LA PROVINCIA SUPLEMENTO SEMANAL DIARIO DE LAS PALMAS UNA ‘HOJA DE RUTA’ PARA LA EXPOSICIÓN DEL CAAM Paul Klee ARTE Esteban Vicente El Cicca acoge desde ayer una retrospectiva del pintor español, figura clave de la Escuela de Nueva York. CINE El destino de una mujer El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) acoge una exposición que incluye todas las etapas del artista suizo, donde aparece la influencia de su etapa infantil y adolescente a lo largo de toda su obra. La muestra sobre este creador fundamental del siglo XIX y XX se podrá ver hasta el cinco de enero. El cineasta británico Julian Jarrold lleva a la pantalla la vida de Jane Austen, una de las escritoras más adaptadas de la literatura universal. 975 Cultura Jueves, 25 de octubre de 2007 ‘Arlequín somnoliento’, de Paul Klee. i LA PROVINCIA/DLP 40 / II CULTURA CULTURA III / 41 Jueves, 25 de octubre de 2007 LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS EXPOSICIONES EL MUNDO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA ES FUNDAMENTAL PARA ENTENDER LA PRODUCCIÓN DEL ARTISTA SUIZO PAUL KLEE A LO LARGO DE SU VIDA. ÉSE ES EL PROPÓSITO DE LA MUESTRA DE CINCUENTA Y CINCO OBRAS QUE ACOGE EL CENTRO ATLÁNTICO DE ARTE MODERNO Una de las obras de la exposición del CAAM titulada Fata Morgana en el mar de 1918. Realizada con acuarela y tinta sobre papel montado en cartón. i LP/DLP La infancia permanente Un recorrido por la exposición que acoge el CAAM de uno de los artistas fundamentales del siglo XIX y XX, con la infancia como trasfondo difícil de aislar. i Alberto García Saleh E l Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) acoge en estos momentos la exposición más importante que se ha celebrado de Paul Klee en España en los últimos diez años. La muestrase encuentra en la segunda y tercera plantas de dicho centro y permanecerá en sus salas hasta el 5 de enero. Paul Klee. La infancia en la edad adulta es una selección de cincuenta y cinco obras en diferentes soportes que van de los dibujos a las acuarelas, pasando por los óleos, las marionetas, las litografías, los gouachesy las técnicas mixtas en obras procedentes del Zentrum Paul Klee (Suiza) y el Sfmoma (Museum of Modern Art. San Francisco. EEUU), cuyas obras pertenecen al profesor Carl Djerassi, uno de los principales coleccionistas de creaciones de Klee, lo que hace de la exposición una oportunidad única de admirar trabajos del artista que rara vez se han expuesto en Europa. La exposición se presenta dividida en cuatro salas temáticas que llevan los títulos de Los años de la infancia; El viaje de la líneafamilia; Mascotas y animales y, finalmente,Sueños, fantasías y el teatroy comprenden todo el periodo de la creación del artista suizo comenzando con Dama con sombrilla, de 1883-1885, hecho a lápiz sobre papel sobre cartón, y concluyendo conAbrigo azul,de 1940, una obra al óleo y cera pigmentada sobre papel montado en cartón. El recurso de la niñez de cada una de las obras ha dado lugar a que la exposición siga un diseño temático. Otro de los elementos fundamentales, y base sobre la cual se puede planificar todo el estudio de sus pinturas, es su utilización de la línea y a ésta como clave para entender su impulso creativo. Así, podemos entender que si sus obras de niñez y adolescencia son producto del lápiz, el crayón o la acuarela/gouache , en 1903 empieza a desarrollar sus técnicas de grabado y aguafuerte con es- te elemento artístico como base de todo el trabajo. Son muchas las características que aparecen en esta exposición que podrían servir para analizar su obra meticulosamente. Y si descubrimos cómo la niñez y adolescencia del pintor suizo estuvieron repletas de animales La exposición ofrece una visión de la obra de Paul Klee y sus sucesivos periodos artísticos a través de dibujos, acuarelas, marionetas, etc como se puede comprobar en muchos de los cuadros (era conocido con el sobrenombre familiar de “hombre gato”), también podemos comprobar que su dominio del color fue fruto de su relación con artistas como Robert Delaunay, Auguste Macke, Franz Marc o Wassily Kandinsky y cómo éste cambia a lo largo de sus diferentes periodos creativos. En Klee encontramos tres elementos que aparecen representados, sobre todo, en la parte final de la exposición: los sueños, la fantasía y el teatro. Este último aspecto aparece más especialmente, entendiendo el circo como una forma de teatro del mundo o a través de la conexión que hizo entre los animales y el sentido de la comedia. Sea como fuere, en todos estos casos aparecen muestras de un artista que también era un gran lector y una cultura que ha hecho que gente proveniente de otros ámbitos de la cultura se acerque a sus obras. De este modo, una obra como Ruinas de los templos bárbaros(1934) reúne alusiones a lo fantástico y ancestral mientras que en Sin título (con perros, ojo, dado, luna y estrella) (1923) aparecen símbolos antiquísimos que compiten con los tópicos de la existencia rural doméstica. Y otro ejemplo podría ser el Arlequín somnoliento (1933) que ilustra la porta- da de este suplemento y en donde aparece su referencia a la Comedia del arte También, en algunas ocasiones, la realidad y la imaginación se sobreponen como ocurre con Experimento mágico (1920) o Fata Morgana en el mar (1918). Su sentido espiritual, del que parte su mundo natural y sus dimensiones panteístas se ven reflejadas enEl santo de la luz interior (1921). Paul Klee (18 de diciembre de 1879 - 29 de junio de 1940) nació en Münchenbuchsee, cerca de Berna, Suiza, en una familia de músicos. Estudió arte en Múnich con Heinrich Knirr y Franz von Stuck y durante una etapa de su vida se asentó en Múnich, donde conoció a Wassily Kandinsky, Franz Marc y otras figuras de vanguardia, y se asoció al Blaue Reiter, un grupo de artistas vinculado al expresionismo. Klee trabajaba en óleo, acuarela, tinta y otros materiales, generalmente combinándolos en un solo trabajo. Sus cuadros frecuentemente aluden a la poesía, De izqda. a dcha, y de arriba a abajo, las obras: Teddy tiene una necesidad; Pequeño paisaje invernal con esquiador; Paisaje estival y Tric-trac. iLA PROVINCIA/DLP la música y los sueños, y a veces incluyen palabras o notas musicales. A través de su producción se puede comprobar cómo su estilo varía entre el surrealismo, el expresionismo y la abstracción. Tras la Primera Guerra Mundial, Klee enseñó en la Bauhaus, y a partir de 1931, en la Academia Düsseldorf, antes de ser denunciado por los nazis por producir “arte degenerado”. En 1933 dejó la enseñanza y regresó a Berna, donde realizó una gran exposición en la Kunsthalle (1935). Al presentarse los primeros síntomas de una grave enfermedad, disminuyó su trabajo. En 1940 fue internado en una clínica de Muralto-Locarno donde falleció y su producción excede el número de 9.000 entre pinturas, dibujos y grabados. Las obras que aparecen en la muestra que estos días se puede ver en el CAAM gira en torno al tema de la infancia. Un aspecto que se explica porque entre 1880 y 1920 Klee fue testigo de una revolución en el estatus de sus primeros años de vida, debido a las investigaciones sobre la infancia de Alfred Binet o Pierre Janet, o los estudios del surrealismo o el psicoanálisis. De ahí procede el título de la exposición, porque iluminan unas El interés por la línea, la naturaleza o por las referencias cultas permanece en la obra del artista suizo a lo largo de todas sus etapas formulaciones temáticas sobre ese niño dentro de un hombre adulto. Por eso utiliza dibujos de su infancia y los reutiliza cuatro décadas después. Un ejemplo de esto puede ser su obra Coche de caballos, que dibuja con sólo cuatro años y que reutiliza cuatro décadas después como Coche de viajeros. Incluso hay ejemplos de esos dibujos que luego reaparecen ejecutados a tinta o pluma o como litografías. La obra de Klee se puede dividir en varios periodos: la época temprana en Múnich (19001910); la Blaue Reiter y la nueva secesión muniquesa (1911-1915); la época de la Bauhaus (1921-1931) y los años finales de Berna (19321940) se encuentra presente el tema de la infancia. Siempre con una evolución en la utilización de técnicas artísticas, como grabador quedan reflejados y se presentan en la exposición del CAAM. Como señala Carl Djarassi, Paul Klee fue un artista que entendió, quizás mucho más que cualquier otro, la profundidad del pozo emocional y de los residuos creativos procedentes de los primeros años de su vida y de las experiencias de la infancia. Siguiendo el famoso aforismo de Nietzsche, Paul Klee comprendió totalmente que “ésta es la etapa más inteligente del arte de la pintura que sólo unos pocos entienden”. Con la selección de obras de esta exposición, el CAAM se acerca a la pervivencia de los rasgos de la infancia en la obra de Klee, algo que mantuvo y desarrolló a lo largo de su vida adulta. El interés se centra menos en el arte de la infancia, es