La rehabilitación del concursado y el quebrado - Poder

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La rehabilitación del concursado y el quebrado
Johanna Montealegre Cortés (*)
Resumen
La presente monografía se enfoca en desarrollar
qué es el instituto jurídico de la rehabilitación, en
contraposición con la inhabilitación ordenada por el
juzgador que conoce de un proceso de quiebra ó de
un concurso civil de acreedoresen perjuicio de un
sujeto deudor.
La concepción de esa figura requiere el entendimiento
de qué efectos produce, cuándo puede solicitarse,
quiénes pueden requerirla y cómo. Estos aspectos
han sido examinados por la autora a través del estudio
del ordenamiento jurídico costarricense y el derecho
comparado.
Introducción
La finalización de los procesos concursales liquidatorios
tiene como consecuencia, remover los efectos que
derivan de la sentencia declarativa del concurso civil
ó de la quiebra según sea el caso. El instituto jurídico
que hace esto posible se denomina “rehabilitación”.
El tratadista Renzo Provinciali explica que tiene “el
mismo fundamento ético-jurídico que la rehabilitación
penal (…), tendiendo, como ésta, a la recuperación
socialmente útil de los individuos marcados por
estigmas de la justicia (…), ha tomado el sitio de los
llamados “beneficios legales”.1
El fundamento del instituto, en nuestro entender, reside
en la tutela de la personalidad humana y en el interés
general del comercio, que exige que la persona fallida,
sea reintegrada en el pleno goce de sus facultades, por
lo cual, la resolución que declara una rehabilitación,
coloca de nuevo al interesado en un estatus jurídico
de plena capacidad.
Esa rehabilitación corresponde ser declarada cuando
han operado determinados presupuestos que nuestro
derecho positivo plasmó en un sistema complejo. En
efecto, hay diversas circunstancias que la permiten.
Desarrollo
Hablar de rehabilitación de la persona declarada en
insolvencia, ya sea porque fue sometida a una quiebra
–en el caso de los comerciantes-, ó a un concurso civil
de acreedores –en el caso de los no comerciantes-,
es quizá uno de los efectos más importantes que
devienen de la clausura de esos procesos.
La rehabilitación supone que la persona en cuestión
estuvo en una situación de inhabilitación;2 la cual
se encuentra compuesta por una serie de efectos
jurídicos que afectan al deudor en su esfera personal
y patrimonial.
En Costa Rica dichos efectos devienen –
principalmente-, de los numerales 763 del Código
Procesal Civil incisos ch), d), f) y h); 884 del Código
Civil y 863 del Código de Comercio que en sus incisos
a), b), c), d) y e); aplicables en la etapa de apertura
de los procesos de concurso civil de acreedores y
quiebra. La persona deudora los conservará a partir de
la fecha en que se declare judicialmente el estado de
insolvencia o cesación de pagos –según corresponda-.
(*) Doctoranda en Derecho Procesal Civil y Mercantil por la Universidad Escuela Libre de Derecho.
1 Provinciali, Renzo, Tratado de Derecho de Quiebra, Barcelona, Ediciones Nauta, 1958, v. III, p. 186.
2 “…dentro de los efectos personales que alcanzan al deudor como consecuencia de la declaratoria de quiebra, figura la inhabilitación. Se trata
de una especie de “capitisdiminutio” que impide al fallido administrar y disponer de sus propios bienes, así como continuar con el ejercicio del
comercio y participar para la elección de cargos públicos”Ramírez Quesada, Mario Alberto, La calificación de la quiebra: Tesis de grado para
optar por el título de licenciado en derecho, San José, Universidad de Costa Rica, 1986, p. 60.
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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
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El autor argentino Roberto García Martínez en su
libro “Derecho Concursal”, explica que el efecto de la
inhabilitación fue en el pasado una consecuencia de la
calificación de la conducta del fallido3 –fortuita, culposa
ó fraudulenta-. Es decir, que se dependía de esa
valoración en el proceso liquidatorio, pues constituía
un presupuesto para la inhabilitación del deudor.4
Posteriormente, con la supresión de la calificación
de la conducta como presupuesto, -lo cual podemos
constatar en nuestro propio ordenamiento jurídico si
verificamos en el caso de las normas mercantiles,
el Capítulo V “De la Calificación de la Quiebra” que
comprendía del artículo 916 al 926, fue derogado en
su totalidad del Código de Comercio costarricense-;
observamos que el sistema jurídico presente, contiene
la inhabilitación como un efecto automático que
comienza a correr en el momento en que queda firme
la sentencia que declara el concurso ó la quiebra.
