Pola Roitman Woscoboinik - Biblioteca Digital de APA

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Sueños, sexualidad y delirios.
Estudio sobre «Gradiva» de Jensen a la
manera de un caso clínico.
Reflexiones a propósito de las patologías límites
* Pola Roitman Woscoboinik
Las formulaciones del último Freud – “Construcciones en el análisis” (1937)
y Esquema del Psicoanálisis (1938-40) – junto a desarrollos de René Roussillon
(1999) acerca de las patologías identitarias-narcisistas, proveen de elementos
para repensar la vida sexual de Norbert Hanold, protagonista del cuento de
Jensen, sus sueños, su delirio y, finalmente, la cura por el amor a través del
rol que juega Zoe-Gradiva en el encuentro en Pompeya. Por extensión, este
planteo lleva a reflexionar acerca del lugar del analista frente a las llamadas
patologías de frontera y a otros cuadros que no conforman de entrada una
neurosis de transferencia.
Nos acercamos al cuento a la manera de un caso clínico, como propusiera
Freud mismo en su trabajo. En la interpretación de “esta fantasía pompeyana”,
Freud menciona la inclinación de Norbert a erotizar la marcha y el pie de
la joven en el friso que descubriera en Roma, sin llegar a constituir una perversión franca. Norbert la ha llamado Gradiva, “la que camina”. Destaca la
represión como mecanismo defensivo predominante. Aunque años después,
(1915, 1924) señalará con énfasis que la represión en la psicosis – agregamos,
también en las patologías de frontera – no presenta elementos comunes con
la represión de las neurosis de transferencia.
A partir del punto de inflexión que marcan las teorizaciones de Más allá
del principio de placer (1920), Freud reformula tópicos metapsicológicos de
envergadura. Fundamentalmente, el trauma y su compulsión a la repeti-
*
[email protected] / Argentina
El presente trabajo surgió de reflexiones en el seno de un grupo de autogestión de A.P.A.
que se reúne semanalmente para profundizar la temática: “Relación pulsión-objeto, a
propósito de las patologías actuales”. Está integrado por: Dra. María Ester Hodari; Dra.
María Díaz de Pinto; Dra. Marizul Martínez; Lic. Cristina Pascuzzo de García Lema;
Lic. Pola Roitman Woscoboinik y Dra. Olga Rudi.
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ción, un nuevo dualismo pulsional, una concepción estructural del aparato
psíquico, etc. En la línea que propone nuestro trabajo, destacamos los desarrollos conceptuales de “La negación” (1925) (Verneinung) y dos años más
tarde, de “Fetichismo” con la introducción de la noción de desmentida
(Verleugnung) y sus efectos, la escisión del yo. En 1927 Freud la relaciona
sólo con las perversiones ya que lo que está en juego es el repudio de una
percepción intolerable: la ausencia de pene en la mujer. En su base, la amenaza de castración y como solución de compromiso, la formación del objeto-fetiche.
Pero a esta noción le esperan desarrollos más abarcativos. Con la apertura
al estudio psicoanalítico de las psicosis y más tarde, en contribuciones posfreudianas, respecto a las patologías “límite”1, la desmentida ingresa con
mayor amplitud en el cuerpo clínico-teórico del psicoanálisis.
Aunque, curiosamente, ya en los albores de sus teorizaciones, Freud describía la defensa psicótica en términos casi idénticos:
Existe un tipo de defensa mucho más enérgica y eficaz que consiste en que
el yo rechaza la representación intolerable, simultáneamente con su afecto y
se comporta como si la representación nunca hubiera llegado al yo. … por
lo que al realizar este acto, el yo se desprende también, total o parcialmente
de la realidad (1894, p. 269).
De allí que no desconcierten las palabras iniciales de “La escisión del yo
en el proceso defensivo”: “Por un momento estoy en la interesante situación de
no saber si lo que voy a comunicar ha de apreciarse como algo hace tiempo consabido
y evidente, o como nuevo y sorprendente. Me inclino, empero, a creer lo segundo”
(1938, p.275).
En 1937, en “Construcciones en el análisis” reafirma los dos grupos de
defensa fundamentales: el rechazo de una exigencia pulsional del mundo interno y la renegación de un fragmento del mundo externo real. En nuestro
personaje se entrelazan los dos tipos de defensas. Más aún: en relación al
delirio histérico, precisamente este “caso”, Freud conjetura vicisitudes traumáticas muy tempranas, vividas antes de la adquisición del lenguaje, en la
pre-historia del sujeto.
El delirio contiene un fragmento de verdad histórico-vivencial (…) que
nos lleva a suponer que la creencia compulsiva que halla el delirio, cobra su
1 Destacamos a partir de Ferenczi, a Anzieu, Green, Roussillon entre muchos otros. En
nuestra comunidad psicoanalítica, a Baranger, Paschero, Marucco y otros.
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fuerza, justamente de esa fuente infantil (…) las formaciones delirantes de los
enfermos me aparecen como un equivalente de nuestras construcciones... Intentos de explicar y restaurar que, es cierto, bajo las condiciones de la psicosis,
sólo pueden conducir a que el fragmento de realidad objetiva que uno desmiente en el presente, sea sustituido por otro, que uno había desmentido en
la temprana prehistoria”… (P 269). Todo lo esencial se ha conservado, aún
lo que parece olvidado por completo está presente, de algún modo y en alguna
parte, solo que, soterrado, inasequible al individuo (P. 262).
Se pregunta también si el olvido no se conectará con el sepultamiento
de la huella mnémica.
En el caso de Norbert, ¿cuál es el fragmento del delirio que contiene ese
fragmento de verdad histórico-vivencial, ya antes desmentido en la prehistoria de su vida? ¿Cuáles sus desfiguraciones, para poder entenderlo y resituarlo? Más aún: en el estudio del cuento, Freud expresa que “es probable
que ese delirio tenga en su interioridad unas raíces de las que nada sabemos y a nosotros nos faltan” (P.16) de su estudio sobre “Gradiva”.
