A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 15 de marzo de 2006,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de votación: doctores Negri, Hitters, Roncoroni, Kogan, de
Lázzari, Genoud, Soria, se reúnen los señores jueces de la
Suprema
Corte
de
Justicia
en
acuerdo
ordinario
para
pronunciar sentencia definitiva en la causa Ac. 86.454,
"Municipalidad de Lomas de Zamora contra Ebonova S.A.Q.M.I.
Apremio".
A N T E C E D E N T E S
La Sala I de la Cámara de Apelación en lo Civil y
Comercial
del
Departamento
Judicial
de
Lomas
de
Zamora
confirmó la sentencia de primera instancia que decretó la
caducidad
de
la
instancia
en
estos
actuados
(ver
fs.
165/166).
Se
interpuso,
extraordinario
de
por
la
parte
inaplicabilidad
de
actora,
ley,
el
recurso
que
fue
denegado. Contra esta resolución se interpuso recurso de
queja,
la
que
fuera
resuelta
favorablemente,
llamándose
autos para resolver.
Dictada la providencia de autos y encontrándose la
causa
en
estado
de
dictar
sentencia,
resolvió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
la
Suprema
Corte
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri
dijo:
1.
La
dictada
a
Cámara
fs.
departamental
165/166
que
confirmó
decretó
la
la
sentencia
caducidad
de
la
instancia en estos actuados.
2. Contra esta decisión se alza, por apoderado, la
parte
actora
mediante
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley obrante a fs. 193/198 por el que
denuncia
la
errónea
aplicación
del
art.
315 del
Código
Procesal Civil y Comercial y la violación del art. 918 del
Código Civil como así también de doctrina legal imperante
(ver fs. 196 vta.).
Entiende el recurrente que corresponde aplicar al caso
de autos el art. 315 del Código Procesal Civil y Comercial
(ley 12.357) que prevé como requisito de procedencia de la
caducidad de la instancia la previa intimación para instar
el
proceso,
para
la
constituyendo
viabilidad
de
ello
la
una
actividad
petición,
sustancial
circunstancia
que
denuncia no cumplida en autos (ver fs. 194 vta.).
3. El recurso no puede prosperar.
Previo a resolver la cuestión traída a debate debo
resaltar que tanto el vencimiento de plazo de caducidad
como
el
concreto
pedido
en
ese
sentido
hecho
por
la
demandada (ver fs. 89/90), no así el pronunciamiento de
primera
instancia
(ver
fs.
165/166),
se
produjeron
con
anterioridad a la vigencia de la nueva legislación, y bajo
ese
cuadro
normativo
debe
juzgarse
la
problemática
en
cuestión.
En efecto, el art. 3 del Código Civil establece que
las leyes valen a partir de su entrada en vigencia aún para
las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas
existentes,
es
decir
que
consagra
el
principio
de
la
aplicación inmediata de la legislación nueva que rige para
los hechos que están en curso de desarrollo al tiempo de su
sanción. Empero la misma no resulta aplicable respecto de
hechos consumados con anterioridad a su vigencia por lo que
no
corresponde
sea
actuada
en
la
especie
por
tratarse
-precisamente- del juzgamiento de hechos de tal naturaleza
(conf. doct. causas Ac. 60.659, sent. del 10-III-1998; Ac.
63.120,
sent.
del
31-III-1998
en
"Jurisprudencia
Argentina", 1998-IV-29; "La Ley Buenos Aires", 1998-848;
Ac. 69.238, sent. del 15-XII-1999).
En sentido similar ha expresado el tribunal que el
art.
3
del
Código
Civil
establece
como
principio
la
aplicación "inmediata" de la ley, lo que significa que la
nueva toma a la relación o situación jurídica preexistente
en el estado en que se encuentra al tiempo en que la norma
es sancionada, y para regir los tramos de su desarrollo aún
"no"
cumplidos,
en
tanto
que
a
los
cumplidos,
se
los
considera regidos por la ley vigente al momento en que
tuvieron lugar (conf. Ac. 50.610, sent. del 25-II-1997).