Es importante aclarar que, a pesar de lo anterior, el
ordenamiento actual no ha suprimido la calificación
de la conducta del fallido para efecto de que este
responda por violaciones a la buena fe en los negocios5
-ordinales 817 del Código Procesal Civil y 863 inciso f)
del Código de Comercio-.Lo que ha sucedido es lo que
la doctrina denomina una “dualidad”, a través de la
cual, en sede concursal se cumple con los fines de la
ejecución colectiva, y en sede penal se lleva a cabo la
calificación de la conducta de la persona deudora.6 Su
justificación es bien explicada por los autores Santiago
C. Fassi y Marcelo Gebhardt al desarrollar lo siguiente:
Las perniciosas consecuencias del advenimiento
de la quiebra de un sujeto han generado
siempre una respuesta de condena social que el
ordenamiento jurídico recogió de diversos modos
a lo largo de la historia. Desde la ya superada
concepción que asimilaba a la quiebra con el
delito, la legislaciones fueron abriendo paso
a mecanismos represivos que actuaban en el
ámbito comercial y en el penal, separadamente.
En el primero se producía un juzgamiento de
tipo profesional, cuya proyección sancionatoria
se ceñía a ese ámbito. El segundo indagaba
-y lo hace en la actualidad- sobre la eventual
configuración de los tipos penales en los que el
sujeto activo era (y es) el comerciante fallido.7
De lo anterior, se desprende –a criterio de esta autora-,
que aún cuando la calificación de la conducta del fallido
se ha limitado a un asunto de conocimiento y análisis
únicamente del juez penal, para los autores Fassi y
Gebhardt, se mantienen mecanismos represivos en la
vía concursal. Consideramos que dicha represión se
presenta especialmente en la inhabilitación de la cual
hemos estado hablando.8
El estado de interdicción se ordena de forma
mecánica –de pleno derecho-, y contiene una serie
de limitaciones para el fallido -dispuestas por las
normas que anteriormente se señalaron- a saber:
desapoderamiento de los bienes –imposibilidad de
administrarlos-, imposibilidad de ejercer el comercio
–artículo 8 inciso b) del Código de Comercio-,
3
4
García Martínez, Roberto, Derecho Concursal, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1997, p. 578.
Nuestro ordenamiento jurídico no define qué es la calificación de la conducta, por eso, procedemos a explicar de qué se trata, utilizando
las palabras del autor Ramírez Quesada: “tiene por objeto poner en claro la responsabilidad penal de la persona declarada en quiebra, así
como la de los personeros o representantes de las personas jurídicas que caen en ese estado”. Más adelante mencionó: “entendemos
por “calificación jurídica” aquel procedimiento jurídico en el cual se investiga la conducta del comerciante declarado en bancarrota, a fin de
determinar si ha incurrido en los hechos constitutivos del delito de quiebra fraudulenta o culposa (…). “Calificar la falencia” significa, entonces,
analizar la quiebra desde su perspectiva jurídico-punitiva, para sentar las responsabilidades penales en caso de que el comerciante persona
física, o los representantes o personeros de los comerciantes persona jurídica, hubieran incurrido en los ilícitos de quiebra fraudulenta o
quiebra culposa”. Ramírez Quesada, Mario Alberto, op. cit., p. 66.
5 Rojas Chacón, José Alberto, “Quiebras e insolvencias punibles en el Código Penal de Costa Rica”, Ensayos sobre Derecho Penal Económico
y de empresa, ed. Alfredo Chirino Sánchez y Hernán Martínez Acevedo, San José, Editorial Jurídica Continental, 2013, p. 422.
6 En Costa Rica los tipos penales de quiebra fraudulenta, quiebra culposa e insolvencia fraudulenta se encuentran regulados en los numerales
238, 239 y 241 del Código Penal.
7 Fassi, Santiago y Gebhardt, Marcelo, Concursos y quiebras, 8ª. ed., Buenos Aires, Astrea, 2005, p. 531.
8“Se mantiene, pues, un régimen represivo comercial cuya mecánica aplicación es criticable. Cierto es que, olvidando la naturaleza penal de la
inhabilitación falencial, puede aminorársela o ampliársela (…), pero sin que ello mejore el desmerecimiento de las garantías constitucionales
del debido proceso y de la defensa en juicio. En síntesis, la ley actual dispone una inhabilitación genérica y automática desde la quiebra, por
un lapso breve (un año). Y al propio tiempo deja librado al juez, con competencia en lo penal, la investigación de la existencia de delito de
quiebra. Si existe proceso penal la inhabilitación puede extenderse notablemente”. Ibídem, p.532.
