Juan Manuel González Gavira D.N.I. 79.192.923-J LA SIGNIFICATIVIDAD EN LAS AULAS Ausubel destacaba “Si tuviera que reducir toda la Psicología educativa a un solo principio enunciaría este: El factor más importante que influyen en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente”. Aprender significa adquirir información, retenerla y recuperarla en un momento dado. Cuando en el aula se logran aprendizajes significativos, los alumnos han adquirido los contenidos porque pudieron entender la información que se les ha presentado al tener conocimientos previos suficientes y adecuados. La memorización comprensiva es el resultado del aprendizaje significativo; este aprendizaje supone una red de relaciones que facilita el recuerdo. Las nuevas ideas se construyen sobre otras anteriores y los contenidos se entienden por su relación con otros contenidos. La conceptualización de aprendizaje significativo, se basó, por tanto, en una serie de investigaciones a través de las cuales Ausubel llegó a la conclusión de que para lograrlo debían existir dos condiciones esenciales. Una de ellas sería la significatividad psicológica del sujeto y otra la significatividad del material presentado. Hoy día se sigue investigando acerca de cómo propiciar un Aprendizaje Significativo en el alumnado, y se ha puesto de manifiesto la importancia de las capacidades y conocimientos previos, así como la motivación que, si bien tiene un carácter intrínseco, es sensible a la estimulación y existencia de incentivos didácticos. Asegurar la construcción de aprendizajes significativos es uno de los requisitos para lograr la optimización del proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuando Ausubel abordó una definición descriptiva del término, estableció una secuencia lógica que iba desde lo que el alumno ya conoce, pasando por la reorganización, conflicto cognitivo y su posterior transferencia a la realidad, hasta la generalización de lo aprendido. Llegó a la conclusión de que para que un aprendizaje significativo pueda tener lugar, se requieren básicamente dos cosas: una base conceptual en el sujeto, denominada por él Juan Manuel González Gavira D.N.I. 79.192.923-J como significatividad psicológica, y un material que cumpla una estructura lógica en sus relaciones. La primera es imprescindible, ya que hace posible una vinculación de aquello que presentamos al alumno con los esquemas cognitivos que ya posee. Por eso es importante que cada cosa que vaya a ser mostrada, tenga siempre una base en el mundo real, en lo conocido, y que aporte algo novedoso que amplíe o incluso contradiga lo ya sabido. Podemos entonces establecer el concepto de aprendizaje significativo como aquel que llega a establecer vínculos importantes y con sentido lógico entre lo que hay que aprender y lo que ya se sabe, es decir, los conocimientos previos. Solo así está asegurada la funcionalidad de lo aprendido y su posterior memorización comprensiva. Como necesidad transversal a este proceso, la motivación de la persona que aprende actuaría de trampolín. Así, un alumno o alumna con actitud receptiva ante una información nueva, tendrá más probabilidades de establecer esta conexión lógica y no arbitraria entre lo que ya posee y lo nuevo. Es por esto que se recomienda la presentación de material diverso y, dentro de lo posible, atractivo, que cumpla la función de enriquecer los conocimientos previos y guiar al que aprende hacia la construcción de nuevas relaciones y la comprensión de conceptos desconocidos hasta entonces. Por otra parte, este tipo de aprendizaje no es ni será nunca una fórmula cerrada, de tal manera que resulta susceptible de ser influido por factores diversos, existentes en el propio sujeto o en su entorno, de carácter intelectual, social e incluso emocional, casi siempre dependientes de la historia previa y el bagaje cultural del alumno o alumna. No obstante, con independencia de este panorama personal previo, siempre resulta efectivo el promover una intensa actividad por parte del alumno, actividad que es una condición indispensable para la adquisición de contenidos, y que se apoya, también, en la intuición y en la creatividad, así como en la creación de un clima de confianza y trabajo. Puede resultar bastante útil hacer una valoración acerca de si se dan o no se dan ciertas condiciones para que este tipo de aprendizaje pueda darse, condiciones que los científicos sociales han establecido como necesarias, y que se orientan hacia la concreción del ámbito de búsqueda en el que los alumnos se sumergen, ámbito que debe ser restringido y no en exceso amplio. Por otra parte, debemos asegurarnos de que el Juan Manuel González Gavira D.N.I. 79.192.923-J alumno podrá llegar a la solución, ya que una acumulación de errores puede desmotivar. Asimismo, es conveniente que están mínimamente familiarizados con las herramientas que se utilizan en el aprendizaje por descubrimiento, es decir, la observación, la búsqueda, la rectificación. Esto ayudará a que perciban que la tarea tiene sentido, que merece la pena realizarla, que tiene un fin. Además de un material potencialmente significativo y de una actitud favorable por parte de quien aprende, así como de una actividad que se haga interna y no simplemente manipulativas, es necesario contemplar la faceta interpersonal de todo aprendizaje. Las personas no aprenden igual solas que en interacción con otras, en especial con el profesor o profesora, que es quien debe guiar el proceso para que este sea efectivo. Sin embargo, esta ayuda nunca debe sustituir el esfuerzo personal, pues lo que buscamos, a fin de cuentas, es posibilitar que los alumnos realicen aprendizajes por sí solos, que sean cada vez más autónomos y aprendan a diversificar sus fuentes. Una de las cosas más importantes que podemos, como docentes, hacer por ellos, es cultivar su capacidad comprensiva y de almacenamiento de la información, para que lleguen, al final, al autoaprendizaje. Todo esto tendrá, como es lógico, unas implicaciones en la planificación de la Programación, y muy especialmente de las actividades contenidas en las Unidades Didácticas. Partiendo de los objetivos, y por medio de la organización de los contenidos, se debe enlazar la información de tal manera que cuando llegue al alumno, tenga una base suficiente para integrarlo en sus esquemas de conocimiento. Pero la mayor baza con la que cuenta el docente es, sin duda, la forma y planificación de las actividades. Si hacemos caso a Jerome S. Bruner, cuando, a propósito del constructivismo planteado por Piaget y Vigotsky, afirmó que el descubrimiento fomenta el aprendizaje significativo, nos veremos conducidos hacia una forma especial de plantear las actividades en cada unidad didáctica, y esta forma, sin duda, buscará que la persona que aprende tenga que poner un gran empeño y mínimo esfuerzo para su correcta realización. En este sentido, no olvidemos que el docente no debe exponer los contenidos de un modo acabado, sino que su actividad debe dirigirle a darles a conocer una meta que ha de ser alcanzada y además servir como mediador y guía para que ellos recorran ese camino que les llevará a la asimilación. Juan Manuel González Gavira D.N.I. 79.192.923-J Por todo ello, se puede afirmar sin temor a equivocarse que el momento en el cual el docente debe volcar todo su esfuerzo creador y planificador es precisamente a la hora de plantear las actividades, huyendo de la monotonía y de la mera reproducción pasiva de elementos. BIBLIOGRAFÍA ESTRATEGIAS DOCENTES PARA UN APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO. Diaz Barriga-Arceo Frida. Mc Graw Hill. 2007