salidas transitorias - Defensoría de Casación

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Defensor’a de Casaci—n
Prov. de Bs. As
SALIDAS TRAN SITO RIAS:
PLENARIO 3419
LAS RESOLUCIONES QUE DENIEGAN SALIDAS TRANSITORIAS NO
RESULTAN EQUIPARABLES A SENTENCIA DEFINITIVA A LOS EFECTOS DE
RECUROS DE CASACION (art. 450, C.P.P.).
Co n f. Ac u erd o Plen ario d el 23/11/00 en c au s a c aratu lad a " SAEZ, M ig u el An g el
s /rec u rso d e Cas ac i— n " .
SALA TERCERA:
Desde que las resoluciones que deniegan salidas transitorias
no son
equiparables a la sentencia definitiva (argumento del art. 450 del CPP y doctrina
SOHQDULDVHQWDGDHQ³6DH]´HOUHFXUVRHVLQDGPLVLEOH
Conforme Sala Tercera, sentencia del 10/04/2003 en causa 11.511: Cornelim,
Williams Richard s/ Recurso de Casaci—n (reg. 157/03)
EXCEPCION:
SALA PRIMERA:
GARANTIA DE LA DOBLE INSTANCIA:
El recurso resulta admisible. Digo esto al margen de la jurisprudencia
plenaria de este Tribunal que implicar’a el rechazo por improcedencia, toda vez
que habiendo actuado en la especie la C‡mara de Apelaci—n y garant’as como
instancia œnica, la aplicaci—n de la doctrina sentada en causa 3419 con mi
fundada disidencia, se tornar’a contraria a expresas disposiciones de la Ley
fundamental de 1994 (art. 75 inc. 22, por remisi—n a la Convenci—n Americana de
Derechos Humanos.
Co n f. Sala Prim era, s en ten cia d el 12/06/01 en cau s a 756: Paz, Clau d io Fab ’an s8
Rec u rs o d e Cas ac i— n (p o r m ayo r’a Dres . Pio m b o y Sal L larg u Žs, en d isid en c ia Dr.
Natiello . En el m is m o s en tid o en c au s a 657 d e J u n io d e 2001: L am i, HŽc to r Ad o lfo s /
Rec u rs o d e Cas ac i— n y c au sa 2270 d e Ju n io d e 2001: Galv ‡n , Ad ri‡n An ib al s/
Rec u rs o d e Cas ac i— n .
DERECHO DE IGUALDAD:
(VWDEOHFH HO 3OHQDULR HQ FDXVD 6iH] 0LJXHO ÈQJHOODV
resoluciones que deniegan salidas transitorias no resultan equiparables a
VHQWHQFLDGHILQLWLYDDORVHIHFWRVGHOUHFXUVRGHFDVDFLyQ´WDOUHVROXWRULRLPSOLFD
lisa y llanamente la violaci—n de la garant’a de igualdad ante la ley cuando del
debido proceso toda vez, cualquier recurso planteado por la defensa, parte
naturalmente interesada en la obtenci—n de beneficio, deber’a ser declarado
LQDGPLVLEOH VLQ PiV PLHQWUDV TXH ±VL TXLHQ VH DJUDYLD HV HO UHSUHVHQWDQWH GHO
Ministerio Pœblico Fiscal por la concesi—n del mismo,- no ver’a su derecho
conculcado por aplicaci—n de tal doctrina.
Una segunda raz—n deriva en la violaci—n, en el caso, de la garant’a
procesal de la doble instancia...
Co n f. Sala Prim era, p o r m ayo r’a (Dres . Sal L larg u Žs y Pio m b o , en d is id en cia Dr.
