FILOSOFÍA GRIEGA

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FILOSOFÍA GRIEGA
I. SURGIMIENTO DE LA FILOSOFÍA EN GRECIA. PASO DEL MITO AL LÓGOS
Se considera por lo general que la filosofía, tal como la consideramos en occidente, surge en una colonia
de Grecia llamada Jonia, más concretamente en la ciudad de Mileto, en el último tercio del siglo VII a C o siglo
VI a.C..
La sociedad griega anterior al surgimiento de la filosofía se caracterizaba por ser aristocrática, guerrera y
agrícola. El saber se transmitía fundamentalmente de un modo oral, y gran parte de lo que los griegos
consideraban como digno de ser sabido lo podían encontrar en las obras de Homero y Hesíodo, en donde
aprendían un tipo de moral guerrera y de conquista; tácticas militares; el modo de proceder de los dioses;
nociones de geografía, navegación, etc...
Sin embargo, a partir del s. VII a C. la necesidad de conquistar otros territorios, como es el caso de
Jonia, hace que el horizonte cultural griego se abra a otras culturas, a nuevos tipos de conocimientos
técnicos y geográficos. Poco a poco, gracias al invento lidio de la moneda, la práctica guerrera va dejando paso
a la comercial, y al mismo tiempo que se intercambian bienes materiales, se intercambian ideas, de tal modo que
el saber tradicional va siendo refutado y criticado por considerarse inadecuado frente al nuevo tipo de realidad
con la que los griegos han de enfrentarse.
Uno de los primeros testimonios que tenemos sobre lo que significó el conocimiento de otros pueblos y
religiones para los griegos y la consiguiente relativización de sus mitos se lo debemos a Jenófanes (570 a.C.):
"Los seres humanos se han creado dioses a su propia imagen. Creen que los dioses han nacido y
que tienen cuerpo, vestidos e idiomas como nosotros. Los negros piensan que los dioses son negros y
chatos, los tracios los imaginan rubios y con los ojos azules. ¿Incluso si los bueyes, caballos y leones
hubiesen sabido pintar, habrían representado dioses con aspecto de bueyes, caballos y leones!"
El enfrentamiento entre saber tradicional (mítico) y el surgimiento del nuevo (filosofía), más acorde
con las nuevas experiencias, suele plasmarse en la expresión que contrapone saber mítico y saber racional: El
paso del mito al Lógos.
Se entiende por MITO el conjunto de narraciones y doctrinas tradicionales de los poetas (Homero y
Hesíodo) acerca del mundo, los hombres y los dioses. Dan explicación del surgimiento del universo, del ser
humano, de la organización social, de las diferentes artes y técnicas, etc. Todo ello apelando a la voluntad
caprichosa de los diferentes dioses, quienes, sin embargo, están sometidos al DESTINO, entendido como un
conjunto de fuerzas o entidades imprecisas de tipo abstracto (no personificadas, como es el caso de los dioses:
Zeus, por ejemplo, es la personificación del rayo y del fuego). Este tipo de explicación hacía imposible la
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ciencia y una de sus características fundamentales: la predicción, basada a su vez en el principio de
causalidad y las leyes que de él se derivan. Por ejemplo, una epidemia de cólera para la mentalidad mítica se
explicaba como el castigo de un dios hacia una comunidad por alguna falta cometida. Sin embargo, una
mentalidad lógica trataría de explicar el fenómeno del cólera por medio de causas naturales y no divinas: el
cólera puede deberse a la mala higiene de la población, a la contaminación del agua o los alimentos, etc. y si
eliminamos esas causas, lo lógico sería pensar que el efecto (el cólera) no se produciría.
