26 La medicina alternativa en Costa Rica, un capítulo que apenas se inicia Juan Carazo Salas1 Resumen La Organización Mundial de la Salud junto con más de una decena de centros colaboradores se han dado a la tarea, desde el año 1991, de validar la eficacia y seguridad de las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias, así como de promover el acercamiento de sus países miembros a estas formas de atención sanitaria. Muchos de estos países ya han incluido a las medicinas alternativas dentro de sus sistemas de salud. En Costa Rica se ha venido trabajando al respecto, pero son muchos los desafíos que aún se presentan para su integración al sistema de salud imperante. Introducción E l uso de las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias (MT/MCA), ha aumentado de manera muy importante en los últimos veinte años en el mundo occidental (OMS, 2002-2005). Este incremento en el uso de métodos no convencionales de 1 Médico, M.Sc. en Salud Pública, MSc. en Administración de Negocios. Profesor de la Escuela de Salud Pública (UCR), Médico Asistente de la Clínica Holística. 521 medicina ha llamado la atención de organizaciones de gran importancia a nivel mundial, tales como el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM), los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes, junto con más de una decena de centros colaboradores alrededor del mundo, se han dado a la tarea, desde el año 1991, de validar la eficacia y seguridad de muchas de estas medicinas no convencionales, sobre todo lo correspondiente al uso de plantas medicinales y de la acupuntura (NCCAM, 2007). La OMS, desde el año 2005, hizo un llamado a sus países miembros para integrar estas formas de medicina en sus sistemas de salud, de manera que se pudieran conocer mejor, investigar apropiadamente, regular por parte de las autoridades de salud oficiales y aprovechar los beneficios de estas medicinas previamente validadas, en el tratamiento de los pacientes (OMS, 2002-2005). Este esfuerzo realizado a nivel mundial, está apenas comenzando a permear nuestro sistema de salud, y es por esta razón que el presente trabajo busca analizar el papel de las medicinas tradicionales, complementarias y alternativas para la salud pública de Costa Rica. Con este fin, se parte de la definición de estas formas de tratamiento, de la importancia que han ido tomando estas terapias en el mundo, y de su abordaje por parte de la Organización Mundial de la Salud, para luego señalar algunas particularidades que presentan para los sistemas de salud y cómo algunos países han resuelto estas particularidades. Finalmente se describe la situación de las medicinas tradicionales complementarias y alternativas 522 La Salud Pública en Costa Rica en nuestro país, así como los desafíos futuros para su inclusión en nuestro sistema de salud. Desarrollo La Organización Mundial de la Salud define a las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias (MT/MCA) como “prácticas, enfoques, conocimientos y creencias sanitarias diversas que incorporan medicinas basadas en plantas, animales y/o minerales, terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios aplicados de forma individual o en combinación para mantener el bienestar, además de tratar, diagnosticar y prevenir las enfermedades”. (www.who.org) El Centro Nacional para la Medicina Alternativa y Complementaria de los Estados Unidos (NCCAM), por su parte, define a estas medicinas no convencionales como un “conjunto diverso de sistemas, prácticas y productos médicos y de atención de la salud que no se consideran actualmente parte de la medicina convencional”. A estas dos definiciones de medicinas tradicionales, alternativas y complementarias, el NCCAM agrega un elemento muy importante para el presente trabajo. Es el que corresponde al sistema de salud preponderante en cada lugar, al que llama en forma genérica, “medicina convencional”. Algunas de las medicinas que reciben en occidente, sobre todo en las Américas, el calificativo de alternativas o complementarias, pueden ser las formas de medicina convencional y oficial adoptadas por los sistemas nacionales de salud de otras regiones del mundo, en donde la medicina occidental no es la principal forma de atención de las enfermedades. Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 523 La OMS define la medicina tradicional como aquella que pertenece a la tradición de un pueblo, como son por ejemplo la medicina china, o el ayurveda de la India, o la medicina unani de los árabes. En realidad, todas las culturas antiguas contaron con alguna forma de medicina que hoy catalogamos como tradicional, que se desarrollaron a través de los años y que fueron influenciadas por factores históricos, cosmogonía, creencias y filosofía, solamente que no todas ellas resistieron el embate del tiempo, ni el de los cambios de paradigma. A pesar de que estas prácticas tradicionales varían mucho entre sí: “la gran mayoría puede codificarse, regularse, enseñarse abiertamente y practicarse amplia y sistemáticamente, además de beneficiarse en muchos casos, de miles de años de experiencia”, como bien lo señala la OMS (OMS, 2002-2005). La diferencia entre medicina complementaria y medicina alternativa radica en su uso con respecto de la medicina occidental, científica o alopática. La medicina complementaria es aquella que se utiliza conjuntamente con la medicina convencional, como es por ejemplo el uso de la aromaterapia para ayudar a mitigar la falta de comodidad del paciente después de la cirugía, mientras que la medicina alternativa, por su parte, es la que se utiliza en lugar de la medicina convencional, como puede ser el empleo de una dieta especial para el tratamiento del cáncer en lugar de la cirugía, la radiación o la quimioterapia recomendados por un médico convencional. También se ha acuñado el término “medicina integrativa”, que es aquella en que se combinan terapias médicas convencionales y terapias de la medicina complementaria y alternativa para las cuales existen datos científicos de alta calidad sobre su seguridad y eficacia (NCCAM, 2007). 524 La Salud Pública en Costa Rica Existen muchas otras formas de clasificar a las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias, por ejemplo, pueden clasificarse como terapias de medicación, si se utilizan medicinas con base de hierbas, partes de animales y/o minerales, o terapias sin medicación, si se realizan principalmente sin el uso de ésta, como es el caso de la acupuntura, las terapias manuales, el gigong, tai chi, la terapia termal, el yoga y otras terapias físicas, mentales, espirituales y terapias mentecuerpo. La NCCAM por su parte, clasifica a las terapias de la medicina complementaria y alternativa en cinco categorías o dominios: 1. Sistemas médicos alternativos: estos se construyen en torno a sistemas completos y conceptuales de teoría y práctica, como es el caso de la homeopatía, la naturopatía, la medicina tradicional china y el ayurveda de la India. 2. Enfoque sobre la mente y el cuerpo: este enfoque utiliza una variedad de técnicas diseñadas con el fin de utilizar la capacidad de la mente para afectar la función y los síntomas corporales, como son por ejemplo, los grupos de apoyo a pacientes y la terapia cognitiva y conductual, la meditación, la oración, la curación mental y las terapias que emplean soluciones creativas como el arte, la música o la danza. 3. Terapias biológicas: éstas se refieren al uso de sustancias que se encuentran en la naturaleza, tales como hierbas, alimentos y vitaminas, transformados en suplementos dietéticos y en productos de herboristería, pero cuya eficacia aún no ha sido probada desde el punto de vista científico. 4. Métodos de manipulación y basados en el cuerpo: los métodos de manipulación y basados en el cuerpo en la medicina complementaria y alternativa hacen Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 525 énfasis en la manipulación o en el movimiento de una o más partes del cuerpo. Algunos ejemplos incluyen quiropráctica, osteopatía y masaje. 