HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA AGUDA: ENFOQUE CLÍNICO DE LA MISMA RESUMEN La hemorragia digestiva alta aguda es un tema de alta prevalencia para los clínicos, en sus múltiples escenarios de trabajo. Así la misma puede ser abordada en la sala de internación, en la emergencia domiciliaria, en la sala de urgencias o en la sala de cuidados críticos. El médico clínico debe tener alto índice de sospecha de presencia de sangrado digestivo para un diagnóstico precoz en los consultorios, en el centro de salud o en la consulta domiciliaria. Asimismo deberá conocer las medidas de prevención de la misma en las consultas periódicas por exámenes de salud. En esta revisión se hará foco en la hemorragia digestiva alta aguda como forma de presentación, haciendo una revisión desde formas de presentación, epidemiología, manejo inicial, etiologías, métodos diagnósticos y terapÉuticos, seguimiento y ¿profilaxis? planteando un debate sobre esta última. 1 En esta revisión se hará mención a los siguientes ítems: Presentación de la hemorragia digestiva alta Epidemiología Datos semiológicos relevantes Estudios básicos iniciales Manejo inicial en el Departamento de Urgencias Transfusiones Causas y clínica Métodos diagnósticos Tratamiento farmacológico Tratamiento endoscópico Tratamiento quirúrgico Valoración del riesgo y conductas de seguimiento Manejo de las recidivas Profilaxis en pacientes críticos Presentación La hemorragia digestiva alta (HDA) es todo sangrado digestivo que se presenta del esófago al Treitz. Sus formas de presentación se observan en la tabla 1: De origen esofágico, gástrico o duodenal. Ocasionalmente puede ser nasofaríngea, pulmonar, o pancreaticobiliar. Si es voluminoso asocia melena. Indican HDA. Cuando hubo un período apreciable de tiempo en contacto con el Melenamesis (vómito en "borra de jugo gástrico. café") Heces negras. Usualmente indican HDA, pero a veces pueden ser del intestino Melena delgado (ID) o colon proximal. Menos de la mitad de los casos asocia hematemesis. Se necesitan 60 ml de sangre para producir una deposición melénica. Enterorragia o Sangre roja por el recto, es de ID o colon. Pero puede ser HDA con tránsito acelerado, situación que ocurre en el 10% de Hematoquezia la hematoquezia/ enterorragia con inestabilidad hemodinámica (úlcera bulbar). Sangre mezclada con líquido biliar (se observa en traumatismos, punción Hemobilia hepática, CA duodenal). Sangre oculta en Síndrome anémico, con palidez, disnea, angor y mala tolerancia al ejercicio. Ocurre con pérdidas menores a 50 ml. materia fecal Aparece con pérdidas de más de 500 ml (con menos en ancianos y anémicos). Shock Compromiso precoz dado por taquicardia, aumento de la presión de pulso (se perdió el 10-15% de la volemia). El hematocrito y la hemoglobina no son indicadores confiables para evaluar pérdidas. El débito negativo por sonda nasogástrica (SNG) no descarta HDA, pero un alto débito por la misma indica severidad. Tabla 1 Hematemesis Epidemiología Según la Sociedad Americana de Endoscopía Gastrointestinal (ASGE) el 15 % de los ingresados por hemorragia digestiva alta aguda requirió cirugía, el 69 % de los mismos requirió internación de urgencia, la mortalidad fue 10.8 % (global) y 13.4 % (en mayores de 60 años), y la misma se relacionó (en orden decreciente) con: enfermedad de base, sangrado per se y complicaciones postoperatorias. Los factores asociados a menor sobrevida fueron: edad mayor de 60 años, enfermedades asociadas (especialmente hepatopatía crónica), sangrado de más de 12 horas, hipotensión persistente, hemoglobina menor de 8 gr.%, desarrollo de falla renal, caída de plaquetas y necesidad de transfundir más de 5 U de sangre. Algunos datos interesantes son: Prevalencia del 1-2 % en la población general. 