“Las intervenciones de “autor” en los textos dramáticos

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"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
Flaccovio Editore, 2003, pp. 293-308.
LAS INTERVENCIONES DE AUTOR EN LOS TEXTOS DRAMÁTICOS DEL
SIGLO DE ORO: UNA COPIA DE LA VIUDA VALENCIANA.
TERESA FERRER VALLS
UNIVERSITAT DE VALÈ NCIA
La viuda valenciana se publicó en vida de Lope de Vega en la Parte XIV de sus
comedias (Madrid, Juan de la Cuesta, 1620), que fue reeditada un año después (Madrid,
Vda. de Fernando Correa Montenegro, 1621). Lope al publicarla evocaba a la actriz que
desempeñó el papel protagonista en el estreno de la comedia: "Representóla Mariana Vaca,
única en la acción y en entender los versos". Aunque Lope no ofrece más detalles sobre la
fecha de composición y estreno de la obra, ésta había sido redactada e inmediatamente
estrenada, probablemente por la compañía de Gaspar de Porres, a fines de 1599 o
comienzos de 16001.
Además de las ediciones contemporáneas al autor, se conserva en la Biblioteca Nacional
de Madrid (sig. Mss. 15.032) una copia manuscrita de esta comedia que ya fue descrita a
fines del siglo pasado por A. Paz y Meliá, en los siguientes términos :
Viuda(La) valenciana.
Comedia de Lope de Vega
E. Leo.– Celia, Julia, no me oís?
A. la viuda valenciana (Enmendado: las máscaras valencianas.)
56 hoj. [son 58], 4º. Letra de la época, holª
2.
1. Trato de las fechas de composición y redacción, así como de la actriz Mariana Vaca, en mi edición de
la comedia, Madrid, Castalia, en prensa.
2. Catálogo de las piezas de teatro que se conservan en el departamento de manuscritos de la Biblioteca
Nacional, Madrid, 1899, p. 540
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"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
Flaccovio Editore, 2003, pp. 293-308.
Es evidente que Paz y Meliá, profundo conocedor del material que custodiaba en la
Biblioteca Nacional, se percató, incluso suponiendo que no entrase en la lectura completa
del manuscrito, de que el manuscrito carecía de signos externos (firma, rúbrica,
características caligráficas y otros usos de Lope) que permitiesen catalogarlo como
autógrafo. La lectura detenida del manuscrito no hace más que corroborar este juicio, pues
el copista incurre en errores de lectura, a la hora de transcribir el texto del que copia, que el
autor de la comedia no hubiese cometido, y que dan lugar, en bastantes ocasiones, a versos
hipermétricos o hipómétricos, que Lope, el poeta, no hubiese podido escribir. Hay un
elevado número de versos métricamente erróneos de este tipo en el manuscrito3.
A pesar, pues, de que no nos hallamos ante un manuscrito autógrafo y de que el texto
conservado en la Parte puede ser considerado el más autorizado en tanto que versión
definitiva de la comedia supervisada por Lope de Vega, hay que señalar que ambos,
manuscrito y edición, son en conjunto de gran interés para ponderar la compleja transmisión
de los textos teatrales de nuestro Siglo de Oro, muchas veces difíciles de fijar por sus
características peculiares de transmisión. Como es bien sabido, el proceso habitual era que el
dramaturgo escribiese una obra para el director de una compañía, al que vendía su
manuscrito, del que no siempre, y en este sentido el caso de Lope es paradigmático,
conservaba una copia para sí mismo. El director, a quien a partir de ese momento pasaba a
pertenecer de pleno derecho el texto, podía adaptar el texto a sus necesidades, no sólo
prácticas, de acoplamiento entre las posibilidades del texto dramático y la infraestructura
material y humana de la compañía, sino que también podía llevar a cabo intervenciones que
afectaban a la creación literaria, retocando, abreviando o, más raramente, como veremos,
ampliando el texto. Del original el autor solía sacar copias, bien del texto completo, bien
desglosado en forma de papeles de actor. Así por ejemplo, en el contrato que en 1594 el
actor Simón Arias firma con el director Alonso de Cisneros, se especifica la obligación de
Simón Arias de escribir los papeles de las comedias4. Con posterioridad el director podía
3. Por poner algunos ejemplos, entre muchos Ms: di , Otón, el tuyo, a ver. Parte: Diga, Otón, el suyo, a
ver (v. 517); Ms: del Real dentro de la puente, Parte: del Real dentro en la puente (v. 782); Ms: que a tanto
hidalgo dé, Parte: y que a tanto hidalgo dé (v. 1184); Ms: con quien y qué parte fue, Parte: con quien y en
qué parte fue (v. 1414), etc. La numeración de los versos procede mi edición, en prensa.
