Explotación de las riquezas naturales

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MINISTERIO DE INDUSTRI4S-SECCION DE PUBLlUClONES
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EXPLOTACION
DE LAS RIQUEZAS NATURAl.ES
EL PETROLEO-LOS
DE HIERRO-EL
MINERALES
CARBON-LAS
FUERZAS
Hl DROELECTRICAS
SOCIEDAD
GEOGRAFICA
LA INDUSTRIA
SIDERURGICA
LA LEY 92 DE 1927
POR
ANTONIO JOSE URIBE
BOGOTA
IMPRENTA
NACIONAL-.U~27
f>Di.IOTECA LUIS: ANC¿L A¡;:~NGO
C'.A T ALOGACION
/
---0 __
~¡
•
EXPLOT ACION
DE LAS RIQUEZAS NATURALES·
SOClEDAD GEOGRAFICA
PROLOGO
Todo Estado se compone de dO:3elementos
naturales: la población y el territorio; y de
un elemento político, el gobierno.
Colorr.bia, después de múltiples ensayos, ha
sabido darse una acertada organización política' per medio de la cual se ha logrado asegurar el equilibrio entre la libertad y el orden;
la unidad política y la descentralización administrativa; la participación efectiva de los partidos en las varias esferas de los poderes públicos, v la convivencia armónica de las dos
"
grandes potestades, todo 10 cual ha asegurado
el imperio de la paz, cuyo vigésimoquinto aniversario acabamos de celebrar, con el aplauso
de todos los pueblos cultos. A comiolidar este
orden de cosas, procurando que la acción
del Gob:erno sea realmente fecunda y práctica,
y a la explicación doctrinal de nuestras grandes
instituciones jurídicas, hemos consagrado por
nuestra parte dilatados y persisten',~es esfuerzos (1).
(1) Véansc: La Reforma Administrativll en Colombia, Bogot:í., 1917; El Programa Conservador, 1924-;
Tratado de Derecho Civil colombiano, París, 1898;
Derecho Mercantil colombiano, Berlín, l\lO6; Código
de Minas colombiano,
Medellín, 1904; Jurisprudencia de la .corte Suprema. Bogotá, 1901.
PRÓLOGO
6
Por 10 que hace a la población, forzoso es
trabajar porque se desarrolle en condiciones
higiénicas, que aseguren la defensa y la mejora de la raza, del capital humano, y a ello corresponde la Ley 12 de 1926, que tuvimos el
honor de present'3.r al pasag(4)Cong;reso, sobre
enseñanza de la higiene, individual, pública y
social, en todos :.os establecimientos oficiales
de instrucción primaria, normal y secundaria
de la República (1), y al mejoramiento moral, intelectual y ::ísicodel pueblo, a que se refiere el conjunto de leyes que sobre la instrucción y la educación nacionales hemos logrado hacer expedir durante los últimos veinticinco años (2).
Respecto del territorio, que, con la población, es el principal factor de la riqueza y del
poderío de un Estado, el de Colombia, ora por
su extensión-que comprende la más importante red fluvial del globo, desde el Orinoco,
el Caquetá y el Putumayo, hasta el Amazonas;-ora por su situación,-a la cabeza de la
América Meridional, con costas sobre ambos
océanos yen la boca del canal de Panamá;ora por sus variados climas; ora por sus múl(l)
192(i.
\' t;ase
l']
opÚsculo Política
Sanitaria,
HogolÚ,.
(2) Véase la ohra Instrucción Pública-Disposiciones vi~ent€s-Exposiciones
de motivos, Bo·golá. 1927.
PltOLOGO
tiples riquezas naturales, es de condición privilegiada. Lo que importaba ante todo era
fijar sus fronteras internacionales, para definir la nacionalidad, y se nos permitirá que digamos aquí que a esta trascende::ltal labor
-complem~nto
indefectible de la grande obra
de la independencia nacional-hemos
CO¡ï:sagrado la mayor y la mejor parte é.e nuestra
existencia, felizmente recompensada con la
gran satisfacción de verla a punto de ser coronada si, como es de esperarse, se aprueba el
Tratado que sobre límites y navegación fluvial tuvimos el honor de celebrar, en 1922, con
la República del Perú (1).
U na vez d.efinido y demarcado el territorio
nacional, 10 que importa es poner et:. práctica
medios cient:ficos y eficaces para sanear las
poblaciones y las comarcas de la explotación
agrícola e industrial, así como estudiar el suelo y el subsuelo, la estructura geolÓgica del
país, para el ~eneficio y para la conservación
de sus varias riquezas naturales, no m,~nos que
para mejorar y multiplicar los medios y los
métodos de transporte y de comunicación.
(1) Véa ¡lse: Anales Diplomáticos y Consulares de
Colombia, G volÚmenes, Bogotá, 1900 a 1920; Cuestiones Internacionales,
Políticas, Económicas y Sociales, 1925; El Libro Azul, sobre el canal y la separación de PanamÚ, 1904; Colombia y los Er,bdos Unidos de América, 1926.
8
PHOLO{;o
A ,lo primero ha provisto la segunda parte
de la citada Ley 12 de 1926, que ordena sanear
los puertos marítimos, fluviales y terrestres,
así como, las principales ciudades de la República (1) .
A lo segundo se refiere la Ley 92 de 1927,
cuya exposición de motivos y cuyo texto se
leerán en seguida.
En virtud del artículo primero, deben crearse en la Facultad Nacional de Ingeniería y en
la Escuela de Minas, las cátedras especiales,
cuatro, seis, o más, que sean necesarias para
el estudio de todo 10 relativo a la exploración,
a la explotación y a la conservación de los yacimientos de petróleo y de sus derivados, es
decir, verdaderos institutos científicos anexo&
a aquellos establecimientos. Se trata de formar, con la enseñanza de profesores extranjeros competentes, técnicos colombianos que
puedan utilizar y defender aquella poderosa
fuente de riqueza, sobre la cual ignoramos casi
todo.
Respecto de ella decíamos, el 6 de noviembre de 1921,-en una serie de artículos relativos al Tratado de 6 de abril de 1914, entre
Colombia y los Estados U nidos,-lo siguiente, que parece oportuno recordar ahora:
(1) .Véase el ~-cludid() opúscul(} Política Sanitaria,
Bogotá, 1926.
