electrónico
1.11 Año de comienzo/fin de la actividad
DENOMINACIÓN DEL EMPLAZAMIENTO
DATOS REGISTRALES: 1.12 Registro
1.14 Libro
1.13 Tomo
1.15 Sección/Población
1.18 Titular propiedad 1
COORDENADAS U.T.M
X=
1.17 Finca
Y=
1.20 Personal (nº total)
huso=
2
1.21 Potencia instalada (kW)
PAVIMENTACIÓN: 1.23 Tipo
1.26 RED DE DRENAJE
1.30 Accidentes
1.16 Folio
1.19 Titular propiedad 2
1.22 Superficie total (m )
1.24 Estado
SÍ
NO
1.27 Estado
1.25 Superficie (%)
1.28 RED DE SANEAMIENTO
SÍ
NO
1.29 Estado
1
2. MATERIAS CONSUMIDAS (PRIMAS, SECUNDARIAS Y AUXILIARES) DE CARÁCTER PELIGROSO2
Nombre
comercial
Componente
principal
Nº de índice
Frase de Riesgo
Consumo anual
3
(t, m )
Estado de
3
agregación
Forma de
4
presentación
Almacenamiento
5
Almacenamiento
5
3. PRODUCTOS INTERMEDIOS O FINALES DE CARÁCTER PELIGROSO2
Nombre
Componente
principal
Nº de índice
Frase de Riesgo
Producción
3
anual (t, m )
Estado de
3
agregación
Forma de
4
presentación
49
Versión web Mayo de 2007.
4. RESIDUOS O SUBPRODUCTOS GENERADOS
Código
7
LER
Compuesto
principal
Otras sustancias a
destacar
Cantidad
anual
producida
3
(t, m )
Estado de
3
agregación
Forma de
4
presentación
Almacenamiento
5
temporal
Gestor
5. ALMACENAMIENTO 8
5.1 Almacenamientos en superficie
9
Referencia
2
Superficie (m )
Capacidad de
3
almacenamiento (m )
Superficie
pavimentada (%)
Tipo pavimento
Superf. cubierta (%)
Red de drenaje
Recogida pluviales
Equipos seguridad
Control acceso
Distribución
materiales
por
Pérdidas o derrames
1
5.2 Depósitos en superficie
Referencia
9
Tipo
Antigüedad
Capacidad de
3
almacenamiento (m )
Control de
almacenamiento
Cubeto retención
Control acceso
Pérdidas o derrames
1
50
Versión web Mayo de 2007.
5.3 Depósitos subterráneos
Referencia
9
Tipo
Antigüedad
Capacidad
de
3
almacenamiento (m )
Última prueba
estanqueidad: año y
resultado
Sistema de detección
de fugas
Cubeto retención
Control acceso
Pérdidas o derrames
1
6. Áreas producción
Referencia
9
Tarea
2
Superficie (m )
S. pavimentada (%)
Tipo pavimento
Superficie cubierta (%)
Red de drenaje
Recogida pluviales
Control acceso
Materiales peligrosos
involucrados
Accidentes, pérdidas o
1
derrames
7. Actividades históricas
Nombre
CNAE
Fecha inicio/fin actividad
Observaciones
51
Versión web Mayo de 2007.
OBSERVACIONES PARA EL USO DEL FORMULARIO
1
En caso afirmativo, debe indicarse fecha y breve descripción del hecho y medidas
tomadas.
2
Directiva 67/548/CEE del Consejo, de 27 de junio de 1967, relativa a la aproximación de
las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas en materia de clasificación,
embalaje y etiquetado de las sustancias peligrosas (DO L196 de 16 de agosto de 1967, p.
1), y sus modificaciones posteriores. (Última Directiva 2001/59/CE de 6 de agosto de
2001por la que se adapta, por vigésima octava vez, al progreso técnico la Directiva
67/548/CEE del Consejo relativa a la aproximación de las disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas en materia de clasificación, embalaje y etiquetado de las
sustancias peligrosas. DO L 225 de 21.8.2001, p.1)
3
Sólido, líquido o pastoso.
4
Granel, sacos, botellas, bidones, otros.
5
Lugar de almacenamiento. Indicar un nombre de referencia que será utilizado en la
sección 5 “Almacenamiento”, para la descripción de sus características, y en el plano de la
finca para su ubicación.
6
En caso de existir, se adjuntará copia de la declaración anual de productor de residuos sin
que sea necesario cubrir este apartado para dichas sustancias. Se considerarán, también,
todas aquellas materias originadas en los procesos de tratamiento de emisiones y efluentes.
7
Orden MAM/304/2002, de 8 de febrero, por la que se publica las operaciones de
valorización y eliminación de residuos y la lista europea de residuos. BOE número 43 del 19
de febrero de 2002.
8
REAL DECRETO 379/2001, de 6 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de
almacenamiento de productos químicos y sus instrucciones técnicas complementarias MIE
APQ-1, MIE APQ-2, MIE APQ-3, MIE APQ-4, MIE APQ-5, MIE APQ-6 y MIE APQ-7.
9
Deben estar señalados en el plano de las instalaciones que se adjunta mediante la
referencia utilizada en el formulario.
52
Versión web Mayo de 2007.
ANEXO III
CRITERIOS PARA LA CONSIDERACIÓN DE UN SUELO COMO CONTAMINADO
Un suelo será declarado como contaminado cuando se determinen riesgos inaceptables para la
protección de la salud humana o, en su caso, de los ecosistemas, debido a la presencia en éste
de alguna de las sustancias contaminantes recogidas en los anexos V y VI o de cualquier otro
contaminante químico.
Según el criterio establecido para la consideración de un suelo contaminado, si se demuestra que
existen riesgos inaceptables -en el sentido en el que se define este término en el artículo 2asociados a un emplazamiento en particular, este suelo deberá ser declarado como contaminado.
Como consecuencia, se podrá declarar que el suelo deja de estar contaminado –según el objeto
de protección- cuando se demuestre que el riesgo ha dejado de ser inaceptable.
Si el riesgo es o no aceptable se conoce mediante una valoración de riesgos, cuyos pasos
quedan fijados en el anexo VIII, sin perjuicio de que pueda realizarse un desarrollo
posterior de éstos 35 . Una valoración de riesgos implica un estudio caso a caso, es decir,
cada emplazamiento con sus propias características y circunstancias.
Este es el criterio general para la consideración de un suelo como contaminado, aplicable a
cualquier compuesto químico, esté o no incluido en los anexos V y VI, y sea cual sea el
objeto de protección.
Sólo en el caso de que no exista la correspondiente valoración de riesgos podrán adoptarse como
válidos los criterios dados a continuación.
En aquellas circunstancias en que no se disponga de la correspondiente valoración de riesgos,
los órganos competentes de las Comunidades Autónomas podrán asumir que el riesgo es
inaceptable y, en consecuencia, declarar un suelo como contaminado cuando concurra alguna
de las siguientes circunstancias:
1. En aquellos casos en que se considere prioritaria la protección de la salud humana:
a)
Que la concentración en el suelo de alguna de las sustancias recogidas en el anexo V
excede 100 o más veces los niveles genéricos de referencia establecidos en el mismo
para la protección de la salud humana, de acuerdo a su uso.
b)
Que la concentración en el suelo de cualquier contaminante químico no recogido en el
anexo V para ese suelo excede 100 o más veces el nivel genérico de referencia
calculado de acuerdo con los criterios establecidos en el anexo VII.
Este criterio establece que, en aquellos casos en los que no se haya realizado la correspondiente
valoración de riesgos, la Comunidad Autónoma podrá considerar, para un emplazamiento en
particular, el suelo como contaminado si la concentración de la sustancia en el suelo es mayor que
100 veces el NGR dado o calculado según el uso (actual o previsto) del suelo. Este NGR se
35
Puede resultar de ayuda la consulta del REGLAMENTO (CE) nº 1488/94 DE LA COMISIÓN de 28 de junio de 1994 por el que se
establecen los principios de evaluación del riesgo para el ser humano y el medio ambiente de las sustancias existentes de acuerdo con
el reglamento (CEE) nº 793/93 del Consejo. Asimismo, existen guías de análisis de riesgos para la salud humana y los ecosistemas
publicadas en diferentes comunidades autónomas tales como El País Vasco (IHOBE) o la Comunidad de Madrid (2004). Para la
protección de los ecosistemas puede ser útil la consulta del Technical Guidance Document in support of Commission Directive
93/67/EEC on Risk Assessment for new notified substances, Commission Regulation (EC) No 1488/94 on Risk Assessment for existing
substances and Directive 98/8/EC of the European Parliament and of the Council concerning the placing of biocidal products on the
market.
53
Versión web Mayo de 2007.
obtendrá del anexo V según el uso del suelo o, para aquellas sustancias no incluidas en este
anexo, se calculará según los criterios establecidos en el anexo VII.
Según lo dicho en al artículo 6, la definición de NGR es la concentración máxima de una sustancia
en el suelo que nos asegura que existe un riesgo aceptable; es decir, que se puede admitir en el
suelo, calculada para un escenario genérico 36 . Entonces, para un escenario genérico
correspondiente a un determinado uso del suelo, y a falta de la correspondiente valoración de
riesgos, se podrá considerar que una concentración superior a 100 veces el NGR para una
sustancia dada y ese uso determinado, indica un riesgo inaceptable tal y como se exige en el
criterio general.
Sin embargo, a pesar de que este criterio resulta más sencillo de aplicar y, en consecuencia, no
parece que tenga razón el tiempo y dinero que supone la realización de una valoración de riesgos
específica tal y como se exige en el criterio general, debe tenerse en cuenta que aquel es un
criterio definido para un escenario estándar en el que se considera la situación más
desfavorable 37 , y que será, en general, más restrictivo que el caso particular en estudio. En
consecuencia, puede darse el caso de un suelo en el que la concentración de una de las
sustancias en estudio supere las 100 veces el NGR para ese uso y, sin embargo, una valoración
de riesgos tal como exige el criterio general concluiría que, dadas las condiciones particulares de
ese emplazamiento, esos valores de concentración no suponen un riesgo inaceptable y, entonces,
el suelo no podría ser declarado como contaminado. Esta es la razón por la que, salvo que no se
pueda realizar una valoración de riesgos específica para ese emplazamiento, resulta más
interesante tanto para la administración como para el responsable presentar la valoración de
riesgos en aplicación del criterio general.
2.
En aquellos casos en que se considere prioritaria la protección de los ecosistemas:
a)
Que la concentración letal o efectiva media, CL(E)50, para organismos del suelo
obtenida en los ensayos de toxicidad OCDE 208 (Ensayo de emergencia y
crecimiento de semillas en plantas terrestres), OCDE 207 (Ensayo de toxicidad
aguda en lombriz de tierra), OCDE 216 (Ensayo de mineralización de nitrógeno en
suelos), OCDE 217 (Ensayo de mineralización de carbono en suelo) o en aquellos
otros que se consideren equivalentes para ese propósito por el Ministerio de Medio
Ambiente, es inferior a 10 mg de suelo contaminado/g de suelo.
b)
Que la concentración letal o efectiva media, CL(E)50, para organismos acuáticos
obtenida en los ensayos de toxicidad OCDE 201 (Ensayo de inhibición del
crecimiento en algas), OCDE 202 (Ensayo de inhibición de la movilidad en Daphnia
magna), OCDE 203 (Ensayo de toxicidad aguda en peces), o en aquellos otros que
se consideren equivalentes para este propósito por el Ministerio de Medio Ambiente,
efectuados con los lixiviados obtenidos por el procedimiento normalizado DIN38414, es inferior a 10 ml de lixiviado/l de agua.
Para la protección de los ecosistemas, la declaración de un suelo como contaminado se basa
exclusivamente en los ensayos de ecotoxicidad. Así, a diferencia de los criterios para la protección
de la salud humana, estos criterios no dependen de los NGRs, sino de los datos de ecotoxicidad
obtenidos en los bioensayos realizados con las muestras de suelo y lixiviado a diferentes
concentraciones. Esto permite la clasificación de emplazamientos problemáticos sin necesidad de
disponer de una caracterización exhaustiva de los tipos y niveles de contaminantes presentes.
36
Mediante un escenario genérico o escenario tipo se define un escenario general que sirve como primera aproximación. En el RD se
definen tres escenarios genéricos, para un uso industrial del suelo, un uso urbano del suelo u otros usos del suelo, que se presentan
en el anexo VII.
37
Para poder asegurar que este valor de concentración máxima aceptable en el suelo sea válido para todo el conjunto de situaciones
caracterizadas por un determinado escenario genérico, es necesario tomar el valor correspondiente a la situación más desfavorable.
54
Versión web Mayo de 2007.
La razón de este criterio es la alta influencia de las propiedades del suelo en la biodisponibilidad
de los contaminantes, que son determinantes para su toxicidad. Además, el uso de bioensayos,
permite cubrir el riesgo debido a la presencia de sustancias tóxicas no incluidas en el análisis
químico del suelo y la influencia de la biodisponibilidad, así como los efectos de antagonismo y
sinergismo entre los contaminantes presentes en el suelo.
Los ensayos de ecotoxicidad se realizan con las muestras de suelo tomadas en el emplazamiento
y los lixiviados obtenidos desde este suelo. Los ensayos realizados con los lixiviados permiten
cubrir el riesgo debido a la transferencia de contaminación del suelo al medio acuático. Estos
ensayos se realizan para tres grupos taxonómicos considerados relevantes para el suelo (plantas,
invertebrados terrestres y microorganismos) y para el medio acuático (algas, Daphnias y peces)
siguiendo protocolos de ensayo estandarizados por la OCDE para el análisis de sustancias puras
y adaptados para la caracterización ecotoxicológica de mezclas complejas como suelos y
lixiviados.
El criterio considera un riesgo inaceptable, con lo que el suelo podrá ser declarado como
contaminado, si el valor de L(E)C50 para el grupo taxonómico más sensible del suelo es inferior a
10 mg de suelo contaminado/g de suelo o si el valor de L(E)C50 del lixiviado para el grupo
taxonómico más sensible de los organismos acuáticos es inferior a 10 ml de lixiviado/l de agua.
55
Versión web Mayo de 2007.
ANEXO IV
CRITERIOS PARA LA IDENTIFICACIÓN DE SUELOS QUE REQUIEREN
VALORACIÓN DE RIESGOS
1. Estarán sujetos a este anexo aquellos suelos que cumplen con alguna de las siguientes
condiciones:
a)
Que presenten concentraciones de hidrocarburos totales de petróleo superiores a
50 mg/kg.
b)
Que existan evidencias analíticas de que la concentración de alguna de las
sustancias recogidas en el anexo V excede el nivel genérico de referencia
correspondiente a su uso, actual o previsto.
c)
Que existan evidencias analíticas de que la concentración de cualquier
contaminante químico no recogido en el anexo V para ese suelo es superior al
nivel genérico de referencia estimado de acuerdo con los criterios establecidos en
el anexo VII.
Los criterios que se incluyen en el anexo IV son hechos que pueden hacer sospechar que
puede existir contaminación, si bien no son determinantes. El artículo 4.3 establece que en
aquellos suelos en los que se verifique al menos una de estas circunstancias se deberá
realizar una valoración de riesgos con el objetivo de determinar si efectivamente el riesgo es
inaceptable o aceptable y, en atención al anexo anterior, declararlo como contaminado o
concluir el procedimiento.
a) El término hidrocarburos totales del petróleo (HTP) se utiliza para describir una familia
de varios cientos de compuestos procedentes del petróleo. Como son tantos los
compuestos que forman el petróleo, para una primera valoración generalmente no es
práctico medir cada uno individualmente, y lo que se hace es obtener el valor de la
cantidad total de hidrocarburos que se encuentran en una muestra particular de suelo. Esto
es lo que se denomina como HTP.
Salvo casos puntuales, una concentración superior a 50 mg/kg en el suelo es
consecuencia de la actividad humana y puede hacer sospechar que esta concentración
anormal en hidrocarburos del petróleo lleva asociado un problema de contaminación del
suelo. Esta sospecha sólo podrá ser confirmada o rechazada mediante una valoración de
riesgos, que es a lo único que obliga este criterio.
Debe tenerse en cuenta que el valor de 50 mg/kg no es un NGR 38 en sentido estricto, es
decir, que debe entenderse únicamente como un indicio de que es posible que esta
concentración anormal pueda estar asociada a un proceso de contaminación del suelo,
que debe ser estudiado y aclarado. En este sentido, y teniendo en cuenta el diferente
comportamiento en el suelo que tienen las distintas fracciones contenidas en los HTP, el
Ministerio de Medio Ambiente está preparando un anexo relativo a la forma de valorar los
efectos de la contaminación del suelo por HTP, que espera publicar en breve.
No obstante, y aunque no pueda considerarse un NGR en sentido estricto, se podría
adoptar el criterio excepcional de declarar directamente el suelo como contaminado si el
38
No tiene ningún sentido de hablar de 100 veces los 50 mg/kg de HTP como criterio para la declaración de un suelo como
contaminado en el sentido en el que se establece en el anexo III.
56
Versión web Mayo de 2007.
valor de TPH supera 5000 mg/kg salvo que bioensayos o una valoración de riesgos
demuestren su inocuidad o impliquen un riesgo aceptable.
b y c) Estos criterios son consecuencia directa de la definición de NGR, tanto para las
sustancias del anexo V como de cualquier otra que deba calcularse según el anexo VII.
Bastaría con que una de las sustancias contaminantes superase el NGR para tener que
realizar una valoración de riesgos.
Según estos criterios, basta con que la concentración de una de las sustancias
contaminantes en el suelo supere el NGR para que deba realizarse una valoración de
riesgos.
Debe tenerse presente que superar el NGR, tal como dice el artículo 4.3 sólo implica la
obligación de tener que realizar una valoración de riesgos y, a través de ésta, concluir si el
riesgo asociado al suelo es inaceptable (con lo que deberá declararse como contaminado
para un determinado uso) o si es aceptable (y finalizará el procedimiento sin ninguna
consecuencia administrativa para el responsable de realizar el estudio). El hecho de que la
concentración de una sustancia en el suelo supere el NGR correspondiente no es motivo
suficiente para declarar el suelo contaminado, salvo en la excepción prevista en el anexo III
cuando existen impedimentos reales para una correcta valoración de riesgos en un tiempo
razonable y se supere en 100 veces este NGR.
2. En aquellos casos en los que se considere prioritaria la protección del ecosistema se
considerarán incluidos en el presente anexo aquellos en los que se cumplan alguna
de las siguientes condiciones:
a)
Que la concentración de alguna de las sustancias recogidas en el anexo VI
excede los niveles genéricos de referencia establecidos en el mismo para el
grupo o grupos de organismos a proteger en cada caso: organismos del suelo,
organismos acuáticos y vertebrados terrestres
b)
Que existan evidencias analíticas de que la concentración de cualquier
contaminante químico no recogido en el anexo VI para ese suelo es superior al
nivel genérico de referencia estimado de acuerdo con los criterios establecidos
en el anexo VII.
c)
Que se compruebe toxicidad en los bioensayos mencionados en el anexo III.2,
con suelo o con lixiviado, en muestras no diluidas.
Aunque tradicionalmente, la normativa para la caracterización de suelos contaminados se
ha basado en el uso de niveles genéricos de referencia, las tendencias actuales tienden a
incluir la combinación de análisis químicos y bioensayos. De esta forma, para la protección
de los ecosistemas, el criterio de caracterización combina la definición de unos NGRs, de
forma similar a los descritos para salud humana -criterios a) y b)-, y la realización de
bioensayos con las muestras de suelo y lixiviado sin diluir -criterio c)-.
Por tanto, en aquellos casos en que se considere prioritaria la protección de los
ecosistemas, los suelos requerirán una valoración de riesgo, si se cumple alguna de las
siguientes condiciones:
-
Se observa una concentración de contaminantes en el suelo por encima de los
NGRs
-
Se observa toxicidad en los bioensayos realizados con las muestras de suelo o
lixiviados sin diluir para los organismos del suelo y acuáticos mencionados en el
anexo III.
a y b) Al igual que para la protección de la salud humana, superar los NGRs no implica la
declaración de un suelo como contaminado, sino la obligación de tener que realizar una
57
Versión web Mayo de 2007.
valoración de riesgo y, a través de ésta, concluir si el riesgo asociado al suelo es
inaceptable (con lo que deberá declararse como contaminado para un determinado grupo
de organismos) o aceptable (y finalizará el procedimiento sin ninguna consecuencia
administrativa para el responsable de realizar el estudio).
c) Los bioensayos se realizarán para los grupos descritos en el Anexo III.2. A diferencia del
criterio seguido para la declaración de un suelo contaminado, en este caso los ensayos se
realizarán con las muestras de suelo y lixiviado sin diluir. Esto es así porque, en este caso,
no se pretende determinar valores de LE(C)50 por encima de un determinado nivel de
toxicidad, sino establecer la ausencia o no de toxicidad para los grupos taxonómicos
seleccionados. Si se comprueba toxicidad en alguno de los bioensayos el suelo no se
puede considerar como no contaminado y es necesario realizar una valoración de riesgos.