5. Terapias sobre la base de la energía (algunas no demostrables científicamente en la actualidad): éstas incluyen el empleo de campos de energía, utilizando terapias de biocampo como es caso el Reiki y la Pranoterapia, o terapias bioelectromagnéticas. Lo anterior muestra que existe una gran diversidad de medicinas tradicionales, alternativas y complementarias, cada una con sus características particulares. Estas son muy utilizadas en la prevención, diagnóstico y tratamiento de una gran gama de enfermedades en muchas partes del mundo, son muchas las razones para su uso e, inclusive, para el aumento en su uso en los últimos veinte años. En algunas regiones del globo, este aumento se debe a que es más accesible por sus habitantes y a la confianza que se les tiene, pues forman parte de sus tradiciones, por ejemplo en las regiones más pobres de Asia y de África, en donde cerca de la mitad de su población cuenta únicamente con este tipo de medicina. En los últimos veinte años, las personas en los países desarrollados también han ido volviendo la mirada hacia las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias, debido, entre otras causas a la preocupación acerca de los efectos adversos de los fármacos químicos, las limitaciones de algunas terapias convencionales, lo cruentas y el alto costo de algunas intervenciones, el mayor acceso de la gente a la información sanitaria y la modificación de sus valores y el aumento en la esperanza de vida que lleva consigo un riesgo mayor de que se desarrollen enfermedades crónicas y debilitantes tales como 526 La Salud Pública en Costa Rica las enfermedades coronarias, el cáncer, la diabetes y los trastornos mentales (Barnes, 2004). El porcentaje de personas que han usado MT/MCA en los países desarrollados varía mucho, sin embargo, por lo general encontramos cifras elevadas de uso, como en Australia, en donde su uso ha sido reportado en niveles cercanos al 46%, en Francia al 49%, y en Canadá, esta cifra llega al 70%. Las MT/MCA incluso son practicadas por muchos médicos alópatas; por ejemplo en el Reino Unido, el 40% de los médicos utiliza alguna forma de MT/MCA en su consulta, y en Suiza el 46% (OMS, 2002-2005). El gasto en salud en MT/MCA ha venido también en aumento debido al crecimiento en la demanda, y aunque las cifras no son exactas, la OMS cuenta con algunos datos al respecto. En Malasia, se estima un gasto anual en MT/MCA de unos 500 millones de dólares estadounidenses, comparado con unos 300 millones de dólares estadounidenses en medicina alopática. En los Estados Unidos, el gasto total realizado en 1997 en MT/MCA se estimó en unos 2700 millones de dólares estadounidenses, comparable con el gasto proyectado para todos los servicios médicos en ese mismo año. (OMS, 2002-2005). Estas formas de medicina altamente sistematizadas son mucho más que otra forma de curar enfermedades. Muchas son toda una forma de vida, un modo diferente de ver y comprender el mundo, otra forma de entender al ser humano y su interrelación con el universo que lo rodea y comparten una visión ecológica del ser humano que funge como concepto unificador, al que se ha llamado “holismo”. A pesar de que la visión holística del ser humano es posiblemente tan vieja como el ser humano mismo, el Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 527 concepto de “holismo”, del griego “holos” que significa entero, fue primero popularizado por el filósofo, economista y estadista sudafricano Jan Christian Smuts en su libro de 1926 llamado “Holismo y evolución”. Para Smuts, holismo era una forma de comprender y describir organismos y sistemas como entidades más grandes que la suma de sus partes, aspecto muy diferente del reduccionismo analítico de la ciencia en boga (Gordon, 1985). La medicina holística por su parte, tiene sus raíces en el “Movimiento de Salud Popular”, que nació en los primeros años del siglo XIX y llegó a su pico máximo poco antes de la guerra civil de los Estados Unidos. Estas prácticas médicas populares eran una mezcla de la medicina tradicional europea, africana y amerindia, y eran las que la gran mayoría de la gente común utilizaba. En esta época en los Estados Unidos, se alzaron diferentes movimientos que estaban descontentos por lo limitado de los alcances de la revolución norteamericana, respecto de la esclavitud y los derechos de las mujeres. Es por esta razón que muchas de las personas que pertenecieron a los movimientos por los derechos civiles y por los derechos de las mujeres, también pertenecían al Movimiento de Salud Popular. Este es el caso de Samuel Thompson y Silvestre Graham. El primero compiló una lista de remedios herbarios en su libro “New Guide to Health”, el que vendió cerca de 100,000 copias entre 1822 y 1839. El segundo, fue uno de los que comenzó el movimiento de Salud Holística en los Estados Unidos, y entre sus prácticas estaba la alimentación integral, la importancia del consumo de frutas y vegetales, y el uso de la medicina natural, conceptos de autocuidado muy difundidos en la actualidad. 