BOLSA ADVENTICIA Resumen: En diversas ocasiones el autor ha descrito y presentado en seminarios, cursos, revistas, etc., su opinión sobre el diagnóstico y el tratamiento de la bolsa adventicia. A pesar de que es una de las patologías más frecuentes en nuestras consultas y siendo, además, la causa, en muchas ocasiones, de un Vía Crucis para el paciente, de consulta en consulta, sin que le den tan siquiera un diagnóstico y menos un tratamiento. El autor no ha encontrado bibliografía que describa adecuadamente esta patología y, lo poco o nada publicado (excepto por el autor), sumado al hecho de no enseñarlo en las escuelas, es la causa de que hoy todavía no se diagnostiquen, y por tanto no se traten, en un gran número de casos. Palabras clave: Bolsa adventicia. Higroma. Heloma recalcitrante. Heloma mole. Heloma fibrosado. Heloma inflamado. Heloma crónico, Heloma fistulizado. Bursitis. Patologías digitales. Fomentos. Exostectomía. Exéresis. Artroplastia. Hemifalangectomía. Ortosis de silicona. ¿Qué es una bolsa adventicia? Podríamos catalogarla de higroma. Higroma: Inflamación aguda o crónica con distensión de la misma por el exudado. Puede formarse en cualquier zona de presión, roce o cizallamiento No debemos confundir la bolsa adventicia con la bursitis. La primera se forma en un lugar en donde normalmente no existe bolsa alguna. La bursitis es la inflamación de una bolsa o bursa ya existente. ETIOPATOGENIA Se origina a partir de la formación de un heloma como consecuencia de la continuada presión, roce y, sobre todo, cizallamiento (debido al calzado) entre el tejido blando y una prominencia ósea subyacente (exostosis, cambios estructurales en la morfología ósea, etc.) que actúa como causa. Es un quiste anormal que se origina entre el vértice del heloma y la estructura subyacente y, como consecuencia de ello, se forma una bolsa adventicia que contiene líquido semejante a la sinovia provocando una separación entre el tejido celular subcutáneo y la dermis. 1 Ambos, comportan la formación de una bolsa aguda que tiende a cronificarse con el paso del tiempo y que, en ocasiones, su distensión comporta la apertura de una boca por donde sale el exudado que, generalmente, no es otro que líquido inflamado como resultado de esa dicotomía. Cuando ese líquido se inflama se deriva a un dolor insoportable, tanto, que es frecuente que el paciente acuda con el calzado recortado a la altura de la lesión del dedo afectado manifestando qué, incluso el roce de la sábana le produce dolor. Es en su fase más avanzada cuando, por acúmulo e inflamación del líquido éste busca una salida al exterior (en principio lo hacia por transpiración) puede formarse un orificio bien definido que puede terminar fibrosándose y fistulizándose (éste y la bolsa). Desde un principio requiere un tratamiento drástico puesto que si no se actúa de manera eficaz, pasará de un estado agudo a cronificarse, con el consabido sufrimiento que ello significa para el paciente. Las más frecuentes se localizan en II, IV y V dedos, si bien podemos encontrarlas también en la planta del pie, por ejemplo, debajo de un heloma inveterado (I.P.K.). 2 DIAGNÓSTICO Todos hemos vivido, diríamos, casi diariamente, el consabido heloma “ recalcitrante” que en principio acude cada mes, luego a las tres semanas, posteriormente cada dos para terminar manifestando el paciente que nuestro menester sólo le dura tres o cuatro días. Al estadio comentado se llega cuando no se diagnostica a tiempo el inicio de la formación de la bolsa adventicia. Además es fácil de diagnosticar, con antelación a ello, por los signos que presenta. CARACTERÍSTICAS Manifiesta tumefacción alrededor de la lesión. El enrojecimiento de sus bordes, generalmente bien