El fantasma: ., una representación de la estructura subjetiva del sujeto en los estados de duelo y depresión •••NoeI Altamirano En 10 que sigue proponemos unas reflexiones que tienen por referencia el trabajo de W. Baranger sobre el ••muerto-vivo" .••.••• trabajo en que se da un deslinde fino. en su consideración clínica y teórica. del estatuto del objeto en las situaciones de duelo y depresión. Entonces. el desarrollo que intentaremos quiere ser un complemento al estudio de Baranger, pues nuestra meta es hacer una disquisición acerca de la estructura subjetiva del sujeto en las afecciones mencionadas. Creemos que Neruda nos instruye patentemente sobre esta característica del sujeto cuando él también' se siente. al igual que el objeto. un fantasma. Eso es lo que deducimos de la lectura de su poema "El fantasma del buque de carga". Este poema. perteneciente a Residencia en la tierra. fue escrito en circunstancias en que el poeta regresa a Chile en un barco de carga luego de su prolongada residencia en el Oriente (cinco anos aproximadamente). El viaje de retomo fue Iarguísimo, duró setenta y cinco días. • Dirección: Vidl2033, 411 "9", (1425) Capital Federal, R. Argentina, •• Willy Baranger: "El muerto-vivo: estructura de los objetos en el duelo y los estados depresivos", en Problemas del campo psicoanalítico, Kargieman, Buenos Aires, 1969, pp. 217-218. 816 Noel Altamirano 1. Exilio exterior e interior La permanencia del poeta en el Oriente fue una experiencia terrible, un descenso a los infiernos, según se puede inferir de su correspondencia con Héctor Eandi". Esta correspondencia es un documento valiosísimo no sólo para ubicar más adecuadamente el sentido esencial de su obra capital que es Residencia en la tierra; sino para conocer mejor la personalidad del poeta en esa amistad epistolar intensa, apasionada y que por momentos pone al desnudo su corazón para mostrarnos su dolor "inmedible". Pero, sobre todo, es un documento que sirve para avisarnos del estado anímico del poeta durante su estadía fuera del país natal; un atroz desarraigo, pues la pérdida de la patria, en tanto equivalente a la precoz pérdida de la madre, exacerba la depresión y el duelo no resueltos aún. Es decir, el temple de ánimo del poeta durante los primeros años de su autoexilio se corresponde con un estado depresivo mucho más acentuado que lo observado en el tenor de sus cuatro primeros poemarios escritos antes de su viaje: Crespusculario, Veinte poemas de amor, El hondero entusiasta y Tentativa del hombre infinito. En efecto, veamos lo que dice en su carta a Eandi fechada el 8/9/28 en Rangoon, es decir al cabo de un año aproximadamente de su salida de Chile: "Pero, verdaderamente, ¿no se halla usted rodeado de destrucciones, de muertes, de cosas aniquiladas? En su trabajo, ¿no se siente obstruido por dificultades e imposibilidades?" Es evidente que Neruda proyecta su propio mundo destruido -"Fin de mundo"en el de su amigo. Todo lo que es producto de su depresión -cosas muertas, sensaciones de obstrucción subjetiva para realizar sus tareas, etc.- es ostensiblemente explicitado al preguntar a su amigo si él también sufre de lo mismo. Este cuadro se irá profundizando cada vez más, hasta que en carta del 16/1/29, desde Bengala Bay, comunica su estado notoriamente desesperado, lo que es apenas mitigado por la ingesta de grandes cantidades de alcohol. Pero lo mas llamativo es su sentimiento de derrota, de quebranto total y de naufragio en la depresión: "A mí me roen el sueño, la fatiga, el calor. No hago más cartas, no más versos, tengo humo en el corazón. Y veo tanto trabajo por ese lado, tantas batallas, ¿para qué?" El poeta se está refiriendo a un síntoma importante de su depresión: la inhibición, la sensación de parálisis psíquica que toma sumamente trabajosa la realización hasta de tareas elementales. Pero, sobre todo, nos habla del sentimiento de merma de su capacidad creativa y de la vacuidad de todas las cosas de este mundo. Incluso los afectos han perdido su vivacidad natural para reducirse a la monotonía de la tristeza y, aun, al bloqueo afectivo completo: "tengo humo en el corazón". En otra carta, 24/4/29, desde Colombo, transmite a Eandi los extremos de su angustia cuando se siente ya un fantasma ausente de sí mismo, y promete seguir escribiéndole ese mismo día al tiempo de • Margarita Aguirre: Pablo Neruda-Héctor Eandi, Sudamericana, Buenos Aires, 1980. {. . .