Terapia cortada a la medida. Un seminario con Jeffrey K. Zeig Introducción en el Instituto MH. de la ciudad de México Aunque su estilo es distinto al de Miltón Ericksn, Jeffrey Zeig es más orientado al interior mientras que su maestro era más bien externo, tiene incorporadas sus posiciones (ver capítulo 4). Jeff demuestra en su vida cotidiana que la terapia empieza en casa, pero en la casa del terapeuta, no sólo envolviendo para regalo las ideas que nos transmite sino cortando a la medida sus interacciones. Erickson, junto con la copia de un artículo que había enviado al "American Journal of Clinical Hypnosis" sobre el uso de una técnica ericksoniana naturalista para curar alucinaciones auditivas en esquizofrénicos. INTRODUCCIÓN AL SEMINARIO. Quisiera infectarlos con las técnicas ericksonianas como si fueran un virus viral, pasarles este virus e infectarlos con algo del entusiasmo que yo siento por Milton Erickson, por el trabajo que él inició y que han continuado algunos de sus seguidores. 1. TERAPIA CORTADA A LA MEDIDA Y ENVUELTA PARA REGALO La hipnosis es una manera de que la gente escuche sus propios consejos. La reportera me preguntó: "Dr. Zeig, ¿qué es la hipnosis?" y yo le contesté que, estructuralmente, quizá no esencialmente, la hipnosis es una manera de envolver ideas como si fueran regalos. Es una forma de tomar las ideas, envolverlas como regalo y presentarlas al paciente en forma muy atractiva, como algo muy valioso, para ayudarlo a hacer surgir las potencialidades que tiene escondidas. Así que les voy a dar un modelo de terapia, no de hipnosis. Un ejemplo de cómo pueden aplicar elementos de hipnosis en cualquier psicoterapia. Los médicos, por ejemplo, pueden usar estas técnicas de comunicación para hacer sus prescripciones más efectivas. Ahora, permítanme ofrecerles una panorámica general. 1.-Tener una meta. 2.-Envolver como regalo. 3.-Cortar a la medida. Utilización 4.-Establecer un proceso. 5.- Esto es lo que yo llamo el diamante de Erickson. En sus cuatro aristas y el cruce de sus dos ejes podemos ubicar los cinco principios que constituyen la base de este seminario. El primer principio se refiere a tener una meta, de modo que sepamos hacia donde dirigir la terapia. La meta también permite saber al terapeuta que si logró tal cosa, tuvo éxito. Parece muy sencillo pero puede ser muy complicado. Segundo, necesita una forma de envolver como regalo las sugestiones. Tal vez usando una metáfora, una anécdota, hipnosis, la prescripción de un síntoma, un símbolo, una intervención no verbal, la ilusión de alternativas, etc. Tercero, es necesario cortar a la medida del paciente la meta para que encaje dentro de su estilo particular, es decir, si el que regala ofrece algo que tiene un valor único para el que recibe, ese regalo es mucho más significativo. Y también queremos establecer un proceso en el tiempo de manera que el regalo, bien cortado como está, bien envuelto como está, no sea simplemente entregado a la persona, sino que se le presente con cierta ceremonia para que tenga más sentido. Ahora bien, el punto central en el trabajo de Erickson es el concepto de utilización, lo cual significa que sea lo que sea lo que el paciente traiga, lo usen: si el paciente trae un estilo de vestir, úsenlo; si trae una orientación religiosa, úsenla; si trae un problema, úsenlo; si trae resistencia, también úsenla. Cualquier cosa que el paciente traiga, puede ser usada. La utilización es como la fuente de la juventud para los terapeutas. Es quizá mejor para el terapeuta que para el paciente porque lo mantiene vivo, dentro de lo que está sucediendo en cada instante. Para ver con más claridad este modelo, permítanme contarles brevemente el caso de una paciente limítrofe muy perturbada, Clara, que me fue derivada a través de un hospital. Había sido internada y dada de alta varias veces. Mantenía con la institución una relación hostil y dependiente. Cuando estaba internada, no participaba en los programas, no se curaba ni se sentía mejor por todo lo que le daba el hospital. Cuando estaba fuera, se cortaba las venas para ser readmitida. Me llamaron un martes, ella había salido el viernes y temían que intentara suicidarse de nuevo. El hospital estaba harto de las readmisiones. Me buscaron como experto en terapia breve y me preguntaron si tomaría a esta paciente difícil. Hice una cita para que la familia la trajera. Aunque era una persona adulta vivía con su padre y con su madre. Vinieron a una sesión de emergencia el miércoles en la noche. Mi meta era que Clara se comprometiera a entrar a terapia conmigo. Por supuesto, no vino contenta a mi consultorio, quería que se la llevaran al hospital de donde la habían corrido el viernes. Clara se portó hostil, solemne, y cuando entró en el consultorio se veía muy agresiva. Hablé con toda la familia unos minutos nada más mientras tenía en mente la pregunta ¿qué valoraba Clara? Necesitaba saber qué era valioso para ella para así cortar a la medida la forma de alcanzar la meta de involucrarla en la terapia. Sabía que ella valoraba los objetos punzantes puesto que le gustaba cortarse las muñecas; bueno, no sé si le gustaba, pero lo había hecho varias veces. En su mentalidad, estaba bien cortarse las venas, así que era algo que ella valoraba. Después hablé con su padre cinco minutos y descubrí que era militar, que recientemente había tenido una afección coronaria triple y, a pesar de esto, fumaba. Ya sabía también lo que valoraba él. A continuación vi a Clara sola y supe que ella quería a su padre y odiaba a su madre, vivía una disociación a través de la cual "papá era bueno y mamá era mala". Descubrí que Clara valoraba su palabra. Si prometía algo, lo cumplía. Además, era una trabajadora muy responsable. Pasé también cinco minutos a solas con su madre, nada más como cortesía, porque en ese momento no iba a interactuar mucho con ella dentro del sistema familiar para alcanzar la meta que me había fijado. Pedí a la señora que saliera para hablar con Clara y su padre. Le dije a ella: "Tú siéntate calladita en el sofá y no digas nada". A Clara le gustó lo que le dije, porque no quería decirme nada ni estar en el consultorio. Entonces me dirigí con dureza a su padre. Le dije "Vamos a hablar de hombre a hombre". Como era militar, sabía lo que era hablar de hombre a hombre. Hablar de hombre a hombre era cortar el diálogo a su medida y utilizar. Continué: "¿Cómo se atreve a ser tan hipócrita? ¿Cómo quiere usted que le dé terapia a su hija para que no siga cortándose las venas si usted tuvo hace poco una enfermedad coronaria y sigue fumando? ¿Cómo se atreve a ser tan hipócrita?" Clara empezó a moverse en su asiento. No le gustaba que le hablara así a su papá. Ya había llamado su atención. Le dije: "Bueno, estoy de acuerdo en tomar a su hija como paciente con una condición. La condición es que usted me prometa en este momento, de hombre a hombre, que dejará de fumar definitivamente. Por supuesto que si su hija vuelve a cortarse las venas usted quedará en libertad para volver a fumar". Clara me miró y llorando me dijo: "Yo no puedo hacer esa promesa. En el hospital han tratado de que deje de cortarme las venas y yo no puedo hacer esa promesa". Le respondí: "Clara, no te estoy hablando a ti, estoy haciendo un trato con tu padre". Ya había hecho un trato con el padre, así que hice otro con ella. Clara pagaría la terapia. Pero como no tenía dinero, pagaría con trabajo. Ella sabía hacer muy bien costuras de medio punto, que a mi me gustan. En uno de sus mejores empleos le pagaron diez dólares por hora. Yo cobro sesenta dólares la hora, así que ella tendría que pagarme con seis horas de trabajo cada hora mía. Era muy responsable y llevaba un registro de tiempos en un cuaderno. Empecé a verla dos o tres horas por semana, me debía muchas horas, tenía que pasar mucho tiempo con un objeto punzante, lo cual le gustaba. Pero con este objeto punzante estaba haciendo algo para mí en lugar de cortarse las venas. Si ustedes visitan la Fundación Milton H. Erickson en Phoenix, verán cuatrocientas horas de costura. La Fundación está decorada con el trabajo de Clara. Esto no era su curación, por el momento habíamos alcanzado la meta de que continuara en terapia conmigo. Mucha gente le había estado diciendo que se dejara de cortar las venas. Yo le presenté la idea de que podía hacerlo, correctamente envuelta para regalo y cortada a su medida, dentro de un proceso dramático que hizo que esa idea fuera mucho más valorada y así se lograra la meta. Erickson decía que la psicoterapia debe ser un "Acto Emocionalmente Significativo". Debe tener drama, como las telenovelas. Quiero compartir con ustedes otro caso que tiene que ver con el fumar. Yo era fumador. Fumaba pipa que iba bien con mi imagen de psicólogo joven. En una de mis visitas a Milton, estaba sentado en el patio de su casa, fumando mi pipa, cuando la Sra. Erickson pasó por ahí, empujándolo en su silla de ruedas y el me vio. El inició la sesión con una historia, la historia de un amigo suyo que era fumador de pipa, y la historia trataba de cómo su amigo era torpe fumando su pipa. Captó mi atención, hablando de fumar. Su amigo era torpe porque no sabía en qué lugar de su boca poner la pipa, ¿debía ponerse la pipa en el centro de la boca?, ¿a un centímetro del centro hacia la derecha?, ¿a un centímetro del centro hacia la izquierda?, ¿debía poner la pipa en la comisura de la boca? Era torpe. Era torpe porque no sabía cómo sostener la pipa, ¿debía sostener la pipa arriba?, ¿debía sostenerla abajo?, ¿debía sostenerla a un lado? Era torpe, pero era torpe porque no sabía echar el humo, ¿debía echarlo hacia la derecha?, ¿debía echarlo hacia abajo?, ¿debía echarlo hacia arriba? Era torpe. Y era torpe porque no sabía en dónde dejar la pipa, ¿debía dejar la pipa sobre la mesa?, ¿debía sostener la pipa en su mano?, ¿debía dejar la pipa sobre el escritorio? Era torpe porque no sabía manejar el tabaco, ¿cómo tenía que meter el tabaco en la pipa?, ¿cómo tenía que vaciarlo?, ¿debía usar un instrumento?, ¿debía hacerlo con un lápiz? Era torpe. Les juro que esta historia duró una hora con frases similares. Nunca pensé que hubiera tantas formas de ser torpe al fumar una pipa. Por fin, la historia terminó y Erickson pasó a otro tema, mientras me quedé pensando: "Yo no soy torpe... he estado fumando pipa durante años... ¿por qué me contó esta historia?" De regreso a mi casa en California, al pasar por la ciudad de Bakcrslicld, me dije con seriedad: "Ya no voy a fumar pipa, ya no quiero fumar pipa, nunca más", y me prometí a mí mismo: "No lo haré". Nunca me eché para atrás porque conscientemente quería hacerlo e inconscientemente también. Se acabó en ese momento. Y no dejé de fumar porque Milton Erickson me dijo que lo hiciera, ni lo hice por mi salud, sino porque quería dejar de fumar y es mi mérito. Yo lo hice. Milton Erickson no lo hizo, él no me hipnotizó. En ese momento de mi vida yo era muy fácil de impresionar y si había una persona ante quien no quería parecer torpe era Milton Erickson y él asoció: Pipatorpe, pipatorpe, pipatorpe y se divirtió muchísimo haciéndolo. Y no fue su mérito. El no ganó. Gané yo. El mérito es mío. Al terminar este seminario, quiero que ustedes tengan veinte formas distinlas de envolver ideas, técnicas que podemos aprender de la hipnosis. Cuando hablaba de superar el dolor, lo estaba haciendo frente a ti. No hablaba de dientes para afuera, sino con su propia experiencia. Y era muy agradable estar cerca de él, inspiraba tantas cosas sentir cómo podía disfrutar la vida en medio de sus incomodidades y dolores. Yo creo que esa fue su mayor genialidad, la forma en que vivió su propia vida, pero su poder surgía de su propia persona, más que de su técnica. Erickson tenía cuatro áreas geniales. No es exagerado decir que él inventó la hipnosis moderna. Inventó la levitación de la mano, la técnica de entremezclado, la de confusión, la amnesia estructural. Fue famoso como investigador y como clínico. Su segunda área genial fue su terapia estratégica, en 1973 Jay Haley escribió acerca de técnicas derivadas de la hipnosis que pueden aplicarse sin necesidad de un trance formal. Haley no utiliza trances formales. La tercera área de la genialidad de Erickson fue su forma de enseñar, enseñaba contando historias, proponiendo tareas, utilizando vínculos terapéuticos y símbolos. De hecho, si nos ponemos a observar, podremos darnos cuenta de que la hipnosis ericksoniana, la terapia estratégica y su forma de enseñar son muy semejantes. La cuarta área genial es su comunicación indirecta, para lograr esto, a menudo Erickson envolvía las ideas utilizando métodos indirectos . No obstante, Milton Erickson también decía las cosas en forma brutalmente directa, cuando correspondía, y en tales situaciones ese estilo funcionaba. Todo paciente esquizofrénico puede hablar en forma directa, que todo paciente esquizofrénico puede hacer cosas semejantes a las que hacen otras personas. La esquizofrenia es un asunto de diferencias. Los esquizofrénicos son verdaderos artistas para establecer diferencias. Algunas personas hacen cosas semejantes. Si les dices: "Tengo un hermano", empiezan a hablar de su hermano. Otras, hacen cosas diferentes. Si les dices "rojo", contestan "negro, verde". Si uno dice "blanco", responden "negro". Los esquizofrénicos son personas que hacen cosas diferentes. Parpadean diferente, se visten diferente, comen diferente, se mueven diferente, respiran diferente. Simplemente hacen cosas de manera diferente. Sin embargo, cada esquizofrénico sabe cómo actuar igual y como actuar diferente. Dentro de este modelo, la meta de la terapia no es enseñar al esquizofrénico a comportarse de manera "sana" sino establecer situaciones en las que pueda hacer surgir los recursos que tiene dormidos: el saber actuar de manera similar. Del mismo modo, cada fumador sabe cómo estar cómodo sin el cigarro. Tiene años de experiencia en este sentido. Y todo paciente deprimido tiene años de experiencia estando contento, activo, y cambiando del mal al buen humor. La meta terapéutica es establecer una situación en la cual el paciente descubra sus recursos internos por sí mismo. Si viene a verlos una persona que quiere dejar de fumar, ustedes lo miran y le dicen: "Deja de fumar", y si lo hace, no necesitan hacer ninguna otra terapia. Pero ¿qué sucede cuando dan una sugestión directa y no funciona? Se vuelven más indirectos en su abordaje utilizando, por ejemplo, asociaciones, ilusiones, y otras técnicas que les presentaré. Ahora, permítanme hablarles, un poco en broma, de diferentes tipos de terapia. Una mañana, me desperté temprano y me dirigí al Mac Donalds en Phoenix, Arizona. Entré al restaurant en mi auto. Cuando llegué al micrófono en dónde se hace el pedido, el dependiente me dijo: "Su orden, por favor". Yo le contesté: "¿Sabe? acabo de descubrir el secreto de la vida". A las siete de la mañana, este hombre no estaba muy interesado en descubrir cuál era el secreto de la vida y me dijo de nuevo: "Su orden, por favor". Le respondí: "Acabo de descubrir el secreto de la vida y quiero un jugo de naranja". Contestó: "79 centavos, por favor". Cuando llegué a la ventanilla para recogerlo, el dependiente me miraba ya en forma sospechosa: "Aquí está su jugo de naranja". "Si, gracias, pero descubrí el secreto de la vida". Finalmente me vio y me dijo: "Bueno, ¿cuál es?". Contesté: "Se puede hacer psicoterapia sin metacomentar". Mi descubrimiento no lo impresionó demasiado. Se puede hacer psicoterapia sin metacomentar. ¿Qué quiere decir esto? La mayoría de las psicoterapias ocurren a través de un proceso de metacomunicación en donde el terapeuta hace metacomentarios sobre los sentimientos del paciente, su actitud, sus patrones de interacción. La terapia ha sido un proceso de exploración, confrontación e interpretación. Los terapeutas explican, confrontan e interpretan algunos aspectos del paciente o del sistema al que pertenece y eso es lo que consideramos terapia. Sin embargo yo pienso que los terapeutas hacen metacomentarios cuando ponen su cerebro en neutral y dejan de "utilizar". Metacomunicación es lo opuesto de utilización. Lo que me había impresionado antes de ir al Mac Donalds esa mañana, era que había estado observando un video de Erickson que tenemos en los archivos de la Fundación en donde durante una hora no hizo ningún metacomentario directo sobre el paciente. Erickson hacía terapia sin hacer metacomentarios directos, ¡ni uno solo durante una hora! Al darme cuenta me dije: "¡Qué fabuloso!, voy a tratar de hacer lo mismo; con el primer paciente que vea después del jugo de naranja no voy a metacomunicar durante una hora". Lo intenté y sólo duré cinco minutos. Cuando no metacomunicamos hacemos una terapia vivencial y esto es la psicoterapia ericksoniana. Es la psicoterapia de la experiencia. Está enfocada a crear experiencias para que el paciente perciba sus recursos internos. En la actualidad, mi desafío frente a mí mismo es, en cada sesión, crear una experiencia. El imperativo de la psicoterapia de la experiencia es "tú y yo estamos aquí para que seas diferente, a través de estas vivencias" ("Diferente" respecto a como es él mismo en el momento actual, que él considera problemático. No diferente a los demás en el sentido de la esquizofrenia). Me parece que ésta es una verdadera revolución en la orientación de la psicoterapia, muy difícil de lograr. Por supuesto que sí hay metaperspectivas. La metaperspectiva es el objetivo que quiere lograr el terapeuta y lo puede comunicar en forma indirecta. Ahora, vamos a jugar un poco mentalmente con distintos estilos de psicoterapia. Imaginen un paciente que entra en un consultorio y dice algo. Por tradición, el papel del terapeuta es hacer un metacomentario de acuerdo con sus propios lentes, de acuerdo con la orientación teórica que le ha sido implantada a través de su formación, como con una cirugía. Pongamos por caso que los lentes del terapeuta son el psicoanálisis. Si el paciente entra y dice: "Es un día precioso", el psicoanalista se pone a pensar: "¿Qué quiere decir realmente?". El paciente entró y dijo: "Es un día precioso" y el psicoanalista dice: "¡Aja! me pregunto ¿por qué me está hablando en una forma tan familiar? Tal vez me esté confundiendo con una figura significativa de su infancia, tal vez me esté confundiendo con su padre". Los lentes del psicoanálisis llevan a examinar la transferencia. Quien los trae puestos mira la comunicación, encuentra la distorsión transferencial y hace un metacomentario para corregirla. Si ese paciente va a ver a un analista transaccional, los lentes son distintos. El paciente entra y dice: "Es un día precioso". El analista transaccional responde: "Hablemos de adulto a adulto". Y piensa o dice: "Me estás viendo desde mi estado de padre; yo sé cuál es tu pauta de interacción, que viene del pasado; nos encontramos en una transacción cruzada que conecta con el patrón de tus sentimientos negativos, de cómo te sientes lastimado. Podemos decir que te encuentras dentro de un juego en el que pides: patéame y que es parte del libreto de tu vida, en el que eres un perdedor. Así que hablemos derecho". La lente del análisis transaccional es el análisis estructural y éste se transforma en la meta de la terapia. Si el paciente va con un terapeuta gestáltico, entra y dice: "Es un día precioso". El terapeuta piensa: "¡Aja! esta es una gestalt incompleta" y le dice: "Sé el día", "pon el día sobre la silla", "ámate a ti mismo", "sé tú mismo", "háblale al día". En este caso la meta es traer a la conciencia gestalts incompletas para cerrarlas. El terapeuta escucha lo que dice el paciente y, de acuerdo con los lentes que trae puestos, extrae "lo que está detrás" y después metacomunica. Alguien que trabaje con terapia racional emotiva fijará su atención en las falsas creencias; un terapeuta familiar verá reglas o secretos familiares y después hará metacomentarios sobre estos. Erickson afirmaba que si el paciente es capaz de decir una sola cosa con tantos significados, el terapeuta debe ser tan ingenioso y listo como él y poderle responder con una sola cosa que también tenga muchos significados. Así, en lugar de seleccionar una parte de la comunicación, el terapeuta utiliza la comunicación en múltiples niveles, puesto que siempre nos comunicamos de esta manera. Y entonces, la terapia se convierte en una especie de cortesía: el paciente habla en muchos niveles, el terapeuta habla en muchos niveles. A la gente por lo general no le gusta que le hagan metacomentarios sobre sus procesos y su comportamiento, aunque sean positivos. Se siente mal, agredida. Erickson nunca los hacía en forma directa, en forma indirecta tal vez, pero directamente no. Cuando uno se mueve de un nivel a otro y metacomunica en forma indirecta, se va creando una experiencia y el paciente necesita llenarse de energía para procesarla. Si éste se comunica en múltiples niveles para ser ineficiente, el terapeuta le responde en múltiples niveles para ser eficiente. En cómo envolver para regalo, veremos técnicas de comunicación múltiple que nos enseñan cómo encontrarnos con el paciente en su propio nivel de experiencia para unirnos a él más que para enfrentarlo, interpretarlo y explicarle. 2. COMO TOMAR LAS MEDIDAS: PRIMERA PARTE. CATEGORÍAS DIAGNOSTICAS DE ZEIG Un diagnóstico es, por lo general, una descripción psiquiátrica que nos dice lo que esa persona es, pero no nos indica qué hacer con ella. El diagnóstico debe ser un plan de tratamiento, un plan de acción. Si ustedes dicen que un esquizofrénico es una persona muy bien entrenada en hacer cosas diferentes, la meta de la terapia puede ser que el paciente haga surgir de su interior estrategias para hacer cosas similares, que concuerden unas con otras, e incluso también estrategias para hacer cosas discordantes. Cuando hacemos diagnósticos más de acuerdo con el sentido común, sabemos qué tenemos que hacer. Por lo tanto, vamos a crear una estructura de diagnóstico que nos ayude: 1) como un señalamiento de carretera, que nos diga cómo conducir la terapia; 2) como un recurso, porque con esta mentalidad de utilización cualquier cosa que el paciente traiga es un recurso. De hecho, el paciente se nos presenta con un "regalo". Nos trae un problema que nosotros podemos aceptar como regalo. Nos trae su síntoma que también podemos aceptar como regalo. El diagnóstico debe ser un recurso que podemos utilizar; y 3) también puede ser una manera de motivarlo. Vamos a utilizar nuestro diagnóstico para cortar a la medida la terapia. Si sabemos, por ejemplo, que este paciente hace cosas diferentes y este otro, cosas que no corresponden y aquél hace lo que corresponde, nuestras intervenciones con cada uno de ellos tienen que ser distintas porque tienen estilos psicológicos y de relaciones interpersonales diferentes. Así, usamos el diagnóstico en tres formas: 1) como un señalamiento en la carretera, 2) como un recurso y 3) como una motivación. Por el momento les propongo un ejercicio que pueden hacer en grupos de dos para empezar a pensar en el diagnóstico desde este punto de vista. Elijan a un compañero. Es mejor si no lo conocen. Uno de ustedes va a representar el papel de terapeuta y el otro el de paciente. El trabajo que va a realizar el terapeuta es escuchar para hacer un diagnóstico. No es intervenir. El trabajo del paciente va a ser contar una historia, una historia verdadera, una historia agradable, sobre su propia infancia. Una historia que puede tratar de las fiestas de Navidad, de cuando iba a la escuela, de cuando visitaba a algunos parientes, una historia placentera de cinco minutos. Esto es parecido a lo que sucede en la terapia: el paciente llega y nos cuenta una historia sobre su pasado. Nuestro papel como terapeutas es diagnosticar su estructura actual, los patrones que existen ahora en el paciente. Y el terapeuta puede escucharlo teniendo en mente estas preguntas: ¿Qué cosas valora?, ¿qué posiciones toma? Ahora bien, vamos a emplear una serie de categorías para determinar cuáles son los valores del paciente. Estas categorías pueden ser, por ejemplo: frío o cálido. El terapeuta tiene que diagnosticar si esa persona tiende más a ser cálida o a ser fría. Les pido a los que van a desempeñar el papel de terapeutas que traten de diagnosticar si la otra persona tiende a ser alguien cálido o alguien frío. Para hacer el ejercicio un poquito más interesante, no voy a decir a los terapeutas con qué otras categorías van a diagnosticar, hasta que hayan terminado. Lo único que tienen que hacer es escuchar, podrían hacer preguntas pero no vale la pena porque no van a saber qué preguntar ya que no van a conocer las categorías hasta que terminen de escuchar. Es importante que no conozcan a la otra persona a fin de que no tengan ideas preconcebidas. Siéntense espalda contra espalda de modo que los terapeutas no puedan ver a los pacientes y tengan sólo información auditiva. Este es un ejercicio para desarrollar las habilidades del terapeuta, quien deberá escuchar con mucha atención. Como estará privado de su visión, podrá utilizar mejor su oído para aprender los patrones del paciente. Vamos a hacer el ejercicio sólo una vez, sin cambiar papeles. Todo lo que tienen que hacer es: mover sus sillas, encontrar a alguien con quien trabajar, sentarse espalda contra espalda y luego el paciente cuenta una historia placentera de cinco minutos sobre su infancia y el terapeuta solamente lo escucha. Pueden tomar notas. Yo les aviso dentro de cinco minutos. (Después de los cinco minutos). Ahora vamos a revisar las categorías diagnósticas y luego, cada uno, el terapeuta y el paciente, escriban lo que consideren verdadero del paciente de acuerdo con ellas. Para comenzar, tenemos categorías intrapsíquicas. Las primeras son perceptuales. Tienen que ver con la forma en que cada persona percibe el mundo inmediata e inconcientemente. Tienen que ver con su estilo de atención. La manera en que una persona dirige su atención puede ser diagnosticada en dos formas: ¿Este paciente es más interno o más externo en lo que se refiere a estilo de atención? Una persona externa pone toda su atención en el medio ambiente. Está muy interesada por todo lo que sucede alrededor. Está pendiente del afuera con su vista, su oído y su tacto. Una persona interna está más pendiente de sucesos internos: fantasías, sueños, sentimientos, lo interno. La persona externa parece un gato observando. La persona interna parece una tortuga, está adentro. Y, por supuesto, si se casan una con otra esto va a causar algunas dificultades. Ustedes juzguen en qué lugar dentro de este continuum está el paciente. Algunas personas son extremadamente internas. Yo tuve un supervisor junguiano que es la persona más interna que he conocido. Estaba interesado en mirar su psique y aprender acerca de todos los pequeños detalles y rincones en su mente. Si le preguntaran de qué color tenía los ojos su esposa, probablemente no hubiera sabido, porque era información externa y él estaba interesado en el mundo interior. Por otro lado, Erickson era la persona más orientada al exterior que he conocido. Dirigía toda su vivacidad hacia el mundo, hacia afuera. Esta es una estupenda estrategia para lograr ciertas cosas. Por ejemplo, si tienen dolor, ¿cuál estrategia de atención es mejor?, ¿ser interno? No, ser externo. Pero si quieren pensar