4. L. Fernández Martín, Comediantes, esclavos y moriscos en Valladolid, Siglos XVI y XVII, Valladolid,
Secretariado de Publicaciones, Universidad de Valladolid- Estudios y Documentos, nº XLIV, 1988, p. 34-35.
2
"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
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llegar a vender a otra compañía el manuscrito de la comedia o una copia del mismo, cuyo
texto, en principio, podía verse de nuevo modificado en función de las necesidades y gustos
del nuevo director, como hace Lope Sasieta de Avendaño en 1601 al vender a Andrés de
Heredia, por valor de 200 ducados, veintinueve libretos manuscritos de comedias, con
facultad de utilizarlas como repertorio propio en el escenario de cualquier lugar de España5.
Por último, el director también podía obtener beneficios de las comedias que había adquirido
y representado ofreciéndolas posteriormente a la imprenta, como hizo Gaspar de Porres, al
publicar en 1614 las Doce comedias de Lope de Vega Carpio, obras que, en su día, había
comprado a Lope para que las representase su compañía. En el Prólogo se hace referencia al
deterioro e incluso fraude con el que las obras atribuidas a Lope llegaban a las imprentas tras
un tortuoso proceso de transmisión :
Los agravios que
muchas personas hacen cada día al autor de este libro,
imprimiendo sus comedias tan bárbaras como las han hallado después de muchos años
que salieron de sus manos, donde apenas hay cosa concertada, y los que padece de
otros que por sus particulares intereses imprimen o representan las que no son suyas
con su nombre, me han obligado por el amor y amistad que ha muchos años que le
tengo, a dar a luz estas doce que yo tuve originales [...] que aunque es verdad que su
autor nunca las hizo para imprimirlas, y muchas de ellas en menos tiempo del que
fuera necesario, por el poco que para estudiarlas les quedaba a sus dueños, no se deja
de reconocer la fertilidad de su riquísima vena, tan conocida a todos....6
Obsérvese que en el Prólogo se alude en pasado a los originales de las comedias que
Porres había tenido en su poder. Probablemente a la hora de imprimirlas, en muchos casos lo
que el director poseía después de varios años eran copias de originales, y aun copias de
copias, en las que se iban sumando los errores propios de la tarea mecánica de los sucesivos
5. C. López Martínez, Teatros y comediantes sevillanos del siglo XVI, Sevilla, Imprenta Provincial, 1940,
p. 69-70.
6. Cito por J. J. Allen, "El autor de comedias: Gaspar de Porres", en J. M. Ruano de la Haza y J. J.
Allen, op. cit.,, p. 179. La cita es muy conocida y quizá, como ahora supone Dixon, detrás de ella esté la
mano de Lope, pues se sabe que la dedicatoria de esta Parte al duque de Sessa, firmada por Porres, la redactó
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"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
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copistas. En cualquier caso los beneficios de su impresión eran para el editor y el impresor, y
no para el dramaturgo. Al llegar a la imprenta en estas circunstancias la comedia, no
necesariamente era revisada por el poeta. El proceso podía alargarse con nuevas impresiones
o copias manuscritas sacadas de las obras impresas. De manera que fijar un texto teatral de
la época resulta, como es bien sabido, una tarea no siempre fácil, en la que hay que calibrar
la importancia de cada testimonio, aunque, como en el caso que me ocupa ahora, no nos
hallemos ante un manuscrito autógrafo, sino ante una copia. Podría ser ésta una copia
realizada a partir de la impresión de la comedia en cualquiera de las dos ediciones
contemporáneas, lo que minimizaría su valor testimonial. Sin embargo hay indicios que
obligan a descartar esta primera suposición, como enseguida veremos.
La copia, encuadernada modernamente, consta de tres cuadernillos, uno por acto, y cada
uno con su propia numeración. El Acto I consta de 18 folios numerados + dos sin numerar
(en total 20); el Acto II, posee 19 folios numerados + 1 sin numerar (también 20 en total) y
el Acto III, consta de 18 folios numerados (es posible que también contase con un total de
20 y los dos últimos, en blanco, hayan desaparecido, quizá al encuadernarse modernamente).
El copista, por tanto, debió emplear tres cuadernillos de 20 folios, uno para cada acto, no
alcanzando en ninguno de los tres actos a completar con el texto de la comedia el total de
los 20 folios. Esta división en cuadernillos autónomos parece haber sido bastante frecuente
en los manuscritos teatrales de la época, como hizo constar J. F. Montesinos al estudiar los
autógrafos de Lope de Vega7.