En consecuencia habiéndose desarrollado el debate bajo
el
marco
de
normas
anteriores
a
la
sanción
de
la
ley
12.357, no corresponde la aplicación del nuevo art. 315 del
Código Procesal Civil y Comercial tal como lo peticiona el
recurrente,
por
lo
que
corresponde
rechazar
el
recurso
traído (conf. art. 289 del C.P.C.C.).
Por lo expuesto, y toda vez que no se controvierte en
autos sobre la inclusión de la feria judicial en el plazo
de caducidad, particular supuesto que me llevara a postular
la solución contraria en las causas Ac. 78.465, "Nuñez";
Ac. 76.800, "Caseras" y Ac. 76.446, "Perilli", todas del
19-II-2002, doy mi voto por la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters
dijo:
1. Adhiero al voto de mi distinguido colega doctor
Negri. Destaco -además- que el Código Civil no consagra la
aplicación retroactiva de la nueva ley sino la aplicación
inmediata
aun
a
las
consecuencias
de
las
relaciones
existentes, o sea que la nueva norma rige para los hechos
que están in fieri o en curso de desarrollo al tiempo de su
sanción y no -como en autos- para las consecuencias de los
hechos pasados, que quedan sujetos a la ley anterior, pues
juega la noción de consumo jurídico (causa L. 63.934, sent.
del 6-IX-1998; entre muchas).
Lo cierto es que al momento de producirse el acuse de
caducidad (ver fs. 89) y el vencimiento del plazo, no así
cuando se dictó el fallo de la instancia liminar (30 de
mayo de 2000, ver fs. 125/126), la cuestión litigiosa se
desarrolló bajo la vigencia de preceptos anteriores, ya que
la actual normativa entró en vigor recién en el mes de
diciembre de 1999.
A su tiempo juzgó la Corte Suprema de Justicia de la
Nación que si bien las normas adjetivas son de inmediata
aplicación a los juicios en trámite, para que este concepto
tenga
fuerza
imperativa
es
preciso
que
su
recepción
al
pleito no afecte la validez de los actos ya cumplidos de
conformidad
con
las
leyes
anteriores
(conf.
fallo
del
17-III-1998 in re "Cantos, José María c/Prov. de Santiago
del
Estero...").
jurisdiccional
Bajo
puso
idéntico
énfasis
en
prisma
dicho
puntualizar
órgano
que
no
corresponde acordar efecto retroactivo a las disposiciones
procesales en cuanto su aplicación afecte actos concluidos
o
deje
sin
efecto
lo
actuado
con
arreglo
a
las
leyes
anteriores (in re "Formigo...", "Fallos", 209:582).
2. Despejada esta incógnita es del caso recordar que
el fallo de origen, con fundamento en el art. 310 del
Código Procesal Civil y Comercial, decretó la caducidad de
la instancia teniendo en cuenta que la última actuación
idónea para impulsar el proceso databa del 7 de diciembre
de 1998 y hasta el acuse de caducidad efectuado en el mes
de abril de 1999, no se había producido ninguna actuación
que le diera impulso.
Por último -y a modo de síntesis- quiero reiterar, que
tanto
el
vencimiento
del
plazo
de
perención
como
el
concreto pedido en ese sentido hecho por la demandada, se
produjeron
con
anterioridad
a
la
vigencia
de
la
nueva
legislación, y bajo ese cuadro normativo debe juzgarse la
problemática en cuestión (arts. 3, C.C. y 845, C.P.C.),
volver hacia atrás significa dañar seriamente el principio
de preclusión, pues la situación jurídica estaba consumada
-no hace falta que estuviera firme- antes de la aparición
de la ley 12.357. ¿Qué hubiese sucedido si este dispositivo
legal
hubiese
hubiera
estado
adquirido
vida,
-hipotéticamente-
cuando
en
la
este
expediente
Corte
nacional,
deberíamos desandar el pleito?
Voto por la negativa.
