esporas deben hacerse como los otros cultivos, para acercarse en lo posible a las condiciones naturales. Las esporas se sembrarán en la tierra o en un papel de filtro bien lavado, que se coloca sobre la tierra muy húmeda de un tiesto. Cuando la Hepática que se examine esté seca, como las procedentes de un herbario, hay que escoger un tallo o fronde y ablandarlo antes de proceder a ulterior examen. Felizmente, la mayoría de las Hepáticas recobran su forma y turgescencia al cabo de un corto tiempo de haberlas humedecido: unas muy rápidamente, como las Frullanias; otras al cabo de unas horas, como las Marchantiáceas. El agua caliente abrevia el tiempo que se necesita para que adquieran turgescencia. Hay Hepáticas resistentes que pueden someterse muchas veces al reblandecimiento por el agua; otras, en cambio, una vez muertas, ya no adquieren nunca la turgescencia de las plantas vivas. En este último caso se encuentran las de células de paredes delgadas, como las Fossombronias, Anthoceros, etc. La facultad de empaparse en agua depende en gran parte del procedimiento y del tiempo de desecación : si se han dejado secar espontáneamente, sin ejercer presión • y sin que se hubieran macerado las plantas, la mayoría pueden volver a humedecerse una vez; pero si el ejemplar se ha traumatizado o macerado o lleva años seco, ya es difícil que puedan servir para un examen fructífero. Aun hay un procedimiento que suele dar resultado en estos casos, y consiste en sumergir la planta en agua caliente y someter después a la acción del ácido láctico caliente el corte o la parte de la Hepática que se quiera examinar al microscopio, para lo cual basta colocarla sobre un portaobjetos con una o dos gotas de ácido láctico y calentar ligeramente la preparación. Si aun así no adquiriesen turgescencia las células, suelen recobrarla pasando otra vez el tejido del ácido láctico al agua. Hay que tener cuidado de no ejercer la menor presión con el cubreobjetos, porque los tejidos así tratados se deforman con facilidad. La conservación de las Hepáticas en herbarios es cosa fácil en la mayoría de los casos, porque no es necesario envenenarlas ni tomar grandes precauciones para que no se enmohezcan los ejemplares secos. Esto último no ocurre más que en los climas muy húmedos y en los ejemplares que tienen un soporte de madera vieja. El herbario de Hepáticas más científico es el formado por céspedes desecados espontáneamente y conservados en cajas de cartón,.