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intercepción de la correspondencia, impedimento
para salir del país, entre otras localizadas en leyes
especiales.
En la doctrina argentina, encontramos posiciones
que critican la inhabilitación automática tildándola de
inconstitucional. Por ejemplo, Conil Paz expresó:
Lo grave es que la inhabilitación no es resultado
de un proceso judicial, con un pronunciamiento
de mérito acerca de la actuación del comerciante.
Ahora, según la reforma, se establece a priori una
inhabilitación automática, temporal y limitada,
permisiva por su lapso de una incriminatoria
penal, cuyo origen o causa residirá en el propio
proceso concursal; ésa es su ratio (…) por ello,
la inhabilitación automática es, francamente,
más depresiva que el puntilloso régimen anterior;
además de inconstitucional 9
Por lo dicho, resulta interesante dilucidar en este
trabajo, si la rehabilitación se produce de pleno
derecho en nuestro ordenamiento jurídico así como
fue dispuesta la inhabilitación. En otras palabras, que
no sea necesaria la petición al juzgador por parte del
afectado, para que esta sea declarada.
Otras latitudes, han dispuesto que la rehabilitación
se produzca de pleno derecho en razón de que la
inhabilitación, ha sido sujetada a un plazo determinado
por ley como es el caso de la Ley de Concursos y
Quiebras en Argentina –Ley 24.522-, artículo 236.10 11
En nuestro país, no existe norma alguna que disponga
la rehabilitación del fallido de conformidad a algún
plazo legal, por lo que el concursado y quebrado, en
orden de retomar su capacidad deberán cumplir con
una serie de presupuestos que no están ligados al
tiempo.
De conformidad con los juristas argentinos Juan
y Guillermo Farina, la rehabilitación consiste en la
devolución de la plena legitimación al fallido con
relación a los bienes que adquiera a partir de ese
momento; pero debe continuar abierto el concurso
en lo atinente a los bienes no liquidados y subsistir la
intervención del curador. 12
Acarrea las siguientes consecuencias: “a) Cesan
los efectos personales (…). b) Los bienes que son
propiedad del fallido a la fecha de ser declarado en
quiebra, y los que luego adquirió hasta el momento
de la rehabilitación, serán aplicados al pago de los
créditos concurrentes; pero los bienes que adquiera
después de la rehabilitación no responden por los
saldos que quedare adeudando en el concurso”. 13
Los efectos personales a los que se refiere el extracto
anterior, corresponden a los especificados al inicio
de este estudio, contenidos en los numerales 763 del
Código Procesal Civil incisos ch), d), f) y h); y 884 del
Código Civil14 cuando se trate del concurso civil de
acreedores. El cardinal 863 del Código de Comercio
incisos a), b), c), d) y e), aplicable al proceso de
quiebra.
Particularmente, el artículo 958 del Código de Comercio
sí expuso expresamente que con la rehabilitación del
quebrado cesan todas las interdicciones legales que
produce la declaratoria de quiebra. Una norma como
esta no la encontramos en referencia al concursado.
De la revisión del texto “Instituciones del Derecho
de Quiebra” del jurista Salvatore Satta se desprende
9
A. Conil Paz, “Conclusión de la Quiebra según la Ley 24.522” citado por Bonfanti, Mario Alberto y Garrone, José Alberto, Concursos y
quiebras. 6ª. ed., Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2000, pp. 727-728.
10 Ibídem, p.723.
11 Ley de Concursos y Quiebras de la República Argentina, ley n.° 24.522.
12 Farina, Juan y Farina, Guillermo, Concurso preventivo y quiebra, Buenos Aires, Astrea, 2008, t. II, p.192.
13Ídem.
14“Artículo 884.- Para que la insolvencia de una persona produzca todos los efectos que la ley le atribuye, es necesario que esté declarada
judicialmente.”Código Civil, ley n.° 63, del 28 de setiembre de 1887, publicada el 01 de enero de 1888.
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que una de las consecuencias de la rehabilitación es
la cancelación del fallido del registro previsto.15 Lo
anterior llama la atención en razón de que no consta
en nuestro ordenamiento jurídico, disposición alguna
en cuanto a algún registro de tal naturaleza.
aprobación del juzgador. El cumplimiento de dichos
acuerdos –ó concordatos como indica la doctrina
internacional-, constituyen una forma de extinción de
la quiebra y producen la rehabilitación del quebrado.