El
señor
Juez
doctor
Roncoroni,
por
los
mismos
fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por
la negativa.
A la cuestión planteada, la señora Jueza doctora Kogan
dijo:
Disiento
con
la
solución
adoptada
por
mis
colegas
preopinantes con relación a la aplicación de la ley 12.357
al caso de autos.
La
ley
modificar
12.357
aspectos
(B.O.,
del
24-XII-1999)
instituto
de
ha
la
venido
caducidad
a
de
instancia al introducir cambios en los arts. 311, 315 y 316
del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de
Buenos Aires -ley 7425-. La nueva disposición del art. 315
del Código procesal prevé como requisito de procedencia de
la caducidad la previa intimación al accionante para instar
el proceso.
Tal normativa, si bien publicada con posterioridad al
vencimiento del plazo y al acuse de caducidad formulado por
la demandada (fs. 89/90), es anterior al dictado de la
sentencia -de fecha 11 de diciembre de 2001- que decreta la
caducidad de la instancia (fs. 165/166).
Considero que las previsiones de esa normativa han de
alcanzar
a
lo
acontecido
en
el
caso
sub
examine
-coincidiendo en este punto con lo expuesto por mi colega
doctor de Lázzari en la causa Ac. 78.397 ("Badano", sent.
del 23-XII-2003)- toda vez que la situación jurídica habida
entre las partes no se encontraba consumada ni consolidada
al
momento
de
su
sanción
y
publicación.
Ello
así,
por
cuanto la caducidad no opera de pleno derecho, sino que es
necesaria
la
resolución
judicial
que
la
declare;
y
tal
declaración
perención
no
tiene
opera
a
efecto
partir
retroactivo
del
momento
en
sino
que
que
el
la
órgano
judicial la declara (Palacio. Derecho Procesal Civil. T.
IV, pág. 231, Loutayf Ranea y Ovejero López, Caducidad de
la instancia, Ed. Astrea, pág. 12). Siendo que la caducidad
se tiene por operada a partir del momento en que el juez o
tribunal
la
declara,
tal
declaración
tiene
carácter
constitutivo y no declarativo.
El art. 3 del Código Civil establece que las leyes
valen a partir de su entrada en vigencia aun para las
consecuencias
existentes,
de
es
las
decir
relaciones
que
y
situaciones
consagra
el
jurídicas
principio
de
la
aplicación inmediata de la legislación nueva que rige para
los hechos que están in fieri o en curso de desarrollo al
tiempo de su sanción. No resulta invocable, pues respecto
de hechos consumados con anterioridad a su vigencia (Ac.
75.611,
sent.
sent.
del
del
28-XI-2001,
19-II-2002,
"Del
"Caseras",
Valle",
Ac.
Ac.
79.436,
76.800,
sent.
del
18-XI-2003, "García Rey", Ac. 75.203, sent. del 14-IV-2004,
"Domínguez").
En
autos,
la
sentencia
que
decreta
la
caducidad de la instancia no había sido dictada al momento
de la sanción de la ley 12.357, por lo que la situación
jurídica no se encontraba consumada ni precluida antes de
su entrada en vigencia.
Resultando
aplicable
el
art.
315,
texto
según
ley
12.357,
previo
a
la
declaración
de
la
caducidad
de
la
instancia, debió intimarse a la parte actora para que en el
término de cinco días manifieste su intención de continuar
con la acción y para que produzca actividad procesal útil
para la prosecución del trámite. La falta de cumplimiento
de
tal
premisa,
determina
la
procedencia
del
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Por lo expuesto, voto por la afirmativa.
