La administración pública

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ADMINISTRACION PUBLICA
La Administración Pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta
en los principios de honestidad, participación, eficiencia, transparencia, rendición de
cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública, con sometimiento pleno a la
ley y al derecho.
Podemos definir que la Administración Pública es el contenido esencial de la actividad
correspondiente al Poder Ejecutivo, y se refiere a las actividades de gestión, que el titular
de la misma desempeña sobre los bienes del Estado para suministrarlos de forma
inmediata y permanente, a la satisfacción de las necesidades públicas y lograr con ello el
bien general, dicha atribución tiende a la realización de un servicio público, y se somete al
marco jurídico especializado que norma su ejercicio y se concretiza mediante la emisión y
realización del contenido de actos administrativos emitidos exprofeso
Para poder entender la administración se debe conocer la perspectiva de la historia de su
disciplina, los hechos acerca de lo que ha pasado en situaciones similares anteriores, y
relacionarlas con otras experiencias y otros conocimientos actuales. Es por eso la
importancia de conocer la historia y origen de la administración.
LOS ORÍGENES DE LA ADMINISTRACIÓN
La administración aparece desde que el hombre comienza a trabajar en sociedad. El
surgimiento de la administración es un acontecimiento de primera importancia en la historia
social. En pocos casos, una institución básicamente nueva, o algún nuevo grupo dirigente,
ha surgido tan rápido como la administración. Pocas veces en la historia de la humanidad
una institución se ha manifestado indispensable con tanta rapidez. La administración, que
es el órgano específico encargado de hacer que los recursos sean productivos, esto es,
con la responsabilidad de organizar el desarrollo económico, refleja el espíritu esencial de
la era moderna. Es en realidad indispensable y esto explica por qué, una vez creada,
creció con tanta rapidez.
El ser humano es social por naturaleza, por ello tiende a organizarse y cooperar con sus
semejantes. La historia de la humanidad puede describirse a través del desarrollo de las
organizaciones sociales partiendo de la época de las tribus nómadas, donde comienza la
organización para la recolección de frutas y la caza de animales, y después con el
descubrimiento de la agricultura se da paso a la creación de las pequeñas comunidades. Si
pudiéramos repasar toda la historia de la humanidad encontraríamos que, los pueblos
antiguos trabajaron unidos en organizaciones formales como por ejemplo los ejércitos
griegos y romanos, la iglesia católica romana, la compañía de las indias orientales, etc.
También las personas han
escrito sobre cómo lograr que las organizaciones sean
eficientes, mucho antes de que apareciera el término administración.
Las sociedades se han ido transformando, ya que durante siglos se caracterizaron por
poseer formas predominantes agrarias, donde la familia, los grupos informales y las
pequeñas comunidades eran importantes. Posteriormente éstas se transformaron en otras
de tipo industrial, impulsadas por la Revolución Industrial y caracterizadas por el
surgimiento y desarrollo de las grandes organizaciones y centros industriales.
El cuerpo contante de conocimientos sobre la administración se inicia en plena Revolución
Industrial, en el siglo XIX, cuando surgieron las grandes empresas que requerían de
nuevas formas de organización y prácticas administrativas. La empresa industrial a gran
escala era algo nuevo.
La administración en la antigüedad. Egipto, China, Roma, Grecia, Babilonia, Arsenal de
Venecia.
Fueron los primeros en tener escritura, los sacerdotes llevaban en forma antigua, el control
administrativo del cobro de los impuestos.
Egipto (4000a.C.)
Los egipcios contaban con dirigentes capaces de planear, organizar y controlar a miles de
trabajadores en la ejecución de sus monumentos. Las pirámides de Egipto son evidencia
actual de que se intentaron proyectos de enorme alcance, que emplearon decenas de
miles de personas, con bastante anticipación a los tiempos modernos. Las pirámides son
un ejemplo primitivo. En la construcción de una sola pirámide se utilizaron los servicios de
más de 100 mil personas durante veinte años.
China ( 2000 a.C.)
Utilizaban una junta de consejo para cada caso en que debía de tomarse una decisión
importante.
Las parábolas de Confucio sugieren prácticas para la buena administración pública.
Babilonia (1800 a.C.)
Código de HAMMURABI: Uso del control escrito y testimonial, la responsabilidad no puede
ser transferida, establecimiento del salario mínimo.
Hebreos (1490 a.C.)
Conceptos de organización, principio de la excepción. Comparten un detalle común con las
antiguas civilizaciones: la teocracia, es decir, un grupo sacerdotal por mandato divino
impone un sistema moral integral que abarca incluso las relaciones comerciales.
Grecia y Persia: ( 400 a.C.)