PROLOGO
:)
Colombia encierra cn su vasto territorio
ricos ya(-¡mient()s de petróleo, buena parte de los cuales e!,>4
t{¡n muy próximos
al canal interoccánico,
lo que les
(ia el carácter de un monopolio natural de singular
imporlaneia,
que, eonsccuencialmcnte,
despiert:l la
('odicia extranjera,
Para su adjudic.ación tenemos en
vigol'lllla
ley detallada, que confiere amplias facullades al Gobierno', y ello, per sí s{)lo, está diciendo
1/1Ie, para el debido hencficio
de tan extraordinaria
eomo peligrosa
riqueza,
para su salvaguardia
y seguridad. es ~rcciso que, hoy y siempre, tengamos al
frente delas
destinos nacionales,
verdaderos
hombres de Estado, de clara visión ~', sobre todo, de probidad y rectitud insospechadas
e in:;;ospcchables, animad'J!'> sólo del deseü ardiente de servir, con inconll'astable energía, con alteza de miras, con espíritu de
abnegación y desprendimiento,
los ~agrados intereses.
dt' la Pntria (n.
Las riquezas minerales, tan :lmportantes en
la fase actual de la civilización, son sin duda
muy abundantes en nuestro país, el hierro y
el carbón sobre todo, que son como los músculos y la sangre de la industria moderna. Preciso es localizarias y describirlos, cuantitativa y cualitativamente, como 10 ordena el artículo 2 de la Ley a que nos estamos refiriendo, con el objeto de apreciar :m importancia
actual y su futuro económico, y de fomentar
Q
(1 ~ Véase la obra Colombia y los. Estados
de América., segunda parte, página 95.
Unidos
I'ROLOGO
10
la explotación y el aprovechamiento de aqueHas riquezas y sus derivados (1).
L,) propio puede decirse, y aun con may,)f
razé'n, respecto de las fuerzas hidroeléctricas
a que se refiere el artículo 3~ de la misma
Ley (2).
C:)lombia, fuera de la agricultura y de las
industrias extractivaB mencionadas, ¿puede
con"lertirse en un país industrial? Nosotros
herr.os creído que, en principio, por ahora deberían encaminarse los esfuerzos oficiales a
fomentar las escuelas de artes y oficias, sm
perjuicio de más amplios desarrollos en 10 fuSohn' el particular
Ieelllos en l,l l\lcnsaje
el ~H de julio Último dirigiÓ el sC1lor Presidl'nlc
PerÚ al Congreso Nacional:
(1)
((lit
d( I
"Se encuentra
en estudio la reorganizaciÓn
tld
Cuel'po de Ingenieros
dl' l\Iinas. Dicha institución
estuliarÚ
intensivamen!lt:
la geologia y mineraloghl
¡¡acionales. asi coma lal-. prohabilidadcs
que ofrecen
los nuevos asientos mineros
para su inmediata (';..plotlción ... Dentro de pocos meses JlegarÚ al p.lÍs
la (.bra Geología del PeJ:ú, publicada por el Profesor
SteinUlnn, hajo la supervigilancia
de la Dirección de
;\finas. Esta obra pondrÚ ùe manifiesto, en forma precisa y docnmentmlH.
hl ('onstilueión
del suelo }lerua 10,"
(;~) Las de Francia se e1>timan en diez millones de
l'uballos de fuerza, y las de Chilp en ciento lreinla
y c· neo millont>s.
PROLOGO
11
turo, en ccnsonancia con lo que dijimos en la
~xposición de motivos de la Ley 31 de 1917,
sobre enseñanza técnica industrial.
En el deseo de que puedan formarse oper;trios y técnicos en general al servicio de la industria, en sus múltiples fases, introd.ujimos en
la Ley 92 de 1927 el artículo 4''', que faculta
ampliamente al Gobierno para contratar en el
Extranjero los Profesores competentes que
considere necesarios para la enseñanza técnica, tanto industrial como comercial.
En suma, la Ley a que nos estamos refiriendo es, como se habrá visto, de vastas proyecciones y de realización indefinida, para el
desarrollo y el engrandecimientc de la República.
Teca al Gobierno, por conducto de los Ministerios respectivos, o sean los de Instrucción
Pública e Industrias, reglamentaria debidamente, y darle inteligente y perseverante ejecución, para bien de la República. Por nuestra parte, ello corona la serie de esfuerzos
que, en una dilatada labor parlamentaria y
administrativa, hemos venido haciendo en
favor del adelanto patrio.
El estudio de las riquezas minerales, susceptibles de ser explotàdas, ha de constituír
uno de los principales capítulos de la política de nuestro Gobierno. En consecuencia, con-
12
PHOLOGO
fiamos en que desde ahora tomará las medidas necesarias para organizar la estadística de
la explotación minera, a fin de que pueda suministrar al Congreso, en su próxima reunión,
informes lo más exactos posibles sobre el levantamiento de los planos catastrales de las
regiones minera:>, sobre el número de minas
que actualmente hay tituladas y el importe de
su impuesto anual, así como el de la producción minera, con las debidas especificaciones~
y el de los minerales que se exporten, o síquieïa sobre el peso de ellos.
Confiamos asimIsmo en que se llevará oportunamente a cabo el levantamiento de planos
rdativos a la extensión de los bosques naciom'.!es, aprovechando los eficaces servicios de
la Scadta, y que se tomarán las providencias
necesarias sobre nuestra selvicultura y sobre
la defensa de las regervas nacionales de esta
pre:::iosa riqueza.
E.t presente OpÚSCL'.1o
se publica por orden
del :,eñor Ministro de Industrias, a fin de hacerle circular entre los Gobernadores de los
Depó rtamentos, los Alcaldes, los centros cÏentífic0.3,los Agentes Diplomáticos y Consulares
y las Oficinas de Información de la República en el Exterior.
Ha parecido conveniente agregarle un Apéndice, con el informe pre~:entado al Senado sobre Academias Nacionale:s y especialmente 50-
PROLOGO
bre la Sociedad Geográfica, y con un discurso
del autor, también pronunciado ·en el Senado
de la República, sobre la industria siderúrgica, porque todo ello guarda íntima relación y
armonía con la Ley que acaba de expedirse,
que provee al beneficio de varias riquezas naturales.
Bogotá, noviembre de 1927.
ANTONÚ)
JosÉ URIBE
EXPOSICION
del proyecto
DE MOTIVOS
de ley sobre explotación
zas naturales,
de varias
¡'ique-
Terminad8s
comO están ya prácticamente
nuestras.
cuestiones
sobre fronteras,
definida
asi la nacionalidad, forzoso será consagrar
en lo futuro, Con energia y perseverancia,
las actividades
colectivas,
por la
acción eficaz del Estado,
al mejoramiento"
en todo.
sentido, de la población y a la exploración
:Y explotación cienUfica del territorio,
que son las dos bases.
angulares
del país, el activo precioso de l:el economía
nacional.