} estados de duelo y depresión 817 ingerir whisky: "¿de qué otra manera llenar este inmedible vacío de distancia e intimidad?", pregunta a su amigo o se pregunta a sí mismo. El inmedible vacío es la metáfora de la lejanía del sujeto respecto de sus propios sentimientos así también del irremediable vacío del yo por la ausencia del objeto de amor. La ingestión del alcohol sería el medio para procurarse el amor mágicamente, reinstaurando la condición primordial de la lactancia. Unos párrafos más adelante del que acabamos de citar, el poeta sigue diciendo a su amigo: "Estoy solo [... ]. Me siento intranquilo, desterrado, moribundo [... ]. Eandi, nadie hay más solo que yo. Recojo perros de la calle para acompañarme". Se trata de una carta en que se mezclan el alcohol como coadyuvante de la catarsis verbal y el abatimiento psíquico que lo hace sentir arrojado en el más atroz desamparo. Y así se ve compelido a contrastar la situación de su amigo con su propia situación: "Lo veo a usted equipado de salud y poderes naturales [... l. Yo simplemente caigo; no tengo deseos ni proyecto nada; existo cada día un poco menos". La caída alude al destemple íntimo y vital, al derrumbe de la espontaneidad, al sentimiento de impotencia para vivir, a la idea de irse muriendo cada día. Por otro lado, corroborando su estado de ánimo depresivo, el poeta se siente apocado, culpable e indigno de la amistad de Eandi cuando le escribe el 5/10(29, desde Wellawata: "y puedo decirle cuánto y cuánto me conmueve su amistad magnífica, y cómo me siento pobre, desamparado y miserable ante ella". Pero, llegado al límite, la soledad se hace insoportable, el desarraigo se toma más lacerante y la cuestión sexual se convierte en "otro asunto trágico". Entonces debe recurrir al matrimonio como a una tabla de salvación. En la misma carta comunica a su amigo el tremendo apremio en que se debate y su necesidad impostergable de darle solución. Entonces le dice: "ahora siento un deseo angustioso de establecerme, de fijarme algo, de vivir o morir tranquilo. Quiero también casarme, pero pronto, maftama mismo". Cabe recordar que aspectos de sus violentos conflictos sexuales de esa época reciben la consideración del poeta en los poemas "Caballero solo", "Ritual de mis piernas", "Oda tórrida", etc. Ahora bien, respecto del título de su obra escrita' en el Oriente, Residencia en la tierra. habrá que preguntarse si no está determinado por el deseo de establecerse, casarse, fijarse a la tierra, volver al país natal. En ese sentido querría ser un desmentido al desarraigo y a la vivencia de haber perdido contacto con los orígenes. Es más, no sabemos en qué medida opero como una sugestión el comentario de Eandi a la decisión del poeta de casarse enseguida, cuando en su respuesta del 6/1/30 le dice: "Usted piensa que debe casarse, fijarse a la tierra... " Los indicios nos demuestran que el casamiento del poeta a la edad de veintiseís años sólo significó un alivio fugaz para su soledad. Por otra parte su estado depresivo no se modifica y regresa a Chile, en 1932, con su duelo patológico más intensificado aun. La conclusión la extraemos del análisis del poema "El fantasma del buque de carga". Este 818 Noel Altamirano texto empieza describiéndonos el mundo del buque, el que se distingue por el deterioro y la descomposición. Así se habla del buque viejo y de sus fatigadas máquinas. Ni las aguas del mar no han podido escapar a la acción corruptora generalizada del tiempo. Por otro lado las máquinas del buque aúllan y lloran, mastican sus tristes lamentos. Estas atribuciones respectivas tanto al buque como al mar no se pueden entender sino como proyecciones del estado psíquico particular del sujeto: la depresión y su sentido fundamental de colapso del tono vital y su correlato de desvencijamiento y de muerte. Dicho estado se transparenta en la tercera estrofa, en que el poeta se refiere al tiempo: Nada más hay entonces que el tiempo en las cabinas: el tiempo en el desventurado comedor solitario, inmóvil y visible como una gran desgracia. El tiempo a que se refiere es, fundamentalmente, el tiempo inhibido del yo frente al tiempo del mundo; es el tiempo inmóvil de la subjetividad proyectado en las cabinas y en el comedor del barco. De ahí su significado de gran desgracia, sobre todo de catástrofe interna. No se trata, entonces, de la metafísica del tiempo trascendente, sino de la alusión al "tiempo vivido" (Minkowski). Y el tiempo vivido se ha convertido, por vía