cosas creativas es muy bueno poder ser interno. Por lo tanto, lo importante no es estar balanceado ni encontrarse en el centro, sino tener flexibilidad para moverse de un lado a otro de acuerdo con los requerimientos de la tarea que se tenga en ese momento. Sin embargo, la mayoría de la gente tiende a estar un poquito más hacia un lado o un poquito más hacia el otro. Ustedes pueden observarme como externo porque cuando estoy enseñando me muevo hacia el extremo externo. Me están observando en un escenario en el que me muevo más hacia afuera. A mí me cuesta trabajo hacer esto, siento que me tengo que presionar. Tiendo a ser más interno. Cuando fui a visitar a Erickson en 1973, yo era muy interno. Y creo que Erickson me contó muchas historias y me hizo realizar muchas tareas que me orientaron a estar más atento al exterior. Su psicoterapia iba a empezar en donde yo estaba, en el extremo interno y se iba a mover hacia lo externo, así que la hipnosis y las tareas, las directivas, los desafíos, las metáforas que utilizó conmigo, iban dirigidas hacia lo externo, como un señalamiento en la carretera. Por ahora, lo único que me interesa es que hagan un diagnóstico, con base en esta poca información. ¿Cómo ven ustedes a esta persona, en el ejercicio? ¿Muy interna? ¿Un poco interna? ¿Un poco externa? ¿Muy externa? La segunda categoría se refiere a si la persona tiene un estilo de atención focalizado o difuso. Una persona focalizada sólo mira una cosa a la vez, focaliza una sola cosa, muy intensamente, como un rayo láser. El láser focaliza todo. Una persona difusa mira alrededor, recorre con la mirada, toma unas cosas de aquí, otras de allá, de más acá, un poco de todos lados. Desde el punto de vista de Zeig, Zeig tiende a ser un poquito difuso en su orientación. Erickson, por el contrario, era una persona extraordinariamente focalizada. Se sintonizaba intensamente en un punto. Cuando se encuentran con distintas personas, pueden darse cuenta de que algunas tienen la atención muy enfocada en ustedes y otras parecen más distraídas. Yo tiendo a ser difuso en mi estilo de atención. Me parece que es útil para los terapeutas conocer cómo son de acuerdo con estos criterios, qué posición ocupan dentro de estos continuums, pero creo que a los pacientes no les sirve saberlo. Yo no metacomunico estas categorías. No digo a los pacientes: "Usted es externo, usted es un sujeto focalizado". Eso es metacomunicación. Yo utilizo esas categorías nomás para orientar mi terapia. Y las utilizo para describir cómo la persona fabrica el problema. La siguiente categoría perceptual se refiere al sistema sensorial que el paciente emplea con mayor frecuencia. ¿Con cuál de sus sentidos prefiere esta persona obtener información acerca del mundo? Este paciente se informa, fundamentalmente ¿de manera visual, auditiva o con el tacto? Después de las categorías perceptuales tenemos dos categorías sobre el proceso de elaboración. La elaboración es un poco más consciente. La percepción es un poco más inconsciente. La elaboración es, una vez que ya percibimos algo, ¿qué hacemos con esa percepción?, ¿cómo la modificamos? La elaboración puede ser lineal o en mosaico. Una persona lineal procesa las cosas secuencialmente. Una persona en mosaico procesa las cosas un poquito por aquí, otro poquito por allá. ¿Cómo es Zeig en este sentido? ¿Es más bien una persona lineal o una persona en mosaico? Zeig es más bien lineal, porque Zeig dice: "Hay cinco criterios diagnósticos: tres sobre la atención, dos sobre el proceso de elaboración". Se mueve y presenta las cosas en una forma muy lineal. Erickson, por el contrario, era una persona muy en mosaico. Erickson no organizaba conferencias y congresos, no escribía libros. Erickson hacía un poquito por aquí, otro poquito por acá, otro poquito más allá. La otra categoría es amplificador versus reductor. Un amplificador mira un ratón y ve un elefante. Un amplificador, amplifica todo lo que percibe. Si, por ejemplo, se escucha un chirridito del gis en el pizarrón, los amplificadores que hay en el cuarto exclaman: "¡Agh!", porque amplifican la sensación. Un reductor mira un elefante y ve un ratón. Y estas gentes se casan uno con otro, especialmente si se casan jóvenes. Y eso, que al iniciar la relación parecía a cada uno tan atractivo del otro, tan encantador, se convierte en la causa de una enorme cantidad de problemas. Pero aquí tampoco hago metacomentarios. No les digo: "Es que usted es un amplificador y usted un reductor", sino que utilizo esta información de diferentes modos. Quiero que terminen el ejercicio haciendo su diagnóstico. Los pacientes diagnostican lo que creen ser verdadero de sí mismos en estas cinco categorías. Los terapeutas, diagnostican lo que creen que es verdad de sus pacientes. Ahora bien, lo que el paciente cree no es necesariamente cierto porque nosotros no somos los mejores jueces de nuestro propio carácter. Así que, terapeutas, quiero que digan a sus pacientes qué escucharon. ¿Qué escucharon que los llevó a pensar que esa persona era interna o amplificadora o lineal? Y luego comenten entre ustedes retroalimentándose. Y diagnostiquen una cosa más: cuál de las cinco categorías está más desbalanceada. Esto es importante porque no podemos poner atención a las cinco cuando estamos haciendo terapia. Es demasiado. Pero sí podemos trabajar con una o dos. Escojan la que ustedes crean que está más desbalanceada. Pueden decir, por ejemplo: "Esta persona es un poco externa, un poco focalizada, pero muy visual". Eso es lo que más resalta y háblenlo con el paciente para ver si están de acuerdo. Así que tienen ustedes seis puntos de información para hacer el diagnóstico, pero sólo uno que es realmente importante: el que está más desbalanceado. Tomen unos cuantos minutos con su pareja, hagan el diagnóstico, coméntenlo mostrando qué fue lo que escucharon que los llevó a esa conclusión. 3. COMO CORTAR LA TERAPIA A LA MEDIDA CON LAS CATEGORÍAS Ante una persona tiene una orientación hacia el interior lo más fácil es acercarse al paciente desde su propio marco de referencia. Esta es una ley fundamental de la terapia ericksoniana: acercarse a cada individuo desde su propio marco de referencia. Por lo tanto, pueden iniciar la terapia en el polo interno y poco a poco empezar a moverse hacia el externo. Si un paciente sufre de depresión y así fue diagnosticado, pero si ustedes parten de que ese paciente está muy orientado hacia el interior, el sentido común les dice que lo que tienen que hacer es ayudarlo a ser más externo. Y es muy difícil permanecer deprimido si estás orientado al exterior. El objetivo-meta de esa terapia será que la hipnosis, las historias, las tareas, los símbolos, las metáforas, estén encaminados a ayudar al paciente a ser más externo. Ahora tenemos que encontrar cómo lograr esta meta. Tenemos que pensar qué forma de comunicación vamos a utilizar. Por ejemplo, me puedo decir a mí mismo: "Voy a usar una sugestión poshipnótica compleja". Me dirijo al paciente y le digo: "En algún momento durante la semana... tal vez cuando te subas al coche...tú sabes cómo... cuando te subes al coche... te sientes cómodo... agradable..., como si estuvieras en un capullo... y te sientes tan a gusto de estar en un lugar tan familiar... en tu coche... y estás metido ahí adentro". ¿Qué estoy haciendo? Me estoy acercando al paciente en su marco de referencia, lo interno. Continúo: "En algún momento cuando estés adentro de tu coche esta semana... tal vez habrá algo que hagas con la llave... como ponerla en el contacto para encender el motor... o tal vez... cuando toques el volante y agarres la palanca frente a ti... entonces... de repente... mirarás afuera y verás las nubes... Y tú sabes cómo sentías cuando eras niño y acostumbrabas tirarte en el pasto a mirar las nubes... y veías caras y animales en las nubes... y lo lindo que era... bueno... cuéntame cuando suceda esto en algún momento de la semana". De esta manera estoy orientándolo de lo interno a lo externo. Esta sola intervención no va a curar a un paciente deprimido. Sin embargo, se va a establecer un momento, un proceso que empieza a moverse en esa dirección de manera constructiva. Porque nosotros sabemos que todo paciente deprimido tiene un montón de experiencias sobre cómo estar atento al exterior y lo único que tenemos que hacer es poner las condiciones para que el paciente haga surgir esos recursos. Así que empezamos en el punto en que el paciente se encuentra y nos movemos en la dirección opuesta. Pongamos por caso que tienen ahora un paciente muy orientado hacia el exterior. Los pacientes sociópatas son muy externos en su orientación. Los paranoicos también. Estas son las dos categorías principales. Los pacientes obsesivos pueden ser externos a veces, al igual que los fóbicos y algunos histéricos. Pero los paranoicos y los sociópatas, con sus actuaciones, están muy orientados al exterior. Por el contrario, los pacientes deprimidos, psicosomáticos y que sufren de dolor, están muy orientados al interior. Si ustedes saben que el paciente es externo, pueden hacer un poco de hipnosis. Si logran que un paranoico cierre sus ojos, se meta dentro de sí mismo y ahí viva sensaciones placenteras, están haciendo una muy buena terapia. Pero esto es muy difícil, porque en gran parte la defensa de la paranoia es ser externo, de modo que tienen que moverse muy lentamente: llevar al paciente poco a poco a aprender algo sobre la comodidad interior, a meterse dentro de sí mismo y sentirse bien. Hemos visto que las categorías diagnósticas son como señalamientos en la carretera. Les muestran hacia donde orientar la terapia, cómo cortarla a la medida. Ahora veamos cómo usar estas categorías a manera de recursos. Ustedes pueden, por ejemplo, felicitar al paciente por estar tan atento al mundo exterior. De este modo lo transforman en un recurso. Supongamos que quieren utilizar estas categorías para producir una motivación. ¿Cómo pueden usar la posición que el paciente toma para motivarlo? Bueno, si es externo, las cosas externas son motivadoras para él. Si es interno, las cosas internas lo motivan. Esto tiene que ver con la palabra porque. Porque es una de las palabras más importantes en el lenguaje de la influencia. Permítanme distraerme un momento para hablarles de la importancia de la palabra porque. Les voy a contar sobre un experimento de psicología social que se basaba en el engaño. Había una máquina fotocopiadora y una cola de estudiantes esperando su turno para sacar fotocopias. El experimentador, un estudiante ya recibido, llegaba y preguntaba: "¿Me permiten pasar hasta delante para sacar estas copias?" Un porcentaje de las veces, tal vez el 40%, le permitían pasar hasta adelante. El tomó este porcentaje como medida basal y repitió el experimento cambiando su enfoque. Decía: "¿Puedo pasar hasta adelante porque mi maestro necesita las copias inmediatamente?" El 85 % de las veces lo dejaban pasar. Probó una tercera vez, con este nuevo punto de referencia. Ahora el estudiante decía: "¿Puedo pasar adelante para sacar unas copias porque la luna está en Escorpión y mi ascendente es Leo?" El 85% de las veces le permitieron saltarse la fila y sacar las copias. Era casi como si la palabra porque fuera mágica. No importaba lo que se dijera después de porque. En la medida en que las personas sentían que había una razón, aceptaban, pero si sentían que no había una razón, no aceptaban. Yo no creo que se trate exactamente de hacer eso, pero si ustedes cortan a la medida la motivación tienen más probabilidades de que la persona acepte sus sugestiones. Y si ustedes saben qué posición toma esa persona, pueden usarla como motivación. Imaginemos que ustedes quieren que un paciente venga a terapia familiar. Si es una persona interna le pueden decir: "Quiero que la próxima vez traigas a tu familia porque realmente te vas a sentir muy bien de saber que puedes hacerlo". A la persona externa le pueden decir: "Quiero que traigas a tu familia a terapia porque todos lo van a ver muy bien". La motivación que están dando encaja perfectamente en la posición que el paciente toma y por lo tanto está cortada a la medida de su estilo individual. Un poco después les daré el cuarto punto, que es una forma de dividir el problema en pequeñas unidades que puedan trabajarse con facilidad. Algunas personas tienden a ser muy focalizadas. Pongamos, por ejemplo, que ustedes tienen a una persona que es sociópata, un sociópata que realiza actuaciones. Una persona que es sociópata puede usar la estrategia de ser externa y difusa. Llega a un lugar y recorre todo con la mirada, está viendo qué sucede ahí. Una persona histérica puede usar la estrategia de ser externa y focalizada. Es un patrón un poquito diferente. Un deprimido puede ser interno y focalizado y una persona esquizoide podría ser interna y difusa. Ser esquizoide es una buena estrategia para ser interno y difuso. Pero si ustedes dicen: "Esquizoide", esto no les indica qué hacer, en cambio, si dicen: "Esta persona es interna y difusa", la meta puede ser que sea externa y focalizada. Y una vez que han diagnosticado qué posición toma el paciente, saben cómo orientar la terapia. Esto es especialmente importante en PNL, ya que muchas de sus estrategias están basadas en usar y manipular aspectos del sistema sensorial más relevante. Erickson, que era visual por naturaleza, cambiaba sus patrones para acoplarse al estilo de la persona con quien estaba trabajando. Esto es bueno para la hipnosis. También es bueno para la terapia. Regresando al modo en que se procesa la información, éste puede ser en forma lineal o en mosaico. Erickson contaba que él tenía la costumbre de esconder los huevos de Pascua para sus hijos y la Sra. Erickson también. Su hijo mayor, Bert, encontraba todos los huevos de su papá. Y el segundo, Lance, encontraba todos los de la mamá. Erickson decía que él pensaba: un poquito por allá, otro poquito por acá y que, en cambio, la Sra. Erickson pensaba: uno, dos, tres, cuatro, secuencialmente. Ella era más lineal y él más tipo mosaico. Y un día cuando el mayor, Bert, tenía como 8 años, empezó a encontrar todos los huevos que escondía su mamá. Erickson le preguntó: "¿Cómo haces Bert?" y él contestó: "Es muy fácil, papá, sólo pienso: ¿Dónde los escondería mamá?". De modo que si estamos trabajando con alguien que es muy lineal, le damos una comprensión lineal. Pongamos que ustedes quieren hacer hipnosis, que esa es su meta y que están trabajando con una personal lineal. ¿Cómo lo pueden motivar? Le dicen: "Vamos a hacer hipnosis, por tres razones: una... dos... tres..." Si están haciendo una inducción a una persona lineal, tal vez le pueden sugerir: "Relaja tu cabeza... relaja tu cuello... relaja tus hombros... relaja tu pecho..." linealmente. Y después, en forma gradual, comienzan a desplazarse a un estilo más mosaico: "Y a medida que te relajas, no tienes que poner atención a los sonidos de este cuarto... a cómo se siente tener los pies apoyados sobre el piso... a la posición de tu cuello... a las sensaciones de comfort que permanecen... a las imágenes de tu mente..." y así, gradualmente, se van volviendo más tipo mosaico en su forma de inducir. Este fue sólo un ejemplo, pero en realidad la transición debe ser más suave. Empezar a trabajar en el lado lineal y muy lentamente, poco a poquito, ir pasando al estilo mosaico. O viceversa, empezar con el estilo más en mosaico e ir desplazándose muy, muy lentamente, hacia lo lineal. Veamos ahora amplificador y reductor. ¿Cuál es la diferencia entre un amplificador y un reductor? A grosso modo la diferencia es que un amplificador crece en Italia y un reductor en Suecia. Es también una diferencia de estilo. Digamos, por ejemplo, que quieren presentarle la hipnosis a un amplificador ¿Cómo lo hacen? Le dicen: "¡Vamos a hacer hipnosis! ¡Va a ser la experiencia más fantástica y maravillosa que hayas tenido en tu vida!". Pero si están presentando la hipnosis a un reductor: "Mira, vamos a hacer hipnosis, probablemente habrá dos o tres cosas que quizás te interesarán un poquito... y alguna vez en el futuro... bajo ciertas circunstancias..." Se acoplan al estilo del individuo. Esto funciona muy bien en terapia de pareja, porque modelo frente a ellos y le hablo al amplificador con calificativos amplificadores: muy, enorme, lo máximo, y con grandes gestos y ademanes. Luego le hablo al reductor y utilizo calificativos reductores: de alguna manera, un poquito, más o menos, al mismo tiempo que hago ademanes y gestos pequeños. De esta manera, están hablando a la persona en su propio lenguaje experiencial; estas categorías nos permiten hablar con el paciente en su lenguaje experiencial. Esto es crucial, muy importante. Es la quinta razón para utilizar estas categorías diagnósticas: como recursos, señalamientos, motivación, para saber cómo dividir el problema y para ayudarles a hablar el lenguaje experiencial del paciente. Esto es muy importante. Si ustedes quieren llamar mi atención, pueden hablarme de psicología. Ese tema atrae mi atención porque es mi lenguaje experiencial, yo hago eso todos los días. Pero si ustedes quieren en verdad captar mi atención, me pueden hablar de volar, de ser piloto de ala delta, porque esa es mi afición, y así atraerían con seguridad mi atención. Pero si platican conmigo sobre la escuela oficial en donde estudié en Nueva York, y me hablan concretamente de los patios o de la ciudad, captarían mi atención todavía más porque estarían hablándome en el lenguaje de mi juventud, que en realidad es el lenguaje de mi propia experiencia. Lo que tratamos de hacer como terapeutas es investigar lo más pronto posible el lenguaje experiencial del paciente y hablarlo. No necesitan tener mucha información sobre el comportamiento de alguien, sólo una pequeña plática con él para darse cuenta de sus características. Y esas características son estructurales. De esta manera ustedes se enfrentan a estructuras que pertenecen al momento actual y no a lo que éstas significan en términos de la dinámica del pasado del paciente. De una historia sobre el pasado, extraen y definen las estructuras que existen actualmente, estructuras que pueden utilizar. No podemos cambiar el pasado pero sí podemos utilizar lo que existe en este momento para abrir la puerta y construir un futuro positivo. Nuestro diagnóstico se basa en el ahora. ¿Cuáles son las estructuras que existen ahora! ¿Cómo pueden ser utilizadas para asegurar que el futuro sea efectivo y adaptado? Vamos a hacer un segundo ejercicio para practicar nuevas categorías que, en este caso, van a ser categorías sociales e interpersonales, relacionales. Este diagnóstico toma en consideración tanto las fuerzas intrapsíquicas como las interpersonales. Nuevamente les voy a pedir que trabajen en diadas en donde una persona es el paciente y la otra el terapeuta. La tarea del paciente es contar una historia, una historia real de su propia infancia, una historia placentera, una historia que tenga que ver con crecer, o una historia que trate de la época de Navidad, o una historia sobre visitas a familiares. La tarea del terapeuta va a ser escuchar la comunicación del paciente con atención y determinar una nueva serie de categorías diagnósticas. Pero para hacer este trabajo más interesante, voy a agregarle algunas complicaciones. En primer lugar, quiero que busquen a alguien que no conozcan y que no haya trabajado con ustedes en el ejercicio anterior. En esta ocasión se van a sentar cara a cara, la vez pasada se sentaron de espaldas. Siéntense uno frente a otro, decidan quién va a ser el terapeuta y quién el paciente. No importa si les toca ser las dos veces el paciente o las dos veces el terapeuta, porque van a trabajar con algo nuevo. Así que muevan sus sillas, siéntense frente a frente, determinen sus papeles: quién es paciente, quién es terapeuta, y esperen a la siguiente instrucción. (Un momento después, cuando ya todos tomaron su lugar). Para hacer las cosas más interesantes, quiero que el paciente cuente su historia al terapeuta de una manera casi imperceptible, susurrando. El paciente va a contar su historia en susurros, sin permitir que salga ni una sola palabra de su boca. Van a contar la historia así: (Zeig susurra) ¿De acuerdo? Esto es muy importante porque a medida que ustedes practican técnicas como la hipnosis, como contar historias, es necesario aprender a hablar y a observar al mismo tiempo. Vamos a utilizar nuestros ojos para obtener toda la información necesaria, de modo que nuestro diagnóstico va estar basado sólo en información visual. Lo más interesante es que todo lo que ustedes tendrán será información visual. Cuando su compañero cuente la historia, obsérvenlo detenidamente para que obtengan toda la información visual. En este ejercicio se trata de desarrollar la visión, así es que exíjanse observar con todo detalle para obtener pequeñas claves, pequeños comportamientos que nos proporcionan información valiosa acerca de los patrones redundantes de esa persona. Bueno, el paciente cuenta una historia placentera de cinco minutos. Los terapeutas pueden hacer preguntas si quieren, aunque no sé sobre qué podrían preguntar; así que solamente pongan atención. Los pacientes cuentan su historia, observan, terminan, y aplicamos una nueva serie de categorías diagnósticas. Pueden empezar. Cinco minutos después. Lamento tener que interrumpir historias interesantes, pero vamos a continuar. Vamos a trabajar con categorías perceptuales, de procesamiento y de relación. Lo primero que tienen que diagnosticar ahora es cuál es la estructura familiar de este paciente. ¿Es hijo mayor o hijo único, es de los hijos intermedios o el menor? Tres categorías: mayor o único, intermedio o menor. (Risas nerviosas). Los terapeutas escriban lo que creen sobre el paciente y los pacientes lo que saben de ellos mismos. La segunda es: ¿Creció en un ambiente rural o urbano? ¿Pasó sus primeros años, los de formación, en la ciudad, en un suburbio, en el campo o en un pueblo pequeño? Estas dos categorías provienen directamente de Erickson. Cuando llegaba un paciente a su consultorio, le pedía: escriba su nombre, dirección, teléfono, ocupación, educación, estado civil, número de hijos, nombres y edades, número de hermanos y hermanas, nombres y edades, y si crecieron en un ambiente rural o urbano. Erickson pensaba que era muy importante que el terapeuta conociera esta información, después veremos por qué. La siguiente categoría se refiere otra vez a una polaridad, como en el caso de las anteriores. Escriban si esta persona es intrapunitiva o extrapunitiva. Una persona intrapunitiva, "mea culpa", dice: "Es mi culpa". Una persona extrapunitiva dice: "Es tu culpa". Si una persona intrapunitiva se queda dormida más de la cuenta se dice: "¿Cómo pude ser tan estúpido?" Pero si la persona extrapunitiva se queda dormida les dice: "¿Por qué no me despertaste? ¡Cómo es posible que esta compañía de relojes no sea capaz de fabricar un buen despertador!" y nuevamente, sucede que dos personas así se casan... Una persona intrapunitiva sale del seminario y dice: "No, yo no puedo hacer esto, hay demasiadas cosas en qué poner atención, yo no soy tan inteligente". Una extrapunitiva, sale del seminario y dice: "Es lo mismo que dijo Freud en 1937, es como el análisis transaccional". Es extrapunitiva. La cuarta categoría tiene que ver con absorber o emitir. Las personas pueden ser absorbedoras, tomadoras, o emisoras, dadoras. Algunas gentes absorben energía en las relaciones interpersonales, son como la luna. Otras, son como el sol, dan energía, son dadoras. Están orientadas a dar, a transmitir energía, mientras que otras toman, absorben energía. La quinta categoría es buscador, explorador, versus retractor, es decir que se mantiene a distancia. Un buscador se mueve hacia; si hay algo nuevo, tiende a moverse hacia eso. Una persona retractora tiende a retirarse, a hacerse hacia atrás, a evitar encuentros sociales. La sexta categoría es uno arriba versus uno abajo. La persona uno arriba controla y define la relación. La persona uno abajo simplemente responde a las demandas del otro. La persona uno arriba dice: "Yo voy a ser el terapeuta"; la que es uno abajo, responde: "Tú vas a ser el terapeuta". El uno arriba controla y define la relación; el uno abajo, responde. Quiero que diagnostiquen una séptima categoría que no tiene nada que ver con éstas que son relaciónales y sociales. Es la misma que usamos en el ejercicio anterior. Determinen si esa persona es auditiva, visual o táctil, pero esta vez van a hacer su diagnóstico a partir de información visual. Con sólo mirar pueden determinar si es más visual, más auditiva o más táctil. La octava es: ¿Cuál de todas las categorías está más desbalanceada? De la categoría tres a la seis, ¿cuál está más desbalanceada? Esta persona, ¿es más intrapunitiva, o más absorbedora, o más emisora, o más buscadora, o más uno abajo? Ahora les voy a hacer una pregunta tramposa. Cuando hicimos el ejercicio, ¿quién tuvo más información visual, el paciente o el terapeuta? Tuvieron la misma. El paciente no tiene por qué tener menos que el terapeuta. Cuando pedí a los pacientes que contaran una historia, les dije que observaran a la persona a la que estaban hablando, así que quiero que el paciente también diagnostique al terapeuta porque tuvo la misma cantidad de información visual. Tenemos dos columnas, en una se diagnostican a ustedes mismos y en la otra, diagnostican a su compañero de ejercicio. Tomen algo de tiempo para comparar sus diagnósticos. El paciente no necesariamente sabe la verdad acerca de sí mismo. Tiene una creencia sobre cómo es, pero ustedes lo van a retroalimentar. Le van a mostrar qué fue lo que vieron que les hizo pensar que era intrapunitivo, o qué vieron que les hizo creer que era el hijo menor de su familia. Después les voy a dar más información sobre cómo podemos utilizar estas categorías a manera de recursos, señalamientos, motivadores, para dividir el problema en pedacitos y para hablar con el paciente en forma experiencial. Tienen diez minutos y después regresamos. (Pasados los diez minutos). Generalmente espero en un grupo de terapeutas exitosos que la mayor parte son hijos únicos o mayores. Los hijos mayores o únicos son los que mandan, están acostumbrados a hacerse cargo, a cuidar. Aprenden a cuidar a los otros, a los hermanos menores, y a veces incluso a cuidar a los padres. Por eso no es raro que elijan una profesión en donde continúan con el papel de ser cuidadores. Los hijos mayores o únicos tienden a ser más intelectuales, más tímidos, más cuidadores de los demás. Los hijos intermedios tienden a ser más rebeldes, más amistosos, más gregarios, más artísticos. Por lo tanto, en un grupo de artistas exitosos podemos esperar más hijos intermedios. Los hijos menores tienden a ser más conciliadores, a dividir las diferencias, a ser más complacientes. Obviamente estos son promedios estadísticos y no reglas. Las estadísticas son como los bikinis, lo que enseñan es revelador, pero lo que ocultan es crucial. Así que lo que acabo de decirles no es una verdad absoluta. Si hay más de cinco años de distancia, si hay diferencias culturales entre las familias, las gentes se comportan de manera distinta; pero en términos generales pueden esperar que si una persona fue el hijo mayor, tienda a comportarse como alguien que