MADiRID PJUMERO 17-52 H SEPTIEMBRE 19^3 LAS MALAS HIERBAS Por J^S^ DEL CAÑIZO :ngeniero Agrónomo del Insfifuto Nscional de lnvestigscicnes Aqxonómicae Las ^sr^n^rl^tduru.r. (l na^in^ ^le [3nRx,^t'.^^ LAS MALAS HIERBAS Las plantas invasoras constituyen una cle las plagas del campo más e^tendidas y a las cuales no se les concede, generalmente, toda ]a importancia que tienen. Los claños que causan las malas hierbas no se reducen a las Inaterias nutritivas que roban al suelo, con perjuicio para las plantas cultivadas. l^lucho más grave, en las colllarcas de secano, es el consumo de agua, pues las malezas suelen tener mucha mayor superficie evaporante que los cereales ; obsérvense, por ejenlplo, 1as profundas raíces v las anchas hojas ({ue tienen algunos cardos. Ciertas semillas de nlalas hierbas ("neguillón", "albalá" j, rrlezcladas con el trigo, conlunican malas cualidades a las harinas. Otras hierbas son venenosas para el ganado. A1r;tllla5, por ll1t11170, CO1110 las "borrajas", "lellguaZaS", etC.,. favorecen la propagación de ciertas royas en los trigos. Diversas clases de malas hierbas. Conviene distinguir tres grupos o clases de malas hierbas: i.° HIERSns Aiyu^i✓ES, que sólo viven un año y mueren después de formar las semillas. Ejemplos de ellas son, entre otras muchas : la "amapola", la "cizaña", la "avena loca", la "alverja", la "neguilla" o"neguillón" y el "rabanillo". Algunas de estas hierbas anuales nacen en otnñ^ y maduran. sus semillas en primavera. z.° HIERBAS BrI:^:^LES, c^ que viven dns allOS. DUraIlte el primero crecen lentanlente, y al segundo desarrollan tallos floriclos, que dan semillas y iuego mueren. Ejemplos : el "azulej^^" ^^"azulina" y algunas especies de "cardos". ^.° HILRii^s vlvACl_s o rERErv^FS, que viven varíos años formando órganos subterráneos (lue, al año siguiente. retoñan _v reproducen la parte aérea : esos órganos de multiplicación vegetativa pueden ser raíces horizontales y tallos. ^ubterráneos más o menos modificados ( rizrnnas, estolones, lubérculos, btllb^^s, etc.). Ejemplos : la "grama". el "car^lo l'L1ndlClOr", la "ltlilcla'' ^- el "bc)llche^', "herba da tallle" a "trébnl do demu" de las provincias cantábricas ^^ gallegas_ - i - Lucha contra las plantas invasoras. La lucha contra las hierbas perjudiciales requiere mucha constancia ( r). Su vitalidad y medios de propagación son extraorcíinarios y justifican el proverbio "hierba mala, nunca muere". Baste saber que una sola mata puecle producir cen^ tenares y aun miles de semillas; que estas semillas no maduran ni germinan a la vez, sino escalonadarnente, y conservan durante años stt poder germinativo ; aparte de esto, ya sabenios que al.gunas, especies, de las más comunes y perjudiciales, no sólo se multiplican por semilla, sino también por rizomas u otros órganos subterráneos, lo que dificulta gran^demente stt exterminio. Tres principios generales han cíe guiar la lucha contra la^ ulalas hierbas: 1.° Impedir, por todos los medios, qtre fonnen y maduren sus simientes. 2.° Evitar la introducción de malas semillas en hs campos, mezcladas con la simiente o el estiércol ; y 3.° Estorbar el crecimiento de las plantas vivaces, para extenuarlas y matar sus partes subterráneas. Estos fines pueden conseguirse por diversos medios ; a continuación ciamos tma idea de ios más imPortantes. Labores y escardas. Las labores del suel^^, superficiales ^^ l^rulundas segtín la época y el cultivo, constituyen uno de los medios rnás eficaces para luchar cóntra la vegetación espontánea, evitando que las malas hierbas lleguen a fructificar. Estas labores pueden darse con gradas de diversos tipos (Acme, canadiense, etc.). binadoras, cultivadores, arados polisurcos, etc. Lo más eficaz es la cuchilla horizontal o rodo extremeño. del que se han construído modelos perfeccionados (binadores Quintanilla y Benaiges, etc.); el órgano de trabajo es una cuchilla horizontal, con el corte inclinado para ^ue penetre (il Gabriel