En la Provincia hay 236 pueblos pequeños en vías de extinción

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I NTERES G ENERAL
La Plata, miércoles 24 de enero de 2007
RADIOGRAFIA DE BUENOS AIRES
En la Provincia hay 236 pueblos
pequeños en vías de extinción
Así lo asegura un grupo de especialistas que cruzó datos recientes con los últimos censos nacionales. Uno de los factores que más influyeron fue
el cierre del ferrocarril. La migración termina repercutiendo en las grandes ciudades. Cuáles son las localidades afectadas en las tierras bonaerenses
históricas de cada uno de nosotros”.
Una sombra ya pronto serás. La novela de Osvaldo Soriano logró retratar esa imagen fantasmal de los pueblos que fueron y ya no son. Dio vida,
pasión y casi muerte, a pueblos del silencio que no sólo están en la imaginación del novelista sino en nuestra
propia tierra. En la provincia de Buenos Aires hay 236 poblados considerados en vías de desaparición. Y
en todo el país son 816.
Los más afectados por el decrecimiento de la población en la Provincia de Buenos Aires son José B.
Casas, en Patagones, con un 85%
menos de personas -apenas suman
35-; Zenón Videla Norma, de Monte, (-73,8%); La Sofía, en Carlos Casares, (-71,1%); La Pala, en Adolfo
Alsina (-68,8%) y Villa Lynch Puerredón, en Bolívar (-64%).
El ferrocarril, la clave
Muchas de las poblaciones que integran el listado de pueblos en riesgo,
fueron lugares prósperos, y con perspectivas muy buenas, durante muchos años. Generalmente, contaban
con una estación de ferrocarril, alrededor de la que se desarrollaba la mayoría de las actividades más importantes -al igual que se formaron
en la ciudad de La Plata-.
Un simple registro
censal no indica ni
presagia la muerte de
un pueblo, advierte el
informe de Responde
En todo el país, hay 816
pueblos en vías de
extinción. Y se calcula
que el decrecimiento
fue del -13,11%
Hay un dato más impactante aun: el
40% de los pueblos rurales argentinos corre riesgo de extinción. La información surgió del estudio que hizo
un grupo de especialistas que comparó datos recientes con los últimos
censos nacionales. Explicaron que esto es así porque los habitantes migran para estudiar o buscar trabajo, y no regresan. También apuntaron al cierre de fábricas y la interrupción de servicios como el ferrocarril.
El porcentaje citado representa unos
236 pueblos que, de acuerdo al estudio, es muy probable que desaparezcan en los próximos años. Se trata de
localidades que tienen menos de
2.000 habitantes y cuya población
disminuyó más del 10 por ciento
entre un censo y otro (de 1991 a
2001, y hasta la actualidad).
Para los investigadores, la disminución comenzó en 1960 y se agudizó con los años. El Censo Nacional
de 1991 registró 430 pueblos “en crisis”. En 2001 la cifra ascendió a 816,
en tanto que 128 poblaciones crecieron menos del 10 por ciento y 90, desaparecieron.
“La extinción de los pueblos favorece el éxodo a las grandes ciudades
que no están preparadas para recibir
a esta gente, que termina viviendo en
forma muy precaria”, explicó Marcela Benítez, geógrafa y fundadora de
la organización Recuperación social
de poblados nacionales que desaparecen (Responde).
Oliden. Si bien no se encuentra en el listado de extinción, el cierre del ferrocarril cambió los hábitos del pueblo
A raíz de este relevamiento, Responde tuvo la idea de instrumentar
una serie de herramientas que permitan a los pueblos en riesgo de desaparición, atender y resolver por sí
mismos sus problemas de comunicación, transporte, alimentación,
educación y trabajo. Se trata, según
se explicó, de involucrar a instituciones o grupos locales, provinciales
o nacionales que se interesen en el
desarrollo de estos pueblos y se
comprometan con el apoyo y seguimiento de los mismos.