A lo primero
se refieren varias leyes que
han venido expidiéndose
sobre la instrucdón
y la
educación pÚblicas (1), asi como la ley que tuve el honor de presentar
en la pasada legislatura,
sobre enseñanza
de la higiene, individual,
pública
y social,
en todos los establecimientos
de educación,
primaria, normalista
y secundaria,
de la República,
sanea¡Ítiento de los puertos maritimos,
fluviales y terrestres y de las principales
ciudades de Colomhia (2); a lo
segundo se refiere el proyecto que hoy hc tenido el
honor de p¡:escntar al Senado.
Colombia es un país esencialmente
agrícola y minero, y pO'r consiguiente,
es natural que el legislador
se preocupe
por fomentar,
hasta donde lo permitan
(1)
Véase
el 'libro
Insh'ucción
l'ÚbJica-·UispOHiciolU'~
vigentes--El.])Oslciones de motivo8--Bogotá.,
(2)
Véase
el opúsculo
Politic",
1!~27 .
Fùtnitarln--Be,gotá.
192H.
16
ANTONIO
JOSE
UnInE
los recursos del Tesoro, la enseñanza de la agriculIura y de la minería, a fin de que las nuevas generadones puedan realizar la grande obra de la transformación industrial del país, con una explotación científica c intensa del suelO' patrio, que tántas y tan
grandes riquezas encierra.
A ello proveyeron el artículo 21 de la Ley 39 de
1903, <lue restableció ]a Escuela Nacional de Mínas,
'Ccntro científico dc primer orden, que tan grandes
servicios ha prestado y está llamado a prestar a la
República, y la Ley 38 de 1914, sobre enseñanza de la
agricultura,
que desgraciadamente,
a pesar de su altísima importancia, no ha tenido el debidO' y acertaùo cumplimiento.
Si en los trece años que van corridos desde que tuve el honor de presentarla
se hu·
hiese cumplido acerlada y perseverantemente,
icuánlos y enÚn excelentes frutos no' habría obtenido ya
es le pais, esencialmente agrícola! La ley está vigente, y corresponde a altísima necesidad nacional. Quie~a ci cielo que, ccmprendiéndolo
así la nueva Admini'slración, le dé ejecución acertada.
Fuera de la obra benemérita
pero forzosamenle
deficiente e incoITlpleta que durante diez años realizó el ilustre Jefe de la Comisión Corográfica, don
Agustín Codazzi, y de los trabajos parciales de Zea,
Caldas y el Coro'nel don .Joaquín Acosta, complementados posteriormente
por la Oficina de Longitudes, muy poca cosa tenemos respecto al estudiO' cientifico de nuestro territorio.
Nos faltan mapas topográficos completm¡ y exactos y carecemos en absoluto de un mapa geológico de la República, que. nos
permita hacerla conocer en los grandes centros del
mundo, para provocar la necesaria inmigración
de
hombres y de capitales.
RIQUEZAS
NATURALES
17
En las artes de la paz-para el vertiginoso movimiento automoviliario y para los transportes terrestres en general, para la navegació:l fluvial, aérea y
maritima--y en las artes de la guerra-ps.ra el movimiento de las escuadras en el aire y en los mares,el petróleo desempeña un papel decisiva en el mundo y hacreaào una lucha sorda e implacable entre
las grandes potencias, lucha formidable, que tiene
por escenario el univorso, entre trusts cuasi omnipotentes. Fue el factor decisivo en la guer:ra mundial,
lo es en la cuestión de Oriente, en la Rusia soviética,
en el predominio del Pacífico, en el desarrollo y en
la independencia misma de las RepÚblicas de la América Española, pues el precioso eombustible es c.lemento vital para toda nación marítima, no sólo en
lo que mira al comercio, sino también para quienes
defienden su poderío en el océano, y asi la nación
que domine la industria del petróleo, dominará el
comercio de los mares, ya que no hay buque alimentadocon carbÔn que pueda competir con los que se
alimentan con petróleo. De aqui el que la conquista
y la explotación de los yacimientos petrolíferos sean
cada día más y más, en todo estp" faetore:; de capital
y decisiva influencia. El carb! 1 había basta ahora.
desempeña10' aquel papel de primer orden, y, aun
cuando le ha cedido el paso, al menos para muchas
actividades industriales, al petrÔled, no ha perdido
por ello sn extraordinaria importancia en el progreso de los ·pueblos. La explotaci6n de 1m; minerales
de hierro es también materia de trascendentales consecuencias en la vida interior y en la vida internacional de Jas Estados.
Rliqueza.s na1.urales--%
18
ANTONIO JOSE URIBE
Como es sabido, a la explotación del carbón debe
Inglaterra principal,mente su extraordinario poderío,
'9sí como Alemania debió en mucha parte su fuerza
y expansión a la explotación en grande escala del
hierro. Verdad es que la's Estados Unidos de América ocupan el primer puesto en el orbe en lo que se
refiere a la explotación del petróleo-cuyos
depósitos empiezan, sin embargo, a dar signos inequívocos
de agotamiento,-del
carbón y del hierro; pero estas preciosas riquEzas naturales existen también en
muy grandes cantidades en Colombia, que tiene sobre los demás paises una situación privilegiada, quizá única en el mundo, por su cercania al canal interoceánico. Por consiguiente, todo lO' que se refiera
al estudio de aquellas riquezas naturales, debe reclamar la acción incesante de los poderes públicos, como lo preve el proyectO' de ley a que la presente exposición de motivos se refiere.
El aprovechamiento de la hulla blanca y de la
hulla verde ha operado una gran revolución en la
i'ndustria, y las fuerzas hidroeléctricas, debidamente
utilizadas, pueden transformar maravillosamente este
país, cuandO' comi~,iones técnicas recorran y estudien
nuestra inmensa Ted fluvial, en sus múltiples apli:"
taciones a las diversas industrias. Tarea de sabios y
previsores'gobernantes
será la de acometer con ardor' y adelantar con perseverancia esta grande empresa, 'ya que somos dueños de un país lleno de infinitas riquezas, a1ln intactas, que nosotros en mucha
parted'cs'conocemos y que el mundo civilizado nos
envidia' y necesita .
