Defensoría - Tribunal Constitucional

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Defensoría
Sin defensa no hay Justicia
EVACÚA TRASLADO Y FORMULA OBSERVACIONES
EXCELENTÍSIMO TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Diego Ayala Villalobos,
abogado, Defensor Penal Público, en
representación de Maritza del Carmen Osorio Brito y Daniel Andrés Roubillard
Daved, en proceso ingreso N ° 2.702-14-INA sobre acción de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad, a SS. Excma. digo:
Que, en mi calidad de defensor penal público de Maritza del Carmen Osorio
Brito y Daniel Andrés Roubillard Daved, y de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 86 de la Ley N° 17.997, Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional,
vengo en evacuar el traslado conferido y al efecto solicito, en virtud de las
siguientes consideraciones, rechazar el requerimiento de inaplicabilidad del inciso
segundo del artículo 393 del Código Procesal Penal en la causa RUC N°
1310011194-7, RIT N° 1665-2013 del Juzgado de Garantía de Quilpué, deducido
por el abogado Pedro Toledo Barrera en representación de la sociedad "Metalúrgica
Vergara Hermanos Limitada", querellante en estos autos criminales.
I.- ANTECEDENTES DEL REQUERIMIENTO
1.- El abogado Pedro Toledo Barrera en representación de la querellante sociedad
"Metalúrgica Vergara Hermanos Limitada", ha requerido a esta magistratura la
inaplicabilidad del inciso segundo del artículo 393 del Código Procesal Penal en la
causa RUC N° 1310011194-7, RIT N° 1665-2013 del Juzgado de Garantía de
Quilpué.
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El precepto legal impugnado es el inciso segundo del artículo 393 del Código
Procesal Penal, que es del siguiente tenor:
"En el procedimiento simplificado no procederá la interposición de demandas civiles, salvo
aquella que tuviere por objeto la restitución de la cosa o su valor'.
El querellante funda la acción en que la aplicación del precepto legal al caso
concreto contraviene los artículos 1°, 6°, 7°, 8° inciso primero, 19 numerales 2 y 3, y
26, todos de la Constitución Política de la República, y como resultado vulnera el
derecho a la igualdad ante la ley y el derecho a la igual protección de la ley en el
ejercicio de los derechos, por las siguientes razones que da en su presentación:
a) al no permitírsele a la víctima en el mismo proceso penal ejercer la acción civil
indemnizatoria o restitutoria en sentido amplio; y,
b) porque el ejercicio de la acción civil en el mismo proceso penal se encuentra
entregado al arbitrio del Ministerio Público, ya que por el solo hecho de solicitar la
aplicación del procedimiento simplificado se le priva de inmediato a la víctima de la
posibilidad de ejercer la acción civil. En este sentido, la "decisión autónoma" del
Ministerio Público de mutar el procedimiento —la que estaría consagrada legalmente
en el precepto legal cuestionado- no es racional ni justa, porque si el procedimiento
que elige el Ministerio Público es el simplificado, se deja a la víctima en la más
absoluta indefensión de sus derechos indemnizatorios al menos en el proceso
penal, y se le obliga a ejercer en otra sede la acciones civiles correspondientes, con
todo el enorme costo de tiempo y dinero que dicho ejercicio implica ante otro
tribunal distinto del que conoce el delito, con lo cual se produce una doble
victimización.
2.- La causa en que incide el presente requerimiento corresponde a los
antecedentes RUC N° 1310011194-7, RIT N° 1665-2013 del Juzgado de Garantía
de Quilpué.
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,
En este proceso se formalizó investigación contra mis representados por el
delito de simulación de contrato en perjuicio de terceros, previsto y sancionado en
el artículo 471 N°2 del Código Penal.
Con posterioridad, y conforme lo dispone el artículo 390 del Código Procesal
Penal, el Ministerio Público dejó sin efecto la formalización de la investigación y
procedió conforme a las reglas del Título I del Libro IV del Código Procesal Penal,
de modo que requirió a mis representados con arreglo a las disposiciones que
regulan el procedimiento simplificado.
En este contexto procedimental, la querellante dedujo demanda civil
mediante la cual ejerció la acción civil de restitución en sentido amplio, solicitando
por esta vía la nulidad absoluta —por simulación- del contrato de compraventa
contenido en la escritura pública de fecha 03 de octubre del año 2012, repertorio N°
1271-2012, otorgada en la Notaría de Quilpué de don Jorge Acuña Pérez.