de la depresión, en "tiempo muerto" inherente al sujeto en su carácter de muerto-vivo, de fantasma que [cae] sobre el tiempo muerto y la madera El fantasma es una ilustración cabal de la estructura subjetiva del sujeto en estado de duelo y depresión. Veamos cómo caracteriza el poeta esa configuración fantasmal. Lo hace describiéndonos una irrealidad, un vacío, una ausencia que, a la vez, es una estructura; un no-ser que de consuno es un ser; una negación que, simultáneamente, es una afirmación; una muerte, en fin, que asimismo es vida. Es decir, nos describe magistralmente al sujeto en tanto muerto-vivo, ubicándolo en un ámbito donde la desintegración es la única imperante; donde las cosas viajan en sentido de la evanescencia y los objetos transcurren desde el orden de la solidez y la corporeidad sensorial, hacia lo intangible, lejano y transparente. Se trata de un mundo onírico y psicótico donde el sujeto puede flotar sin cuerpo o con cuerpo de fantasma, sin identidad, sin nombre, perdido en su ser; siendo atravesado por las cosas cual lugar vacío. El ente en cuestión puede mirar no obstante estar muerto: olor de alguien flotando en los rincones del buque. olor de alguien sin nombre que baja como una ola de aire las escalas; y cruza corredores con su cuerpo ausente. y observa con sus ojos que la muerte preserva. [. ..] estados de duelo y depresión 819 También puede hablar, pero lo hace indirectamente, a través de las cosas, pues él se ha difundido en todos los objetos del barco. A pesar de tener sólo un vacío en el lugar de sus manos, los objetos se desgastan y decoloran debido al contacto de esas manos ausentes. Su respiración de fantasma consume lo que está a su alcance: los sonidos lo arrugan, las cosas lo traspasan, su transparencia hace brillar las sillas sucias. Quién es ese fantasma sin cuerpo de fantasma {.. .}? Los muebles viajan llenos de su ser silencioso cargados de su ser desvanecido y vago: los roperos, las verdes carpetas de las mesas, el color de las cortinas y del suelo; todo ha sufrido el lento vado de sus manos, y su respiración ha gastado las cosas. El ámbito del barco donde reina el bregar des integrador no es más que el reflejo del interior del sujeto convertido en el teatro de la destrucción más descomunal, la que da por resultado el advenimiento del fantasma en el lugar del sujeto; se trata de algo similar a lo que Freud'" ha denominado como "ese trabajo interior que devora a su yo". Incluso en el exterior las aguas del mar adquieren una oralidad feroz para roer con sus colmillos de sal los fierros de la embarcación. Comprobamos que este mundo del buque se caracteriza por la atemporalidad, más precisamente por la detención del tiempo ("tiempo inmóvil", "tiempo muerto"); por la ausencia de contradicción (está muerto pero ve y respira; el vacío de sus manos desgasta las cosas); por la supresión de las categorías espaciales como la tridimensionalidad ("las cosas lo traspasan", "su transparencia hace brillar las sillas sucias"); también por la reificación del tiempo que se connota de espacialidad (tiempo "visible"). Otra característica: la realidad exterior está sustituida por la realidad psíquica del poeta de modo que el yo se derrama en el entorno ("los muebles viajan [... ] cargados de su ser desvanecido y vago"). El poema, además, sustenta una tensa dialéctica superpuesta en varios niveles. Bástenos destacar que simultáneamente al encadenamiento de los procesos generalizados de destrucción, se va erigiendo una estructura invisible, ausente, incorpórea que es, precisamente, el fantasma. Sabemos que este ente se apoya en el esquema clínico del duelo y la depresión psíquica. Pero a partir del dato clínico observaremos el despliegue de otros mecanismos que intervienen al unísono con el proceso de cuño onírico ya mencionado. Se trata, en principio, de un acaecimiento psicoeconómico consistente en un quite de la investidura libidi•••Sigmund Freud (1917): "Duelo y melancolía", A.E., XIV, p. 244. 