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor
de
Lázzari dijo:
Adhiero
al
voto
de
mi
distinguida
colega
doctora
Kogan. Agrego -como lo sostuve al votar la causa Ac. 78.397
(sent. del 23-XII-2003)- que, tanto en aquel caso como en
el presente, la situación jurídica que nos ocupa no se
encuentra consumada ni consolidada, desde que el instituto
de
la
caducidad
automática
ni
de
de
la
pleno
instancia
derecho.
no
En
opera
efecto,
en
no
forma
produce
efectos por el mero vencimiento del plazo respectivo sino
que
es
la
consecuencia
de
una
decisión
del
órgano
jurisdiccional que la declare. Esa resolución reviste, por
lo tanto, carácter constitutivo (art. 316, C.P.C.). En el
caso, el pronunciamiento respectivo no se encuentra firme,
de donde se desprende que el tramo procesal en juzgamiento
no se encuentra consumido ni acabado.
Esa
situación
aún
no
liquidada
o
finiquitada
es
legítimamente atrapada por la nueva legislación. El art. 3
del
Código
Civil
ha
adoptado
el
sistema
del
efecto
inmediato, que consiste en que la nueva ley toma las cosas
en el estado en que se encontraban al tiempo en que es
sancionada, pasando a regir los tramos de su desarrollo aún
no
cumplidos.
Se
aplica
inmediatamente
tanto
a
las
relaciones jurídicas que se constituyan en el futuro como a
los efectos futuros de las relaciones pasadas. En estos
supuestos no hay retroactividad, sino ordenamiento de los
efectos jurídicos de hechos pasados que no han terminado de
afianzarse. Que la ley nueva se apodere de las situaciones
existentes en curso en el momento de su promulgación y pase
directamente a regularlas debe ser considerado como efecto
normal de la ley. Porque en realidad, decir que las reglas
son de aplicación inmediata no significa retroactividad de
la ley nueva sino cancelar la ultraactividad de la ley
antigua (cfr. Morello, con cita de Valdecasas, "Eficacia de
la ley nueva en el tiempo", en "Examen y crítica de la
reforma del Código Civil", ed. Platense, t. 1, p. 63 y
sigts.).
Analizando
el
problema
del
efecto
de
las
normas
procesales en el tiempo, expresa Palacio que los procesos
en trámite pueden ser alcanzados por la ley nueva, la cual
es
de
aplicación
inmediata
siempre
que
ello
no
importe
afectar la validez de los actos procesales cumplidos y que
han quedado firmes bajo la vigencia de la ley anterior,
justificándose
la
excepción
por
cuanto
tales
actos
se
hallan amparados por el principio de preclusión, vinculado
con las garantías constitucionales de la propiedad y la
defensa en juicio (Derecho Procesal Civil, t. 1, p. 50).
Aquí no puede hablarse de preclusión, precisamente por la
apuntada
falta
de
firmeza
del
decisorio
que
dispone
la
extinción.
Lo
apuntado
considero
se
complementa
definitorias
ordenamiento
procesal.
y
con
que
Al
otras
razones,
provienen
sancionarse
el
del
que
propio
vigente
Código
(ley 7425), la aplicación temporal de la ley nueva y la
supervivencia
de
la
antigua
merecieron
especial
tratamiento. En efecto, en las Disposiciones Transitorias
se
estableció
ordenamiento
como
regla
también
a
la
los
aplicabilidad
juicios
del
nuevo
pendientes,
con
excepción de los trámites, diligencias y plazos que hayan
tenido
principio
cuales
se
de
regirán
ejecución
por
las
o
empezado
disposiciones
su
curso
hasta
los
entonces
aplicables (antiguo art. 827, hoy art. 845). Sin embargo,
esa
perdurabilidad
del
viejo
estatuto
para
los
tramos
pendientes no se mantuvo para la específica materia que nos
ocupa -caducidad de la instancia- pues el art. 832 (hoy
art. 850), dispuso que para este instituto rige la ley
reformada. La claridad de tales disposiciones despeja toda
duda.
Desde que, conforme al art. 315 del Código Procesal
Civil
y
Comercial
(texto
según
ley
12.357),
constituye
recaudo necesario la previa intimación a las partes para
que en el término de cinco días manifieste su intención de
continuar con la acción y produzcan actividad procesal útil
para
la
prosecución
cumplimentado
quebrantada
en
la
del
trámite
autos-,
referida
-aspecto
éste
en
ha
concluyo
ley
12.357
lo
que
que
no
sido
determina
la
procedencia del recurso.