Aún cuando la mayoría de los textos consultados se
han escrito en relación al proceso de quiebra y no en
referencia al concurso de acreedores –pues en algunos
ordenamientos no se dispuso hacer la diferencia
procesal en cuanto a comerciantes y no comerciantes-;
sí es factible aplicar lo dicho sobre la rehabilitación a
ambos procesos costarricenses, aunque con ciertas
observaciones apuntadas a continuación.
Así se ha dispuesto en el numeral 948 en donde
se señala: “El convenio produce la rehabilitación
del quebrado; en consecuencia, será repuesto en
el ejercicio de todos sus derechos y acciones con
las limitaciones acordadas. Si no hay restricción
alguna, una vez firme el fallo, el curador le entregará
todos los bienes y efectos, rindiéndole cuenta de su
administración”. Esto obedece a la fórmula:convenio
+ quiebra excusable–es decir la que carece de dolo y
culpa- = rehabilitación.
Lo más importante en cuanto a la rehabilitación de
un concursado o de un quebrado, es conocer en qué
casos puede ser obtenida. Para Satta, esta puede
ser acordada en los siguientes casos: a) El fallido ha
pagado íntegramente todos los créditos admitidos
en la quiebra,16 incluidos los intereses y las costas.
Excluyendo las deudas contraídas por el curador en la
administración de la quiebra; b) El fallido ha cumplido
el convenio suscrito con los acreedores, teniendo en
cuenta las causas y las circunstancias de la quiebra.17
Segundo presupuesto en materia de quiebra: Debe
tenerse especial cuidado en cuanto al acuerdo entre
las partes pues su eficacia se relaciona directamente
con la calificación de la quiebra. Esto es así, pues, si
el quebrado es condenado en sede penal por quiebra
culpable, sí será hábil para celebrar el convenio, pero
con la condición de que enéste sepacte el pago total
de los créditos. Así lo ordena el cardinal 934.
Pero los presupuestos en nuestro ordenamiento
jurídico no son tan simples como los apunta
Satta. Comenzaremos con la normativa dispuesta
específicamente para la quiebra (las normas citadas
pertenecen todas al Código de Comercio).
Primer presupuesto en materia de quiebra: Nuestro
Código de Comercio, en el capítulo VI “De la Extinción
de la Quiebra y de la Rehabilitación de Quebrado”,
sección II “De la Extinción por Convenio” regula
que -después de la calificación de créditos y antes
de la distribución final de los bienes-, el quebrado
y sus acreedores podrán celebrar los convenios
que consideren, los cuales deberán someterse a
Asimismo, este presupuesto de rehabilitación requiere
por orden del 951que se cumpla “la pena que les
fuere impuesta o fueren indultados y hayan pagado
íntegramente a sus acreedores o comprueben que han
cumplido en todas sus partes el convenio celebrado
con éstos”. En resumen,cuando la quiebra ha sido
calificada culpable, la rehabilitación acontece por:
convenio condicionado al pago total de la masa pasiva
+ cumplir con la pena/obtención del indulto.
Veamos que sucede en el caso de que la quiebra sea
calificada como fraudulenta: Aquí entra en aplicación
el artículo 935. Dispone que el convenio celebrado
quedará sin efecto al dictarse la sentencia condenatoria
por el delito de quiebra fraudulenta. En consecuencia
15 Satta, Salvatore, Institutos de Derecho de Quiebra, Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa América, 1951, p. 431.
16 “No se debe olvidar que el pago puede producirse también con medios ajenos, o por un repentino golpe de fortuna, y por tanto carecer de
influencia sobre el juicio moral del fallido. En cambio no se excluye en absoluto que sea más merecedor de rehabilitación un fallido que no
haya podido dar nada o casi nada sus acreedores”.Ibídem, p. 433.
17 Ibídem, p. 432.
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la rehabilitación a través del convenio entre el deudor
y sus acreedores no opera del todo en la situación de
quiebra fraudulenta.
Los casos de rehabilitación por convenio suponen que
el juzgador deberá esperar a conocer el resultado del
proceso penal de previo a dictarla.
