ACADEMIA JUDICIAL DE CHILE

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MOLINA BAUER Y CIA.
Abogados y asesores tributarios.
JUICIO SUMARIO
Autores: Equipo de Molina Bauer y cia.
E
ECCEM
Visión general del Procedimiento Sumario y sus Etapas
1.- Generalidades
1.1.- Concepto de Procedimiento Sumario
Podemos citar las siguientes definiciones de nuestra doctrina.
Para el profesor don Cristián Maturana Miquel “es un procedimiento breve y
concentrado, que, dentro de lo expuesto en el artículo 2° del C. P. C, ha de considerarse
extraordinario, pero que tiene aplicación general o especial según sea la pretensión que se
haga valer, el que es resuelto por una sentencia que puede revestir, según la pretensión en
la cual recae, el carácter de meramente declarativa, constitutiva o de condena”.
Para el autor Jorge Correa Selamé “es aquel procedimiento declarativo, de carácter
común, que debe ser aplicado en todos aquellos casos en que la acción deducida requiera,
por su naturaleza, una tramitación rápida para ser eficaz, siempre que no exista un
procedimiento especial para ella, y en los demás casos que señala la ley”.
Por nuestra parte, proponemos el siguiente concepto: Es un procedimiento
contencioso, de carácter declarativo, de tramitación breve y concentrada, aplicable, fuera de
los casos expresamente determinados por la ley, en forma general, a toda acción que
requiera por su naturaleza una tramitación rápida para ser eficaz.
Es bien sabido, pero igualmente corresponde hacer presente, que el Código de
Procedimiento Civil, al hablar de Juicio Sumario incurre en una confusión conceptual, por
cuanto corresponde hablar más bien de Procedimiento Sumario. Juicio equivale a la
controversia de fondo, al litigio planteado, es el contenido del proceso, que es el
mecanismo dispuesto por el Estado a sus ciudadanos para la resolución de dicha
controversia. El procedimiento es la forma, el conjunto de formalidades y trámites que el
legislador establece para el desarrollo del proceso a través del cual se resolverá el juicio. Lo
que el legislador evidentemente regula en los artículos 680 y siguientes del C. P. C. es el
Procedimiento Sumario, y es esta la terminología que se usará en lo sucesivo.
1.2.- Regulación legal
El tratamiento legal del Procedimiento sumario se encuentra el Libro III, título XI
del Código de Procedimiento Civil, en los artículos 680 a 692. Evidentemente le son
aplicables, en cuanto sean compatibles con su regulación, las disposiciones comunes a todo
procedimiento. Y conforme lo establecido en el artículo 3° del Código antes mentado, se le
aplican supletoriamente las reglas del Juicio Ordinario.
Desde su regulación original, las modificaciones legales más relevantes que ha
recibido este procedimiento dicen relación con la ley 7.760 de fecha 5 de Febrero de 1944,
que amplió el campo de aplicación de este procedimiento, la ley 18.705, de 24 de Mayo de
1988, que introdujo el trámite de la citación a oír sentencia a este procedimiento, y
modificó la forma de computar el plazo para la realización de la audiencia de contestación,
y la ley 19.334, de 7 de octubre de 1994, que introdujo el trámite de la conciliación
obligatoria.
1.3.- Características
a) Es un procedimiento declarativo
En oposición a los procedimientos ejecutivos, el procedimiento sumario solo es apto
para obtener el reconocimiento de una determinada situación jurídica, sea dando por
establecida una situación jurídica preexistente (juicio declarativo propiamente tal), sea
generando un estado jurídico nuevo (juicio constitutivo) o de condena, si la respectiva
sentencia envuelve una prestación de dar, hacer o no hacer.