820 Noel Altamirano nal puesta en el mundo exterior, en el cuerpo propio y en los propios procesos psíquicos del poeta. De ello resulta que dicha investidura se focaliza en los aspectos vivenciales selectivos de la autobservación*, liberándose, al mismo tiempo, las instancias mortíferas del sujeto: superyó, pulsión de muerte. En este decurso el cuerpo del poeta se convierte en el escenario de operaciones complejas que dan por consecuencia una pérdida de su propio esquema unificador del yo físico que se pone a vagar en su propia imagen ya difuminada (despersonalización, desidentificación) y en una realidad extraña, algodonada y onírica (desrealización). El yo se ha vaciado de aspectos importantes de sí mismo y planea en el éter jugando a ser cuerpo ausente de su psique, cuerpo fantasma, expresando de esta manera las ideas de negación corporal y de sus órganos respectivos, de raigambre melancólica. En otro plano, el fantasma constituye una dramatización al mismo tiempo que una objetivación de los aspectos de la identificación del poeta con la madre muerta. Dicho de otra manera, el fantasma es el reflejo del aspecto del yo muerto en tanto doble especular del objeto primario perdido ("la sombra del objeto cayó sobre el yo"). A este respecto W. Baranger** sostiene que la pérdida o la muerte del objeto supone la muerte de partes del yo ubicadas en aquél. Agregamos que, en el caso de nuestro poeta, las partes perdidas del yo, juntamente con la porción de identificación con el objeto muerto, se proyectan hacia el mundo del barco para configurar el fantasma en cuestión. Si. según Baranger (p. 227), el objeto muerto-vivo se constituye; entre otras razones, para hacer posible el control de la angustia depresiva, nosotros añadimos que el fantasma, a su vez, se establece para controlar dicha angustia pero, más aun, la angustia paranoide. Colegimos que existen dos momentos en la conformación del fantasma: el primero estaría dado por el síncope del yo debido al retomo del objeto muerto que invade al sujeto y se posesiona de él, cuya consecuencia es la mudanza de éste en "muerto" (fantasma) en tanto réplica del objeto. El segundo momento sigue al síncope del yo. Es cuando se produce la identificación pasiva con el objeto invasor y terrorífico. A partir de este momento el sujeto controla la angustia persecutoria, que antes sufriera en total indefensión, y se trasmuta de perseguido y víctima en perseguidor y agresor, en fantasma que asusta, en difunto que puede comer cadáveres y personas. Ahora bien, se habrá advertido que los dos momentos en la conformación del fantasma se basan en el concepto freudiano sobre el trauma --condición extrema que el yo vivencia pasivamente para, luego, repetirla en forma activa, con la esperanza de controlar su transcurso-s-. Es probable que para el lector de su poesía no haya pasado inadvertida la depresión de Neruda. El mismo poeta se ha referido a dicha depresión como a algo inherente a su constitución personal, es decir, lo • P. Schilder: Iruroduccián a lUla psiquiatrla psicoanalñica, 1949, p. 44 . •• WilIy Baranger: loe. cit. p. 228. Beta, Buenos Aires, 1... J estados de duelo y depresión 821 , concibe como un mal crónico en el poema '~EI mismo siempre" incluido en uno de sus últimos libros, Geografla infructuosa: De las melancolias que consumi hasta llegar a joven me dejé para mi. como un coleccionista. las mejores tristezas aquellas sin ton ni son. las inseparables del alma Se trata de una explicación muy nítida de haber padecido de depresión durante toda su vida, puntualizando que el mal fue más profundo antes de la adultez (abarcando, seguramente, niñez, adolescencia y juventud). Además, nos aclara que nunca llegó a superar del todo su depresión, quedándole las tristezas estructurales, las que surgen -aparentemente inmotivadas-- desde el fondo del alma. En otra parte, Neruda considera que su depresión es hereditaria. Esta autodiagnosis presta mayor fundamento a nuestra consideración sobre su duelo patológico como manifestación de la estructura depresiva. Es esta estructura que se ha intentado desmontar y mostrar en el presente análisis. La referencia a dicho aspecto hereditario se hace en el poema "No un enfermizo caso ... " del póstumo y conmovedor libro El mar y las campanas: recobrar aquel pétalo perdido de mi melancolia hereditaria 2. El trabajo del poema y 1M alegorías del suicidio En este punto cabe hacerse una pregunta no del todo ociosa: ¿por qué Neruda no hizo ningún intento de suicidio siendo que en los estados depresivos existe esa posibilidad? La pregunta no se debe sólo a esa razón, sino porque el hallazgo de fantasías de suicidio en su obra es frecuentísimo. Obviamente que una respuesta a este interrogante es muy difícil, pero he aquí algunas conjeturas que cubren aspectos parciales de este complejo tema: - El hecho de escribir le sirve, en principio, como un exutorio para las pulsiones