RIQUEZAS NATURALES
19
La Ley 122 de 1890 confiere al Poder Ejecutivo
amplia facuIta4 para contratar, en Europa. o en Ids
Estados Unidos de América, los profesores que crea
indispensables para las diversas Facultades. de la
Universidad Nacional y para las Escuelas Normales.
Conviene extender esta autorización para contratar
los profesores que sean necesarios para d.ifundir la
enseñanza técnica, industrial o comercial, que otras
leyes le ordenan implantar y desarrollar en el país,
en beneficio de las diversas industrias. qu'~ aseguren
la conservación y la explotación científica de nuestras mÚltiples riquezas natura'les.
Paréccll1c que, todas las proporciones guardadas,
nuestro pais sc. encuentra ahora en las mismas eircunstaneias en que en el segundo tercio del siglo pasado se hallaban los Estados Unidos, cuando iniciaron
su maravillosa expansión hacia los territdrios del
Oeste, que ha sido quizá el factor más importante de
la historin angloamericana. Como ellos entonces.
nosotros hemos carecidO' hasta aqui de los capitales
necesarios para la construcción de cam:nos y canales que nos permitan colonizar el extenso y rico territorio .patrio, al propio tiempo que ligar más estrechamente las diversas partes de nuestro país, pues
la salud de los pueblos, como la de los individuos,
depende de las actividades en el funcionamiento de
su circulación. Sin caminos y sin vías férreas y vías
navcgab-Ies. cómodas y S'eguras, ningún Estado puede
desarrollar su actividad agricola, industrial o comercial. lXosotros necesitamos imperiosamente multipli-
20
A~TONIO
JOSE URIBE
car y mejorar las comunicaciones de nuesLro abrupto territorio, por medio de vias troncales, departamental~s y municipales,
sostenidas
y alimentadas
por múltiples can;lles, en forma de carreteras y de caminos de herradura,
construidos
con los poderosos
medios creados por la moderna ingeniería, so pena
de que -las inmensas riqúezas del suelo' permanezcan
inactivas c inexplotadas.
En obsequio de las consideraciones
que preceden.
espero que el Congreso Nacional impartirá su aprobación al adjunto proyecto de ley, cuyas disposicio·nes se inspiran ell altos intereses de la República .
.Honorables
Senadores,
ANTONIO JOSE URIBE
:Rogotá.
julio
de 1927.
LEY 92 DE 1927
(noviembre
por la cual se provee
19)
al beneficio
naturales.
de varia1i riquezas
El Congreso de Colombia
Decreta :
Articulo
IV El Poder Ejecutivo
creará en la Facultad de Ingenieria de la Universidad Nacional y en
la Escuela Nacional de Minas las cátedras especiales
qlle sean necesarias para el estudio del petróleo, d'e
su explotación
y de la conservación
de ;sus yacimientos, así como del mejor y más completo aprovechamiento de los diversos productos que de ellos puedan obtenerse.
Para la provisión de estas cátedras, el Poder Ejecutivo podrá
ejercer la facultad que le concede la
Ley 122 de 1890.
Artículo 2v El Gobierno nombrará
una Comisión
técnica para la exploración
y estudio de lo:; depósitos de carbón y de minerales de hierro que existan
en el país, tanto desde el punto de vista de la cantidad como de la calidad, con el objeto de apï.eciar su
importancia
actual y su 'futuro económico, y de fomentar la explotación
y aprovechamiento
de aquellas riquezas y sus derivados.
Artículo 3v Una Comísión especial o un grupo de
técnicos, perteneciente
a la que creó la Ley 83 de
1916, proceder.á a levantar una carta completa de Ia
red fluvial de la RepÚblica, acompañándola
de una
A~TO~lO
22
JOSE "CRIBE
exposlclOn científica sobrc sus múltiples aplicaciones a las diversas industrias, y ~specialmente para
el aprovechamiento
de las fuerzas hidroeléctricas.
Artículo 49 En ejercicio de la autorización confcrida al Gobierno por la Ley 122 de 1890, éste podrá
contratar en el Extranjero
los profesores competentes que consider,~ necesarios para la enseñanza técnica, tanto industrial como comercial.
Artículo 5· Los gastos que implique la ejecución
de esta I~ey se incluirán en los respectivos Presupuestos.
Dada en Bogotá a diez y seis de noviembre
novecientos veintisicte.
de mil
El Presidcnte del Senado, E:\oIlLlO ROBLEDO-El
Presidente de la Cámara de Representantes, PROSP¡':RO MARQUEZ C.-El
Secretario del Senado, Julio D.
Portocarrero--EI
Secretario de la Cámara de Representantes, Fernando Restrepo Briceño.
Poder
Ejecutivo-Bogotá,
Publíqucse
noviembre
19 de 192í.
y ejecÚtese.
MIGUEL ABADIA MENDEZ
El Ministro
de Instrucción
y Salubridad
PÚblicas,
J. Vicente Huert.a>!
APENDICE
SOCIEDAD GEOGRAFICA
Honorables Senadores:
Por medio de varias leyes, hoy vigentes, a las Academias Colombiana y de Historia se les ha reconoCido como oficiales y se les han dadO' edificios para
su debido' funcionamiento, pues ambos institutos sirven grandemente a la cultura nacional.
El señor Presidente del honorable Consejo de EstadO' sometiÓ a la consideración de a.quella entidad
un proyecto de ley .para fomentar y desarrollar las
-dos prenombradas Academias, y adcm:Js para crear,
como sección del Conservatorio Nacional de Música, una Escuela de Lectura y Declamación.
Dicho proyecto, cü'n su correspondiente exposición
ùe motivos, fue acogido por el Consejo y recomendado al señor Ministro de Instrucción Pública, quien
io ha introducido a la consideración del honorable
Senado, acompañado de una nueva exposición de motivos, por medio de la ·cual lo recomienda fervoro-samente al -Congreso.
Vuestra Comisión de Instrucción Pública apoya
asimismo todos y cada uno de los arEculos del proyecto, segura de que todo lo que tienda a dar mayor
-estabili:iad ya estimular las actividades de los be'nem{~ritos institutos citados, que velan por la pure..zade laleng1:la que, como ·decÚln los polacos oprimi-
ANTONIO JOSE URIBE
dos, es la patria, y se esfuerzan inteligentemente por
levantar el monumento de la historia nacional y por
conservar y depurar las tradiciones del país al través de las diversas etapas de su evolución política.
econÔmiea y social, redunda en pro de los bien entendidos intereses de la Hepública.