Análogamente a lo que ocurre para la protección de la salud humana, el hecho de que se
observe toxicidad en alguno de los bioensayos realizados no es motivo suficiente para
declarar el suelo contaminado, salvo en la excepción prevista en el anexo III cuando
existen impedimentos reales para una correcta evaluación de riesgos en un tiempo
razonable y se compruebe que la toxicidad del suelo y sus lixiviados alcanza los niveles
especificados en el Anexo III, que exigen la declaración de un suelo como contaminado.
58
Versión web Mayo de 2007.
ANEXO V
LISTADO DE CONTAMINANTES Y NIVELES GENÉRICOS DE REFERENCIA PARA
PROTECCIÓN DE LA SALUD HUMANA EN FUNCIÓN DEL USO DEL SUELO
PROTECCIÓN DE LA SALUD HUMANA
SUSTANCIA
Nº CAS
Uso Industrial
Uso
Urbano
Otros Usos
(mg/kg peso seco)
Diclorometano
1,1-Dicloroetano
1,2-Dicloroetano
1,1,2-Tricloroetano
1,1,2,2-Tetracloroetano
1,1-Dicloroetileno
Tricloroetileno
Tetracloroetileno
1,2-Dicloropropano
1,3-Dicloropropeno
Acenafteno
Acetona
Aldrin
Antraceno
Benzo(a) antraceno
Dibenzo(a,h) antraceno
Benceno
Clorobenceno
1,2-Diclorobenceno
1,4-Diclorobenceno
1,2,4-Triclorobenceno
p-Cloroanilina
Clordano
Cloroformo
Cloruro de vinilo
Cresol
Criseno
p,p´-DDE
p,p´-DDT
p,p- DDD
75-09-2
75-34-3
107-06-2
79-00-5
79-34-5
75-35-4
79-01-6
127-18-4
78-87-5
42-75-6
83-32-9
67-64-1
309-00-2
120-12-7
56-55-3
53-70-3
71-43-2
108-90-7
95-50-1
106-46-7
120-82-1
106-47-8
57-74-9
67-66-3
75-01-4
95-48-7
218-01-9
72-55-9
50-29-3
72-54-8
60***
100**
5***
10***
3***
1
70***
10***
4
7***
100**
100**
1***
100***(1)
20***
3***
10***
35
100**
40***
90***
30***
1***
5
1***
100**
100**
60***
20***
70***
6***
70***
0,5***
1***
0,3***
0,1***
7***
1***
0,5***
0,7***
60***
10***
0,1***
100**
2***
0,3***
1***
10***
70**
4***
9***
3***
0,1***
3
0,1***
40***
100**
6***
2
7***
0,6
7
0,05
0,1
0,03
0,01
0,7
0,1
0,05
0,07
6
1
0,01
45
0,2
0,03
0,1
1
7
0,4
0,9
0,3
0,01
0,7
0,01*
4
20
0,6
0,2
0,7
59
Versión web Mayo de 2007.
PROTECCIÓN DE LA SALUD HUMANA
SUSTANCIA
Nº CAS
Uso Industrial
Uso
Urbano
Otros
Usos
(mg/kg peso seco)
Dieldrin
Endosulfan
Endrin
Estireno
Etilbenceno
Fenol
2-Clorofenol
2,4-Diclorofenol
2,4,5-Triclorofenol
2,4,6-Triclorofenol
Pentaclorofenol
Fluoranteno
Benzo(b)fluoranteno
Benzo(k)fluoranteno
Fluoreno
Heptacloro epoxido
Hexacloro benceno
Hexacloro butadieno
Hexaclorociclohexano-alfa
Hexaclorociclohexano-beta
Hexaclorociclohexano-gamma
Hexacloroetano
Naftaleno
PCB
Pireno
Benzo(a)pireno
Indeno(1,2,3-cd) Pireno
Tetracloruro de carbono
Tolueno
Xileno
60-57-1
115-29-7
72-20-8
100-42-5
100-41-4
108-95-2
95-57-8
120-83-2
95-95-4
88-06-2
87-86-5
206-44-0
205-99-2
207-08-9
86-73-7
1024-57-3
118-74-1
87-68-3
319-84-6
319-85-7
58-89-9
67-72-1
91-20-3
13-36-36-3
129-00-0
50-32-8
193-39-5
56-23-5
108-88-3
1330-20-7
1***
60***
1***
100**
100**
100**
100**
10***
100**
90***
1***
100**
20***
100**
100**
1***
1***
10***
1***
1***
1***
9***
10
0,8
100**
2***
30***
1
100***(2)
100***(2)
0,1***
6***
0,1***
100**
20***
70**
10***
1***
100**
9***
0,1***
80***
2***
20***
50***
0,1***
0,1***
1***
0,1***
0,1***
0,1***
0,9***
8
0,08
60***
0,2***
3***
0,5***
30***
100**
0,01*
0,6
0,01*
20
2
7
1
0,1
10
0,9
0,01*
8
0,2
2
5
0,01
0,01*
0,1
0,01*
0,01*
0,01*
0,09
1
0,01*
6
0,02
0,3
0,05
3
35
* Límite inferior de detección
** En aplicación del criterio de reducción
*** En aplicación del criterio de contigüidad
(1) Para esta sustancia, las comunidades autónomas podrán aplicar NGR superiores a 100 mg/kg, pero
no superiores a 700 mg/kg, en cuyo caso deberán justificar explícitamente las razones por las que
adoptan los nuevos valores. Esta justificación deberá figurar en las declaraciones de suelos como no
contaminados o contaminados.
(2) Para esta sustancia, las comunidades autónomas podrán aplicar NGR superiores a 100 mg/kg, pero
no superiores a 200 mg/kg, en cuyo caso deberán justificar explícitamente las razones por las que
adoptan los nuevos valores. Esta justificación deberá figurar en las declaraciones de suelos como no
contaminados o contaminados.
60
Versión web Mayo de 2007.
El anexo V recoge los NGR para protección de la salud humana (de aplicación siempre que la
Comunidad Autónoma no considere el emplazamiento en estudio como de protección de los
ecosistemas), según los escenarios tipo definidos para cada uno de los usos del suelo, para un
cierto número de sustancias. Se proporciona, asimismo, el Número CAS, asignado por American
Chemical Society, número que identifica inequívocamente a cada sustancia o mezcla de
sustancias.
Estas sustancias se han seleccionado atendiendo a su peligrosidad y a la frecuencia de uso en
España. No están todas las sustancias que pueden llegar a contaminar el suelo, aunque sí se ha
intentado que estén las más representativas. Teniendo en cuenta este hecho, el Real Decreto
proporciona en su anexo VII los criterios seguidos para el cálculo de los NGRs para cualquier
sustancia, orgánica o inorgánica, que no esté incluida en este listado y que, una vez calculado,
cumplirá los mismos principios que los dados en los anexos V o VI; es decir, si la concentración de
la sustancia en el suelo supera al NGR, deberá realizarse una valoración de riesgos; si es igual o
inferior a este valor, se puede asegurar que el suelo no está contaminado.
61
Versión web Mayo de 2007.
ANEXO VI
LISTADO DE CONTAMINANTES Y NIVELES GENÉRICOS DE REFERENCIA PARA
PROTECCIÓN DE LOS ECOSISTEMAS
PROTECCIÓN DE LOS ECOSISTEMAS
SUSTANCIA
Nº CAS
Organismos del
suelo
Organismos
acuáticos
Vertebrados
terrestres
(mg/kg peso seco)
1,1-Dicloroetano
1,2-Dicloroetano
1,1,2-Tricloroetano
1,1,2,2-Tetracloroetano
Tricloroetileno
Tetracloroetileno
1,2-Dicloropropano
1,3-Dicloropropeno
Acenafteno
Acetona
Aldrin
Antraceno
Benzo(a) antraceno
Benceno
Clorobenceno
1,2-Diclorobenceno
1,4-Diclorobenceno
1,2,4-Triclorobenceno
p-Cloroanilina
Clordano
Cloroformo
p,p´-DDE
p,p´-DDT
Dieldrin
1,4-Dioxano
Endosulfan
Endrin
Estireno
Etilbenceno
Decabromofenil éter
75-34-3
107-06-2
79-00-5
79-34-5
79-01-6
127-18-4
78-87-5
42-75-6
83-32-9
67-64-1
309-00-2
120-12-7
56-55-3
71-43-2
108-90-7
95-50-1
106-46-7
120-82-1
106-47-8
57-74-9
67-66-3
72-55-9
50-29-3
60-57-1
123-91-1
115-29-7
72-20-8
100-42-5
100-41-4
1163-19-5
0,01*
4,24
0,01*
3,8
1
1
0,1
0,05
0,14
0,04
0,14
0,13
1,45
0,01
0,68
0,06
0,16
0,16
0,02
0,21
0,06
0,07
0,01*
0,02
0,54
0,01
0,01*
0,01
0,2
0,03
0,11
0,16
0,79
0,01*
0,01*
0,01
0,01*
0,01
0,01*
13,9
0,01*
0,01*
0,25
0,08
2,66
4,18
0,24
0,3
0,04
0,45
0,15
0,43
0,58
4,85
6,71
0,01*
22
0,11
7,66
3,15
0,53
0,94
0,09
0,01*
0,01
0,01*
0,01*
0,01*
0,04
0,01*
100**
4,6
59,7
62
Versión web Mayo de 2007.
PROTECCIÓN DE LOS ECOSISTEMAS
SUSTANCIA
Nº CAS
Organismos del
suelo
Organismos
acuáticos
Vertebrados
terrestres
(mg/kg peso seco)
Pentabromo difenil éter
Octabromo difenil éter
Fenol
2-Clorofenol
2,4-Diclorofenol
2,4,5-Triclorofenol
2,4,6-Triclorofenol
Pentaclorofenol
Fluoranteno
Fluoreno
Fluoruros
Hexacloro benceno
Hexacloro butadieno
Hexaclorociclohexano-alfa
Hexaclorociclohexano-beta
Hexaclorociclohexanogamma
Hexacloroetano
Naftaleno
Nonilfenol
Pireno
Benzo(a)pireno
Tetracloruro de carbono
Tolueno
Xileno
32534-81-9
32536-52-0
108-95-2
95-57-8
120-83-2
95-95-4
88-06-2
87-86-5
206-44-0
86-73-7
7664-39-3
118-74-1
87-68-3
319-84-6
319-85-7
0,32
58-89-9
0,01*
67-72-1
91-20-3
25154-52-3
129-00-0
50-32-8
56-23-5
108-88-3
1330-20-7
0,27
0,04
0,2
0,05
0,4
0,02
1
0,22
11
5,7
0,1
0,34
0,15
0,3
5,18
0,51
0,03
0,01*
0,06
0,09
0,012
0,01*
0,03
0,02
0,29
0,01
0,01*
0,25
0,38
0,01*
0,24
23,7
0,12
0,02
3,3
0,03
0,01*
1,96
2,84
3,7
0,01*
0,05
0,01*
0,01*
0,23
0,03
0,05
0,031
0,01*
0,01*
0,12
0,24
0,07
0,03
0,06
0,78
1,2
13,5
* Límite inferior de detección
** En aplicación del criterio de reducción
Para conseguir una buena protección de los ecosistemas sería conveniente considerar todos los
grupos de organismos, a no ser que se demuestre que, debido a las características específicas
del emplazamiento, alguno de estos grupos no se va a ver afectado por una vía de exposición
directa o indirecta a la contaminación del suelo.
Si la Comunidad Autónoma considerase la protección de más de un grupo de organismos, se
tomaría el valor más restrictivo de todos ellos.
63
Versión web Mayo de 2007.
ANEXO VII
CRITERIOS PARA EL CÁLCULO DE NIVELES GENÉRICOS DE REFERENCIA
El Real Decreto establece una serie de obligaciones para aquellos casos en los que se supere el
NGR para una sustancia en estudio (Anexo IV). Aunque se proporcionan los NGR de aquellas
sustancias que se han considerado más frecuentes en nuestro ámbito geográfico, existen otras
muchas para las que, en un momento dado, será necesario conocer su NGR, por ejemplo para
descartar la posibilidad de que el suelo presente un riesgo no aceptable (puesto que la
concentración de dicha sustancia en el suelo es igual o inferior al NGR calculado). Este anexo VII
presenta los pasos a seguir para el cálculo de NGR en el supuesto de protección de la salud
humana y en el de protección de los ecosistemas 39 .
Ni en el articulado ni en este anexo VII se hace ninguna alusión a la naturaleza de las sustancias a
las que se deben aplicar estos criterios. En consecuencia, son de aplicación tanto para el cálculo
de NGR de sustancias de naturaleza orgánica como para el cálculo de NGR de metales pesados y
otros elementos traza de interés.
El apartado A indica los pasos a seguir para el cálculo de los NGR, mientras que los dos
siguientes, B y C, corresponden a los criterios de corrección de los datos anteriores.
39
En un anexo a este manual se presenta la aplicación de estos criterios para el cálculo de los NGR, los mismos que se han seguido
para el cálculo de los datos recogidos en los anexos V y VI del RD.
64
Versión web Mayo de 2007.
1. Criterios para el cálculo de los niveles genéricos de referencia para la protección de la salud humana.
A) Determinación de los valores umbrales toxicológicos, en función del uso del suelo:
a)
Se identificarán y definirán las vías de exposición relevantes. Como mínimo, deberán
considerarse las siguientes vías de exposición:
1º Uso industrial del suelo: inhalación de vapores del suelo, inhalación de partículas
de suelo contaminado e ingestión de suelo contaminado.
2º Uso urbano del suelo: inhalación de vapores del suelo, inhalación de partículas de
b)
c)
suelo contaminado, ingestión de suelo contaminado y contacto dérmico con el
suelo.
3º Otros usos del suelo: inhalación de vapores del suelo, inhalación de partículas de
suelo contaminado, ingestión de suelo contaminado, ingestión de alimento
contaminado y contacto dérmico con el suelo.
Se definirán las características del individuo razonablemente más expuesto y, para cada una
de las vías de exposición consideradas, se determinará la dosis a la que éste está expuesto.
Para la determinación de la exposición se hará uso de alguno de los modelos elaborados por
instituciones técnicas, científicas o académicas de reconocida solvencia, tales como el
Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, la Agencia de Medio Ambiente de
los Estados Unidos, o similar.
Se calculará la concentración máxima admisible en el suelo de la sustancia en cuestión con
las siguientes condiciones:
1º Para sustancias con efectos cancerígenos (genotóxicas) será aquella que haga
que el riesgo de incremento en la frecuencia de aparición de cáncer no sea
superior a 10-5.
2º Para sustancias con efectos sistémicos será aquella que verifique los cocientes
que le sean de aplicación en función de su naturaleza química, entre la dosis de
exposición a largo plazo debida a la contaminación del suelo y la dosis máxima
aceptable:
▪ 0,05 para productos fitosanitarios
▪ 0,2 para compuestos organoclorados
▪ 0,05 para hidrocarburos aromáticos policíclicos
▪ 0,1 para hidrocarburos aromáticos monocíclicos
a) Se definen las vías de exposición a considerar según los escenarios genéricos definidos,
respectivamente, para cada uno de los tres usos del suelo. En Otros usos del suelo se
consideran más vías que en el uso urbano, y en éste más que en el uso industrial. Como
consecuencia, el NGR calculado para otros usos del suelo es menor que el calculado para
uso urbano, y éste menor que el calculado para uso industrial, siempre para la misma
sustancia.
b) Cuanto más se ajusten las características del individuo razonablemente más expuesto a la
realidad, más ajustados se obtendrán los NGR de aplicación. En cuanto al modelo de
exposición, y a falta de otro criterio, deberá ser el organismo responsable de la Comunidad
Autónoma correspondiente el que decida qué considera “instituciones de reconocida
solvencia”.
c) Las condiciones impuestas según la naturaleza de las sustancias son las condiciones de
máximo riesgo aceptable dadas en las definiciones del artículo 2.
65
Versión web Mayo de 2007.
B) Se aplicará el criterio de contigüidad, reduciendo, cuando sea necesario, los niveles para uso
urbano e industrial del suelo. Según el citado criterio, el nivel de referencia para un uso urbano del
suelo no podrá ser mayor de 10 veces el nivel de referencia para otros usos del suelo, y el nivel de
referencia para un uso industrial del suelo no podrá ser mayor de 10 veces el nivel de referencia de
un uso urbano del suelo.
C) Para sustancias de síntesis se podrá aplicar el criterio de reducción, que consiste en adoptar como
nivel genérico de referencia 100 mg/kg, en aquellos casos en los que el valor calculado supere esta
cantidad.
Los valores obtenidos según el procedimiento anterior deben ajustarse según los criterios
expuestos en estos dos epígrafes:
B) Mediante el criterio de contigüidad se busca una correlación espacial entre los NGR de una
sustancia obtenidos para cada uno de los tres usos. Esto es necesario ya que la migración de
la contaminación se traduce en una variación gradual de la concentración de las sustancias en
estudio en el suelo, sin que una limitación administrativa, como es el uso del suelo, pueda
hacer variar esto.
C) Las sustancias de síntesis son aquellas que no existen de forma natural en el suelo, por lo
que su contenido, en ausencia de actividad humana, debería ser cero. Con este criterio se
considera la posibilidad de que la Comunidad Autónoma correspondiente opte, tal como se ha
aplicado en los anexos V y VI, por considerar que una concentración superior a 100 ppm de
una sustancia, de la que de forma natural debería haber cero, es suficiente para sospechar
que algo puede estar ocurriendo y requerir mayor información a través de una valoración de
riesgos.
66
Versión web Mayo de 2007.
2. Criterios para el cálculo de los niveles genéricos de referencia para la protección de los ecosistemas.
A) Determinación de los valores umbrales toxicológicos.
Los ensayos de toxicidad incluirán información, como mínimo, sobre los siguientes grupos de
organismos:
a) Organismos del suelo: plantas, invertebrados, microorganismos del suelo
b) Organismos acuáticos: peces, daphnias, algas unicelulares
c) Vertebrados terrestres: aves y mamíferos
Se utilizarán datos toxicológicos validables obtenidos, cuando sea posible, de ensayos realizados
mediante protocolos normalizados por la Unión Europea (UE) o la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE). Cuando se utilicen otros ensayos deberá justificarse su validez.
Para aquellas sustancias para las que la UE haya publicado el correspondiente análisis de riesgo, se
utilizarán las “concentraciones estimadas de no-efecto” (PNEC) establecidas en dichos análisis salvo en
aquellos casos en los que se disponga de nuevos estudios toxicológicos.
El nivel genérico de referencia para cada contaminante seleccionado vendrá dado por el grupo o grupos
de organismos a proteger en cada caso: a) organismos del suelo, b) organismos acuáticos, y c) las
poblaciones de vertebrados terrestres. Estas concentraciones se determinarán utilizando los siguientes
procedimientos:
a) Para organismos del suelo: la concentración máxima de contaminante en el suelo será igual a
la “concentración estimada de no efecto” (PNEC) para organismos del suelo, calculada según
las recomendaciones de la UE.
b) Para organismos acuáticos: la concentración máxima de contaminante en el suelo será
aquella que, en condiciones de equilibrio y para condiciones normalizadas europeas, origine
una concentración de contaminante en el agua de poro equivalente a la “concentración
estimada de no-efecto” (PNEC) para organismos acuáticos, calculada de acuerdo con las
recomendaciones de la UE.
c) Para vertebrados terrestres: la concentración máxima de contaminante en el suelo será
aquella que, en condiciones de equilibrio y para las condiciones normalizadas europeas, origine
una concentración de contaminante en las plantas o invertebrados del suelo equivalente a la
“concentración estimada de no-efecto” (PNEC) para vertebrados terrestres, calculada según las
recomendaciones de la UE. Se aplicará el procedimiento descrito pero incluyendo los procesos
de biomagnificación a través de la cadena trófica.
Para valorar el potencial de bioacumulación/biomagnificación se utilizarán los resultados de los
estudios de campo y de monitorización de las concentraciones en plantas, invertebrados y
vertebrados. Cuando no se disponga de esta información, se hará uso de alguno de los
modelos de estimación del índice de Biomagnificación elaborados por instituciones técnicas,
científicas o académicas de reconocida solvencia.
La metodología adoptada para obtener los niveles genéricos de referencia para la protección de
los ecosistemas implica tres pasos: búsqueda y validación de los datos de toxicidad disponibles
en la literatura para los receptores seleccionados, extrapolación de los datos de toxicidad para
obtener la PNEC y derivación de los valores genéricos a partir de la PNEC y la concentración de
exposición, admitiendo como riesgo aceptable aquel en que el cociente entre la concentración
de exposición y la concentración de no efecto representada por la PNEC es menor de la unidad.
Para cada grupo de organismos que puede verse afectado por la contaminación del suelo se
incluyen diferentes grupos taxonómicos, que se consideran representativos del resto de
especies presentes en el ecosistema. Por tanto, los ensayos de toxicidad deben incluir, como
mínimo, datos para los siguientes grupos; a) para la protección de los organismos del suelo se
deben incluir datos para plantas, invertebrados y microorganismos del suelo, que pueden verse
afectados por una vía de exposición directa; b) para la protección de los organismos acuáticos
se debe disponer de datos para peces, Daphnias y algas unicelulares, que pueden verse
afectados por una vía de exposición indirecta debido a fenómenos de escorrentía y lixiviación; c)
por último, para la protección de los vertebrados terrestres son necesarios datos para aves y
67
Versión web Mayo de 2007.
mamíferos, que pueden verse afectados por una vía de exposición indirecta debido al consumo
de alimentos contaminados en el emplazamiento.