decir el Arte Infantil, y más en los caminos creativos “nunca olvidados”, que Klee transportó y convirtió en un universo pictórico que fue completo y genuinamente suyo. Nació en 1879, y se situó a comienzos de la edad moderna. Los temas de sus obras reflejan la transición del mundo de sistemas estáticos al mundo de la velocidad dinámica y del desarrollo motorizado del siglo XX. Con dibujos y otras obras de la primera etapa de la infancia, las obras de Klee tocan muchos de los aspectos más importantes del mundo de la transición del “arte moderno” en los primeros cuatro decenios del siglo XX. Esta exposición muestra, por tanto, la fascinación perpetua de Klee con la línea como símbolo y con los medios gráficos, y su relación con la música y el teatro, con el mundo a pequeña escala, que cabe en la mano, con los códigos de la naturaleza y su simbología oculta. Casi todo en la obra de Paul Klee trata sobre el ser humano, tanto en sus aspiraciones a pequeña escala como de largo alcance. Nunca hubo un abstraccionista igual, él abstrae simbólicamente el mundo, siempre dirigiendo al espectador hacia lo principal de la vida humana imaginativa. Es una cualidad de lo indudablemente humano, que le ha conferido posteriormente a su obra ese atractivo universal. En los sesenta años más o menos posteriores a su muerte, nunca ha caído en desgracia. El atractivo humano de Klee ha influenciado a innumerables artistas y sigue influenciándolos hoy. Es un profeta de lo que sabemos, pero también de todo lo que olvidamos con frecuencia. Son manifiestas sus credenciales humanistas, y no existe nada en la rutina cotidiana diaria de nuestra vida que sea tan pequeño e insignificante que no podamos aprender algo de ello. Paul Klee aprendió e interiorizó bien esta lección, y su arte supone un testimonio ilustrativo del niño que habita en el hombre. Finalmente, destacar una obra como Camello macho enano (1922) que aúna los cuatro temas incluidos en esta exposición: un dibujo lineal a pluma y tinta, la idea del enano como payaso o animador circense, la temática animal y la peculiar representación pictórica infantil de lo animal. Una obra que podríamos relacionar con el tema del teatro de guiñol o marionetas. La exposición se inicia y concluye con dos títeres que intenta concitar la atención sobre ese niño que se esconde dentro del hombre. Sin embargo, aquí hay que citar las palabras del académico Robert Kundielka que señala que las obras más tempranas de Klee demuestran el rechazo que tuvo Picasso sobre la idea de un “genio de la infancia” que no muestran ningún signo de don o talento, pero sí establecer las correspondencias y las diferencias que se establecen con su posterior obra, y nos sirven para entender. Con motivo de esta exposición, el CAAM ha editado un catálogo con textos de profesor Carl Djerassi, Dr. Kudielka, así como del comisario Mark Gisbourne, e imágenes de todas las obras expuestas. Precisamente, el coleccionista Carl Djerassi, recuerda la influencia que ha tenido Klee en el mundo de la música y señala que este aspecto le llevó a un debate con el musicólogo Adorno y el compositor Schönberg que fue ilustrado además por composiciones que fueron inspiradas por elAngelus novus entre las que destacan aquella que compuso para su docudrama. De hecho, no sólo la música clásica, sino el jazz, el pop o la música instrumental han utilizado la figura de Klee para inspirar más de medio millar de piezas musicales, muchas de ellas obras maestras. 42 / IV CULTURA CULTURA V / 43 Jueves, 25 de octubre de 2007 LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS EXPOSICIONES EL CICCA ACOGE LA MUESTRA ‘ESTEBAN VICENTE. SUEÑO, LUZ, COLOR, ESPACIO’, UNA RETROSPECTIVA DEL PINTOR ESPAÑOL, FIGURA DESTACADA DE LA ESCUELA DE NUEVA YORK Luz nueva Protagonista destacado de la conquista norteamericana de nuevas cotas de autonomía artística, en Esteban Vicente pesan sus raíces europeas. i Mariano de Santa Ana Sobre la pintura Como ejercicio paralelo a la práctica artística Vicente practicó también la escritura, una aproximación reflexiva y lírica al arte, en la que destaca su texto ‘Sobre la pintura’. i Esteban Vicente L a pintura no es algo práctico. Uno pinta para descubrir algo. Ésa es la cuestión, y es aplicable a todo el mundo. Pintando tienes que ocupar te de muchas cosas al mismo tiempo; te pierdes. La pintura es una suerte de escritura, de caligrafía. En pintura toda idea ha de transformarse en una obra a fin de llegar a existir; hay que transformar la idea del tema en un cuadro. ¿Qué representa la idea? ¿Qué significa la pintura? Untitled (Sin título), 1982, uno de los cuadros de Esteban Vicente expuestos en el Cicca. i S us campos de color provocan una asocia ción rápida con los de Mark Rothko y Barnett Newmann, los primeros artífices de las zonas de color puro en el cuadro, casi siempre rectangulares, pero distan mucho de la rigidez compositiva del segundo y aunque comparten la pulsión metafísica del primero rezuman más voluptuosidad, un gozo que lo distingue también de otros compañeros de viaje como Franz Kline y su violencia cromática o Ad Reinhardt y su negación y evidencian sus años europeos, su deuda con la fragancia paisajista de Cézanne y la levedad de Matisse. Esteban Vicente (Turégano, Segovia, 1903- Nueva York, 2001) es una rara avisen el contexto del arte occidental de la segunda mitad del siglo XX, como puede comprobarse en la muestraEsteban Vicente. Sueño, Luz, Color, Espacio, que ha comisariado el his- toriador del arte Orlando Franco y que puede verse desde anoche en el Cicca. Instalado en París a donde llegó a finales de los años veinte y donde compartió amistad con, entre otros, Picasso y Max Ernst, marcharía a Nueva York al estallar la guerra civil española en 1936, para desempeñar labores de apoyo a la República desde el consulado, para finalmente nacionalizarse estadounidense en 1940 y acabar formando parte de la vanguardia norteamericana que desplazaría a París como eje del arte internacional tras la Segunda Guerra Mundial. Los grandes formatos y las grandes manchas de colores puros extendidas en superficies regulares pero temblorosas le inscriben en el proceso de construcción de la autonomía de la pintura en la que Estados Unidos -si se hace excepción de personajes como Lucio Fontana- fue más resuelto que Europa aunque el teorizador más lúcido de la autonomía de lo artístico sigue Una abstracción es una experiencia relativa a la realidad. Las formas existen en alguna parte, y uno se mueve hasta allí y las expresa. La abstracción tiene que ver con la forma y la idea básica relativa a la materialidad del mundo. Uno crea formas; provienen de la experiencia, y a fin de que lleguen a ser, uno ha de substraer, analizar, eliminar. No es algo amorfo; es preciso, real. LA PROVINCIA/DLP Una de las piezas de la exposición. i LUIS DEL ROSARIO siendo el alemán Theodor W. Adorno-. Pero no se hace tabula rasa alegremente, nadie se desprende de su equipaje con facilidad, y si en Arshile Gorky -representante de la vertiente gestual del expresionismo abstracto- resonaban los ecos de su Armenia natal, y la denuncia expresa del genocidio de que fue objeto su pueblo a manos del ejército turco, si sobre las figuras de De Kooning, uno de sus mejores amigos, gravitaba el magisterio visual de la gran pintura barroca holandesa, el color de Esteban Vicente también tiene memoria y en su elegancia compositiva, como han destacado algunos estudiosos, reverberan la pureza esencial de Sánchez Cotán, los juegos de planos de Velázquez o la combinación de rigor analítico y gozo sensorial de Juan Gris. Un color entre dos mundos, que en los últimos años, en que las relaciones Europa-América en el arte empiezan a ser revisados, arroja luz nueva. Hay abstracciones y hay ilusiones. los sueños y las ilusiones son opuestos. Las ilusiones significan la muerte de la pintura. Los conceptos del dibujo y la pintura son los mismos. ¿Por qué, pues, esa idea de que el contorno es la forma? La línea es sólo un medio y los bordes son sólo los bordes de las formas. Es en este sentido en el que la pintura debe ser menos dibujo. Puede que uno tenga una intuición sobre la pintura que nadie ha tenido con respecto a nada. El ojo está relacionado con el corazón y con la mente. Se vuelve muy sofisticado. Cézanne tuvo una visión: lo importante es tener visiones. La pintura es algo que tienen que ver con la visión de un hombre y con la cultura y el tiempo en los Los sueños y las ilusiones son opuestos, las ilusiones significan la muerte de la pintura que vive. La pintura se deriva de la pintura. Por eso no creo que se puede vivir en el Sahara y ser pintor. Al evolucionar como pintor se llega a un punto en el que el material se hace parte de uno; pasa por los dedos, y en las yemas hay una gran sensibilidad. Hay limitaciones en la naturaleza de la pintura. No puede ser de otro modo. La pintura no