Tercer presupuesto en materia de quiebra: Otra
forma de acceder a la rehabilitación se encuentra
compuesta por: 1. La concurrencia de una quiebra
excusable y, 2. La distribución total del patrimonio –
masa activa- del proceso de quiebra, que no debe
tomarse como sinónimo de pago íntegro de los créditos
por parte del quebrado.Corresponde a la situación del
“deudor quebrado cuyo patrimonio no bastase para
pagar todas sus deudas”18 según explica el autor
costarricense Francisco Luis Vargas Soto.
Esto es lo que regló el cardinal 950 en su párrafo
primero: “Hecha la distribución del patrimonio total del
concurso, se dará por terminado esto, y se rehabilitará
al quebrado, si se le hubiere absuelto por ser excusable
la quiebra”.
Cuarto presupuesto en materia de quiebra: Se
construye con el párrafo segundo del mismo artículo
950. El enunciado legalaclara que es posible la
rehabilitación cuando la distribución de los bienes delpresupuesto anterior- no ha sido suficiente para
el pago íntegro de las deudas, pero no, por el hecho
de la distribución misma, sino, por el instituto de la
prescripción.
Aquí para que se configure la rehabilitación deben
concurrir: 1.La prescripción de todos los créditos
legalizadosó saldos insolutos y, 2. La quiebra
excusable -ya sea por extinción de la acción penal;
sobreseimiento ó sentencia absolutoria.
Quinto presupuesto en materia de quiebra:
En ausencia de convenio entre el deudor y sus
acreedores, este presupuesto permite la rehabilitación
del quebrado declarado culpablesi este logra plasmar
lo siguiente: 1. Cumplir la pena impuesta ó fuere
indultado y, 2. Pagar íntegramente a sus acreedores.
Así lo señala el artículo 951.
Por integración normativa puede aplicarse el cardinal
950 párrafo segundo para que haya rehabilitación si
prescriben los créditos. Significa que así como el pago
–una de las formas de extinción de las obligacionespermite la rehabilitación, también podrá admitirla el
instituto de la prescripción.
Sexto presupuesto en materia de quiebra: Para
el caso del quebrado fraudulento la ley también
dispone la posibilidad de ser rehabilitado en el artículo
952. La hipótesis para que esto suceda incluye:
1.Pagar íntegramente sus deudas –o bien, que estas
prescriban-, 2. Cumplir la pena impuesta ó haber sido
indultado y, 3. Confirmarque han transcurrido 3 años
desde el cumplimiento de la pena ó fecha del indulto.
Como observación a los presupuestos de rehabilitación
advertidos en relación a la quiebra, hacemos notar el
hecho de que los cardinales 863 inciso f) y 871 del
Código de Comercio ordenan al juzgador que conoce
del proceso, dar aviso al Ministerio Público desde el
inicio del proceso. Lo anterior para que se establezca
si la conducta del fallido es culpable o fraudulenta.
Implica que en el caso de los comerciantes, siempre
existirá un proceso penal entablado, y por lo tanto del
resultado del mismo dependen las circunstancias para
la rehabilitación.
Distinto es el escenario en cuanto al concursado.
Recurrimos a las normas del Código Civil y Código
Procesal Civil que regulan el concurso civil de
acreedores.
En primer lugar, con la intención de conectar las
reflexiones hechas recientemente sobre el ligamen
entre la quiebra y el proceso penal, debemos advertir
que del estudio de las normas civiles, notamos, en
cuanto al concurso de acreedores, que la resolución
18 Vargas Soto, Francisco Luis, Contribuciones al estudio del derecho de quiebra costarricense, 2ª. ed., San José, Talleres gráficos Trejos
Hermanos Sucs, S.A., 1980, p. 242.
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que declara la apertura–numeral 763 del Código
Procesal Civil-, no incluye la orden legal de comunicar
al Ministerio Publico el inicio del concurso. Así,una
investigación penal que establezca la calificación del
concurso, no es parte relevante de los presupuestos
de rehabilitación del concursado.
En segundo lugar, el juez civil sí podrá solicitar el inicio
de la investigación penal cuando haya motivo para
considerar que la insolvencia pueda ser fraudulenta.19
Lo cual no es la regla del caso.A continuación, los
presupuestos que nos ha dado la ley expresamente.
Primer presupuesto en materia de concurso civil:
Lo encontramos en el capítulo VI “De la terminación
del concurso” del título VII “De la insolvencia del
deudor y del concurso de acreedores” del Código Civil.