Proponemos con Roussillon que cuando Freud hace alusión a lo petrificado, lo soterrado que retorna en el delirio de Norbert, apunta a lo desmentido y escindido en su yo, a todo lo que le fue imposible tolerar en su
temprana infancia, no sólo por las circunstancias traumáticas en sí mismas,
sino por el estado de su aparato psíquico, antes de la adquisición del lenguaje.
En efecto, Roussillon expresa en “Situaciones límites transferenciales”
(1999-2007): “En el delirio se activan alucinatoriamente las huellas de la zona
traumática primaria. La percepción es alcanzada por el retorno alucinatorio y el
preconsciente se desorganiza intentando dar un sentido actual a aquello que, desde
adentro, lo vuelve a invadir por la descomposición del clivaje”.
Ese núcleo de verdad histórico-vivencial en nuestro personaje, ¿será una
historia de amor, separación y muerte con los objetos primarios?¿contendrá
experiencias acumulativamente traumáticas que retornan, coincidiendo con
el renacimiento de su sexualidad, después de la muerte del padre y del descubrimiento del friso en su primer viaje a Roma? Conjeturamos, en función
de numerosos indicios, la imagen de un Norbert-infans inmerso en la vivencia de una angustia profunda de desmoronamiento, la que Winnicott denomina “verdadera agonía” (1963), reflexiones que lo llevarán a diferenciar
entre las patologías del ser y las patologías del tener. Estas nociones encuentran filiación en conceptualizaciones de Green (1984) acerca de la función
objetalizante versus desobjetalizante de la pulsión, Eros y Tánatos.
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ACERCAMIENTO A LA COMPRENSIÓN DE LOS SUEÑOS ENTRAMADOS CON EL DELIRIO
Referir la importancia del sentido de los sueños, tanto en la clínica como
en la investigación psicoanalítica, resulta algo obvio. Sin embargo, muchas
veces nuestra praxis parece olvidarlo.
El análisis de sus propios sueños por parte de Freud constituyó un pilar
fundamental en los orígenes del psicoanálisis. Consciente del corte epistemológico que implicaba la interpretación de los sueños y su concreción en
Die Traumdeutung, le preguntaba a Fliess, aunque investido, al mismo
tiempo, de una gran convicción: “¿Crees tú, por ventura que en la casa alguna
vez se podrá leer una placa de mármol: Aquí, se reveló al Dr. Sigmund Freud el
24 de Julio de 1895 el secreto de los sueños” (1900, p. 457-8).
Ya Heráclito, muchos siglos atrás había expresado: “todo hombre despierto
habita un mundo común, pero cuando sueña vive su mundo más auténtico”. Y en
un Ensayo sobre los sueños, Joseph Adisson, citado por Borges, (1977, p. 7)
señalaba en 1712: “Cuando el alma humana sueña, desembarazada del cuerpo,
es a la vez, el teatro, los actores y el auditorio… se traslada a diez mil escenas de
su propia creación”.
El cuento de Jensen relata tres sueños de Norbert. Son la clave para la
comprensión de su patología, sus manifestaciones y las circunstancias de su
recuperación. Asimismo, para reflexionar acerca del resurgimiento de una
sexualidad que había sido “sublimada” con una dedicación exclusiva al estudio de objetos de arte de la antigüedad clásica. Se amalgaman ensueños
y fantasías diurnas, creencias arraigadas y conocimientos arqueológicos. Y
aunque en un primer momento nuestro personaje pareciera diferenciar
sueño de vida real, ésta se irá tiñendo, confusamente, con referencias que
conformarán su delirio.
Entre los tres sueños hay un hilo conductor, desde las primeras fantasías
hasta la “cura por el amor”. “Nuestro caso clínico – señala Freud – podría desembocar en una historia de amor, pero no es lícito menospreciar el amor como potencia
curativa del delirio…” (p. 19).
El primero de los sueños tiene por escenario a Pompeya con Gradiva
como protagonista, el día de la erupción del Vesubio, por lo que asiste a la
muerte de la doncella; el segundo, iguales circunstancias pero los protagonistas son una pareja de enamorados: el Apolo de Belvedere y la Venus Capitolina; el tercero, nuevamente en Pompeya, pero no ya convulsionada,
sino en una jornada común. Se encontrará entonces con una Gradiva llena
de vitalidad, sensual, tomando sol y cazando lagartos. Antes del tercer sueño,
que resultará verdaderamente liberador, han mediado dos encuentros con
Zoe/Gradiva-rediviva.
Utilizamos, a modo de asociaciones, referencias del relato mismo.
