El encuentro del cristianismo con el mundo clásico

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El encuentro del cristianismo con el mundo clásico.
“Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y
seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los
confines de la tierra.”1
El dar a conocer el cristianismo como una religión verdadera no fue
tarea sencilla para los discípulos de Jesús: tuvieron que transmitir su
mensaje a varias culturas al mismo tiempo.
Hechos de los Apóstoles narra de una manera concreta las aventuras
reales de aquellos hombres, de aquellos primeros cristianos, al
intentar dar a conocer al Bien supremo. A mi parecer San Lucas
escribe hechos como un (con todo respeto) “cuento para niños”, como
una novela de aventuras, para poder expresar así toda la gama de
emociones que experimentó al vivir esos años de evangelización, y no
para exagerar los hechos ocurridos.
Puedo aventurarme a decir que Hechos es un libro con un altísimo
grado de veracidad, porque el autor, en un momento cúspide de la
narración, deja a un lado el objetivismo de hablar en tercera persona
(ellos hicieron... ellos lograron...) para permitirse decir “nosotros...” y
hacer clara su presencia física en esos acontecimientos...
El presente documento lo divido en tres partes para poder dar una
explicación más sencilla del encuentro del cristianismo con las culturas
clásicas. La primera sección trata del acercamiento de los cristianos a
los paganos, acercamiento que les enseñará cómo deben tener las
puertas abiertas a todos los hombres. La segunda sección se la dedico
al encuentro de Pablo con los griegos, principalmente con los
atenienses. Y la tercera y última (y por el tiempo en que sucedieron los
hechos allí mencionados, la más importante) aborda el encuentro del
cristianismo con la cultura romana.
Esta división más que ser una división por temas busca ser un
desglosamiento de hechos que expliquen de manera concisa ese
encuentro de culturas, encuentro que produjo tal ebullición religiosa
que aún resuena en nuestros días.
1
Hechos de los Apóstoles; 1:8
El cristianismo y el paganismo, choque de tres culturas.
Sí, parece que el título no tiene coherencia en lo que dice: solamente
se mencionan al cristianismo y al paganismo y hace alusión a tres
culturas. Pues bien no fue error ni broma, simplemente es una mera
forma de querer resumir lo que a continuación expongo.
Estaba Pedro en la ciudad de Joppe y en éxtasis “vio una visión”: “Una
cosa así como un lienzo, atado por las cuatro puntas, que bajaba del
cielo y llegó hasta él. Lo miró atentamente y vio en él los cuadrúpedos
de la tierra, las bestias, los reptiles, y las aves del cielo. Oyó también
una voz que le decía: ‘Pedro, levántate, sacrifica y come.’ Y respondió:
‘De ninguna manera, Señor, pues jamás entró en mi boca nada
profano ni impuro.’ Le dijo por segunda vez la voz venida del cielo: ‘Lo
que Dios ha purificado no lo llames tú profano’. Esto se repitió hasta
tres veces; y al fin fue retirado todo de nuevo al cielo.”2
En aquella época estaba muy mal visto que un judío se acercara a un
extranjero, a un pagano, a un gentil.
El que los apóstoles hayan bautizado a gentiles creó un alboroto
dentro y fuera de las comunidades cristianas. Para los judíos eso era
inaceptable (incluso por su ley); para los cristianos era extraño, pues
aún tenían su cultura judía, “diluida” por la nueva creencia mesiánica,
pero presente; y para los gentiles era algo nuevo verse aceptados por
gente judía.
Este choque de culturas fue un impulsor de la evangelización, pues los
gentiles fueron la base del crecimiento cristiano.
Así como hoy en día las clases sociales que están apartadas de la
“sociedad normal” reaccionan efusivamente cuando alguien las
atiende, así fue la reacción de los gentiles cuando los misioneros
judío-cristianos dieron la espalda (no completamente) a la clase alta
(judíos) y se dirigieron hacia ellos.
2
CFR. Hechos; 11:5-11
“Al oír esto [Te he puesto como luz de los gentiles...] los gentiles se
alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor (...) y la
Palabra del Señor se difundía por toda la región.”3
Aunque la comparación es mala puedo decir que lo que ocurrió es lo
mismo que sucede hoy en día con los indígenas de nuestro país: se
sienten alejados de la cultura nacional y apenas llega alguien que les
dice que los entiende, que se siente como ellos, que... que... que...
ellos reaccionan y lo siguen ciegamente. La pequeña diferencia es que
aquellos proponían amarse los unos a los otros, y estos proponen
matarse “por nuestros derechos” (!) los unos a los otros.
Pablo en Atenas.
Pablo dedicó su vida cristiana a proclamar la palabra a lo largo y
ancho del mundo conocido. En una de sus misiones llegó a Atenas,
cuna de una falsa filosofía (San Lucas, me parece, quiere hacer ver
que la vida intelectual de los atenienses no es más que un
pasatiempo, pues se muestran desdeñosos a La Verdad).
Este encuentro es importante porque muestra cómo el cristianismo
empieza a separarse de las antiguas culturas.
Al principio del libro de Hechos Pedro da un discurse en el que se nota
una clara culturización griega:
“Vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos; a
éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades...”4
Pedro no menciona la resucitación antes de llegar a “los goces del
cielo” o a los “sufrimientos del fuego eterno” mencionados por Jesús,
su maestro. No, menciona el bien conocido lugar grecolatino para los
muertos: el Hades.
Ahora, después de unos años, Pablo habla ante el Areópago en
Atenas y expone una percepción nueva de Dios para los griegos,
percepción que no es bien tomada, pero que le da una personalidad
propia a la naciente y creciente Iglesia.
3
4
CFR. Idem 13:47-50
Idem 2:23-25
“Atenienses, veo que vosotros sois (...) los más respetuosos de la
divinidad. Pues al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados,
he encontrado también un altar (...) Al Dios desconocido. Pues bien, lo
que adoráis sin conocer, eso os vengo yo a anunciar. El Dios que hizo
el mundo y todo lo que hay en él(...) No debemos pensar que la
divinidad sea algo semejante al oro, la plata o la piedra, modelados
por el arte y el ingenio humano...”5
Pablo les propone a aquellos que alguna vez propusieron en el pasado
una nueva religión que da su garantía “al resucitarlo a [Jesús]de entre
los muertos.”6
Esta propuesta hizo que los griegos rechazaran de primera mano a la
religión, pero Pablo, conciente de la importancia de trascender en ese
ámbito cultural, no dejó que muriera la comunidad cristiana griega, aún
en prisión les escribió vibrantes epístolas.
El cristianismo llega a la capital del mundo.
Si hoy en día tuviéramos la misión de anunciar al mundo una noticia
de gran importancia haríamos lo posible por mencionarla en una
conferencia en la Casa Blanca o en Naciones Unidas; sí, en el camino
iríamos difundiéndola, pero la meta sería aquella.
Bueno, lo mismo tenía en mente Pablo.
En su época la frase “Todos los caminos llevan a Roma” era más que
metáfora. Esta ciudad atraía como un imán gigante a los líderes,
pensadores y comerciantes del imperio, quien quisiera ser reconocido
debía haber pisado Roma.
Pablo llegó (encadenado) a Roma y allí pudo dar sus discursos a
gente muy importante y selecta, ganando así un nuevo territorio en la
pacífica lucha por la expansión del cristianismo.
Al haber logrado predicar en Roma, Pablo consiguió que la semilla del
cristianismo se sembrara en el campo fértil del imperio cultural del
momento. ¿Qué mayor logro que influir en el influyente?
5
6
Idem 17:22-30
Idem 17:31
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