El ordinal 962 establece que “Si, vencidos los términos
prefijados para la legalización de créditos y antes de
concluirse la calificación de ellos, todos los acreedores
que se hayan presentado consienten en prescindir
del concurso, queda terminado éste y levantada la
interdicción del deudor como insolvente”.
Esta es la situación que reguló el artículo 802 del
Código Procesal Civil. Señaló que se publicará por
una vez, la terminación del concurso en el Boletín
Judicial y en un periódico de circulación nacional, y
se procederá a poner al deudor en el goce de sus
bienes con lo cual se cumpliría con uno de los efectos
patrimoniales de la rehabilitación.Se asume que los
demás efectos acontecen también por consecuencia.
Segundo presupuesto en materia de concurso
civil: Corresponde al indicado en el ordinal 808 del
Código Procesal Civil. Opera la rehabilitación con
el fenecimiento del concurso civil ya sea porque se
distribuyó la totalidad de la masa activa; o porque no
hay bienes para realizar.
A raíz de lo dicho, la norma reza así: “La resolución que
declare fenecido el concurso deberá comunicarse al
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Registro Público, para que, en adelante pueda inscribir
títulos otorgados por o a favor del concursado…”20 Lo
cual significa que cesa el estado de interdicción que
pesaba sobre el concursado.
Tercer presupuesto en materia de concurso
civil: El cumplimiento del convenio aprobado
entre el concursado y sus acreedores produce su
rehabilitación, de conformidad con el artículo 800 del
Código Procesal Civil.Éste se encuentra regulado del
cardinal 964 al 970 del Código Civil.
Con lo detallado hemos cumplido con la revisión de
los presupuestos que expresamente establece la ley
en cuanto a la rehabilitación. Sin embargo, -a criterio
de la autora- esto no quiere decir que esos sean los
únicos existentes, aún cuando la ley no los contemple.
Por ejemplo, resulta sensato que otros presupuestos
de rehabilitación aplicables al concurso civil sean –al
igual que en la quiebra- la extinción de las obligaciones
que conforman la masa pasiva por prescripción.
Nos resta referirnos a cuestiones más procedimentales
tales como la legitimación para solicitarla y el trámite
a seguir.
La legitimación activa de este procedimiento pesa
sobre el interesado, es decir, el fallido,21 ya sea
quebrado o concursado. En cuanto a este punto
específico, Salvatore Satta apunta la existencia de una
laguna legal -que encontramos también en nuestro
ordenamiento jurídico-, pues no se ha regulado sobre
la rehabilitación de personas distintas al fallido tales
como representantes, administradores, socios, entre
otros.Es decir, se desconoce si a ellos les beneficia
la rehabilitación dispuesta únicamente en favor del
fallido. 22
Renzo Provinciali también apunta que la rehabilitación
es una situación sobre la cual se pronuncia el juzgadora
instancia de los herederos del deudor. Bajo su criterio,
sólo ellos y el propio fallido estarían legitimados
Artículo 817 del Código Procesal Civil, ley n.° 7130 del 16 de agosto de 1989, publicada el 03 de noviembre de 1989.
Artículo 808 del Código Procesal Civil.
Farina, Juan y Farina, Guillermo, op. cit., p. 193.
Satta, Salvatore, op. cit., p. 434.
Sección I
SALA SEGUNDA
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por tratarse de un derecho personal e indisponible.
Desarrolla que “la legitimación de los herederos está
justificada por el hecho de que, también sobre ellos,
repercute la nota infame de la quiebra, por lo cual,
defendiendo el nombre y la reputación de su causante,
defienden el propio”. 23
En referencia al trámite para solicitar la rehabilitación,
la doctrina argentina expone que debe presentarse
ante el juzgador del proceso concursal el pedido de
rehabilitación.24 Consecuentemente, la autoridad
judicial deberá solicitar informes u oficios para
establecer si existen causas penales, las cuales podrían
estar presentes tanto en los procesos concursales y
de quiebra –tal y como se revisó previamente-. Debe
tenerse presente que el hecho de que el Ministerio
Público haya iniciado una investigación en relación a
alguno de esos procesos, no significa que la misma
prosperó hasta un estado de acusación por parte
del Estado. Perfectamente la indagación pudo haber
terminado por desistimiento o sobreseimiento de la
acción.
Para Farina y Farina, de no existir causa penal, el juez
está obligado a rehabilitar al fallido,25 observación con
la que concordamos en el tanto se hayan observado
las condiciones apuntadas en los presupuestos.
La normativa del concurso civil es completamente
omisa en cuanto a la solicitud de rehabilitación.