Si hay alguna entidad que deba promover el estudio de la lengua, es la que expide las leyes, que deben hablar con precisión y claridad a todos los llamados a obedecerlas; que, según el Rey Sabio, "deben explicar las eo~,as según son, y el v.erdadero entendimiento de eHas; que deben cant ener enseñamiento e castigo escrito para que liguen, e apremien
la vida del orne; que deben hablar en palabras llanas e paladinas, para que todo ame las pueda entender e rC'tener; que deben ser sin escatima e sin punto, porque no puedan del derecho sacar razón tortizera por mal entendimiento, nin mostrar la mentira
por verdad, nin la verdad por mentira." JustO' e~
pues que el Congreso apoye la entidad que entre
nosotros tiene el encargo de limpiar y enriquecer
'a lengua castellana, enseñando a los pueblos el len~uaje de las leyes que deben obedecer, y a los Magistrados el idioma en que deben dictar sus oráculos
a los pueblos.
En cuanto a la Historia, instrumento de cultura SodaI por excelencia, conviene advertir que la vida d'esgitación febril que hemos tenido desde nuestra
emancipación, no ha permitido sino a muy pocos, y
eso muy de ligero, dedicarse al estudio dOenuestra
propia historia. De aquí el que falte una historia
completa del país, pues lo que poseemos, aunque de
suyo muy valioso, sail exposiciones que no comprenderr, con la amplitud debida, desde el descubrimiew
SOCIEDAD
GEOGRAFICA
to de América hasta el fin de la dominación española, y luégo, en un solo cuerpo' y bajo un plan único, lo que de vida independiente contamos.
Acaso no seria aventurado decir que' cn aquellas.
()bras SllS autores no nos dan una idea exacta de lo.
que fue, por ejemplo, el régimen colonial entre nos·
otros. Para conocer y apreciar debidamente ese régimen, forzosO' es mostrar 'el mecanismo del Gobierno establecido entonces: con qué rentas contaba •.
cómo se organizaron y cómo se manejaban, cuánto
producían y qué inversión se les daba; cómo estaba reglamentada por las leyes la instrucción pública.
cuáles eran los métodos de enseñanza, y, en general, todo lo concerniente a este ramo; cómo estaba reg:amentada la administración de justicia y
cómo funcionaba tan importante servicio público;
cuáles eran las ordenanzas protectoras de la minería
y de Ia agrkuItura; datas siquier.a aproximados sabre el censo y sobre las diferentes riquezas del país,
etc. Todo esto es lo que permite conocer la bondad,
la efícacia o la ineficacia de un régimen politico y
social determinado, a fin de juzgarIO' como es debido y de establ~cer una acertada comparación con lo
que le ha sueedido.
Necesario es que tengamO's una historia nacional
extensa y completa, escrita por los modernos métodos, que trate de la historia politica, de la historia
militar, de Ia historia económica y fiscal, de la hisloria literaria, de la historia religiosa; en una palabra, que &eauna verdadera historia, de' la Nación c0lombiana (1)_
(1) Lo :;Irincipal de la Historia Diplomática está contenido en los seis volúmenes titulados Anales Diplomáticos.
y OOD8uJa reli de Colombia-Bogotá.
19~O a 1920_
2G
A!\TONlO
JOSE
ljRIBE
I
Pero no debemoscontentarnos
con fomentar la
Academia de la Lengua y la de la Historia. Es necesario revivir y dar gran desarrollo
a la Sociedad
Geográfica, fundada por el Decreto 809 de 20 de agosto de 1903, para conmemorar
el primer centenario
de la inauguración
del Observatorio Nacional, y destinada a la descripdón
del territorio patrio, así como' al estudio de Jas costumbres
de los habitantes
y de los productos naturales del país, en que tánto
y con tan buen éxito trabajaron,
bajo el régimen colonial, los sabios Mutis y Caldas. Este nos dejó sobre cuestiones geográficas estudios interesantísimos,
])rincipalmente en su viaje desde Quito hasta los confines del Perú, y en su conocido trabajo sobre la
-Geografia del Virreinato, con que encabezó El Semanario. En esta índole de escritos, su patriotismo
se
exaltaba, y, en prosa grandilocuente,
nos dejó páginas bellísimas, en :,as cuales pondera la posición topográfica y las riquezas naturales del territorio que
hoy constituye la H.epública de Colombia. A los estudios geográficos del pais se consagraron,
primero
el gran Zea y el doctor José Manuel Restrepo, y luégo el CO'ronel Acosta y el General Mosquera. La gratitud nacional guardará siempre con respeto y con
cariño la memori2'. del ilustre Jefe de la Comisión
Corográfica. Coronel don Agustín Codazzi, quien le-vantó la carta de la República, y a su lado figurarán
con honor sus colaboradores
Ancizar, Santiago Pérez y Manuel María
Paz, así como son dignos de
·toda consideración
los señores Felipe Pérez, Nieto,
SOCIEDAD GEOGRAFICA
PonCe de León, Cuervo, Pereira, Uribe Angel, Díaz
Lemus, Reyes, Peña, Mantilla, Garcés y Vergara y
Velasco, quienes con tánto provecho continuaron
los
estudies geográficos
sobre nuestro país, no menas
que los notables ingenieros señores Ferreira, Garcés,
Casas, Garzón Nieto, De Francisco,
.Justino Garavito, Rozo y Aparicio, quienes, en sus trabajos sobre
deslinde de las fronteras con Venezuela y el Ecuador, han contribuído
a completar la carla de la República, como lo' está haciendo en la actualidad, con
precisiÓn y en todos sus detalles. la Oficina de Longitudes, tan en buena hora establecida en Colombia.
Como decía h.ermosamente
Jovella.nos,
"la mÚs
senci1l:J, la mayor recomendación
de esta ciencia, se
encierra en su nombre, porque geografía quiere tanto deeir como pintura
o descripción
de la tierra;
pero si reflexionamos
que ella debe conducirnos
al
conocimiento
del lugar que fue señalado a nuestro
planeta
en el gran sistema del universo, al de su
figura y tamaño, al de los climas y r'~giones en que
está divi~ido. de los mares Que le abrazan, de las
montaÎ1.as que le cruzan, de los pueblos y naciones
que le habitan, y finalmente, la de esta superabundancia de bienes y consuelos que la bondad del Creador de;:-ramó en su superficie, o encerró en sus enil'añas para dicha del hombre, fácilmenle se COncebirá cuánta sea la extensión, cuánta la excelencia de
este estudio.