El pueblo griego desarrolló un nuevo tipo de gobierno de la ciudad, la polis, que alentó el
libre intercambio de ideas. La polis proporcionó práctica y experiencia en la discusión
abierta y gracias a eso los griegos dieron ejemplos positivos y evidencia amplia de los
valores de esos procesos que en administración conocemos como deliberación o
supervisión deliberada.
Principios de Administración. Los griegos tempranamente reconocieron el principio de la
producción máxima alcanzada mediante el uso de métodos uniformes a tiempos
estipulados. Esto fue cierto, pero duro y monótono. Donde el trabajo era repetitivo, es el
tiempo se estableció musicalmente. La flauta y el clarinete gobernaron los movimientos,
con sonidos para cada tarea y para cada operación. De esta manera introdujeron ritmo,
tiempos de trabajo, y movimientos tipo, trabajando en armonía con la música. Cuando a
esas ventajas agregamos el efecto psicológico positivo de la música, podemos comprender
por qué el resultado fue un aumento en la producción y una reducción en el esfuerzo y
fatiga desperdiciados. La especialización estuvo a la orden del día.
Claramente se indica en un discurso de Sócrates, que en la quinta centuria A.C. los
hombres eran conscientes o empezaban a serlo de que un buen administrador para una
empresa jabonera, trabajaría igualmente bien como jefe de una empresa automotriz o
como secretario de defensa. Según escritos de Jenofonte sobre administración de la
hacienda ya se hacían divisiones en las actividades externas (labrar, sembrar, pastorear)
que proveerían de producto para que la división interna lo almacenara y cubriera.
Practicaban el control de inventarios. Sobre incentivos, Jenofonte establece que los
trabajadores deberían ser adiestrados para ser agresivos en el mejoramiento de la
hacienda “...concediéndoles participar en nuestros resultados”. Sin duda un antiguo toque
de la moderna coparticipación.
Griegos, fenicios, luciendo su poder algo después de los chinos, babilonios y egipcios,
exhibieron verdadera calificación y capacidad para administrar las operaciones
comerciales. Grecia desarrolló un gobierno democrático con todas las complicaciones
administrativas que tal gobierno necesariamente conlleva, y en la civilización griega
encontramos el origen del método científica. Cuestionaron toda clase de ideas y
conocimientos, los griegos descubrieron los criterios de la investigación e introdujeron la
ciencia y la educación en muchas esferas. La influencia del método científico sobre la
administración es obvia. Este tipo de inquisición objetiva llegó a ser después la meta última
de hombres como Frederick Taylor. Henri Fayol, etc., en el campo de la administración.
Con inclinación hacia la determinación y talento administrativo superior, los romanos
consiguieron el control de una población estimada en cincuenta millones de personas,
extendiéndose desde Gran Bretaña en el oeste hasta Siria en el este, e incluyendo Europa
y todo el norte de África.
Organización Imperial. Forzados por la conquista de nuevos territorios y pueblos, los
romanos tempranamente concentraron su mente en la manera más efectiva de organizar y
controlar su imperio. Mucho ha aprendido la administración tanto de los éxitos de Roma
como también de sus errores en el área de la organización. En el año 284 D. de J.C.
siendo Dicoleciano emperador, instituyó, debido al tamaño del imperio, un nuevo sistema
de organización en el que se ponía énfasis en la delegación sucesiva de autoridad.
Comprendiendo que no podría controlar las dilatadas fronteras del imperio sin mayor
delegación de autoridad, dividió el imperio en 101 provincias. Ellas, a su vez, estaban
agrupadas para formar trece diócesis, finalmente reagrupadas para formar cuatro
importantes divisiones geográficas. Nombró vicarios parar gobernar las diócesis,
reservando una para si mismo. A cada uno les delegó sólo la autoridad relacionada con el
gobierno civil, negándoles el control del ejército estacionado dentro de sus provincias y
removiéndolos a dos niveles de emperador..
LOS MERCADERES DE VENECIA
Hubo un gran florecimiento del comercio en Venecia en el siglo XV. La asociación y la
empresa en comandita fueron las dos formas principales de organizar los negocios en el
renacimiento italiano. La asociación fue diseñada y usada principalmente en el negocio
permanente, mientras la comandita fue frecuentemente empleada en negocios singulares,
exploraciones, o empresas de riesgo. Los contratos de asociación usados por los Medici de
Florencia, especificaron la duración de la sociedad, frecuentemente de tres a cinco años.
Normalmente no había renovación. La asociación de los Medici, aunque organización
familiar, fue estrictamente centralizada. Sin embargo, en la típica asociación familiar, la
organización fue débil y más bien descentralizada.