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PRIMER SUEÑO (SOÑADO EN ALEMANIA)
Se hallaba en la ciudad de Pompeya, precisamente el 24 de agosto del año 79,
día de la tremenda erupción del Vesubio. El cielo envolvía a la ciudad condenada
a la destrucción en un sombrío manto de humo. Las ardientes llamas
del
cráter eran la única luz que permitía percibir uno que otro objeto en medio de
un resplandor rojo de sangre; todos los habitantes, perdida la cabeza, presos
de un terror desconocido, buscaban su salvación en la fuga, solos o en confusas
avalanchas. Los “lapilli” y la lluvia de cenizas caían alrededor de Norbert pero,
como ocurre milagrosamente en los sueños, no era alcanzado por ellos, así como
tampoco le impedían respirar los mortíferos vapores de azufre que sentía en la
atmósfera. Se encontraba en el lindero del Forum, cerca del templo de Júpiter,
cuando de súbito, vio a Gradiva frente a él, a escasa distancia. Hasta ese momento, el pensamiento que pudiera estar presente no se le había ocurrido ni
por asomo y sin embargo, ahora, le parecía sumamente natural. Gradiva, siendo
pompeyana, vivía en su ciudad natal y sin que ello le causara extrañeza, era contemporánea suya. La reconoció a primera vista, comprobando que el relieve
era perfectamente exacto, hasta el menor detalle, aún el de su paso… Atravesaba,
con paso flexible y tranquilo, el embaldosado del forum y se dirigía hacia al
templo de Apolo, con una serena indiferencia por cuanto la rodeaba… Parecía
como si, absorta en sus pensamientos, no se diese cuenta de la fatalidad que se
cernía sobre la villa. …. Y, con la idea de que la realidad viviente de la joven
iba a desaparecer pronto trataba de grabar profundamente su imagen en la memoria. Pero de súbito, se le vino a la mente la idea que si ella no emprendía
una rápida huída iba a ser víctima de la catástrofe general y, un violento terror
le arrancó un grito de alarma. Ella lo oyó pues volvió la cabeza hacia él…. Y
sin prestarle mayor atención reanudó la marcha. Su rostro palideció como si
se hubiera convertido en mármol…. Continuó la marcha hasta el pórtico del
templo se sentó entre las columnas, sobre una grada y reclinó la cabeza. Precipitándose hacia ella…. estaba tendida sobre la ancha grada… Así recostada,
parecía dormir pero ya no respiraba. Era evidente que los vapores de azufre la
habían asfixiado. … Sus rasgos expresaban una calma sobrenatural … pero fueron haciéndose cada vez más vagos a medida que el viento arrastraba la lluvia
de cenizas … hasta los últimos vestigios del semblante y que terminó de cubrir
totalmente el cuerpo bajo un uniforme revestimiento … (p.21-24)
Ha sido una verdadera pesadilla. Al despertar, Norbert tarda en recuperarse
y, confundido, sólo atina a contemplar el bajorrelieve en su gabinete. Recién
entonces, concibe que es “un monumento funerario en el que el artista había conservado para la posteridad, la imagen de una mujer que había abandonado la existencia
en muy tierna edad” (p. 27). Al igual que los favoritos de los dioses.
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Lo soñado pasa a ser una convicción. Escucha el canto de un canario enjaulado en la casa lindera y, asomado a la ventana, cree ver a Gradiva caminando. Corre a la calle en ropa de dormir. La burla de la gente lo trae a la
realidad y, ya de vuelta, recuerda que el rostro de la joven no le es desconocido: tiene algo de familiar actualidad. Se compara al canario cautivo. Hay
barrotes en su vida que hasta ese momento no ha podido derribar. Le falta
algo… no atina a saber qué. Preguntamos: ¿ser dueño de su deseo y poder
vivir su propia vida? ¿liberarse del encierro en la ciencia y permitirse renacer
a su sexualidad en el vínculo con una mujer?
A nivel manifiesto, el sueño trae una fantasmática desplegada durante su
rumiación obsesiva acerca de la joven del friso. Lo ha impactado y enamorado, cree que sólo desde la perspectiva arqueológica. Había vivido con alegría el hallazgo de una copia en Alemania.
La situación nos ubica en un espacio/tiempo histórico regresivo: su temprana infancia, tapada por cenizas, piedras y humo. ¿Figuración de su amnesia y acallamiento de empujes pulsionales que estallan en este momento?
¿Referencias a traumas arcaicos que tiñeron el vínculo con su madre? ¿Habrá
muerto tempranamente? ¿Y/o habrá tenido características muy especiales,
como traducen elementos de este sueño y de la trama argumental de su delirio? Imaginamos una mujer en un estado depresivo intenso, sin lugar en
su psiquismo para pensar al hijo; una “madre muerta”, en términos de Green
(1983) y que, en un encierro narcisista, no pudo instrumentar una miradaespejo para el niño. Lo sepultado en Pompeya parecería aludir a una desmentida de esas experiencias tempranas y su escisión/clivaje.
¿A quien representa Gradiva? En el sueño la observa maravillado, dotada
de un movimiento seductor pero, al mismo tiempo, inmóvil, indiferente, rigidizada en el mármol. ¿Por qué el nombre de Gradiva? Jensen comenta
que se inspira en Gradivus, dios de la guerra, “que marcha al combate”.
¿Será el mismo Norbert en lucha para recuperar una vida más humana? ¿Y/o
el pedido a una mujer para que lo conduzca y guíe en esa lucha contra sus
inhibiciones? Luego sabremos que su amada se llama Zoe Bertgang, que en
alemán significan “Vida” y ”La del andar resplandeciente”, respectivamente.
Al descubrir el bajorrelieve lo había seducido la posición del pie posterior
y el “caminar” de la imagen. ¿Indicios de una historia sexual infantil teñida
con amenazas de castración, que lo lleva a erotizar el pie erguido, origen de
esta cuasi-fetichización? También es lícito pensar si esta erotización será el
señuelo para emprender la salida de su encierro y su renacimiento pulsional.
Hasta entonces el sexo femenino había sido sólo una entelequia representada
en el bronce o el mármol. A partir de ese momento, le atrae observar con curiosidad los pies femeninos comprobando que son “diferentes” a los masculinos.
En el reconocimiento de Gradiva, primero una convicción, se van perREVISTA DE PSICOANÁLISIS | LXVIII | N° 1 | 2011
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filando esbozos de su delirio. En el sueño, Norbert es su contemporáneo y
debe salvarla, aunque percibe su lejanía y una mirada ausente. Cuando finalmente se acerca, yace sin vida, recostada en la escalinata, cubriéndose de
cenizas. Todo cae y se desmorona. ¿Él mismo, soterrado? Sin embargo…
el Vesubio está en plena erupción y sus llamas rojas dominan el escenario
del sueño. Irrupción violenta de una sexualidad que empieza a resplandecer.
