Apuntes históricos de París

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Apuntes históricos de París
Desde la fundación de París al siglo X
París fue ocupada por la tribu de los galos celtas, los parisii, hacia el año 300 a.C., que se asentaron en la orilla
izquierda del río Sena. Con la llegada de los romanos, liderados por Julio César, en el año 100 d.C., el núcleo de la
ciudad se trasladó aÎle de la Cité, que continúa siendo hoy en día el centro administrativo y judicial de París. Desde aquí
se inició un progresivo crecimiento a ambos márgenes del río. En el año 496, con la retirada de los romanos y tras la
ocupación de los grupos germánicos conducidos por el rey Clovis, pasó a ser capital del reino merovingio. Fue el rey
franco Clodoveo I quien unificó la Galia y estableció su trono en París.
En los siglos posteriores, la influencia de la villa en el ámbito de la sociedad y la cultura fue en aumento y su fama se
extendió más allá de las fronteras de Francia, a la vez que la ciudad crecía, sobre todo, por la orilla derecha del Sena.
Hugo Capeto fundó, en el 987, una nueva dinastía y con ella París dejó atrás su pasado como burgo comercial y
manufacturero.
Del siglo XI a Napoleón Bonaparte
En el año 1180, Felipe II Augusto ascendió al trono, dando comienzo a una de las etapas de máximo esplendor con la
fundación de la Universidad de París en 1215. Un poco antes se habían puesto los primeros cimientos de la Catedral
de Notre Dame, una impresionante construcción gótica, nació el Louvre como una fortaleza en la orilla del río y, años
después, ya bajo el reinado de Luis IX (1226-1270), se levantó la Santa Capilla. La Sorbona abrió sus puertas en 1253.
Los siglos posteriores están marcados por un estancamiento de las obras públicas y de la cultura en París. El
descontento de las clases más populares y sucesivas luchas militares, como la Guerra de los Cien Años (1337-1453),
propiciaron un asalto al Palacio Real y el asentamiento de un gobierno revolucionario que apenas duró unos meses.
Carlos V restableció el orden y erigió, entre otras, la célebre prisión de la Bastilla. Nuevos enfrentamientos terminaron
con la ocupación de Francia por parte de los ejércitos ingleses guiados por Enrique VI. La Catedral de Notre fue testigo
de su proclamación como rey en 1430. Carlos VII reconquistó el poder siete años después.
A principios del siglo XVII, la lenta recuperación de París se traduce en un crecimiento de su población, llegando a los
300.000 habitantes. Con el Cardenal Richelieu, fundador de la Academia Francesa en 1635, París vive una nueva
época de esplendor político y cultural. En 1643 subió al trono, con tan sólo 5 años de edad, Luis XIV. Bajo su mandato
tuvieron lugar diversas obras de consideración en la capital, como el majestuoso Palacio de Versalles.
Los excesos de la familia real fueron el detonante de la Revolución Francesa el 14 de julio de 1789. Es, sin duda,
uno de los hechos históricos más importantes tanto para París y Francia como para el resto de Europa. Este día, el
pueblo parisino ocupó la prisión de la Bastilla y tres años más tarde se proclamó la República. En esta etapa abrió sus
puertas el Museo del Louvre. En 1804, Napoleón Bonaparte fue coronado emperador y, hasta su derrota en 1815,
erigió algunas obras de arte, como la Plaza Vendome y el Arco del Triunfo.
Del siglo XIX al siglo XX
Tras la caída de sucesivas monarquías y otras revueltas, a finales del siglo XIX, era ya uno de los rincones más atractivos
para los artistas e intelectuales más diversos, que vieron nacer en 1889 el que sería, hasta el día de hoy, el símbolo de
París por excelencia: la Torre Eiffel. En este período, se reordenó también el trazado de las calles, se construyó el
Teatro de la Ópera y se configuraron los bosques de Boulogne y Vincennes. Haussmann, prefecto del Sena, fue el
auténtico artífice de la fisonomía actual de París, es decir, rectilíneas avenidas y amplios bulevares. Las dos guerras
mundiales destruyeron numerosos edificios. Durante la Segunda Guerra Mundial, París fue ocupada por los alemanes
hasta su liberación en 1944. En 1947 se firmó el Tratado de Versalles entre los aliados y los derrotados.
Es un hecho que París siempre influyó en la moda, las costumbres y los movimientos artísticos que se sucedían en
Europa. Tanto la ilustración, como las revoluciones de los siglos XVIII y XIX se engendraron en esta ciudad que alberga
una de las Cortes más lujosas de todos los tiempos y que le costó la vida, entre otros, a Luis XVI y María Antonieta.
Durante la segunda mitad del siglo XX, las muestras arquitectónicas más relevantes de la ciudad se caracterizan por un
fuerte impulso vanguardista. Un ejemplo de ello es el Centro Georges Pompidou, construido entre 1971 y 1977, que en
la actualidad es el centro principal de las exposiciones temporales y de cuadros de Matisse, Miró y Picasso, entre
otros. Su plaza exterior es también un lugar de expresión de multitud de artistas que presentan aquí sus obras. En la
actualidad, París se ha convertido en una de las capitales más importantes de Europa y del mundo. Su carácter bohemio,
romántico y moderno hace que sea una de las ciudades más visitadas del mundo.
Los que estén interesados en conocer más en detalle la historia de la villa, pueden visitar el Museo Carnavalet, que
recorre la vida de París desde su etapa galo-romana hasta el Art Noveau. Este museo reúne, en dos bellas mansiones de
los siglos XVI y XVII, numerosos documentos, objetos y curiosidades de la ciudad.
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