Natiello ), s en ten cia d el 25/04/02 cau s a 3992: Per’n , M arc elo Dan iel s / Recu rso d e
Cas ac i— n (reg is tro 170/02)
GRAVEDAD INSTITUCIONAL:
Defensor’a de Casaci—n
Prov. de Bs. As
En el caso planteado se percibe un liso y llano alzamiento contra la
autoridad de los fallos de este Tribunal, habida cuenta que Žste tiene decidido
que corresponde aplicar en territorio provincial el instituto de las salidas
transitorias, previsto por el art. 16 de la ley 24.660 (sent. del 14/9/99, en causa 50,
"Araya Godoy"). Y esto configura situaci—n de gravedad institucional segœn
reiterados precedentes de esta Sala (s en t. d el 30/12/98 en c au s a 124, " P‡ez" ; ’d em
d el 11/3/98 en c au s a 174, " B lan c o " ; ’d em d el 16/7/99 en c au s a 488, " Prad o "). O sea
que el inmovilismo de este Tribunal significar’a lesionar la letra y el esp’ritu del
art. 4 de la ley 11.982, que fija los fines primordiales de este sede judicial.
S a l a I: C a u s a 2 8 8 0 : " L e a l , R a m — n E u s t a q u i o S / R e c u r s o d e C a s a c i — n " ,
s e n t e n c i a d e l 2 9 /0 5 /2 0 0 1 (R e g i s t r o d e s e n t e n c i a 1 9 5 /2 0 0 1 )
PROXIMIDAD DEL EGRESO
Consecuentemente, si un instituto como la libertad asistida, permite un
plazo de seis meses previos al tŽrmino de los dos tercios (cuando de penas
mayores de tres a–os de prisi—n o reclusi—n se trate conforme por el art. 13 del
C.P.) cabe entender, en principio y siempre sujetos a los tŽrminos en que el
OHJLVODGRUKDXVDGRHQODOH\1žTXHFXDQGRVHKDEODGHODSUR[LPLGDG
del egreso" tanto en el art. 146 como en el art. 160, se est‡ haciendo referencia y
ante la falta de fijaci—n de plazo espec’fico alguno, al propio tŽrmino establecido
en el art. 104 de la misma ley, cuando regula el instituto de la libertad asistida.
Esto quiere decir entonces que para la operatividad de las salidas
transitorias o de las salidas a prueba deber n darse las condiciones exigidas tanto
en el art. 146 como en el art. 160 con m s las del art. 100 todos ellos de la ley
provincial en an‡lisis.
De esta forma, con lo hasta aqu’ dicho, surge que la propia ley 1ž
proporciona suficientes par metros interpretativos respecto del plazo que en
principio cabe tener en cuenta a los efectos de predicar la "proximidad del
egreso".
Sin embargo, en esta inteligencia, lo que estar’amos practicando en forma
indirecta ser’a la asimilaci—n de las salidas transitorias o a prueba con la libertad
asistida, institutos todos ellos perfectamente diferenciados por el legislador
provincial. Y dicha diferenciaci—n emerge claramente del texto de las normas
transcriptas supra de las que se desprende que la raz—n de ser de la libertad
asistida es una cuesti—n pura y exclusivamente temporal que de cumplirse,
sumado al resto de los requisitos establecidos en la ley, otorga al condenado la
posibilidad del egreso anticipado y su reintegro al medio libre mientras que las
salidas transitorias o a prueba atienden a razones familiares, sociales o de
trabajo, lo que las tornan m s restringidas o acotadas.
Sin embargo, no queda en principio, muy claro quŽ debe entenderse por
salida transitoria.
$HVWHUHVSHFWRFUHRGHEHDSOLFDUVHORSUHFHSWXDGRSRUODOH\QDFLRQDO1ž
24.660 de ejecuci—n de la pena privativa de la libertad, en sus arts. 16 y 17.