b) Es un procedimiento breve
Al legislador interesa que este procedimiento se ventile con rapidez, en razón de la
naturaleza de las cuestiones y materias que conforme a él deben resolverse. Así, de la
comparación de este procedimiento con el Juicio ordinario, se advierte este rasgo,
consistente en la simplificación de la estructura del juicio (demanda, audiencia de
contestación y conciliación, breve término probatorio si se estima procedente, citación a oír
sentencia y fallo), la reducción de la duración de ciertas etapas, la eliminación de ciertos
trámites (réplica, duplica, observaciones a la prueba), la rapidez con que debe darse curso al
procedimiento por el tribunal (artículo 688 C. P. C.), la preferencia que tiene para su vista
en segunda instancia (Art. 319 del C. O. T.), y la facultad conferida al Tribunal de segunda
instancia para pronunciarse sobre todas las cuestiones ventiladas en primera instancia pero
no resueltas en el fallo pese a ser compatibles con las acciones o excepciones acogidas sin
necesidad de casar el fallo. Además se refleja este carácter en las facultades más
discrecionales que se confieren al Tribunal para omitir la etapa probatoria y fallar
derechamente (artículos 683 inciso 2°, 685 y 687 del C. P. C.).
c) Es un procedimiento concentrado
El principio formativo del procedimiento de la concentración, que tiene como
finalidad el reunir o agrupar las diversas cuestiones litigiosas surgidas en el marco de un
juicio en una sola oportunidad procesal, a fin de que sean resueltas en conjunto en la
sentencia definitiva, evitando así la dilación innecesaria del juicio, recibe gran aplicación en
el procedimiento sumario.
Aunque no se lo recoge en forma total y pura (lo que exigiría la realización de una
sola audiencia de contestación, conciliación y prueba tras la cual se dictaría fallo), tiene
mayores manifestaciones aquí que en el común de los procedimientos establecidos en
Código de Procedimiento Civil, siendo las manifestaciones más relevantes de esta
característica la acumulación de los trámites de contestación a la demanda y conciliación
obligatoria, la necesidad que tiene el demandado de deducir en la audiencia de contestación
todas sus defensas, la necesidad de deducir, en lo posible, todos los incidentes en la
audiencia de contestación y conciliación1(por lo menos todos aquellos en que los hechos
que los fundamentarían existan antes o al tiempo de la celebración de la audiencia), y la
“Los incidentes deben formularse en la misma audiencia”. Chile, Corte Suprema, 14 de abril de 1987, En
Lexis Nexis número 10106.
1
inexistencia de incidentes de previo y especial pronunciamiento en el procedimiento
sumario, a la luz de lo establecido en el artículo 690 del Código de Procedimiento Civil,
que ordena que los incidentes se deben resolver en la sentencia definitiva, salvo
evidentemente aquel que se pronuncia sobre la solicitud de substitución del procedimiento.
d) Es un procedimiento extraordinario en la nomenclatura del Código de Procedimiento
Civil
Conforme lo establecido en el artículo 2° del referido cuerpo legal, en base al cual la
Jurisprudencia ha determinado que el único procedimiento ordinario, general y común es el
juicio ordinario del Libro II del C. P. C., y atendida su regulación en el Libro III del mismo
código, referido a los juicios (procedimientos) especiales, debe concluirse que en nuestro
derecho el juicio sumario es un procedimiento extraordinario regido por las disposiciones
especiales que la ley establece para determinados casos.
Sin embargo, como parte de nuestros tratadistas han hecho notar, el Código no ha
sido muy prolijo al tratar estas categorías conceptuales. En este punto, en doctrina se
entiende que un procedimiento es común u ordinario cuando por su estructura debe y puede
aplicarse en general a una determinada categoría de acciones que por su naturaleza lo
exigen, y especial cuando se diseña y aplica para los casos que la ley específicamente
determina. En esa línea debe entenderse que fuera del procedimiento ordinario del Libro II
del C. P. C. también el juicio sumario así como el ejecutivo de mayor cuantía son
procedimientos comunes u ordinarios, ya que corresponde se apliquen a toda una categoría
de acciones, en este caso, a todas aquellas que por su naturaleza requieran de una
tramitación rápida para ser eficaz.