En alguna ocasión, en este tipo de copias, es el propio dramaturgo, conocedor de la
composición de la compañía del autor para quien la escribe, el que anota el reparto junto al
elenco de personajes, pero las más de las veces es el director de la compañía, ya en posesión
del manuscrito, el que aprovecha para planificar el reparto, bien el folio en donde aparece el
elenco de personajes de mano del dramaturgo, bien los folios en blanco que quedan en los
cuadernillos, y que pueden ser útiles también para otras funciones, como la de adjuntar las
sucesivas licencias de representación. La copia manuscrita de La viuda valenciana carece de
el propio Lope, véase V. Dixon, "La intervención de Lope en la publicación de sus comedias", Anuario Lope
de Vega, II (1996), p. 45-63, esp. 49-50.
7. J. F. Montesinos (ed.), Lope de Vega, El cordobés valeroso Pedro Carbonero, Madrid, Centro de
Estudios Históricos, 1929, Colección Teatro Antiguo Español, VII, esp. p. 135-39.
4
"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
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licencias de representación o, si las poseía al final del último cuadernillo, se han perdido. Sin
embargo encontramos en ella otras huellas que indican que se trata de una copia destinada a
ser empleada para la representación por parte de una compañía. A las intervenciones sobre
el texto literario (enmiendas, atajos...) realizadas previsiblemente por el autor, o por alguien
delegado para estas funciones dentro de la compañía, me referiré después. De todos modos
señalaré que, según creo, las intervenciones sobre la copia proceden de dos manos
diferentes, aunque es muy difícil saber si se corresponden con dos fases cronológicas
diferentes de la vida escénica de la comedia en los tablados. Es decir, si hay que atribuirlas a
dos compañías a las cuales pudo pertenecer en diferentes momentos la copia o si, por el
contrario, ambas intervenciones, aunque de mano diferente, pertenecen a una misma fase de
revisión de la comedia para la representación. En todo caso las intervenciones de una de las
manos (que llamaré X) son mínimas, las de la otra (que llamaré Y) son más relevantes.
Dentro de estas intervenciones me interesa tratar ahora de aquellas que dan cuenta de los
nombres de varios actores de la época pues, si bien no es posible identificarlos a todos,
algunos de ellos nos pueden ayudar a ubicar la copia en un período anterior al de la
publicación de la comedia en la Parte XIV.
La primera de estas intervenciones (de la mano X, con tinta más clara y trazo más
grueso) tiene que ver con ciertas anotaciones que aparecen incorporadas al manuscrito junto
al elenco de personajes, en el primer folio. Aunque no se ofrece un reparto de actores
completo, se anotan los nombres de cuatro actores: así, junto al papel del criado Floro se
anota el nombre de Jº Vazqz. (Juan Vázquez8), junto al del galán Otón se escribe el nombre
de Arias, junto al de Lisandro el de Villegas y junto al de Rosano se escribe el de
Fran[cisc]o. Se trata en este caso, a todas luces, de la planificación incompleta de un
reparto. Aunque tenemos documentados algunos actores con estos nombres y apellidos, a
partir de su sola mención resulta hoy por hoy, con los datos que tenemos, imposible
relacionarlos a todos o a varios de ellos con una compañía y con un autor en una fecha
determinada. Sabemos de la existencia de un Juan Vázquez, quizá el mismo mencionado en
el listado, que el 6 de enero de 1615, firma un contrato en Toledo para formar parte de la
compañía de Juan de Morales Medrano durante dos años, junto con su esposa Francisca de
5
"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
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Espinosa. El Arias mencionado en el reparto podría ser Simón Arias de Valdivieso, al que se
refiere Claramonte, en su Letanía Moral
(Sevilla,
1613), como un prestigioso
representante, y del que sabemos que trabajaba ya en 1594 en la compañía de Alonso de
Cisneros. De Simón Arias sabemos también que tuvo relación con Mariana Vaca, la actriz
que representó el papel de la protagonista, Leonarda, en el estreno de La viuda valenciana,
según testimonio del propio Lope. Aunque Lope no concreta, según ya apunté antes, la
fecha del estreno de la comedia, es bastante probable que se llevase a los escenarios por
primera vez a fines de 1599 o comienzos de 1600. La relación documentada entre Arias y la
actriz se remonta a una fecha anterior al estreno, y tiene que ver con un poder que Mariana
Vaca y su marido Pedro de Morales, otorgaron en Toledo, en abril de 1598, a Simón Arias
para que pudiese alquilar unas casas que el matrimonio poseía en la calle del Príncipe de
Madrid9. Otra noticia de 1608 relaciona a Simón Arias con el autor de comedias Juan de
Morales Medrano10. Respecto a Villegas, tenemos documentados varios actores con este
apellido a comienzos del siglo XVII, entre ellos el conocido autor Antonio de Villegas y su
hermano Juan de Villegas. Pero en definitiva, ni éstas ni otras muchas noticias que
conservamos sobre actores con los nombres y apellidos mencionados en el reparto, que he
revisado a partir de la base de datos del Diccionario biográfico de actores del teatro
clásico español11, resultan concluyentes de cara a relacionar esos nombres con una fecha o
una formación de actores concretas.