Los ensayos de toxicidad seleccionados deben, siempre que sea posible, haber sido realizados
siguiendo protocolos estandarizados, preferiblemente por la Unión Europea (UE) o la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Sin embargo, podrán
utilizarse datos obtenidos por otros procedimientos, debiendo justificar en este caso su validez.
A partir de estos datos de toxicidad se obtiene la PNEC o concentración para la cual no se
espera que ocurra ningún efecto adverso para el medio ambiente. Para ello, se utilizará el dato
de toxicidad correspondiente a la especie más sensible dividido por el factor de seguridad
adecuado. Para aquellas sustancias para las cuales la UE haya publicado el correspondiente
análisis de riesgo se utilizará el valor de PNEC descrito en cada caso.
El nivel genérico de referencia para cada contaminante seleccionado se determinará a partir de
la PNEC considerando para cada grupo de organismos las vías de exposición posibles.
a) Para organismos del suelo: la concentración máxima de contaminante en el suelo será
igual a la “concentración estimada de no efecto” (PNEC) para organismos del suelo,
calculada según las recomendaciones de la UE. En este caso, la vía de exposición es
directa por lo que los niveles genéricos de referencia para estos organismos serán igual al
valor de la PNEC determinada para los organismos del suelo.
b) Para organismos acuáticos: la concentración máxima de contaminante en el suelo será
aquella que, en condiciones de equilibrio y para condiciones normalizadas europeas,
origine una concentración de contaminante en el agua de poro equivalente a la
“concentración estimada de no-efecto” (PNEC) para organismos acuáticos, calculada de
acuerdo con las recomendaciones de la UE. Para estos organismos la vía de exposición es
indirecta, por lo que habrá que considerar la transferencia de contaminantes del suelo al
agua. En este caso, debe cumplirse que la concentración de contaminante en agua de
poro sea menor que la PNEC determinada para los organismos acuáticos. La
concentración en agua de poro se calcula siguiendo las recomendaciones de la UE,
recogidas en la TGD (EC, 2003) 40 .
c) Para vertebrados terrestres: la concentración máxima de contaminante en el suelo será
aquella que, en condiciones de equilibrio y para las condiciones normalizadas europeas,
origine una concentración de contaminante en las plantas o invertebrados del suelo
equivalente a la “concentración estimada de no-efecto” (PNEC) para vertebrados
terrestres, calculada según las recomendaciones de la UE. Se aplicará el procedimiento
descrito incluyendo en él los procesos de biomagnificación a través de la cadena trófica.
En este caso, la vía de exposición es el consumo de alimento contaminado. Por tanto, la
concentración en el alimento (plantas o invertebrados del suelo) deberá ser menor de la
PNEC determinada para vertebrados terrestres. La concentración de contaminante
estimada en el alimento a partir de la concentración de contaminante en el suelo se
determinará siguiendo las recomendaciones de la UE, recogidas en la TGD (EC, 2003).
Para ello, es necesario tener en cuenta los fenómenos de bioconcentración y
biomagnificación a través de la cadena trófica. Cuando sea posible, estos datos se
obtendrán mediante estudios de campo que permitan determinar la concentración de los
contaminantes en plantas, invertebrados terrestres y vertebrados. Cuando esto no sea
40 Technical Guidance Document in support of Commission Directive 93/67/EEC on Risk Assessment for new notified substances, Commission Regulation (EC) No
1488/94 on Risk Assessment for existing substances and Directive 98/8/EC of the European Parliament and of the Council concerning the placing of biocidal products
on the market. 2003. European Chemical Bureau. Ispra, Italy.
68
Versión web Mayo de 2007.
posible, se pueden utilizar modelos desarrollados por instituciones de reconocido
prestigio. 41
B) Para sustancias de síntesis se podrá aplicar el criterio de reducción, que consiste en adoptar como
nivel genérico de referencia 100 mg/kg, en aquellos casos en los que el valor calculado supere esta
cantidad.
Este criterio se aplica de forma similar a la descrita para la protección de la salud humana.
3.- Niveles genéricos de referencia para metales
Para el caso en el que por razones técnicas o de otra naturaleza no sea practicable la aplicación de la
metodología descrita en los apartados 1 y 2 del presente anexo, las Comunidades Autónomas que no
dispongan de niveles genéricos de referencia para metales podrán adoptar los resultantes de sumar a la
concentración media el doble de la desviación típica de las concentraciones existentes en suelos de
zonas próximas no contaminadas y con sustratos geológicos de similares características. A efectos de
evaluación de la contaminación del suelo, los valores así calculados para metales serán únicos y, por
tanto, aplicables a cualquier uso del suelo y atendiendo tanto a la protección de la salud humana como
a la protección de los ecosistemas.
La formulación de los NGR para sustancias de naturaleza orgánica descansa sobre la idea de que
éstas, en la mayoría de los casos, son sustancias originadas en la actividad humana y, por tanto,
puede considerarse que, salvo casos puntuales, su presencia en los suelos atiende a algún tipo
de proceso contaminante, pudiendo establecerse entre éstas y aquellos una relación de
causalidad bastante estrecha. Tal relación se desdibuja cuando consideramos contaminantes
geogénicos (v.g. metales). En este caso, no se puede establecer esa relación de causalidad de
forma biunívoca, resultando más compleja su valoración. Por otra parte, se debe constatar la
dificultad que entraña la obtención de valores de exposición fiables por la existencia de gran
variedad de formas de especiación con distinto grado de biodisponibilidad. Por último, la
distribución de la concentración de los metales en suelos resulta fuertemente dependiente del
ámbito geológico que se considere.
Por estas razones es evidente que tales niveles deberán quedar definidos en el ámbito de cada
Comunidad Autónoma, razón por la cual el Real Decreto no establece NGR para metales
aplicables al ámbito nacional, aunque sí fija los procedimientos para calcularlos en este anexo,
epígrafes 1 y 2, respectivamente, según sea el objetivo de protección la salud humana o los
ecosistemas.
Con el fin de facilitar el proceso de estudio de los suelos contaminados en aquellas comunidades
autónomas que aún no hayan calculado los NGR para metales según se establece en este anexo
VII, en el epígrafe 3 se propone un método para estimarlos mediante el valor correspondiente a la
concentración media de una sustancia en suelos sobre zonas no contaminadas próximas y con
sustratos geológicos de similares características, más dos veces la desviación estándar.
Obviamente, dependiendo de la variabilidad natural de las concentraciones de estas sustancias,
habrá de considerarse el número mínimo de observaciones necesarias para obtener valores
medios estadísticamente significativos. Ya que en este caso el valor se obtendría a partir de la
concentración natural de los metales en el suelo y no basándose en los riesgos que supone esta
sustancia, no tiene sentido hablar de cálculo de valores según diferentes usos u objetos de
protección, tal como se reconoce en el texto del Real Decreto.
41
En este sentido, puede ser útil la consulta de: Carbonell G, Ramos C, Pablos MV, Ortiz JA, Tarazona JV. A system dynamic model
for the assessment of different exposure routes in aquatic ecosystems. Sci Total Environ 2000; 247: 107-118; Tarazona JV, Vega MM.
Hazard and risk assessment of chemicals for terrestrial ecosystems. Toxicology 2002; 181-182: 187-191.
69
Versión web Mayo de 2007.
Comparando el método propuesto con los que se han utilizando en diferentes comunidades
autónomas para el cálculo de los NGR a partir de las concentraciones naturales en el suelo 42 ,
debe indicarse que, si bien la aplicación del método propuesto es relativamente sencilla, resulta en
un valor más conservador. Por ello, la aplicación de este método es interesante como primera
aproximación o si no se dispone de otra vía, pero insta a las comunidades, o en su caso a los
interesados, al cálculo según los apartados 1 y 2.
42
Cota superior del p90 en la Comunidad de Madrid según “Determinación de niveles de fondo y niveles de referencia de metales
pesados y otros elementos traza en suelos de la Comunidad de Madrid”; o p90 en la Comunidad de Andalucía según “Umbrales y
valores de contaminación para elementos traza de Andalucía”. Los primeros utilizan este valor como cota inferior de los obtenidos
mediante los apartados 1 y 2 para obtener los NGR de aplicación en la Comunidad de Madrid.
70
Versión web Mayo de 2007.
ANEXO VIII
VALORACIÓN DE RIESGOS AMBIENTALES
Sin perjuicio de que sea objeto de un posterior desarrollo por parte de las comunidades autónomas, los
elementos que debe contener la valoración de los riesgos asociados a suelos contaminados o a los suelos
en los que concurre alguna de las circunstancias del anexo IV son:
1. Una descripción detallada de los focos de contaminación, identificando la sustancia o
sustancias contaminantes y determinando su valor significativo de concentración (máximo
medido, p95 u otro estadístico debidamente justificado).
2. Una caracterización de las propiedades texturales y componentes del suelo.
3. Una descripción del medio físico orientada a identificar los mecanismos de transporte de los
contaminantes desde los focos a los receptores potenciales, así como las vías de exposición a
la contaminación relevantes para dichos receptores, incluyendo las aguas subterráneas.
4. La identificación de receptores potenciales de la contaminación y la estimación de las
características o hábitos que condicionan su exposición a la contaminación. En ausencia de
otra información sobre estas características o hábitos, se podrá hacer uso de los parámetros
utilizados para el desarrollo de los niveles de referencia. Igualmente, se atenderá a la existencia
en el suelo en cuestión o en sus proximidades de receptores ecológicos de relevancia.
5. La identificación de vías de exposición previsibles y la cuantificación de la dosis recibida por
cada una de ellas. Inicialmente las vías de exposición a considerar serán aquellas que se
señalan en el anexo VII, si bien siempre será posible añadir o eliminar vías al mejor juicio
experto de los técnicos encargados de la evaluación, previa consulta al responsable de la
correspondiente comunidad autónoma. Para la cuantificación de la dosis se podrá hacer uso de
las expresiones utilizadas para el desarrollo de los niveles de referencia o, alternativamente, de
otras similares que sean juzgadas convenientes por los responsables de las comunidades
autónomas.
6. La elección justificada de un valor de toxicidad para cada uno de los contaminantes de
relevancia identificados.
7. La cuantificación del riesgo. En el caso de que coexistiesen en un mismo suelo contaminantes
con un mismo mecanismo de acción, se considerará el riesgo conjunto ejercido por éstos.
8. El análisis de las incertidumbres asociadas a la valoración de riesgos efectuada, incluyendo las
conclusiones oportunas acerca de la validez y fiabilidad de los resultados de dicha valoración.
El grado de detalle con el que se realicen estos trabajos será fijado razonadamente por el órgano
competente de la comunidad autónoma atendiendo a las circunstancias de cada caso.
Se entiende por riesgo la posibilidad de sufrir un daño por la exposición a un peligro, en este caso,
a una sustancia. Mediante la valoración del riesgo, procedimiento para recoger, organizar y
analizar información que permita estimar la probabilidad de efectos indeseables para la salud
humana o los ecosistemas, se pretende determinar la naturaleza y magnitud del riesgo. A partir de
los datos obtenidos se puede:
•
Localizar instalaciones potencialmente peligrosas.
•
Identificar y evaluar los problemas ambientales y de salud producidos por la presencia de
sustancias tóxicas en el suelo.
•
Seleccionar prioridades, entre las posibles alternativas de acción, para establecer
secuencias de ejecución de acciones correctivas.
71
Versión web Mayo de 2007.
Aunque los enfoques conceptuales de la valoración de riesgos para la salud humana y para los
ecosistemas son similares, la valoración de riesgos para ecosistemas presenta habitualmente una
mayor complejidad conceptual. Ello obliga a que, en la práctica, y pese a que los procedimientos
de caracterización de riesgos para el medio terrestre están experimentando en la actualidad un
fuerte desarrollo, dicha valoración quede reducida a una aproximación conservadora referida a la
protección del comportamiento global del ecosistema o a la protección de amplios grupos de
organismos 43 .
La determinación y caracterización de los riesgos para la salud humana asociados a un suelo se
lleva a cabo en cuatro pasos:
1.
Análisis de los datos: El objetivo de esta parte es identificar la información de buena
calidad que existe sobre el emplazamiento y determinar la información que se
necesita generar o captar para hacer la valoración del riesgo. En esta primera etapa
se hace la selección preliminar de la lista de los tóxicos sobre los que se hará la
evaluación de riesgos.
2.
Evaluación de la Exposición: Se hace una estimación de la magnitud actual y futura
de las exposiciones humanas, de la frecuencia y duración de estas exposiciones y de
las rutas y vías potenciales de exposición.
3.
Evaluación de la toxicidad: Consiste en obtener información cualitativa y cuantitativa
sobre los distintos tipos de efectos adversos a la salud (cáncer, no-cáncer y efectos
sobre el desarrollo) que pueden producir las sustancias a las que se ha determinado
que la población está expuesta o pudiera llegar a estar expuesta. En esta etapa se
localiza la mejor información disponible sobre la magnitud de la respuesta tóxica como
una función del nivel de exposición.
4.
Cuantificación de los riesgos: Conociendo la magnitud de las exposiciones que se han
determinado como posibles y la toxicidad de las sustancias involucradas, se estiman
los riesgos para la salud a los que se enfrentan las diferentes poblaciones. Se evalúan
los riesgos producidos por cada tóxico en lo individual, bien llegue a los individuos
expuestos por una ruta o por varias. Se evalúan también los riesgos que representan
las exposiciones a mezclas de las distintas sustancias presentes. La caracterización
de los riesgos consiste en determinar si éstos son tolerables o no.
Análogamente, la determinación y caracterización de los riesgos para la protección de los
ecosistemas asociados a un suelo se lleva a cabo en los siguientes pasos:
43
1.
Análisis de los datos: Se realiza de forma similar a la descrita para salud humana.
2.
Evaluación de la Exposición: Se seleccionan las vías de exposición para los grupos
de organismos que pueden verse implicados (organismos del suelo, organismos
acuáticos y vertebrados terrestres). Para el cálculo de los NGRs se calcula la
exposición teniendo en cuenta el peor caso posible. Para un análisis específico del
emplazamiento, se tienen en cuenta las características propias del mismo, que van a
determinar la exposición de los diferentes organismos. Algunas características del
emplazamiento que van a afectar a la exposición son: el nivel de dilución cuando se
ensaye el riesgo para organismos acuáticos o el porcentaje de alimento obtenido en el
emplazamiento cuando se ensaye el riesgo para los vertebrados terrestres.
3.
Evaluación de la toxicidad: Se hace un análisis y selección de los datos de toxicidad
existentes. Sin embargo, a diferencia de toxicidad humana, en ecotoxicología no se
estudian todos los organismos que pueden verse afectados por la contaminación, sino
que se hace una selección de especies que se consideran representativas para la
protección de los ecosistemas. A los datos obtenidos para las especies más sensibles
“Guía de análisis de riesgos para la salud humana y los ecosistemas”, editado por la Comunidad de Madrid.
72
Versión web Mayo de 2007.
se les aplica unos factores de seguridad que permiten cubrir las variaciones
interespecie, la extrapolación de los efectos agudos a crónicos y de los ensayos de
laboratorio a los efectos en campo. Cuando se realice un análisis específico del riesgo
del emplazamiento se tendrán en cuenta aquellas especies relevantes para el mismo
y que necesiten una protección especial.
4.
Cuantificación de los riesgos: El riesgo para los distintos grupos se calcula mediante
la comparación entre la concentración de exposición y la toxicidad de las sustancias
para los distintos grupos de organismos. Si en una primera aproximación se observa
un riesgo no aceptable se procede a un refinamiento de los datos de exposición.
A la vista de esta secuencia se comprueba que las indicaciones dadas en el anexo se
corresponden con los pasos característicos de una valoración de riesgos, dejando a la Comunidad
Autónoma correspondiente la decisión del grado de detalle con el que debe realizarse dicha
valoración.
Existen diversas guías publicadas por diferentes comunidades autónomas para la valoración de
los riesgos para la salud humana y los ecosistemas.
73
Versión web Mayo de 2007.
Preguntas más frecuentes
PREGUNTAS MÁS FRECUENTES
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Versión abril de 2007
Preguntas más frecuentes
Actividades Potencialmente Contaminantes
1. ¿Una actividad que no esté listada en el anexo I puede ser una actividad
potencialmente contaminante?
Sí. Según el artículo 3.2, cualquier actividad, listada o no en el anexo I, en la que se dé al
menos una de las siguientes premisas, es una actividad potencialmente contaminante:
ƒ
Que produzca, maneje o almacene más de 10 toneladas/año de una o
varias sustancias incluidas en el Real Decreto 363/1995,
ƒ
Que disponga de almacenamiento de combustible para uso propio con un
volumen total de almacenamiento igual o superior a 50.000 litros y registre
un consumo anual medio superior a 300.000 litros de combustible,
2. ¿Una empresa que consuma más de 300.000 litros de combustible al año pero que
disponga de una capacidad de almacenamiento inferior a 50.000 litros ¿se debe
considerar como actividad potencialmente contaminante?
No. Para que sea considerada como actividad potencialmente contaminante ha de cumplir
con las dos condiciones; es decir, registrar un consumo anual medio superior a 300.000 litros
y disponer de un volumen de almacenamiento igual o superior a 50.000 litros.
3. ¿Un edificio de viviendas con un depósito de almacenamiento de combustible de
más de 50.000 litros y que consuma más de 300.000 litros de ese combustible,
debe presentar el IP?
No, ya que los depósitos de combustible de las viviendas quedan excluidos del ámbito de
aplicación del RD 1523/1999, que son los almacenamientos a los que se refiere el RD
9/2005.
4. El criterio de las 10 toneladas/año que se recoge en el artículo 3.2, ¿es aplicable a
cada sustancia o a la suma de sustancias?
Se considera la suma de todas las sustancias, incluyendo materias, productos y residuos.
5. ¿Si en una instalación se realizan distintas actividades, una principal y otras
secundarias, y en el anexo I sólo aparece el CNAE de la actividad secundaria (por
ejemplo, recogida y tratamiento de aguas residuales), sería ésta una actividad
potencialmente contaminante?
Sí, y por tanto debería presentarse un IP de esta actividad secundaria.
6. ¿Estarían afectos a esta normativa los empresarios autónomos dedicados a la
actividad de transporte de viajeros en autotaxi, cuando no disponen de
instalaciones para mantenimiento y reparación de vehículos, instalaciones con
depósitos de combustibles para uso propio, aceites y lavaderos de vehículos? ¿y
los empresarios autónomos que son propietarios de un camión pero que tampoco
disponen de estas instalaciones?.
Teniendo en cuenta el objetivo de este Real Decreto es evitar que actividades
potencialmente contaminantes lleguen a contaminar el suelo, es muy reducida la posibilidad
de que una empresa constituida por un solo taxi o un solo camión, cuya actividad requiere
que estén en constante movimiento, lleguen a poder contaminar un suelo, salvo por causa
de un accidente.
75
Versión abril de 2007
Preguntas más frecuentes
Sin embargo, el alcance de este epígrafe debe ser una decisión de cada comunidad
autónoma pues puede haber alguna que quiera tener conocimiento de todas las empresas
de los epígrafes del Real Decreto, aunque luego les exima de hacer más informes.
Por ello, el sentido de incluir este epígrafe entre las actividades potencialmente
contaminantes del Real Decreto es para que aquellas empresas propietarias de flotas de
camiones queden localizadas, ya que normalmente son propietarias de bases logísticas en
las que se concentran dichos vehículos y en las que sí puede tener lugar la contaminación
del suelo por vertido sistemático de aceites en las zonas habituales de parada. En estas
bases puede darse con frecuencia la existencia de talleres de reparación y mantenimiento
de la flota.
En cuanto a la posible contaminación por los taxis, la probabilidad de que se produzca será
todavía mucho menor y, en el caso de una empresa propietaria de varios vehículos, el riesgo
puede ser asimilable al de un garaje de coches, por lo que habría que adoptar un criterio
similar al que se adopte con éstos.
Asimismo será competencia de la comunidad autónoma correspondiente determinar las
empresas de esa comunidad, cuya actividad está englobada en los epígrafes 60 y 63 que
tendrían que presentar el IP por su capacidad de contaminar el suelo ya que no todas la
tienen: tal es el caso de los consignatarios de buques, restauración y comercios al por menor
en terminales de aeropuertos, estaciones de ferrocarril o marítimas, etc.
Los informes
7. ¿Cuál es la fecha límite para presentar el informe preliminar (IP)?
Las empresas que se encontraban en activo en el momento en el que entró en vigor el RD
(es decir, estaban en activo el día 7 de febrero de 2005) podrán entregar el IP hasta el
jueves 7 de febrero de 2007, incluido.
8. ¿El IP puede ser realizado por el responsable de la propia actividad o debe hacerlo
un consultor especializado?
No, el IP puede ser realizado por el responsable de la actividad.
9. ¿Deben presentar el informe preliminar únicamente las actividades potencialmente
contaminantes (APC) listadas en el anexo I?
No, ya que también son APC las que verifican al menos una de las condiciones del artículo
3.2 (producir, manejar o almacenar más de 10 t/año de una o varias sustancias incluidas en
el Real Decreto 363/1995 o bien disponer de almacenamientos de combustible para uso
propio con un consumo anual medio superior a 300.000 litros y un volumen total de
almacenamiento igual o superior a 50.000 litros). Éstas también deberán presentar IP.