Dichosamente, el Código de Comercio a partir del
numeral 954 sí dispuso pautas para la solicitud de
rehabilitación por parte del quebrado. Específicamente
ordena que la petición deberáacompañarse de los
documentos que demuestren lo siguiente: 1. El pago;
2. El cumplimiento del convenio; ó 3. Haber purgado
la pena que nace por la conducta delictiva. Asimismo,
una certificación literal de la resolución final dictada en
el proceso penal. 26
Lo anterior confirma el porqué la calificación dada
a la quiebra, ó bien, el desenlace del proceso penal
resulta de tanta importancia para efecto de los casos
de rehabilitación en el Derecho Mercantil.
Con el recibo de la solicitud de rehabilitación, el
juzgador correspondiente deberá otorgar audiencia por
3 días a los acreedores y resolver lo que en derecho
corresponda –de conformidad con los presupuestos
estudiados-. 27
De concederse la rehabilitación, la resolución que la
declare –la cual ha sido calificada como sentencia de
conformidad con el cardinal 957 Ibíd.-, será publicada
por una vez en el Boletín Judicial, y comunicada a todas
lasoficinas a las cuales se les hizo saber la declaratoria
de quiebra con la que inició la inhabilitación. 28
El Código de Comercio, también previó la
impugnabilidad de dicha sentencia por parte del
fallido, en caso de que se haya rechazado el pedido de
rehabilitación, pero, no dejó por fuera –como supuesto
para la apelación-, el hecho de que se conceda la
rehabilitación, pues esta decisión judicial también
podría ser refutada,29-suponemos que por cualquier
interesado en el proceso de quiebra que considere
que no se cumplen los presupuestos apuntados-.
Los autores Farina y Farina analizaron lo dicho de la
siguiente forma:
El interrogante en se plantea cuando el auto
hace lugar a la rehabilitación. Tanto el síndico
como cualquier acreedor declarado admisible
puede considerar que la rehabilitación ha sido
declarada indebidamente. ¿Es recurrible tal
pronunciamiento? En nuestra opinión, cabría
la apelación pues la resolución podría haber
incurrido un error de cálculo respecto a la
rehabilitación de las personas jurídicas. Pero un
23 Provinciali, Renzo, op. cit., p. 187.
24 Farina, Juan y Farina, Guillermo, op. cit., p. 193.
25Ídem.
26 Artículo 954 del Código de Comercio, ley n.° 3284 del 30 de abril de 1964, publicada el 27 de mayo de 1964.
27Ídem.
28 Artículo 956 del Código de Comercio.
29 Artículo 957 del Código de Comercio.
SALA SEGUNDA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Sección I
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fallo dictado bajo la vigencia de la ley 19.551,
que resulta aplicable dentro de la ley 24.522,
expresa: “Admitir la revisión de la sentencia que
dispuso la rehabilitación del fallido luego que
las partes interesadas la consintieron, afectaría
la estabilidad de las sentencia judiciales y la
seguridad jurídica que ampara el principio de
autoridad de la cosa juzgada. 30
fallido-; hace evidente que en este medio, -al no estar
la rehabilitación sujeta a un plazo legal como en la ley
argentina-, es el interesado quien debe procurar que
la declaratoria de rehabilitación se haga. Asimismo,
deberá presentar con la solicitud los documentos
que considere necesarios –comprobantes de
pago, certificaciones de archivo de la causa penal;
cumplimiento de la pena ó incluso de indulto-.
Lo resuelto en materia de rehabilitación podrá
ser conocido incluso por la sala de casación de
presentarse el recurso extraordinario de casación.31
Esta posibilidad confirma –por aquello de las dudas-,
que la sentencia que declara o no la rehabilitación
tiene carácter de cosa juzgada material, pues en
nuestro país, la procedencia de un recurso de tal
naturaleza, ha sido destinado a las sentencias y autos
con carácter de sentencia dictados por los tribunales
superiores civiles en procesos ordinarios o abreviados
que produzcan dichos efectos. 32
Por su parte, la normativa del concurso no ordena nada
en referencia a la solicitud, por lo que se entiende que
esta se declara oficiosamente.