Más relevante resulta la intervención que una segunda mano (Y), diferente también de la
del copista, llevó a cabo aprovechando el reverso del último folio, sin numerar, del primer
cuadernillo (Acto I), en donde realizó una serie de anotaciones que tienen que ver, a lo que
parece, con las cantidades que debían de pagarse a diferentes actores y con el producto
obtenido de alguna representación12. Aparecen aquí mencionados los nombres de Rosales,
8. Aunque la abreviatura podría también resolverse como Julio, no hay documentado ningún actor con
este nombre.
9. L. Fernandez Martín, op. cit., p. 34-35.
10. C. Pérez Pastor, Nuevos datos acerca del histrionismo español en los siglos XVI y XVII. Primera Serie,
Madrid, Imprenta de la Revista Española, 1901, p. 105.
11. Proyecto financiado por la DGICYT, que dirijo desde 1993, y en el que colaboran especialistas de
varias Universidades, puede verse mi art. "Sobre la elaboración de un Diccionario biográfico de Actores",
diablotexto, 4/5 (1997-98), p. 115-41.
12. Sobre la importancia de esta segunda intervención de cara a ubicación de la copia en una fecha
anterior a la publicación de la Parte XIV trato en mi edición cit., parte de cuyas conclusiones recojo aquí.
6
"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
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Carrillo, Porras, Bautista, Toledo, Cebrián, Fuentes, Tomás y Morales. Aparte, sin relación
con la lista, y de una tercera mano diferente e inexperta, aparece escrito el nombre de Juana,
aunque sin asignársele cantidad alguna. También aparecen asignadas en el margen izquierdo
de la lista sendas cantidades, a un alguacil, 8 reales, y otra a un tal López, que al ser más
elevada de lo habitualmente estipulado en la época para los sueldos de los actores, 41 reales,
no parece corresponder al sueldo de ningún actor. El actor mejor pagado del listado, [Juan]
Bautista [de Angulo], en realidad cobraba, como se verá, en nombre propio y en el de su
mujer.
Como sabemos que, con toda probabilidad, según se dijo, la obra fue estrenada por la
compañía de Gaspar de Porres, y representada en su papel protagonista por Mariana Vaca,
casada en aquel momento con el actor Pedro de Morales, la mención de los apellidos Porras
y Morales en estos apuntes de cuentas podrían inducirnos en un primer momento a
relacionarlos con la compañía de Gaspar de Porres. Pero lo cierto es que, aunque algunos de
estos actores hubiesen tenido relación contractual con Gaspar de Porres en algún momento
de su vida, no constituían la formación de la compañía de Gaspar de Porres en 1599-1600,
fecha en que, según dijimos arriba, probablemente se representó por primera vez La viuda
valenciana, ni tampoco aparecen como miembros de su formación en los años siguientes.
Sin embargo, la mayor parte de ellos formaban parte de la compañía de otro director,
Hernán Sánchez de Vargas, en 1610, como atestigua el reparto de otra comedia de Lope de
Vega, La hermosa Ester, que se conserva en el manuscrito autógrafo de la British Library
de Londres (sig. Egerton 547)13 . En el reparto de esta comedia encontramos los nombres de
Morales, Rosales, Carrillo, Porras, Bautista, Toledo, y Fuentes, junto a los de otros actores
que no aparecen en la lista incluida en la copia de La viuda valenciana como los de Vicente,
Antonio, Villaverde y el propio [Hernán] Sánchez, en donde aparecen asimismo los nombres
de las actrices Polonia, Clara y Juana. Por el autógrafo sabemos que Lope acabó la comedia
en Madrid, el 5 de abril de 1610. La obra se escribió, pues, con toda probabilidad para ser
Pero para la relación entre el texto de la copia y el publicado en la Parte, véase el apartado de la
Introducción "Valoración del texto de la copia manuscrita: ¿una primera redacción de La viuda valenciana".
