LAS BESTIAS ATACAN La semana pasada comenté el Documental PINOCHET que por primera vez en 22 años abriría los ojos a una comunidad engañada por casi 40 años. Se esperaba una manifestación contraria de parte de los beneficiados directos por la megamentira oficial internacionalizada. No obstante lo que vimos allí, en los accesos al teatro Caupolicán, fue mucho más, fue una debacle total, el desborde de una bestialidad desatada, una furia infrahumana, preñada en resentimiento social, en odio sin límite ni razón, escenas para inspirar a Dante Alighieri. Los que vivimos la dictadura marxista volvimos a ver aquellas hordas desbocadas arrasando las calles de Santiago en total impunidad, dado que entonces los protegía el chilenoide que había usurpado la presidencia de la nación. Hoy no se entiende que sigan protegidos, ya que supuestamente tenemos un estado de derecho en el que impera la ley y ésta es igual para todos. Nosotros sí lo entendemos, es que a un lado y a otro, como también al centro, los supuestos rivales politiqueros pertenecen a la misma mafia de sinvergüenzas que en lugar de ganarse la vida honradamente, se despedazan entre ellos para tener acceso a las arcas públicas y enriquecerse rápidamente sin esfuerzo. Por eso las bestias bacheletistas atacan, atacan en total impunidad. Para volver a llenarse los bolsillos. Y tal como dije en otras ocasiones esa misma ley tan ciega para los que son más iguales que los demás, caerá en santa ira y perseguirá implacablemente a cualquier ciudadano que haya osado defenderse o hacer justicia por su propia mano. Ahí sí que los jueces afables y febles se transforman en demonios vengadores en cuyos diccionarios no aparece la palabra piedad. Ya lo veremos el día que capturen al ciudadano que hizo unos disparos… ¡al aire! ¿Que hubo 64 detenidos? ¡Y qué! Si ya están sueltos de nuevo, y volverán a atacar una y otra vez en cada “manifestación pacífica” o “protesta” en la que harán uso de su “derecho de expresión”. Los que serán perseguidos, juzgados y condenados serán algunos carabineros que cometieron el error de cumplir su deber manteniendo el orden y protegiendo adecuadamente a ciudadanos decentes apedreados, zamarreados, golpeados y hasta escupidos por los energúmenos bacheletistas. Son la segunda generación de jóvenes idealistas, esos que algunas décadas atrás asesinaron en forma terrorista a Edmundo Pérez Zujoviç, quienes como castigo ejemplar fueron enviados por el dictador marxista a turistear a Suecia con gastos pagados por todos los Chilenos y quedarse allá dándose la gran vida con el dinero que el pueblo sueco paga en impuestos. ¡Qué maravillosa es la democracia! En la que todos somos iguales… Junto con esta bestialidad vimos además la impúdica desfachatez de los dirigentes y tinterillos de las organizaciones de familiares y compinches de los despatriados desaparecidos. Toda la prensa se desgañitó destacando como ellos se habían manifestado pacíficamente. Sólo mínimas excepciones en dicha prensa tuvieron la decencia de denunciar y mostrar cómo impedían el paso violentamente a los patriotas que querían participar de tan necesaria función de cine. Dignas de sincero estupor fueron también las sucesivas entrevistas y programas de tertulia que cundieron a medida que se acercaba el 10 de Junio. Invariablemente acosaban a los entrevistados patriotas con la agobiadora monserga de las violaciones a los derechos humanoides. Parecían lograr un orgasmo cada vez que alguno de los acosados terminaba por aceptar que durante los 17 años del Gobierno Chileno se habían violado los sacrosantos derechos. Pero pobre del que se mantuviera con los pantalones arriba y se negara a ceder a las impertinentes arremetidas del buitre de turno. Se manejaban los tiempos y la elección de las palabras para ponerlo bajo una luz muy obscura y crucificarlo implacablemente, todo con una sonrisa cínica y modales aparentemente educados, y también a veces con ojos desorbitados y rostros desencajados por el odio. Si alguien cree que exagero tan sólo recuerde lo que vio y si no los vio búsquelos en la red. Después hablamos. Algunos politiqueros que crecieron y hasta medraron durante el Gobierno Chileno se dieron vuelta la chaqueta olímpicamente. Total, pinochetista que destiñe sirve para otra elección. Pero creo que lo más destacado fue la aparición del brillante periodista y escritor don Hermógenes Pérez de Arce en el purpuroso programa Tolerancia Cero, título al cual los cuatro panelistas hicieron honor (se siente extraño usar la palabra Honor al hablar de neoupelientos, pero, en fin), al hacer víctima a su invitado de un vergonzoso cuadrillazo. Tuve el desagrado de verlo completo, lo que prácticamente nunca hago por lo insoportablemente upeliento y democratoso de las opiniones allí