"Pero esla excelencia se realzará más a nuestros
ojos, cuando, reuniendo el estudio de la historia al
de la geografia, consideremos
la tierra como dada al
género humano.
Entonces este estudio, levantándo~
nos a la mús alla contemplaciór., nos pondrá delante
ANTONIO JOSF. UnIRE
ùt los hombres de tod~s los tiempos, como los de todos los paises, las varias sociedades en que se reunien'n, las leyes e instituciones que Iùs gobernaron, Y
los ritos, usos y costumbres que los distinguieron.
Ei nos descubrirá las secretas causas y las grandes.
revoluciones que levantaron los imperios de la tierI a, y los borraron
de su sobrehaz; y en el rápido
te l'rente de tántas generaciones, viendo al hombresubir lentamente desde la más estúpida ignorancia.
hasta la más alta ilustración, o caer precipitado des(k las virtudes más sublimes a la más corrompida
dl~pravación, co'noceremos que no puede presentárSl:nos un estudio más provechoso ni más digno del
hJmbre.
"Y todavia este estudio recibe mayor recomendación por el auxilio que presta a las demás ciencias •.
plCS si bien se adelanla y perfecciona por cHas, tam11 ,én las vuelve co'n usura 10 que recibe concurriend,) a perfeccionarlas.
El conocimiento de la naturaleza es el fin a que se encaminan todas las ciencias; pero el hombrc no puedc subir a este conocíIlliento sino por el estudio del planeta donde tiene
Sil morada,
y por el examen de las relaciones que lo
e;llazan con el gran sistema del universo. La misma
a ;tronomía, que más que otra alguna ha concurrido
a ilustrar los principias geográficos, pârte desde el
conocimiento de este :planeta a contemplar los cielos •.
busca en él sus puntos de apoyo para fijar la situación de los astros, señalar sus órbitas y seguir su
cnrso en los inmensos dcsiertos del espaciO'. En él
loma la geometria el tipo original y eterno de sus
medidas, para perfeceionar
sus teorías y aplicarIas
d~spués a tántos usospûblicO's,
como la hacen reco .•
mendable. La geografía dirige al navegante por los.
SOCIEDAD
GEOGRAF'ICA
inciertos mares, al mismo tiempo que abre al geólogo tO'dos los ángulos de la tierra;
y canduciendO'
por s\: inmenso ámbito al historiadO'r y al estudioso
·de la naturaleza, desenvuelve a sus ajas tados las seres que debe describir, todos los hechos que debe
recO'ger, tados las fenómenos que debe :wmeter a la
observaciÓn y a la experiencia para indagar estas
leyes eternas a que obedece constantemente
el universo y q:Je forma el grande y universal objeta de las
·{:iencias. Pero las que pertenecen a la política tienen aÚn más clara dependencia de la geografía. Ella
es la que fija sus límites, y las subdivide; la que
-determina los objetos de las leyes y su c·O'nveniencia,
y la que señala la necesidad y el provechO' de sus
instituciones.
Sin ella nO' puede la palítica cambinar sus empresas, la magistratura
dirigir su vigilan,cia y providencias,
ni la ecanomia perfeccianar
su
sistema y sus planes.
La agricultura,
la industria
y el camercio deben cansultarIa
a tada.s haras, ya
sea para ùirigir sus aperacianes, ya para rectificar
sus cálculas, a ya para buscar, determinar y exten·der la esfera de sus ,cansumos; y si es cierta que las
ciencias morales se apayan princí.palmente sabre el
·canacimientO' del hambre, cuánta luz, cuánta auxiliO'
nO' podrá esperar de la geagrafía histórica, la única
·que le puede presentar en tadas las épacas, en tadas
las climas, en tadas la'S estadas y en tadas las situa·cianes ùe la vida püblica y privada."
Sabida es que el estudiO' de la geografia ha sidO'
·objeta en las últimos tiempas de una prafunda transfarmación, pO'r sus afinidades can las ciencias naturales ~r n:erced al cancursO' que le prestan las estu.diO's bialÓgicos y antrQpalógicos, los de la economIa
AKTONIO JOSE URIBE
30
política y las de las ciencias sociales. De aquí el interés de aquel estuiio para la formación de comerciantes, economistas, agricuIto'res e ingenieros, y el
<lue hoy se la enseñe no ya sólo en los establecimientos de instrucción primaria y secundaria sino también en las Universidades, en las cuales no' se concibe un profesor de geografia sin laboratoriO', sin colecciones científicas. sin recursos para la adquisición
de cartas, fotografias
y relieves.
Es.ta ciel1ciaba
adquirido un desarrollo inmenso', en sus múItipl~s
manifestaciones
de geografía humana, histórica, coJ1ll ..
"l·cial, botánica, económica, etc.
Tanto más necesario es revivir y fomentar la Sociedad Geográfica, cuanto que el primer punta del
capítulo Cooperación Intelectual del programa de la
Sexta Conferencia Internacional
Americana, que se
reunirá en La Habana el 16 de enero próximo, dice:
"Establecimiento
,de un Instituto Geográfico Panamericana', que sirva de centro de coordinación, distribución y divulgación de los estudios geográficos
de los Estados americanos y de órgano de cooperación entre los institutos geográficos de América, para
facilitar el estudio' de las cuestiones de fronteras entre las naciones americanas."
Ello armoniza aùemás con el proyecto de ley, que
ya 3'{)robó en tres debates el honorable Se~do, sobre
exploración y explotación científica de varias riquezas naturales, que Se basa en el estudio del suela y
el sub:melo de la República, así como de nuestra
extensa red fluvial, en sus aplicaciones
a diversas.
industrias
(1).
(1)
Véase
supr'lf,
página 21.
SOCIEDAD
GEOGRAFICA
El territorio y la población constituytm lai bases
angulares
del país, el activo precioso de la economia naciQ'nal. y no podemos aprovecharlo
debidamente sino estudiándolo
y haciendo conocer en el
Extranjero
sus múltiples riquezas, todo 10 cual cae
bajo el dominio y la acción de la Soeiedad GeO'gráfiea, en el sentido amplio que actualmente
tiene la·
compleja disciplina científica a que ha de contraer
sus trabajos.
Indispensable
es construir un edificio adecuado para alojar la Biblioteca y el MuseO' Nacionales y la
Sociedad Geográfica;
pero mientras ello es posible,
esta última entidad debe funcionar
en el salón principal del Observatorio
Astronómico,
como lo dispusieron el Decreto 809 de 1903 y el que :~eglamentó la
Sociedad Geográfica.