Aquí, vuelta de lo reprimido ligado a la erotización de objetos inertes. Históricamente, vivió la privación y el anhelo de amor de una mujer/madre.
También él ha estado “muerto” para el amor humano, carnal. Es un sueño
traumático, expresión de “un más allá”…, con una vivencia de angustia extrema. Aún así, se va perfilando el deseo por un encuentro salvador.
SEGUNDO SUEÑO
Soñado en Roma, Norbert se siente contrariado por la presencia de recién
casados que encuentra por todas partes.
De nuevo se vio transportado a Pompeya en los instantes de la erupción del Vesubio. Una revuelta agitación reinaba a su alrededor; hombres en fuga se atropellaban a su lado y, de pronto, vio al Apolo de Belvedere en el momento de
alzar en sus brazos a la Venus Capitolina. La llevaba y depositaba en un lugar
oscuro, que parecía disimular en su sombra, algún objeto. Tal vez el coche o
carro que iba a conducirla, pues dejaba escuchar un ruido de rechinamiento.
Este episodio mitológico no extrañaba mucho al joven arqueólogo, sino que lo
único digno de atención era que la joven pareja no hablaba en griego sino en
alemán y que poco después, en estado casi consciente los oyó decir: “Mi adorable
Greta” “Mi incomparable Augusto”… Luego, el sueño se transformaba por
completo. En torno del soñador, el reflejo de las llamas era reemplazado por la
luz cálida del sol…. Y las ruinas de la ciudad sepultada se transformaban en un
lecho de sábanas blancas alumbradas por los dorados rayos del sol… (p.48-49).
Este sueño, que se presenta como continuación del anterior, tiene en lo
manifiesto significativos restos diurnos. Antes de dormirse había escuchado,
a través de la pared de su habitación, los arrumacos de una de esas parejas,
una “Greta” y un “Augusto”, como los llaman en Alemania: “Me gustas más
que el Apolo de Belvedere” “Eres más bella que la Venus Capitolina”2
2 Apolo, Dios de gran belleza y fuerza armónica. Representa al sol. El Apolo de Belvedere,
(Praxiteles) fue hallado en las ruinas de Ancio y colocado luego en los jardines del Vaticano.
Venus: diosa del amor, la belleza y la fertilidad. En algunos textos se consigna que presidía
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De nuevo, el escenario es Pompeya bajo la erupción. Apolo toma en sus
brazos amorosamente a Venus. ¿Figuración de la escena primaria? También
está la muerte en la oscuridad: un carro – ¿mortuorio? – que los espera y
en el que Venus será depositada. Finalmente, todo se convierte en un lecho
de sábanas blancas iluminadas. Esta transformación desde lo catastrófico
hacia lo erótico ¿será expresión de un incipiente cambio?
Norbert se despierta en medio del resplandor. Ya no se siente tan angustiado y la figura femenina deja de ser siniestra. Las manifestaciones de erotismo, lo deseado/temido, aparecen con mayor permisividad y se irán acentuando progresivamente. Con todo, vuelve a sentir que algo le falta.
Apresurado, emprende el viaje a Nápoles donde tampoco se detiene: a su
alrededor, nuevamente parejas de recién casados. En el trayecto a Pompeya,
se deleita con la naturaleza que renace.
Finalmente llega… pero acá… pululan moscas insoportables. Las compara con esos “Augustos” y “Gretas” que tanto rechaza. Pensamientos sexuales, su propia excitación que concibe como algo deleznable y sucio. “Perturban, paralizan en el hombre la inteligencia, los sentimientos”… “Solo el ansia
diabólica de atormentar” (p.62). Con todo, comienza a dudar si las moscas estarán fuera o dentro de él mismo. Entonces, ¿representarán también huellas
mnémicas que no han encontrado ligadura, a la manera de elementos “beta”,
que no pudieron ser metabolizados, transformados?
Visita la villa recuperada de las cenizas. Allí encontrará a Gradiva-Zoe.
Es al mediodía, hora en que los muertos despiertan. ¡Naturalmente, no es
para asombrarse, si Pompeya es donde se la imaginó! Todo concuerda con
su convicción. El delirio, entonces, se conforma. La alcanza y conversa con
ella: aparecen sus ideas delirantes por lo que Zoe-Gradiva, asombrada, se
retira. Norbert, alcanza a preguntarle si volverá al día siguiente.
El encuentro se repite y la actitud de Zoe, tomando primero el rol de
Gradiva y tratando de acompañarlo en sus manifestaciones delirantes, será
esencial para la recuperación de Norbert. Es como si Zoe fuera trabajando,
poco a poco, con el Yo de nuestro personaje y su sentido de realidad y lo
desmentido-escindido empezara a resurgir, como Pompeya. Reflexiona: al
final, la ciencia es sólo una tía vieja y aburrida. Algo momificado que no permite aprehender las cosas con el alma.
Todavía teme, ¿qué puede pasar si sacude una mosca de la mano de Gradiva? ¿encontrará un vacío? ¿una mano real? Las dos posibilidades lo aterran.
Sin embargo, ¡cómo desearía que Gradiva-Zoe no estuviera muerta!
todos los placeres y sus fiestas podían llegar a ser obscenas.
Venus Capitolina; Una de las más célebres, emplazada en el Museo del Capitolio en Roma.
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En el albergo donde se hospeda encuentra a la pareja ya conocida de enamorados. Con sorpresa, ahora no le inspiran rechazo sino gran simpatía.
TERCER SUEÑO
En Pompeya, después de dos encuentros con Zoe.