se puede explicar; un espectador sensible puede ayudar a su comprensión. Lo mismo que con la música. La intuición es la guía. Lo que se siente despierta las emociones. La literatura tiene su lengua, el lenguaje, y su tema es siempre los problemas [...] de la vida, por eso es más inmediata que las artes plásticas -pintura y escultura- que tienen una lengua específica que hay que aprender. En el proceso creativo de las artes la condición es la soledad. Soledad continuamente. Uno tiene que expresar su emoción solo. Elegí para este artículo imágenes de distintas técnicas óleo, dibujo, collage, grabado y litografía-. Con ello quería mostrar que la imagen es siempre la misma, independientemente de qué materiales o qué formas utilice. No pienses. Pintar no es pensar; es sentir. No pares, no pienses cuando estás pintando. Arriba Collage with Yellow, Blue and Orange (Collage con amarillo, azul y naranja), 1963, debajo Orange, Red, Black (Naranja, rojo, negro), 1962, dos de las obras de Esteban Vicente incluidas en la muestra. iLP / DLP 44 / IV CULTURA Jueves, 25 de octubre de 2007 LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS EXPOSICIONES LA SELECCIÓN REFLEJA DE MANERA EFECTIVA, A VECES EFECTISTA Y A VECES AUSTERA, LOS TERRIBLES EFECTOS DE LA MUERTE ALGUIEN QUE ANDA POR AHÍ Antonio Puente LOLA CAMPOS E La muerte: una estética transgresora ‘Viva la muerte’, recientemente inaugurada en la Kunsthalle de Viena en colaboración con el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), tiene como eje la mirada mexicana a la muerte. No es una mirada festiva, sino una mirada crítica, dura, obsesiva. i Ángeles Alemán L a muerte como elemento protagonista de la obra de arte apa rece, en la cultura oc cidental, desde el Ba rroco. La Contrarreforma, impulsora de la piedad católica ante el martirio de los santos, predicó en la pintura el mayor realismo posible, con el fin de conmover las almas de los espectadores. Pero también, como parte integrante de esta reacción a la reforma protestante, la finitud de la vida se vio retratada en las vanitas mundi, esas extraordinarias composiciones en las que la vida acabada -el esqueleto o la calavera- convive con las huellas de la vida, desde los instrumentos musicales hasta la tiara de obispo o la corona de rey. El Barroco fue también la época en que la cultura occidental se impuso en América, y en concreto, en México. La hibridación entre la estética dramática y excesiva del barroco español y las culturas precolombinas, algunas de ellas muy presentes en la vida cotidiana del virreinato, dieron lugar a una peculiar celebración de la muerte en muchos de sus aspectos. Sin duda, el día de los muertos se celebra en México de manera extraordinaria, algo que Malcolm Lowry supo transmitir tan bien en Bajo el volcán. Con estas coordenadas, no es extraño que la exposiciónViva la muerte, recientemente inaugurada en la Kunsthalle de Viena en colaboración con el CAAM, tenga como eje la mirada mexicana a la muerte. No es una mirada festiva, como la del día de los muertos, sino una mirada crítica, dura, obsesiva. Thomas Miebgang, comisario de esta exposición -junto a Gerald Matt y Álvaro Rodríguez Fominaya-, ha seleccionado una serie de obras que reflejan, de manera efectiva, a veces efectista y a veces austera, los terribles efectos de la muerte, la desaparición, la crueldad espantosa, o los pormenores cercanos al ritual mortuorio. La calavera de Gabriel Orozco, Black kites (2004) planea sobre la exposición. Ella representa en una sola pieza la vanitas mundi, la duda eterna, la imagen del hombre desde sus orígenes. En la obra En el aire, de Teresa Margolles (2003), las burbujas flotantes proceden del agua usada para lavar los cadáveres. La apa- Una de la imágenes de Francis Alys. i riencia de ligereza choca ante la paradoja de la materia utilizada. Es una obra que inicia la exposición, en el más amplio sentido de la palabra. El desasosiego y la cercanía de los ritos mortuorios acompañan al espectador desde la sorpresa inquietante de estas burbujas. La materia se difumina y se transforma en otras obras: el vídeo implica otra manera de mirar. Melanie Smith, con Spiral City (2002), hace planear la mirada sobre las macrociudades actuales; Francis Alys, con Re- Enactement(2000), enfrenta al espectador a la dualidad de una escena violenta. Regina José Galindo, en las fotografías de la performance ¿Quién puede borrar las huellas? (2003), denuncia las muertes violentas y las desapariciones bajo la dictadura. Las fotografías en blanco y negro de Bastiene Schmidt realizadas en Colombia y México reflejan distintos aspectos de la miseria. Las dramáticas fotogra- LA PROVINCIA/DLP fías de los penitentes de Cristina García Rodero, en la Semana Santa, enlazan con la pulsión contrarreformista de la muerte en el arte. Ilán lieberman, con la serie Niño perdido (2006), y Enrique Metinides en sus series fotográficas utilizan la desaparición y la acción que transcurre -un accidente, una muerte anunciada- para articular su mirada sobre la muerte. Obras de Jorge Macchi,Víctima serial(2000), Daniel Guzmán, Tourette’s syndrome (2005), Stephan Lugbauer, Ramón y la Santísima muerte(2006), Carlos Amorales, From a the bad slep well# 11 (2004), Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla, Sweat Glands, Sweat Lands(2006), Dr.Lakra en sus series de retratos con calavera (2007), Pedro Reyes,A Makeover for Santa Muerte (2006) y Vik Muniz, Clown Skull(1990), configuran una imaginería de la muerte que oscila entre lo cotidiano y lo irreal, entre el drama y la ironía. Mientras que Esteban Pastorino, en sus imágenes fantasmagóricas de la arquitectura art decó, hace oblicua la mirada hacia la muerte. José Alejandro Restrepo en Canto de muerte(1999) emplea la fotografía y el vídeo para denunciar los abusos de las mafias colombianas ; Santiago Sierra, en 3000 huecos de 180x50x50 cada uno (2002), escenifica con una performance la muerte de los emigrantes africanos; Iván Edeza, en … de negocios y placer (2000) denuncia, con el rescate de un vídeo ignominioso, una espantosa cacería de indios amazónicos. Como contrapartida, la obra de Ana Mendieta, Alma silueta en fuego (1976), ofrece la visión poética del mundo de la muerte, mientras que en una obra espacial, Cómo construir catedrales (1987), Cildo Meireles emplea huesos y monedas para escenificar, de forma metafórica, la pulsión de muerte que recorre la muestra. n nuestro tiempo, hay dos tipos de escritores: escritores-abeja, que extienden su revoloteo, incluso, muchas veces, a la vida paraliteraria, y escritores-hormiga, que se pasan la vida acarreando materiales, portando en silencio la misma miga hasta la madriguera. Dolores Campos-Herrero (Islas Canarias, 1954 – 2007), dotada de esa virtud tan escaseante, tras el talento, que es la perseverancia, pertenecía a la segunda estirpe. Recuerdo que cuando la conocí, a mediados de los 80, atraído por sus dotes como periodista cultural, me produjo perplejidad su utilización de títulos banales como “Chanel número 5” o “Daikiri” como reclamo de una literatura, en cambio, del mayor rigor literario. En ese sentido, fue una rompedora y pionera Lola Campos, horadando el tránsito desde la promoción de los Narraguanches de los años 70 hacia la literatura fragmentaria que vendría después, combinando siempre la prosa y la lírica, que ella filtraba de contrabando. Aquél era sólo el comienzo de esa peculiar combinatoria suya entre los aspectos más contingentes y cotidianos y las reflexiones más puntillosas, de corte cortazariano; como si del bolso de Mary Poppins se desprendiesen píldoras de Silvia Plath o María Zambrano. Fue avanzadilla en la literatura de vindicación femenina; pero más acá de los maniqueísmos que han venido después, uno de sus grandes valores es la trascendencia de los géneros: la ternura que, a la postre, tras la ironía, rezuman por igual, por la fragilidad frente al amor de sus plumajes respectivos, la posesiva cacatúa y el loro varonil aclimatado a otras regiones. La escritura era su traje de Cenicienta cada día, y sólo ahora se comprende la prisa que se dio en los últimos años, publicando título tras título, como si, a solas, se estuviese oliendo algo de su precoz desenlace. Todavía conservo en el buzón del móvil su mensaje excusando, hace tres semanas, su asistencia a un acto por la “enfermedad de Proust”. Todos sabíamos que incluirla en cualquier evento cultural era garantía de enjundia. Y también le tirábamos de la manga por su inusitada empatía. Pues, cosa increíble en el convulso mundo de la cultura, Lola Campos jamás te paraba para contarnos las suyas, sino para escuchar las nuestras. A ella, que tanto vivió del autoabastecimiento, le sobraba, sin embargo, para expandir amor y pedagogía. Le gustaba mezclar realidad y ficción, hacer de su vida un taller literario. Y por eso hoy, en homenaje queremos verla, por ejemplo, como el