Pedro Pablo RUBENS, "Las Tres Gracias" (1636-1638) Rubens (1577-1640) es la figura fundamental de la pintura flamenca en el siglo XVII. Su obra tuvo un éxito enorme entre sus contemporáneos, tenía tal demanda que organizó un extraordinario taller, con grandes pintores, especialistas en paisajes, animales, etc. Así, produjo una obra amplísima. Técnicamente, Rubens supo sintetizar su fundamento flamenco y las influencias de Italia: • De Miguel Angel obtuvo el colosalismo de las figuras; • De lo veneciano, el cromatismo cálido y suntuoso, y el sensualismo; • Del tenebrismo, la luz. El resultado es una expresión artística de gran fuerza dinámica, espléndida y sugestiva, apta para satisfacer tanto el impulso triunfal de la Contrerreforma católica, como los deseos de glorioso heroísmo y pompa espectacular de los soberanos y príncipes europeos. En "Las Tres Gracias", Rubens plantea un tema helenístico, pero llevado al barroco. El ritmo y la gracia aparecen aquí entrelazando a tres mujeres en las que destaca su carnosidad palpitante y su opulencia y esplendor vital. Harmensz van Rijn REMBRANDT, "Artemisa" (1634) Rembrandt (1606-1669) representa el cenit de la pintura holandesa del siglo XVII. Fue el pintor de la rica burguesía protestante de Amsterdam, a la que retrató y para la que pintó cuadros de género. Su Vida fue muy singular y representa el polo opuesto a la de Rubens. De j6ven conoció el éxito social, casándose, en 1634, con la hija de una rica familia. Vivió en la opulencia hasta 1642, fecha en la que murió su esposa y el público comenzó a retirarle el favor, considerándolo "pasado de moda". Vivió el resto de su vida pobremente, vendiendo muy pocos cuadros. Murió arruinado y olvidado de todos. Técnicamente, tiene un colorido oscuro y dramático, extendido con pinceladas amplias, fuertes y densas. Le fascinan las penumbras en las que una peculiar luz dorada abre la oscuridad, dando un aire de misterio y realzando todo aquello que le sirve para expresar lo esencial. El tema del presente cuadro es la reina Artemisa a punto de beber las cenizas de su esposo, Mausolo, planteando la idea que Rembrandt tenía del amor conyugal. Parece ser que la modelo del cuadro refleja los rasgos de su esposa.