85000 internaciones anuales en U.S.A. Mortalidad global del 10 %. Con cinco o seis enfermedades de base, la mortalidad del 10% se va al 50%. El 23 % de los pacientes resangrará en 10 días, y el 20 % en 48 hs Resangrado: el 30-35 % fallecerá en el segundo episodio. El 60 % tiene su origen en estómago, el 25 % en duodeno, y el 15 % en esófago. La incidencia de sangrado digestivo en nuestro medio es de 150 casos por 100000 habitantes por año, con una relación hombre/ mujer 2,6/1. 2 Causas de muerte: enfermedades asociadas (50%), complicaciones de la cirugía (30%) y shock hipovolémico (20%). Las úlceras de más de dos centímetros son de pronóstico adverso. La hemorragia durante la internación aumenta al 33% la mortalidad. La cirugía y el número de transfusiones, más de 10 unidades, aumentan la mortalidad al 50%. Datos semiológicos relevantes Los mismos se observan en la tabla 2. Al interrogatorio Antecedentes de ulcera, neoplasia digestiva, consumo de analgésicos (AINE). Ectasia vascular (Osler-Weber-Rendu) Historia ulcerosa documentada por radiografía, endoscopía, o cirugía. Consumo de alcohol. Hepatopatía activa. Dolor retroesternal o reflujo gastroesofágico (RGE). Vómitos a repetición, forzados. Síndrone ácido sensitivo, dolor nocturno que calma con antiácidos o ingesta. Dispepsia. Cirugía aórtica con prótesis. Coagulopatías. Nefropatía crónica. Tabla 2 Al examen físico Estigmas de hepatopatía (angioma en araña, ascitis, ginecomastia). Examen oral y nasofaríngeo. Telangiectasias. Dolor epigástrico palpatorio localizado (úlcera, gastritis). Masa abdominal palpable, hepatomegalia, adenopatía. Estudios básicos iniciales Se debe solicitar inicialmente: Hematocrito, hemoglobina, coagulograma (TP, KPTT, plaquetas, tiempo de sangría y si se dispone tiempo de trombina) Grupo y factor. Creatinina, urea (aumentada en HDA), ionograma, hepatograma ,LDH. Electrocardiograma (importante en cardiópatas). Radiografía de tórax (cuando se estabilice: valora enfermedades de base y utilidad prequirúrgica). Manejo inicial en el Departamento de Urgencias Los puntos clave en el manejo inicial son: Tratamiento del shock (soluciones salinas y transfusión de GRD). Detectar y corregir coagulopatías. Oxígeno por cánula nasal. Colocar SNG y lavar con agua o suero salino a T° ambiente. La SNG permite comprobar si el sangrado está activo, y además elimina los coágulos, favoreciendo la visualización endoscópica. Deben recordarse los estadíos en la hipovolemia (tabla 3): VARIABLE Presión sistólica Pulso Frecuencia respiratoria Estado mental Pérdida de sangre (ml) Pérdida de sangre (%) Tabla 3 I >110 < 100 16 II > 100 > 100 16- 20 II < 90 > 120 21-26 IV < 90 > 140 > 26 Ansioso <750 Agitado 750-1500 Desconcertado 1500-2000 Letárgico > 2000 < 15 15-30 30-40 > 40 Detalles más precisos sobre el manejo del shock se verán en el capítulo correspondiente, pero se debe recordar el ABC: 3 A: Vía aérea permeable B: Asegurar la respiración (Ventilación/Oxigenación) C: Circulación: Detener sangrado Vías venosas (2 cortas y gruesas) Reposición de volemia A posteriori en la Unidad de Cuidados Críticos: Evaluar necesidad de monitorear presiones en cardiópatas. Detectar disfunciones orgánicas debidas a la hipovolemia y apoyar parénquimas con riesgo de fallo (insuficiencia cardíaca por sobrecarga, falla renal, distrés respiratorio, hiperglucemias de difícil manejo, respuesta inflamatoria sistémica, etc.). Debe valorarse la intubación endotraqueal, en casos de hematemesis masiva (máxime previa a la endoscopía), deterioro de conciencia por el shock, y encefalopatía hepática. Prevención de encefalopatía en cirróticos. Transfusiones Los factores a considerar en la decisión de transfundir son: Situación