$V£HODUWGHGLFKDOH\HVWDEOHFH TXH ODV VDOLGDV WUDQVLWRULDV SXHGHQ
ser, en cuanto al tiempo, de hasta 12 horas, de hasta 24 horas y en casos
excepcionales de hasta 72 horas. Evidentemente, mucho m s restringidas que la
libertad asistida. A su vez, en cuanto al motivo, el mismo art’culo 16 suma a las
razones familiares y sociales, otras de ’ndole educativo y participativas de
programas espec’ficos de prelibertad ante la inminencia del egreso por libertad
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nivel de confianza que se adopte, el mismo art. 16 establece que se otorgar ora
acompa–ado por un empleado que en ningœn caso ir uniformado, ora confiado a
la tuici—n de un familiar o persona responsable ora bajo palabra de honor.
3RUVXSDUWHHODUWGHODOH\1žHVWDEOHFHORVUHTXLVLWRVSDUDOD
FRQFHVLyQ GH ODV VDOLGDV WUDQVLWRULDV R OD LQFRUSRUDFLyQ DO UÃJLPHQ GH OD
semilibertad que en lo que a los tiempos m’nimos de ejecuci—n se refiere,
demanda: la mitad de la condena en las penas temporales sin la accesoria del
art. 52 del C—digo Penal; quince a–os, en las penas perpetuas sin la accesoria
del art. 52 del C—digo Penal y 3 a–os en los casos de la accesoria del art. 52 del
C—digo fondal una vez cumplida la pena.
Consecuentemente, de lo dicho se infiere que si hacemos jugar
DUPyQLFDPHQWHORVDUWV\GHODOH\1žFRQORVDUWV\
GHODOH\1žWHQHPRVTXHODSULPHUDQRVEULQGDHOSLVRHOPtQLPRHQHO
que debe encontrarse la ejecuci—n penal para poder comenzar a operar el
instituto de la salida transitoria mientras que los art. 146 y el 160 de la segunda
nos brindan el m‡ximo, el techo, donde la posibilidad se transforma, como bien
dice el legislador provincial en un deber ("debiŽndose facilitar") ante la proximidad
del egreso. Ya se ha afirmado, que esta proximidad debe entenderse como el
plazo de seis meses previos al cumplimiento del tŽrmino -en las mayores a tres
a–os de reclusi—n o prisi—n- de las dos terceras partes de la condena, para que
opere la libertad condicional.
Es decir que si como en la sub lite, un recurrente, como Per’n, es
condenado a la pena de prisi—n perpetua, podr‡ reciŽn comenzar a gozar del
beneficio de las salidas transitorias una vez cumplidos los quince a–os de su
FRQGHQDFIUDUWGHODOH\1ž\VHOHGHEHUGLVSRQHUWDOEHQHILFLRFIU
DUWV\GHODOH\1žDSDUWLUGHORVDxRV\PHVHVGHVX
condena, es decir seis meses antes de operarse el plazo para la concesi—n de la
libertad condicional (que ser’a de 20 a–os de prisi—n conforme el art. 13 del C.P.)
pues tal ser’a el plazo en que el imputado se encontrar’a pr—ximo al egreso por
encontrarse habilitado para obtener la libertad asistida.
Co n f. Sala Prim era, p o r m ayo r’a (Dres . Sal L larg u Žs y Pio m b o , en d is id en cia Dr.
Natiello ), s en ten cia d el 25/04/02 cau s a 3992: Per’n , M arc elo Dan iel s / Recu rso d e
Cas ac i— n (reg is tro 170/02)
Consecuentemente, de lo dicho se infiere que si hacemos jugar
DUPyQLFDPHQWHORVDUWV\GHODOH\1žFRQORVDUWV\GHOD
OH\ 1ž WHQHPRVTXH OD SULPHUD GH ODV QRPEUDGDV QRV EULQGD HO SLVR HO
m’nimo, en el que debe encontrarse la ejecuci—n penal para poder comenzar a
operar el instituto de la salida transitoria mientras que el art. 146 de la segunda
ley enlistada nos brinda el m‡ximo, el techo, donde la posibilidad se transforma,
como bien dice el legislador provincial en un deber ("debiŽndose facilitar") ante la
proximidad del egreso, proximidad Žsta que debe entenderse como el plazo de
seis meses previos al cumplimiento del plazo -en las mayores a tres a–os de
reclusi—n o prisi—n de las dos terceras partes de la condena, para que opere la
libertad condicional.
