XXIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil 2011. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Tucumán. Comisión numero 5: Reales. Las obligaciones y derechos inherentes a la posesión. Su incidencia en los derechos reales y en la defensa de los mismos. Ponentes: Silvina Rojas Torres, Prof. Titular Interina Derecho Notarial y Registral, Universidad Nacional de La Pampa, Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas. Lara Zincenko, Prof. Adscripta Derechos Reales, Pontificia Universidad Católica Argentina, Facultad de Derecho. Resumen. La presente ponencia versa sobre las obligaciones y derechos inherentes a la posesión, su incidencia en los derechos reales y destaca el papel preponderante que ocupan en la defensa de los derechos reales como ámbito de aplicación de la acción confesoria. De lege ferenda se propone que se legisle en un próximo código unificado de la legislación civil y comercial las obligaciones y derechos inherentes a la posesión y que un proyecto de reforma se declare expresamente la extensión de las obligaciones y derechos inherentes a la posesión a la tenencia. El artículo 2416 del Código Civil define a las obligaciones inherentes a la posesión como aquellas que gravan indeterminadamente al poseedor de una cosa determinada. Asimismo el artículo 2420 reza: Son derechos inherentes a la posesión, sean reales o personales, los que no competen a una o más personas determinadas, sino indeterminadamente al poseedor de una cosa determinada. Lafaille explica en referencia a las obligaciones y derechos inherentes a la posesión que por el solo hecho de tener la posesión de una cosa, ese poseedor, considerado como una entidad abstracta, con prescindencia de su individualidad, tiene una serie de obligaciones que derivan de su situación de poseedor. El diccionario de la Real Academia Española define el vocablo inherencia como: del latín inhaeretia “Unión de cosas inseparables por su naturaleza, o que solo se pueden separar mentalmente y por abstracción.” En el ámbito de los derechos reales, el derecho es inherente a las cosas y se adhiere a ellas por ser su objeto inmediato. La inherencia tiene como consecuencias las dos ventajas típicas de los derechos reales: el derecho de persecución y el derecho de preferencia. Respecto a la naturaleza jurídica de las obligaciones y derechos inherentes a la posesión se ha opinado que nos encontramos frente a un caso de obligaciones propter rem, pero su alcance excede el ámbito de las mismas ya que bajo esa denominación Vélez incluye hasta las hipótesis de las llamadas cargas reales (artículo 2419). Autores como Lafaille niegan que se traten de obligaciones reales dado que del artículo 497 del Código Civil y su nota surge que a todo derecho personal corresponde una obligación personal y que no hay obligación que corresponda a derechos reales. De manera que no puede haber en nuestro derecho una obligación real. Es por eso que el autor emplea el término “deberes inherentes a la posesión” y no el de obligaciones. Estas obligaciones pertenecen a los derechos personales, cuyo único elemento real está constituido por su particular relación con una cosa, que hace nacer el crédito y el débito, y determina que tanto uno como otro “ambulen” o “cabalguen” adheridos a la cosa y a través de sucesivas traslaciones. Quienes niegan que los derechos y obligaciones inherentes a la posesión se traten de obligaciones reales, o bien no explican su naturaleza, o consideran que provienen de los derechos reales o del acuerdo de las partes. Legon y Lafaille sostienen que estas obligaciones y su correlato de los derechos inherentes a la posesión no son propios de los poseedores en estricto sentido (artículo 2351), sino que comprenden a los tenedores (artículo 2352), como obligación de los locatarios y comodatarios y que hubiera bastado tratarlos en la tenencia, para que lógicamente se extendiesen a los poseedores. Su aplicación incide en los derechos reales en general ya que permite optar entre la vía de las acciones personales mediante el amparo del artículo 2618 (las llamadas inmisiones al dominio) y las acciones reales, refiriéndonos especialmente a la acción confesoria cuyo ámbito de aplicación son los límites y restricciones al dominio. De las definiciones de los artículos 2416 y 2420 surge que las obligaciones y derechos inherentes a la posesión favorecen o afectan indeterminadamente a quien tuviere la cosa en su poder. Se observa que provienen, ya de los derechos reales (servidumbres activa o pasiva, hipoteca o anticresis), o bien del acuerdo entre las partes (2419 última parte). En el desarrollo de estas obligaciones el Código distingue según se trate de cosas muebles e inmuebles. En el caso de las cosas muebles lo limita solo a la obligación de exhibirla para la comprobación de su existencia con el fin de proceder a la reivindicación o a su efecto accesorio de los daños y perjuicios. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 2417, y por el artículo 2363, la obligación de exhibir la cosa cubriría todos los supuestos tales como las cosas muebles por su naturaleza, las cosas muebles por su carácter representativo y aún a las cosas inmuebles por su carácter representativo, como es el caso del título de propiedad. En cuanto a las cosas inmuebles abarca las restricciones y límites al dominio (artículo 2418) que restringe las facultades de los propietarios por razones de interés público, de vecindad o que emanen del ejercicio del poder público. Por ende, lo mismo se aplicaría al poseedor en virtud del animus domini. La incidencia en los derechos reales resulta manifiesta en la redacción del artículo 2419 donde Vélez dice: “Son también obligaciones inherentes a la posesión de las cosas inmuebles, las servidumbres pasivas, la hipoteca, y la restitución de la cosa, cuando el poseedor fuese acreedor anticresista. También las cargas de dar, hacer o no hacer, impuestas por el poseedor precedente, al nuevo poseedor.” Los artículos 2420 y 2421 refieren a los derechos inherentes a la posesión de cosas inmuebles. Ellos nacen de las servidumbres activas y de los derechos correlativos a las obligaciones nacidas de las restricciones y límites al dominio. Según el Doctor Jorge Alterini, en nuestro código, todas las servidumbres activas, o sea tanto las reales como las personales, importan también derechos inherentes a la posesión de cosas inmuebles, pues el artículo 2420 no formula ninguna diferencia entre ambas. Alejándose en este aspecto de Freitas (artículo 3852, inciso 2° del Esboco), para quien, con mayor tecnicismo, sólo son inherentes a la posesión las servidumbres reales, porque benefician a cualquier poseedor (artículo 2971 del Código Civil y 4733 del Esboco); en cambio, no lo son las personales, que favorecen exclusivamente a determinado poseedor (artículo 2972 Código Civil y 4732 del Esboco) Es importante destacar el papel preponderante que ocupan en la defensa de los derechos reales como ámbito de aplicación de la acción confesoria. El artículo 2796 nos indica que compete la acción confesoria a los poseedores de inmuebles con derecho de poseer, cuando fuesen impedidos de ejercer los derechos inherentes a la posesión…..” La designación de la acción como confesoria obedece a que a través de ella se procura que el demandado confiese o reconozca los derechos inherentes a la posesión que impidiera. Cuando se atacan los derechos inherentes a la posesión queda afectada la plenitud de aquellos. Se entiende por plenitud del derecho real el ejercicio de los derechos inherentes a la posesión, de allí que la lesión a tales derechos canalice la acción confesoria. Conclusiones 1.- Las obligaciones y derechos inherentes a la posesión exceden el ámbito de las llamadas obligaciones propter rem. 2.- Su aplicación incide en los derechos reales en general ya que permite optar entre la vía de las acciones personales y las acciones reales. 3.- Las obligaciones y derechos inherentes a la posesión favorecen o afectan indeterminadamente a quien tuviere la cosa en su poder. 4.-Los derechos inherentes a la posesión de cosas inmuebles nacen de las servidumbres activas y de los derechos correlativos a las obligaciones nacidas de las restricciones y límites al dominio. 5.- Cuando se atacan los derechos inherentes a la posesión queda afectada la plenitud de aquellos. 6.- Compete la acción confesoria a los poseedores de inmuebles con derecho de poseer, cuando fuesen impedidos de ejercer los derechos inherentes a la posesión. 7.- La lesión a los derechos inherentes a la posesión canaliza la acción confesoria. 8.- Es conveniente que se legisle en un próximo código unificado de la legislación civil y comercial las obligaciones y derechos inherentes a la posesión. 9.- Es conveniente que un proyecto de reforma se declare expresamente la extensión de las obligaciones y derechos inherentes a la posesión a la tenencia ya que los tenedores como locatarios y comodatarios deben cumplir asimismo con las obligaciones derivadas de la vecindad. Bibliografía Lafaille Héctor – Alterini Jorge Horacio, “Derecho Civil, Tratado de los Derechos Reales”, Editorial La Ley, Buenos Aires 2010, Tomo I y V. Alterini Jorge Horacio, “Acciones Reales, análisis exegético del régimen jurídico de las accione reivindicatorias, confesoria y negatoria”, Editorial Abeledo- Perrot, Buenos Aires 2000. Llambías Jorge Joaquín- Alterini Jorge Horacio, “Código Civil Anotado”, Editorial Abeledo-Perrot, Buenos Aires 1988, Tomo IV-A Derechos Reales. Mariani De Vidal Marina, “Derechos Reales”, Editorial Zavalia, Buenos Aires 2004, Tomo 1.