hemodinámica del paciente Magnitud y persistencia de la hemorragia Aspirado hemático fresco, hematoquezia Capacidad de adaptación del paciente. Ej. cardiopatía isquémica, EPOC. Etiología. Ej. varices esofágicas. Evidencia de estigmas de alto riesgo de recidiva (vaso visible, coágulo fresco). Terapéutica endoscópica efectuada sin éxito. La transfusión de sangre debe iniciarse rápido ante una hemorragia masiva o persistente. En extrema urgencia, se debe transfundir sangre total del mismo grupo, en el resto de los casos, transfundir concentrados de hematíes, después de realizar pruebas cruzadas. En la hemorragia no activa y hematocrito por encima el 25-30%, la necesidad de transfusión debe individualizarse, teniendo en cuenta la caída esperada del hematocrito y la tolerancia de la anemia por el enfermo. En alteraciones graves de la coagulación, se debe considerar la utilización de plasma fresco congelado. En caso de trombocitopenia importante (< 30000/mm3) y sangrado activo, está indicada la transfusión de plaquetas. Se debe tener en cuenta que la restricción en la transfusión se asocia a un mejor pronóstico y una menor incidencia de recidiva. La transfusión precoz anula la hipotensión compensadora que da estabilidad al coágulo y mantiene la hemostasia, altera la coagulación y dificulta la liberación de oxígeno a los tejidos. Las recomendaciones son: Valorar la transfusión con Hto < 25 % Hb < 8 g/dl. Transfundir solo concentrado de hematíes. Tipificar ABO siempre, salvo en hemorragia masiva. En caso de politransfusión (6 o más concentrados), transfundir plasma fresco y adecuar su indicación a las pruebas de coagulación. Causas y clínica El 90% está comprendido en las siguientes causas: 1. Gastropatía erosiva hemorrágica. 2. Úlcera duodenal. 3. Úlcera gástrica. 4. Mallory Weiss 5. Várices/ gastropatía hipertensiva portal. 6. Malformaciones arterio venosas. La úlcera péptica es la causa más común de HDA. Asocia Helicobacter Pylori (HP) y AINE. Es responsable del 50% de los sangrados moderados y del 35% de los sangrados severos. Puede presentarse con dolor retroesternal o perigástrico. 4 Las várices esofágicas causan el 33% de las HDA masivas. Se asocian a hepatopatía, conocida o no. Si se asocia a alcoholismo hay: hepatomegalia, ascitis, ictericia, eritema palmar, consumo muscular. En la cirrosis poshepatitis, los signos periféricos son tardíos. Puede acompañarse de vómitos en borra de café y melena. El 25% sangra por otra causa (gastropatía erosiva, úlcera, M Weiss o gastritis). El Mallory-Weiss causa el 20% de HDA severa y el 5% de HDA leve. Es precedida por vómitos SOLO en la mitad de los casos. Cerca del 50% es alcoholista. La Gastritis (fuera de los pacientes críticos) suele asociarse a alcohol o AINE, se manifiesta por epigastralgia no relacionada a ingesta ni a antiácidos. La esofagitis se sospecha en pacientes con regurgitación o RGE, tienen dolor subesternal relacionado a ingesta o antiácidos. El alcohol aumenta el riesgo de HDA. Puede deberse a cáncer, citomegalovirus, herpes o Cándida. En la hernia hiatal puede haber desgarro de la mucosa. Como casuas menos frecuentes: fístula aorto duodenal (pacientes con prótesis aórtica), cáncer gástrco, esofágico o de Vater, linfoma, leiomioma y leiomiosarcoma, pólipos gástricos, renales crónicos con ectasia vascular, ectasias hereditaras (telangiectasias de Osler-Weber-Rendu), trauma hepático o pancreático (seudoquiste), arterias ectásicas superficiales (lesión de Dieulafoy), divertículo duodenal, HIV-SIDA (CMV, SK, linfoma), metástasis digestivas (mama, pulmón, melanoma). La gastritis en los pacientes críticos es el daño agudo de la mucosa gástrica que causa sangrado de distinta magnitud y se produce en el contexto de un paciente