Sin perjuicio de ello, se dice también que este juicio es propiamente especial cuando
por mandato legal debe aplicarse a ciertas materias, como las establecidas en los números 1
al 10 del Artículo 680 del C. P. C.
e) Es legalmente un procedimiento verbal
En concordancia con su carácter breve y concentrado, se establece por la ley
expresamente la oralidad del procedimiento sumario en el artículo 682 del C. P. C.
Sin embargo esa misma norma permite a las partes presentar minutas escritas de los
hechos que invocan y las peticiones que formulan, lo que ha redundado en la practica en
que la verbalizad del procedimiento sumario no pase de ser una declaración de principios
de la ley, que no cuenta con aplicación práctica.
f) Contempla instituciones excepcionales en nuestro derecho
Se regulan en el procedimiento sumario instituciones de carácter excepcional en
nuestro derecho procesal, cono son la substitución del procedimiento y el acceso
provisional a la demanda. Se tratará en detalle sobre estas instituciones más adelante.
2.- Materias sometidas a la aplicación del procedimiento sumario
Como se anticipó, el procedimiento sumario tiene dos ámbitos de aplicación. Uno
de carácter general o común, conforme lo establecido en el artículo 680 inciso Primero del
C. P. C., donde se establece una causal genérica para la aplicación de este procedimiento, y
en segundo término se han establecido diversos casos que requieren la aplicación especial
de este procedimiento, en que los juicios relativos a una serie de materias son expresamente
sometidos en su tramitación por el Legislador a este procedimiento.
2.1.- Caso de Aplicación General
Conforme al mandato legal establecido en el artículo 680 inciso primero del Código
de Procedimiento Civil, deberá someterse al Procedimiento Sumario la tramitación de toda
acción que, por su naturaleza, requiera de una tramitación rápida para ser eficaz.
La determinación de la aplicación del procedimiento sumario en este supuesto está
entonces en definitiva entregada al criterio del tribunal, que deberá para ello apreciar la
concurrencia de dos requisitos:
a) Que la ley no determine, para la materia sobre la que versa la cuestión, la
aplicación de otro procedimiento. Por ejemplo, los interdictos posesorios que
versen sobre inmuebles o la constitución de servidumbres legales mineras
requieren evidentemente una tramitación rápida para ser eficaz, pero el
legislador ha establecido procedimientos especiales para estas cuestiones.
b) Que la acción deducida, por su naturaleza, requiera de una tramitación rápida
para ser eficaz. Evidentemente, los caracteres esenciales, la finalidad
consustancial de lo que se pida, y la complejidad del asunto debatido según
pueda apreciarse en esta oportunidad del procedimiento, deberán determinar con
claridad la procedencia de aplicar este procedimiento o no. Por ejemplo, es por
este motivo que se sostiene que una demanda de nulidad nunca podría sujetarse
a los trámites del procedimiento sumario, por más urgente que aparezca la
necesidad de declararla, ya que se trata de cuestiones que por su propia
naturaleza son de lato conocimiento, y requieren un examen más detenido y
cuidadoso por parte del Tribunal, y una amplia oportunidad a las partes para que
puedan aportar antecedentes.
Por otro lado, resulta evidente que a la luz del principio de pasividad de los
Tribunales establecido en el artículo 7 del Código Orgánico de Tribunales, quien debe
solicitar la aplicación de este procedimiento en función de este supuesto es el actor en su
demanda. El Tribunal deberá apreciar entonces si procede o no acoger esta solicitud.