En alguna parte estaba Gradiva tomando el sol y provista de un lazo de hierbas
con un nudo corredizo para capturar un lagarto, al mismo tiempo que decía:
“No te muevas, te lo ruego; mi colega tiene razón, el procedimiento es en
verdad bueno y lo he aplicado con todo éxito”. Mientras sueña se da cuenta
de lo “disparatado” del mismo. Lo despierta el grito de un pájaro (¿alucinado?)
que levanta vuelo llevándose el lagarto en su pico (p.144-145).
Aparecen restos diurnos: el cruce en la tarde anterior con un zoólogo,
en realidad, padre de Zoe que le enseña el procedimiento para cazar lagartos:
debe esperar que salgan entre las grietas de las piedras. También lo impresiona como alguien familiar.
El lagarto, ¿representará su sexualidad, escondida entre sus propias rocas?
Recordemos también, que en las primeras fantasías imaginaba a Gradiva, “ahuyentando lagartijas”, único signo viviente. Y cuando la distingue en el sueño,
junto a ella hay un gran lagarto que corre libremente. Está la diferenciación
sexual expresada a través de los reptiles. Además, ese “fino lazo de hierbas”, ¿representará la aspiración de Norbert de ser cazador/cazado” por Gradiva-Zoe?
A la mañana siguiente y preparándose para un nuevo encuentro, ya no
lleva flores blancas, de muerte y olvido, sino rosas rojas, inspirado en la
“Greta” conocida que las luce en su corpiño. Un elemento se agrega, todavía,
a su delirio: el prendedor que compra como antigüedad. Conjetura que es un
regalo de un enamorado a Gradiva. Se angustia y, al mismo tiempo, se enoja.
Decide penetrar por el Ingresso, no clandestinamente, como las otras
veces. ¿Será dar legalidad a sus impulsos para penetrar el cuerpo femenino?
En el largo relato del tercer encuentro aparecen numerosos indicios de
su recuperación. No sólo percibe una Zoe alegre, vivaz; también asocia el
significado de su nombre con el dado a Gradiva. Evoca la atracción por su
antigua amiga de juegos. Su amnesia comienza a disiparse, dejando aflorar
amor y sexualidad.
Pensamos que estos sueños, al igual que en nuestra clínica, facilitan la
comprensión de cómo traumas tempranos, escindidos por una primera desmentida y luego por desmentidas sucesivas, obran como génesis de patologías fronterizas severas.
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En Norbert, como en algunos de nuestros pacientes, la percepción de realidades históricas, penosas y difíciles de elaborar, fueron repudiadas con la secuela de un empobrecimiento yoico. Secundariamente, instrumentalizó la represión de su sexualidad, organizando su vida en el culto hacia objetos de arte.
OTROS INDICIOS DEL CUENTO QUE AVALAN NUESTRAS CONJETURAS
Ya destacamos algunos indicios. Enfatizaremos otros que apreciamos fundamentales:
No hay referencia alguna a la presencia de la madre. Sí la mención a la
muerte del padre en plena adolescencia, condicionando una soledad que
acrecienta el aislamiento.
Gradiva está dotada de un movimiento seductor, pero absorta en sus pensamientos, indiferente a lo que pasa a su alrededor. Por último, adquiere la
inmovilidad de la muerte.
El énfasis en la reconstrucción de la vida de la joven y la fascinación por
su cuerpo y andar. ¿Transferencia del erotismo por el cuerpo materno y sus
enigmas? Las vestiduras lo ocultan… pero a la vez, lo destacan. Sólo dejan
ver sensualmente sus pies, en una posición que se transforma en condición
de amor, a la manera de “objeto virtual” (Marucco,1998).
La total dedicación de Norbert al estudio de la arqueología remite a personajes de otras épocas y a ciudades, algunas desaparecidas y otras, en ruinas.
Se ha apartado de la vida social, propia de los jóvenes, y se ha negado a fantasías sexuales que primero han sido reprimidas por su carácter de incestuosas y luego, desplazadas a la ciencia.3
Conjeturamos si esa dedicación será el cumplimiento de deseos de padres
narcisistas, base de la conformación de un ideal del yo tiránico y asfixiante.
La amnesia total de vicisitudes de su vida infantil, en especial, el reconocimiento de Zoe, y de la relación entre ambos. Todo había caído en el olvido. La borra de su mente y la abandona ¿temiendo ser nuevamente abandonado? Una de las “defensas paradojales” que se repiten en el relato.
Ese descubrimiento del florecer de la naturaleza en primavera ¿figurará
el renacer de su sexualidad, excitado frente a las parejas?
Con todo, en ciertas situaciones reconoce vestigios de contemporaneidad:
la visión de Zoe en la calle después del primer sueño es Gradiva pero su rostro le resulta familiar. También, ya en Pompeya, la del zoólogo cazando la3 Aunque… no olvidemos que Freud habla de la tarea analítica como una arqueología. El
objetivo: ir a los fundamentos del psiquismo en el paciente. En nuestro caso, de Norbert
Hanold.
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gartos. La técnica de “caza” que le trasmite ¿representará la autorización
paterna, su propio padre, para entablar relaciones con una mujer?
ANÁLISIS DEL PROCESO DE PENSAMIENTO DE NORBERT
Pueden apreciarse etapas sucesivas a partir del descubrimiento del friso:
La obstinada admiración por Gradiva lleva a Norbert a configurar una fantasmática, plena de detalles de su vida. Cuenta para ello con sus conocimientos de la antigüedad.
Después del primer sueño, esas fantasías toman el carácter de convicción:
Gradiva había vivido en Pompeya y muerto en el año 79, cuando la erupción.
Planifica un viaje que lo llevará a Roma-Nápoles-Pompeya. Curiosamente, “ha olvidado” su sueño. Lo recuerda recién ante la presencia de una
joven, su olvidada vecina, que coincide en el lugar por azar. Para Norbert
se trata de Gradiva.