Alonso de Herrera, en su famoso libro de Agricult^ara, decía yue `' para cxtirpar la grama se necesita un azadón de plata templado COIl sangre de cabrón", queriendo sigpificar, festivamente, que precisa gastar mucho dinero ^^ mucha pacienci^i. r -a^en ticrra, ^Itte corta la^ hierba^ a p^^co^ cet^tín^etr^^^ de ^n-of.ttndidad ^- a la ^-ez_ ren^ue^-e la capa sttpcrficial ^lel terreno. Un bueñ barbecho limpia, desde luegu, el suelo de la n^ayoi- h^rte de ii^alas llierbrls. Los cultivos eli líneas ^ rclaola-^ cha, i^iaíz, patata, trig^^ er^ lineas pareadas o distanciadas), 4•a ciilti^^o del trigo en líneas pareadas, con calles intermedias, pern^ite dar binas aunque cl sembrado esté ya crecido, ^ara estirpar las malas hierbas a la vez que se conserva 1a humedad dc la ticn-a. (Foto ]3N:n,^icr,s.) coli ralles intermedizs clue 1>ermitan dar birlas durante la ve;;etaci^^n, limpian tambiéii el terreno de broza. I^ual fi^^alidad tiene la escarda a brazo, Iaena costosa. pei•o c^ficaz, si se hace a tieul^^^ ^^ esiner^^ c?<ime»tc. Las Planta, due se l^r^^l^a^;an por rizomas ti otros ór^anú^ ^L11)i21']'111^0^ ^`^yr^l3ll^l^^. ^^C^ll'CIO CLllltll(IOr^^ ^^^L111C1^1^^ ^ 173y CJU2 ^^tirharlas arrancando a^^uéllcs ^^ recu^icn^l^^lo^ para que^narlos. I_^s ^^ase^ re^>rticl^^^ cle la cuchilla h^^riz<»ltal acaba^l tln^hi^•n l,or a^„t^ar ^• n^,lY^ir a c^tas ^;Íanta; i^). ^il i^:n ^^aleucia. >e c<^mbate ^a "iuncia" e"chun,a.. „^i rl^^jándola de ^ arroilarsc, a ñ^erza ^íe laborr; :u^^crllcia'tcs rntn fi-ecucntes durante el ^erano. Las ?>inas ^^ entrecavas r^^pct+.rl.u .;un tamLién el inedio c;^ cuiuhatir la "a^e^:a Íuea^^. +^^tra rl^^ las malas hicrl;a^ más' difícil^ ^ dc dcscastar. -5- En los prados hay que acudir a la siega temprana, antes de q^_te las malas hierbas maduren sus semillas. Empleo de semillas limpias. Ls importantísima la limpieza de las simientes, pues muchas de ]as malas hierbas las siembra el mismo agricultor sin darse cuenta, por ir mezcladas sus semillas con las de cereaies. El gasto que supone el empleo de limpiadoras y seleccionadoras de semillas, por volumen y peso, se compensa solauiente con él ahorro ^en escardas y labor^es para quitar la maleza. Hay que destruir los resi^duos o desechos del cribado 0 limpia, para qt^e no vuelvan al campo las malas semillas. Por igual motivo, no deben resembrarse los prados con barreciuras de heniles. Buena preparación del estiércol. En estercoleros bien acondicionados y después de la ferrnentación del estiércol, las malas semillas pierden su vitalidad ; pero en el estiércol reciente, o mal hecho, las semillas conservan su poder germinativo. Las barreduras de las eras no deben echarse al estercolero. Otros recursos contra las malas hierbas. En los secanos, después de la recolección y durante el año de barbecho, las ovejas comen muchas hierbas espontáneas ^^ destruyen la mayor parte de las semillas injeridas. Se ha comprobado ^lue las ovejas tienen mayor potencia destructora para las semillas que las reses vacunas y las caballerías. Algttnas hierbas que se desarrollan en terrenos ácidos pueclen combatirse por medio del encalado. Un ejemplo es el "boliche" o "hierba tnala". ^ El saneamiento de ter.renos húmecios contribuye también poderosamente a extinguir numerosas malas hierbas que nacen en los prados híimedos y en las tierras cle labor donde se estanca el agua. En algunos casos puede ser recomendable la quema de EI "c¢rdo cundidor" (Cirsiur^i nrv^u.cej es una planta vivaz que se perpetúa por sus tallos subterráneos. Para extirparla hay que arrancar estos rizomas y quemarlos. Los pases repetidos de rodo o cuchilla horizontal acaban por agotar a estas plantas, que también pueden combatirse, cuando son jóvenes, con los herbicidas modernos. (Dibujo de LixácMSnx, R^Ii^nnesota Ag^•. Exp. S2ation.) rastrojos, cuando ]as malas hierbas están muy extendidas en el campo. Pero esta quema supone una pérdida importante de materia orgánica. Por íiltimo, una