Si no lo estima procedente, no dará curso a la demanda y dictará una resolución del
tenor “Atendido el mérito del inciso primero del artículo 680 del C. P. C., Ocúrrase como
en Derecho corresponda”, o similar. Estimamos que esta resolución tendría la naturaleza
jurídica de un mero decreto, por cuanto, no pronunciándose sobre un incidente no puede
calificarse como auto o sentencia interlocutoria de primer grado, evidentemente no es una
sentencia definitiva, ni tampoco califica como sentencia interlocutoria de segundo grado, ya
que no resuelve algún trámite que sirva de base para dictar otra sentencia interlocutoria o
definitiva, ni tampoco una sentencia interlocutoria que ponga término al juicio o haga
imposible su continuación, por cuanto en esta etapa del procedimiento no se ha trabado la
litis aun y no puede hablarse aun de juicio2. Recuérdese que las sentencias interlocutorias,
conforme el artículo 175 del C. P. C. producen efecto de cosa juzgada, por lo que estimar
que una resolución dictada en esta temprana etapa del proceso pueda tener tal efecto resulta
absurdo. Esta resolución se limita a arreglar la substanciación del proceso, determinando la
forma en que debe deducirse la acción.
Este decreto es evidentemente susceptible de
reposición con apelación subsidiaria, por cuanto de estar errado implica alterar el curso
normal del procedimiento, al no admitir a tramitación una demanda procedente en la forma
que se ha deducido en base a un error de apreciación del Tribunal.
Si estima procedente el Tribunal tramitar la demanda deducida conforme al
procedimiento sumario, se limitará el órgano jurisdiccional a tener por interpuesta la
demanda y citar al comparendo de estilo, en los términos del artículo 683 inciso 1° del C. P.
C.
Como ejemplos de cuestiones que deben someterse al procedimiento sumario por
esta causal genérica podemos señalar las demandas de precario (no por comodato precario),
las cuestiones relacionadas con servidumbres voluntarias, las querellas posesorias relativas
a bienes muebles. En general estimamos corresponderá aplicarla a toda demanda que no
tenga una tramitación especial señalada por la ley, que no requiera de un análisis de fondo
de lato conocimiento para una acertada resolución (como por ejemplo, como dijimos, una
demanda de nulidad o de resolución de contrato, o una que persiga la responsabilidad
extracontractual derivada de un delito o cuasidelito civil, fuera del caso establecido en el
artículo 9 inciso final de la ley 18.287), y que efectivamente requiera de una tramitación
rápida para ser eficaz, en el sentido de que los eventuales resultados de la demanda podrían
verse burlados ante una prolongación excesiva del procedimiento.
El instituto de la sustitución del procedimiento solo es procedente respecto de los
casos en que la aplicación del procedimiento sumario resulte de esta causal. En los casos de
los números 1 a 10 del Art. 680 del C. P. C. o respecto de otros casos en que la ley ordene
someter una materia al procedimiento sumario, no es procedente aplicar la referida
institución.
2
Conforme ha concluido nuestra doctrina, en base al artículo 1911 del Código Civil, el juicio solo existe
desde la notificación de la demanda.
2.2.- Casos de Aplicación Especial
El artículo 680 del C. P. C. ordena aplicar el procedimiento sumario a una serie de
casos y materias en sus numerales 1 a 10.
Cuando el procedimiento sumario recibe aplicación por estas causales, su aplicación
es determinada por la ley y no se entrega, a diferencia del caso anterior, al criterio del
Tribunal, debiendo limitarse este a constatar en cada caso que efectivamente nos
encontramos en un supuesto en que la ley ordena proceder conforme a este procedimiento,
y dar curso a la demanda respectiva. Por el contrario, si se advierte que se pretende por el
actor que una materia que por ley debe someterse al procedimiento sumario se tramite
conforme a otro procedimiento, no se deberá dar curso a la demanda.
Pasamos a referirnos a estas materias especialmente entregadas a este procedimiento
por nuestro Ordenamiento Jurídico.
1° A los casos en que la ley ordene proceder sumariamente, o breve y sumariamente, o en
otra forma análoga.