10.
¿Debe presentarse un IP por empresa o por emplazamiento en el que se
desarrolla la actividad?
Debe presentarse un informe preliminar por cada uno de los emplazamientos en los que se
desarrolla la actividad y, en el caso en el que éstas se desarrollen en diferentes
comunidades autónomas, con los requisitos que legalmente disponga cada una de ellas.
11.
¿Cuándo en un mismo recinto industrial existen diferentes actividades, cuántos
IP se deben presentar?
76
Versión abril de 2007
Preguntas más frecuentes
El IP es específico por actividad, por lo tanto deberán presentarse tantos IP como diferentes
actividades dadas de alta existan, siempre y cuando les sea de aplicación lo establecido en
los artículos 3.1 y 3.2.
12.
Si una empresa tiene varios lugares en los que se desarrolla la actividad
ubicados en diferentes comunidades autónomas, ¿puede presentar los IP
correspondientes en la comunidad autónoma en la que tiene registrada su sede
social?
No. Cada uno de los IP deberá ser presentado al organismo competente de la comunidad
autónoma en la que cada delegación o sucursal desarrolle su actividad.
13.
¿Deben incluirse en el IP sustancias de carácter peligroso pero que claramente
no pueden contaminar el suelo (por ejemplo, gases)?
Sí, estas sustancias deberán incluirse también en el IP.
14.
¿Tienen que presentar el IP las APC que se instalen con posterioridad al 7 de
febrero de 2005, fecha de entrada en vigor del Real Decreto?
Las APC que comiencen su actividad con posterioridad a esta fecha deberán presentar un
informe de situación con el contenido que la comunidad autónoma considere oportuno en el
momento de solicitar el permiso para el establecimiento El IP establecido en el artículo 3 lo
deberá entregar a los dos años de la fecha fijada por la comunidad autónoma
correspondiente 44 , incluyendo los datos de ésta en ese momento. Los informes periódicos
posteriores deberán ser entregados cuando la comunidad autónoma así lo dictamine y con
el contenido que ésta solicite.
15.
¿Si el titular de una APC no presenta el informe preliminar deberá hacerlo el
propietario del suelo (suponiendo que no coinciden)? ¿Es el propietario del
suelo responsable de que el titular de la APC presente el IP?
No. El único responsable de presentar el IP es el titular de la actividad.
16.
¿Si el titular de una APC no presenta el informe complementario deberá hacerlo
el propietario del suelo (suponiendo que no coinciden)?
El propietario del suelo deberá presentar el informe complementario sólo si el organismo
competente de la comunidad autónoma correspondiente así se lo solicita y con el contenido
que éste le diga.
Niveles Genéricos de Referencia
17.
¿Como los anexos V y VI sólo hacen referencia a sustancias orgánicas, quiere
decir que no se regula la contaminación del suelo por metales?
Los criterios dados en el Real Decreto son de aplicación para la valoración de la
contaminación química del suelo por cualquier sustancia, orgánica o inorgánica. La razón
por la que no se han proporcionado NGR para metales es que la concentración natural de
éstos en el suelo depende del sustrato geológico, por lo que resulta más conveniente que
sean calculados por cada comunidad autónoma. Para ello, el Real Decreto proporciona los
criterios a seguir en el anexo VII.3 indicando, además, que si por alguna razón no se pueden
aplicar los criterios comunes a todos los posibles contaminantes (Puntos 1 y 2) pueda
estimarse directamente a partir del fondo natural.
44
Por ejemplo, las comunidades autónomas de Cataluña y Madrid consideran que el IP se deberá entregar a los dos años de iniciada
la actividad.
77
Versión abril de 2007
Preguntas más frecuentes
18.
¿Cómo se evalúa la posible contaminación del suelo por una sustancia que no
está incluida en los anexos V o VI?
Para evaluar la posible contaminación del suelo deberá calcularse el NGR siguiendo los
criterios dados en el anexo VII. Una vez calculado, le serán de aplicación los mismos
principios que los dados en los anexos V o VI: si la concentración de la sustancia en el suelo
supera al NGR, deberá realizarse una valoración de riesgos; si es igual o inferior a este
valor, se puede asegurar que el suelo no está contaminado.
19.
¿Si la concentración de una sustancia en el suelo es superior al NGR dado en el
anexo V o anexo VI o al calculado según el anexo VII, entonces se puede decir
que el suelo está contaminado?
No. Los NGRs son una herramienta que sirve para detectar situaciones anómalas, pero no
permiten identificar de forma directa los suelos contaminados. Para saber si estas anomalías
llevan asociadas una situación de riesgo inaceptable, condición sine qua non para poder
afirmar que el suelo está contaminado, deberá realizarse una valoración de riesgos.
Existe una excepción a esta afirmación: en aquellas situaciones excepcionales en las que
urge declarar el suelo como contaminado, para la protección de la salud humana podrá
asumirse que, si la concentración de un contaminante en el suelo supera 100 veces o más el
NGR, el suelo está contaminado a pesar de no disponer de la valoración de riesgos
correspondiente. En el caso de la protección de los ecosistemas, podrá asumirse que el
suelo está contaminado, a pesar de no disponer de la valoración de riesgos correspondiente,
si el valor de la L(E)C50 para el grupo taxonómico más sensible del suelo es inferior a 10 mg
de suelo contaminado/g de suelo o bien si el valor de la L(E)C50 del lixiviado para el grupo
taxonómico más sensible de los organismos acuáticos es inferior a 10 ml de lixiviado/l de
agua.
20.
¿Si la concentración de una sustancia en el suelo es igual o inferior al NGR
dado en el anexo V o en el anexo VI o al calculado según el anexo VII, entonces
se puede decir que el suelo no está contaminado?
Sí. La concentración de una sustancia en el suelo igual o inferior al NGR dado o calculado
supone, por la propia definición de NGR, que es una situación de riesgo aceptable en un
suelo y para un receptor genéricos y, en consecuencia, que el suelo no está contaminado.
No obstante, si se considera prioritaria la protección de los ecosistemas, además debe
cumplirse que no exista toxicidad en los bioensayos mencionados en el anexo III.2, con
suelo o con lixiviado, en muestras no diluidas.
21.
¿Puede declararse un suelo como contaminado por superar 100 veces los 50
mg/kg de hidrocarburos totales del petróleo (TPH)?
El valor de 50 mg/kg de TPH dado en el punto 1.a) del anexo IV corresponde a un criterio
para la identificación de suelos que requieren valoración de riesgos, pero este valor no es un
NGR.
No obstante, y aunque no pueda considerarse un NGR en sentido estricto, se podría adoptar
el criterio excepcional de declarar directamente el suelo como contaminado si el valor de
TPH supera 5000 mg/kg.
Suelos contaminados
22.
¿Todos los suelos sobre los que se desarrolla una APC son suelos
contaminados?
78
Versión abril de 2007
Preguntas más frecuentes
No. Una empresa clasificada como APC que tome las medidas adecuadas para el control de
las sustancias peligrosas que maneja y gestione adecuadamente los residuos peligrosos
que produce no tiene por qué suponer ningún riesgo ambiental.
23.
¿Los criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados son
válidos únicamente para suelos en los que se ha desarrollado una actividad
potencialmente contaminante?
No. Cualquier suelo sospechoso de estar contaminado por sustancias químicas, con
absoluta independencia de cuál pueda ser el origen de esa contaminación, deberá
estudiarse atendiendo a los criterios y estándares que se dictan en el Real Decreto.
24.
¿Si una sustancia no aparece en las listas del anexo V o del anexo VI, se puede
declarar el suelo como contaminado por dicha sustancia?
Sí. La condición para declarar un suelo como contaminado es que se verifique que existe al
menos una sustancia en el suelo en concentración tal que suponga un riesgo inaceptable
para la salud humana o los ecosistemas, esté esta sustancia contenida o no de forma
expresa en los anexos V o VI.
25.
¿Se puede declarar un suelo como contaminado debido a contaminación
radiactiva o biológica?
Los criterios dados en este Real Decreto son válidos únicamente para contaminación
química debido a sustancias peligrosas.
Contaminación de las aguas subterráneas
26.
¿Los NGR dados o calculados según los criterios del Real Decreto son de
aplicación a las aguas subterráneas o superficiales?
No, son sólo de aplicación a suelos. Existe diversa normativa en la que se regulan los
valores máximos aceptables para diversas sustancias en las aguas superficiales y en las
aguas subterráneas.
27. ¿Quién debe notificar a la administración hidráulica competente que existen
evidencias o indicios de contaminación de las aguas subterráneas?
Cualquier persona física o jurídica que se vea afectada por la contaminación o que tenga
acceso a los informes complementarios o a las valoraciones de riesgos y tenga capacidad
técnica para derivar de ellos evidencias o indicios de la contaminación de las aguas
subterráneas. Evidentemente, también la Administración que disponga de tal información.
Descontaminación de suelos
28.¿El depósito en vertedero controlado construido en el emplazamiento se considera
técnica de tratamiento in situ?
No. Para que un tratamiento sea considerado de aplicación in situ el suelo debe ser tratado
en el mismo lugar en el que se encuentra sin excavación previa. Aunque el depósito se
construya en el mismo emplazamiento, el depósito en vertedero requiere de excavación
previa del suelo, por lo que no es una técnica de tratamiento in situ.
29.¿El depósito en vertedero es una de las técnicas de tratamiento a las que se da
prioridad en el Real Decreto?
79
Versión abril de 2007
Preguntas más frecuentes
No. el Real Decreto da preferencia a las técnicas de descontaminación frente a las de
contención y el depósito en vertedero se incluye en estas últimas. Sólo si por razones
justificadas de carácter técnico, económico o medioambiental no es posible la aplicación de
técnicas de descontaminación sería válida la opción de excavación y depósito en vertedero
de seguridad, cumpliendo la normativa establecida por el Real Decreto 1481/2002, de
depósito en vertedero 45 .
45
“RD 148/2001, BOE nº 25, 29.01.2002.
80
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
ANEXO A
METODOLOGÍA PARA LA DETERMINACIÓN DE
NIVELES GENÉRICOS DE REFERENCIA PARA LA
PROTECCIÓN DE LA SALUD HUMANA
81
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
Introducción
En el presente documento se presenta la metodología aplicada para la determinación de los
niveles genéricos de referencia para sustancias/grupos de sustancias en suelos. Antes de exponer
los detalles, conviene aclarar nuevamente el contexto en que éstos se plantean y el alcance que
se pretende dar a los mismos.
Como quiera que se trata de referencias establecidas sobre consideraciones de riesgo, éstas
constan de dos partes claramente diferenciadas: por un lado, la relativa al cálculo de las
dosis/concentraciones a las que están expuestos los potenciales receptores para un determinado
uso del terreno y, por otro lado, la relativa a la valoración del potencial tóxico de las sustancias
expresado en términos de una dosis de referencia. A partir del contraste de ambos es posible,
fijado un valor de riesgo aceptable, determinar la concentración en el suelo que hace que el riesgo
no exceda determinado valor límite.
En lo que sigue se plantean los elementos fundamentales de la metodología aplicada así como
una breve discusión y justificación de las decisiones adoptadas.
1. Definición de niveles de riesgo aceptable
En el caso de las sustancias con efectos sistémicos se admite que existe un rango de magnitudes
de exposición, desde cero hasta un valor umbral, que puede ser tolerado por el organismo sin que
se manifieste significativamente el efecto tóxico. Para estos elementos o compuestos es posible,
por tanto, estimar un nivel de exposición diaria, para cada ruta de exposición y generalmente
promediado a lo largo de una vida (dosis crónica), por debajo del cual se asume que no existe
riesgo para la salud humana. A esta dosis de exposición se le denomina “dosis de referencia”
(RfD, Reference Dose) o “ingesta diaria tolerable” (TDI, Tolerable Daily Intake). Para los
elementos que exhiben este tipo de comportamiento, el nivel genérico de referencia se calcula de
modo que el cociente de peligro (THQ, razón de la dosis diaria crónica de exposición a la dosis de
referencia correspondiente) sea inferior o igual a la unidad 46 :
THQ = ∑ i
Di
≤1
RfDi
Para los agentes genotóxicos cancerígenos, al contrario de lo expuesto anteriormente, se
considera que cualquier nivel de exposición lleva aparejada una probabilidad finita, por pequeña
que sea, de desarrollar una respuesta cancerígena. En este caso, la expresión de la potencia
tóxica del contaminante se realiza a través del “factor de pendiente” (SF, Slope Factor) o “potencia
de cáncer”, que indica el incremento en la probabilidad de desarrollar un cáncer, a lo largo de una
vida, por exposición crónica a una dosis unitaria del contaminante. Consecuentemente, la
probabilidad de un receptor de desarrollar un cáncer a lo largo de su vida se calcula como el
producto de la dosis diaria de exposición crónica y el factor de pendiente. Para los elementos que
exhiben este tipo de comportamiento, el nivel genérico de referencia se determina considerando
un valor de riesgo (probabilidad incremental de desarrollar un cáncer a lo largo de la vida por
exposición a una determinada sustancia) admisible de 10-5:
R = ∑ i Di × SFi ≤ 10 −5
46
U.S. EPA, 1991. Risk Assessment Guidance for Superfund. Vol I: Human Health Evaluation Manual.
82
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
Justificación
En el caso de los compuestos con efectos sistémicos existe consenso al considerar la unidad
como máximo valor aceptable para la relación antes mencionada, ya que esa condición implica
que la dosis máxima admisible sea igual a la dosis de exposición a largo plazo para la que no se
observan efectos tóxicos significativos. Aunque se justifica por sí solo, este valor ha sido adoptado
entre otras instituciones por la U.S. EPA.
Respecto al caso de los compuestos con efectos cancerígenos no existe un acuerdo unánime. Así
encontramos instituciones que establecen un valor de 10-5 (p.e. IHOBE 47 ) mientras otras fijan un
valor más conservador de 10-6. El valor adoptado toma en consideración la existencia de riesgos
debido a la existencia de otras sustancias de manera que el riesgo acumulado no exceda del
rango 10-6 - 10-4. 48
2. Corrección de las dosis exposición debido a la existencia de otras
fuentes de contaminación.
Como quiera que gran parte de las sustancias seleccionadas pueden ser consideradas como
contaminantes ubicuos a los que los receptores están expuestos por otras fuentes diferentes a la
contaminación de suelos (tráfico, alimentación,...), se hace necesario introducir una modificación
en las dosis/concentraciones que permita modular el efecto de múltiples fuentes de
contaminación. Así se hace en países de la Unión Europea tales como Alemania, Dinamarca,
Reino Unido, etc. 49
En este caso los valores genéricos establecidos para la corrección de dosis se recogen, según
grupos de sustancias, en el siguiente cuadro.
Grupos de Sustancias
% Dosis
Pesticidas
5%
Hidrocarburos aromáticos policíclicos
5%
Hidrocarburos aromáticos monocíclicos
10%
Compuestos organoclorados
20%
En cualquier caso, tales coeficientes son de tipo genérico y serían modificables para algunas
sustancias específicas en el caso de que se dispusiese de información más fidedigna o
actualizada. (En la tabla recogida en el Anexo siguiente “Datos químicos y toxicológicos
empleados para la determinación de los niveles genéricos de referencia para protección de la
salud humana” se indican los coeficientes utilizados, f).
Justificación
Se han encontrado referencias de coeficientes de corrección de aplicación general (10% en
Dinamarca, 20% en Alemania,...). En el País Vasco los valores oscilan entre el 5 y el 50%. Las
recogidas en el cuadro anterior expuesto corresponden a las propuestas por la Junta de Residuos
de la Generalitat de Cataluña por entenderse que, aún dentro de la generalidad, son los más
específicos. ( 50 )
En todo caso, debe insistirse en la idea de que si en el futuro, como consecuencia de estudios
toxicológicos en detalle, se determinase un factor de corrección más ajustado a las evidencias se
adoptará este último.
47
IHOBE
U.S. EPA, 1996. Soil Screening Guidance: Technical Background Document.
CARACAS, 1998. Risk assessment for Contaminated Sites in Europe. Vol. I. Scientific Basis.
50
U.S. EPA, 1991. Risk Assessment Guidance for Superfund. Vol. I: Human Health Evaluation Manual. Supplemental Guidance
“Standard Default Exposure Factors”
48
49
83
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
3. Usos del suelo
Los escenarios de uso del suelo para los que se plantean estos criterios son: Urbano, Industrial y
Otros usos del suelo. Para cada uno de estos usos genéricos se establecen unas vías de
exposición a la contaminación del suelo que se recoge en el cuadro que se muestra a
continuación.
USO DEL SUELO
VÍA DE EXPOSICIÓN
Inhalación de vapores del
suelo
Inhalación de partículas de
suelo contaminado
Ingestión accidental de suelo
contaminado
Contacto dérmico con el
suelo contaminado
Ingestión de alimento
contaminado
Industrial
Urbano
Otros Usos del suelo
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√
Justificación
Con relación al número de usos del suelo considerados se entiende que es suficiente para tareas
de cribado (screening). Éstos vienen a coincidir básicamente con los definidos por la U.S. EPA. En
este último caso, además, se distingue un uso recreativo del suelo que no se ha considerado de
aplicación en el caso que nos ocupa pues implicaría desarrollar criterios de calidad de aguas y tal
extremo excede el alcance de estos trabajos.
4. Parámetros de exposición
Los parámetros de exposición que se utilizarán en la definición de los niveles genéricos de
referencia se recogen en el siguiente cuadro.
PARÁMETRO
Peso medio del receptor (Kg)
Símbolo
BW
Industrial
Urbano
Otros usos
del suelo
70
15*/70
70
*
Duración de la exposición (años).
ED
25
6 /30
30
Frecuencia de exposición (días/año)
EF
250
350
350
Tiempo medio de exposición (años)
AT
25/70
6*/30/70
30/70
Ingestión de suelo (mg/día)
IRs
50
*
450
**
200
Ingestión de suelo ponderada (mg año/Kg.día)
IFp
-
114
-
Ingestión total de hortalizas (Kg/día)
IVt
-
-
0,260
Ingestión de raíces (Kg/día)
IVr
-
-
0,119
IVh
-
-
0,141
SA
-
-
0,405
Ingestión hojas/tallos (Kg/día)
2
Superficie de piel expuesta (m )
(*)
Valores exclusivamente aplicables a sustancias con efectos sistémicos para la vía ingestión de suelo en un supuesto de uso urbano del
terreno.
(**) Valores exclusivamente aplicables a sustancias con efectos carcinogénicos para la vía ingestión de suelo contaminado en un
supuesto de uso urbano del terreno.
(_) Los valores de exposición subrayados son de aplicación para el cálculo de los niveles genéricos de referencia para sustancias con
efectos sistémicos.
84
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
Justificación
En el peso medio del receptor existe coincidencia en la bibliografía consultada en asignarle un
valor de 70 Kg para los usos industrial y otros usos del suelo. Este valor corresponde al valor
promedio de una ley de probabilidad normal truncada de parámetros (72, 15.9, 24, 125). Para el
caso de ingestión de suelo contaminado en uso urbano del terreno se adopta un valor de 15 Kg
que corresponde al peor caso razonable de una ley de probabilidad normal truncada de
parámetros (15.6, 3.7, 6, 30), valor coincidente con el usado por la U.S. EPA 51 .
La duración de la exposición es dependiente del uso asignado al suelo, y existe coincidencia en
asignar valores de 30, 25 y 30 años para usos urbano, industrial y otros usos para individuos
adultos. Tales valores corresponden a los peores casos razonables de distribuciones lognormales
truncadas de parámetros (11.4, 13.7, 0, 70), ((8.3, 8.7, 0, 50) y (11.4, 13.7, 0, 70),
respectivamente. En el caso particular de la duración de la exposición para la vía ingestión de
suelo en el uso urbano del suelo, se ha adoptado un valor de 6 años para hacerlo coincidente con
los adoptados por otras instituciones (IHOBE, U.S. EPA,...).
Como valores de frecuencia de exposición se ha optado por considerar los mismos que la Agencia
de Protección del Medio Ambiente de los EE.UU., siendo los mismos 350, 250, y 350 días/año
para los usos urbano, industrial y Otros usos.
Los tiempos medios de exposición adoptados son, por convención, iguales a la duración de la
exposición para sustancias con efectos sistémicos y de 70 años para sustancias con efectos
carcinogénicos.
La tasa de ingestión de suelo adoptada para uso industrial es de 50 mg/día acorde con los valores
aceptados por la U.S. EPA. En lo referido a este parámetro para el caso de Otros usos, esta
misma institución da un valor de 100 mg/día. Este valor se considera algo bajo para el tipo de
tareas propio de una huerta en nuestro país. Teniendo en cuenta este hecho se ha adoptado un
valor más conservador de 450 mg/día citado igualmente por la U.S. EPA para trabajos de
jardinería en una circular suplementaria a la Guía de Valoración de Riesgos antes mencionada43.
Para uso urbano del suelo se adopta un valor de 200 mg/día que corresponde a la tasa de
ingestión del individuo más expuesto.
Para determinar la cantidad de contaminantes que se incorpora a los receptores mediante la
ingesta de verduras y hortalizas que eventualmente pudieran ser cultivadas en terrenos
contaminados, se han adoptado los valores de ingesta de verdura propuestos por IHOBE y
tomados de una encuesta de nutrición en el País Vasco realizada por la Consejería de Sanidad.