de destrucción y autodestrucción y también para la expresión de las mociones Iíbidinales, con su consiguiente efecto estabilizador en la economía psíquica. Escribir, en el caso del poeta -más allá de su fin comunicativo-tiene un valor por de más excelso. Su lenguaje, primordialmente, persigue una fínalídad creativa y en tanto tal es objeto de la sobrestimación extrema por parte de su autor. Esta valoración superlativa refluye sobre su creador exaltando su yo hasta los límites de la autoglorificación. Así se explica la consustanciaci6n de la palabra escrita con el propio ser del poeta y su carácter de fundamento inexcusable para su propia existencia: "Yo me moriría si no pudiera escribir mas", dice Neruda, en carta del 5/9/31, desde Batavia, Java, a su amigo Eandi. Cabe agregar que la poesía, el sueno y el delirio --en tanto floraciones de un subsuelo comúnbuscan el cumplimiento de los de- 822 Noel Altamirano seos más caros al hombre que la realidad le deniega. Son la vía de acceso al país de la nostalgia, al paraíso perdido. al placer prohibido. - Hay suicidios crónicos, equivalentes del suicidio y transacciones con las fuerzas de la destrucción que quedan reducidos a los masoquismos y a las alegorías de la muerte. En este orden de cosas las páginas de Residencia en la tierra son por de más elocuentes, notoriamente el poema que nos ocupa y que tiene por cometido principal la figuración de la muerte del poeta. Lo notable es que dicha muerte es el resultado del "trabajo del poema", suerte de máquina de exterminio a la par que de sublimación, desencadenándose sobre el sujeto hasta reducirlo a fantasma. Es decir, el poema construye la metáfora del suicidio para impedir su cumplimiento en la realidad", El "trabajo del poema" es la tramitación de la pulsión de muerte. Por lo mismo, no se puede entender cabalmente el significado de dicho fantasma sino como un equivalente del suicidio. A este respecto mencionamos una sugestiva hipótesis de F. Cesio··, en el sentido de que frente a la pérdida de objeto sobreviene -además de la melancolía y el duelo-- un estado particular que denomina "letargo", el que sería un equivalente del suicidio. El autor sostiene que en dicho estado la identificación predominante con el objeto perdido se ha efectuado en un nivel arcaico. es decir, en el yo fetal, yo ideal, lo que determina que el suicidio no sea consumado, sino remplazado por el letargo (muerte aparente). Neruda ha hecho alusiones muy frecuentes a su estado de adormilamiento, de sopor y de letargo. En el libro Las piedras del cielo (Poema VIll), él mismo se ha considerado como un dormilón de la naturaleza. Los siguientes versos son también suficientemente elocuentes: ... alli quiero dormir entre los párpados del mar y de la tierra ("Yo soy". XXv, Canto general) Pero reparemos asimismo en lo significativas que son las opiniones de aquellos que han conocido personalmente al poeta; destacan el aspecto arcaico y soporífero que trasmitía. Quien ha hecho una descripción sagaz aunque hiperbólica de estos caracteres del poeta es Gabriel Celaya···. cuando afirma: "Poeta informe como suelen serlo las criaturas nacidas entre el agua y el sueno, o quizás en el letargo de una subsunción en el origen, anterior a la distinción entre la conciencia y la • Cf. lo referido por Margarita Aguirre, en la biografia del poeta, acerca de la terrible impresión de éste cuando se enteró de que al lado del revólver de lUl joven suicida chileno se había encontrado W1 ejemplar de Residencia en la tinTa. El poeta consideró dañinos los poemas del libro y recomendó que no fuera ser leído por la juventud. Es notable su temor de que dicha obra poseyera W1 efecto inductor al suicidio . •• Fidias Cesio: "El letargo. Una reacción a la pérdida de objeto", en Un estudio del hombre que padece, Paidós, Buenos Aires. 