Estas situaciones no requieren mayor análisis. Cuando la ley emplea alguna de estas
fórmulas, debe recibir aplicación este procedimiento. Lo hace el Código de Procedimiento
Civil por ejemplo en el artículo 271, relativo a las demandas de jactancia.
Corresponde encuadrar aquí todos los casos en que leyes diversas al Código de
Procedimiento Civil determinan la aplicación del Procedimiento sumario a ciertas materias,
como hace el artículo 233 del Código de Minas respecto de los juicios que versen sobre
derechos regidos por ese código no sometidos a otro procedimiento especial, el artículo 177
del Código de Aguas respecto de lo juicios sobre constitución, ejercicio y pérdida de los
derechos de aprovechamientos de agua y demás cuestiones relacionadas con ellos que no
tengan procedimiento especial, las acciones de dominio que estimen asistirles a terceros
respecto de una persona que obtuvo se ordenara inscribir a su nombre un inmueble en base
al procedimiento de regularización de la posesión de la pequeña propiedad raíz, según el
artículo 26 del D. L. 2.695, por señalar solo algunos casos de relevancia práctica.
2° A las cuestiones que se susciten sobre constitución, ejercicio, modificación o extinción
de servidumbres naturales o legales, y sobre las prestaciones a que ellas den lugar.
En virtud de esta norma corresponde aplicar este procedimiento a todo lo relativo a
las servidumbres naturales y legales contempladas en el Código Civil. Respecto de las
servidumbres naturales y legales contempladas en el Código de Minería corresponde
aplicar el procedimiento especial establecido en el artículo 235 del Código de Minería3.
3° A los juicios sobre cobro de honorarios, excepto el caso del artículo 697.
En virtud de esta causal procede aplicar el procedimiento sumario al cobro de toda
clase de honorarios. Por honorarios debemos entender el estipendio debido a una persona
en retribución al ejercicio de una profesión liberal. Es decir, por esta vía deben perseguir
los trabajadores independientes quienes ejercen una profesión liberal (por las que se
entiende en general que son aquellas que requieren que quien las ejerza cuente para ello con
algún título profesional o técnico impartido por alguna institución de educación superior) el
cobro de lo que se les deba por sus clientes.
En todo caso, corresponde se persiga conforme al juicio sumario en función de la
norma en comento el cobro de todo estipendio que la ley denomine honorario, cualquiera
sea su origen.
Por excepción, conforme establece esta misma norma, el cobro de los honorarios
devengados de servicios profesionales prestados en juicio, podrá ser perseguido por el
legitimado para su cobro, según prefiera este, conforme al juicio sumario o bien a través de
una petición realizada ante el Tribunal que conoció el juicio respectivo en primera instancia
conforme al procedimiento establecido para la tramitación y resolución de los incidentes.
4° A los juicios sobre remoción de guardadores y a los que se susciten entre los
representantes legales y sus representados.
“ Los juicios de demarcación y cerramiento deben ser conocidos conforme al procedimiento sumario”.
Chile, Corte de Apelaciones de Concepción, 14 de julio de 200, En Lexis Nexis número 22136.
3
Se comprenden aquí dos órdenes de materia.
En primer término, los juicios sobre remoción de guardadores. Los guardadores son,
conforme lo establecido en el inciso 2° del art. 338 del Código Civil, las personas que
ejercen una tutela o una curaduría. Estas últimas son cargos impuestos a ciertas personas a
favor de aquellos que no pueden dirigirse a si mismos o administrar competentemente sus
negocios, y que no se hallan bajo la potestad de un padre o madre que pueda darles la
protección debida.
Téngase presente en este punto lo establecido en el artículo 8° N° 6 de la ley 19.968,
sobre Tribunales de Familia, conforme al cual es competencia de estos Tribunales lo
relativo a las Guardas (Término comprensivo de las tutelas y curadurías) salvo en cuanto se
refieran a pupilos mayores de edad y al curador de la herencia yacente, y sin perjuicio de lo
establecido en el artículo 494 del Código Civil, que entrega la designación del curador ad
litem al tribunal que conozca del pleito de que se trate. En esa forma, debemos concluir que
la remoción de un guardador de un pupilo menor de edad no se rige por el procedimiento
sumario, sino que, siendo materia propia de la competencia de los tribunales de Familia, la
tramitación del juicio respectivo se conforma al procedimiento ordinario establecido en la
ley 19.968.
