Los juicios pendientes de las contracumbres

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Del 16 al 29 de marzo de 2006 // Diagonal
LIBERTADES Y DERECHOS // 43
APARECE MUERTO OTRO PRESO EN NANCLARES
ATAQUE XENÓFOBO EN GRAN CANARIA
MIL ‘SIN PAPELES’ MUERTOS
El 9 de marzo fue descubierto, ahorcado en su celda, el cuerpo de
F.M.O.T, de 33 años y natural de Bilbao. Es el octavo fallecimiento en
los dos últimos años en la cárcel alavesa de Nanclares de Oca.
En esta misma prisión varias presas denunciaron recientemente
coacciones sexuales y económicas del ex subdirector de Seguridad.
En la madrugada del 10 de marzo, el Aula de la Naturaleza
de Tunte, en Gran Canaria, fue incendiada en un ataque
xenófobo. La Consejería de Asuntos Sociales pretendía alojar a los jóvenes inmigrantes que desde el 3 de marzo permanecen hacinados en un polideportivo de Las Palmas.
Oficialmente, desde finales de diciembre 160 inmigrantes han muerto intentando alcanzar las costas canarias. Sin embargo, un alto responsable de la Cruz Roja española eleva esta cifra hasta más de
1.000 muertos. Se estima que todos los días entre 200 y 600 inmigrantes parten de las costas africanas hacia las Islas Canarias.
ANTIGLOBALIZACIÓN // NUMEROSOS PROCESOS PENALES EN MARCHA
Los juicios pendientes
de las contracumbres
www.aubonnebridge.net
Aunque los movimientos
antiglobalización han
perdido centralidad
mediática, quedan
abiertos los muy diversos
juicios fruto de las
polémicas intervenciones
policiales contra las
movilizaciones.
EL PRINCIPIO DE ‘NO DISCRIMINACIÓN’, que rige la legislación internacional en
materia de derechos humanos, no se está cumpliendo.
INMIGRACIÓN // PARA LA POLICÍA, SON
INDOCUMENTADAS ANTES QUE MALTRATADAS
Las inmigrantes,
desprotegidas ante
la violencia
Fernán Chalmeta
Redacción
No son pocos los procesos pendientes en Grecia, Suiza o España
contra activistas antiglobalización
detenidos. Pero son muchos menos que las denuncias de torturas
o brutalidad contra las fuerzas del
orden. Más allá de las especificidades legales propias de cada
Estado, los diferentes grupos de
apoyo o solidarios denuncian el
doble rasero para juzgar y condenar ambas situaciones.
En Barcelona, el 8 de marzo, la
vista oral contra Sergio L. D., el único de los más de 100 detenidos de
la manifestación contra la Cumbre
Europea ‘02 en Barcelona que permanecía a la espera de juicio, fue
aplazada hasta el 6 de junio. Sergio
se enfrenta a una petición, tanto del
fiscal como por parte de la acusación particular (La Caixa, Bancaja,
BBVA, Banesto y Viajes Transglobal), de casi siete años de prisión
y multas que suman 4,5 millones de
pesetas en concepto de responsabilidad civil por daños. El día de la vista se sucedieron concentraciones y
acciones de apoyo en Barcelona,
Madrid y Santiago de Compostela.
Según el grupo de apoyo a Sergio, durante la manifestación del 16
de marzo de 2002 éste fue detenido
por policías de paisano. A partir de
ahí, los maltratos fueron constantes
hasta su puesta en libertad dos días
después. En septiembre de 2002,
Sergio interpuso una querella contra la policía nacional por torturas y
trato vejatorio. El juicio fue considerado de faltas, pero el denunciante, tras sucesivos recursos, logró
que la Audiencia Provincial impusiera la vía penal, quedando este
juicio pendiente de la vista. Según
el grupo de apoyo, el retraso del juicio del 8 de marzo “permitirá que
salga antes el juicio contra los policías, lo que favorecerá a Sergio”.
Otros procesos donde están implicados ciudadanos españoles son
los resultantes de las movilizaciones contra los jefes de la Unión Europea, en junio de 2003 en Tesalónica, Grecia. Las denuncias por
malos tratos y torturas policiales
fueron numerosas. La manifestación del 21 de junio acabó con 130
detenidos. Muchos fueron identificados, intimidados y puestos en libertad. Otros 29 salieron con graves acusaciones (daños, resistencia
a la autoridad, desórdenes públi-
Denuncian la discriminación a las mujeres extranjeras
indocumentadas en la Ley de Medidas de Protección
contra la Violencia de Género de enero de 2005.
Ivana Moya Frutos
Madrid
AUBONNE. Un activista resultó herido, en junio de 2003, cuando la policía cortó la
cuerda de la que colgaba del puente de Aubonne para protestar contra el G-8.
cos, posesión y uso de armas, etc).
Siete fueron encarcelados (dos de
ellos, Carlos y Fernando, de origen español) pero puestos en libertad en noviembre de 2003, tras
intensas movilizaciones internacionales y una dura huelga de
hambre de los encarcelados.