En ese momento se conforma el delirio de amor pasional, muerte y vuelta
a la vida. Se observa que en ciertas verbalizaciones no rigen las leyes de una
lógica formal. Se han borrado coordenadas temporo/espaciales. Además, y
en función de su cultura, instrumentaliza la racionalización como mecanismo defensivo que está más cerca de una lógica primitiva (Neyraut, 1977)
que de una secundaria.
Hay pérdida del sentido de realidad y un yo empobrecido. De allí, el noreconocimiento de Zoe, alucinación negativa que desinviste el polo perceptual y también su propia historia. Está verbalizado en la pregunta a Zoe-Gradiva en griego: “¿Eres Atlanta, hija de Jasos, o perteneces a la familia del poeta
Meleagro?” Y ante el desconcierto de la joven insiste, ahora en latín: “¿Eres
hija de algún noble ciudadano de Pompeya…?”. Estas intervenciones resultan
“locas” a los oídos de Zoe que pide que hable en alemán para entenderlo.
La interpretación acerca del prendedor antiguo es también integrada al
delirio.
Recuperación del delirio. Indicios del sentido de realidad
En su ingreso a las ruinas Norbert percibe a la pareja conocida en un momento de intimidad amorosa y se retira con discreción.
Ante la presencia de Zoe… “Por primera vez se da cuenta … que no llevaba
sandalias sino unos zapatos de color arena”: Aceptación de su percepción.
Reflexiona que… “la idea que ella se hubiera encontrado en Pompeya en un
tiempo tan lejano no le parecía armonizar con la sana razón”. Reubicación en la
temporalidad.
La inclusión de hechos de su historia: recordar a su amiga Zoe y descubrir
la motivación inconsciente de llamar Gradiva a la joven del friso.
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LUGAR DEL ANALISTA . LA RECUPERACIÓN DEL DELIRIO.
En “esta fantasía pompeyana” se entrelazan amor y muerte. El delirio ha
puesto de manifiesto una pasión irracional, producto de un pasado irrepresentable, por arcaico y traumático. La vida le presenta a Norbert un nuevo
objeto del que reniega en un primer momento, pero que convoca al objeto
inaugural de amor. No sólo estamos aquí frente a una lógica del deseo, también, a la repetición del trauma en la búsqueda de un proceso de subjetivación y a la expectativa de un encuentro que dé sentido a su vida.
Es la tan amada Gradiva-Zoe quien permitirá a Norbert ir tejiendo ligámenes entre los fragmentos escindidos de su vida y posibilitará su incorporación al flujo representativo. Marcará el camino hacia la recuperación
del delirio.
Es Zoe quien escucha el pedido implícito de la construcción delirante de
Norbert, su desamparo, su necesidad de vivir y de amar. Zoe, quien se ofrece
para vivenciar su carencia y brindar “potencia tutelar” (Green, 2000). Pasa a
ser el objeto que da ligadura a un pulsionar, empobrecido a veces, desbordado
otras. Acepta el delirio, ser parte del mismo, asumirse como la dama pompeyana que regresa de la muerte. “Si la joven dama acepta tan plenamente el
delirio es probable que lo haga para librarlo de él. Si Zoe es la persona idónea pronto
sabremos de qué manera se cura un delirio semejante” (Freud, 1906, p. 19)
Estamos frente a una cura por el amor. Zoe se acerca, pregunta, se interesa, sonríe, despoja la historia de dramatismo y se permite “jugarla” en el
marco de la ciudad sepultada. Acepta el loco amor de Norbert, alentando
el despliegue de sus deseos, emociones, temores. Estamos frente a Zoe asumiéndose por amor, en objeto privilegiado que da forma simbólica al suceder
psíquico del protagonista. Entonces, ¿Zoe analista?
Zoe, que había sido tratada como extraña y desconocida por Norbert, es
ahora Zoe-Gradiva que con fino humor contiene la cuota de horror que
provoca el acercamiento de la mujer, su miedo a tocarla y encontrarse con
el vacío, con la nada, con la muerte.
El difícil camino hacia la realidad requiere que Zoe sea vivida transferencialmente, en forma alternada como un objeto abandonante y abandonado, idealizado y temido. Gradiva, que camina, pero está quieta, petrificada.
Gradiva, que puede conducir a la vida o al mundo de los muertos. Zoe pudo
sobrevivir porque no realizó ni una retirada afectiva ni intelectual. Mucho
menos una retorsión ya que no rechazó ni devolvió intempestivamente los
contenidos del delirio.
“Respeta” un encuadre: el encuentro en el lugar y la hora de los espíritus.
Toma, por momentos, el rol de la joven muerta rediviva y pregunta cautelosamente; acepta las flores del olvido destinadas a los muertos pero a la vez,
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reclama la flor del amor. “Ingenuamente” le plantea si es dentro de su cabeza
donde hay una mosca que trae confusión; deja que toque su mano y luego
bese su mejilla/boca para comprobar que no se desvanece. Comparte un panecillo, como en la infancia, hasta que Norbert se va conectando con la realidad del presente.
Comenzando la salida del delirio, el joven puede expresar su deseo: ¡ojala
estuvieras viva! para amarla y despojarla de su connotación de siniestro. Pasar
del amor a Gradiva-muerta a Zoe-viva es lo que permitirá elaborar faltas y
ausencias primarias que mantienen atrapado a Norbert en las telarañas de
la muerte. Zoe-Gradiva logra despertar en él emociones desconocidas: el
corazón le late en el pecho, siente celos, odio, envidia, violencia; su vida pulsional se enriquece. Zoe-Gradiva le ha infundido su propia fuerza pulsional,
vital… sin ella no la hubiese podido poseer.