En segundo lugar, se refiere a los juicios que se susciten entre representantes legales
y sus representados. Los representantes legales son el padre o la madre de una persona, el
adoptante y el tutor o curador.
Se someten entonces al procedimiento sumario en general todas las cuestiones que
se susciten entre estas personas, independiente de la calidad procesal en que litiguen. Pero
debe recordarse que todo lo relativo a las guardas de menores de edad se entrega por ley al
conocimiento de los Tribunales de Familia, así como también ciertas cuestiones que se
suscitan entre padres e hijos relativas a materias de familia, situaciones que evidentemente
serán de competencia de estos Tribunales, no aplicándose en consecuencia a estos
supuestos el juicio sumario.
Por ende, en general, nos parece claro que en virtud de este supuesto se someterán al
procedimiento sumario las cuestiones que se susciten entre las personas aquí aludidas en
relación a la administración de los bienes de los representados en la medida que no se vean
involucrados en la cuestión menores de edad.
5° Derogado por la ley 19.968.
Se refería a los juicios sobre separación de bienes. Ahora estas materias son
competencia de los Tribunales de Familia y se tramitan por el procedimiento establecido
para dicha judicatura en la ley 19.968.
6° A los juicios sobre depósito necesario y comodato precario.
Se trata de los juicios que se sigan sobre estas dos instituciones. El depósito
necesario es una especie de depósito (contrato en que se confía una cosa corporal a una
persona que se encarga de guardarla y restituirla en especie) caracterizada por el que la
elección del depositario no depende de la libre voluntad del depositante. Se trata de un
contrato surgido de una situación coyuntural, una emergencia, en que por ende es necesario
que por un procedimiento expedito pueda resolverse todo lo relacionado con el mismo.
El comodato precario es una especie de préstamo de uso en que el comodante se
reserva la facultad de pedir la restitución de la cosa prestada en cualquier momento. Se
entiende que el comodato es de esta clase cuando no se presta la cosa para un servicio
particular ni se fija tiempo para su restitución.
El artículo 2195 inciso 2° del Código Civil señala que hay también precario en la
tenencia de una determinada cosa ajena, sin previo contrato y por ignorancia o mera
tolerancia del dueño. Nos parece que en este caso no hay propiamente comodato precario,
dada la ausencia de un acuerdo de voluntades propiamente plasmado en un contrato en este
supuesto, sino una mera situación de hecho, por lo que los juicios sobre la materia no deben
ajustarse al procedimiento sumario en función de este numeral del artículo 680 del C. P. C.,
pero parece evidente que si corresponde que ello ocurra en base a la causal genérica
establecida en el mismo artículo.
7° A los juicios en que se deduzcan acciones ordinarias a que se hayan convertido las
ejecutivas a virtud de lo dispuesto en el artículo 2515 del Código Civil.
Como se sabe, la prescripción extintiva de las acciones ejecutivas es de 3 años, al
término de los cuales subsiste por otros dos como acción ordinaria. Es decir, la acción para
el cobro de una obligación que consta en un título ejecutivo a través de esta clase de
procedimiento por regla general prescribe en 3 años desde que la obligación se hiciera
exigible. Cumplido ese plazo, persiste la posibilidad de demandar nuevamente en un
procedimiento declarativo el reconocimiento de la existencia de la obligación que constaba
en el respectivo título ejecutivo4. Si no existiera esta norma debería ventilarse esta cuestión
conforme al procedimiento ordinario, sin embargo, dado que existiendo un título ejecutivo,
la existencia de la obligación no amerita un análisis muy detenido, el legislador establece
que el conocimiento de esta situación se someta a los trámites del procedimiento ordinario5.