Se entiende que los datos recogidos en la citada encuesta se aproximan mejor a los hábitos de
alimentación del resto de España que cualquiera otros que pudieran encontrarse. Existiendo una
notable ausencia de información sobre la proporción de hortalizas ingeridas por el individuo
razonablemente expuesto que han sido cultivadas sobre el mismo terreno contaminado y que
pueden suponer una vía de exposición cierta, se asume, creemos que de manera muy
conservadora, un valor aproximado del 25%, que es el sugerido por la U.S. EPA.
Para la estimación de la dosis de contaminante absorbida por contacto dérmico para Otros usos
del suelo, se adopta el valor máximo de superficie de piel expuesta correspondiente a un adulto de
4050 cm2, recogido en el documento de IHOBE citado anteriormente.
5. Expresiones para el cálculo de los niveles genéricos de referencia en
suelos
Para la definición de los NGR se determina la exposición/concentración para cada una de las vías
consideradas en cada uso, se fija un valor de riesgo total admitido para la suma de exposiciones y
se calcula la concentración en suelo que satisface las condiciones antedichas.
51
CONCAWE, 1997. European oil industry guideline for risk-based assessment of contaminated sites.
85
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
La determinación de la exposición se verifica mediante la siguiente expresión genérica propuesta
por U.S. EPA:
D=C×
CR × EF × ED 1
×
BW
AT
Donde,
D: dosis recibida (mg/Kg.día)
C: concentración en el medio de exposición (mg/Kg)
CR: tasa de contacto con el medio de exposición
EF: frecuencia de exposición (días/año)
ED: duración de la exposición (años)
BW: Peso corporal del individuo expuesto (Kg)
AT: Tiempo medio de exposición (años).
En los epígrafes que siguen se particulariza esta expresión para cada una de las vías de
exposición relevantes.
5.1 Ingestión de suelo
5.1.1. Uso Urbano
a) Sustancias cancerígenas
C (mg / kg ) =
TR × AT × 365d / año
SFo × 10 −6 kg / mg × EF × IFp
Donde TR es el nivel de riesgo admitido (adimensional) y SFo el valor toxicológico de referencia
para compuestos cancerígenos por vía oral.
b) Sustancias con efectos sistémicos
C (mg / kg ) =
THQ × BW × AT × 365d / año
1 RfDo × 10 −6 kg / mg × EF × ED × IR s
Donde THQ es el valor de riesgo admitido y RfDo es el valor toxicológico de referencia para
sustancias sistémicas por vía oral.
5.1.2. Uso Industrial y Otros usos del suelo
a) Sustancias cancerígenas
C (mg / kg ) =
TR × AT × BW × 365d / año
SFo × 10 −6 kg / mg × EF × ED × IRs
86
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
b) Sustancias con efectos sistémicos
C (mg / kg ) =
THQ × BW × AT × 365d / yr
1 RfDo × 10 −6 kg / mg × EF × ED × IR s
5.2 Inhalación de vapores (todos los usos)
a) Sustancias cancerígenas
C (mg / kg ) =
TR × AT × 365d / año
⎡ 1 ⎤
URF × 1000 μg / mg × EF × ED × ⎢ ⎥
⎣VF ⎦
Donde URF es el valor toxicológico de referencia para compuestos cancerígenos por vía oral y VF
es un factor de volatilización que relaciona la concentración de contaminante en el suelo con la
que incorpora el receptor por vía inhalatoria. VF se determina para cada compuesto de acuerdo
con la expresión:
VF (m 3 / kg ) = Q C ×
3.14 × D A × T
(2 × ρ B × D A )
× 10 − 4 (m 2 / cm 2 )
Donde Q/C es el valor inverso de la concentración en el centro de una fuente de emisión de
contaminantes de geometría cuadrada y una superficie de 1/2 acre, que por defecto se toma como
68,8 ((g/m2)/(Kg/m3)); T es el intervalo de exposición, 9,5 108 s; ρB es la densidad bruta del suelo,
1,5 g/cm3 por defecto; y DA es la difusividad de la sustancia en el suelo que se determina a partir
de la siguiente expresión:
DA =
[(θ
Di H ´+θ W10 3 DW ) n 2
ϕ b K d + θW + θ a H´
10 3
a
]
donde H es la constante de la ley de Henry; Kd es el coeficiente de reparto suelo-agua (cm3/g); θa
es el contenido volumétrico de aire en el suelo, 0,28 por defecto; θw es el contenido volumétrico
de agua en el suelo, por defecto 0,15; n es la porosidad total del suelo, 0,43 por defecto; y Di y Dw
son las difusividades de las sustancias en aire y agua respectivamente.
b) Sustancias con efectos sistémicos
C (mg / kg ) =
THQ × AT × 365d / año
⎛ 1
1 ⎞
⎟⎟
EF × ED × ⎜⎜
+
⎝ RfC VF ⎠
Donde RfC es el valor toxicológico de referencia para sustancias con efectos sistémicos para vía
inhalatoria.
87
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
5.3 Inhalación de partículas (todos los usos)
a) Sustancias cancerígenas
C ( mg / kg ) =
TR × AT × 365d / yr
⎡ 1 ⎤
URF × 1000μg / mg × EF × ED × ⎢
⎣ PEF ⎥⎦
Donde PEF es un factor de emisión de partícula desde el suelo que, por defecto, se asume que es
1,32 109 m3/Kg.
b) Sustancias con efectos sistémicos
C ( mg / Kg ) =
THQ × AT × 365d / yr
⎛ 1
1 ⎞
EF × ED × ⎜⎜
+
⎟⎟
⎝ RfC PEF ⎠
5.4 Ingestión de alimento contaminado (Otros usos del suelo)
Para valorar la concentración máxima aceptable en el suelo para esta vía se determina el
coeficiente de reparto suelo-planta mediante la expresión:
⎡
⎤
ρb
K s − p = ( BCFhoja × f hoja + BCFraíz × f raíz ) × ⎢
⎥
⎣θ w + K d × ρ b + H ′ × θ a ⎦
Expresión permite ligar la concentración en el suelo con la existente en la planta. Para su
determinación se asume que existe la misma proporción de raíz y hojas (fhoja = fraíz= 0,5) y se
determina el factor de bioconcentración de acuerdo con las siguientes expresiones:
BCF hoja = (10
( 0.95×log K ow − 2.05 )
+ 0.82) × 0.784 × 10
( −0.434×
(log K ow −1.78 ) 2
)
2.44
BCFraíz = 10 ( 0.77×log K ow −1.52 ) + 0.82
Donde log Kow es coeficiente de reparto octanol-agua.
Alternativamente se podrían utilizar otros modelos de incorporación de contaminantes desde el
suelo hacia las plantas.
a) Sustancias cancerígenas
Cmg / Kg =
TR × BW × AT × 365días / año × SFo
10 Kg / mg × IVt × 0.3 × Kp − s × EF × ED
−6
88
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
b) Sustancias con efectos sistémicos
THQ × BW × AT × 365días / año
C mg / Kg =
(
1
) × 10 −6 Kg / mg × IVt × 0.3 × Kp − s × EF × ED
RfDo
5.5 Contacto dérmico
a) Sustancias cancerígenas
C (mg / kg ) =
TR × AT × BW
SFo × 10 kg / mg × SL × ABS × EF × ED × SA
−6
Donde SL es un factor de adherencia de suelo a la piel que, por defecto, se toma un valor de 1
mg/cm2día (V); ABS es un factor de absorción a través de la piel que toma un valor por defecto de
0.1 (V); SA es la superficie de piel expuesta expresada en cm2. Obsérvese que en esta expresión
el tiempo medio de exposición (AT) se expresa en días y no en años como en el resto.
b) Sustancias con efectos sistémicos
C (mg / kg ) =
THQ × BW × AT
1 RfDo × 10 kg / mg × SL × ABS × EF × ED × SA
−6
Justificación
Todas las expresiones que se han presentado en este epígrafe, a excepción de las
correspondientes a la ingestión de alimento contaminado, han sido tomadas de la Guía para la
derivación de niveles de referencia en suelos de la U.S. EPA ya referenciada41. Originalmente la
vía de contacto dérmico no fue considerada por la U.S EPA sino con posterioridad a la Guía
original. Para esta vía se han empleado las ecuaciones propuestas por este mismo organismo en
un documento posterior 52 .
Respecto a la vía de ingestión de alimento contaminado se han adaptado las expresiones de la
vía ingestión de suelo determinándose los coeficientes de reparto suelo-planta del modo ya
indicado.
6. Cálculo de los Niveles Genéricos de Referencia
Una vez expuesto el escenario de partida, el nivel de riesgo aceptable y las características de
exposición que definen el individuo razonablemente más expuesto, se ha procedido a recopilar
información tanto de naturaleza química como de efectos para la salud de las personas. Las
fuentes de información usadas están sintéticamente recogidas en el Technical Background
Document anteriormente mencionado41. Los datos correspondientes a las sustancias de interés se
recogen en el anexo posterior. A partir de estos datos y de las expresiones de cálculo recogidas
en el epígrafe 5 de este documento se ha calculado el NGR para los tres usos de suelo
propuestos (epígrafe 2) y según el nivel de riesgo admitido (epígrafe 1). Entonces:
52
U.S. EPA, 1992. Dermal Exposure Assessment: Principles and applications. Interim Report.
89
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
a) Sustancias cancerígenas:
La condición de cálculo es determinar la concentración en el suelo que hace que el riesgo
agregado por todas las vías de exposición no supere el nivel de riesgo admisible. Es decir:
R = ∑ Di × SFi ≤ 10 −5
donde R es el nivel de riesgo máximo admitido para sustancias con efectos cancerígenos
(10-5) y SFi el valor toxicológico de referencia para la vía i de la sustancia con efectos
cancerígenos. Considerando las 5 vías de exposición, tendrá que verificarse:
[
]
R = C(mg / kg) × (Exping × SFo) + (Expiv × SFi ) + (Expip × SFi) + (Expia × SFo) + (Expd × SFd ) ≤ 10−5 (2)
Siendo SFo, SFi y SFd los factores de pendiente para las vías oral, inhalatoria y dérmica,
respectivamente, y donde Exping, Expiv, Expip, Expia y Expd se hallarían mediante las
siguientes expresiones promediando a lo largo de toda la vida:
Exp ing =
IRs × EF × ED
BW × AT
IRa
Expiv =
IRa
Expip =
Expia =
× EF × ED
VF
BW × AT
× EF × ED
PEF
BW × AT
(( IRv × BCFv ) + ( IRl × BCFl ) + ( IR f × BCFf ) + ( IR p × BCFp )) ×
BW × AT
Exp d =
SL × ABS × SA × ED × EF
BW × AT
a) Sustancias con efectos sistémicos:
La condición de cálculo es determinar la concentración en el suelo que hace que el riesgo
agregado por todas las vías de exposición no supere el nivel de riesgo admisible. Es decir:
THQ = ∑
Di
≤1
RfDi
donde THQ es el cociente de peligro máximo admitido para sustancias con efectos no
cancerígenos; Di la dosis de contaminante recibida a través de la vía i y donde para cada
una de las vías Di= C (mg/Kg) x Expi, y RfDi el valor toxicológico de referencia.
Considerando las 5 vías de exposición, tendrá que verificarse:
[(
) (
) (
) (
) (
)]
THQ = C (mg / kg ) × Exping / RfDo + Expiv / RfDi + Expip / RfDi + Expia / RfDo + Expd / RfDd ≤ 1
(1)
90
Versión abril de 2007
Anexo A: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de la salud humana
Siendo RfDo, RfDi y RfDd las dosis de referencia para las vías oral, inhalatoria y dérmica
respectivamente, y donde Exping, Expiv, Expip, Expia y Expd se hallarían mediante las
expresiones anteriores, aunque en el caso de las sustancia con efectos sistémicos se
aplicarían para el tiempo medio de exposición asignado según cada uno de los usos.
Los NGR así obtenidos son posteriormente refinados de acuerdo a los siguientes criterios:
•
Para aquellos casos en que una sustancia presente simultáneamente efectos sistémicos y
cancerígenos, se calcula la máxima concentración C (mg/kg) que verifica cada una de las
desigualdades (1) y (2), y entre ellos te seleccionará el valor inferior por ser el que verifica
ambas condiciones.
•
Posteriormente, los niveles así obtenidos son contrastados con la concentración de
saturación de la sustancia en un suelo estándar que fija el máximo nivel de concentración
de la sustancia que un suelo es capaz de albergar antes de que aparezcan fases libres de
ésta. En aquellos casos en que el nivel genérico es superior a este valor, la concentración
final pasa a ser la de saturación.
•
Los niveles obtenidos tras el paso anterior son comparados con los límites de detección
(LDM) para cada grupo de sustancias facilitados por laboratorios de análisis químicos
homologados. En aquellos casos en que el nivel de referencia de una sustancia se sitúa
por debajo de su LDM, el primero es sustituido por éste. Genéricamente se establece un
límite inferior de detección de 0,01 mg/Kg.
•
Por último se ha procedido al redondeo de los niveles con los siguientes criterios:
a
En aquellos casos en que el nivel de referencia tiene valores inferiores a la
unidad (mg/Kg), se tomará la primera cifra significativa redondeando al alza
si el siguiente decimal está comprendido en el intervalo [6-9] y manteniendo
su valor si la siguiente cifra pertenece al intervalo [0-5].
b
Para valores comprendidos en el intervalo 1-10 mg/Kg se mantendrá el
valor entero suprimiendo los decimales de acuerdo a la regla antes dicha.
c
Para valores superiores a 10 mg/Kg, tras redondear el número entero como
en casos anteriores, se seleccionará el múltiplo de 5 más próximo a dicho
valor.
•
Para el caso particular del cálculo de los NGR para metales y otros elementos traza, los
valores así obtenidos se comparan con los valores de referencia establecidos a partir de
los niveles de fondo o niveles naturales correspondientes. Si para algún elemento el nivel
obtenido para un determinado uso es inferior al valor de referencia, se adopta este último
valor como NGR para dicho uso.
•
Una vez redondeados los niveles se aplicará un criterio de contigüidad, de suerte que la
diferencia de niveles para un uso del suelo y el correspondiente al inmediatamente más
sensible no debe exceder más de un orden de magnitud (10 veces). De ser así, éste
pasará a ser el correspondiente al del más sensible multiplicado por un factor de 10. De
este modo la diferencia entre el uso más y menos sensible no será superior a dos órdenes
de magnitud.
•
Finalmente se aplicará un criterio de reducción de manera que todos aquellos niveles que
excedan el valor 100 mg/Kg , sin tener en cuenta el uso del suelo, pasarán a ser iguales a
esta cantidad, independientemente de las consideraciones de riesgo.
91
Versión abril de 2007
Anexo B: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de la salud humana
ANEXO B
DATOS QUÍMICOS Y TOXICOLÓGICOS DE LAS
SUSTANCIAS INCLUIDAS EN EL ANEXO V
EMPLEADOS PARA LA DETERMINACIÓN DE LOS
NIVELES GENÉRICOS DE REFERENCIA PARA
PROTECCIÓN DE LA SALUD HUMANA
92
Versión abril de 2007
Anexo B: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de la salud humana
SUSTANCIA
CASRN
Koc (estimada) Koc (calculada)
2
2
H
Log Kow
Di,a (cm /s)
Di,w (cm /s)
1,1 Dicloroetano
75-34-3
5,34E+01
3,16E+01
2,30E-01
1,79
7,42E-2
1,05E-5
1,1- Dicloroetileno
75-35-4
5,89E+01
6,50E+01
1,07E+00
2,13
9,00E-2
1,04E-5
1,1,2,2- Tetracloroetano
79-34-5
9,33E+01
7,90E+01
1,41E-02
2,39
7,10E-2
7,90E-6
1,1,2-Tricloroetano
79-00-5
5,01E+01
7,50E+01
3,74E-02
2,05
7,80E-2
8,80E-6
1,2 Dicloroetano
107-06-2
1,74E+01
3,80E+01
4,01E-02
1,47
1,04E-1
9,90E-6
1,2- Diclorobenceno
95-50-1
6,17E+02
3,79E+02
7,79E-02
3,43
6,90E-2
7,90E-6
1,2,4Triclorobenceno
120-82-1
1,78E+03
1,66E+03
5,82E-02
4,01
3,00E-2
8,23E-6
1,2-Dicloropropano
78-87-5
4,37E+01
4,70E+01
1,15E-01
1,97
7,82E-2
8,73E-6
1,3-Dicloropropeno
542-75-6
4,57E+01
2,71E+01
7,26E-01
2,00
6,26E-2
1,00E-5
1,4 Diclorobenceno
106-46-7
6,17E+02
6,16E+02
9,96E-02
3,42
6,90E-2
7,90E-6
2- Clorofenol
95-57-8
3,88E+02
1,60E-02
2,15
5,01E-2
9,46E-6
2,4,5- Triclorofenol
95-95-4
1,60E+03
1,78E-04
3,90
2,91E-2
7,03E-6
2,4,6- Triclorofenol
88-06-2
1,04E+03
3,19E-04
3,70
3,18E-2
6,25E-6
2,4-Diclorofenol
120-83-2
1,59E+02
1,30E-04
3,08
3,46E-2
8,77E-6
Acenafteno
83-32-9
7,08E+03
6,36E-03
3,92
4,21E-2
6,69E-6
Acetona
67-64-1
5,75E-01
1,59E-03
-0.24
1,24E-1
1,14E-5
Aldrín
309-00-2
2,45E+06
4,87E+04
6,97E-03
6,50
1,32E-2
4,86E-6
Alfa HCH
319-84-6
1,23E+03
1,76E+03
4,35E-04
3,80
1,42E-2
7,34E-6
Antraceno
120-12-7
2,95E+04
2,35E+04
2,67E-03
4,55
3,24E-2
7,74E-6
Benceno
71-43-2
5,89E+01
6,17E+01
2,28E-01
2,13
8,80E-2
9,80E-6
Benzo(a)antraceno
56-55-3
3,98E+05
3,58E+05
1,37E-04
5,70
5,10E-2
9,00E-6
Benzo(a)pireno
50-32-8
1,02E+06
9,69E+05
4,63E-05
6,11
4,30E-2
9,00E-6
Benzo(b)fluoranteno
205-99-2
1,23E+06
4,55E-03
6,20
2,26E-2
5,56E-6
Benzo(k)fluoranteno
207-08-9
1,23E+06
3,40E-05
6,20
2,26E-2
5,56E-6
Beta HCH
319-85-7
1,26E+03
2,14E+03
3,05E-05
3,81
1,42E-2
7,34E-6
Clordano
57-74-9
1,20E+05
5,13E+04
1,99E-03
6,32
1,18E-2
4,37E-6
Clorobenceno
108-90-7
2,19E+02
2,24E+02
1,52E-01
2,86
7,30E-2
8,70E-6
Cloroformo
67-66-3
3,98E+01
5,25E+01
1,50E-01
1,92
1,04E-1
1,00E-5
Cloruro de Vinilo
75-01-4
1,86E+01
1,11E+00
1,50
1,06E-1
1,23E-6
Cresol
95-48-7
9,12E+01
4,92E-05
1,99
7,40E-2
8,30E-6
Criseno
218-01-9
3,98E+05
3,88E-03
5,70
2,48E-2
6,21E-6
Dibenzo(a,h) antraceno
53-70-3
3,80E+06
1,79E+06
6,03E-07
6,69
2,02E-2
5,18E-6
Cloruro de metileno
75-09-2
1,17E+01
1,00E+01
8,98E-02
1,25
1,01E-1
1,17E-5
Dieldrin
60-57-1
2,14E+04
2,55E+04
6,19E-04
5,37
1,25E-2
4,74E-6
Endosulfan
515-29-7
2,14E+03
2,04E+03
4,59E-04
4,10
1,15E-2
4,55E-6
Endrin
72-20-8
1,23E+04
1,08E+04
3,08E-04
5,06
1,25E-2
4,74E-6
Estireno
100-42-5
7,76E+02
9,12E+02
1,13E-01
2,94
7,10E-2
8,00E-6
Etilbenceno
100-41-4
3,63E+02
2,04E+02
3,23E-01
3,14
7,50E-2
7,80E-6
Fenol
108-95-2
2,88E+01
1,63E-05
1,48
8,20E-2
9,10E-6
Fluoranteno
206-44-0
1,07E+05
6,60E-04
5,12
3,02E-2
6,35E-6
4,90E+03
4,91E+04
93
Versión abril de 2007
Anexo B: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de la salud humana
SUSTANCIA
CASRN
Koc (estimada) Koc (calculada)
2
2
H
Log Kow
Di,a (cm /s)
Di,w (cm /s)
Fluoreno
86-73-7
1,38E+04
7,71E+03
2,61E-03
4,21
6,63E-2
7,88E-6
Gamma HCH (Lindano)
58-89-9
1,07E+03
1,35E+03
5,74E-04
3,73
1,42E-2
7,34E-6
Heptacloro epóxido
1024-57-3
8,32E+04
3,90E-04
5,00
1,32E-2
4,23E-6
Hexaclorobenceno
118-74-1
5,50E+04
5,41E-02
5,89
5,42E-2
5,91E-6
Hexaclorobutadieno
87-68-3
5,37E+04
3,34E-01
4,81
5,61E-2
6,16E-6
Hexacloroetano