hada madrina que no atinó a tener a tiempo la Lolita de Nabokov. Titular su fecunda biografía “Lola, espejo claro”; y señalar que desde el intenso solajero del pasado domingo, la Lola se va a los puertos. Advertir que ha sucedido con ella lo mismo que cantara Braulio sobre una pintarrajeada tocaya suya: Cuando se vaya morirá un poco toda la ciudad. LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS ’ ENTREVISTA CULTURA V / 53 Jueves, 25 de octubre de 2007 JOSÉ LUIS GAGO | Arquitecto Desde principios de octubre el CAAM muestra la exposición ‘Manuel de la Peña. Estructuralismo y experimentación’, un interesante proyecto comisariado por el arquitecto José Luis Gago que da luz a una firma imprescindible de los sesenta. i Clara Muñoz “Manuel de la Peña ha hecho arquitectura canaria contemporánea” E s muy difícil entender la arquitectura de hoy sin atender al magisterio de otros arquitectos como Manuel de la Peña, Pedro Massieu o Salvador Fábregas. ¿A qué cree usted que se debe la relectura que se está produciendo en Canarias de las últimas vanguardias en arquitectura? — Más que relectura lo calificaría de descubrimiento. Ante la falta de una sencilla historia de la arquitectura local, los arquitectos terminan sus trayectorias profesionales con escaso reconocimiento de su trabajo y sus obras deterioradas, transformadas y empobrecidas hasta niveles irreconocibles. La falta de respeto por el espacio urbano da como consecuencia una degradación de la arquitectura y, por ello, es preciso caminar a su encuentro para dignificarla e incorporarla al acerbo cultural. Es necesario proseguir en esta línea para que en un tiempo prudencial se pueda contar con un catalogo de edificios a conservar de entre la enorme producción que se llevo a cabo en la segunda mitad del siglo XX. — Reunir e interpretar los trabajos de Manuel de la Peña, uno de los arquitectos más importantes de los años 60 en Canarias, es una experiencia que nunca se había realizado antes. ¿Qué valoración hace usted una vez presentado el proyecto? — Pienso que con ella entramos en una etapa de acercamiento del ciudadano con su ciudad, a esa ciudad próxima que casi ha crecido a la vez que nosotros y a la que se ha menospreciado. La exposición permite dar a conocer una selección de edificios que casi todos conocemos y que tenemos fijados en nuestras retinas. Una vez expuestos se convierten en imágenes canónicas que permiten amar el escenario urbano, lo que nos rodea y mirarlo sin prejuicios. — ¿Considera usted que es importante retomar la figura de Manuel de la Peña en estos ‘ ‘ Supo establecer una equilibrada simbiosis entre tradición y modernidad, materia y estructura, luz y volúmenes, de la que aún se puede aprender Hablar de sus diseños de es hablar de su tienda de muebles ‘Módulo’, donde los hacía para sus edificios pero también para el bum turístico José Luis Gago. i LA PROVINCIA/DLP momentos? ¿Por qué? — La existencia de una Escuela de Arquitectura en nuestra ciudad requiere que los alumnos se instruyan mirando a su alrededor y aprendiendo de lo que les rodea. El estudio de las corrientes nacionales e internacionales no justifica el desconocimiento del medio en que viven y de aquellas aportaciones significativas que han resuelto magistralmente los condicionantes ambientales, materiales y culturales, que en definitiva son los mismos con los que se van a tener que enfrentar cuando terminen sus carreras. De la Peña supo establecer una equilibrada simbiosis entre tradición y modernidad, materia y estructura, luz y volúmenes, de lo que aún se puede seguir aprendiendo. Penetrar en la arquitectura es saber analizar y tomar decisiones, algo para lo que el catalogo de esta exposición es todo un manual de referencias y reflexiones. — Manuel de la Peña combina la exploración de nuevas ideas con un apreciable inte- rés por los aspectos estructurales, espaciales y materiales del edificio. ¿Está usted de acuerdo? — Completamente. Incluso matizaría diciendo que los relaciona y combina entre sí hasta convertirlos en una sinfonía repleta de pequeños matices que vibran con la luz, el viento, la vegetación y el reflejo de los colores de la naturaleza. — Cuáles son los aspectos más relevantes de la obra de Manuel de la Peña? — La sencillez conceptual; el rigor estructural; la jerarquización del color y las texturas; la permanencia de la ventilación; el control de la luz; el contraste de los volúmenes; la elaboración de las carpinterías; el estudio de los programas; la soltura para organizar las plantas de sus edificios y la buena mano para el diseño y el dibujo. — Gran Canaria es una isla en la que parece que nunca se termina de acertar en los diagnósticos ni en las solucio- nes. ¿Cuál cree usted que sería la aportación de Manuel de la Peña en la arquitectura turística en el sur de Gran Canaria? — Es muy posible que no le haya llegado el momento a esta isla para alcanzar un nivel cultural sobresaliente pero puede que no sea más que una confusión y ocurra que no sepamos exactamente qué mirar. Por mi parte he defendido y mantengo la opinión de que existen en Las Palmas dos periodos extraordinariamente fecundos y muy semejantes entre si: el periodo fundacional con la arquitectura tardogótica y el de las vanguardias históricas o racionalismo. Si se hiciera girar sobre estos dos polos la recuperación de la estética urbana esta ciudad contaría con una inconfundible personalidad además de originalidad. De la Peña consciente de ello hace que la arquitectura turística participe de ambas corrientes y de ello su trascendencia. Otros arquitectos han remedado buenas arqui- tecturas nacionales o internacionales. De la Peña ha hecho arquitectura canaria contemporánea. Ese es el verdadero sentido vernacular de los edificios no el que aporta la decoración. — De los edificios realizados por Manuel de la Peña en Canarias, ¿cuál cree usted que tiene mayor interés? — Es obligado hablar de dos, no por que quiera ser impreciso sino porque responden a las dos almas con las que vivió su profesión el arquitecto, aquella lógica y racional que todos entendemos, y la que surge del corazón y rezuma sensibilidad e imaginación. Apartamentos Las Palmeras cautivó a los críticos de las revistas de arquitectura iniciando con él un proceso de descomposición irremisible de las arquitecturas autárquicas con las que se estaba edificando en Las Palmas, actuación reforzada por la autoridad que le confería su cargo oficial como representante del Ministerio de Vivienda. El otro edificio es el Restaurante La Rotonda, lamentablemente derruido y que para bien de la cultura debería ser reconstruido en San Agustín o en cualquier otro emplazamiento. — Manuel de la Peña realizó mobiliario del que usted destaca el de su estudio. ¿Qué otras piezas cree usted de interés? — Hablar del diseño de mobiliario es hablar de la tienda Módulo ya que de ella salió una ingente producción de muebles que el arquitecto hacia para sus edificios pero también para cubrir la demanda que la sociedad del bum turístico necesitaba para cambiar el interior de las viviendas, desde las complejas cocinas modernas llenas de estantes y electrodomésticos hasta las puertas y muebles de toda la casa. Una sociedad que cerraba sus casas terreras unifamiliares para acomodarse en bloques en altura necesitaba cambiar de muebles y de colores y entre Ana Suárez y Manuel de la Peña lo lograron, algo que se puede comprobar aun en una enorme cantidad de viviendas que permanecen llenas de amuebles adquiridos en Módulo. — ¿Cómo fue la colaboración entre De la Peña y los artistas canarios más importantes del momento? — Decisiva. Los artistas encontraron en el arquitecto un aliado incondicional que les introdujo en medio de un grupo de empresarios que terminaron por convertirse en pequeños coleccionistas, un pequeño mercado que resulto suficiente para entusiasmar a unos y convertir en autosuficientes económicamente a otros. Sin la insistente inclusión de obras de arte en los edificios de De la Peña los artistas no se habrían proyectado socialmente y el mercado del arte hubiera sido inexistente. 