PEEC Parasitología

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PEEC Parasitología
Comentario de la Encuesta N° 87
Un muy alto número de participantes ( 97,5%) contestó correctamente ejemplar
adulto de Ascaris lumbricoides.
Ascaris lumbricoides es un nematodo (verme cilíndrico), parásito del intestino
delgado del hombre, encontrándose a veces en gran número realizando una
constante actividad muscular para evitar
su desplazamiento por los
movimientos peristálticos intestinales
La transmisión se produce por la ingestión de los huevos larvados, que son
infectivos alrededor de dos semanas posteriores a su eliminación con las
heces, ya que maduran en el ambiente. Los huevos son enormemente
resistentes respecto al calor extremo y la desecación, por lo que pueden
sobrevivir varios años en ambientes húmedos y templados.
Las hembras de Ascaris son más largas miden de 25 a 35 cm, mientras los
machos miden de 15 a 30 cm. Estos últimos en su estado adulto, poseen un
extremo posterior curvado ventralmente, y un par de espículas para dilatar la
vulva y facilitar la copulación. El aparato reproductor está sumamente
desarrollado. Además tienen vesícula seminal y conducto eyaculador que
termina en la cloaca en la extremidad del parasito.
La hembra posee un aparato reproductor muy desarrollado y al igual que en el
macho, ocupa casi la totalidad del cuerpo. Consta de 2 ovarios filiformes, 2
oviductos y 2 úteros que se continúan con la vagina que desemboca en la
vulva. Las hembras fecundadas llegan a contener 27 millones de huevos,
siendo la postura diaria de alrededor de 200.000 a 240.000 huevos por
hembra (potencial biótico). Por esto, su diagnóstico por los métodos
coproparasitológicos se ve facilitado, siempre que el individuo no esté
parasitado sólo por ejemplares machos.
El aparato digestivo esta formado por la boca con tres labios con dentículos
visibles, al observarlos con microscopio de barrido. El esófago se continúa con
el intestino y el recto desemboca en la cloaca, en el macho y en el ano en la
hembra.
Una vez que los huevos infectantes han sido ingeridos, son atacados por los
jugos digestivos, las larvas eclosionan, invaden la mucosa intestinal duodenal y
son acarreadas vía porta hacia el sistema circulatorio de los pulmones . Las
larvas maduran en estos (10 a 14 días), penetrando luego por las paredes
alveolares, ascendiendo por el árbol bronquial hacia la garganta para ser
deglutidos . Al ser recibidos en el intestino delgado, se desarrollan en vermes
adultos . Se requieren de 2 a 3 meses para que los huevos infectantes se
conviertan en hembras adultas que ovipongan (período prepatente). Los
parásitos adultos viven de 1 a 2 años.
La ascariosis es la infección por helmintos intestinales más común en
humanos. Presenta distribución mundial. La prevalencia es más elevada en
las regiones tropicales, subtropicales y en áreas donde la sanidad es
inadecuada. Las fuentes de infección más importante son el suelo, los
alimentos, agua, manos y objetos contaminados con materia fecal que
contenga huevos infectantes. Mediante la ingestión de estos huevos, el hombre
adquiere esta parasitosis
La ascarosis intestinal produce manifestaciones muy variadas que van desde
asociadas o no a una malnutrición hasta severas obstrucciones producidas por
ovillos de parásitos adultos, causantes de emergencias quirúrgicas, pasando
por diarreas, náuseas, vómitos, anorexia, etc. En los niños puede observarse
malabsorción de lípidos, de vitamina A y disminución de la tolerancia a la
lactosa. La eosinofilia relativa puede ser moderada, 6 a 20% (más marcada
cuando el parásito está efectuando su ciclo hematopulmonar).
La migración de larvas por el pulmón ocasiona el Síndrome de Löeffler con
neumonitis, crisis asmatiformes, tos disea y eosinofilia elevada.
Pueden presentarse trastornos nerviosos como irritabilidad, sueño intranquilo,
nerviosismo, etc y reacciones alérgicas como prurito, urticaria, eczema,
bronquitis.
Las complicaciones en general se dan por las migraciones ectópicas o
penetraciones de los parásitos adultos como peritonitis, colecistitis, etc.
El diagnóstico se efectúa sobre muestras fecales concentradas por los métodos
habituales en los análisis coproparasitológicos. En ocasiones como en el caso
motivo de la encuesta se pueden remitir al laboratorio los ejemplares adultos
eliminados espontáneamente.
Los huevos fertilizados, provenientes de hembras fecundadas, son ovoides o
redondeados de un diámetro aproximado de 60 micrones. Tienen 3
membranas, una externa mamelonada y dos internas lisas debajo de la
anterior. Son de color café por estar coloreados por la bilis. En su interior
presentan un material granuloso que dará origen a las larvas a medida que
van evolucionando. A veces se presentan decorticados, por pérdida de la
cubierta mamelonada. Los huevos infértiles, provenientes de hembras no
fecundadas, son más irregulares, alargados y grandes (90x40micrones), con
protuberancias externas grandes y en general no presentan membrana vitelina
interna. No son infectivos, pero son importantes a nivel diagnóstico.
En las fotos siguientes se observan huevos que pueden encontrarse en
exámenes coproparasitológicos:
Huevo mamelonado sin segmentación interna. Es frecuente su hallazgo en
exámenes coproparasitológicos de muestras con conservantes.
Dos huevos fertilizados, donde los embriones se han comenzado a desarrollar
(esto pasa cuando la muestra fecal no se ha procesado en varios días y se ha
mantenido sin refrigeración o sin conservantes). Se pueden observar
claramente los embriones en estadio temprano de la división (4 a 6 células).
Note que el huevo de la izquierda presenta una capa mamelonada muy
delgada en el exterior.
Huevo sin fertilizar. Pared exterior con mamelones prominentes.
Huevo que contiene a la larva, que es infectante al ser ingerida.
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