acertada alternativa de cultivos es tambián un medio de impedir que los campos se infesten de malas hierbas. Herbicidas. La lucha química contra las malas hierbas no ha llegado a generalizarse por los inconvenientes que presentan los herbicidas clásicos, como el clorato sóclico, el ácido s^d f úrico, los arsenicales solubles (arseraito só^lico), el ditritrocresnl, etc. En el ^aso del clorato, por su coste y el peligro de incendio que implica su uso; el áeido sulfúrico, por su causticidad y engorroso manejo, además de requerir máquinas pulverizadoras especiales; en los arsenicales, por la subsiguiente estelización del terreno durante cierto tiempo. El reciente descubrimiento de los herbicicl^a-s ,cel^ectivos supone un efectivo progreso en la lucha cont^ra ]as plantas invasoras, aunque no resueh-an enteramente el problema, por no ser de empleo general. Estos modernos herbiciclas sintéticos a base de seudohormonas ( i), designados con anagramas y nombres diversos (^, ^-D, 1^7etoxo^ncz, a, ^, ,y-T)^, son realmente eficaces contra cíeterminadas malas hierbas, pero su aplicación práctica está límitada a los campos de cereales y praderas de gramíneas. Por el contrario, no pueden aplicarse contra las malezas que invaden los cultivos de leguminosas, patata, remolacha, tabaco, algodón, hortalizas y otros vegetales de hoja ancha, que son gravemente dañados, inclus:^ por muy pequeñas cantidades de estos herbicidas. Los cereales, en cambio, resisten bien porque, debido a sus hojas estrechas, apenas se mojan, y además tienen el cuello de la ^raíz protegido. • I?n los campos de trigo y otros cereales, los herbicidas a base de a, 4-D son eficaces contra el "cardo cundidor", la. "corregiiela", la "mostaza sil^•estre", el "rabanillo", la "ama(r) Ef principio acti^•o de la ma}-oria de estos herbicidas es e•1 ácido 2'4 I^icli^roten^xiacético, conocido abre^-iadamente por el anaerama z'^-D. -s- ^ola" y el "quenopodio". En las praderas de graniíneas permiten combatir el "llantén", la "romaza", la ``acedera", el "diente de león" y el "botón cle uro". F_l mejor momento para aplicar estos productu5 es cuando las malas hierbas están todavía pocu desarrolladas ; interesa especialmente en el caso de plantas como el "cardo cundidor" o]a "corregiiela'', con rizomas o raíces protunda^, mojarlas bien por abajo, es decir, por c;l sitio en que los t<illos salen de tirrra, para acelerar la muerte de la parte subterr,ánea. Vale más rociar copiosamente que aumentar la concentración; uno a dos gramos por litro es la dosis de 2,^} D eficaz contra las plantas anteriormente niencionaclas. Los trigo ^ y cebadas no deben tratarse antes de amacollar o de que alcancen, por lo menus, ?o centímetros cle altu- • ra, pues cuando jóvenes podrían ser perjuclicadas en stt desarrollo. La acción del ^,4-D es algo lenta, requiriendo a veces url mes o más para matar .los tallos y raíces de las malas hierbas, especialmente las perennes. A veces se precisan dos tratamientos, para destruir las hierbas que hayan salido, u rebrotado, después del primero. A1 hacer el tratamiento se evitará que el líquiclo pulverizado alcance a otros cultivos colindantes de plantas suscehtibles; tampoco se han de sembrar^ éstas en el terreno tratado hasta que transcurra cierto tiempo. Una precaución importante es limpiar bien a fundu, y coj^ ag^tia aali,errte, los pttlverizadores usados para aplicar el 2,^}-D, porque las pequéñas cantidades del herbicida que en él cluedan dañarían a los cultivos de patatas u otras plailtas due se pulverizasen con el mismo aparato para combatir plagas o enfermedades. Guardando estas precauciones, el empleo de los herbicidas selectivos puede ser un valioso recurso en la lucha contra la^ malas hierbas. Se autoriza la reproducción, siempre que se haga constar claramente la procedencia: HOJAS DIVULGADORAS, del NIinisterio de Agricultura ( Sección de Capacitación). Madrid, 1952. GRAfiC.AS UGUINA, hiELENDF.Z VAI.DES, ^.^titADRID