Voto por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud
dijo:
Al
abordar
el
tratamiento
del
instituto
de
la
prescripción tuve ocasión de señalar que es de aplicación
restrictiva,
razón
por
la
cual,
en
caso
de
duda,
debe
preferirse la solución que mantenga vivo el derecho (conf.
mi voto en la causa L. 74.049, sent. del 28-V-2003).
En
esa
perención
de
línea
de
instancia
pensamiento,
corresponde
debo
señalar
que
la
interpretarse
con
el
mismo criterio restringido por lo que, ante el dilema de su
aplicación, debe optarse por mantener vivo el proceso.
Sentado ello, no se me escapa la particular situación
que
se
desprende
del
sub
judice
donde
el
pedido
de
caducidad de instancia se bilateralizó en abril de 1999
(ver a fs. 90) y que los distintos planteos incidentales
formulados
por
posteriormente
la
actora
(ver
sustanciados
y
a
fs.
98
vta.
desestimados
y
(ver
112),
a
fs.
125/126 y fs. 149/150 vta.), permitieron que la resolución
del juez de primera instancia recién fuera dictada el 11 de
diciembre de 2001, es decir, transcurridos más de dos años,
lapso durante el cual se sancionó la reforma legislativa
hoy traída a juzgamiento.
De manera tal que, los argumentos expuestos por el
doctor Hitters en su voto, al cual adhiero, me llevan -en
el caso- a dar el mío por la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria
dijo:
1. Adhiero al voto del doctor Hitters en cuanto estima
inaplicable
al
caso
la
normativa
que,
en
materia
de
caducidad, establece la ley 12.357 (cf. Ac. 78.397, sent.
de 23-XII-2003, Ac. 77.944, sent. de 1-IV-2004).
2. Debo, sin embargo, efectuar algunas consideraciones
adicionales
en
relación
a
los
restantes
agravios
introducidos por la accionante (v. fs. 197).
a.
En
el
sub
lite,
la
instancia
decretó
la
perención
aplicable
al
el
plazo
caso
señora
de
de
Jueza
de
instancia,
caducidad
de
primera
juzgando
tres
meses
previsto por el art. 310 inc. 3 del Código Procesal Civil y
Comercial
(v.
fs.
165/166).
Dicha
parcela
del
pronunciamiento
no
fue
objeto
de
refutación
alguna
por
parte de la actora. Concretamente, el recurso de apelación
que habilitó la actuación del tribunal a quo se limitó a
impugnar la falta de actuación en el sub examine de las
directivas
contenidas
en
el
art.
315
del
ordenamiento
procesal, t.o. según ley 12.357, invocando -asimismo- el
criterio restrictivo que debe imperar en la materia (v. fs.
172/173).
b. Siendo ello así, resulta aplicable la reiterada
doctrina
de
esta
Suprema
Corte
que
sostiene
que
las
cuestiones que fueron consentidas por el recurrente en la
instancia
ordinaria
no
pueden
traerse
como
agravios
a
consideración de esta Corte (conf. Ac. 78.614, sent. de
2-X-2002; Ac. 83.853, sent. de 1-III-2004, entre otras).
Por
ende,
la
queja
ensayada
por
la
supuesta
falta
de
actuación del plazo de caducidad de seis meses previsto por
el art. 62 de la ley 12.008 (v. fs. 197), deviene inaudible
en esta instancia extraordinaria. Opera a su respecto, la
preclusión que impide reeditar cuestiones que ya han sido
objeto
de
tratamiento
y
resolución
anterior
(conf.
Ac.
80.476, sent. de 29-X-2003; Ac. 75.777, sent. de 13-VI2001).
Por
las
razones
expuestas,
doy
mi
voto
por
la
negativa. Con costas al recurrente vencido (arts. 68 y 289
del C.P.C.C.).
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, por
mayoría, se rechaza el recurso extraordinario interpuesto;
con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.
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