Sin bien el Juzgado de Garantía de Quilpué en resolución de 14 de julio de
2014 había admitido a tramite la demanda civil, el 14 de agosto de 2014 procedió a
anular dicha resolución, resolviendo esta vez no dar lugar a la misma porque "El
Código Procesal Penal distingue 2 categorías de acciones, la primera de ellas,
denominada acción restitutoria que se encuentra prevista en el artículo 59 inciso 1
en relación con el artículo 393 inciso 2° del Código Procesal Penal, equivale a una
restitución en naturaleza, es decir, su objetivo únicamente es la restitución de la
cosa, acción meramente restitutoria, sin que por su intermedio pueda reclamarse el
valor de dichos bienes o hacerse valer alguna otra pretensión. A través de su
ejercicio únicamente puede recobrarse la posesión o tenencia física del bien o
bienes reclamados, sin que sea admisible alguna otra pretensión, como por
ejemplo, restitución del valor de la cosa, si esta se hubiere destruido o la nulidad de
un contrato (...) En la actualidad el valor de los bines destruidos o la nulidad de un
contrato, sólo pueden demandarse a través del ejercicio de la acción de
responsabilidad civil".
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3.- Contra la decisión del tribunal de garantía el querellante interpuso recurso de
apelación para ante la I. Corte de Apelaciones de Valparaíso, recurso que fue
concedido por el a quo e ingresó al tribunal de alzada con el Rol N° 1264-2014.
En esta impugnación el requirente solicita al tribunal superior la revocación
de la resolución dictada con fecha 11 de agosto de 2014, en la parte que declaró
nula la resolución de fecha 14 de julio del presente año que accedió a tramitar en el
procedimiento simplificado la demanda civil, y la declaración que la querellante
podrá intentar la acción civil restitutoria en sentido amplio.
En la apelación la querellante indica que la nueva normativa procesal penal
permite interponer la acción civil restitutoria en sentido amplio, ya que el artículo
393 inciso segundo del Código Procesal Penal señala textualmente "En el
procedimiento simplificado no procederá la interposición de demandas civiles, salvo
aquella que tuviere por objeto la restitución de la cosa o su valor".
Señala, en consecuencia, que la norma en cuestión permite deducir la acción
civil restitutoria en sentido amplio, siendo una forma de restitución para el caso que
nos ocupa, citando doctrina y jurisprudencia nacional, la nulidad del contrato
simulado.
4.- Actualmente la vista del recurso del recurso de apelación se encuentra
suspendida por decisión de SS. Excma. al admitir a trámite el requerimiento de
autos
II.-EL PRESENTE REQUERIMIENTO DEBE SER DESESTIMADO, PORQUE LA
CUESTIÓN PLANTEADA NO SE ENCUENTRA DENTRO DEL MARCO DE
ATRIBUCIONES QUE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA LE
ENTREGA AL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA ACCIÓN DE
INAPLICABILIDAD
El asunto planteado por el requirente no constituye una cuestión de
constitucionalidad, sino que un problema de legalidad que debe ser resuelto dentro
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7KG«41, 61-1
del procedimiento penal. Lo dicho es evidente, por cuanto el requirente en su
recurso de apelación no cuestiona la inconstitucionalidad del precepto legal, al
contrario, expresamente señala que el texto del artículo 393 inciso segundo del
Código Procesal Penal faculta al querellante demandar la restitución del valor de
la cosa, lo que permite deducir la acción civil restitutoria en sentido amplio, siendo
una forma de restitución la nulidad del contrato simulado. De esta forma, que el
tribunal de garantía le haya dado una interpretación restringida a la última parte del
precepto legal, es una cuestión que será debatida en la instancia recursiva que el
querellante ha activado a través de la apelación.
Al respecto, esta magistratura ha señalado que una cuestión de interpretación
de la ley constituye un asunto "ajeno al marco de atribuciones de éste órgano
jurisdiccional constitucional en sede de inaplicabilidad l , en otras palabras, la
determinación de la ley aplicable y su relación con otros preceptos legales es un
conflicto de legalidad que le corresponde al juez del fondo, y no se concilia con lo
que corresponde resolver al Tribunal Constitucional en una acción de
inaplicabilidad 2. Asimismo, el Tribunal Constitucional ha declarado que "la eventual
violación de preceptos de jerarquía legal por un tribunal ordinario o especial no es
algo que pueda corregirse por la vía de implicar esos mismos preceptos legales" 3
pues "la inaplicabilidad no es vía idónea para declarar que un Tribunal ha actuado
ilegalmente, aunque se alegue, que con ese actuar ilegal, se haya excedido la
competencia y con ello afectado la Carta Fundamental'. En el mismo sentido, ha
resuelto que "no es competencia de esta Magistratura resolver acerca de la
eventual aplicación incorrecta o abusiva de un determinado precepto que pudiere
efectuar un tribunal, lo que corresponderá corregir a través de los diversos recursos
que contemplan las leyes de procedimiento"5. Por ello es que la inaplicabilidad
necesariamente deba considerarse una acción constitucional y no un recurso en el
STC Rol N° 1.049, considerando 7°.