13. Agradezco a mi colega el Dr. M. Presotto que me haya facilitado una fotocopia de este reparto, y me
haya informado sobre las licencias de representación. El reparto fue editado y utilizado en su día por H. A.
Rennert, The Spanish Stage in the time of Lope de Vega, Nueva York, The Hispanic Society of America,
1909, p. 360, aunque con contradicciones, errores de lectura y una omisión, que subsano.
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vendida a Sánchez de Vargas, como en su día apuntó H. A. Rennert, y contiene licencias
para ser representada firmadas en Madrid, el 10 de mayo de 1610 y en Sevilla, el 6 de mayo
de 1612. La letra de la mano que escribió, junto a los nombres de los personajes escritos por
Lope, el reparto de actores en La hermosa Ester es similar a la que escribió los nombres de
los actores de la lista incluida en La viuda valenciana, aunque sea muy aventurado afirmar
que ambas procedan de la misma mano.
Por otro lado la mayor parte de los actores mencionados en la lista incluida en La viuda
valenciana y en el reparto de La hermosa Ester aparecen también en el reparto de otro obra
de Lope, representada también por la compañía de Hernán Sánchez de Vargas. Me refiero a
Barlaán y Josafat, cuyo autógrafo Lope firmó en Madrid, el 1 de enero de 1611, casi nueve
meses después del de La hermosa Ester. Montesinos, al editar el autógrafo, que carece de
licencias de representación, supuso, teniendo en cuenta el reparto de actores de la comedia,
que fue estrenada por la compañía de Sánchez de Vargas, y observó que los nombres de los
actores, así como alguna discreta intervención a posteriori en el manuscrito de Lope, habían
salido de la misma mano. En el reparto de esta obra encontramos de nuevo, como en la lista
incluida en la copia de La viuda valenciana, los nombres de Morales, Toledo, Rosales, F.
Carrillo, Porras, Bautista y Fuentes, y además los de Sánchez, Aranda, Villegas, Vicente, y
los de las actrices Mariquilla, Polonia, Juliana y Clara14 .
La formación de las compañías teatrales en la época, a pesar de los contratos que
estipulaban el período de permanencia en las mismas de los actores, era bastante inestable.
De manera que la coincidencia de un número tan elevado de actores en los tres listados
apunta directamente a la conclusión de que la copia de La viuda valenciana estuvo, al
menos entre 1610 y mayo de 1612, fecha de la última licencia de representación de La
hermosa Ester, en manos de la compañía de Hernán Sánchez de Vargas. No debe de
extrañar, por otro lado, que en el listado de cuentas no aparezca, a diferencia de lo que
14. J. F. Montesinos (ed.), Lope de Vega, Barlaán y Josafat, Madrid, Centro de Estudios Históricos,
Colección Teatro Antiguo Español, VIII., 1935, p. 5, 43, 83 y 165-67. Ya Rennert, op. cit., p. 444, y luego
Montesinos, creyeron que a pesar de la F. que precede al apellido Carrillo, el actor de la lista podría ser
Damián Carrillo. En cualquier caso se trataría del mismo que aparece en los otros dos listados. Hubiese
resultado de gran interés comprobar la grafía del reparto de esta comedia con la de La hermosa Ester y con
el listado de actores incluido en La viuda valenciana, pero el autógrafo de Barlaán y Josafat, que editó
Montesinos, se encuentra en paradero desconocido o desapareció con el incendio de la Biblioteca de la
familia de Lord Ilchester, en cuyo poder se hallaba, según me informa amablemente el Dr. M. Presotto.
8
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ocurre en los repartos, el nombre de Hernán Sánchez, aunque formase parte como actor de
la compañía, ya que su condición también de autor de la misma, le eximía de verse incluido
en un recuento de salarios, que refleja aquello que como empresario estaba obligado
mediante contrato a descontar de sus ganancias.
Hay que añadir además que por fortuna se han conservado los contratos de dos de los
actores mencionados en la lista de pagos incluida en el manuscrito de La viuda valenciana.
