Causas estructurales: 2. Problema regional: Causas coyunturales

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Causas de la guerra civil (Muy esquemático)
Múltiples factores explican la Guerra Civil de 1936:
Causas estructurales:
1. Problema social:
•
Las grandes diferencias de clase provocó la existencia de odios profundos entre los
terratenientes y los agricultores, los patronos y los obreros.
•
Este hecho se agrava durante la República con la puesta en marcha de la reforma
agraria durante los años que gobernó la izquierda y la contrarreforma de la derecha.
2.
Problema regional:
•
La fuerza que habían tomado los nacionalismos periféricos durante la Segunda
República iba en contra del ideal de Estado único de la derecha.
3. Cuestión religiosa:
•
Contribuyó a una fuerte polarización social con la separación Iglesia – Estado
(laicización del Estado, la educación...)
La República, con su programa reformista, asustó a muchos y aglutinó a la derecha para acabar
con su poder político. En muchos casos la resolución de estas diferencias se realizó mediante el
empleo de la fuerza.
Causas coyunturales
•
Crisis de las democracias europeas.
•
Auge de los movimientos totalitaristas europeos: fascismo y comunismo.
•
Lucha en Europa entre democracias y totalitaristas.
•
En España se asiste a una fascistización de la derecha y al temor obrero de la
imposición de un régimen fascista.
Causas inmediatas
•
El triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936 y la negativa de la CEDA de
aceptar los resultados.
•
La oleada de asesinatos (Tte. Castillo y Calvo Sotelo).
•
Sublevación del ejército marroquí el 17 de julio de 1936.
14.3. A) La guerra civil: la sublevación militar y el
estallido de la guerra. El desarrollo del conflicto:
etapas y evolución de las dos zonas.
1. Del alzamiento militar al comienzo de la guerra.
Tras las elecciones de 1936 y la victoria del Frente Popular, la derecha se radicalizó en su
rechazo al gobierno. En estos momentos, Falange Española asumió un fuerte protagonismo y
fomentó un clima de enfrentamiento civil y de crispación política. Los enfrentamientos entre
febrero y junio se extendieron por gran parte de España.
Este clima de violencia favorecía a los sectores decididos a organizar un golpe militar contra la
República 1. La conspiración militar adquirió fuerza cuando el general Emilio Mola se puso al
frente. Su plan consistía en organizar un pronunciamiento militar simultáneo en todas las
guarniciones militares posibles, siendo claves, las guarniciones de Madrid y Barcelona. En este
plan tenía gran protagonismo el ejército de África ya que era el ejercito mejor preparado, al
mando del General Franco.
Para frenar los rumores de golpe de Estado, el gobierno va a trasladar a los generales más
conflictivos. Franco es destinado a Canarias y Mola a Navarra. Pero el gobierno no se atrevió a
destituirlos.
Esta conspiración militar contaba con el apoyo de las fuerzas políticas de la derecha (sectores
monárquicos, carlistas, cedistas, falangistas…). El objetivo de esta conspiración era retomar el
orden público, frenar las reformas y establecer un gobierno centralista mediante la creación de
un directorio militar.
El 12 de julio de 1936 el teniente de la izquierda republicana, Castillo, fue asesinado en
Madrid. Como represalia algunos de sus compañeros secuestraron y asesinaron a José Calvo
Sotelo, brillante miembro de la derecha. La muerte de Calvo Sotelo aceleró los planes de golpe
de Estado y la sublevación se inició en Marruecos el 17 de julio de 1936.
EL 17 de julio, en Melilla, el general Yagüe, se levantó contra la República. Este levantamiento
se extendió rápidamente por todo el protectorado marroquí. Entre el 18 y el 19 de julio, la
mayoría de las guarniciones del resto de España se unieron al golpe de Estado, junto a sectores
civiles falangistas y carlistas. El general Franco, una vez asegurado el triunfo del
pronunciamiento en Canarias, va a Marruecos y de allí se dirige a la Península al frente del
ejército africanista.
El gobierno republicano no supo reaccionar a tiempo, por lo que la opinión popular va a exigir
la sustitución de Casares Quiroga del Gobierno y es sustituido como presidente de Gobierno a
1
Ya el mismo día de las elecciones de febrero, el general Francisco Franco quiso declarar el Estado de
Guerra.