STC Rol N° 1.451, considerando 15°.
3 STC Rol N° 1.421, considerando 6°.
4 STC Rol N° 1.445, considerando 39°.
5 STC Rol N° 1.344, considerando 12°.
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sentido procesal del término, al ser la impugnación de un precepto legal el objetivo
principal de la acción de inaplicabilidad.
De este modo, resulta improcedente buscar a través de la acción de
inaplicabilidad que el Tribunal Constitucional determine la eventual violación de
preceptos de jerarquía legal porque ello "constituye una cuestión de legalidad cuya
resolución es propia de los jueces de fondo, competencia que este Tribunal está
obligado a respetar en virtud de lo dispuesto en el artículo 7° de la Constitución" 6 .
III.- EL PRESENTE REQUERIMIENTO DEBE SER DESESTIMADO, PORQUE LA
APLICACIÓN AL CASO CONCRETO DEL PRECEPTO LEGAL IMPUGNADO NO
PRODUCE EFECTOS CONTRARIOS A LA CONSTITUCIÓN
1.- Normas constitucionales que vulneraría la aplicación del precepto legal
impugnado.
El requirente expresa que la aplicación del inciso segundo del artículo 393
del Código Procesal Penal en la gestión pendiente contraviene la Constitución, en
particular, los derechos fundamentales reconocidos en los numerales 2° y 3° del
artículo 19 de la Carta Fundamental.
En el artículo 19 N° 2 la Constitución Política de la República, asegura:
"2°. La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados. En Chile no hay
esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley.
Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias".
Sobre este derecho esta Magistratura ha señalado que "La igualdad ante la ley
consiste en que las normas jurídicas deben ser iguales para todas las personas que se
encuentren en las mismas circunstancias y, consecuencialmente, diversas para aquellas
que se encuentren en situaciones diferentes. No se trata, por consiguiente, de una igualdad
absoluta sino que ha de aplicarse la ley en cada caso conforme a las diferencias
constitutivas del mismo. La igualdad supone, por lo tanto, la distinción razonable entre
quienes no se encuentren en la misma condición" (STC 1254, c. 46).
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STC Rol N° 1.172, considerando 7°.
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Para dilucidar cuando se produce una infracción al derecho de igualdad ante
la ley, se ha referido que "(...) es necesario determinar, en primer lugar, si realmente
estamos frente a una discriminación o diferencia de trato entre personas que se encuentran
en una situación similar para, luego, examinar si tal diferencia tiene el carácter de arbitraria
importando una transgresión a la Carta Fundamental. Así, debe analizarse si tal diferencia
carece de un fundamento razonable que pueda justificarla y si, además, adolece de falta de
idoneidad para alcanzar la finalidad que ha tenido en vista el legislador" (STC 1340, c.
30). Agregando esta Magistratura que la igualdad supone "(...) la distinción razonable
entre quienes no se encuentran en la misma condición; por lo que ella no impide que la
legislación contemple en forma distinta situaciones diferentes, siempre que la
discriminación no sea arbitraria ni responda a un propósito de hostilidad contra determinada
persona o grupo de personas, o importe indebido favor o privilegio personal o de grupo."
(STC 280, c. 24). Por tanto, lo que norma constitucional prohíbe es la discriminación
arbitraria, lo que no ocurre cuando las diferencias dispuestas por la ley se
fundamentan "(...) en presupuestos razonables y objetivos" (STC 1469, cc. 12 a 15).
Cuando esta Magistratura ha señalado que la distinción debe fundamentarse en
presupuestos razonables, ello significa que "la diferencia se ha establecido en razón de
criterios objetivos y no de características subjetivas adscritas, como podría ser la edad, el
sexo, raza, origen social o nacional, entre otros" (STC 977, cc. 8, 9 y 11).
Por su parte, en el derecho a la igual protección de la ley en el ejercicio de
los derechos, se ha reconocido el derecho fundamental autónomo a la tutela judicial
efectiva, derecho "que tiene por finalidad que las personas accedan al proceso como
medio ordinario de resolución de los conflictos jurídicos, lo que resulta un presupuesto
mínimo de todo Estado de Derechd' (STC 815, c. 10). Es decir, la tutela judicial
efectiva asegura un acceso efectivo a la jurisdicción, lo que implica el derecho a la
acción, y el derecho a la apertura y posterior sustanciación del proceso o, como ha
señalado esta Magistratura "Este derecho incluye el libre acceso a la jurisdicción, el
derecho a obtener una resolución acerca de la pretensión deducida, el derecho a la
ejecución de las resoluciones judiciales, la interdicción de la indefensión y el derecho al
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O O O 0 95
Alux4A41 7 Cjo,c»
debido proceso, con la plena eficacia de todas las garantías que le son propias" (STC
1535, c. 17).