Cuando Norbert le propone casamiento, Zoe le responde con alegría
pero con cautela. Finalmente, conversando, llegan a la puerta de Hércules
y frente a la calle enlosada, Norbert le pide que pase. Zoe-Gradiva-rediviva,
con una sonrisa seductora, recoge la falda de su vestido y ante la mirada soñadora de su amado, “…. atravesó la calle, a pleno sol, por la vereda de losas, con
paso flexible y sereno” (p.206).
El vínculo con Zoe le ha posibilitado transitar por un borde entre fantasía-delirio-realidad, y crear un espacio transicional en el que se juega su
destino y la salida de un encierro patológico y asfixiante.
REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LAS PATOLOGÍAS ACTUALES
Estimamos que la aproximación a los sueños y al delirio de Norbert nos ha
enseñado mucho acerca de las patologías “límite”. Coincide con lo enfatizado por pensadores actuales y con lo que venimos observando en nuestra
clínica. Winnicott, Anzieu, Green, Roussillon, entre otros, constituyen referentes valiosos. Entre nosotros, Baranger, Paschero, Marucco.
En un intento de comprensión après-coup se ha conjeturado que son pacientes que han sufrido coyunturas históricas muy difíciles en el vínculo con
el/los objeto/s primero/s, ya sea por carencia o por exceso. De aquí, existen
severas distorsiones en el proceso de representación-simbolización, lo cual,
en definitiva, conduce a fallas en el proceso de subjetivación. Las primeras
formas de simbolización, sabemos, están “apuntaladas sobre el afecto, sobre la
mímica, la gestualidad y el cuerpo”. (Roussillon, 1999, 2008, p.19). Es precisamente en este “apuntalamiento” donde se han producido grietas, fallas,
por lo que no se alcanza la representación de las primeras experiencias de
la relación con el otro, ni tampoco pueden estos pacientes apropiarse de sus
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apuestas pulsionales. Cristalizaron, así, situaciones teñidas con la cualidad
de traumáticas, ocasionando un gran sufrimiento: pequeños traumas que
culminaron en la formación de un trauma acumulativo.
En esta situación, es razonable pensar en la instrumentación de defensas,
también extremas: una desmentida y la consiguiente escisión en la estructura
psíquica que sustrae al bebé de las condiciones perceptivas y sensoriales necesarias para dar sentido a lo que va experienciando. Pueden aparecer entonces
vivencias de vacío, de una nada, de “un no-saber qué”. Son situaciones que no
acceden a experimentar/se, inscribir/se como tales, constituyendo cuasi-experiencias con el remanente de huellas mnémicas sin posibilidad de ligadura.
Esto no implica una ruptura completa con la realidad: aspectos de la subjetividad quedan en contacto con el mundo, lo que permitirá el abordaje clínico. Pero ciertamente nos encontramos con un yo débil y/o dañado. Este
tipo de disfunciones aparece en problemáticas que se manifiestan como pasaje al acto, fantasmáticas con ideas delirantes, hipocondrías, enfermedades
psicosomáticas, estados de indiferencia y desesperanza. Además, lo clivado
puede quedar enmascarado por estados neuróticos que, de no ser reconocido, llevan a desenlaces muy difíciles, como la RTN. Así, los casos límite
iluminan la comprensión de las neurosis de transferencia.
¡Cuánta razón asistía a Anzieu (1975) al señalar la necesidad de pensar
psicoanalíticamente los trastornos del pensamiento, los procesos secundarios
en pacientes actuales! Por supuesto que sin descuidar los primarios. Esto
refiere a lo fundamental: dificultades en el proceso de simbolización.
Se plantea trabajar con estas patologías límite que han puesto al límite
al psicoanálisis mismo. Un cambio importante es que hubo ciertos cuestionamientos a variables del dispositivo analítico tradicional que permiten establecer una dinámica diferente en la relación paciente-analista. En lo fundamental, la necesidad de una mayor flexibilidad que no atente contra lo
específico de nuestra praxis y el despliegue de nuestra propia creatividad.
Es decir, trabajar intentado recrear lo desmentido/escindido: aquello que
no accedió a un inicio de representación. Encontramos un señuelo valioso
en nuestras vivencias contratransferenciales. Son situaciones en las que la
interpretación como herramienta psicoanalítica deja su lugar a otro tipo de
intervenciones: metacomunicación, señalamientos, construcciones.
Estas propuestas de cambio promueven, es lógico, dudas y rechazos. Pero,
y para no atarnos a dogmatismos estrechos, recordemos manifestaciones de
Freud en un reportaje que le hiciera George S. Viereck en 1926: “El psicoanálisis recién comienza. Yo apenas soy un iniciador. Conseguí desenterrar monumentos enterrados en los sustratos de la mente. Pero allí donde yo descubrí algunos
templos, otros podrán descubrir continentes” (p, 255).
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RESUMEN
Se propone una relectura de la problemática de Norbert Hanold, protagonista
del cuento “Gradiva” de Jensen, enfocado como “un caso clínico”, sugerencia de
Freud mismo.
Las construcciones-conjeturas sobre Norbert tienen como base indicios que aportan
vicisitudes de su vida, sueños, reacciones frente a los mismos y finalmente, el delirio.
Llevan a pensar en traumas arcaicos en el vínculo con el/los objeto/s primarios y en
la instrumentalización de defensas tempranas: la desmentida, con escisión y empobrecimiento yoico. El concepto de desmentida alcanza un sentido más abarcativo del
planteado en “Fetichismo”, acercándose a reflexiones de Esquema del psicoanálisis. Esos
traumas condujeron luego a una represión de su sexualidad y sus emociones.
En Norbert se amalgaman ensueños y fantasías diurnas, creencias y conocimientos
arqueológicos. En un principio diferencia sueño de vida real, pero apoyándose en
intelectualizaciones, conforma el delirio.