528 La Salud Pública en Costa Rica Estas personas veían la salud desde una perspectiva más amplia que solo el aspecto relacionado con el ser humano en particular, y no hacían diferencias entre el bienestar individual y el social, entre la responsabilidad personal y la social, conceptos que podríamos llamar, de salud pública. Sin embargo, la coalición de gente que formaba el movimiento de medicina popular fue poco a poco quebrantándose, hasta desaparecer. En 1847 se creó la Asociación Médica Americana, que consolidó el poder de la medicina científica en los Estados Unidos y hundió en el olvido, por más de un siglo, a la medicina popular. La guerra de Vietnam, el movimiento hippie, la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos y el Informe Millis sobre la educación médica sirvieron como semillero para el renacimiento de los movimientos de medicina holística a partir de los años sesenta. Este nuevo cambio ha venido creciendo desde entonces, apoyado también en los movimientos ambientalistas que, buscando una forma de vida diferente para las personas, han ido generando valores diferentes que armonicen al hombre a todo nivel, físico, mental, emocional, social y ecológico (Hussin, 1985). Los aspectos considerados por la medicina holística respecto de la salud de las personas, parecieran completar el concepto de salud aceptado por la OMS: “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad”, agregándole a esta definición dimensiones del ser humano que hasta el momento no han sido tomadas en cuenta, y añadiendo a la medicina convencional un aspecto muchas veces olvidado: calidad humana (Carazo V., 2003). La OMS señala que existen tres tipos de sistemas de salud diferentes con base en la aceptación o no de las Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 529 medicinas tradicionales, alternativas y complementarias: el integrado, el inclusivo y el tolerante. El integrado es el sistema en que estas prácticas están oficialmente reconocidas e incorporadas en todas las áreas de provisión sanitaria, en que estas medicinas están incluidas en la política nacional de fármacos relevante en el país, en donde los proveedores y los productos están registrados y regulados; en que las terapias de este tipo de medicina están disponibles en hospitales y clínicas (tanto públicos como privados), y, estos tratamientos son reembolsados por el seguro de salud, se realizan estudios relevantes, y se dispone de educación formal concerniente a estas prácticas, como sucede en China, la República Democrática de Corea, la República de Corea y Vietnam. Otro tipo de sistema de salud es el que la OMS llama inclusivo. En este sistema se reconoce a las prácticas de medicina tradicional, alternativa y complementaria, pero aún no se han integrado estas prácticas a todos los aspectos señalados anteriormente. Este sistema es el que impera en Mali, Guinea Ecuatorial y Nigeria, pero también es el que está establecido en el Reino Unido y en Canadá. El tercero y último de estos sistemas, es el tolerante, en donde el sistema sanitario nacional está basado enteramente en la medicina convencional, a la que se llama alopática, pero se toleran por ley algunas prácticas de medicina tradicional, alternativa y complementaria, como es el caso de los Estados Unidos, y el de la República de Costa Rica. La OMS ha visto la importancia creciente de las MT/ MCA y ha señalado en su “Estrategia de la OMS sobre Medicina Tradicional 2002-2005”, los objetivos que considera fundamentales para aprovechar el conocimiento 530 La Salud Pública en Costa Rica de estas formas de medicina, pero al mismo tiempo ha asegurado la eficacia, seguridad y calidad de los productos y de las diferentes prácticas. Estos objetivos se plantean a nivel de políticas de estado, integrando a la MT/MCA a los sistemas de salud nacionales, desarrollando e implantando políticas y programas nacionales sobre este tipo de medicina; a nivel de acceso, incrementando la disponibilidad y la asequibilidad de la MT/MCA según sea necesario, enfatizando el acceso a las poblaciones pobres; a nivel de su uso racional, fomentando terapéuticamente el uso sólido de una MT/MCA apropiada por parte de proveedores y consumidores; y a nivel de seguridad, eficacia y