2.- Mérito del acto impugnado.
Cabe tener presente que la competencia constitucional se limita en el
"mérito" de la norma sometida a revisión de constitucionalidad, lo que se traduce en
que el Tribunal Constitucional no legisla ni administra, ni entra a calificar la bondad
de las disposiciones legales o administrativas sometidas a su control.' En palabras
de esta Magistratura "no le corresponde la judicatura sustituir el juicio propio del
legislador ni juzgar la sabiduría o mérito de los instrumentos que emplea, incluso si ellos
conllevan diferencias, a condición de que estos instrumentos diferenciadores se presenten
como razonablemente idóneos y proporcionados para alcanzar fines constitucionalmente
lícitos" (STC 825, cc. 19, 21 y 22).
3.- La acción civil en el Código Procesal Penal.
a) Algunas consideraciones previas.
Cuando se habla del ejercicio de la acción civil en el proceso penal se alude
a la siguiente situación: una acción u omisión culpable o dolosa que produce un
daño y, por tanto, constitutiva de un ilícito civil, puede tramitarse dentro de un
proceso penal porque dicha acción u omisión constituye también un ilícito penal 8.
Sin embargo, la responsabilidad civil no emana del delito penal; ella tiene
como fuente el daño ocasionado y, por lo tanto, entrará a operar cada vez que éste
se produzca de manera culpable, con independencia de que la conducta que lo
ocasionó se encuentre o no tipificada como un ilícito penal. La tipificación nada
añade a la responsabilidad civil. Es, por tanto, un problema procesal y no
sustantivo. De allí que la acción civil que nace del daño ocasionado por el delito y
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STC Rol N ° 591-07
La distinción tradicional entre el ilícito civil y el penal se encuentra, según la doctrina, en que la
fuente de la responsabilidad civil está en el daño, en cambio la del ilícito penal en la ley. De allí que
se afirme que una conducta por muy peligrosa que sea mientras no ocasione un daño no va a
generar ninguna responsabilidad civil.
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que se hace valer en sede penal, no deja de ser una acción civil stricto sensu, en
otras palabras, ella no pierde su carácter eventual y protector de un interés
esencialmente privado. Es tan patente que la reparación del daño a la parte
ofendida por el delito es una relación de derecho privado, que la acción civil por el
daño proveniente del delito, no puede ejercitarla el Ministerio Público conjuntamente
con la acción penal. Refrenda lo dicho la normativa procesal penal, ya que esta
acción —a diferencia de la acción penal pública— puede ser objeto de renuncia
(artículo 52 inciso 2° del Código Procesal Penal), de desistimiento (artículo 64 del
Código Procesal Penal), y prescribe de acuerdo a las disposiciones del Código Civil
(artículo 105 inciso 2° del Código Penal en relación con el artículo 2332 del Código
Civil). Adicionalmente, el cumplimiento de la decisión civil de la sentencia penal se
rige por las disposiciones respectivas del Código de Procedimiento Civil (artículo
472 del Código Procesal Penal en relación con los artículos 231 y ss. del Código de
Procedimiento Civil). .
En consecuencia, la acción civil buscará —principalmente— la reparación del
daño y la penal el castigo del delincuente. La primera es de naturaleza privada,
mientras que la segunda tiene una naturaleza pública. No hay confusión entre
ambas acciones y lo único que sucede es que por razones de economía procesal
se permite a la víctima tramitar dentro del proceso penal la acción civil de
responsabilidad que se genera por el daño que ha padecido y, por tanto, supedita la
competencia del juez civil a la decisión que ella tome de acudir ante el juez penal
(competencia civil adhesiva del juez penal).
En concordancia con lo anterior, la normativa procesal penal contiene
restricciones al ejercicio de esta acción en el procedimiento penal. Su estudio nos
indica que el legislador lo que hizo fue "invitar" a las partes a que debatieran las
cuestiones civiles en su sede natural, esto es, ante el juez civil competente. De esta
manera, por ejemplo, se permite el ejercicio de esta acción en términos amplios
solo en el procedimiento ordinario (libro segundo del Código Procesal Penal).
Mientras que la acción civil se excluye del procedimiento simplificado—salvo la que
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tiene por objeto la restitución de la cosa o su valor- aunque, como se verá, esta
norma responde a una decisión político-criminal (artículo 393 inciso 2°).
b) Acciones civiles en sede penal.
El artículo 59 del Código Procesal Penal establece:
"Principio general. La acción civil que tuviere por objeto únicamente la restitución de la
cosa, deberá interponerse siempre durante el respectivo procedimiento penal, de
conformidad a lo previsto en el artículo 189.