1975. pp. 43-50 . ••• Gabriel Celaya: "Pablo Neruda, poeta del tercer día de la creación", en E. Rodríguez Monegal y Enrico Mario Santi: Pablo Neruda, Taurus, 1980, p. 17. [. ..) estados de duelo y depresión 823 inconsciencia". (Nótese que esta caracterización es equiparable a la vida en estado fetal del ser humano.) Significativamente, lo letárgico es considerado por el poeta como un elemento nutritivo cotidiano, y lo dice en esta frase que corresponde al poema en prosa "El deshabitado", de Residencia en la tierra: "Como cada día un pan letárgico, bebo de un agua aislada". Entonces, los estados de sopor y de modorra del poeta habrían significado una transacción con las pulsiones tanáticas: moría metafóricamente en el letargo, para que no fuese un acto el suicidio. O, lo que es lo mismo, que las susodichas pulsiones recibieron trámite en los intrincados mecanismos del poema hasta que aparece el fantasma que subrogó al sujeto. Resumen Tomando corno referencia el trabajo de W. Baranger sobre el "muerto-vivo", en tanto configuración del objeto en los estados de duelo y depresión, proponemos al lector algunas ideas en las que sostenemos que también existe una estructura subjetiva particular inherente al/sujeto que está padeciendo de las afecciones mencionadas. Esta estructura está representada por el fantasma (espectro). Se trata de una inferencia a partir del análisis de un poema de Pablo Neruda intitulado "El fantasma del buque de carga" y corresponde a su libro Residencia en la tierra. En suma, el fantasma es el resultado de lo que podríamos denominar el "trabajo del poema", proceso muy intrincado en que el poema cumple con la función de dar trámite a la pulsión de muerte (ideas de suicidio) llevando al sujeto hasta su figuración como ente incorpóreo, flotante, invisible. Es decir, el fantasma se establece como equivalente del suicidio. Así, lo que podría haber sido un acto real de autoelíminacién se resuelve en metáfora de la muerte. Por otra parte, en la constitución del fantasma intervienen las proyecciones de aspectos del yo muerto que estaban identificados con el objeto primario perdido. Misión fundamental de esta entidad espectral es controlar la angustia persecutoria. Résumé LE FANTOME: UNE REPRESENTATION DE LA STRUCTURE SUBJECT/VE DU SUJET DANS LES STADES DE DEUIL ET DE DEPRESS/ON L'auteur prend le travail de W. Baranger COIlCet1Vlalt le "mort-vivant" comme point de départ de son exposé, daos la mesure oü c'est la configuration de l'objet dans les stades de deuil et de dépression. Sur cette base, il propose au lecteur certaines idées qui avancent qu'i1 existe égalemenl une sttuclUre subjective particuliere inhérente au sujet qui souffre les deux stades moneés ci-dessus, Cette structure est représentée par le fantóme (le spectre). 11 s'agil lA d'une inférence provenant de l'ana1yse d'un poéme de Pablo Neruda: "El fantasma del buque de carga" [Le fantóme du cargo] qui correspond au recueil de poemes: Residencia en la tierra 824 Noel Altamirano [Séjour su la terre], En définitive, le fantame est le résultat de ce que nous pourrions designer comme le "travail du poeme", un processus trés compliqué 00 le poeme a la fonction d'écouler la pulsion de morl (idées de suicide) tout en conduisanl le sujet asa figuration comme enlité incorporelle, flottante, invisible. C'est-ádire, que le fantóme s'établit en tant qu'équivalent du suicide. Et c'est ainsi que ce qui aurait pu etre un acle réél d'auloélimination trouve une résolution dans une métapbore de la mort. Par ailleurs, dans la constitution du fantame, interviennent les projections d'aspects du moi mort qui étaienl identifiés avec I'objet primaire perdu. Une mission primordiale de cette entité fantornatique est celle de controler I'angoisse de persécution. THE GHOST: A REPRESENTATION OF THE SUBJECTWE STRUCTURE IN STA TES OF MOURNING AND DEPRESSION The aulbor's reference point is W. Baranger's paper on the "undead", as the type of object found in states of mourning and depression. He proposes some ideas in which he maintains that there is also a subjective structure peculiar to the subjet who suffers from the above-rnentioned affections. This structure is represented by the ghost (spectre). This representation is inferred from the analysis of a poem by Pablo Neruda entitled "El fantasma del buque de carga" ["The GOOslof the Cargo Ship"], published in his book, Residencia en la tierra [Residence on Earth). In sbort, the ghost is the result of what could be ca11edthe "poem-work", a very intricate process in which the poem functions as a working-over of the death drive (ideas of suicide), leading the subject to shape it as an incorporeal, floating, invisible being. That is, the ghost is established as an equivalent of suicide. Thus, whal mighl have been a real acl of self-elimination is resolved in a metaphor of death. TIte ghost is also built up with the intervention of projections of aspects of the dead ego that were identified with the lost primary object. The basic task of this spectral entity is to control persecutory anxiety.