En el último censo
nacional hay 12
pueblos que, debido al
abandono, ni siquiera
fueron censados
Por otra parte, uno de los principales objetivos es ofrecer propuestas de
solución que permitan contener el
proceso de despoblamiento, además
de promover el desarrollo local respetando la cultura e idiosincrasia de su
gente, y posibilitar oportunidades de
crecimiento personal para la gente de
los pequeños pueblos.
Como publicó Hoy el lunes pasado,
una de las iniciativas es protagonizada
por grupos de profesionales jubilados
que recorren la provincia de Buenos
Aires para capacitar a los jóvenes en
diferentes oficios como carpintería,
Las causas
Caracterización de los poblados en
riesgo de desaparición:
„ Finalización de la principal actividad
económica que les dio vida.
„ Cierre de estaciones de ferrocarril.
„ Aislamiento ocasionado por el trazado de rutas pavimentadas alejadas
de los antiguos caminos de tierra.
„ Falta de inversión en mejoramiento
de rutas existentes.
„ Disminución de los montos de
población de cada una de las
comunidades involucradas,
reflejadas en cada censo.
„ Debilitamiento de su infraestructura
de servicios con motivo del
achicamiento del pueblo.
„ Falta de transportes públicos que
permitan el traslado de la
población existente.
„ Falta de inversión por parte del
Estado en educación formal
e informal.
„ Falta de fuentes de trabajo.
„ Imposibilidad de acceder a la
información y a las oportunidades
en general.
zapatería, sastrería o herrería
(ver recuadro).
“Hay que advertir que un simple registro censal no indica ni presagia la
muerte de un pueblo. Simplemente
marca una tendencia acerca de la que
debemos mantenernos alerta”, explicó
Benítez. Y agregó: “Nuestro propósito
es, al presentar el Listado de pueblos en
riesgo, poner una luz de atención sobre tantos pueblos que se desvanecen
en silencio y crear conciencia acerca
de la importancia de trabajar con una
visión de país y no continuamente ante las urgencias de la coyuntura”.
Este fenómeno afecta
a todo el país: en
Mina 9 de octubre,
Palpalá (Jujuy), se
censó a sólo 2 personas
Además, la geógrafa advirtió que
“si no podemos trabajar con esta visión, cientos de pueblos del país no
tendrán futuro. Hoy que sabemos
quiénes son, donde están, y no podemos seguir ignorándolos, ya que es
nuestra gente. Su cultura, su historia
se entrelazan con las propias raíces
Hoy,esas estaciones están abandonadas, el tren ya no llega y las vías se
encuentran en pésimas condiciones
de mantenimiento, lo que hace casi
imposible su utilización. “Contra esto
también es necesario dar una última
batalla”, advirtieron desde Responde.
Y agregaron: “Las viejas estaciones
pueden convertirse en centros culturales, museos, lugares de encuentro, y
puntos de referencia para el turismo”
-tal como ocurrió en La Plata con la
estación de Meridiano V-.
Un caso conocido es de Mechita, en
el kilómetro 200 de la ruta nacional 5,
en el partido de Bragado -incluido en
el Programa Turismo en pueblos rurales
de Responde-. Se trata de un pueblo
surgido como un gran taller ferroviario, con la presencia de un conjunto de
casas y edificios de estilo inglés, de
principios del siglo XX, con gran valor
histórico, donde ya está desarrollándose la actividad turística.
Con servicios gastronómicos, alojamiento en casas de familias, servicio de guías, y la vieja estación obrando como Museo del ferrocarril, una
oficina de información turística, y
una plaza de las artes, con exposición
de piezas de grandes maestros argentinos.
La mayoría de estos pueblos, según
el relevamiento de Responde, son pequeños sitios que alguna vez fueron
pujantes. Son lugares donde, a veces,
se puede observar en un cuadro de
una oficina pública que existió un
amanzanamiento, donde estaba la
plaza, y ahora hay terrenos baldíos,
restos de paredes, una sola casa en toda una cuadra o una casa de esquina,
solitaria, medio deteriorada. Al charlar con los pobladores dicen que había un cine o un club, pero hoy sólo
se ve pasto.
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