Il
No podemos contentarnos
sólo con el desarrollo
material, ]>ues aunque es verdad que una nación no
puede brillar en las letras y en las artes si no es
rica y próspera, también lO' es que la más alta expresión de la civilización consiste en el armonioso equilibrio de Iodas las funciones necesarias 8. la existencia material, intelectual y moral de un pueblo, y que
el estudio de las ciencias es el primer origen de la
prosperid2.d de los Estados.
De aquí el que el Decreto 491 de 1904 hubiese reconocidc> como oficiales la Academia Nacional de·
Medicinll. la Sociedad Colombiana de Ingenieros., la
Academia Colombiana
de Jurisprudencia,
la N~cional de Historia, la Oficina de Longitude.s, la Sociedad de Historia Natural y la Sociedad Geográfica de'
Colombi[! que funcionan
en la capital de la Repú-
A~TONIO
JOSE
URIBE
hlica; y las Academias y Sociedades de Medicina de
Medellín, Barranqu:illa, Cartagena y Cali; las Sociedades antioqueñas de Ingeniería y de Jurisprudencia y la Academia de Historía de Antioquia. El mismo Decreto dispuso que el Gobierno auxiliaría todas
-estas entidades para la publicación de los anales, boletines, revistas y demás publicaciones de ellas,
y establecería la debida correspondencia entre unas
y olras, para lo cual debían señalarse en el Presupuesto Nacional las sumas que se estimase conveniente a fin de auxiliar a las Academias y Sociedades
-científicas para sus gastos de escritorio, alumbrado,
publicaciones, pI"emios y sueldos de Secretarios y
Porteros.
Conveniente será, por tanto, para atender al des.arrollo armónico ele todas lestas entidades, que la
nueva ley haga imperativo el cumplimiento de lo
-estatuído en aquel acto del Gobierno, y asi tenemos
'el honor de propcméroslo por media del adjunto
'Pliego de modificadones.
En mérito de lo expuesto, nos es grato presentar el
siguiente proyecto de resolución:
"Dése segundo debate al proyecta de ley 'sobre
:auxilios a las Academias Colombiana y de la Historia y sobre creación en el Conservatorio Nacional de
Música de una Escuela de Lectura y Declamación,'
teniendo en cuenta el adjunto pliego de modificaociO'nes
.••
Bogotá, octubre 11 de 1927.
Honorables Senadores, vuestra Comisión de Instrucción Pública:
Antonio José Uribe-Etiùlio Robledo-Ignacio R.
Piñeros--Dom1ngo Irurita-José
A. Llorente.
SÚC;IF,DAD
PLllillO
GF.OGRAFI(~A
DE MODIFICACIONES
Artículo. El Poder Ejecutivo fomentará debidamente la Sociedad Geo'gráfica, creada por el Decreto
809 de 20 de agosto de 1903, la cual se declara cuerpo consultivo del Gobierno, y funcionará en el edificio del Observatorio Astronómico Nacional.
Artículo. Decláranse asimismo cuerpos consulti·
vos del Gobierno la Academiá Nacional de Medicinn, la de Jurisprudencia
y Ia Sociedad Colombiana
de Ingenieros .
. Articulo. Tanto estas entidades COmo la So'Ciedad
Geográfica gozarán de iguales subvenciones a las
que por la presente Ley se confiercn a la, Academia
Colombiana y a la de Historia .
. Artículo. Reconócense asimismo como oficial¡es
las Acadcmias y Sociedades de Medicina de Medellín,
Barranquilla, Cartagena y Cali, y las Socicdades antioqu(~ñas ele Ingenicría y de Jurisprudenda,
la Academia de Historia de Antioquia y los Centros de Historia de p(lpa~'Ún, Tunja y Pasto.
'Artícttlo. El Gobierno auxiliará a todas estas cntidades pa)~a la publicación de los anales, boletines,
revistas y demás publicaciones de ellas, ',!1 establecerá la debida correspondencia 8ntre unas :{ otras.
Parágrafo.
Destinase la suma de quince mil pe80S ($ 15,(00) anuales para atender al pago de esta
subvención, suma que el Poder Ejecutivo distribuirá
equitativamente' entre las referidas sociedades cientificas departamentales.
Riquezas l1a'~ural('s-3
34
Âm~ONlO
JOSE URiBE
ArlícuJ0. En el Presupuesto Nacional de gastos
se apropiarán todos los años las sumas necesarias
para atender a los gastos que implica el cumplimiento de esta Ley.
Bogotá, octubre 11 de 1927.
La Comisión de Instrucción Pública,
Antonio José Uribe - Emilio Robledo-Ignacio R.
Piñeros-Domingo Irurita-José A. Llorente.
J,A INDUSTRIA
S1D:ERURGJ:CA
35
II
LA INDUSTRIA
SIDERURGICA
En la sesiÓn del día 21 de septiembre de 1927, al
discutirse en segundo debate el proyecto de ley "por
la cual se declara de utilidad pública la explotación
de los yac:mientos dc hierro y cobre, y se dictan otras
disposiciones
sobre fomento industrial
agrí.cola," el
Scnador Antonio José Uribe pidió la palabra, y dijo:
Señor Presidente: para corresponder a la muy amahIe excitación del honorable Senador Chaux, voy a
decir algunas pa,l,abras sobre el proyecto que se discute.
No es una misma la condición jurídica d~ los yacimientos de hierro y la de los de cobre. Los primeros pertenecen, según la ley, al dueño' del terreno
donde se cncuentren;
los segundos pueden denunciarse, como Ias minas de oro y plata, y ohtener su
adjudicación
por el Estado. Por consiguiente,
si ,lo
que se desea es 'que la Nación explote los minerales
de hierro y de cobre, debcría resolverse previamente si se deroga la Ley dc 1907 quc hizo denunciables
los de cobre.