Uno corresponde a Cebrián Martínez, quien se comprometió el 15 de enero de 1610 en
Toledo a trabajar durante un año (esto es, durante una temporada teatral, hasta Carnaval del
año siguiente), en la compañía de Hernán Sánchez de Vargas, cobrando 4 reales por
representación y 3 reales de ración15. En total los siete que se le asignan efectivamente en la
lista de pagos. El mismo día y en la misma ciudad Juan Bautista de Angulo y Clara Eugenia
de Torres, su mujer, se comprometían también a formar parte de la compañía de Sánchez de
Vargas hasta Carnaval del año siguiente, por lo que recibirían 9 reales diarios de ración y 23
reales por día de representación, estableciéndose además como condición que Clara Eugenia
haría los primeros papeles de la mitad de las comedias que representaran y los segundos de
la otra mitad, "de forma que en una comedia sí y otra no a de tener los dichos primeros
papeles alternativamente"16. En total el salario de la pareja por representación suma los 32
reales que se le asignan a Juan Bautista de Angulo en el listado, aunque no se mencione a su
mujer. Probablemente, aunque carezcamos de la documentación, la pareja renovara el
contrato para la temporada siguiente, en vista de los repartos mencionados de las obras de
Lope. No podemos decir lo mismo de Cebrián Martínez, que no aparece mencionado ni en
el reparto de La hermosa Ester, ni en el de Barlaán y Fosafat, Si dejó de formar parte
efectivamente de la compañía, ello permitiría circunscribir al período de la temporada teatral
de 1610 la anotación de los pagos contenidos en la lista de la copia manuscrita de La viuda
valenciana.
En conclusión, si como parece evidente la copia perteneció a la compañía de Sánchez de
Vargas, entra dentro de lo posible que durante ese período se repusiese en los teatros comerciales La viuda valenciana, quizá con la participación de algunos de los actores que se
mencionan en las anotaciones de pago: [Juan Bautista de] Rosales, [¿Damián?] Carrillo,
15. San Román, op. cit., p. 158.
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"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
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[Francisco de] Porras [o Porres], [Juan] Bautista [de Angulo], [Luis de] Toledo, Cebrián
[Martínez], [¿Domingo o Antonio?] Fuentes, Tomás [¿de Torres?], y [Pedro de] Morales17.
Por otro lado, las condiciones del contrato con Juan Bautista y su mujer dan respuesta
indirecta a la llamativa ausencia de pagos a actrices en este listado: pueden aparecer
subsumidos, como en este caso, en el pago al marido, que era quien tenía en última
instancia la facultad legal para la firma del contrato. Si La viuda valenciana se repuso en la
temporada de 1610, Clara Eugenia pudo representar, en vista de lo estipulado en su
contrato, el papel de la protagonista Leonarda, y quizá Pedro de Morales volviese a
representar como galán el papel de Camilo, como ya hiciera en el estreno de la obra diez
años antes, junto a su mujer de entonces, Mariana Vaca.
En cualquier caso, y es lo que me interesa destacar de cara a la relevancia del manuscrito,
la mención de varios de los nombres de actores que aparecen en él invalidan la idea de que
éste fuera una copia posterior a la impresión, ya que además de todo lo dicho, la actividad
de algunos de ellos, caso de Juan Bautista Rosales o Francisco de Porras se retrotrae a los
años anteriores a la publicación de la comedia en la Parte XIV.
Gaspar de Porres, el autor para quien Lope escribió originariamente la comedia, había
sido un importante director en el tránsito del siglo XVI al XVII, pero hacia 1610 ya había
iniciado un cambio en su vida profesional que le llevó a ejercer otras tareas dentro del
mundo del teatro. En los últimos años de su vida lo encontramos actuando como apoderado
de otros directores de compañías, como alquilador de hatos de vestuario, e incluso, según
se ha dicho, como editor de las comedias de Lope. Es probable que Gaspar de Porres
también obtuviese beneficios de la venta de comedias que le habían pertenecido y que su
compañía había estrenado. Como mera hipótesis, se puede aventurar que La viuda
valenciana llegase a manos de Hernán Sánchez de Vargas a través de una venta directa o
indirecta de una de las copias sacadas del original que había estado en posesión de Porres.
Quizá Francisco de Porres fuese, como ha supuesto San Vicente, hermano de Gaspar de
16. San Román, op. cit., p. 158-59.
17. Para no ser prolija evito al lector los pasos que me han llevado a la identificación de estos actores,
trabajo que me ha facilitado la ya mencionada base de datos sobre actores. Me limito a reproducir entre
corchetes sus nombres o apellidos, que ofrezco entre interrogantes cuando me plantean alguna duda.
10
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Porres, de cuya compañía formaba parte en 159418. Es posible que una copia de La viuda
valenciana llegara por mediación suya, o por mediación de Pedro de Morales, que participó
en su estreno, a manos de Sánchez de Vargas. No sería de extrañar, pues a ambos, a Porres
y a Morales, los encontramos entregados a este tipo de negocio el 7 de marzo de 1609, un
año antes de formar parte de la compañía de Sánchez, cuando ambos entraron a formar
parte de la compañía de Andrés de Claramonte, a quien vendieron ese mismo día en
Valencia, junto con otros actores, las copias de varias comedias que poseían, entre cuyos
títulos no se menciona, sin embargo, el de La viuda valenciana19.