Asimismo, durante la tramitación del procedimiento penal la víctima podrá deducir respecto
del imputado, con arreglo a las prescripciones de este Código, todas las restantes acciones
que tuvieren por objeto perseguir las responsabilidades civiles derivadas del hecho punible.
La víctima podrá también ejercer esas acciones civiles ante el tribunal civil correspondiente.
Con todo, admitida a tramitación la demanda civil en el procedimiento penal, no se podrá
deducir nuevamente ante un tribunal civil.
Con la sola excepción indicada en el inciso primero, las otras acciones encaminadas a
obtener la reparación de las consecuencias civiles del hecho punible que interpusieren
personas distintas de la víctima, o se dirigieren contra personas diferentes del imputado,
deberán plantearse ante el tribunal civil que fuere competente de acuerdo a las reglas
generales"9.
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Este artículo tiene su origen en dos normas propuestas por el Ejecutivo, del siguiente tenor:
1.- "Principio general. Durante la tramitación del procedimiento penal podrán deducirse, con arreglo a las
prescripciones de este Código, las acciones encaminadas a reparar las consecuencia civiles del hecho punible,
como son, entre otras, las que persigan la restitución de la cosa o su valor, o la indemnización de los perjuicios
ocasionados". Esta norma se aprobó con algunas enmiendas de redacción en la Cámara de Diputados, sin
perjuicio, además, de que se reemplazó el vocablo procesados por imputados. Se hizo presente que en el
proceso penal debían permitirse ejercer las acciones civiles que tengan por objeto reparar los efectos civiles del
hecho punible, como son, entre otras, las que persiguen la restitución de la cosa o su valor, o la indemnización
de los perjuicios causados.
2.- "Ejercicio alternativo de acciones. Podrán deducirse separadamente ante el tribunal civil correspondiente
las acciones que persigan las responsabilidades civiles derivadas del hecho punible, salvo la que tuviere por
objeto únicamente la restitución de la cosa, que deberá interponerse siempre ante el juez que conozca del
respectivo procedimiento penal. Se observará, cuando corresponda, lo dispuesto en el artículo 167 del Código
de Procedimiento Civil".
"La acción planteada por la vía del procedimiento civil no podrá ser ejercida nuevamente durante el curso del
procedimiento penal".
"Por su parte, admitida a tramitación la demanda civil en el procedimiento penal, no se podrá deducir
nuevamente ante un tribunal civil, salvo la excepción contemplada en el inciso segundo del artículo anterior".
Emilio Pfeffer U. Código Procesal Penal, Anotado y Concordado, Ed. Jurídica de Chile, Segunda Edición,
págs. 105 y ss.
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Cci-0
En este artículo se pueden distinguir dos grandes categorías de acciones
civiles. La primera, denominada acción restitutoria, la que también se encuentra
prevista en el artículo 393 inciso 2° del Código Procesal Penal.
La segunda categoría, que podemos denominar acción de responsabilidad
civil, comprende un conjunto de pretensiones de acuerdo a lo previsto en el inciso
2° del referido artículo 59 al aludir, genéricamente, a todas las restantes acciones
que tuvieren por objeto perseguir las responsabilidades civiles derivadas del hecho
punible.
4.- Procedimientos Simplificados
Normalmente los códigos procesales estructuran un
modelo de
procedimiento común u ordinario, aplicable a la gran mayoría de casos. Se busca
así una normalización del trabajo, bajo patrones comunes, que permite disciplinar la
labor de los intervinientes en el proceso penal. Sin embargo, existen situaciones
particulares que obligan a una respuesta particularizada del proceso penal. Y lo que
hace que el proceso responda de un modo diferenciado a cada una de ellas es la
existencia de decisiones político-criminales, que transforman o condicionan la
persecución penal o todo el proceso.
En algunos casos, la decisión es la de simplificar la respuesta estatal, ya sea
porque la sociedad requiere una decisión mucho más rápida o bien porque la
trascendencia de la infracción no justifica el despliegue de mayores recursos, como
ocurre con el procedimiento simplificado o monitorio, regulados en el Título I del
Libro Cuarto sobre Procedimientos Especiales, del Código Procesal Penal.
Otras veces, la decisión básica es la de excluir la participación misma del
Estado en la persecución penal, como ocurre en los delitos de acción penal
privada, cuyo procedimiento se regula en el Título II del Libro Cuarto sobre
Procedimientos Especiales, del Código Procesal Penal.
Y existen otros casos en que lo que importa es dotar de mayores garantías al
proceso penal, ya sea porque la persona se halla en una situación potencial de
11
1 1.