críticamente enfermo o que ha sufrido una injuria mayor. Las lesiones que definen la patología se producen en el 70 al 100% de los pacientes críticos. Esta cifra corresponde a un diagnostico endoscopico. De este grupo de pacientes en el 95% de los casos, el sangrado carece de significación clínica. El resto (5%), manifiestan hemorragia moderada a severa que llevan a la necesidad de transfusión y otras medidas terapéuticas. Este concepto nos permite identificar 2 tipos diferentes de pacientes críticos con sangrado digestivo: aquellos que ingresan a la UCI con sangrado digestivo, y aquellos que están internados en la UCI por otro motivo y que presentan sangrado digestivo como epifenómeno del cuadro crítico que están cursando. Los cuadros clínicos son diferentes, como así también su gravedad, tratamiento y pronóstico. En tanto que nos hemos referido en extenso a aquellos pacientes que presentan HDA como causa de ingreso, los pacientes que presentan sangrado digestivo como manifestación de disfunción digestiva, suelen ser pacientes con alto Apache II, con sangrado autolimitado y alta mortalidad, no por el sangrado per se, sino por su patología de base. El uso de profilaxis en terapia intensiva se ha asociado a mayor incidencia de neumonía y a mortalidad asociada a la misma. Métodos Diagnósticos Endoscopía Angiografía Medicina nuclear La endoscopía (tabla 4) requiere estabilización inicial. Documenta el sitio de lesión en el 95% de los pacientes. Idealmente debe hacerse dentro de las 6 horas, en lo posible dentro de las 12 horas, y tiene poco utilidad después de las 24 horas Indicaciones precoces Signos precoces de shock. Múltiples transfusiones. Hto < 30%. Alta sospecha de várices. HDA recurrente de fuente desconocida. Alto riesgo para cirugía. Sospecha de fístula aorto-entérica. Contraindicaciones IAM. Enfermedad pulmonar crónica severa. Inestabilidad hemodinámica. Paciente agitado. Cáncer terminal. Arritmia grave. Abdomen agudo. Falta de colaboración. Complicaciones Broncoaspiración Hipoventilación Hipotensión Perforación Hemorragia Tabla 4 Solo en el 10% de los intervenidos persiste sangrando tras 2 endoscopías terapéuticas. La utilidad del tratamiento endoscópico se aprecia en: Vaso visible (50% sangra). Observación de chorro arterial. Malformaciones arterio venosas. M Weiss. La eritromicina antes de la endoscopia en pacientes con gran cantidad de sangre en el estómago, tales como aquellos con hemorragia severa, puede facilitar el vaciado gástrico y mejorar la visualización. La 5 dosis a emplear es de 3 mg/ kg por vía intravenosa durante 20 a 30 minutos, 30 a 90 minutos antes de la endoscopía. La clasificación de Forrest se observa en la tabla 5: Clínica HDA activa HDA activa HDA reciente HDA reciente HDA reciente Sin sangrado Tabla 5 Forrest Ia Ib IIa IIb IIc III Hallazgo endoscópico Hemorragia en chorro Hemorragia en babeo Vaso visible no sangrante Coágulo fresco adherido Coágulo oscuro Base de fibrina Porcentaje de recidiva 55% 60-80% 43% 25-30% 7-10% 3-5% Ciertas localizaciones anatómicas (parte alta de la curvatura menor, cara posterior del bulbo duodenal) también tienen riesgo de resangrado, pero con consecuencias más graves por la proximidad de vasos. En la úlcera péptica, el antecedente de HDA previa implica un mayor riesgo de recurrencia (30-51%). La angiografía localiza los sitios (sin establecer etiología) que no identificó la endoscopía. Permite infusión de vasopresina o embolización (con esponjas de gelatina o espirales metálicas). Se indica en la HDA activa persistente en situación grave sin diagnóstico etiológico en la endoscopía. Se realiza en el tronco celíaco y la mesentérica superior. Requiere para ser útil una tasa de sangrado de 0.5 ml/minuto. En pacientes con HDA