67--72-1
1,78E+03
1,59E-01
4,00
2,50E-3
6,80E-6
Indeno(1,2,3-cd)pireno
193-39-5
3,47E+06
6,56E-05
6,65
1,90E-2
5,66E-6
Naftaleno
91-20-3
2,00E+03
1,19E+03
1,98E-02
3,36
5,90E-2
7,50E-6
Xileno
95-47-6
3,89E+02
3,11E+02
3,14E-01
3,17
7,60E-2
8,44E-6
p-cloroanilina
106-47-8
6,61E+01
1,36E-05
1,85
4,83E-2
1,01E-5
Pentaclorofenol
87-86-5
5,92E+02
1,00E-06
5,09
5,60E-2
6,10E-6
Pireno
129-00-0
1,05E+05
6,80E+04
4,51E-04
5,11
2,72E-2
7,24E-6
p,p’- Diclorodifenil-dicloroetano (DDD)
72-54-8
1,00E+06
4,58E+04
1,64E-04
6,10
1,69E-2
4,76E-6
p,p’- Diclorodifenil-dicloroetileno (DDE)
72-55-9
4,47E+06
8,64E+04
8,61E-04
6,76
1,44E-2
5,87E-6
p,p’- Diclorodifenil-tricloroetano (DDT)
50-29-3
2,63E+06
6,78E+05
3,34E-04
6,53
1,37E-2
4,95E-6
Tetracloroetileno
127-18-4
1,55E+02
2,65E+02
7,54E-01
2,67
7,20E-2
8,20E-6
Tetracloruro de carbono
56-23-5
1,74E+02
1,52E+02
1,25E+00
2,73
7,80E-2
8,80E-6
Tolueno
108-88-3
1,82E+02
1,40E+02
2,72E-01
2,75
8,70E-2
8,60E-6
Tricloroetileno
79-01-6
1,66E+02
9,43E+01
4,22E-01
2,71
7,90E-2
9,10E-6
1336-36-3
5.70E+2
5,80E-4
5,1
2,70E-2
7,20E-6
PCB
8,00E+04
94
Versión abril de 2007
Anexo B: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de la salud humana
SUSTANCIA
Sistémicos
CASRN
f
1,1 Dicloroetano
75-34-3
0,2
1,1- Dicloroetileno
75-35-4
1,1,2,2- Tetracloroetano
79-34-5
1,1,2-Tricloroetano
79-00-5
1,2 Dicloroetano
107-06-2
1,2- Diclorobenceno
95-50-1
0,2
9,00E-02
2,00E-01
1,2,4Triclorobenceno
120-82-1
0.2
1,00E-02
2,00E-01
1,2-Dicloropropano
78-87-5
1,14E-03
1,3-Dicloropropeno
42-75-6
1,4 Diclorobenceno
106-46-7
2- Clorofenol
95-57-8
2,4,5- Triclorofenol
95-95-4
2,4,6- Triclorofenol
88-06-2
2,4-Diclorofenol
120-83-2
0,2
3,00E-03
1,05E-02
Acenafteno
83-32-9
0,05
6,00E-02
2,10E-01
Acetona
67-64-1
0,05
1,00E-01
3,50E-01
Aldrín
309-00-2
0,05
3,00E-05
1,05E-04
Alfa HCH
319-84-6
0,05
Antraceno
120-12-7
Benceno
Rfd (mg/kg-d)
Rfc (mg/m3)
1,00E-01
5,00E-01
9,00E-03
3,50E-02
Carcinogénicos
Sfo (mg/kg-d)-1
Sfi (mg/m3)-1
6,00E-01
5,00E-05
2,00E-01
5,80E-05
5,70E-02
1,60E-05
9,10E-02
2,60E-05
4,00E-03
6,80E-02
1,94E-05
3,00E-04
2,00E-02
1,80E-01
3,70E-05
0,2
2,29E-01
8,00E-01
2,40E-02
6,84E-06
0,2
5,00E-03
1,80E-02
1,00E-01
3,50E-01
1,10E-02
3,10E-06
1,70E+01
4,90E-03
6,30E+00
1,80E-03
71-43-2
2,90E-02
8,30E-06
Benzo(a)antraceno
56-55-3
7,30E-01
2,08E-04
Benzo(a)pireno
50-32-8
7,30E+00
2,08E-03
Benzo(b)fluoranteno
205-99-2
7,30E-01
2,08E-04
Benzo(k)fluoranteno
207-08-9
7,30E-02
2,08E-05
Beta HCH
319-85-7
1,80E+00
5,30E-04
Clordano
57-74-9
0,05
6,00E-05
2,10E-04
1,30E+00
3,70E-04
Clorobenceno
108-90-7
0,2
2,00E-02
2,00E-02
Cloroformo
67-66-3
1,00E-02
3,50E-02
6,10E-03
2,30E-05
Cloruro de Vinilo
75-01-4
1,90E+00
8,40E-05
Cresol
95-48-7
Criseno
218-01-9
7,30E-03
2,10E-06
Dibenzo(a,h) antraceno
53-70-3
7,30E+00
2,10E-03
Cloruro de metileno
75-09-2
Dieldrin
60-57-1
Endosulfan
115-29-7
Endrin
72-20-8
Estireno
100-42-5
Etilbenceno
100-41-4
Fenol
4,00E-03
3,00E-01
0,2
5,00E-02
1,40E-02
1,05E+00
1,75E-01
6,00E-02
3,00E+00
7,50E-03
4,70E-07
5,00E-05
1,75E-04
1,60E+01
4,60E-03
6,00E-03
2,10E-02
3,00E-04
1,05E-03
2,00E-01
1,00E+00
0,05
1,00E-01
1,00E+00
108-95-2
0,1
6,00E-01
2,10E+00
Fluoranteno
206-44-0
0,05
4,00E-02
1,40E-01
Fluoreno
86-73-7
0,05
4,00E-02
1,40E-01
0,05
0,05
95
Versión abril de 2007
Anexo B: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de la salud humana
SUSTANCIA
Gamma HCH (Lindano)
CASRN
f
58-89-9
Carcinogénicos
Rfd (mg/kg-d)
Rfc (mg/m3)
Sfo (mg/kg-d)-1
Sfi (mg/m3)-1
3,00E-04
1,05E-03
1,30E+00
3,71E-04
1,30E-05
4,55E-05
9,10E+00
2,60E-03
8,00E-04
2,80E-03
1,60E+00
4,60E-04
Heptacloro epóxido
1024-57-3
Hexaclorobenceno
118-74-1
Hexaclorobutadieno
87-68-3
0,2
2,00E-04
7,00E-04
7,80E-02
2,20E-05
Hexacloroetano
67--72-1
0,2
1,00E-03
3,50E-03
1,40E-02
4,00E-06
Indeno(1,2,3-cd)pireno
193-39-5
7,30E-01
2,08E-04
Naftaleno
91-20-3
0,05
Xileno
95-47-6
0,05
2,00E+00
7,00E+00
p-cloroanilina
106-47-8
0,2
Pentaclorofenol
87-86-5
3,00E-02
1,05E-01
Pireno
129-00-0
p,p’- Diclorodifenil-dicloroetano (DDD)
72-54-8
2,40E-01
6,90E-05
p,p’- Diclorodifenil-dicloroetileno (DDE)
72-55-9
3,40E-01
9,70E-05
p,p’- Diclorodifenil-tricloroetano (DDT)
50-29-3
5,00E-04
1,75E-03
3,40E-01
9,70E-05
Tetracloroetileno
127-18-4
1,00E-02
3,50E-02
5,20E-02
5,80E-07
Tetracloruro de carbono
56-23-5
0,2
7,00E-04
2,45E-03
1,30E-01
1,50E-05
Tolueno
108-88-3
0.05
2,00E-01
4,00E-01
Tricloroetileno
79-01-6
1,10E-02
1,70E-06
PCB
1336-36-3
0,05
Sistémicos
0,05
0,2
4,00E-02
1,40E-01
4,00E-03
1,40E-02
1,20E-01
3,40E-05
3,00E-02
1,05E-01
5,30E-6
1,86E-5
96
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
ANEXO C
METODOLOGÍA PARA LA DETERMINACIÓN DE
NIVELES GENÉRICOS DE REFERENCIA PARA LA
PROTECCIÓN DE ECOSISTEMAS
98
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
Introducción
La determinación de los Niveles Genéricos de Referencia (NGR) para la protección de los
ecosistemas se basa fundamentalmente en los criterios recogidos en el documento: Technical
Guidance Document (TGD) 53 .
Los niveles genéricos de referencia para los objetivos de protección seleccionados (organismos
del suelo, organismos acuáticos y vertebrados terrestres) se determinan siguiendo la metodología
del análisis de riesgos. Se calculan a partir de la PNEC (Predicted No Effect Concentration), que
es la concentración por debajo de la cual no es esperable que ocurra un efecto inaceptable, y de
la concentración de exposición para los receptores potencialmente afectados. Los niveles
genéricos de referencia se calculan admitiendo como riesgo aceptable aquel en que el cociente
entre la concentración de exposición y la concentración de no efecto representada por la PNEC es
menor de la unidad.
Los pasos a seguir para la determinación de los niveles genéricos de referencia para una
sustancia dada serían:
1. Determinación de la toxicidad de la sustancia para los organismos receptores
seleccionados
2. Estandarización de los datos de toxicidad
3. Obtención de la concentración estimada de sustancia que no produce efecto (PNEC)
4. Cálculo de los niveles genéricos de referencia atendiendo a la concentración de
exposición y la PNEC.
1. Determinación de la toxicidad de la sustancia para los organismos
receptores seleccionados
A diferencia de la toxicología humana, en ecotoxicología no es posible realizar ensayos de
toxicidad sobre todas las especies que pueden verse afectadas por la contaminación. Los ensayos
se realizan sobre especies representativas, seleccionadas de forma que incluyan varios grupos
taxonómicos, diferentes características filogenéticas, diferentes pautas de alimentación y
diferentes vías de exposición.
De esta forma se seleccionaron los siguientes organismos para cada compartimiento:
•
Organismos del suelo:
Se distinguen los siguientes niveles tróficos: plantas como productores primarios,
invertebrados terrestres como consumidores y microorganismos como descomponedores.
•
Organismos acuáticos:
Se distinguen tres niveles tróficos: algas como productores primarios, Daphnias como
consumidores primarios y peces como consumidores secundarios.
•
Vertebrados terrestres:
Se consideran dos grupos taxonómicos: mamíferos y aves.
Los datos de toxicidad de la sustancia considerada para las especies individuales pertenecientes
a los grupos taxonómicos seleccionados se pueden obtener a partir de estudios publicados en la
literatura, previamente revisados, o bien mediante ensayos de laboratorio realizados siguiendo
53 Technical Guidance Document in support of Commission Directive 93/67/EEC on Risk Assessment for new notified substances, Commission Regulation (EC) No
1488/94 on Risk Assessment for existing substances and Directive 98/8/EC of the European Parliament and of the Council concerning the placing of biocidal products
on the market. 2003. European Chemical Bureau. Ispra, Italy.
99
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
métodos estandarizados. Los valores de toxicidad considerados serán aquellos en los cuales el
punto final corresponda a letalidad, crecimiento o reproducción, dando prioridad a los datos de
toxicidad crónica frente a los datos de toxicidad aguda, ya que la exposición al suelo se realiza de
forma continuada. Para la evaluación de la toxicidad de una sustancia para los vertebrados
terrestres sólo son relevantes los datos de toxicidad debidos a la ingesta por la cadena alimenticia.
Se utilizarán preferentemente datos procedentes de ensayos de laboratorio ya que, en general, los
datos de campo están sujetos a una mayor variabilidad.
Para la determinación de los niveles genéricos de referencia se considerarán únicamente los
siguientes datos:
•
NOEC (Non Observed Effect Concentration) Concentración más alta para la cual no se
observa ningún efecto.
•
CL50 (Concentración Letal 50 %) Concentración de sustancia que causa la muerte de un
50% de los individuos.
•
CE50 (Concentración de Efecto 50%) Concentración de sustancia que causa un efecto
tóxico en el 50% de los individuos.
2. Estandarización de los datos
2.1. Datos de toxicidad para los organismos del suelo
La toxicidad de una sustancia para los organismos del suelo depende de su biodisponibilidad, que
está fuertemente influenciada por las propiedades físicas y químicas del suelo. Por ello, los datos
de toxicidad se normalizan respecto a las características de un suelo estándar de forma que estos
datos se puedan utilizar para cualquier tipo de suelo. En el caso de sustancias orgánicas neutras,
el factor del suelo que más afecta a la biodisponibilidad de una sustancia es el contenido en
materia orgánica, como lo demuestran diferentes estudios en la literatura 54 . Por tanto, es posible
relacionar la toxicidad de una sustancia para los organismos del suelo en dos suelos diferentes
atendiendo a su contenido en materia orgánica y en consecuencia, los datos de toxicidad
obtenidos en un suelo experimental se deben referir a un suelo estándar según la siguiente
ecuación:
NOEC o L(E)C50 estándar = NOEC o L(E)C50 experimental. Fom suelo estándar / Fom suelo experimental
NOEC o L(E)C50 estándar
NOEC o L(E)C50 en suelo estándar
mg kg-1
NOEC o L(E)C50 experimental
NOEC o L(E)C50 en suelo experimental
mg kg-1
Fom suelo estándar
Fracción de materia orgánica en suelo estándar
kg kg-1
Fom suelo experimental
Fracción de materia orgánica en suelo experimental
kg kg-1
La fracción de materia orgánica para un suelo estándar (Fom suelo estándar) se asume igual a 0,034
kg kg-1, equivalente a un contenido en carbono orgánico del suelo de 0.02 kg C orgánico kg-1
suelo.
54
Van Gestel, CAM; Ma, WC (1988) Toxicity and bioaccumulation of chlorophenols in earthworms, in relation to bioavailability in soil.
Ecotox. Envirom. Safety 15: 289-297.
Van Gestel, CAM; Ma, WC (1990) An approach to quantitative structure-activity relationships (QSARs) in terrestrial ecotoxicology:
earthworm toxicity studies. Chemosphere, 21(8): 1023-1033.
Van Gestel, CAM; Ma, WC; Smith, CE (1991) Development of QSAR´s in terrestrial ecotoxicology: earthworm toxicity and soil sorption
of chlorophenol, chlorobenzenes and dichloroaniline. Sci. Total Environ. 109/110, 589 – 604.
100
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
2.2. Datos de toxicidad para los vertebrados terrestres
La evaluación de la toxicidad de una sustancia para los vertebrados terrestres se basa en datos
obtenidos a través de la ingesta del contaminante por la cadena alimenticia. Estos datos pueden
venir expresados como la concentración de sustancia en el alimento (mg kg-1) o bien como dosis
(mg kg-1 peso corporal /día). En este último caso, los datos deben ser convertidos a concentración
en alimento (mg kg-1). Para efectuar esta conversión es necesario conocer el peso corporal y la
ingesta diaria durante el ensayo. Si no se dispone de esta información, se pueden obtener los
datos de concentración en alimento multiplicando la dosis por los factores de conversión que se
muestran en la Tabla 1.
Canis domesticus
Factor de
conversión
40
Macaca sp.
20
Microtus sp.
8.3
Mus musculus
8.3
Oryctolagus cccuniculus
33.3
Rattus norvegicus (> 6 semanas)
20
Rattus norvegicus (< 6 semanas)
10
ESPECIE
Tabla 1. Factores de conversión para las distintas especies, utilizados para
obtener la concentración equivalente en alimento a partir de la dosis administrada
3. Obtención de la concentración estimada de la sustancia que no
produce efecto (PNEC). Aplicación de los factores de seguridad a
los datos de toxicidad
Los ensayos de toxicidad se realizan con especies individuales y, en consecuencia, es necesario
hacer una extrapolación desde los datos de toxicidad de estas especies a los efectos sobre los
ecosistemas. Para extrapolar los datos obtenidos en laboratorio para una especie al
compartimento medioambiental es necesario usar unos factores de seguridad. Estos factores
corrigen las incertidumbres debidas a variaciones intra e interespecies, extrapolaciones de
ensayos agudos a crónicos, y de ensayos en laboratorio a comportamiento en campo. Estos
factores de seguridad se han aplicado previamente al ensayo de nuevas sustancias, 55 al análisis
de riesgo de pesticidas para organismos acuáticos y terrestres 56 y en el desarrollo de los niveles
de dosis para la salud humana 57 .
De esta forma la PNEC para cada objetivo de protección se calcula según la siguiente fórmula:
PNEC = toxicidad de la especie más sensible / factor de seguridad
55
Nabholz, JV (1991) Environmental hazard and risk assessment under the United States Toxic Substances Control. Act. Science Total
Environ. 109/110: 649-665
56
Urban, DJ; Cook, JN (1986) Ecological risk assessment. Hazard evaluation Division standard procedure. Washington DC: Office of
Pesticide Programs. U.S. Environmental Protection Agency. EPA-54019-83-001.
57
U.S. Environmental Protection Agency (1995) The use of the benchmark dose approach in health risk assessment. Washington DC:
Risk Assessment Forum, U.S. Environmental Protection Agency. EPA/630/R-94/007
101
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
Así, la PNEC para cada grupo de organismos se calcula a partir de los datos toxicológicos para
las especies seleccionadas dentro de cada compartimento, dividiendo el valor observado para la
especie más sensible por los márgenes de seguridad descritos en función de la información
disponible. Los factores de seguridad para cada compartimento se aplican según se describe en la
TGD. Estos factores disminuyen al aumentar el número de datos crónicos disponibles para un
mayor número de grupos taxonómicos en cada compartimento.
En el caso de sustancias para las cuales la UE haya publicado el correspondiente análisis de
riesgo, se utilizarán las PNEC (Predicted No Effect Concentration) establecidas en dichos análisis,
salvo en aquellos casos en los que se disponga de nuevos estudios ecotoxicológicos.
4. Cálculo de los Niveles Genéricos de Referencia
Los niveles genéricos de referencia para cada objetivo de protección: organismos del suelo,
organismos acuáticos y vertebrados terrestres, se calculan a partir de los valores de PNEC y la
concentración de exposición, siguiendo el criterio de riesgo aceptable. Para ello debe cumplirse
que la concentración de exposición en cada compartimiento sea menor que el valor de la PNEC.
4.1. Determinación de los niveles genéricos para la protección de los organismos del suelo
El criterio de protección para los organismos del suelo frente a la contaminación del suelo
producida por una sustancia es el siguiente:
concentración de sustancia en suelo < PNEC para organismos del suelo
Así, los niveles genéricos de referencia para la protección de los organismos del suelo deben ser
igual a la Concentración Estimada de No Efecto (PNEC) para organismos del suelo calculada de
acuerdo con las recomendaciones de la TGD, según se describió anteriormente.
NGR org. suelo = PNEC org. suelo
4.2. Determinación de los niveles genéricos de referencia para la protección de los
organismos acuáticos
Para la protección de los organismos acuáticos frente a un contaminante dado, se debe cumplir:
concentración de sustancia en agua de poro < PNEC para organismos acuáticos
es decir, que la concentración máxima de contaminante en el suelo sea tal que, en condiciones de
equilibrio y para las condiciones normalizadas europeas, origine una concentración de
contaminante en el agua de poro equivalente a la Concentración Estimada de No Efecto (PNEC)
para organismos acuáticos.
Para esta primera fase en la que no es posible incluir consideraciones sobre exposición, se
considera que el criterio de aceptabilidad corresponde al agua de poro del suelo, ya que aunque
existen algunos modelos para determinar la concentración de una sustancia en el medio acuático
debido a fenómenos de escorrentía o de aportación de aguas subterráneas desde terrenos
contaminados, estos modelos requieren conocer las características del suelo, superficie afectada,
etc. lo cual resulta inapropiado en la determinación de niveles estándar. En consecuencia, se
asume que la concentración de contaminantes en las aguas superficiales y subterráneas es
equivalente a la concentración en agua de poro, que se corresponde con el “peor caso posible”.