delimitados, se torna blanquecino en el momento en que ejercemos presión sobre ella recuperando de inmediato su color cuando dejamos de hacerlo. Otro signo característico es el dolor al pinzamiento. Al igual que la verruga plantar cuando presionamos los bordes se hace irresistible y, en cambio, es más tolerante si presionamos de manera uniforme sobre la lesión. Observaremos también que en la zona prominente de la lesión apenas se observa hiperqueratosis. Al deslaminar, el núcleo que aparece en el heloma, es blanquecino y duro. En tanto que en la bolsa, el “ núcleo” es algo blando, más bien pastoso y si lo humedecemos con alcohol su color es grisáceo (en el heloma es duro y blanquecino). 3 Un halo rosado a su alrededor es otra característica propia de la bolsa adventicia. TRATAMIENTO Podemos dividirlo en tres: § El realizado en la consulta § El que se aplicará el paciente en casa § Y el quirúrgico El realizado en la consulta consistirá en la deslaminación y enucleación (ésta exhaustiva). Desinfectar con un antiséptico, aplicar una pomada antibiótica y aislar o proteger la zona, para evitar la presión o roce, con fieltro o espuma. La confección de una ortosis de silicona para evitar la presión en esa zona siempre nos ha dado muy buenos resultados, eso sí, practicando un orificio del tamaño de la lesión que va a permitir la salida del exudado. No debe ser confeccionada cubriendo la zona, si bien en un principio puede ir bien, al cabo de poco tiempo, acrecentará el dolor puesto que la silicona impedirá la transpiración del exudado y ello hará aumentar la inflamación. Aparte de permitir la transpiración facilita las curas que deben hacerse con pomada de Neomicina y Bacitracina. No hay que tener miedo de que se formen edemas de ventana en dorso de los dedos, jamás se nos ha presentado este problema, ni tan siquiera en casos de insuficiencia venosa manifiesta. También aconsejaremos el calzado adecuado. 4 Una fórmula que siempre nos ha dado un resultado satisfactorio (a pesar de ser muy antigua (la vengo prescribiendo desde hace más de 55 años y 7 antes ya la conocía), es la siguiente: Timol …………………………….……….. 1 gr. Cloramina T …………………….……….. 1 gr. (en su defecto un sobre de Cloryna Heyden) Ácido bórico …………….………………. 5 gr. Sal de Vichy ………..……………………. 5 gr. Agua destilada c.s.p .……….………….. 1 litro m.s.a. FOMENTOS (CATAPLASMA) USO EXTERNO En un pequeño recipiente se calienta la cantidad del líquido que se precise para aplicar sobre la lesión (lo más caliente que se tolere, sin llegar a quemarse) valiéndose de un algodón empapado en él. Cuando se note que el algodón se va enfriando, se empapa de nuevo en el agua (que iremos manteniendo caliente), y así sucesivamente durante unos 10/15 minutos. Tres veces al día, los primeros días, para luego ir espaciando de acuerdo con los resultados. Después de los fomentos deberá aplicarse una pomada (mejor en forma de masaje) de Neo­Bacitrin, Mydacina, Plasimine, etc. y luego, ponerse la ortosis de silicona, con una gasa encima, o protegerlo adecuadamente con fieltro etc. Hay que pensar y advertir por tanto al paciente que, si se evita el roce, la bolsa, se secará y resultará asintomática pero no desaparecerá, con lo cual, si no lleva el calzado adecuado y la consabida protección, con sólo media hora de calzado incorrecto o desprotegida, puede de nuevo inflamarse. La cirugía es la gran solución a este problema. Aparte de que en muchas ocasiones deban practicarse diversos procedimientos, es factible realizarla sólo en el dedo afectado. Desde una simple exostectomía pasando por una exéresis de la lesión (heloma y bolsa), artroplastia, hemifalangectomía (muy indicada en V dedos), tenotomías, etc. Procesos quirúrgicos 5 Otras piezas 6