La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de

Anuncio
AMIGOS Y SERVIDORES DE LA PALABRA
17 enero 2015, sábado. I semana Tiempo ordinario
DE LA PALABRA DEL DIA
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo,
penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos.
Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que pueda esconderse
ante Dios. Hb 4, 12-13
¿Cómo vivir esta Palabra?
El autor de la Carta a los Hebreos no podía expresar con mayor fuerza el poder de la
Palabra del Señor, tan distinta de las palabras de los hombres, aunque fuesen las más
refinadas, iluminadas y profundas.
Pero lo que asombra es que inmediatamente después el autor sagrado usa el pronombre
masculino No dice “ante ella” (ante la Palabra), sino “ante Dios”. ¿A quien se refiere
sino a la Palabra Viviente: al Verbo “que está junto a Dios y es Dios”, y “se hizo
carne”, y “puso su morada en medio de nosotros”?. Ciertamente el poder de la Palabra
es el poder mismo de Jesús. Al escucharla hagámosle espacio en el corazón, y como
quien construye sobre roca, empeñémonos en ponerla en práctica para estar en contacto
vital con la persona de Jesús. Es Él quien nos penetra y escruta los pensamientos más
íntimos, ilumina aquellos que no vemos claro y, si lo dejamos actuar, corta algunos
tumores escondidos que nosotros mismos tenemos dificultad en reconocer. Los corta
“como espada tajante” que hiere en el momento, aunque con decidida voluntad de amor
que libera.
Hoy, en mi pausa contemplativa, tendré presente esta metáfora fuerte de la Palabra
como “espada tajante”, pero sintiéndome invitado al banquete del Evangelio de hoy,
donde Leví, ya convertido a Jesús, se sienta con Él en compañía de pecadores.
Señor, la espada de tu Palabra no es una amenaza sino una fuerza de
liberación. Lo que más importa son dos cosas: ante todo que yo crea que eres la
manifestación viviente de la misericordia del Padre, de su tierno amor hacia mí. Y
después que yo tome conciencia, concretamente, de que soy un pecador, que no soy
mejor que nadie, porque potencialmente hay en mí fuerzas oscuras negativas, que
podrían estallar como opciones contrarias a tu precepto de Amor. Señor, haz que
permanezca a tiro de la Palabra-Espada, pero creyendo en tu gran misericordia y
dejándome envolver por ella a cada instante.
La voz de un gran Padre de la Iglesia.
Al diablo no se vence con la espada, sino con la Palabra de Dios: por esto calle la
lengua del hombre, hable la Palabra de Dios. San Amrosio.
Comentario de Sr Maria Pia Giudici FMA
Casa di Preghiera San Biagio www.sanbiagio.org [email protected]
Descargar