La concentración en agua de poro se calcula según la siguiente ecuación que aparece descrita en
la TGD:
102
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
C agua de poro = C suelo . RHO suelo /K suelo-agua . 1000
C agua de poro
concentración de la sustancia en el agua de poro mg l-1
C suelo
concentración de la sustancia en el suelo
mg kg-1
RHO suelo
densidad relativa de suelo húmedo
kg m-3
3
coeficiente de partición suelo-agua
K suelo-agua
(1700)
-3
m m
Teniendo en cuenta que el coeficiente de partición suelo-agua se puede calcular mediante la
siguiente ecuación:
K suelo-agua = F aire-suelo . K aire-agua + F agua-suelo + F sólidos-suelo . Kp suelo. RHO sólidos /1000
F aire-suelo
m3 m-3
Fracción de aire en el suelo
Fracción de agua en el suelo
F agua-suelo
(0,2)
3
-3
m m
(0,2)
3
-3
(0,6)
F sólidos-suelo
Fracción de sólidos en el suelo
m m
K aire-agua
coeficiente de partición aire-agua
-
Kp suelo
coeficiente de partición sólidos-agua
l kg -1
RHO sólidos
densidad de la fase sólida
kg . m -3
(2500)
y considerando la ecuación:
Kp = Koc . CO
Koc
coeficiente de partición carbono orgánico del suelo-agua l kg-1
CO
fracción de carbono orgánico en el suelo
(0,02)
kg kg-1
Si se sustituyen en la ecuación inicial los valores definidos por defecto, los niveles genéricos de
referencia para la protección de los organismos acuáticos se determinarán mediante la siguiente
ecuación:
NGR org. acuáticos = (0,1176 . K aire-agua + 0.1176 + 0.0176 Koc) PNEC organismos acuáticos
En esta ecuación, para aquellos casos en que la constante de partición K aire-agua sea relevante
para la obtención de los NGR, se puede calcular a partir de las siguientes ecuaciones:
Henry = Pv . Pm / SOL
K aire-agua = Henry /R T
Pv
presión de vapor
Pa
Pm
peso molecular
g . mol–1
SOL
solubilidad
mg . l-1
R
constante de los gases
Pa . m3 .mol-1 .k–1
(8,314)
T
temperatura en la interfase aire-agua
K
(285)
4.3. Determinación de los niveles genéricos para la protección de los vertebrados
terrestres
103
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
El criterio de protección para los vertebrados terrestres frente a la contaminación originada por
una determinada sustancia en el suelo, es el siguiente:
concentración de sustancia en la cadena trófica < PNEC para vertebrados
es decir, para proteger a los vertebrados terrestres es necesario que la concentración de
sustancia en el suelo sea tal que, en condiciones de equilibrio y para las condiciones normalizadas
europeas (EC, 2003), origine una concentración de contaminante en las plantas y/o invertebrados
del suelo equivalente a la Concentración Estimada de No Efecto (PNEC) para vertebrados
terrestres. Se incluirán además los procesos de biomagnificación a través de la cadena trófica.
Así pues, es necesario considerar los fenómenos de bioconcentración y biomagnificación. La
bioconcentración se define como el resultado neto de la ingesta, distribución y eliminación de una
sustancia en un organismo debido a la exposición al medio, que en el caso de un organismo
terrestre es generalmente el suelo. La biomagnificación se define como la acumulación y
transferencia de sustancias a través de la cadena trófica, con el incremento de la concentración
interna de dicha sustancia en los organismos de los niveles sucesivos de la cadena trófica. La
transferencia de contaminantes a lo largo de la cadena trófica en ecosistemas terrestres ha sido
comprobada en el caso de sustancias persistentes. Esta persistencia esta ligada en la mayoría de
los casos a una alta lipofilicidad de la sustancia (altos valores de Kow) y a una resistencia a la
degradación metabólica. En consecuencia para determinar si una sustancia se puede
biomagnificar a lo largo de la cadena alimenticia, es necesario considerar su capacidad de
bioconcentración y su toxicocinética.
4.3.1. Estimación de la bioconcentración de una sustancia
El potencial de una sustancia para bioconcentrarse se determina a partir del factor de
bioconcentración (FBC), que se define como la relación entre la concentración de la sustancia en
el organismo y el medio, en el estado de equilibrio.
Para plantas e invertebrados:
FBC = C organismo / C suelo
FBC
Factor de bioconcentración
kg kg-1
C organismo
concentración de la sustancia en el organismo
mg kg –1
C suelo
concentración de la sustancia en el suelo
mg kg –1
Si el valor del FBC para plantas o invertebrados es mayor de 1, la sustancia se bioacumula en
estos organismos y consecuentemente existe la posibilidad de envenenamiento secundario en
vertebrados terrestres debido al consumo de alimentos contaminados.
El factor de bioconcentración para plantas e invertebrados terrestres se puede obtener a partir de
datos en la literatura o bien mediante ensayos de laboratorio. Cuando esto no sea posible, se
pueden estimar siguiendo el procedimiento descrito a continuación (EC. 2003), que es el que
utiliza el programa EUSES 58 .
A) Determinación del factor de bioconcentración para invertebrados terrestres
El factor de bioconcentración para invertebrados terrestres se calcula en lombriz según se indica
a continuación:
58
EUSES (European Union System for the Evaluation of Substances). Environment Institute, European Chemical Bureau, 1997.
104
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
FBC lombriz = C lombriz / C suelo = K lombriz-agua de poro . RHO suelo . 10-3 / K suelo-agua
C lombriz
concentración de la sustancia en lombriz
mg kg-1
C suelo
concentración de la sustancia en el suelo
mg kg-1
K lombriz-agua de poro
coeficiente de partición lombriz-agua de poro
mg kg-1
RHO suelo
densidad relativa de suelo húmedo
kg m-3
K suelo-agua
coeficiente de partición suelo-agua
m3 m-3
Se puede asumir por defecto un valor de densidad relativa de suelo húmedo RHO = 1700 kg m-3.
El coeficiente de partición lombriz-agua de poro se puede estimar a partir de la siguiente ecuación
empírica (Connell y Markwell, 1990) 59 válida para compuestos con log Kow en el rango 1,0-6,5:
K lombriz-agua de poro = 0,04 . Kow
K lombriz-agua de poro
coeficiente de partición lombriz-agua de poro
mg kg-1
Kow
coeficiente de partición octanol-agua
m3m-3
B) Determinación del factor de bioconcentración para plantas
El factor de bioconcentración en plantas se puede calcular por la siguiente ecuación:
FBC planta = C planta / C suelo = K planta-agua de poro . RHO suelo . 10-3 / K suelo-agua
C planta
concentración de la sustancia en planta
mg kg-1
C suelo
concentración de la sustancia en el suelo
mg kg-1
K planta-agua de poro
coeficiente de partición planta-agua de poro
mg kg-1
RHO suelo
densidad relativa de suelo húmedo
kg m-3
K suelo-agua
coeficiente de partición suelo-agua
m3 m-3
Se puede asumir por defecto un valor de densidad relativa de suelo húmedo RHO = 1700 kg m-3 y
estimar el coeficiente de partición planta-agua de poro a partir de la siguiente ecuación, basada en
el modelo descrito por Trapp y Matthies (1995): 60
K planta-agua de poro = 0.65 + 0.01 . Kow 0.95
K planta-agua de poro
coeficiente de partición planta-agua de poro
mg kg-1
Kow
coeficiente de partición octanol-agua
m3m-3
4.3.2. Estimación de la biomagnificación a través de la cadena trófica
La capacidad de biomagnificación de una sustancia a través de la cadena trófica se determina
siguiendo el modelo propuesto por Carbonell et al. (2000) 61 . En el caso de los vertebrados
terrestres, se consideran tres niveles tróficos: herbívoros, consumidores primarios y predadores
59
Connell, DW; Markwell, RD (1990) Bioaccumulation in the soil to earthworm system. Chemosphere 20: 91-100.
Trapp, S; Matthies, M (1995) Generic one-compartment model for uptake of organic chemicals by foliar vegetation. Environ. Sci.
Technol. 29: 2333-2338
61
Carbonell, G; Ramos, C; Pablos, MV; Ortiz, JA; Tarazona, JV (2000) A system dynamic model for the assessment of different
exposure routes in aquatic ecosystems. Sci. Total Environ. 247: 107-118.
60
105
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
superiores. La bioacumulación en cada nivel trófico se calcula considerando los organismos del
nivel trófico previo como fuente de alimentación, para lo cual es necesario determinar la
concentración ambiental prevista para los organismos de cada nivel trófico considerado (PEC
organismo). Así, la determinación de los niveles genéricos de referencia para la protección de los
vertebrados terrestres en suelos que permiten cualquier tipo de uso implica tres pasos:
1) Cálculo de la concentración ambiental prevista en los organismos (PEC
cada nivel trófico
organismo)
de
La PEC en un organismo, se calcula según la siguiente ecuación:
PEC organismo = α F PEC alimento / Kd
α
factor de absorción gastrointestinal
F
tasa de alimentación
kg alimentokg-1p.v.d-1
PEC alimento
concentración ambiental prevista en el alimento
mg kg-1
Kd
constante de disipación/eliminación
kg kg-1d-1
Los datos necesarios para poder aplicar esta fórmula son los siguientes:
●
Factor de absorción gastrointestinal para mamíferos (α)
Los datos relativos al factor de absorción gastrointestinal para mamíferos (α) pueden ser
obtenidos a partir de datos en la literatura. 62
●
Tasa de alimentación (F)
Se asumen, por defecto, los siguientes valores: F = 0,25 para herbívoros, F = 0,1 para
consumidores primarios y F = 0,05 para predadores superiores.
●
Concentración ambiental prevista en alimento (PECalimento)
Para realizar los cálculos, se considera igual a 100 en herbívoros. En los consumidores
primarios y predadores superiores se toma el valor PECorganismo calculado para el nivel
trófico previo, es decir para herbívoros y consumidores primarios respectivamente.
●
Constante de disipación/eliminación para mamíferos (Kd)
Los valores de la constante de disipación/eliminación (Kd) para mamíferos, se pueden
obtener a partir de los datos disponibles en la literatura correspondientes a ensayos
toxicocinéticos en los cuales la sustancia se administre por vía oral. Se pueden presentar
dos casos:
I. El organismo se comporta como un único compartimiento en cuanto a la absorción de
la sustancia y su disipación/ eliminación. En este caso la disipación/eliminación de la
sustancia en el organismo viene descrita por una cinética de primer orden. Se
utilizará el dato de la Kd del correspondiente ensayo.
II. El organismo no se comporta como un único compartimiento en cuanto a la absorción
de la sustancia y su disipación/eliminación, presentando la cinética de la sustancia en
el organismo una o más fases. En este caso se utilizará como valor de Kd, el valor de
la Kd correspondiente a la cinética de eliminación/disipación correspondiente al
proceso más lento.
62
Database Risk Assessment Information System (RAIS) http://risk.lsd.ornl.gov/tox/tox_values.shtml)
106
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
En el caso de que en la literatura no existan datos de Kd para mamíferos o éstos no cumplan los
requisitos indicados, se podrán utilizar los datos de la constante de eliminación/disipación
descritos para peces, correspondientes a la cinética del organismo completo.
2) Determinación de la tasa de biomagnificación
La capacidad de biomagnificación de una sustancia a lo largo de la cadena trófica se puede medir
mediante la tasa de biomagnificación (TB), que se define como el cociente entre la PEC obtenida
para predadores superiores y la PEC obtenida para herbívoros:
TB = PEC predadores superiores / PEC herbívoros
PEC predadores superiores concentración ambiental prevista en predadores superiores
PEC herbívoros
concentración ambiental prevista en herbívoros
mg kg-1
mg kg-1
3) Cálculo de los NGR en función de la tasa de biomagnificación
Si TB ≤ 1, no existen fenómenos de biomagnificación para la sustancia estudiada. En ese caso,
los niveles genéricos de referencia para la protección de los vertebrados terrestres serán aquellos
que originen una concentración de contaminante en el alimento (lombriz, plantas) equivalente a la
Concentración Estimada de No Efecto (PNEC) para vertebrados terrestres. Si tenemos en cuenta
que la concentración en el alimento se puede calcular por la siguiente ecuación:
C alimento = C suelo . FBC plantas o invertebrados
C alimento
concentración de la sustancia en el alimento
kg kg-1
C suelo
concentración de la sustancia en el suelo
kg kg-1
FBC plantas o invertebrados
factor de bioconcentración en plantas o invertebrados
kg kg-1
Los niveles genéricos de referencia para la protección de los vertebrados terrestres cuando no
exista biomagnificación a través de la cadena trófica, se corresponderán con el valor más bajo de
los resultantes de aplicar las siguientes fórmulas:
NGR vertebrados = PNEC vertebrados / FBC invertebrados
NGR vertebrados = PNEC vertebrados /FBC plantas
Si TB > 1, se espera un incremento de la concentración de dicha sustancia en los niveles
sucesivos de la cadena trófica. En consecuencia, el efecto de la biomagnificación para
vertebrados terrestres debe ser contemplado, y los niveles genéricos de referencia para la
protección de los ecosistemas terrestres se corresponderán con el valor más bajo de los
resultantes de aplicar las siguientes fórmulas:
NGR vertebrados = PNEC vertebrados / FBC invertebrados / TB
NGR vertebrados = PNEC vertebrados /FBC plantas / TB
Como resumen, en la Tabla 2 se recogen las ecuaciones propuestas para derivar los niveles
genéricos de referencia para los distintos objetivos de protección.
Objetivo de protección
Organismos del suelo
Ecuaciones
NGR = PNEC org. suelo
107
Versión abril de 2007
Anexo C: Metodología para el desarrollo de niveles genéricos de referencia para protección de los ecosistemas
Organismos acuáticos
Vertebrados terrestres
NGR = (0,1176 . K aire-agua + 0.1176 +0.0176 Koc) PNEC org. acuáticos
TB ≤ 1 NGR = PNEC vert. terrestres / FBC
TB > 1 NGR = PNEC vert. terrestres / FBC / TB
108
Versión abril de 2007
Anexo D: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de los ecosistemas
ANEXO D
DATOS QUÍMICOS Y TOXICOLÓGICOS DE LAS
SUSTANCIAS INCLUIDAS EN EL ANEXO VI
EMPLEADOS PARA LA DETERMINACIÓN DE LOS
NIVELES GENÉRICOS DE REFERENCIA PARA
PROTECCIÓN DE LOS ECOSISTEMAS
109
Versión abril de 2007
Anexo D: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de los ecosistemas
SUSTANCIA
-1
–1
CASRN
Koc (L kg )
Kow
α
Kd (dias )
1,1-Dicloroetano
75-34-3
3.20E+01
7.24E+01
1.00
3.50E-01
1,2-Dicloroetano
107-06-2
8.14E00
3.02E+01
1.00
3.50E-01
1,1,2-Tricloroetano
79-00-5
4.28E+01
7.76E+01
0.81
3.50E-01
1,1,2,2-Tetracloroetano
79-34-5
9.33E+01
2.45E+02
0.70
-
Tricloroetileno
79-01-6
1.64E+02
4.07E+02
0.15
3.50E-01
Tetracloroetileno
127-18-4
7.15E+02
2.51E+03
1.00
6.90E-01
1,2-Dicloropropano
78-87-5
8.85E+01
1.90E+02
0.74
3.40E-01
1,3-Dicloropropeno
542-75-6
2.49E+01
3.98E+01
0.55
3.15E+01
Acenafteno
83-32-9
1.89E+03
8.32E+03
1.00
6.90E-01
Acetona
67-64-1
8.05E-01
5.70E-01
0.83
4.17E+00
Aldrin
309-00-2
2.32E+04
3.16E+06
0.50
1.60E-02
Antraceno
120-12-7
5.07E+03
2.81E+04
0.76
9.90E-02
Benzo(a)antraceno
56-55-3
7.72E+03
8.13E+05
0.31
3.46E-01
Benceno
71-43-2
1.34E+02
1.35E+02
0.97
8.70E+00
Clorobenceno
108-90-7
3.27E+02
9.55E+02
0.31
5.80E+00
1,2-Diclorobenceno
95-50-1
9.77E+02
5.13E+03
0.80
2.30E-01
1,4-Diclorobenceno
106-46-7
4.50E+02
2.51E+03
0.90
2.77E-01
1,2,4-Triclorobenceno
120-82-1
1.12E+04
1.40E+03
0.97
5.70E-01
p-Cloroanilina
106-47-8
3.8OE+01
6.76E+01
0.50
3.85E+00
Clordano
57-74-9
1.41E+04
1.00E+05
0.50
6.20E-03
Cloroformo
67-66-3
4.97E+01
9.30E+01
1.00
1.73E+01
p,p´-DDE
72-55-9
5.12E+04
4.90E+05
0.70
3.10E-03
p,p´-DDT
50-29-3
4.98E+05
1.55E+06
0.77
7.70E-03
Dieldrin
60-57-1
2.98E+04
2.51E+05
0.78
3.15E-02
1,4-Dioxano
123-91-1
7.1E00
4.78E-01
0.80
-
Endosulfan
115-29-7
8.08E+03
5.01E+04
0.50
3.47E-01
Endrin
72-20-8
2.05E+04
3.63+04
0.02
2.45E-02
Estireno
100-42-5
3.52E+02
1.05E+03
0.80
1.73E-01
Etilbenceno
100-41-4
4.49E+02
1.41E+03
0.97
2.31E+00
Decabromodifenileter
1163-19-5
1.51E+05
1.86E+06
0.30
6.93E-01
Pentabromodifenileter
32534-81-9
5.56E+05
3.71E+06
0.50
1.47E-02
Octabromodifenileter
32536-52-0
1.45E+05
7.94E+06
0.50
6.50E-02
Fenol
108-95-2
1.92E+01
2.88E+01
0.90
6.40E-01
2-Clorofenol
95-57-8
6.95E+01
1.41E+02
0.50
6.93E-01
2,4-Diclorofenol
120-83-2
1.00E+03
3.39E+02
0.82
6.93E-01
2,4,5-Triclorofenol
95-95-4
2.03E+03
9.12E+03
0.50
1.39E+00
2,4,6-Triclorofenol
88-06-2
1.23E+03
4.90E+03
0.50
1.39E-01
Pentaclorofenol
87-86-5
8.70E+01
1.00E05
1.00
1.02E+00
Fluoranteno
206-44-0
2.13E+04
1.66E+05
0.31
1.10E-01
Fluoreno
86-73-7
4.45E+03
2.40E+04
0.50
9.90 E-02
110
Versión abril de 2007
Anexo D: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de los ecosistemas
SUSTANCIA
-1
–1
CASRN
Koc (L kg )
Kow
α
Kd (dias )
Fluoruros
7664-39-3
3.48E+01
4.00E-02
0.90
5.54 E+00
Hexaclorobenceno
118-74-1
5.52E+04
5.37E+05
0.50
4.60 E-03
Hexaclorobutadieno
87-68-3
1.17E+04
7.94E+04
0.50
-
Hexaclorociclohexano-alfa
319-84-6
1.57E+03
6.61E+03
0.97
1.08 E+00
Hexaclorociclohexano -beta
319-85-7
7.94E+03
1.82E03
0.91
6.67 E-01
Hexaclorociclohexano -gamma
58-89-9
2.50E+02
3.16E+03
0.97
2.20 E-01
Hexacloroetano
67-72-1
1.78E+03
1.38E+04
0.50
2.77 E-01
Naftaleno
91-20-3
1.25E+03
5.01E+03
0.80
6.90 E-01
Nonilfenol
25154-52-3
5.36E+03
6.31E+04
1.00
1.61 E-01
Pireno
129-00-0
1.13E+04
7.59E+04
0.31
1.44 E-01
Benzo(a)pireno
50-32-8
9.83E+04
1.00E+06
0.31
1.20 E-01
Tetracloruro de carbono
56-23-5
2.47E+02
6.76E+02
0.65
-
Tolueno
108-88-3
1.76E+02
4.46E+02
0.80
3.40 E-01
Xileno
1330-20-7
5.47E+02
1.44E+03
0.92
-
111
Versión abril de 2007
Anexo D: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de los ecosistemas
PNEC
CASRN
Org. suelo
-1
(mg kg )
Org.
acuáticos
(mg L-1)
Vertebrados
terrestres
-1
(mg kg p.v.)