cuida. A esta persona pueden presentarle una tarea diciéndole: "Hay algo que quiero que tú cuides". Si están hablando con un hijo intermedio, le pueden decir: "Quiero que te deprimas esta semana y que trates de encontrar una forma artística de deprimirte" Ahí se están basando en la rebeldía del hijo intermedio, creando la paradoja que lo saca del problema. A los hijos menores les pueden decir: "Quiero que estés deprimido esta semana y que lo hagas exactamente el jueves, de las seis a las nueve de la noche". Y ellos van a seguir su prescripción porque son de naturaleza complaciente y al hacerlo, toman el control sobre su depresión. Así que ustedes van a modificar su terapia de acuerdo con los antecedentes de cada persona. Lo mismo sucede con las gentes de áreas rurales o urbanas. Si van a hacer una inducción de hipnosis para mí, y empiezan a hablarme de imágenes del campo, eso no me dice nada. No están hablando mi lenguaje experiencial. Pero si me hablan promoviendo imágenes sobre columpios en un parque concreto, me van a llegar porque tengo antecedentes urbanos. Estarán hablando mi lenguaje experiencial. ¿Cual es la diferencia entre una persona rural y una persona urbana? ¿Cómo pueden ustedes saber que yo crecí en una ciudad? Si ponen atención a mi lenguaje, se darán cuenta de que no escuchan metáforas rurales, no uso expresiones del campo; si ven mi forma de vestir, no es un estilo rural; si miran mis manos sabrán que estas manos nunca han trabajado duro y si escuchan mi acento y son norteamericanos, podrán notar un acento citadino en mi forma de hablar. La gente del campo, tiende a estar orientada al futuro. La gente de ciudad, tiende a estar orientada al ahora. Si una persona urbana quiere un jitomate, sale de su casa y lo compra. Una persona de campo prepara la tierra, planta las semillas, lo hace en el momento adecuado, en la estación. Erickson era de origen rural y por eso comprendía cómo las cosas se desarrollan a través del tiempo. Una vez, una mujer vino a pedirme terapia. Su problema era que se caía. No era un problema médico, sólo se caía. Hacía muchos años había estado en terapia con Erickson por el mismo problema, se caía. Le pregunté qué había hecho Erickson en la terapia. Hizo que ella y su marido asistieran juntos y después de unas dos sesiones les dijo: "Divórciense, no se pertenecen uno a otro; sus estilos son muy diferentes". Ellos se negaron a divorciarse por motivos religiosos y Erickson les dijo: "Ustedes se niegan a divorciarse por motivos religiosos, entonces... ¿han pensado en tener una familia?" Dedicaron un tiempo a discutir planes sobre este punto. La señora sacó a relucir su problema de las caídas. Le pregunté si había algo más que fuera importante que me contara sobre la terapia. Y ella respondió: "Sí, en la última sesión Erickson me dijo: 'Usted ya no necesita terapia ahora, pero en algún momento en el futuro, cuando ande por los cuarentas, necesitará. Pero ahora ya no necesita más terapia". Cuando llegó a esta edad, se comunicó con la Sra. Erickson, que me llamó a mí y vi a esta paciente. ¿Cómo pudo Erickson predecir que ella necesitaría más terapia en esa edad? Sus hijos ya habían salido de casa y esta mujer ya no aguantaba más estar bajo la presión del marido tan rígido. Fue una buena predicción de Erickson; estaba orientado al futuro, haciendo una intervención que podía ser útil en los momentos difíciles del ciclo familiar. Me parece que es muy bueno para los terapeutas urbanos poder pensar con esta orientación rural. Intrapunitivo y extrapunitivo. La gente intrapunitiva se culpa a sí misma. Si tienen en terapia a alguien así pueden decirle: "Tu mente consciente puede observar todos los errores que cometes, pero tu mente inconciente no se equivoca en desarrollar posibilidades interesantes". De esta manera, circunscriben el problema en este caso ser intrapunitivo a la mente conciente. ¿Qué sucede si se encuentran en una situación extrapunitiva? ¿Tenemos estudiantes en el grupo? ¿Qué pasa si tienen que redactar su tesis y no la pueden terminar bien? ¿Cuál es el papel que tienen que desarrollar los revisores de la tesis y luego el jurado? Ser extrapunitivos. Los revisores y el jurado no van a decir: "Pobre estudiante, no le enseñamos bien, debimos haber sido mejores maestros". Su papel es ser extrapunitivos. Si ustedes presentan su tesis con todos los errores gramaticales posibles: errores de sintaxis, de estructura, de gramática, los revisores se van a sentir muy bien, porque ellos tienen que encontrar errores. La peor cosa que pueden hacer es entregar una tesis gramaticalmente perfecta, porque entonces los revisores tendrían que ser extrapunitivos respecto al contenido o la estructura del diseño experimental. Y como ustedes no quieren que critiquen eso, deben ofrecerles algo qué criticar. A un paciente extrapunitivo, que va a encontrar errores y, por lo tanto le va a ser difícil tomar decisiones, le puedo dar una tarea y decirle: "El sábado en la mañana, vas a tener que tomar una decisión muy difícil. Quiero que vayas de paseo al Squaw Peak —que es un pequeño cerro de Phoenix, de unos 500 metros de alto y cuya subida implica una caminata de aproximadamente un kilómetro y medio—" Y le digo: "Vas a escalar el Squaw Peak el sábado en la mañana. Llévate una lata de Coca cola, una de Orange, las dos medianas, no muy grandes, no muy chicas, un tarro de yogur y una cuchara de plástico. Vas a tardarte una hora en subir y luego te vas a quedar 30 minutos en la cima. Durante ese tiempo, tu mente inconsciente va a tomar una decisión. Te tomas una hora para bajar y mientras lo haces, tu mente inconsciente va a consolidar la decisión que hizo". Y el típico paciente extrapunitivo llega a la siguiente sesión y dice: "No subí a esa maldita montaña, no pensaba llevar comida, no me gusta el yogur, nunca bebo Coca cola y no iba a pasar tres horas haciendo una tarea tan estúpida y lo que yo decidí fue..." Si el paciente es extrapunitivo, tienen que darle algo respecto a lo que pueda ser extrapunitivo. Tienen que satisfacer esa parte de su personalidad. Absorbedor o emisor, dador. Pongamos por caso que van a hacer hipnosis o terapia familiar con un absorbedor. Le dicen a esa persona: "Vamos a hacer terapia familiar, ¡es maravilloso! verás como es muy interesante para ti. No tienes que hacer nada. Sólo te sientas y tu familia va a hacer todo el trabajo". Si están haciendo terapia con un dador, le dicen: "Vamos a hacer hipnosis, no sé mucho sobre eso, sólo fui al seminario de Zeig, tratemos de hacer hipnosis y tú me vas a ayudar a ayudarte". Saben que la orientación de estos pacientes es a dar, a generar energía. Buscador, explorador, o retractor, tomador de distancia. Es la misma idea: "Quiero que realmente te muevas hacia esta terapia" o "Quiero que simplemente te sientes ahí y dejes que las cosas sucedan". Uno arriba y uno abajo. Esta es la categoría más importante. Auditivo, visual y táctil. Cuando estamos sentados en un cuarto, algunas gentes se sientan como si estuvieran sintiendo lo que ocurre ahí. Otras se sientan como si estuvieran deteniendo un teléfono, como escuchando. Otras más, como si estuvieran mirando; obtienen más información visual. Con el sólo hecho de observar a una persona, ustedes ya se hacen una idea acerca de cuál es el sistema que más utiliza para obtener información. En PNL hay todo un esquema sobre los movimientos de los ojos para obtener esta información, pero no hay que basar toda la terapia en la forma en que está trabajando el cerebro de una persona de acuerdo con la dirección en que los mueve. (Después del descanso). La persona que está uno arriba controla y define la relación. La persona que está uno abajo, responde a las demandas del que está uno arriba. Quién está arriba y quién abajo es algo que se define desde los primeros segundos de la relación. Pero no se define verbalmente. No es como si una persona dijera: "Te elijo a ti y luego me coloco arriba o abajo". Es mucho más rápido que eso. Es como si la persona uno arriba mirara a su alrededor, buscando, seleccionando, y entonces la persona uno abajo queda definida inmediatamente. Las posiciones uno arriba y uno abajo se determinan en los primeros segundos de la interacción. Pensemos en esto a partir del primer ejercicio. ¿Ustedes saben si son zurdos o diestros y pueden probarlo? Esta es una técnica que Erickson usaba en su consultorio. Tómense las manos entrecruzando los dedos ¿Cuál pulgar está arriba? Ahora, recorran los dedos de esa mano un dedo hacia abajo, ¿Cómo sienten? Extraño, ¿verdad? Algunas gentes son zurdas y otras gentes son diestras de la misma manera que algunas personas son diestros de mano, diestros de hombro, diestros de rodilla, diestros de ojo, etc. El comportamiento de la gente está muy lateralizado. Algunas personas, cuando les digo vuelvan la cabeza, lo hacen hacia la izquierda o hacia la derecha. En el primer ejercicio que hicieron estaban de espaldas y si una persona vuelve la cabeza hacia la derecha y la otra hacia la izquierda, no hay problema. Pero pongamos que una persona se vuelve a la derecha y la otra hace lo mismo, una de las dos tiene que acomodarse, ponerse uno abajo. Ahí queda claro quién está uno arriba y quién está uno abajo. Estas posiciones se determinan muy rápidamente en una relación. Gregory Bateson llamaba a esta posición complementariedad. La relación complementaria es aquella en la que una persona está uno arriba y la otra uno abajo. Es una situación estable y no hay ningún problema. El otro tipo de relación es la simétrica. Una relación simétrica es una relación entre iguales y es inestable. Les voy a dar un ejemplo de una relación simétrica. Dos gentes, dos psicoanalistas, están hablando de relaciones objetales. Uno dice: "Yo he estado estudiando relaciones objetales", el otro responde: "Bueno, yo he estado estudiando psicología del yo", entonces, "yo he estado estudiando el trabajo de Margaret Mahler", "pues yo he estado estudiando el trabajo de Otto Kernberg", "bueno, Margaret Mahler ha escrito los trabajos más importantes sobre identificación proyectiva", "pues las más recientes revisiones del concepto de identificación proyectiva que ha hecho Kernberg son mucho más importantes", "Mahler mostró que la identificación proyectiva ocurre a los cinco años", "Kernberg, en su artículo de 1950 demostró que la identificación proyectiva tiene lugar a los tres años" ... tan, tan, tan, tan... Es una relación simétrica entre iguales. Una relación simétrica puede terminar de diferentes maneras. Puede explotar: "Tú no sabes nada de psicología del yo", dice uno y se va. Puede ser bastante volátil, agresiva, y a medida que las personas suben a más altos niveles de pleito, llegar incluso a ser peligrosa. Una relación simétrica puede también terminar convirtiéndose en complementaria. Uno de los dos se pone uno abajo: "¿Qué dijo Mahler de la identificación proyectiva?" Se pone uno abajo. Dos personas fuertes que se encuentran en una relación simétrica pueden tener un control, como cuando en un carro se pone un control que impide que se acelere demasiado. Imaginen que los dos están discutiendo y uno de ellos se empieza a mover para encender un cigarro y eso es como una clave. En ese momento dejan de discutir y empiezan a hablar sobre otra cosa, por ejemplo, sobre el campeonato mundial de fútbol: "Yo creo que Argentina va a ganar", "pues no, va a ganar Italia", "Argentina tiene a Maradona" y así siguen discutiendo hasta que uno de los dos toma un cigarro y se detienen. Tomar un cigarro es como una clave que indica que ya hay demasiada tensión. Algunas veces, cuando uno está haciendo terapia de pareja, le da a la pareja una clave. Les dice: "Cuando él (el marido) se rasque la cabeza, cambien de tema. Esta es una clave que tienen que respetar". Y así ustedes se ponen uno arriba y evitan que la simetría termine en una escalada. ¿Qué pasa si hacen un metacomentario? ¿Qué pasa si ven a la pareja y le dicen: discúlpenme, pero ustedes están haciendo una escalada simétrica? La pareja los mira de vuelta y les dice "¿Escalada simétrica?", "ella está en una escalada simétrica", "yo no" y así continúan con su problema con el pretexto que ustedes les dieron. El metacomentario no ayuda para nada. Aquí pueden usar tareas. Esto nos lleva a la Primera Ley de Zeig en Psicoterapia, es: conduce la terapia hasta el nivel de experiencia en donde se genera el problema. Si el problema se produce en niveles no verbales, utiliza tareas. Si el problema tiene que ver con un desbalance en el manejo del poder en la relación y este desbalance del poder se genera en niveles no verbales, usa directivas. Si el problema se produce en niveles verbales, habla sobre él, pero lleva la terapia al nivel de experiencia en donde se genera el problema. Yo creo que esta ley es segura. El tema de los conflictos de jerarquía en una relación ha sido muy bien desarrollado por Jay Haley y Cloe Madanes. Ellos han escrito sobre la forma de corregir los problemas cruzados de jerarquías. Algunas gentes necesitan estar uno arriba, les gusta estar en esta posición. Recuerdo a un profesor en Francia que tenía que estar uno arriba. Nos sentábamos en su biblioteca, tomando café, bebiendo brandy bajo una fotografía que le había autografiado Charles De Gaulle y se ponía a corregir mi inglés, incorrectamente, pero lo corregía. El era el profesor y estaba uno arriba. Erickson estaba uno arriba. Siempre estaba uno arriba. Era como un gurú siempre atento, observando, siempre uno arriba. Casi nunca vi a Erickson uno abajo. Algunas gentes tienen que ser iguales. Esa es una relación simétrica. El diálogo en estas parejas suena más o menos así: "Vamos a salir a cenar esta noche. A ver, la última vez tú decidiste sobre la cena y yo decidí a qué cine" o si no, "bueno, yo decidí sobre la cena y el cine, ahora te toca a ti". Cuando escuchan a las personas simétricas, su comunicación es: "me toca", "te toca" y la relación tiene que ser igual. A algunas gentes les gusta estar uno abajo. Tienen que estar uno abajo. Invoquemos ahora al espíritu de mi querida abuela que ya murió: "Abuela, ¿cómo estás?", "oh, no muy bien", " pero abuela, ¿qué pasa de malo?", "estoy muy sola", "pero abuela ¡hay mucha gente alrededor! ¿por qué no sales al parque y disfrutas estar con la gente?", "oooh, queda tan lejos, hay que caminar y ya mis pies no están tan bien como antes", "bueno, abuela, de acuerdo, pero ¿por qué no invitas a la gente para que venga a visitarte a tu casa?", "esta casa no está tan limpia y ya no tengo fuerzas para estar limpiando", "bueno, abuela, pues simplemente ponte a hablar por teléfono, llama a tus amigos", "ay hijito, tú sabes que ya no oigo tan bien como antes". Mi abuela estaba uno abajo pero siempre estaba controlando y definiendo la relación. Bateson llamó a esta posición metacomplementariedad. Te pones uno abajo para estar realmente uno arriba. Una posición metacomplementaria es ponerse uno abajo para estar realmente uno arriba. Ahora bien, todo síntoma es un vínculo metacomplementario. Todo síntoma es un ejemplo de una persona que logra estar uno arriba, estando uno abajo. Si una paciente tiene una fobia, no puede ir a la tienda y entonces su esposo tiene que hacer todas las compras. Por lo tanto, está uno arriba. Pero si ustedes ven al paciente y le dicen: "Disculpe, pero usted está teniendo ganancias secundarias", el paciente nos dice: "¿Ganancias secundarias? A mi no me interesan las ganancias secundarias. Por favor, lo único que quiero es quitarme la fobia". Otra vez, metacomentar no ayuda para nada. Así que mejor utilizan tareas o directivas para ayudar a la persona a cambiar el desbalance del poder. Cuando hacemos psicoterapia ericksoniana, queremos estar uno arriba y como la gente uno arriba controla y define la relación, también inducimos papeles. La persona uno arriba induce papeles en la que está uno abajo ya sea en forma constructiva o destructiva. La persona uno arriba puede inducirnos que podemos ser inteligentes, creativos, amistosos, juguetones, cercanos. Pero también la persona uno arriba puede inducir papeles diciendo eres estúpido, poco creativo, vas a ser infeliz. Así que en toda interacción hay alguien que está induciendo papeles y si queremos ser terapeutas efectivos, tenemos que inducir los papeles más constructivos posibles en los pacientes; por eso necesitamos estar uno arriba. Erickson estaba muy atento en los primeros instantes de una interacción y en ese momento tomaba la relación a su cargo y empezaba a inducir papeles constructivos. Algunas veces llamaban a Erickson gentes que querían dejar de fumar. Y él oía algo en su voz y con una voz especial les decía: "Suban al Squaw Peak y después vengan a verme". La motivación era muy importante. Es casi un axioma decir que la primera intervención que Erickson hacía era lograr la motivación. Fui huésped en la casa de los Erickson. Entré y ahí estaba él, sentado justo a mi izquierda, vestido de morado. Era daltónico y le gustaba la ropa morada. Y Roxana dijo: "Este es mi padre, el Dr. Erickson". Erickson hizo esto (mímica: mueve la cabeza de un lado a otro y de arriba hacia abajo). Roxana me tomó del brazo y me llevó al cuarto de junto explicándome que su padre era muy bromista. Pero eso no era broma, era una inducción hipnótica completa, no verbal, pero completa. Erickson me estaba confundiendo, rompiendo mis patrones, probablemente estaba acompañando mi parpadeo con el suyo, probablemente también mi respiración. Miró al centro y hacia abajo en mi cuerpo, sugiriendo: "Ve hacia abajo, adentro". Aunque pude observar el trabajo de Erickson durante seis años, nunca lo vi volver a hacer lo mismo. Pero invariablemente lo vi estar muy atento en los primeros segundos de la relación, haciendo cosas no habituales para estar en el papel de uno arriba, induciendo papeles constructivos. Normalmente era único, original, en su primera interacción para establecer el patrón, para sacar a la persona de sus roles habituales a fin de asegurar que pudiera generar nuevos comportamientos. Así que nosotros queremos estar en esa posición uno arriba como terapeutas. Esto no es en términos humanistas, es simplemente un hecho que algunas personas tienen que tener este papel. Cuando el paciente está uno arriba, la terapia es ineficiente. Si el paciente se pone uno arriba, no puede haber ninguna terapia, porque él va a inducir los papeles. El terapeuta tiene que estar uno arriba para inducir papeles constructivos. Veamos ahora cómo utilizar las categorías diagnósticas para dividir y conquistar. Esto tiene que ver con una pregunta muy importante que me hago a mi mismo cuando llega un nuevo paciente. Me pregunto ¿qué valora el paciente? También me pregunto ¿cómo hace el paciente el problema? Cuando el paciente llega, pídanle una descripción detallada del problema. El les dice, por ejemplo: "Estoy deprimido". Pídanle entonces una descripción lo más detallada posible de la depresión. Muy detallada. "Deprimido, ¿cómo?, ¿siente la depresión en sus hombros?, ¿en el estómago?, ¿cómo es esta depresión comparada con la depresión de otras personas?, compare esta depresión con el dolor, ¿cómo es la depresión en la mañana?, ¿cómo es en la tarde?, ¿cómo es los jueves?" Hagan preguntas casi voyeristas sobre los detalles de la depresión. La razón para hacer esto es el famoso Principio Farah Fawcet. ¿Todos ustedes conocen el famoso Principio Farah Fawcet? ¿Conocen a la artista norteamericana Farah Fawcet? Un día estábamos almorzando en el hospital en donde yo trabajaba, hace muchos años. Y había una foto de Farah Fawcet en traje de baño en la portada de una revista. Es una artista muy bonita. Una de las personas que trabajaban ahí se la quedó viendo y dijo: "Sus muslos son muy gordos". Alguien más comentó: "Sus pantorrillas no tienen exactamente el contorno que va con sus muslos y su cintura es demasiado chica", y su cuello era muy largo, su sonrisa era demasiado grande, y su cara demasiado redonda. Para cuando terminamos de describirla, ya no era nada atractiva. Así que el famoso Principio Farah Fawcet es: si examinan algo muy de cerca, suficientemente de cerca, pierde su integridad. Así que si fuerzan al paciente a que examine su problema con muchísimos detalles, pierde su integridad. Es como si le preguntaran a un cienpies cómo mueve su pie número veintidós. Se tropieza. Si le piden al paciente que describa su problema con muchísimos detalles, sucede eso. Un día, mi secretaria y yo estábamos almorzando en el Hotel Hyatt de Phoenix. En la mesa de junto estaba el actor americano John Travolta. Es un hombre muy guapo y a mi secretaria le estaba dando tortícolis, porque su cuello se giraba para verlo. Le conté del famoso Principio de Farah Fawcet y me contestó con certeza: "No va a funcionar con John Travolta". No siempre resulta que si examinan algo de cerca pierde su integridad, pero a menudo es una buena idea. La segunda pregunta es ¿cómo la persona fabrica el problema? Si el problema es X ¿cómo produce X? Casi como si ustedes pensaran que esa persona es muy creativa y tiene un papel. Miran al paciente y le dicen: "¡Esto es fabuloso! ¡Depresión! ¿Cómo haces la depresión?". La razón para hacer esto es que los pacientes convierten sus problemas en nominalizaciones. Los convierten en cosas. Cuando llegan a verlos, les dicen: "Aquí está mi depresión". Es como si les estuvieran enseñando una cosa: "Aquí está mi fobia", "aquí está mi problema de relación". Ahora bien, las cosas son muy difíciles de cambiar. Por esta razón, mi segundo pensamiento es convertir el problema en un proceso, porque los procesos pueden cambiar y las cosas no cambian. Esto es así incluso con los problemas médicos. Si piensan en el cáncer como una cosa, es difícil de cambiar, pero si piensan en él como un proceso es mucho más fácil cambiarlo. Así que transformen el problema en un proceso. Si se preguntan cómo está el paciente haciendo el problema, encontrarán los pasos a través de los cuáles éste se construye. Pensemos ahora en términos de las categorías diagnósticas. Tomemos el problema de la depresión. ¿Cómo se fabrica la depresión? Si eres interno, si tiendes a enfocar, si eres intrapunitivo, si estás uno abajo en forma metacomplementaria para estar uno arriba, si amplificas lo negativo y tomas distancia ¿puedes fabricar una depresión? Es muy probable que sí. Esta es una estrategia sobre cómo producir depresión. Así que si ustedes empiezan a juntar las categorías diagnósticas, tendrán la formula de cómo el paciente construye la depresión. Si ya saben cómo el paciente hace el problema, podemos pasar a la tercera pregunta: ¿cómo cualquier persona construye la solución?, ¿cómo cualquier persona hace No-X? Entonces pienso, ¿qué es lo opuesto a la depresión? Lo opuesto a la depresión es estar contento y me pregunto, ¿cómo hago yo "estar contento"?, ¿cómo mis amigos logran "estar contentos"? ¿cómo este paciente hace "estar contento"? Veamos. Si eres externo, y amplificas lo positivo y te mueves hacia y eres normalmente punitivo y tiendes a ser más uno arriba, puedes estar contento. Entonces, ya sé cómo orientar mi terapia y es muy probable que en las sesiones uno y dos, esté trabajando y haciendo tareas para ayudar al paciente a ser más externo. En la sesión tres, haciendo terapia para estar uno arriba, en las sesiones cuatro y cinco, aprendiendo a amplificar lo positivo, en la sesión seis, a moverse hacia más que a retirarse, y por ahí de la sesión siete, ya no se necesita más terapia. Pero no tengo que decirle al paciente qué hacer. Yo sólo divido la solución en una serie de pasos que se convierten en mis metas. Trabajan con su paciente en transformar el problema en un proceso y dividir la solución. Y esto se convierte en metas que ustedes usan para crear un proceso dramático al mismo tiempo que cortan la terapia a la medida del estilo único de ese individuo. Esta es una visión general de cómo usar estas categorías como recursos, señalamientos de carretera, motivadores, hablando el lenguaje experiencial del paciente, y ayudándolo a convertir el problema en un proceso más que en una cosa. Si usan estos dos principios: divide y vencerás, transforman el problema en un proceso, aplican el Principio de Farah Fawcet e inician el período de diagnóstico disminuyendo fuerza al problema. Lo que sucede es que las personas se quedan atrapadas en una posición. Si quienes tienen dolor se vuelven internas y permanecen internas tratando de encontrar la solución al problema, sienten más dolor y no tienen acceso a una estrategia para ser más externas. Pero, por ejemplo, cuando manejan su carro, tienen acceso a estrategias con las que son externas. Del mismo modo, probablemente cuando juegan un juego pueden ser externas. Pero de alguna manera se olvidan de usar esas estrategias, por lo que las ayudamos a tener acceso a ellas. El escritor y filósofo norteamericano Mark Twain resumió esto en forma muy linda. Mark Twain dijo: "Si el único instrumento que tienes es un martillo, un montón de cosas van a parecer clavos". Y así el mundo se ve chiquito o se vive como amenazante. Y se convierten en lentes con los que es muy difícil trabajar. No fuercen a la persona a ver inmediatamente. Más bien vayan con ella y permítanle descubrir nuevas posibilidades por su propio mérito. Si el terapeuta es muy interno, el paciente va a parecer muy externo. Si el terapeuta es muy intrapunitivo, va a ver a los demás como extrapunitivos. De modo que es muy importante que los terapeutas conozcan su propia postura. Bueno ¿cuál es el verdadero secreto de la vida? Si pasan por Mac Donalds y tienen que descubrir el secreto de la vida, el secreto es: amplifica lo positivo, reduce lo negativo. Y si viven de acuerdo con estos principios, nunca van a estar en terapia. Es una regla. Si quieren estar en terapia, tienen que reducir lo positivo y amplificar lo negativo. Si quieren estar seguros de no tener que ir a terapia, amplifiquen lo positivo y reduzcan lo negativo. Esta era la estrategia de Erickson. El era muy bueno amplificando lo positivo y reduciendo lo negativo. Si ustedes están ya pensando en términos de solución, están apelando a la historia constructiva dentro del paciente. Sabemos que toda persona tiene una solución adentro. Toda persona fóbica sabe como relajarse. La solución existe adentro del paciente y lo que hacen con su diagnóstico es ayudarlo a encontrar esta historia constructiva. De modo que cuando piensan ¿cómo puede cualquier gente hacer lo opuesto del problema? están pensando también en el paciente. Se trata de encontrar excepciones. El paciente entra y dice: "Yo nunca estoy feliz". Y ustedes le dicen: "Ve a casa y durante esta semana registra todos los momentos en que no estés deprimido, y haz una lista". No hablen del problema, hablen de las soluciones. La terapia debe estar enfocada a las soluciones, más que orientada a los problemas. Busquen ejemplos paralelos de solución. Si el paciente es fumador, le podemos preguntar ¿cómo dejó de ser alcohólico?, ¿cómo dejó de morderse las uñas? Busquen ejemplos de soluciones paralelas, situaciones en las que el problema está mejor. En la parte interaccional, descubran cuál es la función del problema dentro del sistema, ¿qué hace el problema para apoyar el funcionamiento del sistema en que se encuentra, ya sea del sistema médico o del sistema familiar? Pregúntense: ¿Con qué quiere este paciente que lo alimenten?, ¿a qué siente que tiene derecho?, ¿este paciente necesita que lo entiendan?, ¿este paciente necesita empatía?, ¿este paciente necesita confrontación?, ¿este paciente necesita creatividad?, ¿este paciente necesita apoyo? Los llamados pacientes limítrofes (borderline) son pacientes que sienten tener derecho a todo. Se creen con derecho a obtener más tiempo de ustedes, con derecho a ser sus amigos, con derecho a llamarlos en horas fuera de trabajo, siempre se sienten con derecho a tener más cosas y no agradecen lo que se les da. Esa es una definición de un paciente limítrofe. Se sienten con derecho a mucho y no agradecen lo que se les da. Observen con qué quiere ser alimentado ese paciente. Esa es una información muy valiosa. El siguiente punto es buscar analogías. ¿A qué se parece el problema?, ¿a qué se parece la persona?, ¿a qué se parece el sistema?, ¿a qué se parece la solución? Una vez que comienzo a pensar en una analogía, puedo crear una historia alrededor de ella. Resumiendo, estos son los seis puntos que yo empleo para recolectar datos: la descripción del problema, ¿cómo se produce el problema?; la solución, ¿cómo puedo lograr lo opuesto al problema?; el funcionamiento interaccional del problema; analogías; anzuelos (que son los valores del paciente), y cómo utilizar todo esto para crear la terapia. Si hago estas seis cosas puedo entender, creando al mismo tiempo este tipo de diagnóstico que me permite inmediatamente generar metas para la terapia. Yo empleo estas categorías diagnósticas y las llamo Categorías Diagnósticas de Zeig, es que éstas son mis maneras de dividir el mundo. A mí me son útiles para hacer terapia e hipnosis. Yo espero que ustedes tengan otras categorías que vayan con su forma de ver el mundo. Quiero que sepan que no son todas las que existen, ni la última palabra, son sólo las mías. Una pregunta todavía mejor que ¿cuáles son las categorías diagnósticas? es: ¿Cuál es la posición que toma este paciente?, ¿qué valora este paciente? Las categorías diagnósticas son un subgrupo de la pregunta: ¿Qué valora este paciente? Estamos en este momento en el punto cortar a la medida la terapia y queremos conocer qué valora el paciente, qué posición toma, y tenemos además la serie de categorías diagnósticas. El día de hoy trabajamos más sobre los valores y las metas, sobre cómo determinar la posición que toma el paciente y la forma en que esto nos lleva a establecer las metas para la terapia. Mañana vamos a terminar el cortar a la medida y empezaremos a aprender a envolver para regalo. Tienen una tarea para hoy en la noche. La tarea es que si salen a cenar a un restauran! o si cenan con su esposo, esposa o hijos, inmediatamente observen la posición que ellos toman, los diagnostiquen y hagan una intervención que vaya con ese diagnóstico. Toman la posición que asume esa persona: ser seria, o ser ansiosa, o ser amistosa, o ser intrapunitiva, y hacen alguna intervención que utilice ese estilo. Pueden, por ejemplo, decir: "¿Por favor me pasas la sal porque realmente se siente muy bien internamente hacer algo por otra persona?" Tienen que entregarme su tarea escrita mañana. Jorge Abia comenta: cuando nosotros hacemos hipnosis utilizamos las mismas palabras del paciente para usar su lenguaje experiencial. Dr. Zeig. Responde: Yo también lo hago. Cuando mis pacientes llegan por primera vez, escribo todo lo que dicen. Yo soy preponderantemente auditivo. Para mí, toda la información auditiva es muy valiosa. Aprendo la estructura del lenguaje del paciente y creo inducciones hipnóticas utilizando dicha estructura. Esta técnica proviene de Erickson. El paciente, por ejemplo, un esquizofrénico, entra y habla una ensalada de palabras. Erickson empleaba una secretaria para que transcribiera esta ensalada de palabras. Se la aprendía y la utilizaba en forma constructiva. Es una técnica muy buena, tanto en hipnosis como en psicoterapia, para ayudarse a hablar el lenguaje experiencial del paciente. El problema es que no se han hecho estudios para probar la efectividad de estas técnicas. De hecho, no se ha publicado esto que estoy enseñándoles. Aún estoy escribiendo el libro. Espero que cuando salga, la gente se interese más en estos temas y se realicen estudios para probar que la terapia es más efectiva cuando se emplea el lenguaje experiencial del paciente. Permítanme darles otro ejemplo relacionado con la idea de predecir. Una mujer vino a ver a Erickson y empezó a escribir las respuestas de las preguntas que él siempre hacía: su nombre, dirección y teléfono. No le dirigió a él ninguna palabra. Erickson la miró y le dijo: "Tú creciste en Europa". Ella no se asombró mucho del comentario porque su caligrafía era estilo europeo, pensó que simplemente Erickson estaba leyendo de cabeza lo que ella escribía. El continuó: "Tú creciste en el sur de Europa, tal vez en Italia o en Grecia". Tampoco le llamó la atención demasiado este señalamiento porque sus rasgos y su color podían indicar que había crecido en el sur de Europa. Entonces Erickson metió primera, aceleró, y le dijo: "Y tú eras gorda de niña". Este comentario sí la impactó porque era muy, muy delgada en ese momento y le preguntó: "¿Cómo lo supiste?" "Bueno, respondió él, tienes la postura que los gordos tienen". Otra mujer entró y le contó su problema y Erickson le dijo: "Tú no eras la hija favorita de tu mamá". Ella respondió: "No". El continuó: "Eras la favorita de tu abuela, tal vez de tu abuela materna". La paciente confirmó: "Sí". Cuando ustedes hacen esta clase de predicciones y aciertan, ganan toda la autoridad del mundo para cualquier cosa que digan en el futuro. La gente empieza a pensar que ustedes saben lo que hacen. Erickson estudiaba a la gente. Era como Sherlock Holmes, pero su habilidad era adquirida. Virginia Salir decía que cuando veía a una familia, podía ver tres generaciones atrás. Cuando Erickson era residente, el paciente llegaba, él le hablaba al paciente y después hacía su historia social. Luego la comparaba con la verdadera historia que había hecho la trabajadora social. Lo hacía al revés. Primero obtenía una historia, después hacía mentalmente un examen estadístico y veía qué tan preciso había podido ser. Se forzaba a pensar sistemáticamente, para pensar en términos de predicción. Era impresionante escucharlo discutir su trabajo, porque lo hacía en función del futuro. Cuando discutíamos uno de sus videos, lo apagaba y decía: "Yo hice esto, ella hará tal cosa; yo digo esto, ella dirá aquello". Su terapia estaba siempre orientada al futuro. Todos los otros supervisores que tuve me decían qué había sucedido en el pasado: "Si el paciente dijo esto, significa que tuvo tal tipo de infancia". Era una psicoterapia orientada hacia el pasado y no podíamos saber si lo que él decía era cierto o no. La terapia de Erickson estaba siempre orientada hacia el futuro. La vida se vive en el presente y se orienta hacia el futuro; la terapia se vive en el presente y se orienta hacia el futuro. COMO TOMAR LAS MEDIDAS: SEGUNDA PARTE. LOS ANZUELOS Buscaremos descubrir qué anzuelo se ha tragado esa persona, es decir, ¿qué es lo que valora? Otra forma de averiguarlo es preguntarse ¿qué posición toma? Tratamos de pensar en el sistema de valores, en los patrones redundantes, o sea las cosas que suceden una y otra vez. Es casi como si el paciente fuera adicto a un estilo particular. Por ejemplo, la persona que tiene dolor y trata de evitarlo siendo interna y aplica siempre el mismo patrón; o la pareja que intenta resolver sus problemas de relación discutiendo una y otra vez en una escalada que nunca termina. Podemos decir que esa es la posición que toma el paciente o la posición que toma la pareja o la posición que toma el sistema. Los terapeutas son buenos en la medida en que llegan a percibir patrones. Necesitamos ser capaces de determinar patrones muy rápidamente. Determinar el anzuelo que ha mordido el paciente o la posición que toma, a partir de la observación de una sola muestra de comportamiento. Y esto, no sólo observando lo que se ve, porque algunas veces es necesario observar lo que no se ve. Tenemos que desconfiar de las ausencias, de lo que falta en términos de pensamiento, sentimiento o conducta, casi como si el paciente fuera adicto a un patrón de evitar algo. Por ejemplo, puede evitar la rabia o el conflicto en las relaciones. De modo que cuando observamos la posición que toma, tenemos que examinar lo que está y lo que no está. Tener maneras más flexibles de enfrentar los problemas; romper los viejos patrones y encontrar formas más flexibles. Cuando yo le preguntaba a Erickson algo que se podía responder sí o no, a veces, más que contestar sí o no, me contaba una historia. Era una historia que significaba sí, o una historia que significaba no. Era casi como si él quisiera mantenerse fresco, creativo, generativo, encontrando nuevas formas de decir sí o no. Otra característica de Erickson era su diligencia. Así que la flexibilidad y la diligencia eran aspectos muy importantes del carácter de Erickson. La mentalidad de Erickson estaba orientada hacia la gente, no hacia el dinero. Ya conocemos las posiciones que él adoptaba; pero la gente no es sólo adicta a las posiciones positivas, también puede ser adicta a las posiciones negativas. Por ejemplo, hay gente adicta a quejarse. Tal paciente sabe que tiene derecho a quejarse, lo encontramos muchas veces quejándose y es la posición que toma en la vida, quejarse. Otras gentes son negativas y esa es la posición que asumen en el mundo. Así que lo que queremos hacer, lo más pronto posible y en forma relativamente libre de prejuicios ya que todavía no queremos ligar estas posiciones con valores es mirar a la persona y conocer qué posiciones toma. Ahora bien, las categorías diagnósticas son en realidad una subclase de la posición que toma el paciente. Son formas de dividir este territorio. Porque ser interno o externo, focalizado o difuso, son posiciones que toma el paciente. La pregunta más importante es ¿cuál es la posición que toma el paciente? Si ustedes piensan en la posición que toma el paciente, ya no tienen que pensar en las categorías diagnósticas, puesto que sólo son una parte de ella. Haremos un ejercicio vivencial. En este pequeño ejercicio, vamos a trabajar de nuevo en parejas. Una persona va a ser el terapeuta y la otra va a ser el paciente. En realidad son dos ejercicios y en cada uno vamos a programar al paciente. Los terapeutas van a salir del cuarto un minuto, mientras doy a los pacientes una serie de posiciones que deberán asumir. Les voy a decir, por ejemplo, representa a un paciente que se queja mucho. Su trabajo como terapeutas es hacer una entrevista inicial, como harían en su consultorio. Hablen con el paciente no más de diez minutos. Durante esta entrevista de diez minutos, sus patrones van a surgir. No van a hacer nada con esos patrones. No los van a utilizar, ni a confrontar, ni a interpretar de ninguna manera, sólo van a notar cuál es la posición que toma el paciente. Se van a estar preguntando mentalmente a sí mismos ¿cuál es la posición que toma esta persona? A cada paciente se le dará una serie de posiciones qué tomar. Y después de la entrevista, al terminar los diez minutos, vamos a jugar a poner etiquetas. Vamos a decir a los terapeutas: etiqueten a los pacientes con los patrones que notaron que representaban. Dedicaremos un ratito a comentarlo y después haremos un segundo ejercicio en el que se invertirán los papeles. Todo esto es un ejercicio de dramatización. Nadie va a hablar de situaciones personales, reales. Van a reproducir problemas de pacientes. Me gustaría que elijan trabajar con alguien que no conozcan. No es necesario, pero es agradable elegir a alguien que uno no conoce, para hacer este ejercicio, esta dramatización. Probablemente les cause menos confusión así. Decidan quién va a ser el terapeuta la primera vez y les pido a los terapeutas que salgan durante tres minutos. ¿De acuerdo? (Cuando ya salieron) . ¿Todos los que están aquí son pacientes? Muy bien. Cada paciente va a representar una situación. Repito que no deben ser situaciones personales sino dramatizaciones. Esta situación va a implicar tres valores. Número uno: van a representar a un paciente vago, difuso. Si le preguntan: "¿Cuál es el problema?", responde: "No me siento bien", "bueno, dígame cómo es", "es como un sentimiento negro", "pero ¿dónde lo sientes?", "humm, adentro de mi", "¿dónde, adentro de ti?", "en mi cuerpo". Quiero que representen el papel de alguien que es vago, de una persona a la que es difícil sacarle algo, es como querer rascar en el agua, es como si este paciente tuviera una regla interna que dice: "No seas específico". No exageren hasta el ridículo, pero en la medida de lo posible, no sean específicos, sean vagos. Pueden ser unos pacientes tan difíciles como quieran ser, porque sus compañeros van a tener la oportunidad de vengarse. Ustedes saben... El segundo punto. Me gustaría que tuvieran un patrón de lenguaje redundante, un patrón de lenguaje repetitivo. Quiero que escojan una frase y que la usen diez o quince veces durante la entrevista. La frase puede ser algo tan simple como "me gustaría que supiera", "me gustaría que supiera", "me gustaría que supiera". Sólo repitan esta frase una y otra vez. ¿Cuál sería una frase repetitiva típica para un paciente vago? "no sé" "no sé", "no sé", "es chistoso, pero..." es chistoso, pero...no sé". Así que pueden utilizar estas frases repetitivas muchas veces. Y, por último, otro patrón, un patrón que tiene que ver con el uso del tiempo... Y tenemos cuatro posibilidades. Una es estar en el pasado. Otra más es estar en el futuro. Si representan el papel de mantenerse en el pasado, el 75 % de su relato tiene que estar en el pasado. Si el terapeuta les dice: "Cuénteme sobre su problema", ustedes le responden: "No me estoy sintiendo bien, es como cuando era niño y caminaba dando vueltas en el patio sin saber a qué salón dé clases entrar... y no sé, pero es algo como eso", "¿puede hablarme de sus relaciones?" "sí, como no, tengo muy buena relación con mi hijo, pero ¿sabe? mi padre y yo no teníamos tan buena relación porque algunas veces él decía que iba a hacer cosas conmigo, pero la mayor parte de las veces no hacíamos muchas cosas juntos". De modo que tan pronto como puedan, se van al pasado. También pueden actuar el patrón de estar en el futuro, pero de eso hablaremos más tarde. Por el momento, su tarea es estar en el pasado trayendo a la mente esos recuerdos vagos, manteniendo ese patrón. Sean un poco difíciles como pacientes, pero no demasiado, no va a ser tan fácil para ellos descubrir estos patrones. El primero tal vez sea muy fácil para los terapeutas, pero los otros dos van a ser más difíciles. Escojan cualquier problema: depresión, infelicidad, dolor, confusión, cualquier problema que quieran representar. Actúen como pacientes en una entrevista de diez minutos y pongan mucha atención a qué es lo que hace ese terapeuta que les obstaculiza representar su papel. Porque ellos pueden hacer algunas intervenciones que les dificulten representar su papel. Y esta información va a servir como una retroalimentación muy valiosa. Después les van a decir qué fue lo que hicieron que les hizo más difícil su actuación. Ustedes quédense pegados a su papel, no se curen, permanezcan tenazmente vagos, repitiendo un patrón de lenguaje y en el pasado. ¿De acuerdo? Vamos a hacerlos entrar. (Cuando entran los terapeutas). Muevan sus sillas con libertad dentro del cuarto. Tienen diez minutos y cuando transcurran, les voy a pedir que se detengan. La tarea de los terapeutas es determinar cuál es la posición que toma el paciente. Terapeutas: los pacientes van a tomar tres posiciones. Ustedes van a descubrir cuáles son y a listarlas con dos o tres palabras cada una. No se tomen mucho tiempo, no escriban demasiado sobre cuál es el patrón de los pacientes, sólo un par de palabras. A cada paciente se le dieron tres patrones. Ustedes tienen que meterse en esa comunicación, mirarla, y observar las cosas que se repiten, patrones redundantes, ausencias obvias, derechos, tienen que descubrir a qué se siente con derecho este paciente, así como su posición. Escriban las tres posiciones que toma el paciente. Las instrucciones fueron que, durante la entrevista, él representara tres patrones redundantes y la tarea del terapeuta será descubrir estos patrones y listarlos en una, dos, o tres palabras. (Después del ejercicio). Vamos a ver, terapeutas, pensemos: ¿Qué patrones observaron en sus pacientes? Muy bien, hay un grupo de patrones que tienen que ver con ser tímido. ¿Qué patrón representó el paciente? ¿Negativo? ¿Ser negativo? ¿Personalidad negativa? Este es un patrón que pudo haber representado el paciente, negativo respecto a sí mismo. ¿Inconsistente? En general, ser inconsistente es un patrón al que el paciente pudo ser adicto. ¿Ser difuso, inseguro, confuso? Uno de los patrones que se dio a este paciente fue ser intencionalmente vago: "¿Cuál es su problema?", "estoy perdido", "pero, ¿cómo está perdido?", "estoy perdido en mi vida", "¿cómo le va en el trabajo?", "también ahí estoy perdido", "¿y en sus relaciones?", "no puedo encontrar mi lugar en una relación". Este patrón es ser vago. Es difícil "llegarle" a un paciente como éste (rascarle). A cada paciente se le pidió que representara el papel de ser intencionalmente vago. Además hay otros dos patrones. ¿Quejarse? Pudo ser un patrón. Pero estos dos fueron un poco diferentes. Tienen que ver con otras dos categorías. El primero, se relaciona con la categoría estilo de personalidad. Y el estilo de personalidad que este paciente representó fue ser vago. También se le dio la oportunidad de tener un patrón de lenguaje redundante. Como Jorge comentó ayer, los pacientes emplean patrones verbales y, como terapeutas que hacemos hipnosis, podemos utilizar constructivamente estos patrones de lenguaje con que ellos se limitan a sí mismos. El tercer patrón tenía que ver con el uso del tiempo. Se instruyó al paciente para que usara el tiempo en una forma constrictiva. Estos fueron los tres patrones. Ya conocen el primero, el estilo de personalidad. ¿Cuál fue el patrón de lenguaje repetitivo y cuál la forma en que el paciente utilizó el tiempo? Intercambien información dentro de sus diadas y, pacientes, retroalimenten a sus terapeutas, díganles qué fue lo que hicieron que les dificultó representar estos patrones. Cinco minutos de retroalimentación y les diré algo más sobre estas categorías. (Cinco minutos después). Estábamos viendo los anzuelos, los valores que tienen los pacientes. Damos por hecho que los pacientes tienen valores relacionados con su estilo de personalidad, como ser inteligentes, o ser quejumbrosos, o ser honestos, o ser deshonestos. Son estilos de personalidad, así como papeles sociales. Es útil para ustedes pensar en "ser vago" como un papel social y no como una cosa que existe dentro del paciente. El papel existe "entre" las gentes, y las vuelve predecibles. Tenemos también los patrones de lenguaje redundantes. Por ejemplo, Ronald Reagan, el expresidente de los Estados Unidos, tenía un patrón de lenguaje repetitivo. Usaba y repetía la palabra "bueno". Cada vez que alguien le hacía una pregunta, comenzaba diciendo: "Bueno..." y luego daba la respuesta. Mi padre también tenía un patrón repetitivo que era: "Quiero decirte algo..." y después ya seguía. Ayer yo utilicé con ustedes un patrón repetitivo, les dije todo el tiempo: "para hacer las cosas más interesantes..." y continuaba, por ejemplo, "así que vamos a buscar los patrones repetitivos de los miembros de una pareja". Si realmente quieren hacer llegar un mensaje al paciente, usen un patrón repetitivo: "Voy a decirles algo..." porque esto atrae la atención de la persona, sin que ésta sepa necesariamente por qué; o le dicen al paciente: "Bueno... lo que yo quisiera que usted sepa es..." Empiezan a comunicarse en las estructuras conscientes, moviéndose a través de los patrones de lenguaje. En hipnosis, tomamos los patrones y los reenmarcamos dándoles un nuevo significado. Si por ejemplo, el paciente utiliza un concepto como "poco común" y dice: "Tengo un sentimiento poco común", le podemos reponder: "¿Así que tú eres una persona poco común?". Esta frase tiene para él una connotación negativa pero la forma en que yo la empleo tiene una connotación positiva. Muchas veces con individuos y con parejas, tomamos uno de sus patrones repetitivos y lo usamos para reenmarcar las situaciones de una manera diferente. Si estoy trabajando en hipnosis con un paciente con dolor, le pido una descripción del dolor. El paciente me dice que es agudo y penetrante. Estas son las palabras que él emplea. En la siguiente sesión, creo una inducción que reenmarca esas palabras: "Tu mente inconciente puede desarrollar algunas ideas agudas y penetrantes que son valiosas para ti, que realmente empiezan a perforar y a penetrar algunas de las cosas que no entiendes a nivel consciente, algunas de tus limitaciones". Tomo las mismas palabras que el paciente usa para describir el síntoma y las utilizo en una inducción para promover el bienestar. Así que hay muchas maneras de utilizar los patrones repetitivos: para subrayar un mensaje, para captar la atención del paciente, para reenmarcar en diferentes formas. Cuando vean a un paciente, anoten su estilo de personalidad, su papel social, su patrón de lenguaje repetitivo y la forma en que utiliza el tiempo. Voy a trazar una línea en el pizarrón, que es como una línea de tiempo. El paciente está aquí, en el centro. Si se va al pasado, extremo izquierdo de la línea, y trae el pasado al presente, o sea al centro, ¿qué va a sufrir el paciente? Si ustedes traen al presente un pasado que no puede cambiar, ¿qué van a sufrir? Depresión. Traer al presente un pasado que no se puede cambiar es una estrategia para sufrir depresión. ¿Qué sucede si toman un futuro incierto, extremo derecho de la línea, y lo traen al presente? ¿Qué pueden sufrir haciendo esto? Ansiedad. Esta es una buena estrategia para tener ansiedad. El paciente ansioso dice: "Si..." Va al futuro y trae ese futuro incierto al presente. Es una estrategia para crear ansiedad. El paciente deprimido se va a un pasado imposible de cambiar, lo trae al presente y dice: "¡Dios mío!, ¿por qué las cosas no fueron diferentes?" Estar en el pasado es una estrategia para estar deprimido, no es todo, pero sí una estrategia. Estar en el futuro es una estrategia para estar ansioso, no es todo, pero es una estrategia. ¿Qué sucede si están en su tiempo, el presente? Si están en su tiempo, tienen problemas. Es una estrategia para tener desórdenes de carácter. Si sólo están aquí, ahora, sin una referencia del pasado y sin anticipar el futuro, están en problemas. Las cuatro posiciones en relación con el tiempo son: estar en el pasado, estar en el futuro, estar aquí en este momento y estar a través del tiempo. Si ustedes viven a través del tiempo, con una referencia del pasado, anticipando el futuro, pero en el presente, están bien, dentro de un proceso. Es una mejor estrategia, pero la gente se vuelve adicta a estar en el pasado, aunque no necesariamente esté deprimida. Tengo una tía que vive en el pasado y le encanta contar historias del pasado, que son muy interesantes... la primera vez. Pero ella no está deprimida, porque le encanta contar historias. A mí me deprime escucharla, pero ella no está deprimida, sólo vive instalada en el pasado. Tiene como ochenta años, de modo que es comprensible que sea así. Por lo tanto, el hecho de estar en el pasado no lleva necesariamente a estar deprimido, pero es una parte de la estrategia. Lo que estoy tratando de decirles es ¿cuál es la posición que toma el paciente? Esta posición es un todo completo que estamos tratando de dividir en categorías más manejables. De modo que cuando entra el paciente, ustedes observan su estilo de personalidad, sus patrones de lenguaje redundantes, la forma en que emplea el tiempo. Algunos pacientes son rápidos y otros lentos en su forma de usar el tiempo. Hay muchas posibilidades diferentes. Ustedes tienen que ver cómo emplea el tiempo esa persona. Y saber utilizar esta información. Vamos a cambiar un poco el tema y a hacer un segundo ejercicio, que va a ser un poquito más complicado, porque voy a pedir a los pacientes que representen patrones más difíciles, así que voy a tardar como cinco minutos en darles las instrucciones. Vamos a invertir los papeles y les voy a pedir a los nuevos terapeutas que salgan. No vamos a usar estas tres posiciones (vago, patrón de lenguaje repetitivo y estar en el pasado) sino otras nuevas. (Salen los terapeutas, llama a uno de los asistentes al taller, se le acerca más y más y le dice tartamudeando: "Quiero contarte mi problema, me gustaría mucho entender algunas de las cosas que me molestan, y yo creo, sinceramente, que tú eres una persona que me puedes ayudar. Déjame que te cuente ahora sobre eso ¿de acuerdo?" (Ante la cara de asombro de la otra persona, se ríe y continúa: Bueno, un patrón que quiero que representen es ser intrusivos. Este es un patrón que tienen que representar en forma no verbal. Lo actúan como yo hice con José. Yo estaba sentado aquí, José llegó y él se puso a la distancia que era cómoda para él. En un principio, no me moví, permití que él fijara la distancia, pero apenas lo hizo empecé a moverme, a acercarme, y José empezó a echarse hacia atrás, ya era demasiado. Pero también o de manera alternada, pueden ser intrusivos en formas no verbales y visuales, fijando la atención en el pelo del terapeuta, por ejemplo, o en sus zapatos, o revisándolo de arriba a abajo. Así pueden ser intrusivos de manera no verbal. Este es un patrón analógico. Hay muchos patrones no verbales, estamos eligiendo éste. Pueden ser visual o físicamente intrusivos. El segundo patrón es tener una ausencia obvia. Tal vez podamos también hacerlo en forma no verbal. ¿Qué tal, por ejemplo, si eligen no mover su brazo? Durante toda la entrevista mantienen su brazo derecho paralizado, sin moverlo. Es una posibilidad, otra es manifestar una ausencia obvia de un sentimiento. Por ejemplo, suceda lo que suceda, no expresan rabia. Ese sentimiento está ausente. Pueden elegir cualquier sentimiento: culpa, miedo, dolor y no admitir tenerlo, hacerlo ausente en forma obvia. Ustedes eligen si eliminar algo no verbal o establecer un patrón de un sentimiento ausente. La tercera cosa que van a hacer es una petición interaccional. Van a requerir, a demandar algo en la relación. Esto va a poner a prueba su habilidad como actores. Se trata de pedir al terapeuta que haga algo, por ejemplo, le van a pedir que los mire antes de que ustedes empiecen a hablar; o le van a pedir que hable en voz baja; o le van a pedir que hable más lentamente; o le van a pedir que sea más empático y les haga ver que entiende lo que ustedes sienten. Yo no sé lo que ustedes van a escoger pero le van a pedir a ese terapeuta que haga algo: o hablar despacio, o ser empático, o mirarlos. Le piden algo. Esto es fácil. La cuarta cosa que quiero que hagan es que los actúen en una secuencia, porque si pensamos en estos patrones como estáticos, nos estamos limitando a nosotros mismos, pero si pensamos en ellos como una secuencia que se da a lo largo del