4 19
mayor indefensión o porque los efectos del proceso pueden ser en sí mismos más
dañosos, como sucede con el procedimiento para la aplicación exclusiva de
medidas de seguridad regulado en el Título VII del Libro Cuarto sobre
Procedimientos Especiales, del Código Procesal Penal, y el procedimiento para la
adjudicación de responsabilidad penal a adolescentes regulado en la Ley N°
20.084.
En cuanto a los procedimientos especiales vinculados con la idea de
simplificación del proceso, que es lo que atañe a este requerimiento, subyace en la
decisión político-criminal de instaurarlos que el proceso penal supone una
conjunción de recursos humanos y materiales. Esto tiene un costo que
predominantemente es absorbido por el Estado. Ocurre muchas veces, que el delito
del que debe ocuparse el proceso es un delito de menor importancia, medida ésta
en términos objetivos a través del monto de la pena asignada al delito. En
circunstancias de este tipo el Estado puede tomar la decisión política de no destinar
al caso los mismos recursos que le dedicaría si se tratara de un delito de mayor
importancia o gravedad. De este modo, se busca simplificar el procedimiento en su
totalidad, para que el costo del servicio judicial sea menor.
En general, las legislaciones del derecho comparado contemplan
procedimientos especiales y sumarios para enjuiciar los delitos bagatelarios o de
menor entidad 10 . Se trata de la introducción de mecanismos de celeridad y
simplificación al procedimiento en atención a la ausencia de gravedad de los
hechos imputados". En consecuencia, la existencia de procedimientos
simplificados pareciera inevitable ante la gran cantidad de delitos de bagatela que
debe enfrentar cualquier sistema de justicia criminal hoy en día, ya que su
enjuiciamiento en todos los casos conforme a las reglas del procedimiento ordinario
resulta imposible. Al respecto, señala Roxin "Un procedimiento sumario es
indispensable; en vista a la gran cantidad de delitos de bagatela (...) no se tendría
Por ejemplo, el procedimiento por órdenes penales del sistema de justicia criminal alemán
(Strafbetfehlsveifahren); o el procedimento per decreto italiano.
11 María I. Horvitz L. y Julián López M., Derecho Procesal Penal Chileno, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile,
p. 459.
12
O
1 00
Cce.07
el tiempo absolutamente necesario para el esclarecimiento diligente de los delitos
más complicados y de mayor gravedad" 12.
Asimismo, la contemplación de procedimientos expeditos para juzgar delitos
poco complejos y graves ha encontrado su fundamento de legitimidad en el derecho
del imputado a ser juzgado dentro de un plazo razonable o sin dilaciones indebidas.
Si los hechos no son complejos, pareciera excesiva la realización del procedimiento
ordinario
Algunas de las principales significaciones de esta respuesta particular que se
puede vislumbrar a nivel comparado son 13 :
(i) La simplificación del procedimiento de investigación. Algunos códigos, incluso,
llegan a modificar totalmente el sistema de investigación en estos casos.
(ii) Tribunal unipersonal. Aquellos sistemas que juzgan mediante tribunales
colegiados, suelen dejar que los casos de menor gravedad sean juzgados por
tribunales integrados por un solo juez.
(iii) Simplificación de los trámites. Así, por ejemplo, la realización del juicio oral se
rige por normas simplificadas, incluso se permite la admisión de los hechos por
parte del imputado lo que torna innecesaria la realización del juicio.
5.- Procedimiento Simplificado en el Código Procesal Penal
En consonancia con las notas distintivas de los procedimientos simplificados
antes señaladas, el legislador nacional estableció en los artículos 388 y siguientes
un procedimiento sumario o simplificado, aplicable a delitos de menor cuantía, de
conocimiento de un tribunal unipersonal, y donde los trámites o actos procesales se
han simplificado.
Así, el artículo 388 del Código Procesal Penal determina el ámbito de
aplicación del procedimiento simplificado a las faltas y a ciertos delitos,
estableciendo al efecto lo siguiente:
12 Claus Roxin, Derecho Procesal Penal, Editores del Puerto, traducción de la vigésimo quinta edición alemana,
ps. 550-551.
13
Alberto M. Binder, Introducción al derecho procesal penal, Editorial AD-HOC, Segunda Edición, ps. 271 y
SS.
13
O 0 0 10
C<;211 12,14,0
"Ámbito de aplicación. El conocimiento y fallo de las faltas se sujetará al procedimiento
previsto en este Título.
El procedimiento se aplicará, además, respecto de los hechos constitutivos de simple delito
para los cuales el ministerio público requiere la imposición de una pena que no excediere
de presidio o reclusión menores en su grado mínimo".