FBCplantas
FBClombriz
1,1-Dicloroetano
75-34-3
-
9.20E-02
1.41E+01
1.48E+00
3.37E+00
1,2-Dicloroetano
107-06-2
-
5.80E-01
6.70E-01
2.82E+00
1.53E+00
1,1,2-Tricloroetano
79-00-5
-
1.80E-01
1.08E+00
1.45E+00
3.54E+00
1,1,2,2-Tetracloroetano
79-34-5
-
9.90E-03
2.00E-01
1.24E+00
4.80E+00
Tricloroetileno
79-01-6
-
7.10E-02
2.40E+00
1.20E+00
5.30E+00
Tetracloroetileno
127-18-4
2.00E-03
5.00E-03
1.16E+00
1.40E+00
7.80E+00
1,2-Dicloropropano
78-87-5
4.24E+00
4.20E-02
1.95E+00
1.26E+00
4.54E+00
1,3-Dicloropropeno
542-75-6
-
1.80E-03
1.67E+00
1.76E+00
2.86E+00
Acenafteno
83-32-9
-
5.00E-04
4.83E+01
1.60E+00
9.96E+00
Acetona
67-64-1
-
4.07E+00
3.33E+01
4.97E+00
3.03E+00
Aldrin
309-00-2
1.00E-03
3.20E-06
3.00E-02
3.66E+00
3.09E+01
Antraceno
120-12-7
-
9.50E-05
2.77E+02
1.90E+00
1.26E+01
Benzo(a)antraceno
56-55-3
3.80E+00
1.00E-05
-
3.01E+00
2.39E+01
Benceno
71-43-2
2.00E-01
8.00E-02
4.68E-01
1.30E+00
4.23E+00
Clorobenceno
108-90-7
1.00E+00
4.50E-03
4.98E+01
1.30E+00
6.50E+00
1,2-Diclorobenceno
95-50-1
-
6.30E-03
2.86E+01
1.50E+00
9.07E+00
1,4-Diclorobenceno
106-46-7
9.6E-02
2.00E-02
1.00E+01
1.38E+00
1.25E+01
1,2,4-Triclorobenceno
120-82-1
4.80E-02
4.00E-03
1.00E+01
1.67E+00
1.06E+01
p-Cloroanilina
106-47-8
1.40E-01
2.00E-04
3.10E-01
1.51E+00
3.41E+00
Clordano
57-74-9
4.20E-02
1.50E-05
1.25E-01
2.30E+00
1.60E+01
Cloroformo
67-66-3
-
1.33E-02
4.80E-02
1.30E+00
3.75E+00
p,p´-DDE
72-55-9
1.40E-01
1.60E-06
8.25E-01
2.80E+00
2.17E+01
p,p´-DDT
50-29-3
-
1.20E-06
3.30E-02
2.40E-01
3.29E+00
Dieldrin
60-57-1
1.30E-01
3.20E-06
1.00E-02
2.60E+00
2.17E+00
1,4-Dioxano
123-91-1
1.45E+00
5.75E+01
2.10E+00
7.70E-01
2.35E+00
Endosulfan
115-29-7
1.10E-02
5.00E-07
6.00E-01
2.40E+00
1.41E+01
Endrin
72-20-8
-
2.00E-06
1.00E-02
2.40E+00
1.75E+01
Estireno
100-42-5
6.80E-01
4.00E-02
8.00E+02
1.27E+00
6.61E+00
Etilbenceno
100-41-4
-
9.50E-03
3.24E+01
1.30E+00
7.03E+00
Decabromodifenileter
1163-19-5
-
1.00E-03
1.67E+03
3.40E+00
2.79E+01
Pentabromodifenileter
32534-81-9
3.20E-01
5.30E-04
1.00E+00
3.70E+00
2.71E+01
Octabromodifenileter
32536-52-0
-
2.00E-04
6.66E+00
3.42E+00
2.82E+01
Fenol
108-95-2
2.70E-01
6.40E-02
6.00E+01
2.00E+00
2.53E+00
2-Clorofenol
95-57-8
4.30E-02
3.00E-03
5.00E-01
1.30E+00
4.21E+00
2,4-Diclorofenol
120-83-2
2.00E-01
3.60E-03
1.00E-01
1.26E+00
6.56E+00
2,4,5-Triclorofenol
95-95-4
4.60E-02
2.40E-03
3.33E+01
1.62E+00
1.01E+01
2,4,6-Triclorofenol
88-06-2
4.00E-01
5.70E-04
3.10E-01
1.50E+00
8.99E+00
Pentaclorofenol
87-86-5
2.30E-02
5.00E-04
2.70E-02
2.34E+00
3.69E+00
Fluoranteno
206-44-0
1.00E+00
9.20E-05
3.47E+01
2.42E+00
1.77E+01
SUSTANCIA
112
Versión abril de 2007
Anexo D: Datos químicos y toxicológicos utilizados para el cálculo de los NGR para protección de los ecosistemas
PNEC
CASRN
Org. suelo
-1
(mg kg )
Org.
acuáticos
(mg L-1)
Vertebrados
terrestres
-1
(mg kg p.v.)
FBCplantas
FBClombriz
Fluoreno
86-73-7
2.20E-01
2.12E-04
3.47E+01
1.85E+00
1.22E+01
Fluoruros
7664-39-3
1.06E+01
4.00E-01
2.00E+01
5.40E+00
3.30E+00
Hexaclorobenceno
118-74-1
5.70E+00
1.00E-05
1.60E-01
2.90E+00
2.70E-01
Hexaclorobutadieno
87-68-3
-
4.60E-05
-
2.18E+00
1.53E+01
Hexaclorociclohexano-alfa
319-84-6
-
9.00E-03
5.00E-01
1.60E+00
9.53E+00
Hexaclorociclohexano -beta
319-85-7
-
2.70E-03
2.00E-02
1.60E+00
9.87E+00
Hexaclorociclohexano -gamma
58-89-9
1.00E-03
5.80E-05
5.00E-01
1.42E+00
2.20E+00
Hexacloroetano
67-72-1
-
8.70E-04
3.30E-01
1.70E+00
1.10E+00
Naftaleno
91-20-3
1.00E-01
2.40E-03
4.90E-01
1.51E+00
7.71E+00
Nonilfenol
25154-52-3
3.44E-01
3.30E-04
1.00E+01
1.91E+00
1.28E+01
Pireno
129-00-0
-
2.20E-06
2.08E+01
2.40E+00
1.73E+01
Benzo(a)pireno
50-32-8
1.50E-01
5.00E-06
-
3.15E+00
2.53E+01
Tetracloruro de carbono
56-23-5
-
2.70E-02
-
1.20E+00
5.90E+00
Tolueno
108-88-3
3.00E-01
7.40E-02
7.43E+01
1.21E+00
5.50E+00
Xileno
1330-20-7
-
8.20E-03
-
2.00E-03
1.00E-02
SUSTANCIA
113
Versión abril de 2007
ANEXO E
METODOLOGÍA PARA LA CARACTERIZACIÓN
TOXICOLÓGICA DE UNA MUESTRA DE SUELO
114
Versión web Mayo de 2007
1.
Introducción
En aquellos suelos en los que se considere prioritaria la protección del ecosistema del que forman
parte, es necesario realizar ensayos de ecotoxicidad con las muestras de suelo y lixiviado que
permitirán considerar un suelo como contaminado (Anexo III) o su identificación como suelos que
requieren valoración de riesgos (Anexo IV).
Los ensayos de toxicidad sobre las muestras de suelo y lixiviados obtenidos a partir de los mismos
se realizarán siguiendo los protocolos descritos por la OCDE. La toxicidad de las muestras de
suelo sobre los organismos del suelo se valorará mediante los siguientes ensayos:
-
Ensayo de toxicidad aguda sobre lombriz de tierra (modificación del ensayo de la OCDE
207). 63
-
Ensayo de toxicidad aguda sobre plantas mediante la valoración de efectos sobre la
emergencia y crecimiento de semillas (modificación del ensayo de la OCDE 208). 64
-
Ensayo de toxicidad sobre microorganismos. Ensayo de mineralización de nitrógeno en
suelos (modificación del ensayo de la OCDE 216). 65 Ensayo de mineralización de Carbono
(modificación del ensayo de la OCDE 217). 66
La toxicidad de los lixiviados obtenidos a partir de los suelos objeto de estudio, por el
procedimiento normalizado DIN38414, para los organismos acuáticos se valorará mediante los
siguientes ensayos:
-
Ensayo de toxicidad aguda sobre invertebrados acuáticos. Inhibición de la movilidad de
Daphnia magna (modificación del ensayo de la OCDE 202). 67
-
Ensayo de toxicidad sobre algas. Inhibición del crecimiento en algas (modificación del
ensayo de la OCDE 201). 68
-
Ensayo de toxicidad aguda sobre peces. Modificación del ensayo de la OCDE 203. 69
Estos ensayos están estandarizados para el análisis ecotoxicológico de sustancias puras. En
consecuencia, deben ser adaptados para permitir el análisis de mezclas complejas como los
suelos y los lixiviados.
2. Aplicación de los ensayos de la OCDE a las muestras de suelo y
lixiviado
Para decidir si se cumplen los criterios definidos en los Anexos III y IV, relativos a la realización de
bioensayos, es necesario:
63
OECD, 1984 (Organization for Economic Cooperation and Development). Earthworm, acute toxicity tests. Test guideline Nº 207.
Paris, France.
64
OECD, 2006. (Organization for Economic Cooperation and Development). Proposal for updating guideline 208: Terrestrial plant test:
seedling emergence and seedling growth test. No. 208. Paris, France.
65
OECD, 2000. (Organisation for Economic Cooperation and Development). Soil micro-organisms, nitrogen transformation test. Test
guideline No. 216. Paris, France.
66
OECD, 2000. (Organisation for Economic Cooperation and Development). Soil micro-organisms, carbon transformation test. Test
guideline No. 217. Paris, France.
67
OECD, 1984 (Organization for Economic Cooperation and Development). Daphnia sp., acute immobilisation test. Test guideline Nº
202. Paris, France.
68
OECD, 2006 (Organization for Economic Cooperation and Development). Freshwater alga and cyanbacteria, Growth inhibition test.
Test guideline Nº 201. Paris, France.
69
OECD, 1992 (Organization for Economic Cooperation and Development). Fish, acute toxicity test. Test guideline Nº 203. Paris,
France.
115
Versión web Mayo de 2007
-
Realizar ensayos de ecotoxicidad con las muestras de suelo y lixiviados a diferentes
diluciones que permitan establecer el valor de la CL(E)50, según se especifica en los
criterios para la consideración de un suelo como contaminado (Anexo III)
-
Realizar ensayos de ecotoxicidad con las muestras de suelo y lixiviado no diluidas que
permitan identificar los suelos que requieren valoración de riesgos (Anexo IV)
2.1. Ensayos de ecotoxicidad con las muestras de suelo
Para realizar estos ensayos, además del suelo de ensayo, es necesario disponer de muestras de
suelo de referencia y de suelo control y de dilución.
2.1.1. Suelo de referencia
Siempre que sea posible, se utilizará como suelo de referencia un suelo de características
similares al que debe ensayarse, que no haya estado expuesto a actividades humanas
contaminantes, y cuya ausencia de toxicidad esté comprobada. Este suelo se utilizará como
control en los ensayos de ecotoxicidad realizados con las muestras de suelo de ensayo sin diluir.
2.1.2. Suelo control y de dilución
Se utilizará como suelo control y de dilución un suelo que no enmascare la toxicidad de los
posibles contaminantes presentes en la muestra. Se recomienda la utilización de un suelo que
cumpla las siguientes características:
- contenido en arena ≥ 70%
- pH 5.5-7.5
- contenido en carbono orgánico: 0.5 - 1.5 %
Este suelo se utilizará en los ensayos realizados con las muestras de suelo de ensayo a diferentes
diluciones como control y para preparar las diluciones de suelo necesarias para determinar la
CL(E)50.
2.2. Ensayos de ecotoxicidad con las muestras de lixiviado
Según se describe en las guías de la OCDE, el medio de cultivo específico para cada ensayo
(algas, Daphnias y peces) se utilizará como control y para preparar las correspondientes
diluciones de los lixiviados. Sin embargo, el contenido de nutrientes en los lixiviados va a tener
gran influencia sobre los resultados del ensayo. Por este motivo, se recomienda utilizar un control
adicional, que facilitará la interpretación de los resultados, minimizando los efectos debidos a las
características propias del medio. Como control adicional se pueden utilizar los lixiviados
obtenidos con el suelo control o de referencia, o bien, preparar un control con el mismo contenido
en nutrientes que los lixiviados obtenidos con el suelo de ensayo.
Para reducir el uso de vertebrados en ensayos experimentales se recomienda valorar caso por
caso la necesidad de realizar los ensayos de toxicidad aguda sobre peces. Una forma de valorar
la toxicidad aguda en peces sin necesidad de utilizar vertebrados es la realización de ensayos in
vitro con líneas celulares de peces. En cualquier caso, se recomienda realizar previamente los
ensayos de toxicidad aguda sobre invertebrados acuáticos y algas.
En los ensayos de toxicidad aguda sobre Daphnias o peces, la necesidad de ajustar el pH para la
realización del ensayo implica la necesidad de realizar una valoración del riesgo asociado al
cambio de pH producido por los lixiviados.
2.3. Concentraciones de ensayo recomendadas
La metodología propuesta para la realización de los ensayos toxicológicos se ha diseñado para
poder obtener la información necesaria para cubrir simultáneamente todos los objetivos de la
caracterización toxicológica. Así, se propone analizar en el mismo ensayo las muestras de suelo o
116
Versión web Mayo de 2007
lixiviado no diluidas (Anexo IV) y las muestras diluidas a diferentes concentraciones con el fin de
determinar la CL(E)50 (Anexo III).
Para establecer el valor de la CL(E)50 se recomienda estudiar la toxicidad de las muestras de
suelo y lixiviado diluidas en las siguientes proporciones: 250:1000; 25:1000; 12,5:1000; 6:1000 y
3:1000. Para ello se realizará una mezcla homogénea del suelo de ensayo con el suelo control o
de dilución y de los lixiviados con el medio de cultivo correspondiente.
Las curvas dosis/respuesta en toxicología se ajustan al logaritmo de la dosis o concentración, por
lo que las dosis se seleccionan mediante una progresión geométrica, utilizando un factor de 2 para
poder ajustar suficientemente la estimación de la CL(E)50. En este caso, se han seleccionado las
concentraciones (25:1000; 12,5:1000; 6:1000 y 3:1000) que cumplen las condiciones anteriores y
serán los datos correspondientes a estas diluciones los que se utilicen en la determinación de la
CL(E)50. No se incluye el criterio de 10 mg suelo contaminado /g suelo o 10 mg lixiviado/l
disolución, sino que se seleccionan dos concentraciones por encima y dos por debajo de este
valor para optimizar el cálculo estadístico de los intervalos de confianza de la CL(E)50 alrededor
de este valor.
La inclusión de la dilución 250:1000 (25%) permite obtener un segundo rango, con tres
concentraciones distribuidas en órdenes de magnitud 10 (250:1000; 25:1000 y 3:1000) lo que
facilita la obtención de una curva dosis respuesta alternativa para cuantificar efectos fuera del
criterio anterior, como por ejemplo, los debidos a propiedades del suelo no relacionadas con el
nivel de contaminación existente.
3. Tratamiento de los datos de los ensayos toxicológicos
El análisis de los datos será diferente según se trate de muestras de suelo y lixiviados sin diluir o
diluidas. Estas diferencias se refieren fundamentalmente al suelo respecto al cual se va a medir el
porcentaje de efecto obtenido con el suelo de ensayo (suelo de referencia o suelo control) y al
método estadístico utilizado para el análisis de los datos, según se expone a continuación:
3.1. Datos obtenidos con las muestras de suelo y lixiviado no diluidas
Los datos de toxicidad obtenidos con las muestras de suelo no diluidas se compararán con los
obtenidos con el suelo de referencia y con el suelo de dilución. Según se ha descrito
anteriormente, el suelo de referencia presenta unas características fisicoquímicas similares al
suelo de ensayo, pero no ha estado expuesto a actividades humanas contaminantes. De esta
forma se eliminan los posibles efectos sobre los organismos debidos a características del suelo
diferentes al nivel de contaminación existente.
En los ensayos realizados con las muestras de lixiviado los resultados se comparan con el control
adicional descrito anteriormente (lixiviado del suelo control y de referencia o medio de cultivo con
la correspondiente corrección de nutrientes). El medio de cultivo se utilizará como control para
determinar la validez del ensayo.
La comparación de los resultados obtenidos para los distintos replicados del suelo de estudio o
sus lixiviados sin diluir (se recomienda un mínimo de 5 replicados) y los obtenidos con los dos
suelos controles o el medio control respectivamente, se realizará mediante análisis estadístico
utilizando métodos comúnmente aceptados (Anova, F-test), lo que permitirá determinar si existe
toxicidad en dichas muestras. Cuando se observen diferencias significativas con respecto al suelo
control pero no con respecto al suelo de referencia, se valorará si dichos efectos pueden
explicarse por las características del suelo y no por la presencia de contaminantes, para lo que
resulta sumamente útil la valoración de los resultados obtenidos en las muestras diluidas, y en
particular de las diluciones 250:1000, 25:1000 y 3:1000.
117
Versión web Mayo de 2007
3.2. Datos obtenidos con las muestras de suelo y lixiviado a diferentes concentraciones
Los valores de CL(E)50 se determinan a partir de los datos de toxicidad obtenidos en los ensayos
para las diluciones de suelo o lixiviado. El cálculo es particularmente bueno cuando se observa
una relación dosis respuesta con valores de efecto próximos al 50% en el rango de diluciones de
25:1000; 12,5:1000; 6:1000 y 3:1000. Se utiliza como control el suelo de dilución o medio de
cultivo en el caso de los lixiviados.
Estos datos se analizan mediante un análisis de regresión dosis-respuesta por los procedimientos
habituales logit, probit 70 , Spearman-Karber 71 , Spearman-Karber modificado, etc. que permiten
obtener los valores de CL(E)50 con los límites de confianza al 95%.
4. Interpretación de los resultados de los ensayos toxicológicos
Los resultados de los ensayos de toxicidad se pueden encuadrar en alguno de los casos indicados
a continuación:
1.- No se observan efectos significativos para ninguna de las concentraciones ensayadas,
incluidas las muestras de suelo y lixiviados sin diluir.
2.- Se observan efectos mayores o iguales al 50%, incluso a las concentraciones menores
ensayadas.
3.- Se observa toxicidad en las muestras, pero los efectos son menores del 50% en todas
las concentraciones ensayadas.
4.- Se observa un gradiente de toxicidad que incluye efectos por encima y por debajo del
50% del parámetro de toxicidad. En este caso, se deberá estimar una C(E)L50, en función
de la curva dosis respuesta.
La interpretación de cada uno de los casos se desarrolla a continuación.
4.1. No se observan efectos significativos para ninguna de las concentraciones ensayadas,
incluidas las muestras de suelo y lixiviados sin diluir
En estas circunstancias, se considerará que la muestra satisface el criterio toxicológico para la
declaración del suelo como no contaminado, ya que no se cumplen los criterios recogidos en el
Anexo III, para la consideración de un suelo como contaminado, ni los criterios toxicológicos que
permiten la identificación de suelos que requieren valoración de riesgos descritos en el Anexo IV.
4.2. Se observan efectos iguales o mayores del 50% incluso a las concentraciones menores
ensayadas
En este caso, se considerará que la CL(E)50 obtenida en el ensayo es inferior a 10 mg de suelo
contaminado/ g de suelo, cuando se trate de ensayos de suelo, o inferior a 10 ml de lixiviado/ l de
disolución, cuando se trate de lixiviados, y consecuentemente el suelo será declarado
contaminado según se indica en el Anexo III.
Además, se estudiará la toxicidad de los diferentes contaminantes detectados valorando su
capacidad para explicar la toxicidad detectada. En función de esta comparación, se establecerá la
necesidad de analizar otros contaminantes en la muestra o incluso de aplicar procedimientos de
Valoración por Identificación Toxicológica.
4.3. Se observan efectos tóxicos, pero éstos son menores del 50% en todas las
concentraciones ensayadas
70
Litchfield, JT; Wilcoxon, F (1949) A simplified method of evaluating dose effect experiments (1949) J. Pharmacol. 96: 99-113
Hamilton, MA; Russo, RC; Thurston, RV (1977) Trimmed Spearman-Karber method for estimating median lethal concentrations in
toxicity bioassays. Environ. Sci. Technol. 11: 714-719
71
118
Versión web Mayo de 2007
En este caso, se considerará que la CL(E)50 obtenida en el ensayo es superior a 10 mg de suelo
contaminado/ g de suelo, cuando se trate de ensayos de suelo, o superior a 10 ml de lixiviado/ l de
disolución, cuando se trate de lixiviados.
En este caso, si bien los suelos no cumplen las condiciones para declararlos contaminados
(Anexo III), sí se observa toxicidad en alguno de los bioensayos realizados y, en consecuencia, los
suelos requieren valoración de riesgos según se indica en el Anexo IV.
En la evaluación de riesgos se considerará específicamente si la toxicidad observada puede o no
explicarse por la toxicidad asociada a los contaminantes identificados, así como la necesidad de
ampliar la caracterización fisicoquímica.
4.4. Se observa un gradiente de toxicidad que incluye efectos por encima y por debajo del
50% del parámetro de toxicidad
En este caso, se deberá estimar una C(E)L50 en función de la curva dosis respuesta, que en
función de su valor permitirá clasificar los suelos como contaminados o suelos que requieren
valoración de riesgos. Así, existen dos posibilidades:
a) la CL(E)50 (incluidos los límites de confianza al 95%) obtenida en el ensayo, es inferior
a 10 mg de suelo contaminado/ g de suelo, cuando se trate de ensayos de suelo, o
inferior a 10 ml de lixiviado/ l de disolución, cuando se trate de lixiviados, y
consecuentemente el suelo será declarado contaminado según se indica en el Anexo
III.
b) la CL(E)50 (incluidos los límites de confianza al 95%) obtenida en el ensayo es superior
a 10 mg de suelo contaminado/ g de suelo, cuando se trate de ensayos de suelo, o
superior a 10 ml de lixiviado/ l de disolución, cuando se trate de lixiviados. En este
caso, al igual que en el epígrafe anterior (4.3.), los suelos no cumplen las condiciones
para declararlos contaminados, sin embargo se observa toxicidad en alguno de los
bioensayos realizados y, en consecuencia, los suelos se clasificarán como suelos que
requieren valoración de riesgos, según se indica en el Anexo IV.
En estos casos, se comparará la CL(E)50 obtenida para la muestra, con la esperada en función de
los resultados físico-químicos. Para ello, se propone el método de adición de toxicidad mediante
Unidades de Toxicidad 72 , salvo que el análisis bibliográfico indique la necesidad considerar
efectos de potenciación o antagonismo. Si las Unidades de Toxicidad estimadas para la dilución
correspondiente a la CL(E)50 equivalen a 1 o un valor menor, se entenderá que los parámetros
analizados justifican la toxicidad. Si, por el contrario, este valor es mayor de 1 se considerará la
posibilidad de que en la muestra existan otros contaminantes no detectados.
72
Sprague, JB; Ramsay, BA (1965) Lethal levels of mixed copper-zinc solutions for juvenile salmon. J. Fish Res. Board Can. 22: 425432
119
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ANEXO F
LISTA DESGLOSADA DE ACTIVIDADES
POTENCIALMENTE CONTAMINANTES
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121
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