En comercio internacional, Andra Barbarigo y otros comerciantes hicieron amplio uso de
dos relaciones legales; la copropiedad fue usualmente una empresa comanditaria en que
los propietarios tenían responsabilidad limitada. Las combinaciones que se formaron en las
escrituras mercantiles de las galeras del estado dividieron la propiedad en acciones,
participando los accionistas proporcionalmente en los gastos y beneficios de la empresa.
Comparable a los accionistas de la sociedad anónima del siglo XX, fueron depositantes sin
interés directo en la empresa, la cual podría invertir su capital en pos de un beneficio. La
práctica italiana antigua de pagar a los agentes una participación de las ganancias, abrió el
camino a la costumbre de pagar un porcentaje fijo de la transacción. Las grandes
ganancias fuero para el negociante que pudiera reconocer el cambio en las condiciones de
oferta y demanda y tuviera recursos suficientes para desplazar su énfasis hacia las
empresas más productivas. Entonces, como ahora, fue el empresario con visión e iniciativa
quien triunfaba. Se empezó a usar la contabilidad por partida doble en Venecia. Los
elementos de la partida doble fueron usados ya con anterioridad en el libro mayor de los
banqueros en 1340, y los libros de los comerciantes.
Los libros de los hermanos Soranzo de Venecia (1410) muestran que la función más
importante del diario fue servir de base al libro mayor.
Andrea Barbarigo empleó otras características de la contabilidad que se corresponden con
prácticas modernas. Cuando envió paño para su teñido, tenía una cuenta para “lana
entregada para ser trabajada”, lo cual corresponde a bienes en proceso. Antes de formular
su balance Barbarigo hizo algunas importantes consolidaciones de cuentas a fin de
simplificar el estado de su activo neto. Una cuenta de pérdidas y ganancias fue usada
también por Barbarigo.
EL ARSENAL DE VENECIA
La ciudad de Venecia puso en operación en 1426 su propio astillero gubernamental, el
Arsenal. La contabilidad en este astillero veneciano fue tan importante como en los
negocios, pero se empleó algo diferente. Se eligieron supervisores para manejar y registrar
personalmente el uso de las partidas, pero a mediados del siglo XV se contrataron
específicamente tenedores de libros. En un intento hacia la eficiencia, el astillero llevó una
cuenta estricta de monedas, materiales y hombres. También se utilizó una forma temprana
de contabilidad de costos. Todas las cuentas fueron consolidadas en dos diarios y un
mayor; uno de los diarios se retuvo por los directores del astillero para compararlo con el
mayor. Tres tipos de cuentas de gasto se reconocieron: fijo, variable y extraordinario.
También se llevó un meticuloso registro de cada cosa que ingresó y quedan en el astillero.
En el siglo XVI el arsenal de Venecia llegó a ser lo que quizá fue la más grande planta
industrial de aquel tiempo. La administración del Arsenal fue notoria por sus balances y
comprobaciones. Aunque tres directores del Arsenal estuvieron oficialmente a cargo, los
comisionados, que fueron el eslabón que conectaba al senado veneciano con el Arsenal,
tenían también su influencia.
Almacenamiento
La tarea de equipar las galeras fue facilitada por el almacenamiento de equipo. Todo fue
numerado e inventariado en un espacio designado. La disposición sistemática de los
materiales ahorró tiempo y trabajo y la asignación de almacenes definitivos a diferentes
productos ayudó a implementar el proceso de la línea de montaje así como a la seguridad
de los inventarios.
.Personal
Tenían una supervisión más bien severa de la lista y rango de los trabajadores. Horas de
trabajo -tiempo de entrada y salida, fueron estrictamente obligatorias. La entrada al
astillero fue estrechamente guardada para evitar hurtos. Los salarios se pagaron,
dependiendo de la tarea, por los días empleados y piezas acabadas. Los capataces
vigilaron estrechamente el trabajo y sólo dieron crédito por el trabajo satisfactorio. Se usó
un plan para evaluar los méritos de las personas a emplear. Utilizaron también la
estandarización en la producción de las piezas de las galeras.
Control Contable
En 1564 se hizo un intento para dividir los gastos del arsenal en tres cuentas. la primera
cubrió los gastos fijos; la segunda gastos necesarios y no limitados; y la tercera para
gastos extraordinarios.
Control de inventarios
Para controlar los inventarios, encontramos que se mantuvo un registro detallado por los
bodegueros de armas, municiones y adonde fueron enviadas sin importar de quién
provinieron las órdenes de embarque.
La vigilancia efectiva de todo lo que salía del Arsenal fue responsabilidad de los porteros.
Ellos pararon la salida de cualquier cosa que no llevara el permiso firmado de los directores
del Arsenal.