54 / VI CULTURA Jueves, 25 de octubre de 2007 POESÍA LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS ‘CONVERSATORIO’, DE LÁZARO SANTANA, ESTÁ ATRAVESADA POR EL JÚBILO DE VIVIR La Isla, al fondo Leer ‘Conversatorio’, la más reciente obra poética de Lázaro Santana, es ciertamente un enorme placer si, una vez descubiertas las claves que abren la puerta de su interpretación, estamos en disposición de sumergirnos en el sugerente juego hermenéutico.i José A. Luján E scribir y publicar un libro de poesía, y esperar una respuesta atinada de quienes la consumen, se está convirtiendo en carrera de caballo cansado. La dificultad de llegar de manera espontánea y lineal a un selecto y cautivo número de lectores, además de la diversidad de estilos que propicia el género y la abundancia de oficiantes incluidos en la banda ancha que acoge toda calaña de creadores, hacen que el acercamiento a la provechosa lectura poética se convierta en raro fenómeno de iniciados. Para orientarnos en este mar tenebroso solemos alumbrarnos con dos conceptos académicos claros y precisos como son ‘poesía del conocimiento’ y ‘poesía de la experiencia’, cimentados, en todo caso, en las bases formales de la elaboración poética. Lo demás, por ahora, lo volcamos en el cajón de ‘la otra manera’ de entender la aportación al género. Dice Robert Langbaum en su ya clásico La poesía de la experiencia, que “la poesía del XX puede entenderse de manera unitaria como una poesía de la experiencia, definida como una poesía que se enuncia no como una idea sino como una experiencia de la que, a modo de especulación, pueden abstraerse una o más ideas”. Y de seguido subraya que “cuando un autor protagoniza sus propios poemas no debemos pensar que se trata de la persona que sus amigos conocen... debemos más bien concebirlo como un personaje en una acción dramática...”. Por ello, leer Conversatorio, (Las Palmas de Gran Canaria, Puentepalo, 2007), la más reciente obra poética de Lázaro Santana, es ciertamente un placer si, una vez descubiertas las claves que abren la puerta de su interpretación, estamos en disposición de sumergirnos en el sugerente juego hermenéutico que implica el diálogo dramático de las diversas voces biográficas que, en sucesivos tiempos y espacios, afloran en sus páginas. Y siempre con la isla en perspectiva. La obra está estructurada en dos partes. La primera, que da título al libro, es un solo poema de 39 estrofas de doce versos, con prólogo y epílogo que abren y cierran el texto. La segunda es una miscelánea que desarrolla temáticas diferentes. Conversatorioes un diálogo del autor con el propio autor. En el cancionero tradicional del XV, el marinero enamorado confiesa “yo no digo mi canción sino a quien conmigo va...”. En esta obra, en la dualidad del Valle, una metáfora del camino del vivir, (aunque no explicitado, ¡qué limitación ceñirlo a Agaete!), umbría y solana, luz y sombra, vida y tiem- Las anécdotas del paisaje son puntos de partida que nos llevan a la hondura de donde emerge el impulso filosófico Portada de ‘Conversatorio’. i LP/DLP po, esencias de la existencia, Lázaro Santana confiesa “tú y yo frente a frente, la isla alrededor”. Así, pues, con esta clave, en la que las dos personas gramaticales son un desdoblamiento de un mismo ‘Yo’ creador, a lo largo del poemario se entrelaza la conversación feliz y dramática de toda una biografía – personal y cultural – que con el exultante juego de la palabra salvadora sucede en el marco de la isla. Las anécdotas del paisaje (los geranios, la escuela, el estanque, la playa, la city de Alonso Quesada, el mar... ) son puntos de partida que nos llevan a la hondura de donde ha emergido el im- pulso filosófico y poético, es decir, nos trasladan Hacia otra realidad, por decirlo con el título que tan bien condensó Manuel Padorno en una de sus obras. Paisajes de infancia, la muerte acechadora, el optimismo del vivir, la reafirmación existencial, el juego espejeante ante una fotografía, la isla siempre y en todas partes, la denuncia de la identidad (“En qué me fundaré para decir el nombre de la isla, alguien que la pronuncie con amor”), el amor en la playa envolvente, la exaltación de la palabra como cualidad salvífica del hombre... Y el optimismo. Quiero destacar que Conversa- torio está atravesado por la virtud del júbilo del vivir, que puede ser reflejo del actual momento creador de Lázaro Santana, recogido en la estrofa XXXIX que cierra la primera parte. Los aspectos formales son impecables, endecasílabos, eneasílabos y heptasílabos, que hacen del libro una obra de arte. Y de manera singular, he de señalar cómo, en gran parte de las estrofas, el texto emerge desde una anécdota concreta y culmina con una definición a modo de sentencia estética. La segunda parte recoge doce poemas, cada uno con título específico, que abordan pulsiones diversas tratadas con la hondura de este poeta conocedor del oficio, que rezuma contexto de isleñidad, y que por ello no deja de ser poeta de nuestra lengua común. Augusto Vives es ilustrador del libro con tres iconos que remiten tanto a sellos identitarios como a sugerencias recreadas del propio texto. Escribir poesía como lo hace Lázaro Santana es un ejercicio de recuperación de la palabra y de apurar la potencialidad expresiva de la lengua, que importa más que estar en el marco de una tradición poética, sea la experiencia o el conocimiento. Y al mismo tiempo que volvemos a reivindicar la palabra poética, más allá del número de lectores, creemos necesario mantener el compromiso con la realidad. Un esfuerzo intelectual frente al tiempo que vivimos, porque, como dice Luis García Montero, “afirmar la dignidad de la poesía significa defender la libertad profunda del individuo y sus responsabilidades éticas”. Creo que Lázaro Santana, en su amplia obra de creación (léase Las Aves, Para que exista el navegante, o sus artículos Botella al mar), ha dejado sobradas evidencias de este compromiso intelectual. En este sentido podría ser provechoso que nuestra ULPGC, que tanto alarde hace de su vínculo con la sociedad (cosa que habría que probar), incorporase a personalidades de la Cultura (de “reconocido prestigio y experiencia”) dentro de programas curriculares específicos, para que aireen la atmósfera académica que a veces lastra las aulas de nuestros campus. Lázaro Santana, más allá de filias y de fobias, podría ser con generosidad uno de ellos, tanto en plástica como en literatura. CULTURA VII / 55 LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS CINE Jueves, 25 de octubre de 2007 ‘LA JOVEN JANE AUSTEN’ NO ES UN BIOPIC SINO UN POPURRÍ DE SUS NOVELAS: EMOCIONES CONTENIDAS, AMORES INCONFESABLES,... Una vida de novela El cineasta británico Julian Jarrold lleva a la pantalla la vida de Jane Austen, una de las escritoras más adaptadas a la literatura universal. i Antonio Bordón Q uiero comenzar esta reseña de La joven Jane Austen con una dedicatoria: a mi amiga Dolores Campos-Herrero, para quien Austen actuó como mentor literario cuando ella era también joven. Su repentina desaparición nos ha impedido seguir disfrutando de sus relatos llenos de sentido y sensibilidad. La vivacidad, la inteligencia y el ingenio, características principales de muchos de sus cuentos, se apoyaban en una fraseología sencilla, ligera y burbujeante, que bebía en la prosa de los mejores narradores anglosajones, Austen incluida. Leída o releída su obra en esta hora oscura, casi se diría un milagro. Milagrosa fue también la obra de Jane Austen, pues aparte de ser la hija de un clérigo, experimentó en carne propia el destino de ser mujer en un pequeño lugar de Hampshire, donde “los vecinos no podían visitarles con facilidad, a excepción de unos pocos caballeros robustos que, montados a caballo, llevaban mensajes”, según cuenta su biógrafa Claire Tomalin. Austen estudió en su casa y nunca se separó de su familia, en la que era la séptima de ocho hermanos. Precisamente uno de sus hermanos, Henry, es quien hizo la primera anotación biográfica que se conoce de la vida de la autora de Orgullo y prejuicio, de la que asegura que “había carecido por completo de hechos interesantes”. Esto no ha impedido que Julian Jarrold siguiera adelante con sus planes de llevar la vida de Austen a la pantalla, con un plantel de actores adecuado y, ciertamente, Anne Hathaway, James McAvoy, Julie Walters, James Cromwell y Maggie Smith cumplen sobradamente en sus papeles. Sin embargo,La joven Jane Austen no es, digámoslo ya, un biopic sino un popurrí de las novelas de Austen: emociones contenidas, amores inconfesables, sentimientos por descubrir, obstáculos insuperables, tensión dramática, romántica o sexual, explosiones de amor y declaraciones tan emotivas que podrían hacer saltar las lágrimas. Los lectores verán todas las novelas de Austen que la película de Jarrold lleva en sus fotogramas: desde Sentido y sensibilidad a La abadía de Northanger, donde la autora defiende el género novelístico, que se inscribe en la tradición de la novela femenina inglesa, y parodia la novela gótica, de la que Ann Radcliffe fue su má- Las 13 rosas Anne Hathaway es Jane Austen. i LA PROVINCIA/DLP ximo exponente tras el éxito de Los misterios de Udolfo. En La abadía de Northanger, la protagonista descubre que “por muy atractivas que sean las obras de la señora Radcliffe, e incluso por muy atractivas que fuesen las obras de todos sus imitadores, no era en ellas quizá donde habría que ir a buscar la naturaleza humana, al menos tal como aparecía en los condados del centro de Inglaterra”. Lo mismo podría decirse de La joven Jane Austen, no es en la película de Jarrold donde habría que ir a buscar la verdadera Austen, sino en las adaptaciones de sus obras