La explicación racional: LOGOS (significa en griego: "razón", "ley", "palabra") surge como un intento de
superación de las explicaciones míticas que, por alguna razón, han dejado de ser convincentes. Entre los griegos
la idea de los fenómenos como resultado del capricho o arbitrariedad de los dioses fue sustituyéndose poco a
poco por la idea de necesidad, según la cual las cosas suceden según la ley de causa-efecto, cuando y como
tienen que suceder. Esta idea de necesidad se halla relacionada con la idea de permanencia o esencia. La
esencia es lo que permanece a lo largo de los cambios, o lo que está por debajo de las apariencias. Por ejemplo,
podemos decir que un ser humano es un mamífero de la familia de los homínidos, que cuando anda suele
hacerlo en posición erecta, y se distingue del resto de los animales muy especialmente por su capacidad, al
menos potencial, de usar y desarrollar su inteligencia como principal arma para enfrentar los diversos problemas
que se le van planteando a lo largo de su azarosa vida. Las apariencias que el ser humano puede adoptar son
muy diversas, tales como diferente raza, edad, cultura, aspecto... sin embargo distinguimos a un ser humano, por
una serie de rasgos comunes que permanecen invariables, a pesar de que pueda tener amputadas las piernas y
los brazos, que sea mudo, o cualquier otra eventualidad. Cuando intentamos captar lo esencial hemos de hacer
un esfuerzo de abstracción, ir más allá de las apariencias que nos proporcionan los sentidos: color, tamaño,
peso, sabor... y encontrar mediante la razón las características comunes de una multiplicidad de objetos
semejantes en algo.
Hasta ahora hemos visto que la explicación "lógica" consiste en la búsqueda de las causas de un
fenómeno, y que para conocer algo debemos partir de los sentidos y poco a poco ir abstrayendo mediante el uso
de la razón lo esencial, común, permanente y único, de lo plural, cambiante y aparente. Tal esquema de
conocimiento podría ser el siguiente:
RAZÓN
CONOCIMIENTO
SENTIDOS
UNIDAD
PERMANENCIA
ESENCIA
Episteme
REALIDAD
PLURALIDAD
CAMBIO
APARIENCIA
Dóxa
La búsqueda que emprendieron los primeros filósofos griegos de lo permanente y común a una
pluralidad de objetos o fenómenos está ligada a la convicción de que todo el universo se reduce en última
instancia a uno o muy pocos elementos o principios: arjé, en plural: arjai. "La totalidad del universo" se designa
entre los antiguos griegos con el nombre de physis, cuya traducción más corriente suele ser la de "naturaleza").
La naturaleza es el conjunto de seres y fenómenos que integran la realidad, y el arjé es lo que tienen en común
todos esos seres y fenómenos.
La abstracción consiste en ir de lo particular a lo general, por ejemplo: Helena Mujer Ser
humanohomínidoMamíferoAnimalVivienteNaturalezaUniverso...
Los primeros filósofos griegos se preguntaron qué era lo que tenían en común o en su origen todos los
seres que integraban el conjunto de la physis, y para responder a esta pregunta tuvieron que realizar un gran
esfuerzo de abstracción. Puede que hoy en día sus respuestas resulten ingenuas, sin embargo, sin esta labor
nuestros conocimientos sobre la realidad se habrían quedado en un plano meramente mítico, la ciencia no
hubiera sido posible y quizás muchos de nosotros seríamos esclavos, o quizás, simplemente, no estaríamos aquí,
y ello alegraría a quienes resultamos fastidiosos, por lo tanto, ¡estudiemos filosofía, aunque sea por fastidiar!
II. LOS PRIMEROS FILÓSOFOS: FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA
La filosofía aparece en Grecia como producto de una lenta evolución. Sin embargo, la primera noticia
sobre el primer filósofo se la debemos a un texto de Platón Protágoras, en el que se nombra a Tales de Mileto
como uno de los siete "sabios" (sophoi), aunque el término filósofo (philosophos = amigo de la sabiduría) es
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acuñado por Pitágoras.
No es casual que la filosofía anduviera sus primeros pasos en Mileto, Éfeso, Samos (todas ellas ciudades de la
colonizada Jonia), y en Elea, Crotona, Agrigento (Magna Grecia = Italia meridional), en Abdera (Tracia) Todas
ellas ciudades colonizadas por los griegos, quienes carentes de recursos debido al exceso de población
tuvieron que ir en busca de tierras fértiles (primera colonización entre el 775-675) o a establecer nuevos
emplazamientos para el comercio (segunda colonización 675-500) Entre las ciudades mencionadas cabe
destacar a Mileto, primero, por ser la más floreciente y que llega casi a fundar un imperio marítimo (siglos VII-VI
a.C.) y segundo, por haber contado entre sus habitantes con el primer filósofo conocido: Tales, además de
Anaximandro y Anaxímenes.
