Es uno de los insectos que han afectado tradicionalmente al cultivo del olivo en nuestro país. Se encuentra distribuido por la zona mediterránea, y los daños son muy variables dependiendo de los años y la geografía. MORFOLOGÍA y BIOLOGÍA El insecto adulto presenta una coloración pardo rojiza o anaranjada sobre la que destacan una serie de placas de color negro. Tiene las alas transparentes e irisadas, y el borde posterior del tórax es de color amarillo. Los huevos son alargados y de color blanco. La larva es ápoda y blanca. La pupa es de forma alargada y color amarillento que se va oscureciendo a medida que progresa en su desarrollo. Se observan por lo general, de dos a tres generaciones anuales dependiendo de las condiciones climáticas. Suele pasar el invierno en estado de pupa, que se localiza en el suelo a poca profundidad, aunque pueden encontrarse individuos en todos los estados de desarrollo. Los adultos de la primera generación aparecen en marzo ó abril y pasan cierto tiempo alimentándose de sustancias azucaradas, como la melaza de algunos omópteros, hasta alcanzar la madurez sexual e iniciar la puesta. Los huevos son depositados por la hembra bajo la corteza del fruto elegido. Este ha de tener un nivel de maduración adecuado y no estar ocupado por otro huevo. Es típico, pues, de este insecto que deposite un solo huevo por aceituna. Tras la eclosión, la larva se alimenta del fruto excavando una galería pequeña y tortuosa, y una vez completado su desarrollo pupa en el interior del fruto, cerca de la epidermis. Los máximos de intensidad de vuelo se observan en julio y octubre, siendo más elevado el segundo que el primero. DETECCIÓN Y SEGUIMIENTO Colocar de 1 a 2 trampas por Ha. Según situación y homogeneidad de las parcelas. Colocar las trampas 3 meses antes de la recolección. Emplazarlas en la cara sur de los árboles y a una altura de 1.5 a 2 metros. CAPTURAS MASIVAS Una trampa controla de 500 a 1.000 m2. Colocar de 10 a 20 trampas por Ha, según situación y homogeneidad de las parcelas. Colocar las trampas 3 meses antes de la recolección. Emplazarlas en la cara sur de los árboles y a una altura de 1.5 a 2 metros. MATERIAL NECESARIO Una trampa CROMÁTICA AMARILLA de 32 x 7 cm ó 32 x 19 cm. Los insectos quedan atrapados en el adhesivo de la trampa. Esta trampa destaca sobre todo por su simplicidad de uso, con la desventaja de que las capturas dependen siempre de la saturación de la trampa. Un difusor de feromona sexual de Dacus oleae como atrayente que tiene una duración de 40 días, el cual se coloca sobre la trampa. Este material está permitido en la Agricultura Ecológica. La trampa y el atrayente de feromona se complementan, ya que la mosca del olivo es atraída por el color amarillo de la trampa. ÉPOCA DE EMPLEO Para conseguir un buen control de la mosca del olivo, es aconsejable combinar los dos métodos, el de detección y seguimiento y el de capturas masivas. Al comienzo del verano se puede colocar una trampa por hectárea para la detección de la plaga y la observación del nivel de sus poblaciones. Mediante umbrales de tolerancia establecidos en cada zona, se define después el momento para adoptar medidas de control, en este caso capturas masivas. El umbral de tolerancia para Dacus oleae es muy bajo y varía según la zona. De forma muy general se puede decir que está entre 1 y 5 capturas por trampa y día. SINTOMAS Y DAÑOS La magnitud del daño depende del destino de las aceitunas afectadas. En las variedades de mesa los daños son importantes, ya que una aceituna picada pierde su valor comercial. En las aceitunas dedicadas a la producción de aceite, las larvas al alimentarse provocan una reducción en el peso de los frutos que puede llegar al 20%. Muchos de los frutos pueden, también, caer al final del verano y en el otoño, y por último, la perforación de las galerías dentro del fruto permite la entrada y desarrollo de hongos que tiene como consecuencia una elevada acidez que deprecia a estos frutos y al aceite obtenido, u obliga a un proceso de manipulación posterior de este aceite para poder ser comercializado. RESULTADOS Con este sistema de trampas y feromonas sexuales se atrae y captura aproximadamente un 90% de machos y un 10 de hembras. Si los técnicos o agricultores utilizan las trampas y feromonas adecuadamente, como lo descrito anteriormente y sobre todo tempranamente cuando salen los adultos de la primera generación, la eficacia de este sistema de control es muy buena, como han demostrado datos sobre todo de fincas ecológicas, un muy bajo nivel de daños. Un control de más del 95% es bastante frecuente, sobre todo donde se cubren grandes extensiones de cultivo. Un factor limitante de este sistema lo constituye la existencia de pequeñas fincas, rodeadas a su vez por otras con un alto nivel de infestación con mosca del olivo. A pesar de unas reglas básicas importantes para un control eficaz de Dacus oleae, cada agricultor/a o técnico/a tiene que encontrar su propio sistema para conseguirlo y puede experimentar con este sistema, incluso establecer sus propios umbrales de tolerancia. FACTORES QUE INFLUYEN La población de la plaga, los cultivos limítrofes, el nivel de control que se pretenda, etc.... Un factor importante es el tamaño del cultivo. En cultivos pequeños e irregulares se requiere mayor número de trampas que en parcelas de mayor superficie y uniformes. Otro factor importante es la distancia de unas parcelas con otras, que tengan la misma plaga. En estos casos hay que reforzar los lindes de las parcelas, por lo que puede ser necesario una densidad de hasta 20 trampas por hectárea, o más en el caso de capturas masivas.