activa, el centellograma de GR marcados con Tecnecio ayuda a localizar el sitio de sangrado, con un requerimiento de pérdida de 3 ml/ hora. No es invasiva. Suele hacerse previo a la angiografía. Tratamiento farmacológico Respecto a la terapéutica vale destacar que, a pesar de la larga lista de fármacos utilizados, del incremento de los mismos en los últimos años, el 70 -90 % de las hemorragias digestivas altas agudas se detienen en forma espontánea. ¿Cuál es el fundamento de usar anti H2 o inhibidores de la bomba de protones (IBP)? El PH menor de 5 impide que se forme el coagulo. Y si está formado, que se estabilice. Y acelera la fibrinólisis. Son de primera elección los IBP. Se administran 80 mg en bolo endovenoso de omeprazol (o bien pantoprazol o esomeprazol), seguido por una infusión continua de 8 mg por hora (200 mg/día) durante tres días, para elevar el PH por encima de 6, y luego los inhibidores se pasan a vía oral. Se observó que en el tratamiento con los inhibidores de la bomba de protones, y en menor medida con los bloqueantes H2, la persistencia, la recidiva y la necesidad de cirugía han disminuido. Pueden usarse citoprotectores (sucralfato) como adyuvantes. La somatostatina y la octreotida, se emplearon en la HDA no asociada a várices. Estas drogas producen disminución del flujo sanguíneo esplácnico, de la motilidad intestinal e inhiben la secreción ácida. Su uso queda reservado para situaciones en que la terapéutica anterior fracasa y el paciente es considerado de alto riesgo para la Cirugía. El ácido tranexamico inhibe la fibrinolisis y asociado a los IBP puede ser de utilidad. Los vasopresores (somatostatina, octreotide , vasopresina, terlipresina, glipresina) se usan para el sangrado por várices esofágicas, pueden reducir el riesgo de sangrado continuo y la necesidad de cirugía. Ante la persistencia del sangrado se debe realizar el tratamiento endoscópico (escleroterapia o ligadura con bandas elásticas). Si con esas medidas no es suficiente, se coloca el balón de Blakemore. Otras opciones: derivación porto sistémica intrahepática transyugular, angiografía mesentérica (infusión de vasopresina, espuma de gel o espirales metálicas) o cirugía. En los hepatópatas, no olvidar la prevención de la encefalopatía (lactulosa, enemas) y de la sepsis (norfloxacina 400 mg cada 12 horas por 7 días). Tratamiento endoscópico Una síntesis del mismo se aprecia en la tabla 6. Solución salina Adrenalina Etanol Etanolamina Polidocanol Trombina Taponamiento por efecto de volumen Esclerosantes: injuria directa y trombosis Otros: Sellan el sitio de sangrado 6 Cauterización: coagulación taponamiento, corriente eléctrica, Terapia mecánica: taponamiento físico Fibrina Cianocrilato Heat probes Laser Plasma argón gas ionizado Sonda de electrocauterio mono o bipolar Clips Bandas Tabla 6 Tratamiento quirúrgico Está indicado en las siguientes situaciones: Hemorragia más perforación u obstrucción pilórica. Grupo sangre 0 negativo o poca disponibilidad de sangre en el hospital. Aquellos que por motivos religiosos se rehusen a ser transfundidos (Testigos de Jehová). Edad avanzada evaluando la Comorbilidad. Shock en la admisión que no es compensado con las medidas habituales. Hemorragia recurrente después de la estabilización inicial (luego de un tratamiento endoscópico de hasta 2 veces). Hemorragia persistente que requirió transfusión con mas de 4 a 6 unidades de sangre asociado al fallo de la terapia endoscópica. Hemorragia digestiva alta aguda inexplicable en pacientes con prótesis aórtica o con diagnóstico de fístula aorto entérica. La localización en la curvatura menor y las que se ubican en la cara posterior del duodeno son úlceras con un sangrado de difícil tratamiento y que, en general, requieren