calidad, difundiendo los conocimientos básicos sobre MT/MCA y ofreciendo directrices sobre normas y estándares para asegurar la calidad. La Organización Mundial de la Salud promueve en los países miembros la integración de las medicinas alternativas y complementarias a sus sistemas de salud, debido a que estas formas de atención de la salud han: “…demostrado eficacia en áreas como la salud mental, el tratamiento de enfermedades no transmisibles, y el mejoramiento de la calidad de vida en lo concerniente a las enfermedades crónicas así como para la población en envejecimiento. Aún cuando se requiere de mayor investigación, investigaciones clínicas y evaluaciones, las medicinas tradicionales y complementarias han mostrado un gran potencial para el tratamiento de un amplio espectro de necesidades en el cuidado de la salud” (WHO, 2001). Es por esta razón que la OMS realiza esfuerzos para la difusión de la información concerniente a las MT/ MCA y en la asesoría de aquellos países que desean Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 531 crear políticas de salud al respecto y definir el rol que jueguen estas terapias en la sociedad. Hasta la fecha, solamente 25 de los 191 estados miembros de la OMS han desarrollado una política nacional sobre MT/MCA (OMS, 2002-2005). Este acercamiento promovido por OMS tiene también que ver con la formación del personal sanitario que se requiere en las diferentes regiones del mundo para abordar los diferentes problemas de salud que se presentan. Como se menciona en el Informe sobre la Salud del Mundo 2006: “La formación del personal sanitario es crucial para que el mundo pueda hacer frente a los principales retos sanitarios, como alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, prevenir y tratar enfermedades crónicas y responder a las emergencias. Los responsables de políticas de todo el mundo deben centrarse en ampliar la capacidad de formar y educar a los futuros profesionales sanitarios. El mundo necesita un personal de salud adaptable y adecuadamente capacitado, integrado por profesionales que estén aprendiendo durante toda la vida y sepan cómo hallar y aplicar nuevas informaciones y competencias” (OMS, 2006). Lo anterior es importante para asegurar la calidad de la asistencia en este sentido con el fin de: “Asegurar que cada paciente reciba el conjunto de servicios diagnósticos y terapéuticos más adecuados para conseguir una atención sanitaria óptima, teniendo en cuenta todos los factores y los conocimientos del paciente y del servicio médico y lograr el mejor resultado con el mínimo riesgo de efectos iatrogénicos y la máxima satisfacción del paciente con el proceso” (OMS 1985). 532 La Salud Pública en Costa Rica Los servicios de salud basados en medicinas tradicionales, complementarias y alternativas son diferentes de los servicios de salud convencionales, debido a que su filosofía se basa en una visión holística de la persona en sus distintas dimensiones (OMS, 2002-2005) y en que sus objetivos tienen más que ver con el fomento de la salud que con el ataque directo a la enfermedad, y es de gran importancia para la promoción de la salud. Cada país, según su bagaje histórico, sus creencias, el peso que ha tenido la medicina científica en su sistema de salud, su forma de ver el mundo, y su cultura en general, han abordado y resuelto de manera diferente lo referente a la regulación de las prácticas de las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias. (WHO, 2001). En Chile, las políticas nacionales le otorgan igual importancia a las medicinas tradicionales y a la medicina alopática. La medicina tradicional y complementaria se encuentran reguladas por la Ley 19.253 de octubre de 1993, que toma en cuenta el rol que juegan estas medicinas en la salud pública. Un ejemplo es el Hospital de la Comunidad Mapuche, en donde se ofrecen servicios médicos tradicionales y alopáticos, y que se encuentra adjunto a la Universidad Mapuche, ambos apoyados financieramente por el Ministerio de Salud (WHO, 2001). En Alemania no existe el monopolio legal de la medicina alopática, por ende, médicos no alópatas, pero certificados, pueden ejercer la medicina, y médicos alópatas certificados, pueden practicar medicinas complementarias. Sin embargo existen algunas restricciones con respecto a algunos actos médicos particulares. Solamente