En consecuencia, el ámbito de aplicación de este procedimiento especial
comprende, además de las faltas, a ciertos hechos constitutivos de simple delito,
cuando el ministerio público requiera una pena no superior a presidio o reclusión
menores en su grado mínimo. Además, conforme disponen los incisos primero y
segundo del artículo 390 del Código Procesal Penal sí los antecedentes lo
ameritaren y hasta la deducción de la acusación, el fiscal podrá dejar sin efecto la
formalización de la investigación que ya hubiere realizado y proceder conforme al
procedimiento simplificado. Asimismo, si el fiscal formulare acusación y la pena
requerida no excediere de presidio o reclusión menores en su grado mínimo, la
acusación se tendrá como requerimiento, debiendo el juez disponer la continuación
del procedimiento con arreglo a las normas del procedimiento simplificado.
Por otro lado, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 14, letras d) y e) del
Código Orgánico de Tribunales, corresponde a los jueces de garantía (tribunal
unipersonal) conocer los procedimientos regulados en el Título I del Libro IV del
Código Procesal Penal.
Asimismo, este procedimiento no contempla en forma expresa una etapa de
investigación, y conforme prescribe el artículo 395 del Código Procesal Penal, el
imputado puede admitir responsabilidad en los hechos contenidos en el
requerimiento, y renunciar así al juicio oral, caso en el cual el tribunal dictará
sentencia inmediatamente.
Por último, en este procedimiento breve y simple, conforme establece el
inciso segundo del artículo 393 del Código Procesal Penal, se no se podrá
interponer demanda civil, salvo aquella que tuviere por objeto la restitución de la
cosa o su valor, pero el querellante siempre tiene a salvo todas las restantes
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)
1O2
01,3-1
acciones que tuvieren por objeto perseguir las responsabilidades civiles derivadas
del hecho punible, las que deberá ejercer en sede civil.
En la historia de este precepto, se consigna que el Senado "planteó la
inconveniencia de mantener la demanda civil en un juicio tan breve, que supondría
una dilación excesiva del procedimiento, porque los efectos civiles de un hecho
pueden ser más graves que la falta penal, y porque la acción indemnizatoria
requiere de una prueba más compleja, sugiriéndose que la demanda civil se
interponga en sede civil, utilizando las reglas generales. Se indicó que la doctrina
no comparte el discutir la materia civil en el juicio penal, porque la primera pasa a
revestir más importancia. Además el juicio se hace más complejo y hay más partes
involucradas". Se agregó por el Senado "que obteniendo una condena en materia
penal se facilita la conciliación en materia civil". Por lo demás se "persigue la
acción restitutoria más que indemnizatoria. Aquí no se discute la procedencia de la
acción restitutoria, que se podrá deducir en el juicio penal, sino la de
indemnización". Luego, se rechazó la posibilidad de ejercer la acción civil por
indemnización de perjuicios en el juicio simplificado, pero "El Senado acordó dejar
expresado en la norma que la víctima sí puede ejercer la acción restitutoria de la
cosa o su valor, si ésta se ha destruido, quitándole toda formalidad" 14.
6.- La aplicación del precepto legal impugnado no resulta contrario a la
igualdad ante la ley y a la igual protección de la ley en el ejercicio de los
derechos.
El requirente estima que la norma impugnada es contraria a la Constitución
Política de la República, toda vez que impide a su representada ejercer los
derechos que le corresponden, en particular, ejercer las acciones civiles en el
propio proceso penal, específicamente la acción civil restitutoria amplia. Arguye que
el tenor del precepto contenido en el artículo 393 inciso 2° del Código Procesal
Penal, es una norma que "va contra texto expreso constitucional", toda vez que
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Emilio Pfeffer U. Ob. Cit., págs. 595 y ss.
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impide a la víctima ejercer acciones civiles en el mismo juicio penal, constituyendo
esta situación una afectación a los derechos de la parte que representa, dado que
no podrá ejercer LIBREMENTE las acciones que pudieren derivar del hecho
punible, distintas de la responsabilidad penal. Entiende, por tanto, que lo
establecido por el precepto que motiva el requerimiento es una diferencia arbitraria,
en el contexto de lo preceptuado por el artículo 19 n°2 de la Constitución, como
también atenta contra el derecho a la igual protección de la ley en el ejercicio de
sus derechos, reconocido en el numeral 3° del mismo artículo.
Aun cuando se afirme que el precepto legal no reconoce la posibilidad de
deducir una acción restitutoria amplia, lo cierto es que el precepto legal impugnado
no resulta contrario a la Constitución. En efecto, el artículo 393 inciso segundo del
Código Procesal Penal no supone una diferencia arbitraria, se trata solamente de
un precepto que regula las materias que serán de conocimiento del tribunal en un
contexto específico como es el procedimiento simplificado. A mayor abundamiento,
no existe arbitrariedad en la regulación del referido precepto, toda vez que está
inserto en un procedimiento especial de la legislación procesal penal, y lo que hace
es solo excluir la acción civil (distinta a la estrictamente restitutoria) del
conocimiento del Juez Penal, pero no proscribe su ejercicio en sede civil.
