origen de la agresividad

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La genética es clave en una de
cada tres personas violentas
Emil F. Coccaro investiga el origen de la agresividad impulsiva y su
tratamiento con fármacos y psicoterapia
JOAN CARLES AMBROJO - Barcelona - 13/11/2007 EL PAÍS
¿Por qué ciertas personas son tan violentas? ¿Se nace o se hace uno violento? Emil F.
Coccaro, jefe del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de la Escuela
Pritzker de Medicina en la Universidad de Chicago, trata de responder a estas
cuestiones desde la década de 1980.
En ensayos clínicos administró a un grupo de personas violentas fluoxetina
(comercializado como Prozac, un fármaco para tratar la depresión). El resultado fue
que podía calmar a los individuos menos agresivos al incrementar los niveles de
serotonina, un neurotransmisor cerebral (regula la transmisión entre neuronas). Sin
embargo, hasta ahora, la fluoxetina no puede aplacar el comportamiento de las
personas más violentas.
Ahora, el equipo que dirige Coccaro ha comenzado a analizar los datos recopilados
durante cinco años para un ambicioso estudio sobre la heredabilidad de la violencia y
los efectos de la serotonina en pacientes gemelos. Su equipo ha seleccionado de entre la
población normal de Pensilvania, en Estados Unidos, a 1.500 parejas de gemelos. El
estudio biológico llevado a cabo en el laboratorio de Chicago se ha visto reducido a 200
parejas de gemelos por problemas logísticos.
Los primeros análisis indican que en alrededor del 30%- 40% de las personas que
participaron en el estudio, la violencia tiene un componente genético clave, según
Coccaro. Existe una gran controversia sobre el origen de la violencia, pero este
investigador tiene claro que tanto la genética como el entorno son responsables.
Coccaro impartió la semana pasada en Barcelona una conferencia organizada por la
Obra Social de La Caixa sobre el cerebro violento.
La administración de fluoxetina a personas muy violentas produce efectos muy
variables: "El 30% de individuos muy agresivos dejaban de serlo; el 45% mejoraba su
comportamiento, y en el resto mejoraban los síntomas pero seguían siendo personas
que teníamos que considerar agresivas", explica Coccaro.
El Prozac consigue calmar a los menos agresivos, pero no a los más violentos
Un gen relacionado con la serotonina se asocia a la violencia y a la depresión
Emil F. Coccaro ha estudiado la agresividad en 200 pares de gemelos
¿Por qué no funciona la fluoxetina con las personas más violentas? "Pensamos que
estos individuos tienen problemas fundamentales en el sistema neurotransmisor de
serotonina del cerebro. Este sistema puede estar tan dañado que los medicamentos no
pueden actuar. Es algo parecido a lo que sucede en la enfermedad de Parkinson: las
células de dopamina mueren y el fármaco no funciona porque no hay nada sobre lo que
pueda trabajar".
El gen que codifica el transportador de serotonina tiene diversas versiones; según como
sea este transportador puede producir depresión o violencia. Los que padecen
depresión tienen bajos los niveles de serotonina y de norepinefrina, otro
neurotransmisor. En cambio, los pacientes agresivos tienen bajo el nivel de serotonina,
pero tienen un nivel normal o alto de norepinefrina. "Comparado con un vehículo, la
serotonina sería el freno y la norepinefrina, el acelerador: en un paciente depresivo no
funciona ni el freno ni el acelerador, el coche no se mueve, está apagado. En una
persona agresiva, el freno no funciona pero el acelerador funciona bien o va muy
rápido", explica Coccaro.
El grupo de este psiquiatra también está realizando estudios de neuroimagen y
psicológicos sobre el procesamiento emocional en personas agresivas y también en
personas de comportamiento normal. "A ambos grupos les mostramos fotos de
expresiones emotivas, de caras, y hemos observado que en las personas agresivas se
activa más la amígdala cuando se les muestra la fotografía de la cara de una persona
enfadada, y no se activa tanto el freno emocional en la parte frontal del cerebro; es
decir, la conexión entre ambas partes no es tan fuerte y entonces funciona más el
acelerador y menos el freno".
La amígdala aceleradora
En la gente normal sí que funciona este sistema, y aunque haya más actividad de la
amígdala [el acelerador del comportamiento agresivo], también se incrementa la
actividad del freno, que compensa el exceso de actividad de la amígdala, dice. "Con el
tratamiento farmacológico con fluoxetina, por ejemplo, que calma la actividad de la
amígdala, hemos visto que existe una relación fuerte entre la baja actividad de la
amígdala y un descenso en la agresividad".
Al haber realizado este estudio con pocos individuos, el grupo ha solicitado financiación
pública para realizar otro ensayo con un mayor número de pacientes", añade.
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