cirugía. Valoración del riesgo y conductas de seguimiento Puede valorarse con el score de Rockall (tabla 7). Puntaje Edad Shock Comorbilidad Diagnóstico Signos endoscópicos Tabla 7 0 < 60 No TS > 100 Fc < 100 ninguna M Weiss Sin signos de sangrado reciente IIc o III 1 60-79 TS > 100 Fc > 100 2 80 o más TS < 100 3 Cardiopatía, EPOC, diabetes, enfermedad neurológica Otros diagnósticos Insuficiencia renal crónica, neoplasia, cirrosis Neoplasia digestiva alta Metástasis Ia Ib IIa IIb Luego de la sumatoria, el riesgo se clasifica (de 0 a 11) y puede observarse en la tabla 8. Riesgo Bajo Intermedio Alto Tabla 8 Puntaje 2o< 3-4 5-11 Recidiva 5% Mortalidad 0.1% 25% 17% Para pacientes de riesgo bajo no es necesario el ayuno. La ingesta oral no parece tener ninguna influencia sobre la evolución de la hemorragia y el riesgo de recidiva. La ingesta oral precoz no parece influir negativamente en la evolución de la hemorragia causada por lesiones con riesgo moderado de recidiva. No recolocar SNG, en las úlceras indicar tratamiento erradicador de HP (aún sin confirmación) por vía oral y dar alta antes de las 24 horas. Dicho tratamiento es con: omeprazol ( 20 mg cada 12 hs) más eritromicina (500 mg cada 12 hs) más amoxicilina (1 gramo casa 12 hs) durante 7 días. Para aquellos de riesgo intermedio /alto, realizar control de signos vitales, evaluar la necesidad de monitoreo invasivo y control de diuresis, recolocar SNG en signos endoscópicos de alto riesgo de 7 recidiva, hacer ayuno o dieta líquida durante 24 horas (para no interferir en una posible endoscopia terapéutica o cirugía urgente) y dar alta a partir de 3 - 4º día. Manejo de las recidivas La HDA es autolimitada en el 80%. Por lo tanto el tratamiento apunta al 20% restante: la persistencia y la recidiva. La recidiva o persistencia se evidencian por presencia de hematemesis o signos de actividad hemorrágica (aspirado gástrico hemático y/o melenas) asociados a signos de hipovolemia (TA< 100 mmHg y/o FC > 100 lat/min) y/o anemización (descenso de la hemoglobina > 2 g/l en un período inferior a 12 horas . Se realiza una segunda endoscopía para control del sangrado, y si falla el segundo tratamiento, es indicación de cirugía. Profilaxis en pacientes críticos Si bien es muy popular la profilaxis en pacientes críticos, inclusive alentada por la Surviving Sepsis Campaign (pero sin avales bibliográficos), en un trabajo multicéntrico realizado por el autor, con 3438 pacientes divididos en dos grupos (con proflaxis y sin ella) de similar puntaje Apache II, no se encontraron diferencias signifcativas en la incidencia de sangrado (4.64% versus 4.50%), por lo cual este grupo no recomienda la profilaxis con drogas que eleven el pH gástrico. Consideramos que la mejor proflaxis de la HDA consiste en: alimentación oral (en su defecto enteral, y mejor gástrica) precoz, limitar rápidamente la lesión, mejorando la disponibilidad de oxígeno, eliminar los focos sépticos y corregir las disfunciones parenquimatosas. En un metaanálisis reciente se encontró una mayor incidencia de neumonía en los usuarios de IBP y anti H2. Algoritmo final Bibliografía 1. Eom CS, Jeon CY, Lim JW, et al. Use of acid-suppressive drugs and risk of pneumonia: a systematic review and meta-analysis CMAJ. 2011 Feb 22;183(3):310-9. Epub 2010 Dec 20. 2. Jutabha R, Jensen DM. Major causes of upper gastrointestinal bleeding in adults. UpTo Date 19.2: May 2011. 3. Jutabha R, Jensen DM, Slivka A, et al. Approach to the adult patient with upper gastrointestinal bleeding. UpTo Date 19.2: May 2011. 8 4. Rockall TA, Logan RF, Devlin HB, et al. Risk assessment after acute upper gastrointestinal haemorrhage. Gut 1996;38(3):316-21. 5. Rockey DC. 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