En estas ciudades confluyen condiciones desconocidas hasta ahora en Grecia: prosperidad económica,
desarrollo artesanal y comercio marítimo floreciente; formas políticas y religiosas más flexibles y tolerantes;
ruptura con el pasado y apertura a otras civilizaciones (orientales), que aportan el caudal de nuevos
conocimientos capaces de relativizar las propias tradiciones.
Los primeros filósofos tuvieron como principal interés la investigación sobre la naturaleza, de ahí que
fueran conocidos con el nombre de físicos y a casi todos ellos se les adjudicara una obra cuyo nombre era:
Sobre la naturaleza, aunque de ellos solo se conservan fragmentos citados por autores posteriores como Platón,
Aristóteles, Plutarco, Sexto Empírico...
Intentando ir más allá de las explicaciones míticas trataron de averiguar cuál era el arjé de la physis, o
lo que es lo mismo, si existía un origen o causa común (unidad) del que surgiera la pluralidad. Otro de los temas
que se halla implícita o explícitamente considerado es el de la validez del conocimiento, o la distinción entre
verdadero conocimiento: episteme, y simple opinión :dóxa.
La preocupación cosmológica, es decir la preocupación por la génesis y desarrollo del cosmos en
tanto que totalidad ordenada de la physis, es la clave fundamental de la filosofía presocrática. Los múltiples
dioses se transforman en alegoría de las fuerzas universales, pero la physis y los diferentes arjai propuestos por
los diferentes filósofos siguen conservando los predicados propios de la divinidad: eterno, inmortal, perfecto...
Se dice que la filosofía griega surge como el paso del mito al lógos, sin embargo esta afirmación no es
del todo cierta, ya que en el pensamiento de los filósofos se entremezclan componentes míticos, aún más, la
propia razón (lógos) se mitifica, en tanto en cuanto se la considera capaz de captar sin error la realidad tal como
es, aunque ésta tiene siempre una componente enigmática inaccesible.
Los problemas principales que trataron nuestros filósofos fueron:
a) El origen material de la physis: agua, ápeiron, aire, fuego, átomos, spérmata, cuatro elementos....
b) Cómo surge desde la unidad la pluralidad, es decir, cómo de un elemento único cuantitativa o
cualitativamente considerado: agua, ápeiron, aire, fuego, surge la pluralidad de los entes físicos, desde la
piedra al hombre.
c) A partir de Parménides y su monismo inmovilista, el problema del cambio o el movimiento. O lo que
es lo mismo: cómo del ser surge el devenir.
d) El problema del conocimiento o el de la verdad. En general se rechaza el testimonio de los sentidos
como fuente de conocimiento cierto (episteme), y se los relega al campo de la dóxa o mera opinión.
Las respuestas que encontramos van desde el monismo (Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito),
pasando por el dualismo (Pitágoras) y llegando al pluralismo y el mecanicismo (Empédocles, Anaxágoras,
Demócrito).
2. LA NATURALEZA Y EL CONOCIMIENTO EN LOS PRESOCRÁTICOS
A. LA NATURALEZA
El término naturaleza o physis posee entre los griegos dos grandes acepciones.
a) Naturaleza como conjunto de seres que pueblan el universo físico o como totalidad.
b) Lo que son las cosas esencialmente.
En cuanto a la primera acepción se puede decir que en general los griegos conciben la naturaleza
como un todo ordenado, es decir, como un cosmos, en el que cada cosa ocupa el lugar que le corresponde
según el concepto de necesidad, que podemos traducir por ley (recordemos el lógos heraclíteo). Por otra parte,
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la naturaleza está dotada de una actividad intrínseca y por lo tanto es dinámica (excepto para Parménides, el
cual negaba dicho dinamismo). Es justamente por estas dos últimas características por las que se pueden
distinguir los seres naturales de los artificiales, estos no tienen ni vida ni movimiento propio. Todo lo dicho
anteriormente se resume diciendo que la concepción de la naturaleza entre los griegos es organicista: se
entiende la naturaleza como totalidad presidida por un dinamismo intrínseco cuyas partes (diferentes sustancias)
están ordenadas según el lógos, también intrínseco a ella misma.