8° A los juicios en que se persiga únicamente la declaración impuesta por la ley o el
contrato de rendir una cuenta, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 696.
Deben distinguirse dos cosas: la rendición de cuentas misma, y la obligación de
rendir una cuenta. En general, puede decirse que están obligados a rendir cuentas los que
administran bienes ajenos, como los guardadores, los mandatarios, los administradores de
una sociedad, etc. Esta obligación de rendir cuentas debe surgir o bien de un contrato o bien
de la ley (como por ejemplo establecen los artículos 1309 o 2080 del Código Civil). Si el
obligado a rendir cuenta pretende desconocer su deber de hacerlo, corresponde se
determine judicialmente si tal obligación existe o no, lo que se hará, conforme la norma en
comento, en un procedimiento sumario.
La rendición misma de la cuenta se debe hacer conforme a lo establecido en el
procedimiento especial establecido en el Título XII del Libro III del C. P. C., que regula el
juicio especial de cuentas.
“El procedimiento sumario se aplicará a los juicios en que se deduzcan acciones ordinarias a que se hayan
convertido las ejecutivas en virtud de lo que dispone el artículo 2515 del Código Civil”. Chile, Corte de
Apelaciones de Santiago, 8 de noviembre de 2000, En Lexis Nexis número 21157.
5
Téngase presente eso si que según la Jurisprudencia la subsistencia de la acción ejecutiva como ordinaria
solo se da respecto de la acción ejecutiva que tenga una prescripción como tal de 3 años, no cuando tengan
una prescripción especial de corto tiempo, como por ejemplo las acciones cambiarias. Citemos por ejemplo el
siguiente fallo: “La acción cambiaria extingue definitivamente por el transcurso de un año Sin que pueda
subsistir como ordinaria por otros dos años después de haber expirado como acción ejecutiva”. Chile, Corte
de Apelaciones de Concepción, 6 de septiembre de 2000, En Lexis Nexis número 17961.
4
Por otro lado, debe entenderse la alusión al artículo 696 del C. P. C. en el sentido de
que si la obligación de rendir cuenta consta de un título ejecutivo, corresponderá exigir el
cumplimiento de dicha obligación conforme al juicio ejecutivo de obligaciones de hacer.
9° A los juicios en que se ejercite el derecho que concede el artículo 945 del Código Civil
para hacer cegar un pozo.
El artículo 945 del Código Civil fue suprimido por la ley 9.909 de 28 de Mayo de
1951. Actualmente la referencia de este artículo debe entenderse hecha a lo dispuesto en el
artículo 56 inciso 1º del Código de Aguas. Se trata de lo siguiente: todo propietario de un
terreno tiene derecho a cavar en suelo propio un pozo para uso doméstico, aunque con ello
perjudique o disminuya el caudal de otro pozo que se alimente de la misma napa. Pero si el
pozo que ocasiona la disminución del resto no reporta utilidad alguna o causa más
perjuicios que utilidad, pude solicitarse se obligue a cegarlo. El juicio que origine esta
solicitud, que debe promover la persona que pretenda el cegamiento del pozo en contra del
dueño del predio en que se abrió el pozo, se tramitará conforme al procedimiento sumario.
10° A los juicios en que se deduzcan las acciones civiles derivadas de un delito o
cuasidelito, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 59 del Código Procesal Penal y
siempre que exista sentencia penal condenatoria ejecutoriada.
Por regla general las acciones que persiguen la declaración de responsabilidad extracontractual civil son materias de lato conocimiento, sometidas al procedimiento ordinario.
