Las Leyes de Reforma: su actualidad Ministro Sergio A. Valls Hernández Comentario sobre el significado del calendario civil de la República Organización Editorial Mexicana 25 de marzo de 2010 21 de Marzo Una de las medidas impulsadas por el partido liberal en su lucha contra la reacción, fue el establecimiento por ley de un calendario civil que sustituiría progresivamente al eclesiástico, esto es, un calendario para recordar y celebrar los días más importantes de la República, la indicación de sus días fastos. Antes de transcurrida una década, a las celebraciones indicadas por la generación de la reforma se añadiría el 21 de marzo para conmemorar un día fasto nacional: la del nacimiento de su principal representante, don Benito Juárez García, defensor de la Constitución y la reforma. Pero la celebración de los héroes de la patria es una costumbre de más larga data, íntimamente relacionada con la esencia del sistema democrático. Toma forma en la literatura de la democracia de la Atenas del siglo V a.c. fijándose varios propósitos -todos ellos vinculados a la vida de la polis o del Estado como le llamaríamos hoy día. El primer objetivo de la celebración de los héroes de la patria es el de la congruencia con una sistema político que reconoce la igualdad de todos los miembros de la comunidad. Desde la antigüedad quedó establecido que puede haber distinciones en una sociedad democrática, más aún, debe haber distinciones en una sociedad democrática, pero sólo mediante un criterio que los miembros iguales de la propia sociedad puedan reputar como legítimo: el mérito. Los mexicanos, como herederos de esta tradición fraguada en Atenas y en Roma en tiempos de la República, entendemos que en una sociedad de iguales, sólo se puede distinguir entre personas iguales en función del mérito a la República y por ello nuestros legisladores también han aprobado una Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles. Aunque se le suele asociar únicamente con un sistema de gobierno contrario al gobierno de un hombre que adquiere su título de autoridad por derecho de sangre, la voz República tiene más de un significado y también el adjetivo "republicano". Un republicano es aquel que antepone los intereses generales -los intereses de la República- a los intereses privados. Y el calendario civil, el calendario de la República, honra tal espíritu republicano. La celebración de nuestros héroes sirve igualmente al propósito de la reproducción y elevación constante de la calidad del sistema democrático mediante la emulación de las virtudes republicanas. Las vidas de nuestros gobernantes se señalan como modelo social. Y contra la conducta de los héroes y los resultados de sus gestas patrióticas se mide la conducta y resultados de los gobernantes de las subsiguientes generaciones, la nuestra incluida. Ahora bien, contra la lógica del calendario civil de la República -heredado a México por Grecia y Roma- se ha impuesto a últimas fechas un calendario que ya no mira el significado de honrar a los héroes nacionales; un calendario que mira los días "fastos" como meros días de asueto y que, por tanto, puede enmendarse con ese objeto construyendo puentes vacacionales. La formación de jurista me impide estar de acuerdo con esta nueva tendencia; el ocio es desde luego un derecho de los mexicanos, pero puede y debe acoplarse con otros intereses. Quizá sea yo ya un viejo pasado de moda o quizá lo sea mi formación académica basada en los clásicos; en libros viejos sobre el entendimiento de la democracia y la república en sus albores, libros literalmente centenarios y aún milenarios. En todo caso pienso que de consolidarse la novel práctica de construir puentes que cruzan a los niños y jóvenes mexicanos por encima de la memoria de la República, y que espero sea sólo transitoria y reversible, el daño para la cultura civil será grande aunque no inmediatamente perceptible; será progresivo. Como esas enfermedades que no expresan síntomas, pueden aparecer en el peor de los momentos. *[email protected]