a los médicos alópatas y a los dentistas se les permite practicar la odontología. Solamente a los médicos alópatas se les permite tratar enfermedades de transmisión sexual, Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 533 enfermedades transmisibles y epidémicas, recetar algunos medicamentos, aplicar anestésicos y narcóticos, practicar la gineco-obstetricia, tomar placas de rayos X, realizar autopsias, y emitir certificados de defunción (WHO, 2001). Noruega cuenta con las regulaciones más viejas de Europa en lo concerniente a la práctica de la medicina por personas que no son médicos alópatas, y en principio, cualquier persona en Noruega puede tratar pacientes, sin importar su entrenamiento ni profesión. Sin embargo, solamente a los médicos alópatas se les permite usar el título de “Doctor en Medicina”, usar un título indicando la especialidad, o anunciarse, aún cuando cualquier persona puede poner un anuncio en la prensa con indicación solamente del nombre, la dirección, las horas de consulta e información general acerca de los servicios brindados. A pesar de ser muy abiertos a este respecto, las leyes noruegas son muy estrictas con aquellas personas no médicas alópatas o dentistas, que por sus tratamientos pongan en peligro serio o dañen la salud de las personas consultantes, esto según el Acta 9 del 19 de junio de 1936 (WHO, 2001). En Costa Rica, según la Organización Mundial de la Salud, no existe ninguna asociación de medicina tradicional. Esta organización señala que en el país existen al menos 19 personas que practican medicina tradicional indígena y señala que existen dos quiroprácticos en el país. En cuanto a la situación legal, se establece en OMS que la práctica de la medicina tradicional es ignorada por las leyes oficiales de salud. No hay registro de practicantes de medicina tradicional en Costa Rica, y los practicantes de medicina tradicional no están regulados. También se señala que no existen programas oficiales que sirvan de 534 La Salud Pública en Costa Rica enlace entre el sistema de salud establecido, y la medicina tradicional. No obstante lo anteriormente señalado por la OMS, son muchos los avances que en este sentido se han venido realizando en los últimos veinte años en nuestro país en cuanto al acercamiento a las medicinas alternativas. En el año 1990, del 12 de mayo al 21 de julio, se realizó el primer Curso de Terapéutica Homeopática avalado por el Colegio de Médicos y Cirujanos, lo que abrió las puertas para que se comenzaran a incluir conferencias sobre homeopatía en muchos de los Congresos Médicos Nacionales a partir de ese año (Salas, 2008). En 1994 el Colegio de Médicos y Cirujanos reconoció a la homeopatía como especialidad médica, y un pronunciamiento de la Sala de Jurisdicción Constitucional, el 9 de enero de 1998, permitió que los médicos alópatas recibieran la acreditación de estudios homeopáticos de postgrado, bajo el marco de la Regulación de Especialidades Médicas (Colegio de Médicos y Cirujanos, 2008). A pesar de la posición oficial y no obstante el hecho de que en Costa Rica los servicios de salud convencionales se encuentran disponibles para la gran mayoría de los habitantes de nuestro país, el uso de las medicinas alternativas como primera opción terapéutica o como complemento a tratamientos de medicina convencional (también llamada alopática o científica, y que es la que se practica oficialmente en nuestros servicios de salud), lejos de ir desapareciendo, ha venido incrementándose en cantidad y en variedad (Peraza, 2007). Existe en la actualidad una oficina del Ministerio de Salud que se ha dedicado desde hace ya cinco años a trabajar en normas de habilitación, tratando de juntar los pareceres de las personas que se dedican a estas Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 535 prácticas, y tratando de regularlas al menos con el mínimo de los requisitos de funcionamiento, de manera que no pongan en peligro la salud de aquellas personas que atienden (Peraza 2007). Esta oficina ha estado trabajando también en un curriculum básico de materias de ciencias básicas, como sería el ciclo de biociencias de la Universidad de Costa Rica, que deben conocer a las personas no médicas que se dediquen a atender a otras, de manera que puedan, al actuar, contar con algunos conocimientos de base que