Hoy, la situación judicial es cuanto menos confusa. Las investigaciones sobre las denuncias contra las
intervenciones policiales siguen inconclusas. Carlos (junto a cinco de
“Fue muy positivo el
que los jueces no se
creyesen los informes
policiales”, dice Carlos,
uno de los afectados
los 29 acusados) fue juzgado por
sedición en octubre de 2005, y condenado a dos años y tres meses de
cárcel, que no deberá cumplir. “Fue
muy positivo que los jueces no se
creyesen los informes policiales. En
su día se dijo que por eso se postergaban los juicios hasta investigar
detalladamente, pero más adelante
fuimos conscientes de que separar
y a la vez mezclar nuestros juicios
con los de los encausados que no
estaban en prisión es una estrategia
del Estado griego para disgregar la
enorme respuesta social que les
perjudicó más de lo que esperaban”, dice Carlos a DIAGONAL.
En otras vistas, uno de los en-
carcelados ha sido absuelto, y otros
seis (entre ellos, Fernando) esperan su inminente juicio por el que
se piden de 10 a 20 años de cárcel.
Donde sí hay sentencia es en el
proceso contra los policías que disolvieron la protesta en el puente
de Aubonne (Suiza). El 1 de junio
de 2003, un grupo de 15 activistas
bloquearon la autopista por la que
circulaba una comisión de delegados del G-8. Para ello, dos escaladores se colgaron atados a una
cuerda que atravesaba el puente.
La policía cortó la cuerda provocando la caída, desde 21 metros de altura, de uno de los activistas, que
sufrió graves heridas, de las que padece secuelas, mientras que la otra
fue agarrada in extremis, quedando
en estado de shock.
En junio de 2004, los escaladores y un tercer activista fueron
juzgados y condenados por “poner en peligro las vidas de los conductores en la autopista”.
Según el grupo de apoyo de Aubonne, sólo tras múltiples presiones, una intensa labor de información y recursos judiciales que
llegan al Tribunal Supremo suizo, han logrado evitar el archivo
de la causa y que los policías que
cortaron la cuerda sean juzgados
por “negligencia con daño físico”.
En febrero, tras la vista oral, los
policías han sido absueltos (el que
cortó la cuerda estaba “bajo estrés” y ante “una situación nueva”,
y el que dio la orden ha sido ascendido a sargento mayor).
El trabajo realizado en el último año
por Amnistía Internacional (AI) y la
Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) para recoger experiencias y analizar los casos detectados refleja en sendos informes que el
cumplimiento efectivo del principio
de ‘no discriminación’, incorporado
en el artículo 17.1 de la Ley y que rige toda la legislación internacional
en materia de derechos humanos, no
se está garantizando. Los testimonios recogidos ponen de manifiesto
cómo, en la práctica, son múltiples
los obstáculos que las mujeres extranjeras indocumentadas encuentran a la hora de acceder a los procedimientos de denuncia, protección
El Estado español
subordina los derechos
de estas mujeres a las
políticas de control
migratorio, según AI
efectiva y obtención de justicia, al
igual que en el acceso a recursos
especializados, como centros de
acogida de larga estancia o ayudas
económicas específicas, fundamentales para romper la relación de dependencia con el agresor.
Para estas organizaciones, resulta
especialmente alarmante la aprobación por el Ministerio del Interior de
la Instrucción 14/2005 sobre la actuación de dependencias policiales en
relación con mujeres extranjeras
víctimas de violencia doméstica o de
género en situación administrativa
irregular. Después de informar y
atender a la víctima como exige el
protocolo, los agentes deben averi-
guar su situación administrativa e
iniciar procedimientos que pueden
conllevar desde sanciones hasta expedientes de expulsión. De esta forma, según AI, el Estado español está
subordinando los derechos humanos de estas mujeres a las políticas
de control migratorio, aumentando
así su desprotección.
Más invisibles y vulnerables
La gravedad de los hechos denunciados está determinada por la situación especialmente vulnerable
en la que se encuentran estas mujeres ante la violencia: la ausencia de
redes de apoyo (familiar, social), la
percepción de las fuerzas de seguridad como amenaza, la dependencia
económica por carecer de permiso
de trabajo… agudizan su situación
de aislamiento e indefensión.
Según los profesionales, resulta
habitual que los propios agresores
utilicen, para mantener la dependencia de la víctima, la amenaza
del procedimiento de expulsión
que puede acarrear la denuncia.
Un 30% de las mujeres asesinadas
en 2005 eran extranjeras. Según AI
“sería importante conocer cuántas
de estas mujeres se encontraban en
una situación de ‘irregularidad administrativa’ y si esta circunstancia incrementó su exposición a la violencia”. Piden para ello información en
función de la situación administrativa de las víctimas de este tipo de delitos violentos y de las actuaciones policiales y judiciales al respecto.
Visibilizar este colectivo y su problemática específica es esencial para
promover medidas eficaces, y también para impedir la manipulación
de los datos, cuando se insiste en relacionar violencia de género con inmigración, recurriendo a las estadísticas pero sin atender ni profundizar
en estos factores de desprotección.
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