La copia manuscrita de La viuda valenciana muestra, a parte los mencionados apuntes
de nombres de actores, otros indicios que indican que pudo ser utilizada para la representación. Es probable que hubiese, como he dicho antes, más de una fase de revisión del
texto para su puesta en escena, a juzgar por el hecho de que las intervenciones en el texto de
la copia proceden de dos manos distintas. Pero las de una de ellas (la que he denominado
arriba X) son escasísimas y de poco relieve, y a veces se hace difícil distinguir, sobre todo
cuando se trata de atajos en que se eliminan algunos versos, a qué fase podría pertenecer
cada una de ellas. Las de la segunda mano son más numerosas. De cualquier modo las
intervenciones son las habituales en este tipo de manuscritos. El autor de la compañía, o la
persona delegada por él dentro de la misma para las tareas de adaptación del texto, actúa
sobre el mismo fundamentalmente con una voluntad clarificadora, y muy raramente se
permite adiciones de importancia. Las intervenciones más nutridas son aquellas que se
consagran a subsanar errores evidentes, como los que tienen que ver con malas lecturas u
omisiones del copista, con la errónea distribución de palabras por verso, o con la restitución
de palabras veladas por manchas de tinta. El adaptador actúa entonces realizando enmiendas
conjeturales que, a la vista del texto de la Parte, en ocasiones se aproximan a la lectura
correcta: así el v. 134 (con tu edad autoridad) falta en la copia, y el adaptador añade en tu
vista autoridad; o el v. 515 (si ésos son vuestros favores,) aparece deturpado en la copia,
que ofrece la lectura si este vuestro favor es, lectura que trata de enmendar el adaptador al
18. A. San Vicente, "El teatro en Zaragoza en tiempos de Lope de Vega", Homenaje a Francisco
Ynduráin, Zaragoza, 1972 p. 267-361, p. 286.
19. V. Esquerdo, “Aportación al estudio del teatro en Valencia durante el siglo XVII: actores que
representaron y su contratación por el Hospital General”, BRAE, LV (1975), p. 429-530, esp. 448- 49.
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"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
Flaccovio Editore, 2003, pp. 293-308.
escribir si estos vuestros son favores. Hay ocasiones en que la enmienda conjetural del
adaptador, aunque se aproxime al sentido correcto, resulta errónea en la forma, poniéndose
de relieve su falta de atención a la métrica: así ocurre con el v. 1087 (mas sea fea o hermosa), omitido en la copia, y que el adaptador, al restituir intuitivamente, convierte en un
verso hipermétrico: mas sea fea o sea hermosa 20. Algunas sustituciones de unas palabras
por otras parecen opciones más bien de tipo estético del adaptador, que no mejoran el texto
y en ocasiones lo trivializan o lo empeoran métricamente: así, en el v. 1376, al reemplazar la
palabra encubierta por incierta, el adaptador destruye un intencionado juego de palabras, o
en el v. 707 al reemplazar la exclamación
!Vive Dios!, por la expresión !Por Dios!
convierte, sin advertirlo, el verso en hipométrico: !Por Dios, que di un doblón!. En alguna
ocasión la pretensión de corregir errores, crea a su vez alguna lectura de sentido imposible:
como la del v. 238, en que se sustituye incorrectamente el nombre de Lucencio por el de
Luciano, poniendo de relieve una poco atenta lectura del elenco de personajes21.
Hay veces en que el adaptador, sin embargo, se muestra incapaz de restituir el sentido
ante la falta de algún verso, como ocurre con el v. 149, omitido por el copista, omisión que
resuelve tachando los otros tres que componen la redondilla. En otras ocasiones aunque la
copia suministre lecturas correctas, el adaptador parece no comprender su significado : así,
por ejemplo, interviene tachando una redondilla (v. 205- 08), probablemente por entender
que su sentido es incompleto, sentido que queda restablecido tan sólo aplicando una
correcta puntuación, de la que el manuscrito, como es habitual en la época, carece. Algunas
de las intervenciones tienen como finalidad la redistribución de parlamentos entre
personajes, en ocasiones con voluntad de corregir un evidente error en la copia (vv. 2370,
2371, 2525, 2528, 2531), otras pretendiendo corregir un error que realmente no existe (vv.