José Giral, quien decidió entregar armas a las a las milicias de los sindicatos y de los partidos
del Frente Popular (anarquistas, socialistas, comunistas…). Además, parte del ejército siguió
fiel al gobierno con lo que fue posible sofocar el levantamiento en gran parte de España. En
general, la rebelión triunfo fácilmente en las zonas más conservadoras de España, pero el
golpe de Estado fracasó al no poder controlar los centros de poder, además, el general
Sanjurjo, que volaba desde Lisboa para encabezar la revolución, murió en un accidente aéreo.
El día 21 de julio, la sublevación había fracasado pero el golpe militar dividió a España en dos
bandos y la guerra civil era inevitable.
2. La consolidación de los bandos.
Tras el intento de los sublevados, España quedó dividida en dos realidades sociopolíticas
irreconciliables:
2.1 Los sublevados, que se autodenominaron la España Nacional, formada 29 capitales de
provincia, incluyendo el protectorado de Marruecos, con Sevilla y Zaragoza como ciudades
principales. El bando de los sublevados estaba formado por conservadores, monárquicos,
católicos, falangistas, carlistas y por todos aquellos que se habían opuesto a las Reformas de la
República. Controlaban la agricultura de Castilla y la ganadería del Norte.
2.2 La España Republicana, constituida por 21 capitales de provincia, entre ellas Madrid,
Barcelona, Valencia y Bilbao. Controlaban los focos industriales, y mineros más importantes y
las ciudades más pobladas. El bando de los republicanos estaba formado por las clases más
populares, clases medias y burgueses y eran definidos por la derecha como “rojos”. Defendían
al gobierno del Frente Popular y las reformas republicano-socialistas
Esta distribución, en un primer momento, auguraba la victoria del bando republicano, pero el
exceso de confianza del gobierno y el apoyo del exterior que van a recibir los rebeldes terminó
decantando la balanza de la guerra a favor de los sublevados.
Desde el primero momento, la Guerra Civil tendrá una gran repercusión internacional, como
veremos en la cuestión siguiente.
4. Desarrollo del conflicto.
Se pueden diferenciar tres fases dentro del conflicto:
1. Primera fase (julio de 1936 a mediados del 37). La batalla de Madrid. El general
Franco se traslada de Canarias a Marruecos, donde se hace con las riendas del ejército
africanista, el mejor preparado y logra cruzar el Estrecho de Gibraltar y se unieron a los
sublevados de Andalucía que avanzaron hacia el norte, hacia Madrid por Extremadura
y el valle del Tajo. Además, desde el Norte, las fuerzas sublevadas avanzaron hacia
Madrid, bajo el mando del general Mola. Las tropas de Franco sólo se encontraron
con resistencia en Badajoz, pero se reprimió con gran crueldad. Ocupada esta ciudad,
Franco consiguió enlazar con el ejército del general Mola y preparar el ataque a
Madrid
Pero las tropas franquistas fueron contenidas en los alrededores de la capital, esto
suponía un importante revés para los insurrectos, que consideraban esencial la
conquista de Madrid para ganar la guerra. Madrid se convirtió en un símbolo contra el
franquismo al grito de ¡NO PASARÁN¡
Durante las primeras semanas de combate se comprobó que el ejército rebelde
superaba en organización, disciplina y suministros al ejército republicano, formado
básicamente por batallones mixtos de soldados, guardias y voluntarios civiles
(campesinos, obreros…).
En la retaguardia de ambos bandos, se desencadenó una violenta persecución con el
propósito de exterminar a todos los adversarios. La violencia fue terrible y el miedo se
adueñó de los habitantes de las ciudades. Las ejecuciones fueron uno de los aspectos
más atroces de la guerra civil. Mientras que en el bando de la República fueron
selectivas, en el bando de derechas fueron masivas, como lo exigía la estrategia militar
de avanzar dejando una retaguardia “limpia” de enemigos.
2. Segunda fase (mediados de 1937 – verano de 1938). Las tropas de Franco, que
disponían de mejores abastecimientos de alimentos y armas, lograron conquistar todo
el norte peninsular en octubre de 1937. De esta manera, el bando republicano perdió
importantes recursos económicos e industriales, que pasaron a mano de los
sublevados. Al mismo tiempo, fracasaron los tres intentos de ofensiva emprendidos
por el ejército republicano en Brunete (Madrid), Belchite (Zaragoza) y Teruel, que
ocasionaron numerosas pérdidas humanas y materiales.