Es decir que si como en la sub lite, un recurrente, como Q.A, es
condenado a la pena de veintid—s a–os de prisi—n, podr‡ reciŽn comenzar a
gozar del beneficio de las salidas transitorias, una vez cumplidos los once a–os
GHVXFRQGHQDFIUDUWGHODOH\1ž\VHOHGHEHU facilitar tal beneficio
FIUDUWV\GHODOH\1žDSDUWLUGHORVDxRV\PHVHVGHVX
condena, es decir seis meses antes de operarse el plazo para la concesi—n de la
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libertad condicional (que ser’a de 14 a–os y seis meses de prisi—n conforme el
art. 13 del C.P.) pues tal ser’a el plazo en que el imputado se encontrar’a pr—ximo
al egreso por encontrarse habilitado para obtener la libertad asistida.
Ahora, si bien es cierto que el recurrente por su declaraci—n de primera
reincidencia no puede obtener la libertad condicional, nada de ello impide la
obtenci—n de la salida transitoria, instituto Žste harto diferente, tal como se ha
expuesto supra, tanto m s si se tiene en cuenta que lleva a la fecha detenido m s
de quince a–os y medio reales, y cuenta con informes favorables como para que
puedan Žstas serle concedidas. Es decir que, desde el punto de vista
cronol—gico, el interno Q. A est‡ m s que pr—ximo al egreso previsto por la norma
GHODUWGHODOH\1ž
Sin embargo, todo lo dicho hasta el momento apunta a lo que considero
una correcta interpretaci—n de la "proximidad al egreso" desde el punto de vista
cronol—gico o temporal y ello por cuanto se trata de una interpretaci—n
sistem‡tica, pero a la vez, dicha proximidad reconoce un extremo teleol—gico
vinculado con la finalidad de la pena o si se quiere inherente a la propia privaci—n
de la libertad cual es el cumplimiento del propio fin de la pena declarado en la ley
de ejecuci—n.
En efecto, todo condenado tambiŽn se encuentra pr—ximo al egreso, si
durante el cumplimiento de su condena cumple el fin declarado en la propia leyes
de ejecuci—n penal o, lo que es lo mismo, el fin de la pena. Es decir que si un
imputado se encuentra resocializado -como pareciera ser el caso de Q.A
conforme las manifestaciones del se–or Juez de la causa en los considerandos
de la resoluci—n que denegara el beneficio solicitado- y apto para su reinserci—n
en el medio libre, carece de todo sentido mantenerlo privado de su libertad por la
simple raz—n que dicha prolongaci—n de su cautiverio supone efectos regresivos
que a la luz de la norma prevista en el art. 144 cuarto inc. 1) del C.P. merece ser
sancionada.
Si como en el caso, el condenado lleva casi once a–os saliendo a visitar a
su hijo discapacitado y posee informes que recomiendan no s—lo su cambio de
rŽgimen sino tambiŽn las salidas transitorias solicitadas, si a pesar de su
condici—n le es ofrecido trabajo, si ha demostrado un interŽs en capitalizar su
tiempo en detenci—n terminando sus estudios secundarios e iniciando una carrera
universitaria como la de Derecho, si el propio Juez de la causa reconoce su
resocializaci—n, entonces no queda m s que concluir que el fin de la pena ha sido
cumplido y que tambiŽn por esta raz—n el interno Q. A. se encuentra pr—ximo a su
HJUHVRFRQIRUPHORPDQGDHODUWGHODOH\1ž
Por lo expuesto...casar la sentencia..y conceder al interno el beneficio de
las salidas transitorias con motivo laboral
Co n f. Sala Prim era, s en ten c ia d el 2/07/2002 en c au s a 3191: Qu n tero s Arce, Hu g o
Ram — n s/ Recu rs o d e Casac i— n (reg . 323/02)
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