Esta decisión legislativa se fundamenta en presupuestos razonables y
objetivos. Primero, en la naturaleza del procedimiento, ya que se trata de una
procedimiento que por su sola denominación da cuenta de la imposibilidad que al
interior de él se ventilen cuestiones de resolución más compleja como lo es, por
ejemplo, una demanda civil indemnizatoria, y en tal caso ¿cuál es la solución que
entrega el legislador? Exhortar a las partes a discutir aquello en su sede natural,
esto es: El Juez Civil. Segundo, tal decisión legislativa busca evidentemente
resguardar que los conflictos se resuelvan ante el juez natural, y solamente cuando
la naturaleza del proceso lo permite (procedimiento ordinario) el legislador accede
al conocimiento del Juez Penal de una acción de naturaleza diversa a la penal.
Tercero, la norma impugnada es aplicable a todos los querellantes que intervienen
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en un procedimiento simplificado, sin excepción, es decir, la norma tiene el carácter
de generalidad.
Por tanto, la decisión del legislador respecto del precepto legal cuestionado,
se basa en factores objetivos y razonables, de modo que no puede haber reproche
a su actuar.
Asimismo, el legislador no ha sometido el derecho a ejercer la acción civil
derivada de un ilícito penal (distinta de la restitutoria en sentido estricto), a
exigencias que lo hagan irrealizable o que lo entraben más allá de lo razonable o
que prive al querellante de tutela jurídica en este ámbito. En efecto, el precepto que
motiva el requerimiento no está privando de sus derechos al actor civil, no vulnera
el derecho del mismo a acceder a la justicia, sino que la norma solo indica cual es
el camino para dicho acceso, pero no hay una vulneración de derechos que pudiere
hacer que la norma fuera contraria a la Constitución. Muy por el contrario, el
precepto se establece en resguardo del actor civil, impidiendo que la acción civil
sea conocida en un procedimiento breve y sumario, garantizando ex ante que exista
un debido proceso para los que intervengan en la dimensión civil que resultaría de
la ocurrencia de un ilícito penal.
IV.- EL PRESENTE REQUERIMIENTO DEBE SER DESESTIMADO, PORQUE SU
FUNDAMENTO DESCANSA EN UNA ACTUACIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO
QUE NO HA SIDO CUESTIONADA
Como se indicara, el presente requerimiento incide en la casusa criminal RIT
N° 1665-2013 Juzgado de Garantía de Quilpué, RUC 1310011194-7, seguida en
contra de Maritza del Carmen Osorio Brito y Daniel Roubillard Daved, por su
participación en el presunto delito de simulación de contrato en perjuicio de
terceros, previsto y sancionado en el artículo 471 n°2 del Código Penal, personas
que en su oportunidad fueron formalizadas, para luego el Ministerio Público,
atendidas sus facultades legales, solicitar la sustitución del procedimiento,
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aplicándose en consecuencia lo dispuesto en los artículos 388 y siguientes del
Código Procesal Penal.
El requirente funda su pretensión fundamentalmente en que el ejercicio de la
acción civil en el mismo proceso penal se encuentra entregado al arbitrio del
Ministerio Público, ya que por el solo hecho de solicitar la aplicación del
procedimiento simplificado se le priva de inmediato a la víctima de la posibilidad de
ejercer la acción civil. En este sentido, señala, la "decisión autónoma" del Ministerio
Público de mutar el procedimiento no es racional ni justa, porque si el procedimiento
que elige el Ministerio Público es el simplificado, se deja a la víctima en la más
absoluta indefensión de sus derechos indemnizatorios al menos en el proceso
penal, y se le obliga a ejercer en otra sede la acciones civiles correspondientes, con
todo el enorme costo de tiempo y dinero que dicho ejercicio implica ante otro
tribunal distinto del que conoce el delito, con lo cual se produce una doble
victimización.
Sin embargo, el precepto legal que habilita al Ministerio Público para mutar
de procedimiento no es el inciso segundo del artículo 393 del Código Procesal
Penal. En efecto, dicha facultad se encuentra regulada en los incisos primero y
segundo del artículo 390 del Código Procesal Penal, de modo que el reclamo debe
ser desestimado porque estas normas no han sido impugnadas.
POR TANTO,
PIDO A SS. EXCMA. tener por evacuado el traslado y en base a la razones dadas
rechazar el presente requerimiento.
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