que han sido bien acogidas por el público, como Orgullo y prejuicio, me refiero a la serie televisiva en la que Colin Firth interpretó a Darcy como si hubiese nacido para ello (en homenaje a este papel y a la escena en la que Firth se quita la camisa para lanzarse al lago, Helen Fielding escribió el personaje de Darcy en El diario de Bridget Jones), oSentido y sensibilidad,de Ang Lee, en la que Emma Thompson, Kate Winslet y Hugh Grant también parecen que estuvieran hechos a la medida de sus papeles. No hay que denostar La joven Jane Austenpor sus imágenes trilladas, ni argumentar que es una película para mentes románticas. Es, sencillamente, que bajo su elegante formulación visual no hay otra cosa que un revival de cuantas historias sentimentales han salido de la pluma de Jane Austen, llenas de incisiva observación y detalles meticulosos sobre su época que, sin embargo, no aparecen en la película de Jarrold por ninguna parte. Si, al menos, cierta invitación a revisar su obra. O, mejor aún, visitar su Hampshire natal. En una reciente entrevista concedida a El País, Doris Lessing, premio Nobel de Literatura de 2007, decía refiriéndose al 11-S que “lo de los americanos no resulta tan terrible” si lo comparamos con el IRA, la guerra de Afganistán o la Guerra Civil española. Si duda, en todo conflicto bélico hay episodios que son difíciles de olvidar. Uno de los episodios más dramáticos de la Guerra Civil española sucedió el 5 de agosto de 1939, cuando trece mujeres, la mitad menores de edad, fueron fusiladas ante las tapias del cementerio de la Almudena de Madrid. Su historia ha sido llevada a la pantalla por Emilio Martínez-Lázaro en Las 13 rosas, con guión de Ignacio Martínez de Pisón. Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, que así era como se llamaban las trece mártires de la represión franquista, no había cometido más delito que defender la legalidad republicana contra el alzamiento militar del 36. Eran modistas, pianistas, sastras, amas de casa, con novios y maridos también condenados. Julia Conesa, interpretada en la película por Verónica Sánchez, tuvo tiempo de escribir una última carta a su familia que decía: “Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente. Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar. Que mi nombre no se borre en la historia”. Es algo que MartínezLázaro consigue con una película de alto voltaje emocional. 56 / VIII CULTURA Jueves, 25 de octubre de 2007 DISCOS Diego F. Hernández Alberto García Saleh LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS SPRINGSTEEN HACE AFLORAR SU POSE CRÍTICA EN UNA NUEVA COLECCIÓN DE CANCIONES CORPULENTAS Y ENÉRGICAS Palabra de ‘boss’ Biografía LA E-STREET BAND SACA EL DISCO MÁS POTENTE DESDE LOS SETENTA Nacido para la velocidad Tras algunos deslices en su carrera a mediados de la década de los ochenta y a principios de los noventa, Bruce Springsteen parece renacer y el boss puede estar pasando por una segunda etapa gloriosa como lo demuestran sus últimos homenajes y experimentos. Pero el mejor ejemplo ha sido indudablemente su último trabajo donde el cantante se expresa con toda la pasión de sus inicios con la potente E-Street Band. N ada es lo que parece en el último Springsteen. De entrada, el título, Magic (Universal) no es la presentación de otro ramillete de algunas de sus más flojas baladas de los ochenta, no, es el boss cargado de ironía para denunciar a Bush y su “magia” referida especialmente a sus trucos y mentiras para hacer pasar a todo un país por el aro y alcanzar sus intereses económicos. Por otro lado, el rostro del cantante cansado y apesadumbrado no tiene nada que ver con las doce canciones que contiene. Porque, sí, las sospechas, afortunadamente, se han confirmado. Y es que Springsteen parece querer dar otro tirón de orejas a sus paisanos de una manera muy parecida a la de aquel popular Born in the USA, aunque con menos concesiones comerciales, afortunadamente. El boss regresa con un disco corpulento, repleto de energía que acerca a la E-Street band a su época gloriosa, un disco trepidante de principio a fin que se sacude el pesimismo de su anterior experiencia con esta misma banda The rising. Las guita rras de Steven Van Zandt y Nils Lofgren del tema inicial no tienen precio, y se incrementa con la sensacionalGypsi Bikerque nos remite a trabajos como The wild, the inno- BOB DYLAN UN TRIPLE CD DE GRANDES ÉXITOS AL GUSTO DE LOS FANS cent and the E Street shuffle y al Born to run. Pero la banda muestra su mayor fortaleza en Livin in the future donde los teclados rítmicos de Roy Bitten y Danny Federici y el saxo épico de Clarence Clemons son el motor de todo. No es exagerado confirmar que aquí se encuentran algunas de sus mejores canciones de los últimos treinta años, caso de Your own worst enemy, otra probable alusión al dirigente norteamericano, o toda una curiosidad tituladaLast to die en donde el tema de los muertos en Irak y el sufrimiento de familiares y amigos se desarrolla con un sonido puramente norteamericano que podría pasar por una de las canciones más furibundas del NRA de The Dream Sindicate. Sin embargo, el ataque más claro, certero y poético contra el peor presidente que ha tenido los Estados Unidos en su historia sea la conmovedora Devil’s aracde. La parte más mundana del boss aparece con canciones como I’ll work for your love en un disco en donde la situación política de su país planea de una manera más que evidente (hay quien le acusa de hacerle el juego a los demócratas), pero por encima de cualquier cosa, el bosssiempre ha demostrado coherencia i A. G. S. Electrónica Rock/pop Rock/pop Krater Apenino Manu Chao El mundo de Family y Le Mans que tanto éxito tuvo en nuestro país a comienzos de los noventa sigue vivo en Apenino. Con un propósito muy minimalista, la instrumentación se reduce a los juegos teclados y sintetizadores que dan vida a unas letras cotidianas que, bajo ese sustrato, adquieren un aspecto mucho más misterioso. Destacar la versión del tema de The Field Mice, Below the stars, que por ellos suena a Japan. i A. G. S. Tanto esperar por Manu Chao, seis años desdePróxima estación esperanza (2001) para acabar saboreando un cancionero que parece salido de los sobrantes deClandestino (1998). El ex Mano Negra tiene nervio, ganas y verbo, pero parece que camina hacia los lados en vez de sacar pecho hacia adelante, como llevan suspirando los miles de manuchaistas de palabra y hecho. Una infinita tristezaproduce este disco en el que suenan otra vez las guitarras pero con un discurso que poco tiene de nuevo. Ahí están El kitapena,Politik kills, Tristeza maleza y otras, para que cada cual saque conclusiones. i D. F. H. Klitekture. P Artista: Apenino.| Título: Un rayo de sol. | Discográfica: Jabalina P Artista: Manu Chao. |Título: La Radiolina. | Discográfica: Radio Bemba/K Industria Radiohead Altraste Electrelane c Un grato de ejercicio de experimentación en el que se junta el pulso pianístico con capas y texturas electrónicas próximas al ambient. Recreando el sutil tacto de Erik Satie, o las más atmosféricas de las sonatas para piano de Beethoven, envueltas en efectos y pellizcos distorsionados y de efectos, el debut de Krater, proyecto en el que convergen los canarios Luis Ortiz, Raúl González y el pianista Cristobal Montesdeoca, es una puerta abierta a la languidez sonora, a esos horizontes monocordes por los que dejarse llevar. Música para las emociones, visual y sugestiva, y terriblemente evocadora. | D. F. H. PArtista: Krater. | Título: Harmonic tremor.| Discográfica: c Radiohead vuelve al sonido delOk computer,que es como decir que publica el disco que todos sus fans esperaban. Cuando aún no está el trabajo en el mercado, pero sí se puede descargar previo pago (o no) de su página web, los resultados no podrían ser mejores. Hay desde tecnología elegante en la inaugural 15 steps o en la sensacional Reckoner hasta su pop sintético con conatos punk en Bodysnatches. Encontramos desde obsesiones metafísicas y guiños al rock sinfónico hastanumerosos ejemplos sobresalientes sobre cómo reactualizar la neopsicodelia británica con elegancia y sin caer en los PArtista: Ra pastiches habituales. i A.G.S. diohead. | Título: In rainbows. | Discográfica:Radiohead. La banda tinerfeña Altraste hace de su segundo disco (su debut fue conEscucha atentamente , en 2003), una coctelera de ritmos pop y rock de clara fijación latina. Los guiños a Andrés Calamaro y otras criaturas de igual pelaje musical son más que evidentes en el grueso del minutado de este Peces naranja, por el que fluyen temas para bailar y dejarse enamorar. Un trabajo barnizado de una producción impecable. i D. F. H. P Artista: Altraste. | Título: Peces naranja. | Discográfica: CCR/McKenzie. c c De ser uno de los casos más extraños del noise-pop británico con aspiraciones sinfónicas, los ingleses parecen alejarse de cualquier tipo de clasificación, y