Se plantea la búsqueda del “núcleo de verdad” vivido en la pre-historia de su vida y se
analiza el proceso de pensamiento: rumiación obsesiva, firme convicción, delirio.
En el cuento aparece sugestivamente, la forma “creada” por Jensen para la salida:
es a través de Zoe-Gradiva quien se compromete en la “locura” de Norbert. Trabaja
con su Yo, auspiciando ligámenes entre los fragmentos escindidos de su vida y su
incorporación al flujo representativo. Lo desmentido-escindido empieza a resurgir,
como Pompeya sepultada.
Son algunas de las notas distintivas de las patologías actuales: fragmentos clivados del
entramado representativo perturban los procesos nacientes de simbolización-subjetivación, lesionando la constitución de la identidad. Son patologías del ser (Winnicott).
Pueden aparecer aspectos contratranferenciales de desorientación, incluso sentir
como propias dificultades del paciente. Se proponen modificaciones del dispositivo
analítico y la necesidad del despliegue de recursos creativos. Situaciones en las que
la interpretación como herramienta da paso a otras intervenciones: señalamientos,
metacomunicación, construcciones.
DESCRIPTORES: DESMENTIDA / ESCISION DEL YO / DELIRIO / SUEÑO / CURA / TRAUMA
SUMMARY
Dreams, sexuality and delusions
A Study of Jensen's "Gradiva" as a clinical case
Reflections on borderline pathologies
The author proposes a re-reading of the problems of Norbert Hanold, the progatonist
of Jensen's “Gradiva” story, viewed as “a clinical case” as Freud himself suggested.
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The author's constructions-conjectures concerning Norbert are based on indicators
provided by vicissitudes of his life, dreams, his reaction to them and finally, his delusion.
They rbring to mind archaic traumata in the link with the primary object or objects
and the instrumentation of early defenses: disavowal, with splitting and impoverishment
of the ego. This concept of disavowal has a broader meaning than what is described in
“Fetishism”, and is closer to reflections in “An Outline of Psychoanalysis”. These traumata led subsequently to the repression of his sexuality and emotions.
In Norbert daydreams, beliefs and archeological knowledge are amalgamated. At first
he differentiates dreams from real life but then, buttressed by intellectualizations, he
shapes the delusion
The author discusses the search for the “nucleus of truth” experienced in the pre-history of his life and analyzes his thought process: obsessional rumiation, firm conviction
and delusion.
In the story the road that Jensen has “created” to his recovery appears suggestively:
it is through Zoe-Gradiva, who involves herself in Norbert's “madness”. She works
with his ego, encouraging connections between split off fragments of his life and their
incorporation into the flow of representations. What has been disavowed-split off begins to re-emerge, like buried Pompei.
These are some of the distinctive aspects of actual pathologies: fragments split off from
representative material disturb nascent processes of symbolization-subjectivization,
injuring the constitution of identity. They are pathologies of being (Winnicott).
Aspects of disorientation may appear, in the countertransference, in which the patient's difficulties may even be experienced as if they were the analyst's own. The author proposes modifications of the analytic device and the need to develop creative
resources: situations in which interpretation as a tool gives way to other interventions:
pointing out, metacommunication or constructions.
KEYWORDS: DISAVOWAL / SPLITTING OF THE EGO / DELUSION / DREAM / CURE / TRAUMA.
RESUMO
Sonhos, sexualidade e delírios.
Estudo sobre “Gradiva” de Jensen como um caso clínico. Reflexões sobre as patologias - limite.
Propõem-se uma releitura sobre a problemática de Norbert Hanold, protagonista do
conto “Gradiva” de Jensen, enfocado como “um caso clínico”, sugestão do próprio
Freud. As construções-conjeturas sobre Norbert têm como base indícios que mostram
vicissitudes da sua vida, sonhos, reações ante os mesmos e finalmente, o delírio. Levam
a pensar em traumas arcaicos no vínculo com o/os objeto/s primários e na instrumentalização de defesas antecipadas: a desmentida, com excisão e empobrecimento do
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ego. O conceito de desmentida alcança um sentido mais abrangente daquele sugerido
no “Fetichismo”, aproximando-se às reflexões de Esquema da psicanálise. Esses traumas
imediatamente ocasionaram uma repressão de sua sexualidade e de suas emoções.
Em Norbert se amalgamam sonhos e fantasias diurnas, crenças e conhecimentos
arqueológicos. No início diferencia sonho da vida real, porém, apoiando-se em intelectualizações se transforma em delírio.
Sugere-se a procura do “núcleo da verdade” vivido na pré-história de sua vida e se
analisa o processo de pensamento: ruminação obsessiva, firme convicção, delírio.
No conto aparece sugestivamente, a forma “criada” por Jensen para a saída: é através
de Zoe-Gradiva quem se compromete na “loucura” de Norbert. Trabalha com seu
Eu, proporcionando ligames entre os fragmentos escindidos de sua vida e sua incorporação ao fluxo representativo. O desmentido-escindido começa a ressurgir,
como Pompéia sepultada.
São algumas das características diferentes das patologias atuais: fragmentos clivados
do emaranhado representativo perturbam os processos nascentes de simbolização-subjetivação, danificando a constituição da identidade. São patologias do ser (Winnicott).
Podem aparecer aspectos contratranferenciais de desorientação, inclusive sentir
como próprias as dificuldades do paciente. Propõem-se modificações do dispositivo
analítico e a necessidade de desenvolvimento de recursos criativos. Situações nas
quais a interpretação como ferramenta dá passagem a outras intervenções: assinalamentos, metacomunicação, construções.
PALAVRAS CHAVE: NEGADO / CLIVAGEM DO EGO / DELÍRIO / SONHO / CURA / TRAUMA.
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