La impugnación será admisible siempre y cuando
el pasivo de la quiebra alcance la suma fijada por la
Corte Plena del Poder Judicial en la sesión N° 38-13
-celebrada el 09 de setiembre de 2013, artículo XXV-,
en el cual se acordó fijar el monto de la cuantía para
la interposición del recurso de casación en lo que
respecta a la materia civil –lo cual se extiende a la
materia mercantil-, en ¢3.000.000,00 -tres millones de
colones- o más. 33
Finalmente, -en razón del estudio realizado-, nos
sentimos en capacidad de contestar la interrogante
que nos habíamos planteado al inicio de esta
monografía: ¿Se produce la rehabilitación de pleno
derecho en nuestro ordenamiento jurídico?. La
respuesta es negativa para el caso de la quiebra.
En nuestra humilde opinión, el solo hecho de que la
rehabilitación dependa de la gestión de parte, pues
no se desprende de nuestras leyes, que esta sea
declarable de oficio -como sí lo es la inhabilitación del
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33
34
66
En otro orden de ideas explica Provinciali que:
La concesión de la rehabilitación es una facultad
encomendada al criterio discrecional del Tribunal,
que “puede” (…) concederla o denegarla, según
la apreciación que haga de los elementos
objetivos y subjetivos de la quiebra (personalidad
del quebrado, su comportamiento antes y durante
la quiebra, causas de la misma, contenido del
concordato y fuente de los medios empleados
para el mismo, etc.) El ex quebrado no tiene, por
consiguiente, un derecho subjetivo para obtener
la rehabilitación; ni siquiera en el caso de pago
total del pasivo, porque esto puede tener lugar
con medios que no lo haga un merecedor de la
rehabilitación… 34
El fragmento anterior resulta interesante. Véase que el
tratadista ni siquiera califica la rehabilitación como un
derecho subjetivo del fallido, y por lo tanto asume que
su obtención depende delaponderación prudencial del
juzgador. Aún cuando el dictado de una resolución de
fondo – es decir, que no sea un mero trámite-, siempre
lleva consigo la impronta personal de quien valora el
caso concreto, esta autora no concuerda con el criterio
de considerar que la rehabilitación sea una discreción
del juzgador en el tanto existan presupuestos objetivos
que deban aplicarse.
Farina, Juan y Farina, Guillermo, op. cit., p. 193.
Artículo 957 del Código de Comercio.
Artículo 591 del Código de Comercio.
Circular n.° 175-2013 del 10 de octubre de 2013 emitida por la Corte Plena del Poder Judicial, publicada el 25 de octubre de 2013.
Provinciali, Renzo, op. cit., p. 189.
Sección I
SALA SEGUNDA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Una verdadera inseguridad jurídica podría presentarse
si se considerara que no hay un derecho subjetivo
parte del fallido que ha cumplido a cabalidad con los
presupuestos ordenados en la ley. Sin embargo, el
segmento transcrito, debe analizarse y comprenderse
con especial cuidado en razón de que fue escrito hace
aproximadamente medio siglo, cuando la buena fe y
el buen comportamiento del fallido se sopesaban para
efectos de obtener la rehabilitación.
- BONFANTI, Mario Alberto y GARRONE, José Alberto,
Concursos y quiebras. 6ª. ed., Buenos Aires, AbeledoPerrot, 2000.
Conclusiones
- FASSI, Santiago y GEBHARDT, Marcelo, Concursos
y quiebras, 8ª. ed., Buenos Aires, Astrea, 2005.
Del desarrollo de la presente investigación se
lograron asentar las siguientes conclusiones: 1.
El régimen actual de inhabilitación del fallido, se
encuentra constituidopor un sistema automático,
que surte efectos con la resolución que declara
la quiebra ó el concurso civil. 2. El sujetoque se
beneficia de la rehabilitación costarricense es el
deudor propiamente dicho. Sin embargo, algunas
regulaciones extranjeras han ido más allá paraincluir
a gerentes,administradores, socios, liquidadores y
fiscales de una persona jurídica. 3. Con la derogación
de los artículos referidos a la calificación de la quiebra
que se encontraban en nuestro Código de Comercio,
se eliminaron los vestigios de carácter punitivo que
contenía ese proceso. Dicha calificación jurídica pasó
a ser competencia de los juzgadores en materia penal.
4. La rehabilitación en el caso de la quiebra, se declara
a instancia de parte. Lo anterior es así, pues contamos
con norma expresa que lo dispone. No es el mismo
caso del concurso civil, en la cual opera oficiosamente.
5. Asimismo, constituye un derecho subjetivo de la
persona fallida y por lo tanto,no debe el juzgador exigir
previsiones que la ley no contempla para disponer el
cese de la inhabilitación.
Bibliografía
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