en su tercer álbum deciden incluir un poco de todo. En algunos momentos parecen sentirse más cómodos con el sonido juguetón de los Stereolab (los temas iniciales), en otros incluyen furibundos ejemplos de sus primera etapa (After the call, Tram 21), delicadas baladas que enlazan con los olvidados The Passions (In Berlin) y ejercicios de noise a los Sonic Youth. El trabajo más ecléctico de la banda de Brighton, uno de los disPArtista: Electrela co del año. | A. G. S. ne. |Título: No shouts no call | Discográfica:Everlasting. La antología definitiva Bob Dylan ha publicado la mayor antología de su carrera en un disco triple que reúne 51 canciones seleccionadas con la ayuda de sus seguidores, que han participado en una votación por Internet. Dylan (Columbia) ofrece un completo recorrido por la obra del compositor y cantante de Minessota desde sus comienzos en 1962, hasta su último Modern Times publicado el año pasado. El primero de los discos, que abarca hasta el 1967, arranca conSong to Woody, homenaje a Woody Guthrie, y muestra su periodo acústico, al que pertenecen clásicos como Blowin’ in the wind, Masters of the war y The times they are a-changing. Aquí se constata la evolución de Dylan hacia la instrumentación eléctrica plasmada en discos como Highway 61 revisited (del que se incluye) y el doble Blonde on blonde (que aporta los temas Just like a woman, Rainy day women y Most likely you go your way...). Dylan alcanzó su máxima popularidad a mediados de los setenta, época que recoge el segundo disco de la antología con éxitos como Hurricane, Knockin’ on Heaven’s door y Forever young. A esta época corresponde Blood on the tracks, del que se incluyen Tangled up in blue y Simply twist of fate. Su conversión al catolicismo está presente en Precious Angel, Gotta serve somebody y Jokerman, adornados con la guitarra de Mark Knopfler. La antología se cierra con un tercer disco que comienza con los mejores temas de los álbumes de finales de los ochenta, ampliamente representados a pesar de encontrarse entre los peores de su carrera como Down in the Groove o Knocked out loaded. Se encuentran aquí seis temas de tres discos con los que reinventó su leyenda como son Time out of mind (1997), Love and theft (2001) yModern times (2006). | EFE CULTURA IX / 57 LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS LIBROS Jueves, 25 de octubre de 2007 A LA ESPERA DE LA PUBLICACIÓN DE ‘EXIT GHOST’, EL LECTOR NO DEBERÍA DEJAR ESCAPAR LA OPORTUNIDAD DE LEER ‘EL MAL DE PORTNOY’ Hablando del asunto La editorial Seix Barral acaba de reeditar ‘El mar de Portnoy’, novela de Philip Roth que narra la obsesión por el sexo de un muchacho judío. i Antonio Bordón NOVEDADES EL PERSONAJE MÁS INOLVIDABLE QUE HA CONOCIDO EL AUTOR Auster dirige L La literatura de Paul Auster tiene sus pilares fund amentales en el azar y el destino. El azar quiso que Auster se encontrara dirigiendo este guión cuando recibió la noticia de la concesión de Premio Príncipe de Asturias de las Letras. La vida interior de Martin Frost es una de esas historias de apariencia sencilla, que terminan desmintiendo que sólo haya complejidad en las novelas de James Joyce. PTítulo: La vida interior de M. Frost.| Autor: Paul Auster. | Editorial: Anagrama, 128 págs. | Precio: 13 euros. Sorprendente debut n Philip Roth. i LA PROVINCIA /DLP S igmund Freud ya lo sabía, y Hercules Poirot, el famoso detective creado por Agatha Christie, también lo dijo: para quién es culpable no hay nada más peligroso que hablar. EnEl mal de Portnoy (nueva traducción de Ramón Buenaventura de Portnoy’s Complaint, conocida anteriormente como El lamento de Portnoy), Alexander Portnoy, un muchacho judío nacido en una familia acomodada, se confiesa en el diván de un psiquiatra, Spielvogel, y trata de analizar las razones por las que se masturba constantemente: “Si, al menos, pudiera reducirlo a una manualidad diaria, o digamos dos, ¡tres! Pero, teniendo por delante la perspectiva de la nada, el caso fue que empecé a batir todas mis marcas. Antes de las comidas. Después de la comidas”. El mal de Portnoy fue un fenómeno editorial a finales de los años sesenta en Estados Unidos que incluso mereció un comentario sarcástico de Jacqueline Susann, la autora de El valle de las muñecas. Tras el éxito sin precedentes de la novela de Roth, Susann dijo en una entrevista: “Sí, me gustaría conocerlo. Pero no me gustaría darle la mano”. Roth, un desconocido cuando se publicó esta novela que ya lleva nume- ‘El mal de Portnoy’ fue un fenómeno editorial a finales de los años sesenta en Estados Unidos que incluso mereció un comentario sarcástico de Jacqueline Susann rosas reediciones en nuestro país, la última ésta que acaba de publicar Seix Barral (editorial que ha recuperado parte de su primera obra:La visita al maestro, Zuckerman desencadenado, La lección de anatomía, La contravida, Goodbye, Columbus), intentó resolver sus problemas con el sexo opuesto escribiendo sobre ellos. Diez años después Roth volvería sobre el asunto en La visita al maestro (como se conoce en España The Ghoswriter), primera de las novelas protagonizadas por Nathan Zuckerman. Al igual que en El mal de Portnoy, en La visita al maestro los sedimentos autobiográficos de Roth dan forma a la personalidad de Zuckerman, un escritor bisoño que visita a su maestro, el novelista judío E. I. Lonoff; lo que en un principio parece una novela de aprendizaje sobre la educación sentimental de Zuckerman, se convierte en una audaz fantasía en la que Zuckerman llega a convencerse de que una joven llamada Amy Bellette es en realidad Anna Frank, que ha huido de la Alemania nazi y se ha refugiado en Estados Unidos. Zuckerman se imagina a Amy/Anna insinuándose al viejo Lenoff y luego se masturba pensando en ella. Todas las novelas de Roth desarrollan lo que Amy le dice a Zuckerman: “Somos fantasmas atestiguando el final de una era literaria”. Es lo que viene a decirnos su última novela Exit Ghost, que acaba de aparecer en Estados Unidos y que en España aparecerá en Mondadori en 2008. En Exit Ghost, Roth regresa a los tormentos sexuales de Zuckerman, esta vez convertido en un hombre adulto con problemas de próstata. Zuckerman se encuentra de nuevo con Amy (quienquiera que fuese), ahora anciana y aquejada de un tumor cerebral. A la espera de la publicación de Exit Ghost, el lector no debería dejar escapar la oportunidad de leer El mal de Portnoy, una novela ágil, repleta de situaciones divertidas, que no da descanso al lector, que se verá una y otra vez incitado a reanudar la lectura después de cada carcajada. No es para menos. LECTURAS dffgfg Ga E m m a Darwin, tataranieta de Charles Darwin, ha hecho un s o r p r e ndente debut con La aritmética del amor, una novela de amor y de guerra que anuncia el descubrimiento de una narradora extraordinaria, con un férreo dominio de la trama y recursos para mostrar la plasticidad tanto de los campos de batalla de Waterloo como de la viejas ciudades vascas donde se desarrolla la historia principal de la novela. PTíulo : La aritmética del amor. | Autor: Emma Darwin. | Editorial: Alianza, 559 págs.|. Precio: 19 euros. Narrativa corta L El escritor Richard Bausch amplía el relato de las vidas de hombres y mujeres americanos en este nuevo volumen de cuentos, ¿No te alegras por mí? , publicado por Tropismos, editorial que inició en 2004 la publicación de la narrativa corta de Bausch con Alguien que me cuide. La descripción de la vida estadounidense en sus relatos no tiene nada que envidiar a la de Raymond Carver. PTítulo: ¿No te alegras por mí? | Autor: Richard Bausch.| Editorial: Periférica, 448 págs.| Precio: 20 euros. La madre “La llevaba tan incrustada en la conciencia, que, al parecer, me pasé el primer año de colegio convencido de que todas y cada una de mis profesoras eran mi madre disfrazada. Echaba a correr en cuanto sonaba el timbre de salida, e iba todo el camino preguntándome si llegaría a casa con tiempo suficiente para pillar a mi madre antes de que volviera a transformarse. Pero siempre, invariablemente, la encontraba ya en la cocina, poniéndome el vaso de leche con galletas. Su proeza, sin embargo, en lugar de empujarme a renunciar al engaño, lo que hacía era intensificar el respeto que me inspiraban sus poderes. Y, también, el hecho de no sorprenderla entre encarnación y encarnación venía a suponer un alivio, de todas formas, aunque yo nunca cejara en el intento. Me constaba que mi padre y mi hermana no estaban al cabo de la calle en lo tocante a la verdadera naturaleza de mi madre, y que la carga de culpabilidad que, imaginaba yo, me iba a caer sobre los hombros en caso de que alguna vez la pillase descuidada era más de lo que estaba dispuesto a aguantar a mis cinco años. Llegué incluso a temer, creo, que alguien no tendría más remedio que desembarazarse de mí si alguna vez llegaba a verla entrar volando por la ventana del dormitorio, directamente desde el colegio, o salir –miembro por miembro– del estado de invisibilidad, para ponerse el delantal. Ni que decir tiene que cuando me pedía que le describiese con todo detalle mi día preescolar, lo hacía escrupulosamente. No pretendía comprender su ubicuidad en todo su alcance, pero había algo indiscutible: la cosa estaba relacionada con su deseo de saber cómo me portaba yo, qué clase de niño era cuando creía que mi madre no estaba delante. Una consecuencia de esta fantasía, que perduró (en esta forma concreta) hasta el primer grado, fue que, ante el convencimiento de que no tenía elección, me hice honrado. Ah, y brillante. De mi hermana mayor, cetrina y pasada de kilos, mi madre decía: La chica no es ningún genio”. PTítulo : El mal de Portnoy. | Autor: Philip Roth.