Para acabar con la moral de los republicanos, la aviación del frente sublevado efectuó
intensos bombardeos aéreos contra la población civil en Valencia, Madrid, Barcelona y
en la localidad vizcaína de Guernica, ciudad que simbolizaba las libertades vascas, que
quedó completamente destruida por el ataque de los aviones alemanes de la legión
Cóndor.
3. Fase Final (de julio de 1938 a abril de 1939). En julio de 1938, el general republicano,
Vicente Rojo, planteó una gran ofensiva en la zona del Ebro con el objetivo de forzar la
retirada del ejército franquista y reducir la presión enemiga sobre Valencia y Cataluña.
Fue el último intento republicano por cambiar la situación y se convirtió en la batalla
más cruenta de la guerra. La batalla del Ebro duró casi cuatro meses y en esta batalla
murieron unos 6.500 soldados franquistas y unos 20.000 republicanos.
Finalmente, Aragón y Castellón fueron ocupados por el ejército de Franco, de manera
que Cataluña quedó aislada y la zona republicana dividida en dos.
El fracaso de la batalla del Ebro por parte de los republicanos dejó a la Republica
prácticamente derrotada. Además, en este momento, aparecieron divisiones internas
dentro del partido republicano, entre los que se mostraban favorables a seguir
resistiendo y los partidarios de poner fin a la guerra y lograr una negociación de paz,
aunque esta última opción fue rechazada por Franco.
En diciembre de 1938, las tropas militares antirrepublicanas entraron en Cataluña y un
mes más tarde ocuparon la ciudad de Barcelona, sin apenas resistencia. En febrero de
1939, las desmoralizadas tropas republicanas se rindieron si combatir y Madrid cayó el
28 de marzo. La guerra civil había terminado con la victoria franquista.
4. Evolución de las dos zonas.
1. Evolución política y social en el bando republicano. En el momento de la sublevación se
produce la inmediata dimisión del Gobierno de Quiroga y el presidente Manuel Azaña encargó a
Martínez Barrio formar un nuevo gobierno. El fracaso de este para acabar con el movimiento
insurgente y su negativa en dar armas al pueblo, lo llevaron a dimitir. Tras esto Azaña dio el
gobierno a José Giral que creó un gobierno republicano moderado y comenzó a entregar armas
al pueblo. Hasta el final de la guerra, las instituciones republicanas siguieron funcionando y la
Constitución siguió en vigor, a pesar de las limitaciones de la situación de guerra. A lo largo de la
guerra se produjeron varios cambios de gobierno y enfrentamientos dentro del bando
republicano.
En septiembre de 1936, Azaña encargó formar gobierno a Francisco Largo Caballero, líder de la
izquierda del PSOE, quién creó un gobierno de amplia participación ya que integraba a
nacionalistas vascos y catalanes, a los republicanos, al PSOE, al Partido Comunista e incluso
designó a cuatro ministros anarquistas. Durante su gobierno se aprobó el Estatuto de
Autonomía de Euskadi.
A principios de noviembre de 1936, el gobierno abandonó Madrid ya que estaba amenazada por
las tropas franquistas y se trasladó a Valencia. Madrid quedó en manos de una Junta de Defensa
que aguantó el ataque de las tropas franquistas y les impidió a los sublevados tomar la capital.
En estos momentos aún se confiaba en ganar la guerra, pero pronto comenzaron los conflictos
internos dentro del bando republicano respecto a cómo se debía afrontar el proceso
revolucionario y la guerra.
El partido comunista poco a poco fue creciendo en importancia debido a su gran disciplina
interna, al control de los necesarios suministros rusos y a la división entre las tropas
republicanas. El partido comunista quería acabar primero con la guerra y luego establecer
medidas y reformas, mientras que otras fuerzas republicanas como los anarquistas querían
tomar medidas para contar con el apoyo popular. Debido a esto se produjeron en mayo del 37
enfrentamientos entre partidarios de ambos grupos.
Durante la guerra, el gobierno republicano llevó a cabo numerosas reformas; se redujeron los
alquileres de las viviendas, se nacionalizaron las industrias de los partidarios de la sublevación,
continuó la reforma agraria, se estableció en control de los bancos. Pero sobre todo lo más
importante fue la colectivización de las empresas y de las explotaciones agrarias llevadas a cabo
por organizaciones sindicales campesinas. Todas estas medidas dividieron aún más al Partido
Comunista de los sindicatos de la CNT y UGT.