les haga ser más conscientes en cuanto a los riesgos que implica atender gente, y en caso necesario, que puedan referir al paciente a su médico. También se están trabajando algunos perfiles básicos sobre medicinas alternativas y complementarias, tomando como base algunos curriculos extranjeros y consultas a expertos internacionales y universidades en Norteamérica, con el fin de establecer normas de acreditación que permitan el reconocimiento por parte del Consejo Nacional de Educación Superior Privada (CONESUP) de algunos de los practicantes de estas terapias, que han venido al país y buscan su regularización (Peraza, 2007). Para que se puedan regular estas actividades hace falta un reglamento que las mencione, que sea aprobado y avalado por el Estado. Se ha estado trabajando en este reglamento, buscando normas de consenso con los diferentes actores involucrados; por ejemplo con los psicólogos, en el caso de los Remedios Florales de Bach, con el Colegio de Médicos y Cirujanos, y con asociaciones de practicantes de algunas de estas terapias. Sin embargo, el problema principal es el concerniente a la calidad de la formación de los practicantes de medicinas alternativas, ya que en la actualidad en nuestro país no 536 La Salud Pública en Costa Rica existen normas obligantes, por lo tanto, no están al margen de ellas, y no se puede quebrantar el derecho al trabajo y la libertad de comerciar. Lo que sí se puede hacer es obligar al establecimiento a condiciones mínimas sanitarias, que es lo que en la actualidad se hace (Peraza, 2007). Conclusiones Las medicinas alternativas han sido abordadas de manera muy diferente en todos los países, de manera que cada cuál ha solucionado el aspecto legal y formativo según ha podido o escogido, por lo que su trato es muy heterogéneo a través del mundo. A pesar de lo anterior, la OMS ya ha emitido un mandato en donde se pide a los países miembros acercarse aún más a las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias. En Costa Rica ya se ha comenzado fuertemente por parte de las autoridades de Salud a realizar ese acercamiento y a buscar los puntos de encuentro entre los practicantes, la regulación y la formación y acreditación. La formación es uno de los puntos más importantes en que se debe insistir para no poner en riesgo el bienestar de los pacientes, sobre todo en lo concerniente a practicantes no médicos. En Costa Rica, las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias, todavía no forman parte del currículum de ninguna de las escuelas de medicina; tampoco son parte de la oferta de servicios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), y muy pocas han sido aceptadas como una especialidad médica. Sin embargo, el aumento en el número de personas usuarias, así como en la oferta de servicios privados de estas formas terapéuticas, y las iniciativas internacionales que proponen el acercamiento Legislación sanitaria, calidad y nuevas alternativas de atención 537 de los sistemas nacionales de salud a estas formas de medicina, han hecho que las autoridades de salud de nuestro país, poco a poco, se vayan abriendo a las medicinas alternativas y hayan comenzado a establecer medidas enfocadas en regular mejor los servicios brindados y asegurar, hasta cierto punto, la calidad de la atención del lugar y la seguridad de los usuarios. Quedan aún desafíos importantes para poder pasar de un sistema tolerante a uno inclusivo y mucho más aún para poder llegar a un sistema integrado que logre armonizar los grandes avances de la medicina científica con la calidad humana y visión ecológica de las medicinas alternativas. Las medicinas tradicionales, alternativas y complementarias no solo son una herramienta muy valiosa en el abordaje de las enfermedades de los pacientes, ya sea como complemento o alternativa a la medicina alopática, sino que contribuyen de forma general a mejorar la salud de las personas, al poner en práctica una filosofía de vida que promueve una mejor calidad de vida. Referencias bibliograficas Barnes, P., Powel- Grinner, E. (2002). Complementary and Alternative Medicine Use Among Adults: United States. Advance Data From Vital and Health Statistics. Nº 343. Estados Unidos. Carazo, V. (2003). Expandiendo el Horizonte médico, una opción holística. 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