| Editorial : Seix Barral, 360 págs. | Precio: 18,75 euros. LA PROVINCIA SUPLEMENTO SEMANAL 25 DE OCTUBRE DE 2007 DIARIO DE LAS PALMAS AMALGAMA i Juan Ezequiel Morales GONZALO GONZÁLEZ Gonzalo González, pintor, expone en La Regenta una serie de cuadros y esculturas que están unidos, como muy bien han titulado los comisarios, en un continuum estructuralista tituladoLa Piel y el Geómetra , al estilo del viejo Lévi-Strauss de Lo Crudo y lo Cocido o El Oso y el Barbero. Si atendemos a las estructuras kantianas abstractas y a la organicidad biológica, que conforman el yin y el yang en su obra, entendemos cuán bien elegido está el título como epítome de esta exposición. Hace bastantes años, antes del fin del pasado siglo, publiqué un diálogo con Gonzalo González en el que discutíamos, en términos filosóficos, sobre el carácter del arte. Le propuse hacer “tabula rasa” para con todos los conocimientos y referencias históricas que estaban detrás de su pintura, a fin de llegar al máximo de desnudez del arte, y le pregunté sobre si el ejercicio de su pintura es disciplinable o no. González con- ‘ Si atendemos a las estructuras kantianas abstractas y la organicidad biológica, que conforman el yin y el yang en su obra, entendemos cuán bien elegido está el título como epítome de esta exposición que se puede ver en La Regenta testó rotundamente que sí, que la pintura es un acto intelectual, reflexivo, metódico, re conducible en todo caso al momento en el que el cuadro se hace en el estudio. Le re pregunté por qué la reconducción es al momento del estudio y no al momento fuera del estudio, y González replicó que porque el arte forma parte de un circuito comunicacional y, sin el objeto artístico, ese circuito se rompe, y el objeto artístico surge en el estudio. El estudio del artista es el laboratorio, pues, en el que se unen esos conceptos de lo abstracto kantiano (el geómetra) y de lo orgánico (lo epitelial). En aquel tiempo le argüí que si el arte es disciplina hay que compararlo al deporte, y por tanto es arte sólo lo que es contrastable y público, tal y como es deporte todo lo que se mueve alrede dor de las olimpiadas, y nunca las habilidades de un bantú perdido en la selva, por muy lejos que éste haga llegar su lanza, y González pasó a exponer que el sonido del viento no es arte, sino que es vida, pero que sí es arte el sonido de una composición musical en una flauta por la que pasa el viento, de donde el factor racional humano es la “conditio sine qua non” que produce la obra de arte. Le definí el arte como algo intrapersonal, y González lo definió como algo comunicacional. Finalizó González admitiendo que los museos son cementerios de obras que ya dijeron lo que tenían que decir en su momento histórico, pero que lo que no se puede pretender es darle la vuelta atrás al muerto para resucitarlo, y que lo me jor y lo propio de la vida es vivirla, y del arte, por tanto, hacerlo. En aquella ocasión González había empezado a investigar en sus series humboldtianas, y hoy ha conse guido unir aquel mundo decimonónico y humboldtiano a un mundo del siglo XXI plenamente abstractivo, delimitado por la geometría y sus poderes: bits, puntos, líneas, planos, fractales y caos, detrás de cuyas ecuaciones se encuentra la unión de los dos opuestos que González ha captado con la potestad junguianamente inconsciente del ejercicio del arte, de la que él es un “me dium” epónimo. Le pregunté por qué la reconducción es al momento del estudio y no al momento fuera del estudio, y González replicó que porque el arte forma parte de un circuito comunicacional y, sin el objeto artístico, ese circuito se rompe CONTRA LOS PUENTES LEVADIZOS i Antonio Bordón CRÓNICAS DE MOTEL Próximo prójimo Motel de carretera. i LA PROVINCIA/DLP En 1955, En el camino, de Jack Kerouac, se convirtió en una inesperada guía para recorrer Estados Unidos de costa a costa; en 1982 ese honor recayó en las “historias rotas” de Sam Shepard reunidas en Crónicas de motel; ahora, en 2007, el filósofo francés Bernard-Henri Lévy es quien ha recorrido más de 20.000 kilómetros para escribir su provocador ensayo American Vértigo (Ariel). Siguiendo los pasos del pensador, político e historiador galo Alexis de Tocqueville, que viajó a Estados Unidos en 1831 para estudiar su sistema penitenciario y profundizar en el aná lisis de su sistema político y social, Lévy rea - liza la autopsia del sueño americano de un motel a otro, de una ciudad a otra, de los ba rrios pobres de Los Ángeles a las comuni dades judías de Nueva York. Tocqueville anunció en La demo- cracia en América la llegada de una sociedad igualitaria, fundada sobre el individualismo, la agitación y el aislamiento: “Veo una multitud innumerable de hombres semejantes e iguales que dan vueltas sin descanso en torno a sí mismos para procurarse pequeños y vulgares placeres”. Y también la llegada de una nueva tiranía compuesta por “una red de El novelista francés Philippe Besson tiene en su haber media docena de novelas cortas, de esas que por su belleza formal y su eficacia narrativa se devoran de un tirón. En Alianza Editorial han aparecido hasta el momento Final del verano y Un chico italiano. En los próximos días se sumará a estas dos novelas Los días frágiles y, en 2008, Un instante de abandono, traducidas por el escritor Manuel Talens. La obra de Besson está poblada de antihéroes sombríos después de que, a sus dieciocho años, quedase marcado por Cartas de amor en Somalia, de Fréderic Mitterrand: “Tuve el presentimiento de que en ella estaba todo lo que atravesaría mi existencia. La idea de la ruptura amorosa, de la ausencia. También del exilio. Aquel libro arrastraba una herida, la tristeza de la ruptura, el lamento del tiempo perdido, que hoy estructuran mi vida y mis libros”. Si hay un libro que “arrastra una herida” ese es sin duda Los días frágiles, donde Besson reconstruye los últimos días del poeta Arthur Rimbaud a través del diario imaginario de su hermana Isabelle, apasionada de su obra y en cuyos brazos murió el 10 de noviembre de 1891. En Los días frágiles, Rimbaud regresa enfermo a su casa natal, en Charleville (de donde huyó en 1870 pensando como Pedro Salinas “qué gran víspera es el mundo”) para pasar una convalecencia que se convierte en una lenta agonía. pequeñas reglas complicadas, minuciosas y uniformes [que] no quebranta las voluntades, las aplaca. [...] No destruye, impide nacer; no tiraniza, molesta, comprime, enerva, apaga, embrutece”. En American Vértigo, Lévy confirma el porvenir imaginado por Tocqueville. En sus páginas emerge la imagen de “una Norteamérica expansiva y tragona, consagrada al culto del Becerro de Oro y que no piensa más que en imponer sus subproductos, su subcultura y su ley”. Para Lévy, América es un espejis- mo kitsch . Por todas partes proliferan casas de madera transformadas en bed and breakfast con conejos de cerámica en el jardín, surtidores de gasolina en mitad de ninguna parte o burdeles de carretera que emiten en la televisión westerns eróticos cuyo mensaje es que las putas son buenas chicas: “¿Es necesario precisar que cualquier signo o detalle de este tipo, cualquier letrero escrito, como delante de la cabina, con ‘¡Jesús Redentor, ven a nosotros!’, cualquier Greyhound saludando a los lectores de Ginsberg, Kerouac o Huckleberry Finn, tienen talante, en este paisaje desértico, de milagro y casi de espejismo?”. El lector debería adentrarse en las páginas de American Vértigo (título inspirado en American Psycho de Bret Easton Ellis) como lo hace su autor, dispuesto a desafiar todos los peligros, todos los laberintos, todos los espejismos. Lévy se muestra ameno, aunque capta mejor los ambientes que los personajes, las atmósferas que los perfiles humanos, que resultan desesperadamente feroces, como el retrato del escritor James Ellroy: “Aspecto de lechuza que no dejara de aporrearse las paredes de un invisible respiradero. Es injusto. Pero James Ellroy tiene lo que se llama cara de malo. Tiene la cara de un asesino de una de sus novelas. Tiene la cara que tenían los grandes perversos de las primeras películas de Polanski”.