El hecho de que se declarc de utilidad pública la
explotación de aquellos minerales, como lo dispone
el artículo' lQ del proyecto, por sí solo no producc
rcsultados de ninguna clasc .• Juzgo, por tanto, que
lo quc han querido sus autores es sentar las hases
para que sea constitucionalmente
posible la expropiación que se autoriza por el artíclilo 3Q, y entonces todo :;e reduce a saber si conviene o nó que el
Estlulo se tonvierta
entre nosotros en grande in-
36
ANTONIO
JOSE
URIBE
duS/trial, en lo que se l'cCiere a tá explotación y beneficio, en mÚltiples
fonna¿;;e
los minerales
d,e
hierro y de cob re que 'haya en el territorio de la República,
Para resolver esto, es necesario comenzar
por el princi.pi{J, o sea por averiguar
científicamente si tenemos o nó minerales dè hierro en cantid~Hl
y calidad sufic:entes,
y éonvcnientemente
situados.
al lado de otras riquezas
naturales
complementarias, como d ca rbÓn, para qu~ sea posible y provechosa una explotación
en gramil'.
Como Se sabe, el hierro existe en todas partes en
la naturaleza,
y no hay roca que no contenga por lo
menos un cinco )lor dento de aquel mineral;
pero
para que una explotaciÓn sea remuneradora,
cs indispensable
que aquél contenga un treinta y cinco
por dento, por lo menos. En la Lorena francesa los
yacimientos
tienen más d~' sesl'n~a por ciento, y en
lu Laponia
sUt'l'a existen
ycrdaderas
montañas de
hierro, la de Kinmuvara,
principalmente ..~
Según los honorables
autores del proyecto de ley
a (lue me refiero, él tendría principalmente
por ohJeto la producción en Colomhia de rieles y otros materiales para las vías féneas.
asi como herramientas pam la agr:cuHura.
Lo primen> implical'ia
la
necesidad de lIlUY
grandes establecimientos
de la
industria sidert'Irgica que pudiesen producir rieles de
:lcel'O baratos para que pudiesen compl·tir, en precio y eli ('alidad, con los qu,e podemos ohtener en el
extranjero,
en ,los Estados Unidos de América y en
Francia, por ejemplo, que son las dos naciones que,
en su orden, producen hl);Y mÚs hÍC'rro y acero l'Il el
mundo.
De todos los ramos de la industria
angloamericaIIU, la del hierro
y la del acero son las qllc han hc-
LA INDUSTRIA
SIDERURGICA
37
cha lilás progresos, sobre todo desde la eonslituciÓn
del gigantesco trust del acero, que reúne todos los
elementos que han contribuído
a darle pl'eponderancia en todo el globo, o sean: vastísimas
riquezas naturales, sil;uadas admirablemente,
sobre ledo cerca de
Ins grandes lagos; extrema 'concentración;
maquinismo muy avanzado
e incesantemente
perfeccionado;
habilidad dela mano de obra, así como en la dirección de aquollas
colosales
empresas en las 'Cua.les
Lada uno de sus hornos altos produce más de mil toneladas diarias.
La rapidez de los transportes
maritimDs permite conducir de Nueva York a Cartagena
o a Bunanquil,la,
en siete días, los más ¡~randes cargamentos de rieles, por ejemplo, de donde fácilmenle, por el río Magdalena, pueden ilegal' a casi todas
]as emprEsas férreas del país. Por la yia del Pacífíeu pueden llegar tamùién, pronto Y en \TIuy ùuenas
condiciones. a Buenaventura
y a Tumaco, y por amllos puertos a las vias férreas que interesan a los Dcpartamentos
dd antiguo Cauca, Y aun a los de Calelas y el Tolima.
Por otra parte, como la guerra mundial obligÓ a
casi tOllos los países a aumentarlo'S
alios hornos y
las forjas, se ha vcrÍ'ficado en el mundo una superproducciÓn
dcI hierro Y del acero, que preocupa'
grandemente
li muchas de las naciones
de Europa, a
las cuales ha venido a hacel'les competencia la organización
metalúrgica
rea,lizada
últimamcnte
en el
.Japón, en la India y en el Africa dcl Sur. Estadisticas
recientes comprueban
que los países de la América
~leridonHl han podido adquirir
el acero que necesitan a un precio infcrior al en que se vende en los
país('~ de origen.
3i
AN'I'ONIO JOSE URIBE
Debido a esto', sirt duda, la Ley 57 de 1918, que entrc n{)sotros ofreció muy halagadores
cstímul{)s a
quienes emprendiesen
en Colombia la industria side~
rúrgica, ha quedado sin efecto.
No hay que olvidar que una ferrería montada con
lodos los elementos que aconsejan los adelantos de
la industria, exigiría más de treinta millones de pesos
y un magnífico personal de técnicos, de que carecemos en absoluto', y qUe no podríamos conseguir sino
con inmensos sacrificio's.
Antes de aventurarnos
en una empresa tan costosa, necesitamos avcriguar a ciencia cierta si tenemos
en nuestro país, y en qué condiciones, hierro explotahIc, y fOnmlr, en las escuelas industriales,
obreros
hàhi.les para aquella indo'll' de trabajos.
A ambos
fines corresponde la rley que desde el principio de las
actuales s£>siones (le] Congreso tuve el honor de presentar. que ya aprol:6 el Senado, o sea la que ordena
l£>vantar la carta geológica del país, para la expl'ltaciÓn de varias riquezas naturu,les, y que drdena allimismo la traída de técnicos que puedan ponerse al
frente de los estahlecimientos
de enseñanza
indusfrial ('n la Repúblie3.
Cuan(lo ello suct'da, podremos avocar el problema
3. que se refiere ('J proyecto
qu aho'ra s'e discute.
Por lo demás. sahido es que en el pais han funcio·
lado, en otras época:" la ferrería de La Pradera y la
de Pacha. en Cundinamarca;
la de Samad, en Boyal'f¡, y la de Amagá.
I~n Antioquia.
Esta Última, fundada en 1869, ha pre,tado muy imporfantes
servicios
:I la minería y a la ngricultura,
Paréceme, pues, {lUe lo' que la prudencia aconseja
('S que
se expida la ley sobre exploración de las ri(IUezas naturales. y que, mientras fanta, el señor Mi-
LA INDUSTRIA SIDERU3GICA
nistro de Industria's levanle una información lo más
completa posible acerca del eslado en que hoy se
en~uentran las citadas ferrerías colombianas y en
qué condieiones podría el Estado fomentarIas, para
la agricultJra y la minería, y así ofrecer en buenas
condiciones al consumo interior maquinaria y herramientas para los lrabajos agrícolas y minerog. Una
vez levantnda la carla geológica y reunidos los múltiples datos estadísticos indispensables, podríamos
saber si ·es posible fundar o nó en Colombia, con provecho aacionaJ, grandes cstablecimiento's para la producción industrial del hierro y del r..cero; en una palabra, iniciar y desarrollar la industria sid(~rúrgica en
la República.
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