DERECHO ADMINISTRATIVO 2011/12, grupo 34, 3º D ORIENTACIONES PARA RESOLVER LOS CASOS PRÁCTICOS Se ofrecen a continuación unas pautas útiles para la resolución de los casos planteados: 1. Leer detenidamente el caso práctico, es decir, LOS HECHOS, el SUPUESTO DE HECHO. Hay que empezar por plantearse y contestar algunas preguntas orientativas, como: “¿qué Administraciones intervienen en el caso?”, “¿son competentes para actuar?”, “¿que legislación resulta aplicable?”, “¿qué intereses o “partes enfrentadas” aparecen?”, etc. La lectura comprensiva nos ha de llevar a ENTENDER bien el supuesto de hecho, señalando los términos, palabras, datos y fechas, que susciten interés. Si hay algún concepto o palabra cuyo significado se desconoce, hay que repasar y estudiar la teoría correspondiente. 2. Identificar LOS BLOQUES MATERIALES QUE APARECEN EN EL SUPUESTO DE HECHO, es decir, “localizar” el contenido del caso práctico en alguna de las grandes materias del Derecho Administrativo: por ejemplo, si es un caso “de fuentes”, o de “organización”... aunque normalmente los casos prácticos (sobre todo conforme va avanzando el curso) abordan diversas materias y temas. Por norma general, siempre aparecen una o dos materias principales en el caso, y otras derivadas o conexas: hay que jerarquizarlas. Para todo ello, es necesario haber estudiado la teoría, o saber acudir a los materiales que pueden facilitar su estudio puntual con el fin de resolver el caso. 3. Detectar y SELECCIONAR LA NORMATIVA QUE RESULTA APLICABLE a las materias contempladas en el supuesto práctico, aun a pesar de que las cuestiones planteadas no se refieran luego a tales materias: ello ayuda a descartar normativa no aplicable, centrar la visión en los problemas y anticipar las tareas de preparación de la solución del caso. Los textos legales han de estar trabajados y los principales preceptos subrayados, ello es indicativo del estudio basado en las normas, en el conocimiento directo de las mismas. Hay que conocer además los principios de articulación del Ordenamiento jurídico, con el fin de priorizar la aplicación de la legislación básica estatal, si la hay; aplicar la normativa autonómica que proceda y además no confundir las diferentes fuentes (leyes, reglamentos) a la hora de establecer preferencias por los criterios ofrecidos por unas u otras). 4. Sólo tras haber realizado estas operaciones previas acudiremos a las PREGUNTAS-GUIA incluidas en el caso práctico, pensadas para orientar al alumno en la resolución del supuesto. Hay que leer despacio las preguntas orientativas para saber EXACTAMENTE LO QUE SE PREGUNTA. Ahora bien, como estas preguntas son meramente orientativas, es habitual que el caso práctico suscite al alumno otras preguntas o dudas que no se hayan planteado; poco a poco, el alumno será capaz de ir planteando preguntas o cuestiones alternativas. Es normal que al principio le cueste enfrentarse a los casos prácticos, pues éstos suelen inevitablemente- tratar cuestiones que quizás no se hayan abordado todavía en las clases teóricas. Otros aspectos a tener en cuenta: 1. No se valora tanto que el alumno sepa encontrar “la solución correcta” al caso, cuanto que sea capaz de RAZONAR EN DERECHO. Un caso práctico siempre es susceptible de distintas interpretaciones y, de hecho, en los casos reales aparecen siempre dos o más partes enfrentadas (por ejemplo, el Ayuntamiento que pone una multa y el ciudadano que no quiere pagarla). En otras palabras: existe un razonamiento jurídico, mejor o peor fundado en Derecho, para cada posición o interés enfrentado. Se recomienda al alumno que haga el esfuerzo de situarse siempre en los dos “bandos” y encuentre todos los argumentos posibles (p.ej. en defensa de la Administración y en defensa del ciudadano) para resolver los casos. 2. En la Facultad se supone la CAPACIDAD DE REDACTAR CORRECTAMENTE, y sólo se cultiva la redacción en lenguaje jurídico especializado, con empleo de términos y sintaxis propia de los profesionales del Derecho. Ello significa que es necesario verbalizar correctamente y escribir concisa y precisamente lo que se quiere responder, sin obligar al lector a hacer una lectura interpretativa de las intenciones del autor a la hora de contestar a las preguntas. En particular, se valora la CALIDAD DE LAS RESPUESTAS en términos de síntesis, capacidad de argumentación jurídica y de expresión jurídica especializada, así como la no comisión de errores graves (tales como el empleo de normativa no aplicable o la confusión de conceptos). Por lo tanto, hay que insistir en el hecho de que la mera enumeración de preceptos o contenidos no es determinante del éxito de la respuesta. 3. Resulta recomendable que el alumno se esfuerce en ESCRIBIR el caso práctico como si elaborara un DICTAMEN O INFORME; como si fuera un abogado o un perito que informa a un cliente sobre el conflicto o problema jurídico que plantea. No hay ninguna forma o procedimiento único para redactar un informe o dictamen jurídico. Normalmente, el Dictamen consta de una exposición de los antecedentes fácticos o de hecho, un análisis de los conflictos jurídicos que se plantean (incluido análisis legislativo, jurisprudencial y doctrinal) y unas conclusiones con las posibles soluciones o propuestas. Suelen terminar con una declaración formal (“Este es mi Dictamen, que someto a cualquier otro mejor fundado en Derecho”) que, no obstante, tampoco es esencial. Lo importante es que el dictamen o informe sea claro y que este correctamente razonado, de forma que las conclusiones que se propongan tengan una base jurídica.