tiempo, tenemos la posibilidad de intervenir en ellos. Esta es la secuencia que quiero que ustedes consideren: Uno, en forma sutil, pedir un consejo. Dos, felicitar al terapeuta por el consejo maravilloso. Tres, encontrar un defecto en el consejo y, cuatro, culparse a ustedes mismos y mostrar desesperanza. Vamos a cambiar este último, es mejor culpar a otros que culparse a sí mismos. Culpar a otros y mostrarse sin ninguna esperanza, puede ser mucho más interesante. Por ejemplo, como pacientes le dicen al terapeuta: "Tengo muchos problemas para lograr que mi hija asista a la escuela" y piden un consejo, realmente lo piden y el terapeuta se los da: "¿Ya habló con su maestra?", "¡hablar con la maestra qué idea más fabulosa!, es una idea maravillosa nunca se me hubiera ocurrido", y un poquitito después, agregan: "Espere un momento, mi horario en el trabajo acaba de cambiar y realmente no tengo tiempo para ir a la escuela y hablar con la maestra... ¡Esta situación es ridícula!, no sé qué se puede hacer, no se puede hacer nada". Lo que quiero que traten es de representar esta secuencia dos o tres veces durante la entrevista. No tiene que ser tan rápido como yo lo hice. Hacen el paso uno, hablan de otra cosa, paso dos, hablan de otra cosa, paso tres, hablan de otra cosa y paso cuatro. Lo único que no pueden hacer con este patrón es usar la palabra "pero". Está prohibido. No usen esa palabra porque los terapeutas están muy atentos a la palabra "pero" y podrían descubrir el patrón demasiado rápido. No usen esa palabra, especialmente cuando encuentren el defecto. Esta secuencia, es una secuencia que en realidad trajo un paciente mío. Les repito que cuando toman un problema y lo transforman en proceso, tienen más oportunidades para intervenir. De modo que van a actuar cuatro nuevas categorías, categorías no verbales, ausencias obvias, peticiones interaccionales y una secuencia. Esta vez les voy a dar un poco más de tiempo para actuar su papel de pacientes. Representen cualquier problema, de los niños en la escuela, o su esposa está siempre triste y ustedes no la entienden, o sus padres han sido injustos con ustedes, cualquier problema. Ustedes eligen el problema. Bueno, que la pasen bien haciendo el ejercicio. Alguien pregunta sobre la ausencia obvia. Pongamos por ejemplo que tú muestras una ausencia obvia de compasión. Que te niegas a entender los sentimientos de otras personas. A veces sucede así. Pueden representar ese patrón: el rechazo a entender los sentimientos de otras personas. O el rechazo a ser feliz, que es la ausencia obvia del pensamiento, del sentimiento y del patrón de conducta. Debería estar ahí, pero no está. Esto es muy difícil de detectar, y es muy importante como terapeutas ser suficientemente objetivos para mirar lo que está faltando y debería estar ahí, así como para ver lo que sí está y no funciona bien. ¿Otras preguntas? Respecto a la falla o el defecto del consejo: "No puedo lograr que mi jefe sea razonable", "¿ya fue a la oficina de personal?", "¡La oficina de personal qué gran idea! espere un momento, la gente de personal está siempre del lado del patrón, no están realmente de mi parte. ¡Esta es una situación ridícula! No voy a llegar a nada". Cada paciente tiene que representar los cuatro patrones, no es cosa de escoger uno. Pueden cambiar de problema, manteniendo la secuencia. Una persona que sigue esa secuencia, la usa siempre con diferentes contenidos. ¿Por qué se preocupan por la dificultad? Ustedes son los pacientes y esto es problema de los terapeutas. (Entran los terapeutas). Los terapeutas tienen la misma tarea que en el ejercicio anterior. Los pacientes han sido instruidos para representar una serie de patrones. (Después de realizar el ejercicio). En este caso, para que sea más fácil para los terapeutas, les diré que pedí a los pacientes que representaran cuatro patrones y, entre ellos, hay uno que específicamente es no verbal. Tienen que ponerle nombre a ese patrón no verbal. Otro patrón que tuvo que actuar el paciente fue el de hacer una petición interaccional. Los pacientes tenían que hacer una demanda muy clara a los terapeutas. Todos hacemos peticiones interaccionales. Pedimos una cierta comprensión, o pedimos inteligencia, o pedimos creatividad. Tenemos cosas que requerimos de los demás. Todos hacemos peticiones interaccionales. Actuamos estas peticiones todos los días en nuestras relaciones significativas, por lo tanto, también las hacemos a los terapeutas. Los pacientes piden a los terapeutas que hagan cosas. Estos pacientes del ejercicio tenían que hacer peticiones interaccionales específicas a sus terapeutas. Otro patrón que el paciente tenía que representar era una ausencia obvia. Algo que faltara en su pensamiento, o en su sentimiento o en su conducta y que fuera obvio. Finalmente, se le dio al paciente una secuencia que tenía que actuar. Y esta secuencia era vaga. Vago no es sólo un estilo de personalidad, es una secuencia. Se tiene que seguir una serie de pasos: paso uno, dos, tres, cuatro, para ser vago. También para ser creativo hay que seguir una serie de pasos: uno, dos, tres, cuatro; así que les pedimos a los pacientes que representaran una secuencia de cuatro pasos. A cada paciente se le pidió que actuara estas cuatro posiciones. Estos son cuatro puntos que los terapeutas pueden utilizar para determinar qué valora un paciente, cuáles son los anzuelos que se ha tragado, cuál es la posición que toma. En este caso, ¿cuál era el patrón no verbal? Era ser intrusivo. Groucho Marx tiene una frase para describir este tipo de personas: "Si te acercas un poco más a mi, vas a estar detrás de mi". Este es el patrón de una persona intrusiva. El patrón no verbal se podía representar físicamente, tocando, o visualmente. Petición interaccional. Como dije antes, los pacientes limítrofes son los que hacen más peticiones interaccionales a los terapeutas. Piden tiempo extra, o piden empatía extra, o piden que los terapeutas se porten de alguna manera particular y, sea lo que sea, nunca parecen satisfechos con lo que hace el terapeuta. En este caso, los pacientes tenían que hacer a los terapeutas una petición interaccional: que fueran empáticos, o que hablaran despacio, o que hablaran más fuerte, o que los miraran antes de que ellos hablaran. Les dimos varias opciones entre las cuales tendrían que elegir. Ausencia obvia. Podía ser no verbal, por ejemplo, que el paciente no moviera un miembro. Erickson les decía a sus estudiantes: "Cuando entre un paciente, cuando entre una familia, mírenlos, mírenlos de los pies a la cabeza. Cuando entre un paciente, asegúrense de que tiene dos orejas funcionando, dos ojos funcionando, una boca funcionando, diez dedos en las manos, dos brazos funcionando, dos piernas funcionando, diez dedos de los pies funcionando. Asegúrense de que todo opera bien. Asegúrense de que no hay una ausencia física obvia. Pero también emocionalmente, también conductualmente, y también en su pensamiento". El sistema perceptual humano es un detector de desigualdades. El sistema perceptual humano nota lo que está equivocado o lo que destaca en cualquier campo. Por lo tanto, si hay un campo estable y pasa un avión o un pájaro volando, tienen que notarlo, porque destaca. De la misma manera, en un campo en movimiento, destaca lo que está estable. Si van en un avión dejan de escuchar el ruido porque se vuelve redundante. De la misma manera, si un paciente tiene un patrón redundante, deja de percibirlo. Es difícil notar los patrones porque el sistema de percepción humana está diseñado para percibir la diversidad y no para notar los patrones. El sistema de percepción humana está diseñado para ignorar los patrones. Y es especialmente difícil encontrar ausencias. Por esto, me parece que esta categoría es muy importante y muy valiosa. La secuencia, para aquellos que estudiaron análisis transaccional, se llamaría "el juego de sí, pero". Si ustedes se ponen a pensar, "el juego de sí, pero" es como un papel que se representa. "Si, pero", no es una cosa. De la misma manera que estrechar la mano no es una cosa, es una secuencia de comportamiento. Si piensan en este patrón como en una secuencia, tienen la oportunidad de intervenir en ella. Si transforman un problema en una secuencia, pueden intervenir. Pongamos el caso de una niña anoréxica. La anorexia no es una cosa, es una secuencia. Descubran cómo esa persona "hace" la anorexia, y después introduzcan un pequeño cambio en la secuencia. Este pequeño cambio podría ser, que antes de que ella vaya al baño y se incline en una forma particular, tenga que poner su mano dentro del bolsillo. Es ridículo, pero algunas veces, si hacen un cambio pequeño y ridículo en una secuencia, esto es una intervención sistémica y el patrón cambia. No siempre, porque tiene que ser sistémicamente significativo. Tal vez ustedes tienen una moneda especial que le pueden dar a la paciente para que siempre la lleve consigo y tenga que tocarla antes de realizar cualquier acto de bulimia (vómito). De modo que si encuentran una secuencia, tal vez puedan hacer una pequeña intervención que evite que el patrón continúe en la forma inconsciente de antes. Con cualquier problema, es muy valioso determinar una secuencia. Fumar no es una cosa, es una secuencia, encuentren la secuencia. Agreguen algo, quiten algo, modifiquen la secuencia. Ahora tenemos estas categorías (tres del primer ejercicio y cuatro del segundo). Cuando entre el paciente, pregúntense a ustedes mismos: ¿Qué valora este paciente? Puedo tomar cualquier paciente, cualquier pareja, cualquier sistema y hacer estas siete preguntas. Y si puedo encontrarles respuesta, me ayudarán para intervenir. De modo que cuando entra una pareja, pregúntense estos puntos y respóndanlos para cada una de las personas y para la pareja, para el sistema. No tienen que pensar en las categorías diagnósticas porque van a estar incluidas dentro de esta información. ¿Qué tipo de paciente prefieren tener en su consultorio? ¿El paciente número 1 (del primer ejercicio) que actuó tres papeles o el paciente número 2 (del segundo ejercicio) que representó los otros cuatro? Algunas gentes preferirán uno y otras otro. Esto depende del estilo y las características del terapeuta, pero también tiene que ver con que hay una diferencia entre los dos pacientes. El del primer ejercicio era distinto al del segundo. ¿Cuál era la diferencia entre ellos? El primer paciente estaba uno abajo, el segundo, estaba uno arriba. ¿Cómo se fabrica uno abajo? Si ustedes actúan los papeles que actuó el primer paciente, pueden estar uno abajo. Si representan los otros papeles, pueden estar uno arriba. Es otra forma de demostrar que uno arriba y uno abajo no son cosas sino procesos. Y ustedes tienen que saber cómo, cómo el paciente hace uno arriba y cómo hace uno abajo. Esto completa la sección de cortar a la medida que comprende tanto las categorías diagnósticas como los anzuelos. Si se contestan estas preguntas, van a disponer de una información muy valiosa sobre cómo cortar a la medida la terapia y establecer metas. Hemos estado trabajando sobre el lado izquierdo del diamante. A continuación vamos a centrarnos en cómo envolver para regalo y llevar a cabo el proceso de la terapia. 5. CÓMO ENVOLVER LA SUGESTIÓN PARA REGALO Esta es una parte muy difícil porque abarca muchos puntos. El paciente entra y dice: "Mi problema es la depresión". Después le preguntamos, o mejor aún nos preguntamos a nosotros mismos, sin que sea necesario decirle a él, ¿cómo construye el problema? Si fuera una persona muy especial o tal vez un psicólogo, le podríamos decir: "¿Cómo construyes el problema?", pero en general, si estamos trabajando con alguien menos sofisticado, simplemente pensamos: "¿Cómo fabrica él el problema?" Y encontramos que el paciente construye la depresión siendo intrapunitivo, interno, inactivo, permaneciendo en el pasado, negativo, enfocado. Nos respondemos que el paciente fabrica así la depresión. Ahora queremos pensar cómo la gente, incluido este paciente, construye la felicidad. Construye la felicidad siendo positiva, externa, activa, manteniéndose a través del tiempo. Y estas cuatro cosas son cuatro metas que definimos al entender cómo el paciente fabrica el problema. Vamos a añadir que otra manera de fabricar depresión es ser rígido en mantener el mismo estado de ánimo creyendo que éste no puede cambiar. El paciente deprimido cree: "No puedo ser feliz". Si le demuestran que puede controlar su estado de ánimo, es difícil que se deprima. Digamos que llega el paciente que sufre depresión. Ustedes se imaginan cómo fabrica la depresión y piensan en las metas que pueden generar. Luego toman una de las metas, por ejemplo, ser flexible en el estado de ánimo, y le proponen que lo cambie. El paciente deprimido llega, se sienta frente a ustedes, que le dicen: "¡Alégrate!, mira qué bonito día hace en la Ciudad de México, ¡Sé feliz!" Los pacientes deprimidos se molestan mucho de pagar 80 dólares la hora para que el terapeuta les aconseje: "¡Alégrate!", aunque es un buen consejo. Pero si una sugestión directa no funciona, ¿qué hacen? Una posibilidad es tratar de hacer más sugestiones directas, de modo que la próxima vez que llegue el paciente, le dicen: "¡Esta semana, realmente alégrate!" Y si no funciona, le pueden seguir dando más sugestiones directas: "De veras, en serio, ¡alégrate mucho!" Esto se parece un poco al modelo médico. El paciente entra, se siente ansioso y le dan un tranquilizante. Si sigue ansioso, le dan más tranquilizantes. Más ansioso, más tranquilizantes, hasta que por fin deja de estar ansioso. Si están trabajando con sistemas físicos, las sugestiones directas y más sugestiones directas, funcionan. Si están trabajando con sistemas humanos, las sugestiones directas y más sugestiones directas, no funcionan. Hay una cita de Gregory Bateson que puede aplicarse a esto: "Si pateas una piedra, puedes calcular su trayectoria, su momento, su aceleración, pero si pateas a un perro, es una historia totalmente diferente". No queremos evitar las sugestiones directas que puedan ser necesarias, pero vamos a ver cómo utilizarlas, para que sean lo más poderosas posibles. Podemos aumentar su fuerza cortándolas a la medida. Así que pensamos en las diferentes categorías para saber cómo cortarlas a la medida. Pongamos que tenemos un paciente que es muy interno, modificamos nuestra sugestión para que satisfaga los valores y el estilo de esa persona. Decimos al paciente interno, deprimido: "Ve adentro de ti, y alégrate". A la persona externa, le decimos: "Mira afuera de ti, para ver cómo las otras gentes se dan cuenta cuando tú te alegras", "mira hacia afuera y busca ejemplos de cómo puedes alegrarte". Modificamos la sugestión directa para que vaya con el estilo de cada individuo. Si sabemos que esa persona es un explorador, "explora maneras de alegrarte". Si sabemos que es alguien que se retrae, que toma distancia, "retírate adentro de ti mismo y busca en tu interior distintas maneras de alegrarte". Cortamos a la medida las sugestiones a partir.de las categorías diagnósticas y los valores de ese individuo. Si la persona tiene una frase repetitiva, úsenla: "No sé cómo puedes hacerlo... (frase repetitiva), pero esta semana quiero que te alegres". Modifican la sugestión directa. Si modifican la sugestión directa y la cortan a la medida, Zeig les garantiza que aumentan la eficacia de sus intervenciones y les devuelve el doble de su dinero si no es así. Cortar a la medida incrementa en forma significativa la eficacia de sus intervenciones. Digamos que ustedes son muy listos y elaboran una sugestión directa cortada a la medida, que no funciona. ¿Qué hacen? Tal vez prueban con hipnosis y sugestiones directas. Ponen a la persona en trance y le dicen: "Ahora, quiero que realmente te alegres". Si primero le hacen hipnosis y después las sugestiones directas, el poder de la hipnosis incrementa el poder de las sugestiones directas en aproximadamente un 25%. Las sugestiones directas en trance son 25 % más eficientes que estas sugestiones solas. Ponen a la gente en trance, hacen que levite su mano o que alucine una flor en la pared, para demostrarle que está en un estado diferente y ahí, en ese momento, le hacen la sugestión directa: "¡Alégrate!" Si quieren aumentar su eficacia todavía más, utilicen hipnosis y sugestión directa cortada a la medida de los diferentes estilos de ese individuo. Para una persona intrapunitiva: "Realmente va a ser muy difícil para ti, pero..."; para alguien que es extrapunitivo: "Va a ser muy difícil para todas las gentes a tu alrededor, pero ¡alégrate!". Cortan a la medida la sugestión, una sugestión directa, y la emplean con hipnosis. Prueban una sugestión directa cortada a la medida y no funciona. Y después prueban sugestión directa con hipnosis y tampoco funciona. ¿Qué harían entonces? Sugestión indirecta. Y es en este punto en donde el enfoque ericksoniano puede ser más valioso. Si están bloqueados en un punto, las siguientes técnicas estarán enfocadas a incrementar lo indirecto. Esta es la Segunda Ley de Zeig: la cantidad de indirección que tiene que emplearse es directamente proporcional a la resistencia percibida. Hay toda una lista de intervenciones que aprendemos de la hipnosis y que son maneras de envolver las ideas como regalo. Le puedo decir al paciente: "¡Alégrate!" usando sólo sugestión directa, hipnosis y sugestión directa, reenmarcando, usando directivas, prescripción de síntomas, desplazamientos, orientación hacia el futuro. Puedo usar cualquiera de estas técnicas para envolver como regalo la idea de "Alégrate". Lo primero que yo haría sería usar una sugestión indirecta simple, por ejemplo, una forma de lenguaje llamada "presuposición". Debe haber diez o tal vez quince formas distintas de sugestión indirecta, la presuposición es sólo una de ellas. En este taller, sólo quiero que sepan que hay muchas formas. Si quieren conocerlas, consulten el libro de Erickson y Rossi: Hypnotic Realities (Realidades Hipnóticas) en donde se enlistan diferentes sugestiones indirectas. Pueden consultar también a Bandler y Grinder en: Patterns (Patrones). Watzlawick discute la prescripción del síntoma y cómo se reenmarca. Es una muy buena fuente para estudiar la prescripción del síntoma y la técnica de reenmarque. Podemos utilizar presuposiciones respecto al tiempo, al lugar o al proceso. No quiero extenderme demasiado en este punto, ya que podríamos pasar medio día o un día completo aprendiendo las formas de sugestión indirecta y practicándolas y no es el objetivo de este taller, sino ofrecerles una visión general. Por ejemplo, se vuelven hacia el paciente y le dicen: "Yo no sé cuándo te vas a alegrar". Esto presupone que se va a alegrar, es sólo cuestión de tiempo. "Yo no sé cuándo te vas a alegrar", "tú no sabes cuándo te vas a alegrar", "tu mente consciente no sabe cuándo te vas a alegrar, sólo tu mente inconsciente lo sabe". Todas estas son presuposiciones de tiempo. También pueden hacer presuposiciones de lugar: "Tú no sabes dónde te vas a alegrar", "yo no sé dónde te vas a alegrar", "no podemos predecir todos los lugares en los que vas a descubrirte a ti mismo feliz". Esto presupone que la persona puede cambiar su estado de ánimo, es sólo una cuestión de lugar. Presuposición de Proceso: "Yo no sé cómo te vas a alegrar", "no puedes predecir todas las maneras en que te vas a alegrar", presuponen. Y otra vez, si toman la sugestión indirecta y la cortan a la medida de ese individuo, aumentan su efectividad todavía más. De modo que no es sólo envolver como regalo. Lo que estamos haciendo es envolver como regalo nuestra meta y cortarla a la medida. Podemos tomar cada una de nuestras metas y envolverlas en muchas formas diferentes. ¿Ustedes creen que una simple sugestión indirecta es ya una terapia adecuada? No, muy pocas veces es suficiente, aunque esté bien cortada a la medida y bien envuelta. Pero a veces puede ser que sí hagan terapia con una sola sugestión indirecta. Hay un caso de Erickson que podemos juzgar si fue exitoso o no. Estaba dictando una conferencia a una audiencia de médicos. Uno de ellos, llevó a un jovencito que tenía un problema caracterológico y estaba realizando actuaciones (actings ouf), para que fuera sujeto de una demostración de terapia. El muchacho estaba creando problemas a su comunidad con su mala conducta. Se sentó en el escenario junto a Erickson. Erickson dictaba su conferencia a la audiencia de médicos mientras el muchacho estaba sentado de cara frente a ellos. En ningún momento Erickson hizo ningún tipo de terapia con él. No hizo hipnosis, no hizo ninguna demostración. Sólo dictó su conferencia a la audiencia. Al final de la exposición, justo cuando Erickson ya se iba, miró al muchacho y le dijo: "Realmente yo no sé cómo vas a cambiar tu comportamiento; realmente no sé cómo". La historia termina en que el joven creció y se convirtió en un abogado. No sabemos si fue un caso exitoso o no (se ríe). Por lo tanto, es posible hacer terapia con una sola sugestión indirecta. Pero para mí la sugestión indirecta es como escalar una montaña. Cambiar el estado de ánimo de un paciente deprimido se vive como escalar una montaña. La sugestión indirecta es como dar el primer paso y todas estas técnicas son maneras de dar pasos. Para transmitir la idea "sé flexible en tu estado de ánimo" puedo necesitar sugestión directa, hipnosis, sugestión indirecta, prescripción del síntoma, anécdotas, etc. Después hacen lo mismo con ser positivo, y lo mismo con vivir a través del tiempo, y lo mismo con ser más activo y lo mismo con ser externo. Encuentran diferentes maneras de envolverlas, hasta que el paciente las toma. Otra forma de envolver ideas es ofrecer directivas. Se trata de dar al paciente tareas. Por ejemplo, "esta semana salga de su casa, vaya a un parque y observe a los niños". Con esta tarea, el paciente va a estar rodeado de gente que es flexible, positiva, externa, activa. Lo ponen en una situación en que va a empezar a entender estos comportamientos que son las metas que queremos lograr en él. Una vez más, cortan la tarea a la medida para que vaya con ese individuo. Si no funciona, pueden probar la prescripción del síntoma. Para prescribir el síntoma, le dicen al paciente: "Yo no quiero que estés feliz esta semana". Es una prescripción del síntoma con sugestión indirecta. Implica que la semana siguiente va a ser diferente. "No quiero que estés feliz en la casa". Es una prescripción del síntoma con sugestión indirecta de lugar. "No quiero que descubras formas en que puedes ser feliz", presupone que hay maneras de ser feliz. Son prescripciones del síntoma y al mismo tiempo sugestiones indirectas. La prescripción del síntoma funciona muy bien con pacientes complacientes; con ellos, utilicen la prescripción para obtener control, porque van a obedecer exactamente lo que ustedes les digan. Con pacientes desafiantes, utilicen la prescripción del síntoma para hacerlos salir del problema metiéndolos en una paradoja. El paciente desafiante se rebela contra la tarea y así se cura. Supongamos que emplean la prescripción del síntoma cortada a la medida y tampoco funciona. Pueden entonces tratar con un reenmarque. Y pueden tal vez combinar un reenmarque con prescripción del síntoma y sugestión indirecta. Le dicen al paciente: "Yo no quiero que seas feliz todavía, no quiero que cambies tu estado de ánimo todavía porque tu esposo no puede enfrentar su depresión, y mientras tú permanezcas deprimida, él no tiene que enfrentarse con su propia depresión. Y todavía no está suficientemente fuerte como para hacerlo. Así que tienes que permanecer deprimida hasta que logremos que él se fortalezca". De este modo, la depresión queda reenmarcada. Ya no es una enfermedad sino que sirve al funcionamiento del sistema pareja. Ustedes siguen la trama del diagnóstico, determinan cuál es la función que tiene un problema en el sistema y lo prescriben. Si la depresión es una forma de cuidar a otros miembros de la familia, prescriben la función sistémica de ese problema, la reenmarcan. El reenmarque opera en el nivel de las actitudes. Cambian la actitud de la gente frente a un problema. Lo que antes era negativo, se vuelve positivo. Paul Watzlawick es una fuente importante para aprender sobre la técnica de reenmarque. Pueden consultar su libro Cambio, que está en español (Editorial Herder) y que contiene un excelente capítulo sobre esta técnica y otro capítulo, también excelente, que trata la prescripción del síntoma. Otra técnica sería el desplazamiento. Pueden mover la depresión. La pueden desplazar del resto del cuerpo hasta los pies. Hipnotizan a la persona y le dicen que la depresión se está moviendo hacia los pies. Suena loco pensar en desplazar un problema, pero no es tan ilógico porque de hecho el paciente ya está desplazando el problema. Está, por ejemplo, tomando la ansiedad de la familia y transformándola en depresión dentro de su cuerpo. El paciente está tomando una preocupación y la está desplazando a un dolor de cabeza. Si el paciente desplaza en forma negativa, ustedes pueden desplazar en forma positiva. Orientación al futuro. Ustedes pueden hacer que un paciente se imagine a sí mismo en el futuro y les describa cómo solucionó el problema. Lo hipnotizan haciendo una progresión en el tiempo, para que pueda mirar hacia atrás cómo solucionó el problema. También pueden hacer un ensayo en la fantasía. Hipnotizan a la persona y la hacen ensayar en trance cómo superar esa dificultad de relación, cómo superar esa fobia. La técnica de confusión es otro método para presentar una sugestión. Tienen una meta y crean una confusión, escuchen esto: "Tu mente consciente tiene formas de entender las cosas y tu mente inconsciente tiene formas de entender las cosas, pero el tipo de entendimiento consciente que tu mente inconsciente puede entender, es diferente del tipo de entendimiento inconsciente que tu mente consciente puede entender, pero de vez en cuando hay malentendidos y puedes inconscientemente entender tus malentendidos conscientes mejor de lo que conscientemente puedes entender tus malentendidos inconscientes, pero la clase de los malentendidos inconscientes que no puedes entender conscientemente, son diferentes de la clase de malentendidos inconscientes que puedes conscientemente entender pero tú no puedes realmente entender hasta que... te alegras esta semana". Ya para ese momento, están confundidos, no deprimidos. Si lo hacen demasiado largo, deprimen al paciente. La técnica de confusión es una de las contribuciones más originales de Erickson. El segundo artículo importante sobre está técnica fue escrito por Steven Gilligan y está incluido en su último libro: Therapeutic Trances (Trances terapéuticos). Espero que recuerden en este momento el concepto de utilización. ¿Qué establece el concepto de utilización? La utilización establece que cualquier técnica que use el paciente para ser paciente, puede usarla el terapeuta para ser terapeuta. Esta es la Tercera Ley de Zeig: cualquier técnica que el paciente utilice para ser paciente, puede usarla el terapeuta para ser terapeuta. Si el paciente usa confusión para ser paciente, ustedes pueden usar confusión para ser terapeutas. Si el paciente usa desplazamiento para ser paciente, ustedes pueden usar desplazamiento para ser terapeutas. Si el paciente tartamudea