En cuanto a la segunda acepción, la naturaleza como modo de ser propio y permanente de las cosas
se identifica con la esencia, pero la naturaleza es además dinámica, y por lo tanto hay que ampliar el concepto
de esencia, que es estático, añadiendo que la physis es lo permanente en cuanto que explica las variaciones y
cambios, la pluralidad. En el caso de Demócrito y los atomistas la esencia del universo físico serían los átomos,
que tras chocar entre sí se enganchan formando así las distintas figuras del mundo corpóreo, lo cual explicaría la
pluralidad. el problema del movimiento requiere además de otro principio: la existencia del vacío que es la que
permite el movimiento.
La naturaleza es así origen, aquello a partir de lo cual se generan los seres del universo. Es arjé o
substrato último en el que consisten los seres del universo. Es, por último, la causa de los seres naturales. Para
Tales, por ejemplo, el agua es la causa de la pluralidad de los seres naturales.
En definitiva, la pregunta de los filósofos griegos por el principio (arjé) de la totalidad de lo real es
radical en cuanto pretende alcanzar el principio último y originario (la raíz) de los entes naturales. Es universal
en cuanto aspira a encontrar el principio de todo lo real.
B. EL CONOCIMIENTO
Aunque la filosofía presocrática se caracteriza por la investigación sobre la naturaleza y sus principios
causas, etc... no debemos dejar de lado otro aspecto que recorre su investigación de un modo implícito o
explícito: la consideración sobre el conocimiento.
En efecto, los propios inicios de la filosofía se basan en la desconfianza hacia el mito como fuente de
conocimiento verdadero (recordemos lo que dijimos en el paso del mito al lógos). La tradición y la memoria van
dejando hueco a la observación directa de la naturaleza y a la reflexión racional.
En general, los presocráticos dudan del valor de verdad de la información suministrada por los
sentidos, ya que consideran que la esencia de las cosas (su arjé) permanece oculta tras las apariencias. El
conocimiento que proviene de los sentidos no es verdadero conocimiento, sino opinión: dóxa. Por lo tanto será
necesario ir más allá de las apariencias, en busca del verdadero conocimiento, episteme, haciendo uso de otra
facultad: la razón o lógos.
Como ejemplo podemos poner a varios filósofos: Heráclito, sin ir mas lejos, concibe la naturaleza como
una lucha permanente entre opuestos, lo cual no puede captarse a través de los sentidos, ya que ellos nos dan
una visión de la realidad como algo estable. Sin embargo, el lógos, la razón, nos hace reconocer que debajo de
esa apariencia estática, la naturaleza está en perpetuo cambio y movimiento.
La postura de Parménides es radicalmente distinta, sin embargo, al igual que Heráclito, considera que
los sentidos no nos proporcionan episteme, sino mera dóxa. Pero, al contrario que Heráclito, sostiene que son
precisamente los sentidos, Vía del error, los que nos suministran una visión cambiante de la realidad, lo cual se
contradice, según Parménides, con el conocimiento al que nos conduce la Vía de la Verdad, la de la razón, que
nos muestra que el verdadero ser de la realidad es permanente e inmóvil.
Como vemos, tanto Heráclito como Parménides desconfían de los sentidos y confían en la razón. Sin
embargo se diferencian en las conclusiones a los que les lleva el uso de la razón al intentar desentrañar el
carácter de la realidad, para el de Éfeso la physis está en continúo devenir, para el de Elea es inmóvil y siempre
permanece idéntica.
Llama especialmente la atención el caso de Demócrito de Abdera por haberse preocupado más que
ninguno de sus colegas por la cuestión del conocimiento, llegando a una explicación del mecanismo físico por el
que se produce el conocimiento. Al igual que los dos anteriores cree que el verdadero conocimiento es el
intelectual, el de la razón, porque los sentidos no son capaces de penetrar en la verdadera realidad de las
cosas. Lo verdadero, lo real, es la existencia de átomos en continuo movimiento en el vacío. El movimiento de los
mismos explican el conocimiento humano del siguiente modo: la sensación nace de imágenes que las cosas
producen en el alma mediante el flujo o corriente de átomos que emanan de ellas. Toda sensibilidad se reduce
así al tacto: sentimos porque los átomos de las cosas chocan con los átomos de nuestra alma. Pero el
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conocimiento sensible es limitado y poco fiable porque las sensaciones sobre el mismo objeto varían de una
persona a otra, e incluso, en la misma persona en momentos o circunstancias distintas. El conocimiento
intelectual, en cambio, es superior porque permite aprehender el verdadero ser de la realidad: los átomos en
continuo movimiento a través del vacío.
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