Tras el conflicto entre partidarios de Partido Comunista y los anarquistas en mayo del 37, el
gobierno republicano pasó a estar dirigido por Juan Negrín, del PSOE y partidario de los
comunistas y se apartó del gobierno a los anarquistas.
En este momento, en la zona republicana, las derrotas empeoraron las relaciones entre la
Generalitat de Cataluña y el gobierno central. Para mejorar estas relaciones, Negrín trasladó la
sede del gobierno de Valencia a Barcelona, buscando sobre todo el control de las industrias
bélicas catalanas. Tras la caída del frente norte, en octubre de 1937 y sobre todo con la derrota
de la batalla del Ebro, las esperanzas republicanas se hundieron. Ante la dificultad de frenar el
avance de las tropas franquistas, el gobierno de Negrín intentó buscar una salida negociada para
la guerra. Para ello, Negrín propuso su célebre programa de los Trece Puntos (abril 1938). En los
que proponía el cese de la lucha armada, la permanencia de la República y la apertura de un
proceso de elecciones democráticas. El bando franquista no aceptó ya que Franco sólo aceptaría
una rendición sin condiciones.
En este momento, las esperanzas de Negrín pasaban por resistir hasta que se desencadenase el
inminente conflicto europeo entre las democracias y las dictaduras. Pero este planteamiento no
era el de todos los republicanos, ya que parte de los combatientes republicanos habían decidido
rendirse a Franco, confiando en un trato honorable al vencido. Esto llevó a combates internos en
Madrid, una vez conocida la caída de Barcelona, y al posterior hundimiento de la resistencia
republicana en el centro.
2. Evolución política y social en el bando franquista. En el bando rebelde la evolución fue muy
distinta. Tras la muerte del general Sanjurjo en un accidente de avión cuando iba hacia Burgos
para encabezar la rebelión, puso en primer plano la figura de Franco, a quién solamente podía
hacerle frente el general Mola, quien fallecería en junio de 1937. Tras estos acontecimientos, en
septiembre de 1937 una reunión de generales acordó nombrar a Francisco Franco generalísimo y
jefe de un nuevo estado aún sin definir. En los meses siguientes, Franco lograría hacerse con la
jefatura política y militar del nuevo Estado.
La sublevación, que en sur se había hecho al grito de “viva la república”, adquirió una nueva
visión cuando Franco adoptó la bandera roja y gualda y oficializó el grito de “viva España”, con lo
que se ganó el apoyo de los monárquicos. Además como se hizo con la dirección de Falange
Española ya que su líder, Primo de Rivera sería juzgado y fusilado. Además la CEDA y los carlistas
se pusieron a las órdenes de Franco, aunque éste no permitió la presencia de sus líderes en
España y permanecieron retirados en Portugal. Las resistencias de algunos carlistas y falangistas a
la unificación fueron acalladas con una gran represión.
En febrero de 1937, Franco estableció como himno nacional la Marcha Real y en abril, mediante
un decreto, Franco se constituyó en jefe nacional del partido único, que con el nombre de Falange
Española Tradicionalista y de las JONS, surgía para agrupar a toda la España opositora a la
República. El nuevo partido adoptó el uniforme con la camisa azul de Falange y la boina roja de los
carlistas y el saludo fascista con el brazo en alto.
En enero de 1938 se constituyó el primer gobierno del nuevo Estado. A partir de ese momento,
todo el poder recaería en el cuartel general de Franco. Este gobierno estaba formado por fuerzas
conservadoras (falangistas, tradicionalistas y sobretodo militares). En la persona de Franco se
concentraba la jefatura del Estado y la presidencia del gobierno . A partir de entonces, pasó a ser
llamado Caudillo de España.
Para poner fin a este proceso legitimador de la guerra, el episcopado español se dirigió con una
carta a todos los católicos del mundo defendiendo la naturaleza religiosa de la guerra y
posicionándose del lado de Franco. El nuevo Estado era claramente confesional y abolió las leyes
del matrimonio civil y del divorcio, estableció el culto religioso en la enseñanza y en el ejército, e
instituyó la retribución estatal al clero.
En general, en el bando franquista, se abolió toda la legislación republicana, hubo una gran
depuración de la enseñanza y de los maestros y se estableció una gran censura y una gran
represión cultural.
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