para ser paciente, ustedes pueden tartamudear para ser terapeutas. Esto elimina la necesidad de memorizar una lista de técnicas. No tienen que aprendérselas de memoria, sólo observen al paciente. Sea cual sea la técnica que él utilice para ser paciente, ustedes utilicen la misma técnica para ser terapeutas. Envuelvan como regalo utilizando el estilo del paciente. Tenemos también las metáforas. Tal vez le cuenten al paciente una fantasía, una historia de un venadito que estaba deprimido y cómo el venadito salió de la depresión. O tal vez utilicen la técnica de símbolos y le den al paciente una roca negra diciéndole: "Carga esta roca negra y llévala a todos lados". La roca negra simboliza la depresión. "Y luego haz algo con ella, escóndela, destrúyela". El uso de símbolos en psicoterapia es una técnica muy instructiva. Ordalías (castigos). Jay Haley tiene un libro sobre Terapia de Ordalia (publicado en español por Amorrortu) en donde desarrolla esta técnica que consiste en ofrecer al paciente alternativas peores que el síntoma. Se le da una tarea que para él es mucho más difícil que continuar teniendo el problema. El caso clásico es el de un hombre que tenía insomnio. Erickson lo entrevistó y se dio cuenta de que odiaba encerar el piso de madera de su casa. Le dijo: "Quiero que renuncies a ocho horas de sueño". El hombre respondió: "Eso no me cuesta ningún trabajo porque sólo duermo dos horas". Erickson continuó: "Muy bien, te pones la pijama a las diez de la noche y enceras el piso toda la noche. Eso implica que pierdes dos horas de sueño. La segunda noche haces lo mismo, y así ya perdiste cuatro horas de sueño. La tercera y la cuarta noche lo mismo, lo cual quiere decir que ya perdiste ocho horas de sueño". El hombre cumplió la prescripción. Enceró los pisos durante tres noches completas en pijama, pero la cuarta noche se dijo: "Creo que voy a descansar un ratito antes de continuar encerando el piso" y durmió ocho horas seguidas. De ahí en adelante, tenía una lata de cera para el piso en la sala con la consigna de que si no podía dormir, tenía que levantarse a encerar. El comentario de Erickson sobre este caso era que ese hombre haría cualquier cosa para no tener que encerar el piso durante toda la noche y por eso dormía. Este es un ejemplo de cómo dar una alternativa peor. Si quieren más información, consulten a Haley. Anécdotas. Se trataría de contar series de historias sobre alegrarse. Esta es una técnica muy compleja y una de las favoritas de Erickson. ¿Cómo usar anécdotas para envolver como regalo las sugestiones? Es muy complicado para verlo en este momento, sólo quiero mencionarlo. La técnica de entremezclado fue otra contribución brillante de Erickson. Se trata de hablar en un nivel sobre algo que es común, cotidiano, mientras que en otro nivel están entremezclando sugestiones. El caso más famoso de Erickson con esta técnica es el de Joe y la planta de tomate que se encuentra descrito en el libro Uncomon Therapy (Terapia no convencional). Joe era un hombre que estaba muriendo de cáncer. Erickson entró al cuarto en donde se encontraba y empezó a hablar con él, que era florista, sobre las plantas de tomate. Le dijo: "Joe, querría hablar con usted. Sé que es florista, que cultiva flores; de niño viví en una granja en Wisconsin y me gustaba cultivarlas. Todavía lo hago. Así pues, querría que se sentara en ese sillón mientras le hablo: le diré muchas cosas, pero no le hablaré de flores porque usted sabe más que yo sobre ellas. No es eso lo que usted necesita. Ahora bien, mientras hablo —y puedo hacerlo cómodamente— querría que me escuchara con comodidad. Le hablaré de una planta de tomate, raro tema de conversación que despierta la curiosidad. ¿ Por qué hablar de una planta de tomate ? Uno siembra una semilla de tomate, y puede tener esperanza de que crecerá hasta convertirse en una planta de tomate que nos traerá satisfácción con su fruto. La semilla absorbe agua, lo cual no es muy difícil debido a las lluvias que traen paz, bienestar y la alegría de crecer a flores y tomates. Esa semillita, Joe, se hincha lentamente y emite una raicilla con cilia. Tal vez no sepa qué son las cilias: son cosas que actúan para ayudarle a crecer a la semilla de tomate, a emerger de la tierra en retoño; y usted puede escucharme, Joe, así que seguiré hablando y usted puede seguir escuchando, preguntándose, preguntándose simplemente qué puede aprender en realidad; aquí tiene su lápiz y su anotador, pero, hablando de la planta de tomate, crece tan lentamente... Usted no puede verla crecer, no puede oiría crecer, pero crece: las primeras hojuelas en el tallo, los pelillos diminutos en el pedúnculo. También hay pelillos en las hojas, como las cilias en las raíces: deben hacer que la planta de tomate se sienta muy bien, muy cómoda (si puede concebir a una planta dotada de sensaciones); usted no puede verla crecer, no puede sentirla crecer, pero en el pequeño tallo aparece otra hoja, y luego otra. Quizás, hablando en lenguaje infantil, la planta de tomate se sienta realmente cómoda y tranquila mientras crece. Crece, crece y crece cada día. Es tan reconfortante, Joe, observar el crecimiento de una planta sin verlo ni sentirlo, sabiendo simplemente que todo mejora para esa plantita que suma hoja tras hoja, y luego una rama, y crece cómodamente en todas direcciones...y pronto la planta de tomate tendrá un botón; no importa en qué rama se forma porque pronto habrá diminutos capullos en todas las ramas, en toda la planta. Me pregunto si la planta de tomate puede, Joe, sentir una especie de bienestar, pero sentirlo realmente. Sabe, Joe, una planta es algo maravilloso; es tan lindo, tan agradable poder imaginarla como si fuera un hombre. Una planta así, ¿experimentaría sentimientos agradables, una sensación de bienestar, a medida que comienzan a formarse los pequeños tomates, tan diminutos y sin embargo tan llenos de promesas que despiertan el apetito, las ganas de comer un tomate exquisito, madurado al sol? Es tan agradable no tener el estómago vacío; esa sensación maravillosa del niño sediento que puede querer beber, Joe, ¿es así como se siente la planta de tomate cuando cae la lluvia lavándolo todo, de modo que todos se sienten bien ? Usted sabe, Joe, una planta de tomate sólo da una flor por día, sólo un día por vez. Me gusta pensar que la planta de tomate puede conocer la plenitud del bienestar cada día; sabe usted, Joe, apenas un día por vez para esta planta. Así sucede con todas las plantas de tomate".2 En un nivel Erickson hablaba de las plantas de tomate y en otro nivel entremezclaba sugestiones indirectas. Es difícil llegar a manejar bien el entremezclado, que es una técnica muy poderosa. Tiene que ver con cortar a la medida del paciente y envolver las sugestiones para regalo. Ya tienen los valores del paciente, ya tienen las diferentes técnicas para envolver como regalo. Yo les aconsejo que comiencen a practicarlas. Elijan un problema actual, como dejar de fumar. Divídanlo en un número de pasos para determinar cómo se construye, establezcan las metas para cada etapa. Imagínense cómo cualquier persona hace lo contrario del problema. Después, elijan varias envolturas, córtenlas a la medida y escriban todo. Así, si en algún momento se atoran con ese paciente, pueden revisar lo que escribieron y encontrar ideas muy valiosas para desatorarse. Pensemos que llega a su consultorio un paciente con una fobia y deciden utilizar como intervención principal el desplazamiento. Van a mover la fobia desde el cuerpo del paciente hasta la silla de al lado. Dicen al paciente ya hipnotizado: "...ahora, su fobia se desliza hacia afuera de su cuerpo, hasta la silla de al lado". ¿Qué posibilidades hay de que funcione? Ninguna. Parece un contrasentido, porque eligieron una intervención adecuada y la cortaron a la medida del paciente. Pero no funciona porque este modelo es mucho más que sólo envolver y cortar a la medida. Este modelo requiere entender el proceso, que es lo que vamos a ver a continuación. 6. EL PROCESO DE LA PSICOTERAPIA ERICKSONIANA El proceso de la psicoterapia ericksoniana tiene básicamente tres pasos que son: establecer (set up), intervenir y continuar a través del proceso, hacer un seguimiento. Entre establecer e intervenir, se mueven ustedes con pasos pequeños y después continúan. Son tres etapas. En la primera, establecemos, ponemos las bases. En la segunda, hacemos la intervención principal que consiste en hacer surgir los recursos. En la tercera, tenemos el seguimiento. Voy a hacerles una pregunta tramposa: ¿En cuál de estas tres etapas tiene el terapeuta que hacer más operaciones? En la primera, a la hora de establecer. Cuando estudié a Erickson, estudié cómo establecer el proceso, aprendí cómo Erickson ponía las bases para una intervención y cuánto tiempo invertía en eso, y luego, cómo hacía el seguimiento. Era un verdadero genio en seguir el proceso: establecer, luego intervenir y continuar con el seguimiento. Es un poco como jugar tenis. El diagnóstico de los valores corresponde a pensar en la pelota que se dirige a su cancha. ¿Cómo viene?, ¿en qué dirección y con qué efecto? Este es el patrón que están detectando. Luego está su técnica, hacia dónde van a enviar la pelota en la otra cancha. Si juegan tenis caminando de un lado a otro, no van a llegar a ninguna parte. El poder proviene de cómo establecen, cómo intervienen y cómo llevan a cabo el seguimiento. Ese era el verdadero poder y la genialidad de Erickson. Dentro de un momento vamos a verlo trabajando, vamos a ver cómo emplea un tiempo muy largo en establecer el proceso y no realiza ninguna intervención principal hasta que no hace todas estas cosas de que hemos hablado. Erickson va a ser muy amable y va a seguir todos los principios que Zeig enumeró aquí antes de hacer la intervención principal. Y después va a hacer una gran cantidad de cosas más, el seguimiento. En forma muy general, este es el proceso. Podemos ver el proceso terapéutico a lo largo de una línea de tiempo en la cual nos movemos (Ver Apéndice 1 "Envoltura de regalos y procesamiento", p. 143). Empezamos en un extremo y la intervención principal está más adelante. Antes de llegar a ella, logramos la motivación, empalizamos con el problema, sembramos la intervención principal. En otras palabras, si sabemos lo que vamos a hacer como intervención principal, tenemos que hacer una serie de cosas antes, para prepararla. Pueden, por ejemplo, presentar muy al principio una analogía de la intervención principal. Después se mueven dando pequeños pasos hasta llegar a su intervención, preparándola. Hacen estos pequeños pasos, intervienen y continúan con un seguimiento. Es como una línea de la terapia. Esto crea un evento emocionalmente significativo, un drama alrededor del cual se da el cambio. Lo que hemos visto hasta este momento cubre dos terceras partes del modelo que quiero mostrarles. Ya hablamos acerca de cómo se fijan las metas, cómo cortar a la medida, cómo envolver para regalo y estamos empezando a ver el proceso, es decir, cómo realizar las cosas para tener los máximos efectos terapéuticos. Ahora van a ver algunas de las técnicas que estuvimos discutiendo, así como el proceso de la terapia ericksoniana y van a aprender más sobre las técnicas indirectas. Observarán a Erickson haciendo psicoterapia de la experiencia. No hará metacomentarios directos sobre el proceso del paciente ni sobre su psicología. Más bien va a crear series de experiencias inyuctivas. ¿Qué quiero decir con experiencias inyuctivas? Series de experiencias que tienen mensajes implícitos. El mensaje implícito es: "Viviendo estas experiencias vas a ser diferente". Vamos a entender un poco más acerca de esta comunicación inyuctiva. Gregory Bateson afirmó en los años cincuentas que toda comunicación tiene un contenido y un mandato, que tiene tanto denotación como connotación. Es decir, que la comunicación ofrece información y al mismo tiempo transmite un mensaje acerca de cómo utilizar esta información. Nos dice: "¡Haz algo!" En el nivel del mandato se dice: "¡Haz algo!" Por ejemplo, al mismo tiempo que yo estoy dándoles información en este momento, el mandato es: "¡Aprendan!" Si les cuento un chiste, el mandato es: "¡Diviértanse!" Otros mandatos pueden ser: "¡Sé serio!" o "¡Sé cercano, íntimo!" o cualquiera de un gran número de connotaciones posibles. Bateson estudió el comportamiento animal. Al observar el juego de dos perros se dio cuenta de que había un mensaje en la trama de sus comunicaciones que decía "¡Esto es juego!" o "¡Esto es serio!". Bateson no pudo comprender suficientemente el comportamiento animal como para saber de cuál de estos mensajes se trataba, pero sí pudo observar que había un mandato. Les voy a dar otro ejemplo muy general. En psicoanálisis nos comunicamos y el mandato es: "¡Entiende, comprende!" En la psicoterapia ericksoniana, nos comunicamos y el mandato es: "¡Sé diferente!" La comunicación tiene este mensaje subyacente. Varios años después de Bateson, el analista transaccional Erick Berne propuso que toda comunicación tiene al mismo tiempo un nivel social y un nivel psicológico. Berne afirmó que la salida (outcomé) de una comunicación está determinada en el nivel psicológico. Con esto se refería a las transacciones ulteriores. Berne llamó ulteriores a las transacciones que estaban fuera de la conciencia. Cuando dos personas están hablando, hay un mensaje que se transmite de adulto a adulto. Es el mensaje abierto. Pero al mismo tiempo, hay un mensaje secreto que Berne llamó transacción ulterior que se está dando en una relación de niño a niño. Uno es el nivel social, otro es el nivel psicológico. Berne propuso que la comunicación está determinada por el nivel psicológico, más que por el nivel social. El ejemplo más fácil de entender son los dobles sentidos. Si un muchacho le dice a una muchacha: "Vamos a un lugar adonde podamos estar más cómodos", ustedes saben a qué se refiere. En cada cultura hay una manera de hacer una alusión de este tipo. En Italia se dice: "Ven a ver mi colección de timbres japoneses". Sabemos que el mensaje que se transmite de adulto a adulto tiene muy poco que ver con lo que está realmente sucediendo en el nivel psicológico. Pero esto no se da solamente en los dobles sentidos. En toda comunicación hay un nivel psicológico, y muchos de los problemas que aparecen en terapia familiar surgen porque es muy difícil para el terapeuta entender los mensajes de este nivel. El marido puede decirle a la mujer: "Vamos a cenar" y ella sentirse terriblemente mal porque el significado, en el nivel psicológico, de "vamos a cenar", en esta familia, puede tener una connotación especial y es difícil que el terapeuta entienda el código con que se comunica tal pareja o familia en ese nivel. Otra manera de ver las cosas respecto a esto es la de Noam Chomsky, el gran lingüista. Chomsky propuso que toda comunicación tiene una estructura superficial y una estructura profunda y habló acerca de cómo cuando una estructura superficial se transforma en distintas versiones, todas ellas conducen a la misma estructura profunda. Por ejemplo, si ustedes dicen: "Yo voy a la tienda"o "a la tienda he ido", se supone que la estructura profunda es la misma aunque la estructura superficial haya cambiado. Es una forma un poco diferente de entender las cosas, pero no es tan importante. Paul Watzlawick tiene términos que yo prefiero. El usa las denominaciones "indicativo" e "inyuctivo". Afirma que toda comunicación tiene tanto indicaciones como inyucciones. Las inyucciones son mensajes imperativos que dicen: "¡Haz algo!" En términos muy generales, podemos definir la terapia ericksoniana como la tecnología de la comunicación inyuctiva. Podemos definir a la hipnosis como la ciencia de la comunicación inyuctiva porque en hipnosis aprendemos a oscurecer el nivel indicativo y a enfatizar el inyuctivo. Permítanme darles un ejemplo general. Si ustedes dicen a un paciente hipnotizado: "Levanta tu brazo" y el paciente levanta el brazo, tal vez esté hipnotizado, tal vez no. Lo único que hicieron fue darle una indicación sobre qué hacer y el respondió, pero no sabemos si lo hizo de manera automática o no. Pero si lo que queremos es una respuesta automática, cambiamos un poquito de niveles y hacemos que la indicación sea menos obvia y la inyucción más prominente, usando una forma indirecta de comunicación. Podemos decir al paciente hipnotizado: "Me gustaría que entendieras que tú puedes levantar la mano". Esto provoca confusión porque hay una indicación obvia: quiero que entiendas que puedes levantar la mano. Es una obviedad, un hecho, y hay una inducción: ¡Levanta la mano! Se vuelve un poco confuso y el paciente tiene que destinar energía a responder o a no responder a la inducción. Y pueden hacer la inducción todavía más indirecta. Pueden decir al paciente, usando juegos de palabras, con entremezclados, que es difícil traducir: "Yo quisiera que te des cuenta (en inglés realices, que percibas) de una manera habilidosa (del inglés handy, de hand, mano) que hay una sensación que se eleva que puedes descubrir de una manera derecha (de right, correcto y derecha, haciendo alusión a la mano derecha). El paciente levanta la mano derecha por asociación con estas sugestiones indirectas. Pero si quieren ser todavía más inyuctivos, pueden contar series de historias. Una, por ejemplo, sobre un niñito que quería alcanzar esas galletas allá arriba, en la alacena. Otra más sobre alguien que levanta la mano para preguntar algo en clase. Otra más sobre un nadador. Y de repente, el paciente comienza a levantar su brazo como respuesta a las inyucciones. Esto es hipnosis.1 En el proceso de inducir el trance estamos oscureciendo las indicaciones y cada vez vamos presentando más y más inducciones indirectas para despertar respuestas, para incrementar la capacidad de responder. Yo considero que la comunicación inyuctiva es la llave de la puerta que nos conduce a un inconsciente constructivo. Cuando un paciente está respondiendo a las inyucciones, le está diciendo al terapeuta: "Estoy abierto a ti, puedes influirme, estoy listo para ser influenciado". Y cuando el paciente ya está respondiendo a las inyucciones, el terapeuta presenta las sugestiones, porque el paciente le ha mostrado que quiere responder. Al hacer inducciones de hipnosis, Erickson empezaba diciendo, por ejemplo: "Quiero recordarte algo que pasó hace mucho, mucho tiempo" y continuaba, "la primera vez que aprendiste a escribir las letras del alfabeto fue algo muy difícil... ¿le pusiste un punto a la T y cruzaste la I? ¿cuántas jorobitas hay en una N y en una M? ¿de qué lado del palito pusiste la bolita en la D, en la B, en la P? ... y mientras he estado hablando contigo, tu pulso ha cambiado, tu presión arterial ha cambiado, tu tono muscular ha cambiado". Esta es una inducción hipnótica completa. La primera vez que vi a Erickson hacer esto, pensé que se había equivocado, que no sabía lo que estaba haciendo, que no era hipnosis. Yo creía que hipnosis era cuando le decías a alguien: "Fija tu mirada en este..reloj, tus ojos se están sientiendo con sueño, más y más profundo". Y ahí estaba Erickson contando una historia sobre el aprender a escribir las letras del alfabeto. Gradualmente fui comprendiendo el verdadero sentido de esa comunicación. Veamos las inyucciones que hay en ella. La primera fue: "¡Entra en trance!" Nunca se dijo la palabra hipnosis. Nunca se dijo "¡Entra en trance!", pero Erickson, sentado en su silla, te hablaba y miraba al piso y cambiaba el ritmo de su voz y decía: "Quiero recordarte algo que paso hace mucho, mucho tiempo", y el mensaje en el nivel inyuctivo era: "¡Es momento de entrar en trance!", y esto era comunicado indirectamente por el cambio en su tono de voz, por el cambio en la dirección a la que hablaba. La segunda inyucción fue: "¡Recuerda!", pero la palabra recuerda nunca fue dicha, sólo en términos generales. Erickson decía: "Quiero recordarte algo", pero la inyucción para el paciente era: "¡Recuerda!" La tercera inyucción fue: "¡La hipnosis es fácil!", y fue dicha a través de una comunicación paralela. Erickson dijo: "Aprender a escribir las letras fue una tarea difícil", pero a nosotros no nos importan las letras porque estamos interesados en el proceso hipnótico y el mensaje es "lo que alguna vez fue difícil, ahora es fácil". De manera similar, la hipnosis que puede parecer difícil, de hecho es fácil. La cuarta inyucción fue:" ¡ Confúndete!" Erickson preguntó: "¿Pusiste un punto en la T y cruzaste la I?" Este era un mensaje para confundirse un poquito. La confusión es una técnica muy poderosa para romper el estado consciente y ayudar a que surja el estado de trance. La quinta inyucción fue la más elegante. La quinta inyucción fue: "¡Métete, absórbete en tus recuerdos!" ¿Y cómo se hizo esta inyucción? Erickson dijo: "Quiero recordarte algo que pasó....fue una tarea muy difícil, ¿Pusiste un punto sobre la T...?", y después continuó: "¿Cuántas jorobitas hay en una N y en una M?" Cuando se deslizó del pasado al presente cambió la inyucción desde "¡Recuerda!" hasta "¡Métete, absórbete en tus recuerdos!", simplemente cambiando del presente al pasado y al presente otra vez. La última inyucción: "Tu presión arterial está cambiando, el ritmo de tu pulso está cambiando, tu tono muscular está cambiando". La inyucción fue: "¡Estás respondiendo, mostrando que estás hipnotizado, mostrando una cantidad adecuada de conductas que aparecen en la persona hipnotizada!" Habrán notado que las inyucciones están presentadas entre exclamaciones. Cuando los pacientes llegan con nosotros, nos hablan con exclamaciones. El paciente le dice al terapeuta: "¡Este es mi problema, soy una víctima!". La inyucción que el paciente hace al terapeuta es: "¡Soy víctima!", y el terapeuta tradicionalmente responde al paciente con interrogaciones: "¿Cómo llegaste a ser una víctima?". Ahora bien, si ustedes enfrentan las exclamaciones a las interrogaciones, las exclamaciones casi siempre salen ganando. Las exclamaciones son más poderosas que las interrogaciones. De modo que si el paciente nos está comunicando en el nivel inyuctivo "¡soy víctima!", lo que tenemos que comunicarle en el mismo nivel es "¡eres victorioso!, ¡eres victorioso!, ¡tú puedes lograr esto!" El paciente se dice víctima y que no puede dejar de estar deprimido, le respondemos "¡eres victorioso, puedes hacerlo!" El paciente se dice víctima y que no puede tener buenas relaciones, le respondemos "¡eres victorioso, puedes lograrlo!" Nuestras comunicaciones con él son a través de inyucciones y no a través de inducciones que son mucho menos poderosas. Algo importante que quiero decirles es que el valor de la comunicación no está dado por su complejidad o por su inteligencia sino por la respuesta que provoca. De modo que las inyucciones nos resultan interesantes sólo en la medida en que el paciente responde a 1 este nivel de comunicación. Si ustedes observan videos de Erickson, lo que él hace podría llamarse hipnosis, pero también podríamos decir que está entrenando a los pacientes para responder al nivel inyuctivo de su comunicación. Y lo hace en una forma realmente poética. Durante el taller, el Dr. Zeig mostró un video de Erickson que no vamos a transcribir aquí debido a la confidencialidad del material. Vamos a revisar el proceso de la terapia a través de un texto tomado de Un Seminario Didáctico con Miltón Erickson, que también fue analizado por el Dr. Zeig en esa ocasión. Cuando veamos a Erickson trabajando, dentro de unos momentos, podrán darse cuenta cómo tiene ya hecho el diagnóstico desde el inicio. Es muy distinto a la forma en que yo aprendí en la escuela. A mi me enseñaron que primero tenía que obtener información diagnóstica y hacer muchas cosas antes de continuar. Erickson hacía terapia de una manera muy diferente. En vez de decir: "¡Preparen, apunten, fuego!", decía: "¡Listo, fuego!" y después apuntaba. Y esta idea de "listo, fuego y apunten", proviene de Thomas Peters que escribió acerca de las compañías norteamericanas que eran muy exitosas. Las compañías más exitosas usan el "preparen, fuego y apunten". Cambian su enfoque de acuerdo con la respuesta que tienen. Erickson no recolectaba mucha información diagnóstica porque pensaba que lo importante era trabajar lo más pronto posible. El diagnóstico se iba creando en el proceso, por eso no tenían que empezar haciendo un diagnóstico largo, tardado. Si el paciente llega en reversa y ustedes quieren que meta primera, tienen antes que pasar por neutral. La inducción hipnótica corresponde a pasar a neutral y meter primera se refiere a buscar recursos. El propósito de la intervención principal es hacer surgir recursos. Una vez que han logrado esto ¿qué van a hacer? Todavía no se ha terminado la terapia. Establecieron el escenario y realizaron la intervención principal. Falta el seguimiento. En el seguimiento es necesario dar instrucciones de proceso. Las instrucciones de proceso son una historia, un símbolo o una tarea que le dice al paciente cómo utilizar el recurso que surgió con la intervención principal. Y todo esto, mediante ideas sencillas. Pero cuando Erickson comienza a trabajar en un punto, lo hace tan metódica y dramáticamente que una simple idea cobra vida. Cuando toma estas ideas sencillas, las transforma en inyucciones y desarrolla un proceso, adquieren mucho más fuerza. Yo no creo que se necesiten ideas demasiado profundas. Yo creo que la terapia es una cuestión de sentido común. Pero como terapeutas podemos tener un sentido profundo del proceso, saber cómo establecer el proceso para que las ideas sencillas cobren vida. Para decirles esto vine desde Phoenix hasta la Ciudad de México. Esta es la esencia del taller. Tomen ideas sencillas y establezcan un proceso para que, de manera inyuctiva, cobren vida. Además, yo creo que la van a pasar muy bien haciéndolo. Todo debe ir ubicado dentro de un proceso, aunque no parezca (ver Apéndice 1). A este respecto, les voy a contar una anécdota. Conocí a Cari Whitaker, el gran terapeuta familiar, cuando me encontraba organizando el primer Congreso Ericksoniano. Lo organicé como un regalo para Erickson, pero él murió siete meses antes, así que se hizo en memoria suya. Cuando Erickson murió ya había 750 personas inscritas, de modo que recibió parte del regalo. Gregory Bateson, que era otro de mis oradores principales, también murió, cuatro meses antes de la reunión. Mis dos oradores principales murieron. Llamé a Cari Whitaker y le dije: "Cari, Bateson murió, Erickson murió, ¿quieres ser mi orador principal?", y aunque me respondió "estás loco", accedió a venir porque él amaba a Bateson tanto como yo a Erickson. Le di una copia del Seminario Didáctico que acababa de ser publicado y lo visité antes de la reunión, me dijo: "Ese Erickson tenía algo de hemisferio izquierdo, 2 ¿sabes?, yo ya leí ese libro dos veces y nunca se supo que yo leyera un libro dos veces. Ese Erickson tenía su parte de hemisferio izquierdo". Yo le respondí: "Es imposible, él era una persona radicalmente de hemisferio derecho, muy intuitivo, miraba un poquito esto y luego un poquito lo otro". Whitaker repitió: "¡Tenía hemisferio izquierdo!", y Whitaker tenía razón, Erickson tenía un poquito de hemisferio izquierdo y eso le permitía sembrar ideas, preparar todo antes de la intervención principal, todo