Ahora bien, las sentencias condenatorias dictadas en un procedimiento penal producen cosa
juzgada en sede civil, conforme lo establece el artículo 178 del C. P. C., esto es, en la
medida que sean condenatorias. Luego, de existir este antecedente no resulta necesario un
nuevo juicio para determinar la existencia del ilícito, por lo que bastará con un
procedimiento más expedito para determinar el monto de los perjuicios y otras cuestiones,
por lo que resulta lógico que el legislador disponga que en este caso se someta al juicio
sumario la acción derivada a perseguir las responsabilidades civiles derivadas de un ilícito
penal.
Por otro lado, cabe tener presente que esta norma recibirá aplicación siempre que la
referida acción civil derivada de un ilícito penal se ejerza ante los Tribunales civiles,
situación que constituye la regla general. Solo es obligatorio deducir la acción civil
restitutoria en el procedimiento penal. En el caso de la acción civil compensatoria o
reparatoria deducida por la víctima en contra del imputado es posible que se deduzca o ante
los tribunales civiles o en el procedimiento penal, pero si se opta por esta última alternativa,
no es posible deducir nuevamente la acción en sede civil.
Todos los otros supuestos en que es procedente deducir acciones civiles derivadas
de un ilícito penal que no sean restitutorias, en que la víctima se dirija contra terceros
civilmente responsables, o en que terceros afectados diversos de la victima se dirijan contra
el imputado o contra terceros civilmente responsables, deberá hacerse ante los tribunales
civiles y en conformidad al procedimiento sumario.
3.- Etapas del Procedimiento Sumario.
Como todo procedimiento, la estructura del Sumario comprende tres fases
claramente distinguibles, discusión, prueba y fallo.
La etapa de discusión es aquella en que las partes realizan sus peticiones y formulan
sus pretensiones, con lo que se determina el objeto del juicio y se fija la competencia del
Tribunal. Comprende la presentación de la demanda, su notificación, y la audiencia de
contestación y conciliación.
La etapa de prueba corresponde a aquella sección del procedimiento en que las
partes deberán solicitar se decreten y aportaran en consecuencia los antecedentes necesarios
para la comprobación de los supuestos de hecho de sus pretensiones. En el procedimiento
sumario se inicia con la resolución que recibe la causa a prueba, y termina con el
vencimiento del término probatorio. De lo establecido en los artículos 683 y 685 del
Código de Procedimiento Civil, podemos concluir que el Tribunal puede estimar
procedente saltarse esta etapa, y citar derechamente a oír sentencia, si de lo expuesto en la
audiencia de contestación y del mérito de los antecedentes que en ese punto existan así lo
ameriten. En general, será necesario recibir la causa a prueba cuando existan puntos
sustanciales, pertinentes y controvertidos.
El Tribunal respectivo debe ser cuidadoso en este punto, por cuanto, de omitirse la
recepción de la causa a prueba sin que realmente hubiera mérito para ello, la sentencia que
eventualmente se dicte queda afecta a un vicio de casación en la forma, ya que el
recibimiento de la causa a prueba, cuando proceda con arreglo a la ley, es un trámite
esencial para los juicios especiales conforme el artículo 795 N° 3 del C. P. C., y el
Procedimiento Sumario, según la nomenclatura del código, es un procedimiento especial.
Por razones de economía procesal y por facultarlo la ley en el artículo 84 inciso final del C.
P. C., es deber del tribunal tomar las medidas necesaria para evitar la nulidad de los actos
de procedimiento, y siendo la casación en la forma una manifestación de la nulidad
procesal, es deber del Tribunal evitar que se produzcan vicios que sean causal de dicha
sanción procesal.
La etapa de fallo comprende la citación a oír sentencia y el fallo propiamente tal.
Evidentemente, en la medida que se estime procedente, podrían dictarse una vez hecha la
citación a oír sentencia, medidas para mejor resolver, ya que establece dichas medidas el
artículo 159 del C. P. C. norma ubicada entre las disposiciones comunes a todo
procedimiento.
El análisis pormenorizado de cada una de estas etapas se realizará en el capítulo
siguiente.
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