121, 2856). Una sola vez se elimina un personaje (un Escribano) en aras de la economía de
actores, atribuyendo su intervención, de un solo verso en toda la comedia, a otro personaje
(v.1628). Hay que insistir además en que, sin embargo, el adaptador pasa por alto la mayor
20. Pueden verse también en mi ed. en prensa las notas a los versos 371, 440, 1685, 1825, 1829 ó 1965,
en que se dan cuenta de algunas de las adiciones del adaptador, relacionadas con versos o palabras omitidos,
emborronados o errados en la copia.
21. Véanse algunos otros ejemplos recogidos en la ed. cit.: vv. 420, 1587, 1702, 2203, 2327 ó 2791.
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"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
Flaccovio Editore, 2003, pp. 293-308.
parte de los errores métricos que contiene la copia y que se crean por adición u omisión de
partículas o palabras, error habitual en la tarea mecánica de los copistas.
Dos de las intervenciones son potencialmente de mayor importancia: la una consiste en el
cambio de título de la comedia, quizá en un deseo de hacer aparecer en los carteles una
comedia vieja por nueva. El nuevo título, Las máscaras valencianas, desplaza torpemente el
centro de atención a un elemento relevante para el enredo, pero accesorio para destacar el
asunto de la obra. En la otra intervención el adaptador propone eliminar dos escenas del
acto III (esc. 18-19), que forman parte de una insuficientemente desarrollada acción
secundaria: en ellas vemos como Celia —antigua amante del galán protagonista, Camilo,
que la ha despreciado en favor de la viuda—, pasa a ser repentinamente reclamada como
esposa por el criado del galán y, más sorprendente aun, acepta tan inesperado arreglo
matrimonial. La propuesta del adaptador de sustituir este pasaje por un soneto pronunciado
por Camilo (Sale Camilo solo. Dice un soneto los ojos adentro), hubiese supuesto un
esfuerzo de creación literaria del que se retracta de inmediato (Dícese esto borrado). No
obstante, resulta curioso notar que, a pesar de la distancia cronológica y estética, haya sido
éste el mismo pasaje que algunos críticos modernos han juzgado como extravagante y
forzado en el conjunto de la acción dramática22.
En resumen se trata, pues, de intervenciones poco relevantes en el texto de la copia y que
no entrañan una actividad creativa literaria de interés. Dejando de lado los casos de
verdaderas refundiciones de textos lopescos, fenómeno que se hará más frecuente en la
etapa posterior, el tipo de actuación llevado a cabo sobre la copia de La viuda valenciana
parece haber sido el más habitual, al menos en el caso de los textos dramáticos de Lope. En
el mismo sentido apuntan las conclusiones expuestas por M. Presotto a partir del análisis de
las intervenciones realizadas por diferentes autores de compañía en los manuscritos
autógrafos del dramaturgo: "Lo más evidente en este análisis de conjunto es quizás la casi
total ausencia de adiciones por parte del autor de comedias, con rarísimas excepciones […]
Los autores, por lo tanto, parecen dedicarse a lo largo de los años a "eliminar" y casi nunca
22. Ya fue considerado como innecesario respecto a la acción principal por Schäffer, cuya opinión fue
recogida también por E. Rull, "Creación y fuentes en La viuda valenciana de Lope de Vega", Segismundo, 78 (1968), p. 25-40, p. 21. Más tarde J. L. Aguirre, al editar la comedia, consideraría absurda la resolución de
esta trama, La viuda valenciana. Los locos de Valencia, Barcelona, Renacimiento (Clásicos y Ensayos,
Colección Aubí), 1977, p. 36.
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"El golfo de las sirenas de Calderón: égloga y mojiganga", en Enrica Cancelliere (ed.), Giornate
Calderoniane, Calderón 2000. Atti del Convegno Internazionale Palermo 14-17 de Dicembre 2000, Palermo,
Flaccovio Editore, 2003, pp. 293-308.
a "añadir" en un texto de Lope"23 . A pesar, pues, del gran margen de maniobra que poseían
los autores sobre los textos dramáticos de su propiedad, y de las protestas formuladas con
toda razón por Lope acerca de la transmisión textual de sus obras en copias deturpadas, en
la práctica las intervenciones de autor, aquellas que exigían aptitudes literarias de creador y
de poeta, no parecen haber sido tan importantes como a veces se presupone. No en balde,
salvo excepciones como la de Claramonte, la práctica teatral había consumado ya desde
hacía tiempo la división del trabajo entre autor y poeta dramático.
23. "Hacia la producción del texto-espectáculo en las comedias autógrafas de Lope", Anuario de Lope de
Vega, III (1997), p. 153-68, esp. 161-62.
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