lo que hacía antes era porque ya sabía que más adelante iba a contar un relato que evocaría las ideas que antes sembró. Es muy deprimente que haya un mortal que pueda ser tan preciso y tan intuitivo a la vez. Otro punto muy importante que tienen que recordar es utilizar todo lo que el paciente traiga. Si alguien llega con angustia flotante, pueden transformarla en una sensación de flotar. Si le preguntan a otro qué le interesa y responde que nada, pueden referirse a la maravillosa sensación de "nadez". Mañana terminaremos de discutir el proceso y podremos supervisar algunos de sus casos difíciles. Creo que fue suficiente por hoy. Hasta mañana. Al día siguiente. El día de hoy voy a iniciar mi plática con una cita que dice así: "Yo sé que tú crees que entiendes lo que tú crees que dije, pero no estoy seguro de que te des cuenta que lo que escuchaste no es lo que quiero decir" (la repite). Este es un ejemplo de una inducción confusional que fue hecha por el presidente de los Estados Unidos Richard Nixon. Ahora vamos a leer y comentar una parte del Seminario Didáctico para entender el proceso de la terapia. Es el caso de Monday, reportado el día lunes de este seminario. Nos iremos deteniendo para analizar el material. Después de leer la primera parte, haremos un breve diagnóstico de la paciente, ¿qué es lo que valora? y después observaremos las diferentes intervenciones que Erickson utiliza. Permítanme decirles desde ahora que la intervención principal es un desplazamiento. Erickson va a mover la fobia de esta mujer de su cuerpo a la silla de al lado pero antes, para establecer el proceso, va a hacer una serie de intervenciones que se encuentran listadas en la columna central del Apéndice 1 "Envoltura de regalos y procesamiento" (p. 143) Quiero que primero pongan atención al diagnóstico y al iniciar la terapia observaremos las distintas intervenciones que constituyen el proceso para establecer, intervenir con el desplazamiento, y continuar el seguimiento. Cada una de las técnicas de la columna central pueden ser utilizadas ya sea como intervención principal o para establecer el proceso y prepararla. De vez en cuando nos detendremos para hacer comentarios. "Y bien, en 1972 una mujer de 35 años, casada, muy bonita, tocó el timbre, entró y me expuso su caso así: 'Doctor Erickson, tengo fobia a los aviones. Y esta mañana mi jefe me dijo: el jueves debe viajar a Dallas, Texas, y volver el sábado. Y agregó el jefe: o hace el viaje de ida y vuelta, o pierde su empleo. Yo soy programadora de computación —continuó la mujer—, he programado computadoras en todo Estados Unidos. En 1962, hace diez años, el avión en que volaba se estrelló, aunque no sufrió grave daño el aparato ni las personas que íbamos en él. Y en los cinco años siguientes viajé en avión, de Phoenix a Bostón, Nueva York, Nueva Orleans, Dallas, a todas partes. Cada vez que estaba en un avión volando por el aire sentía más y más temor. Hasta que mi temor llegó a ser tan grande que me temblaba todo el cuerpo. (Lo muestra con su cuerpo). Cerraba los ojos, ni siquiera oía lo que me decía mi marido. Mi fobia era tan fuerte que al llegar a mi lugar de trabajo hasta mi vestido estaba empapado de transpiración. Era tan terrible que debía meterme en cama y dormir ocho horas antes de ir a trabajar. Fue así que empecé a trasladarme en tren, en ómnibus, en automóvil. Mi fobia a los aviones es muy peculiar. Al entrar al aparato camino lo más bien, no pasa nada mientras el avión corre por la pista, pero tan pronto alza vuelo empiezo a temblar y me invade el terror. Sin embargo, si hay una escala intermedia, en el mismo momento en que toca tierra me siento muy cómoda. No pasa nada en el recorrido por la pista hasta el aeropuerto ni cuando vuelve a partir. De modo que empecé a recurrir a automóviles, omnibuses y trenes. Hasta que al final mi jefe se cansó de que yo empleara todos mis días de vacaciones, de enfermedad y de ausencias justificadas para hacer esos viajes en tren, automóvil u ómnibus. Esta mañana me dijo: o viaja a Dallas en avión o pierde el empleo. No quiero perder mi empleo, estoy contenta con él"*. ¿Qué sabemos de esta mujer en términos de diagnóstico?, ¿es visual, auditiva o táctil en su descripción? Táctil, no hace una descripción visual. ¿Es amplificadora o reductora? Probablemente amplificadora en su descripción y también, aunque todavía no lo hemos visto, es uno abajo. Ya sabemos suficiente por el momento. Ahora tenemos la primera intervención: "Le dije, pues: 'Y bien, ¿cómo quiere que tratemos su fobia?'*' ¿Qué tipo de intervención es esta?, ¿de qué es esto un ejemplo? "¿Cómo quiere que tratemos su fobia?" Es una sugestión indirecta simple, una presuposición. Presupone que la fobia va a ser tratada. Es una presuposición de proceso. "'Mediante hipnosis', me contestó. 'No sé si usted será un buen sujeto hipnótico', acoté. Ella dijo: 'Estuve en la universidad', 'eso fue hace mucho tiempo', añadí yo. '¿Cómo será ahora?' 'Soy sumamente buena para eso', dijo. 'Tendré que probar', señalé". Este es un ejemplo de otro tipo de intervención. Comunicación paralela para probar su motivación. "¿Cómo quiere que tratemos su fobia?", "con hipnosis", "no sé si usted es un buen sujeto hipnótico", "estuve en la universidad", "¡Tendrá que probarlo!" Está desafiándola para que muestre su motivación a través de una comunicación paralela, no le está preguntando: "¿Está usted motivada para resolver su problema?, ¿está realmente motivada?" Le está diciendo: "¿Está motivada para trabajar con hipnosis?" y ella le demuestra que está realmente motivada para trabajar con hipnosis y al hacerlo, por implicación, le demuestra que está motivada para la terapia. Una de las primeras intervenciones que hay que hacer es redefínir o reenmarcar el problema y proporcionar espectativas claras al paciente de que ese problema va a ser tratado. Una vez que ya estén seguros de que esa persona tiene espectativas positivas, hacen surgir la motivación. ¿Recuerdan que ayer vimos la línea del tiempo de la terapia? Conforme nos vamos moviendo a través de ella, una de las primeras cosas que hay que hacer es comunicar espectativas positivas. Cuando Erickson le pedía a un paciente que levitara su mano, él esperaba que el paciente lo hiciera, realmente creía que podía hacerlo. Si le pedía que tuviera una alucinación, esperaba, creía, que el paciente podía hacerlo. Si le pedía que mostrara control fisiológico sobre su presión arterial, esperaba, creía, que podía hacerlo. Sus espectativas eran 100% a favor de la salud y el bienestar del paciente. No sé cómo transmitirles y enfatizar lo importante que es crear al paciente espectativas positivas. La gente realmente responde. Después de crear espectativas positivas, se evoca la motivación. Recuerden que la motivación es lo más importante. Esto es un patrón común en el trabajo de Erickson: crea espectativas y promueve motivación al mismo tiempo que muestra empatia y acompaña, sigue las experiencias de los pacientes, desde los primeros momentos de la terapia. "Era un buen sujeto hipnótico. La desperté y le dije: 'Usted es un buen sujeto hipnótico. Como no sé de qué manera usted se conduce cuando está en un avión, quiero ponerla en trance hipnótico y que alucine estar en un jet (en inglés suena igual que yet, todavía. Erickson aquí está haciendo un entremezclado. Nota de T. Robles) a diez mil metros'. Fue horrible para mi ver cómo se sacudía hacia arriba y hacia abajo temblando por completo. Y la hice alucinar que el avión aterrizaba". ¿Qué tipo de intervención es ésta? Prescripción del síntoma, ella está viviendo el síntoma en el consultorio. Es una prescripción hipnótica del síntoma. La prescripción se hace en estado de trance. Al producir el síntoma en el consultorio, ella demuestra que tiene control sobre él. Si puede tener control en una dirección, puede tenerlo en otra. Les voy a dar una definición de psicoterapia: la psicoterapia tiene lugar cuando se produce un cambio en un patrón habitual de comportamiento. De modo que si logran que el problema empeore un poquito, están haciendo terapia, ya que eso implica que lo pueden mejorar. Si logran que el problema suceda aquí, están haciendo terapia, porque ya hicieron un pequeño cambio en un patrón habitual. El problema estaba apareciendo allá pero si lo hacen aparecer acá, están haciendo terapia. Se hace terapia siempre que se da un cambio en un patrón habitual de comportamiento. ¿Qué hizo Erickson? Eficazmente, de manera inyuctiva, desplazó el problema del avión al consultorio. Se está moviendo con pequeños pasos, haciendo intervenciones significativas, cambios estratégicos mínimos del problema. De hecho son dos cambios: 1) está demostrando que ella tiene algún tipo de control, ya que puede reproducir el síntoma en el consultorio bajo la dirección de Erickson, y 2) ella desplazó el síntoma del avión al consultorio, lo que implica que si pudo moverlo una vez, puede moverlo dos veces. Esta intervención es una siembra. Está sembrando la idea de movimiento. Si está sembrando movimiento aquí, en este punto, podemos estar seguros de que más tarde la intervención principal tendrá algo que ver con mover el problema. Se inicia aquí un flujo a lo largo del proceso y habrá otras series de pasos que conduzcan hasta el punto en que la intervención principal sea presentada. Todo esto es parte del establecimiento. Después tendremos el seguimiento. "Luego agregué: 'Antes de ayudarla, quiero que entienda algo. Usted es una mujer hermosa, treintañera, y yo soy un hombre. Cierto es que estoy en silla de ruedas, pero usted no sabe hasta dónde llega mi invalidez. Ahora bien, quiero que me prometa que hará cualquier cosa que yo le pida, buena o mala. Y recuerde que usted es una mujer atractiva y yo un hombre cuya invalidez usted desconoce. Quiero su promesa absoluta de que hará todo lo que yo le sugiera, bueno o malo, cualquier cosa que sea'". ¿Qué intervención es esta? Consulten la lista (Apéndice 1, p. 143). Podemos llamarla Ordalía o presentar una alternativa peor. Pero en otro nivel, hay una prescripción emocional del síntoma. Ella viene a verlo porque está asustada y Erickson hace una insinuación sexual. Sus primeras intervenciones no están enfocadas a disminuir su tensión, por el contrario, le demuestra que puede aumentarla. La implicación es que si puede aumentar la tensión, puede disminuirla. Esta intervención es al mismo tiempo lo que yo llamaría un reenmarque: "Antes de que hagamos terapia, quiero que entienda algo". Parece como si esta maniobra no fuera terapéutica, sino un entendimiento al margen. Pero la importancia intrínseca de esta intervención es que la presenta como un reenmarque: "Antes de hacer terapia tienes que entender esto". Y después le pide que le prometa que hará lo que le pida, cualquier cosa, buena o mala. Creo que es más fácil hacer una intervención así con una mujer atractiva si eres un hombre de 75 años y estás en una silla de ruedas. Yo no la haría en mi consultorio. Además el contexto ha cambiado desde entonces y yo creo que una intervención como ésta difícilmente sería aceptada por la ética profesional moderna. Ahora es una época diferente y yo soy una persona distinta. Yo hice una vez una intervención similar con un paciente hombre, pero en general considero que hay que ser muy cuidadoso con este tipo de intervenciones y les recomiendo que lo sean si prueban algo de este estilo. "Ella lo pensó durante unos cinco minutos y luego manifestó: 'Nada que usted pueda pedirme o hacerme sería peor que mi fobia a los aviones'. Yo le dije: 'Ahora que me ha prometido eso, voy a ponerla en un trance y pedirle una promesa semejante'. En trance, me lo prometió de inmediato. La desperté y le recalqué: 'Me lo ha prometido despierta y en trance... me hizo una promesa absoluta'". Esta es una parte muy linda que muestra la actitud mental que Erickson buscaba. Le tomó cinco minutos hacer su promesa en estado consciente, lo que quiere decir que su mente consciente no estaba segura. Entonces él le dijo: "Quiero que me lo prometa en estado de trance". En estado de trance, lo prometió inmediatamente. Esto implica que su mente conciente debía estar un poco desconfiada, pero su mente inconciente decía "sí" inmediatamente. Este pasito extra de no sólo obtener la promesa en estado consciente sino también en estado de trance, agrega mucho poder. Así que ya para este momento, ella estuvo de acuerdo de entrar en trance, mostró un estado de trance, mostró su problema, hizo una promesa, hizo una promesa en trance. Erickson ha establecido situaciones en que ella le ha respondido "sí, sí, sí, sí". Ahora puede presentarle la intervención principal. Pero lo hace sólo hasta después de haber logrado estas situaciones en que responde "sí". En hipnosis llamamos a esta forma de sugestión indirecta la "serie de síes". Creamos en la persona la tendencia a responder "sí" y así continúa, respondiendo sí. Por ejemplo: "Estás interesado en la hipnosis", "sí", "te interesa la terapia ericksoniana", "sí", "te interesan otras formas de terapia", "sí", " y puedes actualizar eso que te interesa asistiendo a la Conferencia La Evolución en Psicoterapia en Annaheim el próximo mes de diciembre", "sí". (Risas). Crean esa tendencia y se mueven con ella. Pasemos a la intervención principal. "Le dije entonces: 'Ahora ya puedo tratarla por su fobia a los aviones. Entre en trance y alucine estar a diez mil metros de altura, en un vuelo horizontal a una velocidad de mil kilómetros por hora'. Temblaba como una hoja, inclinándose y tocándose las rodillas con la frente. 'Y ahora quiero que haga descender el avión, y cuando toque tierra todos sus temores y fobias, su angustia y su tortura endemoniadas se deslizarán fuera de su cuerpo hasta el asiento junto a usted'. Ella alucinó el aterrizaje, despertó del trance y de repente saltó de la silla dando un grito y se fue corriendo hasta la otra punta del cuarto, mientras exclamaba: '¡Están allí, están allí!' (Señala el sillón verde)". En este momento parece que la terapia terminó. Ya se hicieron el establecimiento y la intervención principal. Pero sabemos que la terapia no puede acabar hasta que no se haga un seguimiento adecuado. Ahora vamos a observar el seguimiento, una parte muy importante del proceso. Probablemente Erickson estaba utilizando las palabras de ella: angustia y tortura endemoniadas. Y además de utilizar sus palabras estaba utilizando su proceso, porque cuando el avión aterrizaba, ella se sentía bien. El utilizó ambas cosas: su lenguaje y su proceso y a través de ellas sugirió que la fobia se deslizara de su cuerpo a la silla. De modo que ella sale del trance y dice: "¡Están ahí, están ahí!" Es importante recordar el contexto en que Erickson estaba contando esta historia. La está narrando a un grupo de terapeutas que han venido de todo el mundo para asistir a un seminario. Estas personas se van a sentar en la silla verde, que era en la que Erickson hacía sus demostraciones de hipnosis. De modo que él no está solamente contando una historia interesante sobre un caso de terapia, sino que también está preparando el trabajo de esa semana. Si ustedes fueran los terapeutas que estaban en ese cuarto, pensarían en esa silla. Erickson está hablando de los temores que hay en la silla y como consecuencia el pensamiento que comparten los asistentes al seminario es: "Es estúpido, es ridículo, no hay miedos en esa silla". Esta es una asociación muy constructiva porque a medida que vaya transcurriendo la semana Erickson va a pedir a diferentes gentes que se sienten en la silla y hará demostraciones de hipnosis. De acuerdo con su estilo, Erickson estaba trabajando simultáneamente en distintos niveles. Narraba este caso para sembrar el trabajo futuro con ese grupo, para mostrar un ejemplo interesante de terapia y también tenía alguna relevancia para la persona que, en ese seminario, había sido paciente un poco antes (ver las páginas anteriores en ese libro). Erickson había hecho una demostración de terapia y después contó algunas historias para ayudar a la mujer con la que había hecho la demostración. Es un trabajo en niveles múltiples. "Llamé a mi esposa y le dije: 'Betty, siéntate en esa silla"(señala el mismo sitio), ante lo cual la paciente le advirtió: 'Por favor, señora Erickson, no se siente allí'. Mi esposa siguió encaminándose a la silla, y la paciente se abalanzó y le impidió que se sentase. Entonces le dije a Betty que saliera". ¿Por qué traer a la señora Erickson? Es una intervención posthipnótica. Después del trance lo primero que hace es ratificar los cambios. Con la entrada de la señora Erickson la paciente demuestra que la fobia se desplazó. Lo está demostrando en un escenario social nuevo. Es una verdadera prueba. No sólo se está demostrando a sí misma que su fobia se desplazó, no lo está demostrando nada más al Dr. Erickson, ahora se lo está demostrando también a un extraño. En un nuevo escenario social ratifica que el miedo está ahí. "...Me volví hacia la paciente y le dije: 'Su terapia ha terminado. Que tenga un buen vuelo a Dallas y de vuelta a Phoenix. Llámeme desde el aeropuerto y cuénteme cómo disfrutó los viajes'". Una sugestión posthipnótica después de la intervención de reenmarque. Primero Erickson dijo: "Antes de que la ayude quiero que entienda algo", después desplazó la fobia y dijo: "Su terapia ha terminado". El reenmarque ha terminado. Pero después de terminar el reenmarque, Erickson se vuelve hacia ella y le dice: "Disfrute su viaje a Dallas y de regreso a Phoenix y llámeme del aeropuerto y dígame cómo disfrutó los vuelos". ¿Qué tiene que hacer ella para poder llamarle? Disfrutar los vuelos. Esta es una forma distinta de presuposición en una sugestión posthipnótica. ¿En qué estuvo ella de acuerdo? La paciente prometió hacer todo, cualquier cosa que Erickson le pidiera y lo prometió de manera consciente y de manera inconsciente. Así que después de hacer el reenmarque, se vuelve a ella suavemente y le dice : "¡Disfrútelo!" "Cuando se fue, llamé a mi hija y le pedí que sacara tres fotografías de esa silla (la señala): una sobreexpuesta, una subexpuesta y una con la exposición correcta. Las puse en tres sobres separados, y a la sobreexpuesta le agregué la siguiente leyenda: 'El lugar de descanso eterno de sus fobias, temores, angustias y torturas endemoniadas, tal como se hunde lentamente en el más negro olvido'. A la subexpuesta le agregué: 'El lugar de descanso eterno de sus temores tal como se esfuma por completo en el espacio exterior'. Y a la que tenía la exposipción correcta le escribí: 'El lugar de descanso eterno de sus fobias, temores y angustias'". ¿Qué es esto? El uso posthipnótico de símbolos para representar el problema y para representar la solución. El que se haya tomado tanto tiempo y energía para enviarle estos símbolos muestra la finura y la bondad de este hombre. ¿Se pueden imaginar lo que significa para la paciente que él se tome tanto tiempo extra para hacer esto? Actualmente estoy revisando los archivos de Erickson para extraer su correspondencia a fin de incluirla en el libro que voy a editar. En el archivo de sus pacientes hay un registro de todos sus casos: nombre, dirección, teléfono, ocupación, educación, estado civil, número de hijos, problema. Busqué este caso, fobia, y lo único que había en este archivo eran tres fotos de la silla verde, una sobreexpuesta, una subexpuesta y una adecuadamente expuesta. Erickson guardó duplicados de estas fotos en su archivo. "Le envié las fotografías por correo. Las recibió el miércoles por la mañana, y el sábado me telefoneó excitada desde el aeropuerto. '¡Fue magnífico!', exclamó. 'Fue maravilloso, la más hermosa experiencia de mi vida'". Como ven, era un poquito amplificadora. "Le pregunté: '¿No le molestaría narrarla frente a unos alumnos míos a quienes estoy preparando para sus exámenes de doctorado? "No tengo inconvenientes', respondió. Le pedí que viniera a las ocho. "A esa hora ella y su marido entraron en la casa. Ella rodeó el sillón y fue a sentarse lo más lejos posible de él. Mis alumnos llegaron unos cinco minutos más tarde; uno de ellos hizo el ademán de sentarse allí, a lo cual ella vociferó:' ¡Por favor, por favor, no se siente en ese sillón!'. El alumno respondió: 'Ya me he sentado otras veces allí; es un sillón cómodo y volveré a hacerlo'. La paciente agregó: '¡Por favor, por favor no lo haga!' Mi alumno replicó: 'Bueno, ya me senté otras veces en el piso; así lo haré ahora, si eso la satisface'. Ella le agradeció mucho y pasó a relatarles la historia, incluso mi envío de las fotografías. 'Las llevé conmigo, más o menos como se lleva una pata de conejo o una medalla de San Cristóbal, como un amuleto de buena suerte. Formaron parte de mi equipaje. La primera escala era en El Paso; hasta ahí yo estaba lo más bien, preguntándome en qué momento comenzaría el disturbio aéreo. La parada allí era de veinte minutos. Desembarqué, busqué un lugar tranquilo del aeropuerto y allí entré en trance y me dije: 'El doctor Erickson te ha dicho que lo disfrutes. Debes hacer lo que el doctor Erickson te ha dicho'. Ni siquiera fue necesario que ella estuviera consciente de la promesa. Lo hizo. Eso estuvo muy bien. "Volví al avión y el tramo de El Paso a Dallas fue maravilloso. Al volver de Dallas, volando muy alto, todo lo que se veía abajo era un banco de nubes con espacios vacíos aquí y allá. A través de esos agujeros se divisaba la tierra a lo lejos. Fue un viaje fantástico". Esto prueba que ya superó su problema. Porque esta es la primera referencia visual que hace. Dentro de un momento veremos cómo es una prueba. "Le dije: 'Bien, quisiera que entrara en trance ahora mismo, aquí'. Así lo hizo y añadí: 'Ahora quiero que en trance vaya al aeropuerto de Phoenix, compre un pasaje a San Francisco y goce del panorama durante el viaje allá, en especial el paisaje de las montañas'". Esta técnica se llama Ensayo en la fantasía. Vamos al futuro y ensayamos cómo es estar ya sin el problema. Cuando Erickson menciona las montañas, está sembrando. Trae la idea de las montañas para orientarla hacia la altura. El tema al que se va a referir ahora es la altura. Fíjense qué importante es en la terapia ericksoniana sembrar. El sabía que iba a trabajar con la altura y menciona las montañas. Acabo de escribir un artículo sobre la técnica de sembrar, porque no había nada sobre ella. Se va a publicar en un libro que se llama Terapia Breve. Mitos. Métodos y Metáforas, que estará a la venta a fines de este mes. La editorial es Brunner Mazel. El sembrar es muy importante, podríamos pasar mucho tiempo hablando sobre esta técnica. Por el momento, se las menciono y más tarde podrán consultar el artículo. "Cuando llegue a San Francisco, baje del avión, tome un auto de alquiler y vaya hasta el puente Golden Gate. Estacione el auto, camine hasta la mitad del puente y mire para abajo". Probablemente, aunque Erickson no lo dice, esta mujer empezó a temblar, a estar nuevamente asustada. Y Erickson, tal vez se equivocó y no lo señaló en el texto pero está claro por el resto de la historia que cuando él le dijo esto, ella se asustó. Y cuando ella se asustó, Erickson hizo otra intervención: contarle una anécdota que es una metáfora y que, nuevamente, incluye múltiples niveles, unos dentro de otros. Una historia se incluye dentro de otra historia. La técnica está muy bien descrita por Steven y Carol Lankton en su libro The Anser Within (La respuesta interior). "Le contaré algo sobre la historia de ese puente. Los pilones que lo sostienen tienen doscientos cincuenta metros de alto. Cuando se terminó el puente, uno de los obreros que lo estaban pintando apresó gaviotas con una red de pescar atada al extremo de una larga vara y les pintó la cabeza de rojo. Un día, un cronista emprendedor publicó una nota sobre una nueva especie de gaviotas de cabeza roja. Se llamaba Jake. Todo esto son datos empíricos. "Luego seguí diciéndole a Betty, observe las olas debajo suyo, la espuma que se forma sobre ellas, y las gaviotas. Se interpondrá entonces una niebla y no podrá ver nada más. Vuelva a su automóvil, regrese al aeropuerto y tome el avión a Phoenix, y desde el aeropuerto véngase directamente aquí'. "Muy pronto despertó del trance y dijo a mis alumnos: 'Tengo que contarles sobre mi viaje a San Francisco y sobre ese estúpido de Jake'. Su marido acotó: 'Sabía que eso no iba a gustarle'. Betty era una fanática de la ecología (Se ríe)". Aquí hay algo mal traducido en la versión de español, porque Betty es la señora Erickson. Y esto no tiene nada que ver con ella, está hablando la paciente. "Y cuando terminó de contar la historia, dijo: 'Y me vine directamente desde el aeropuerto. ¡Oh, santo Dios!, hice todo eso en trance. No fui realmente a San Francisco. Estaba en trance, y pensé que había estado allí'. "Le formulé entonces una pregunta importante: '¿Qué otro problema superó usted en su viaje a Dallas?' Respondió: 'Ningún otro problema, sólo mi fobia a los aviones'. Insistí: 'Sí, usted tenía otro problema, un problema muy molesto. No sé durante cuánto tiempo lo ha tenido; ahora lo superó. Pero cuéntele a los estudiantes cuál era ese otro problema'. Ella contestó con franqueza: 'No tenía ningún otro problema. No tengo ningún otro problema'. Le dije: 'Ya sé que ahora no tiene ningún otro problema, pero, ¿cuál fue el otro problema que solucionó en Dallas?' 'Tendrá que decírmelo usted', aseveró. 'No', repliqué, 'sólo le haré una pregunta, y usted sabrá cuál era ese problema". A continuación Erickson pregunta a los asistentes al seminario cuál era su problema. Les dice que tenía tres problemas graves y los desafía a que intuyan cuáles eran. Eran, implica que ya se resolvieron. Esto se convierte en un ejercicio para los estudiantes, una tarea directiva. Está desafiándolos, en ese cuarto, en el Seminario Didáctico, a que piensen flexiblemente. ¿Por qué Erickson sospechó que esta mujer no tenía nada más una fobia a los aviones? ¿Por qué sospechó que el problema era más general y que tenía tres aspectos? Utilizó una técnica para pensar que es muy instructiva. Cuando el paciente entra y dice: "Tengo un problema", pongan atención, piensen ¿de qué es este problema un ejemplo? Esto es parte del diagnóstico que vimos ayer. El problema puede ser un ejemplo, un caso, de una clase más amplia. De modo que tenemos que pensar en dos direcciones distintas. Una es desmenuzar, tomar el problema y dividirlo en pedacitos. La otra es juntar, pensar en el problema y verlo como un ejemplo de algo más. Erickson estaba pensando en esta dirección y se dio cuenta, comprendió que este problema era un ejemplo de algo más. Sabía que había otros aspectos, por eso la hizo hacer ese viaje en la fantasía. Está realizando un seguimiento precioso. En lugar de tomar el problema aislado se está dirigiendo a la clase a la cual pertenece el problema. De esta manera asegura que su seguimiento sea completo. ¿Qué creen ustedes que es? (varias respuestas). Temor al éxito no es... Exactamente, es algo que tiene que ver con el avión y con el puente. Así que piensen qué puede ser o significar. Tal vez es algo simbólico sobre llegar a lugares, o hacer transiciones, tener éxito, puede ser algo más. Sólo podremos saberlo si la entendemos, si entendemos a la paciente. "... (Erickson) (mueve la cabeza en señal negativa, y añade:): Le dije: 'Usted tenía otro problema que logró corregir. ¿Cuál era? Le haré una pregunta sencilla: ¿Qué fue lo primero que usted hizo en Dallas?' Ella contestó: '¡Oh, eso! Fui a ese edificio de cuarenta pisos y subí en el ascensor desde la planta baja hasta arriba de todo'. Volví a preguntar: '¿Cómo solía usted subir en ascensor?' Contestó: 'Subía hasta el segundo piso, me bajaba y tomaba otro ascensor hasta el tercero, me bajaba y tomaba otro hasta el quinto; así todo el tiempo, de uno o dos pisos por vez. Estoy tan acostumbrada que nunca lo consideré un problema'... (alguien pregunta) '¿Temor a las alturas?'