vertidas, y puedo afirmar con absoluta certeza que la única persona inteligente en pantalla fue el señor Pérez de Arce. Incluso el independiente y hasta entonces equilibrado Fernando Villegas cayó en el juego sucio de los dos upelientos y del deslavado derechista, cerrándose también a razones indiscutibles. El peor bacheletista de todos, el tal paulsen (¡cómo puede tener ese apellido!), tuvo la inexcusable insolencia de dárselas de molusco bivalvo y negarse a honrarlo con alguna de sus tan magistrales preguntas, arguyendo que ya sabía las respuestas que daría don Hermógenes y por eso se abstenía, mientras el rostro se le retorcía de asco o repulsión. Felizmente cayó en su propia estupidez al definir el fanatismo como la incapacidad de cambiar de opinión, pues él primero no sopesó ni reflexionó sobre ninguna de las explicaciones y respuestas del distinguido invitado (¡invitado!), y con toda seguridad no va a ver el documental ya que correría el grave riesgo de tener que cambiar de opinión. Por supuesto ninguno tuvo la capacidad de entender que teniendo la razón en un 100%, el señor Pérez de Arce no tendría porqué cambiar de posición frente a la dictadura marxista, a la Liberación del 11 de Septiembre y al Gobierno Chileno. Ellos sí. Otra muestra indeleble de la superchería y falta de escrúpulos de los humanoides bacheletistas la dio un tal Coddou, espantajo con las típicas mechas desordenadas, barba que sí que no y lentes de intelectualoide barato, que con total desparpajo acusó a los organizadores de cometer un delito, incitación al odio, penado severamente en otros países. Para él, exhibir verdades irrefutables que desnudan el odio marxista y sus crímenes así como la falta de carácter y entereza de los que se enfrentaron a los marxistas en la época negra pero después de la Liberación se dejaron uncir su yugo humillante sólo por subirse al poder, constituyen incitación al odio ya que la figura del “homenajeado” crea reacciones negativas de parte de “todo el pueblo de CHILE”¡¡¡!!! Está demás refutar el inmenso descaro de la minoría execrable que nos avergüenza a todos los verdaderos Chilenos, de usar repetidamente la expresión “todo el pueblo” o “todos los Chilenos” para referirse a sí mismos; sin embargo la referencia a leyes extranjeras sí merece un comentario. Tiene razón, esas leyes existen, pero fueron impuestas o compradas en casi todos los países europeos y en Yanquilandia con el único fin de detener el avance del Revisionismo Histórico y brindar así impunidad a aquellos grupos de presión que conforman un supragobierno mundial, del cual los marxistas son apenas marionetas útiles para sus fines. En esos países un violador o un asesino en serie tienen posibilidades de ser absueltos o indultados y siempre sus abogados les consiguen penas mínimas, pero un acusado de odio racial o algo semejante tiene largos años de prisión asegurados antes de presentarse a juicio, y eso es lo que aquel peruétano quiere para nuestra Patria. Debo aclarar que por odio racial no se entiende atacar a alguien por pertenecer a una raza distinta, sino nada más que acusar a delincuentes o criminales de una raza determinada, o incluso defenderse de ellos se convierte en grave delito. Otro aspecto importante es la absurda convicción de que los bacheletistas tienen derecho a hacer todas sus manifestaciones públicas, sin que importe si cometen barbaridades, destruyen todo a su paso o saquean salvajemente. Esto es algo que los medios debieran ya dejar de inculcar y en cambio empezar a cuestionar, y ayudar a la ciudadanía incapaz de pensar por sí misma, para que despierte de su modorra izquierdófila inducida y reclame enérgicamente a sus autoridades para que tratemos de volver a la añorada normalidad. A quienes se sirvan leer estas mal hilvanadas líneas les invito a preguntarse seriamente si la famosa democracia (Partitocracia) es la octava maravilla como la presentan, a donde va nuestra amada patria, si esto es lo que queremos dejar de herencia a las generaciones que nos seguirán, si no será ya hora de decir ¡basta! y buscar en la historia ejemplos de gobiernos realmente Políticos, de sistemas probados históricamente, que hayan dado pan, techo y abrigo a todo el pueblo, además de salud y educación, terminado con la cesantía y la delincuencia, engrandecido a su nación y haberla defendido eficazmente contra enemigos externos e internos. Chilenos y shilenitos debemos meditar si no es eso lo que realmente queremos, incluso si tenemos que privarnos de la maravillosa experiencia de votar y de los tan nobles e imprescindibles partidos politiqueros. Sí, los echaremos de menos, pero saber que vale la pena vivir la vida y que nuestros herederos podrán hacerlo también, seguramente nos consolará por tan enorme pérdida. RGR 14-VI-12