. (Erickson mueve la cabeza en señal negativa). Ella dijo: 'Puedo subirme al avión y sentirme lo más bien mientras corre por la pista, pero tan pronto alza vuelo empiezo con mi temblor fóbico'. Ella tenía miedo de los espacios cerrados que no tienen un apoyo visible. Un avión es un espacio cerrado sin un apoyo visible, lo mismo un ascensor. "Le dije: 'Ahora bien, ¿cuál era su otro problema?'Respondió: 'No sé de ningún otro problema, pero si usted lo dice debo tenerlo'. Insistí: 'Por cierto que tiene otro problema que ahora se solucionó. Cuando usted no viajaba en avión, lo hacía en automóvil, ómnibus y ferrocarril. En los trenes no tenía perturbaciones. ¿Qué pasaba cuando iba en auto o en ómnibus y tenían que atravesar un largo puente colgante?' '¡Oh, eso!', dijo ella. 'Solía tenderme en el piso, cerraba los ojos y temblaba. Tenía que preguntar a algún extraño: '¿Ya cruzó el puente?' Mis alumnos sabían que yo estaba enterado de eso porque le hice hacer ese viaje hipnótico a San Francisco y que caminara por el puente. "Y ahora mi paciente vive a bordo de aviones. Ella y su marido se van de vacaciones a Australia y vuelan por todo el territorio. Viaja regularmente a Roma, a Londres, a París. Y no le gusta quedarse en los hoteles; prefiere dormir y comer a bordo de un avión. Y todavía conserva esas tres fotografías, y sigue teniendo miedo de ese sillón. (Señala el sillón y se ríe)". Una de las cosas que Erickson hizo con esta paciente fue una desensibilización sistemática. En la terapia de desensibilización que realizan los conductistas, se aparean tensión y relajación, más tensión, más relajación, tensión, relajación, hasta que el problema se extingue con la relajación. Lo que hizo Erickson fue utilizar emociones diferentes en lugar de la relajación, para extinguir la fobia. La puso tensa. Le contó esa historia sobre las gaviotas con la cabeza pintada de rojo y la hizo enojarse. La rabia bloqueó el miedo. Así que más que usar relajación, utilizó lo que ella valoraba. Como valoraba la ecología, le contó una historia sobre alguien que estaba dañando la ecología. Se enojó y bloqueó la fobia. Erickson pensaba que lo único que se tenía que hacer con una persona con este problema era ponerla en una situación fóbica y luego demostrarle que podía vivirla sin sentimientos negativos. Después de eso, ya no necesitan hacer más terapia. Hay una parte más sobre este caso en el mismo seminario. Erickson vuelve a él el miércoles: ...la paciente con la fobia a los aviones... Yo no tengo por qué creer todo lo que alguien me cuenta; no lo creo hasta que comprendo sus palabras... Cuando me refirió su fobia y me dijo que podía caminar dentro del aparato y que no sentía molestias hasta que despegaba, pero tan pronto lo hacía le venía la fobia, pude comprender que lo que ella tenía no era fobia a los aviones. Tenía una fobia a los espacios cerrados en que otra persona era la responsable de su vida, una persona extraña... el piloto. Tuve que esperar hasta comprender sus palabras. Le hice prometer que haría cualquier cosa, buena o mala, que yo le pidiera. Puse mucho cuidado en obtener esa promesa porque así ella volvía a poner su vida en manos de un piloto extraño. Le dije entonces: 'Disfrute su viaje a Dallas. Disfrute su viaje de retorno, y luego cuénteme cuánto lo disfrutó'. Ella no sabía que estaba cumpliendo su promesa, pero así era. Yo sabía cuál era la intención que perseguía al pedirle esa promesa, pero ella no. Y le dije con toda amabilidad: 'Disfrute el viaje de ida y vuelta allí'. Ella me había prometido hacer cualquier cosa que le pidiera. No se dio cuenta de que yo le había pedido eso. (Sonríe)". Tenía miedo a los espacios cerrados en donde no tuviera una referencia visual, así que cuando pudo mirar hacia abajo y ver la nubes, eso constituyó una prueba de que el problema estaba solucionado, porque se encontraba en un espacio cerrado, con un piloto extraño y pudo mirar hacia abajo. Creo que este seminario es un buen resumen. El problema es que entender estos principios es algo muy diferente a ser capaces de utilizarlos. Para mí, aunque los entiendo, entiendo, por ejemplo, qué es la utilización, buscar una referencia experiencial, dividir el problema, encontrar a qué clase de problemas pertenece, desarrollar lo que el paciente trae, no los puedo usar tan bien como los explico, pero espero que con otros diecisiete años de práctica habré desarrollado una mayor elegancia en mis habilidades para utilizarlos. 7. SUPERVISIÓN DE CASOS. Durante las últimas horas del Seminario, el Dr. Zeig supervisó cinco casos para ilustrar cómo podían trabajarse con el enfoque ericksoniano. A continuación transcribo tres de ellos ya que dos se eliminaron por razones de confidencialidad. Primero presento cada uno de los problemas, y después el diálogo de los terapeutas con el Dr. Zeig. Caso número 1 Terapeuta 1. Se trata de una mujer casada, de cuarenta y cinco años, que llega a consulta y me dice que desde hace veinte sufre depresiones y diferentes fobias: al agua, a las alturas, a la gente, a los gatos y claustrofobia. Tiene, además, muy mala relación con una hija con conductas esquizoides. Su otro hijo presenta problemas escolares. Ella es la octava de una familia de diez. Está confundida. Su memoria es muy mala, tanto para los hechos recientes como para los lejanos. No puede seguir una línea de pensamiento. Brinca de un tema a otro. Su afectividad es aplanada, aunque a veces se muestra irritable, sobre todo cuando habla de sus suegros y de su hija. Llega vestida con elegancia, bien arreglada, comentando que se maquilla más cuando se siente más mal. A lo largo de las distintas sesiones hay varios temas que se repiten: 1) proviene de una familia muy grande donde los papas son muy distantes, 2) sus suegros son absorbentes y no le dan a su esposo su lugar porque la suegra prefiere al segundo de sus hijos y 3) la actitud de su hija es la causa de todos los problemas en la familia. Comenta cosas que sucedieron en el pasado como si acabaran de ocurrir, particularmente cuando se refiere a hechos con los suegros. Por ejemplo, me cuenta que éstos molestan constantemente a su marido hablandole por teléfono; sin embargo, yo sé que desde hace tres semanas no están en la ciudad. Cuando regresaron, hace dos días, llamaron a su hijo sólo una vez. No obstante, ella había como si lo estuvieran haciendo todo el tiempo. Su tarjeta de presentación es: "Mi marido y yo nos llevamos muy bien, no tenemos ningún probletna". Pero en una entrevista con los dos juntos me doy cuenta de que no pueden ponerse de acuerdo en nada. Después de una sesión con toda la familia y una sesión de pareja en la cual les propongo terapia familiar, ella me habla por teléfono para decirme que lo que quiere es terapia individual. Con frecuencia me habla al consultorio para preguntarme cualquier cosa, por ejemplo, que si puede ir a un viaje, o para decirme que se siente muy mal. Sobre su familia de origen puedo decir que el padre era una persona muy relacionada con la política. Cuando era niña, tuvieron que cambiar de casa varias veces para que no localizaran al padre. Era una familia adinerada, con muchos sirvientes y nanas, y la mamá no atendía a los hijos personalmente. Ella dice que no recuerda si alguna vez su papá o su mamá le hicieron algún cariño. Tiene amnesia de su vida anterior a los dieciocho años. No puede recordar nada antes de esta edad. Dr. Zeig Yo quisiera pedirte que hagas algo muy difícil: que definas una meta, sea la que sea. Puede ser incluso que la definas primero y después la rechaces, pero de no hacerlo, te vas a encontrar representando el papel de su madre buena, sólo apoyándola, sin hacer terapia. Tal vez está tan mal que sí necesita a alguien de afuera que le haga de padre-madre por un tiempo pero es indispensable que mientras tanto ella crezca y cambie. Una meta que yo me pondría sería trabajar con la función parental que vivió en forma tan deficiente. En ese sistema (personal y familiar) no hay un buen parentaje. Estaba pensando qué era lo que faltaba ahí. Lo que faltó fue un buen parentaje. Ella está haciendo un esfuerzo desesperado por atraer a la terapeuta para que le haga de padre y madre. Es un caso muy difícil porque tienes que cumplir esta función en forma permisiva y protectora, pero al mismo tiempo potente, para que no te conviertas en una especie de pila que se conecta al sistema y que tarde o temprano acaba por descargarse. Necesitas ayudarla a desarrollar su propio alternador. En los coches hay un alternador que recarga la batería. Al escucharte me puse a pensar: ¿A qué se parece el problema? Se parece a un coche sin alternador. La energía se gasta y no regresa al sistema para ser utilizada de nuevo. Otra manera de verlo es que esta persona se hubiera quedado congelada en el tiempo. La gente que ha sufrido abuso sexual, muy a menudo queda congelada en el tiempo. Se queda en un nivel regresivo y no madura. Ella está funcionando un poco como una niña, no está madurando. Esto nos lleva de nuevo a la necesidad de realizar con ella la función de parentaje. ¿Cómo puede llegar a ser su propia madre? ¿Cómo puedes animarla a adquirir la capacidad de ser su propia madre, su propio padre? ¿Cómo puedes construir situaciones en las que pueda funcionar como una madre poderosa, permisiva y protectora, para que de esta manera internalice el papel de madre de ella misma? De otra manera te conviertes en una pila que sólo puede darle energía durante un tiempo, sin que ella aprenda a ser su propia madre. Tal vez, si es complaciente, yo usaría directivas y le pediría que hiciera cosas lindas para ella, para otras personas o para causas humanistas. Esto la haría aprender el papel de madre. Si es más bien desafiante, le puedes prohibir que haga tareas maternales en una semana. Puedes decirle que ya hizo bastante durante su vida para ella misma y para los demás y que esta semana se tome unas vacaciones. La meta sería construir una madre interna que funcione de manera natural, espontánea. Yo pienso que este caso requerirá terapia por un buen tiempo. ¿Piensas que esta meta es apropiada para ella? Terapeuta 1. Creo que sí. ¿Usted piensa que sería conveniente hacer una regresión y que en algún momento temprano de su infancia apareciera ella como su propia madre buena, firme y cariñosa? ¿Usted considera que esta persona soportaría una regresión o es muy enferma para aguantarla? Dr. Zeig. Creo que puedes hacer la regresión en dos formas diferentes. Una, a partir de la presuposición de que esta mujer fue traumatizada, abusada, tal vez incluso víctima de abuso sexual. Si así fuera, en el momento en que ocurrió el trauma se habría instalado una represión que produjo amnesia de ese período. Las personas que presentan este tipo de amnesia y olvidos, frecuentemente han sufrido traumas en el pasado. Sin embargo, algunas veces el olvido aparece por ansiedad que impide tener acceso a la información. Podría ser cualquiera de las dos opciones. Si se debe a un trauma, puedes hacer la regresión y tratar el trauma como si fuera una infección. La terapia tendría como meta romper la represión y producir la catarsis y elaboración de ese trauma pasado para liberar ese viejo dolor. Esta es una técnica directa de hipnosis clásica: regresar a la persona hasta el momento en que se produjo el dolor, por ejemplo, a través de la amnesia. Le dicen al paciente: "¿Cómo se siente olvidar?" Y la persona contesta: "Es verde". Es una asociación loca, pero no importa. Entonces continúan: "Mira tu vida como una línea enfrente de ti y fíjate en los lugares en que está ese color verde... y me gustaría que empezaras a ir hacia atrás en el tiempo y te detuvieras en algunos de esos lugares verdes y me digas cómo son... y después, puedes continuar hacia atrás y mirar si hay ahí alguna situación traumática que fue reprimida y en dónde apareció la amnesia". Si esa persona continúa repitiendo ese patrón de amnesia es porque tal vez le ocurrió algo cuando era niña, lo borró, y así se convirtió en una repetición compulsiva: cada vez que está tensionada, olvida. Otra posibilidad para hacer una regresión es utilizar una técnica como la que Erickson usó en "El hombre de febrero". ¿Conocen este caso? Es uno de los más famosos e incluso hay un libro dedicado a él.1 Esta técnica está descrita en Terapia no convencional de Jay Haley (publicada en español por Amorrortu). Se trata de una recreación, con hipnosis, de la infancia de esa persona en la que Erickson se transformó en el hombre de febrero. Regresó a la paciente a diferentes momentos de su infancia en donde el hombre de febrero entraba y realizaba con ella la función de padre. De esta manera, reconstruyó su historia. En programación neurolinguística trabajan transformando la historia personal. Esta sería la segunda opción para hacer una regresión con ella. Incluso, tal vez puedes hacer todo al mismo tiempo: le das directivas que la lleven a internalizar una madre-padre fuerte; regresiones dirigidas también a desarrollar una madrepadre interna, fuerte; y otra regresión para descubrir el trauma. Esto último hay que hacerlo con cuidado, puede ser muy confusionante. Yo prefiero no usarlo excepto cuando es inevitable. Una vez tuve que hacer una regresión así en un paciente con personalidad múltiple, para romper la barrera de amnesia que tenía. Terapeuta 1. ¿Piensas que las fobias están también conectadas con situaciones traumáticas olvidadas? Dr. Zeig. Bueno, ella está produciendo una gran cantidad de ansiedad ligada a distintos objetos. Tal vez pueda necesitar una intervención médica para ayudarla a disminuir su ansiedad. ¿Está tomando actualmente algún medicamento? Terapeuta 1. Sí, toma antidepresivos y ansiolíticos. Además tiene la presión arterial baja, el azúcar desnivelada y necesita cafeína en pastillas por la mañana para poder despertar. Dr. Zeig. No está cuidándose bien, se está presionando de muchas maneras, no es una madre que se nutra a sí misma. Podrías utilizar la ansiedad que acompaña a las fobias como puerta de entrada para trabajar con ellas y al mismo tiempo hacer algo de hipnosis para disminuir el exceso de ansiedad. Esto, ya sea en forma directa o indirecta, utilizando símbolos o cualquiera de las otras técnicas de que hablamos. Puede ser un buen punto de partida. Por otra parte, un poco de ansiedad es buena. Es el motor que hace funcionar la terapia. Si no hay un mínimo de ansiedad, no se puede hacer terapia. Es muy difícil trabajar con pacientes narcisistas o que toman drogas porque no tienen un monto de ansiedad suficiente para querer cambiar. Otra intervención podría ser establecer una escala de cien puntos y pedirle que la utilice para monitorear su nivel de ansiedad. Después de un rato de hacerlo, puedes pedirle disminuir la ansiedad cinco puntos. Dile que no se trata de curar la ansiedad sino sólo hacerla disminuir cinco puntos. La meta es hacer nada más un pequeño cambio en el nivel de ansiedad. Caso número 2 Terapeuta 2. Se trata de una pareja que pide terapia. El que llama es el marido, dice que es urgente y llegan los dos. Ella tiene 35 años, él 39. El es contador público y ella se dedica al hogar. Tienen una buena apariencia. Se presentan en forma muy desenvuelta, sobre todo el esposo. Después de preguntarles cuál es su problema, él contesta con una gran sonrisa que su mujer lo engaña desde hace cinco años; que él se enteró hace apenas seis meses y quisiera tratar de salvar el matrimonio. Cuando les pregunto cómo se llevan, ambos responden que muy bien, que tienen un matrimonio muy bien avenido: se llevan bien con los hijos y no tienen ningún problema. A mi me extraña mucho, me llama la atención, la actitud de él que hace un poco de alarde de la situación. Me dice que le gustaría que su esposa le contara toda su aventura pero que ella es muy reservada y no quiere decirle nada. El conoce el nombre y todos los datos del amante, porque eran amigos, salian juntos como parejas. Agrega que está ansioso de que ella le pida perdón, pero como es muy reservada, tampoco quiere hacerlo. Me dan la impresión de ser una pareja evitadora de conflictos y que él es muy controlador. El comenta que su esposa es muy guapa y le agrada que llame la atención de los hombres. Ella mantiene más bien una actitud de reserva pero no parece sentirse culpable. No hay ansiedad, no hay culpa, no sé cómo abordarlos. Dr. Zeig. Mi primera idea fue mandarlos a pasear en coche aproximadamente durante una hora. En la primera parte del paseo, el esposo deberá manejar el carro y la esposa sentarse junto a él, adelante. Cuando lleguen a un tercio del camino que van a recorrer, cambian de asiento. Los siguientes veinte minutos la esposa se sentará adelante y manejará y el marido se sentará en el asiento de atrás y le hará toda clase de preguntas, que ella no va a contestar. Ella va a manejar este tramo en forma un poco atravancada, sin que llegue a ser peligroso, pero sí cometiendo algunas ilegalidades. Por ejemplo, no hacer caso de algunos señalamientos de tránsito. El, mientras tanto, le va a preguntar sobre su aventura pero ella no va a contestarle. Veinte minutos más tarde, se van a detener para decidir quién maneja durante el último tramo. Después, vendrán a sesión y te contarán qué es lo que decidieron. Esta es una forma de simbolizar el problema. Se trata de definir quién está controlando la relación, puesto que no lo han decidido. Si ella está actuando mal, no está siendo confrontada. Si quieren una pareja abierta en donde cada uno tenga relaciones con otros, no hay problema. Tal vez de acuerdo con tus valores creas que están equivocados y que la mujer no debería hacer esto, pero yo los dejaría tomar sus propias decisiones éticas, sobre qué está bien y qué está mal para ellos, sin imponerles mis creencias. Yo no tengo experiencia con parejas abiertas pero me imagino que es posible que funcionen, si deciden que está bien. Estoy un poco confundido sin saber bien cuál es el problema. ¿El problema es que ella no habla y no le cuenta los detalles? Tal vez haya alguna otra historia en esta pareja. Quizás él haya salido también con otra persona y no puede decirlo, porque si lo hace se genera un conflicto y él ya no se va a sentir con derecho a confrontar a su esposa por su mal comportamiento anterior. Pero sea lo que sea, ella se encuentra ahora en el asiento del conductor, por eso les daría esta tarea simbólica y dejaría que regresaran con su solución simbólica. Si tú piensas que él se ha portado mal en los últimos tiempos, puedes pedirle también que en sus veinte minutos cometa algunas irregularidades. Que tal vez maneje muy, muy lentamente o lo que tú puedas simbolizar como su participación en la relación. Terapeuta 2. Yo he pensado que en el fondo hay un problema de control, de definir quién controla la relación, y por otro lado quizás haya un problema de falta de potencia sexual de él, no abierto. Dr. Zeig. La tarea simbólica que te estoy sugiriendo cubre las dos posibilidades. La tarea se usa como capote de torero. El torero hace un pase y observa en qué dirección se mueve el toro. Si tú les das esa tarea simbólica como un pase taurino, podrás ver en qué dirección se mueven y estarás lista para continuar. Pero yo no los dejaría hablar de la tarea ni analizarla, se los prohibiría. Les diría que vinieran la siguiente sesión para que cada uno me diera su propia visión sobre ella. Caso número 3 Terapeuta 3. Se trata de un ejecutivo de cuarenta y un años que tiene un puesto muy importante en una compañía y el motivo de consulta es impotencia selectiva. Está en su segundo matrimonio. El primero fracasó por la misma razón. No puede tener relaciones sexuales con su esposa, pero las tiene en aventuras casuales. La meta es que pueda tener una vida sexual sana. Dr. Zeig. Este hombre probablemente no tiene ningún problema físico ya que puede tener estas aventuras, de modo que una posibilidad es reenmarcar su problema. Decirle que su deseo por su esposa es tan grande que lo paraliza y que sólo poco a poco podrá ser capaz de sobreponerse a la parálisis que le causa este deseo y disminuirlo hasta que le permita funcionar correctamente. Después podríamos jugar con el efecto ideomotor. Este consiste en estimular el pensamiento, construir una realidad adentro, que eventualmente se extenderá a un comportamiento adecuado, positivo. Tal vez, si estuviéramos en Italia, sabría yo como hacerlo. ¿Sabes que Italia está llena de obeliscos que los romanos trajeron de Egipto? Yo mandaría al paciente a dar una vuelta y observar algunos de los obeliscos y le diría que saliera a verlos y a observarlos desde diferentes ángulos y se preguntara ¿cómo fueron construidos? ¿cómo esta gente de la antigüedad pudo construir algo tan recto, alto y que se ha mantenido parado tanto tiempo? Podrías hacer lo mismo mandándolo a observar postes de teléfono o pirámides. También es importante trabajar la función simbólica del problema. ¿Qué logra el problema en el sistema? Tal vez evitar que él y su mujer se acerquen demasiado o quizás haya algún temor respecto al embarazo. No sé, pero me interesaría conocer el punto de vista tanto de él como de la mujer acerca de esta función. Por otra parte, existen técnicas de terapia sexual muy directivas aplicables a problemas como éste y el índice de éxito que tienen con ellas tanto Master y Johnsons como Helen Singer Kaplan, es muy alto. Puedes consultar la literatura sobre prescripción del síntoma y, por ejemplo, durante una semana, prohibirles tener todo tipo de actividad sexual. La siguiente semana les prescribes que se toquen, que se acaricien todo el cuerpo excepto los genitales. La tercera semana, les pides que se acaricien también los genitales pero sin realizar el coito. Les prohíbes consumar la relación sexual aunque él tenga erección. Terapeuta 3. El problema es que él no permite que ella lo toque. No se puede hacer ningún tipo de juegos porque en cuanto ella se acerca o lo toca, él se siente electrocutado por una corriente eléctrica muy fuerte, que lo paraliza. Dr. Zeig. Otra manera de pensar simbólicamente es mandarlo a que sea incompetente. Mandarlo a hacer cosas malhechas. Por ejemplo, si no sabe nada de música, le puedes decir que tome clases de música y sea incompetente. Si no sabe nada de fútbol, lo puedes mandar a jugar fútbol y que lo haga mal. Se trata de construir situaciones en que pueda ser incompetente y aún así mantenerse equilibrado. Luego le puedes hablar de cuando fue a clases de música y lo hizo mal, pero de todas maneras se detuvo parado, firme, y de cuando salió y pateó la bola de manera pésima, pero se mantuvo parado. Si la angustia anticipatoria es importante, puedes hacer este tipo de prescripciones o incluso una intervención paradójica directa, por ejemplo, que se imagine teniendo relaciones sexuales con su esposa y haciéndolo pésimo, teniendo la peor relación sexual posible. Que se imagine tirando todo alrededor, que cuando se quita la ropa, se cae al piso y se tuerce el brazo, que tiene la eyaculación más precoz posible y que hace todo en forma realmente desastrosa. De esta manera, estás usando el sentido del humor para romper la ansiedad anticipatoria. Esta sería una intervención paradójica "a la Víctor Frankl" en donde continúas prescribiendo la incompetencia sexual hasta que logres que él se ría y entonces utilizas el humor como técnica para cortar la ansiedad anticipatoria. -Antes de terminar quisiera contarles dos casos que Erickson me supervisó. El primero era un hombre que vino a verme con fobia de contaminarse. Creía que si había polvo blanco sobre cualquier cosa, era para envenenarlo. Una vez aterrorizó a su familia porque vio polvo blanco sobre la televisión y nunca más la volvió a tocar. Desarrolló una fobia hacia cualquier cosa en donde hubiera visto polvo blanco. Por ejemplo, nunca se acercaría a un pizarrón o a un borrador, porque sabía que estaba contaminado con veneno. Obtuve una historia concreta y detallada de este caso, la escribí y se la llevé a Erickson quien me lo había referido. Le describí al paciente, le dije todo lo que estaba pasando con él, con mucho detalle, y luego esperé la maravillosa supervisión de Erickson. El me dijo: "Mándalo a Canadá, mejor aún, mándalo al norte de Canadá". Yo estaba impactado, pensé que iba a tener una supervisión muy importante. Erickson agregó que ese hombre era potencialmente peligroso porque podía ponerse violento si creía que alguien estaba poniendo el polvo blanco intencionalmente, para matarlo. Y éste fue el único consejo que Erickson me dio. Tuve que decidir por mi mismo lo que iba a hacer. Le di terapia en hipnosis y le dije que su problema estaba consolidado y que tendría que seguir la terapia religiosamente. Le dije que él tendría que traspasar su problema y que se daría cuenta de que lo estaba haciendo, de que lo habría logrado, cuando de repente se encontrara caminando alrededor de un objeto de los que antes creía que estaba contaminado y que tal vez incluso ya había tocado. Entonces sabría que la terapia estaba funcionando. Tuve otro caso que supervisé con Erickson, un hombre esquizofrénico. De nuevo le llevé todo su historial, lleno de detalles y le pedí que me supervisara. El me preguntó: "¿Este hombre sabe tocar música?" Contesté: "Sí, toca el piano". "Bueno, si toca piano, yo le diría que se aprendiera una canción que tuviera un tono mal. Si la canción empieza en Sí, que la toque en La. Que toque la canción desplazándose una nota". Esa fue toda la supervisión que me dio para este caso. Aprender a tocar la canción en la misma clave pero con una nota desplazada. Yo he meditado mucho sobre estos casos. Parten de un principio muy lindo. Si ustedes tienen a alguien portándose locamente, lo enseñan a tocar la canción desplazando una nota, porque para hacerlo, por implicación, tiene que aprenderla antes correctamente. Respecto a enviar al hombre con fobia de polvo blanco a Canadá. Como yo vivo en un desierto, ni siquiera le encontré el humor a esta intervención. ¿Qué hay en Canadá? Pues nieve, nieve blanca. Yo estaba tan impactado por la intervención de Erickson que ni siquiera entendí lo que me había querido decir. Si este hombre se fuera al norte de Canadá, quedaría inmediatamente insensibilizado al problema porque estar rodeado de nieve blanca lo llevaría a sentirse confortable rodeado de polvo blanco. Rodeado de nieve, el hombre empezaría a darse cuenta de lo ridículo de su problema. Bueno, hemos terminado. Quiero agradecer que viniera a compartir con ustedes y a infectarlos un poquito con el espíritu de la psicoterapia ericksoniana. Quiero pedirles que cuando pasen frente a un restaurant Mac Donalds no piensen en la idea de la terapia de la experiencia, eviten lo más posible pensar en no metacomunicar sino en crear experiencias.