Los armeros llevaron también registro de las mercancías recibidas, pero funcionarios
especiales fueron empleados para apreciar la compra por el Arsenal de ciertos bienes.
Influencia de la revolución industrial.
A partir de 1776, con la invención de la máquina de vapor por James Watt (1736-1819) y
su posterior aplicación en la producción, una nueva concepción del trabajo modificó por
completo la estructura social y comercial de la época, provocando profundos y rápidos
cambios de orden económico, político y social que, en un lapso aproximado de un siglo,
fueron mayores que los ocurridos en el milenio anterior. A este período, que se le conoce
como la Revolución Industrial, se inició en Inglaterra y se extendió por todo el mundo
civilizado con rapidez.
La Revolución Industrial puede dividirse en dos épocas bien diferenciadas:
De 1780 a 1860: primera Revolución Industrial o revolución del carbón y del hierro.
De 1860 a 1914: segunda Revolución Industrial o revolución del acero y de la electricidad.
Aunque se haya iniciado a partir de 1780, la Revolución Industrial no adquirió todo su
ímpetu antes del siglo XIX. Surgió como una bola de nieve con aceleración creciente.
La primera Revolución Industrial puede dividirse en cuatro fases:
Primera fase: la mecanización de la industria y de la agricultura. A finales del siglo XVIII, la
aparición de la máquina de hilar (inventada por el inglés Harreares en 1767), del telar
hidráulico (por Cartwright en 1785) y de la máquina desmontadora de algodón (por Whitney
en 1792) vino a sustituir el trabajo del hombre y su fuerza muscular, del animal, e incluso
de la rueda hidráulica. Aunque eran máquinas grandes y pesadas, tenían superioridad
increíble sobre los procesos manuales de producción de la época. La desmontadora de
algodón procesaba mil libras de algodón, mientras que en el mismo tiempo un esclavo
procesaba sólo cinco.
Segunda fase: la aplicación de la fuerza motriz a la industria. La fuerza elástica del vapor,
descubierta por Dénis Papin en el siglo XVII, quedó sin aplicación hasta 1776 cuando Watt
inventó la máquina de vapor. Con la aplicación del vapor a las máquinas se iniciaron las
grandes transformaciones en los talleres, que se convirtieron en fábricas, así como en los
transportes, en las comunicaciones y en la agricultura.
Tercera fase: el desarrollo del sistema fabril. El artesano y su pequeño taller
desaparecieron para dar lugar al obrero, a las fábricas y a las industrias basadas en la
división del trabajo. Surgieron nuevas industrias en detrimento de la actividad rural.
Lamigraci6n de masas humanas de las áreas agrícolas hacia las proximidades de las
fábricas provoca el crecimiento de las poblaciones urbanas.
Cuarta fase: un espectacular desarrollo de los transportes y de las comunicaciones. La
navegación de vapor surgió con Robert Fulton (1807), en los Estados Unidos, siendo
perfeccionada por Stephenson. La primera vía férrea surgió en Inglaterra (1825) y después
se tendieron otras en los Estados Unidos (1829). Ese nuevo medio de transporte se
propagó vertiginosamente. Otros medios de comunicación fueron apareciendo con rapidez
sorprendente: Morse inventó el telégrafo eléctrico (1835), el sello postal surge en Inglaterra
(1840), Graham Bell inventa el teléfono (1876). Se esbozaban ya los primeros síntomas del
enorme desarrollo económico, social, tecnológico e industrial y las profundas
transformaciones y cambios que ocurrían con una velocidad gradualmente mayor.
Con todos esos aspectos se define, cada vez más, un considerable control capitalista
sobre casi todos los ramos de la actividad económica.
A partir de 1860, la Revolución Industrial entró en una nueva fase, profundamente diferente
de la primera Revolución Industrial. Es la llamada segunda Revolución Industrial provocada
por tres acontecimientos importantes:
• perfeccionamiento del dínamo (1873);
• invención del motor de combustión interna (1873), por Daimler.
• desarrollo de nuevos procesos de fabricación del acero (1856)
Las principales características de la segunda Revolución Industrial son las siguientes:
l. la sustitución del hierro por el acero como material industrial básico;
2. la sustitución del vapor por la electricidad y por los derivados del petróleo, como
principales fuentes de energía;
3. el desarrollo de las máquinas automáticas y un alto grado de especialización del trabajo;
4. el creciente dominio de la industria por la ciencia;
5. las transformaciones radicales en los transportes y en las comunicaciones. Se mejoran y
amplían las vías férreas. A partir de 1880, Daimler y Benz construyen automóviles en
Alemania. Dunlop perfecciona el neumático en 1888 y Henry Ford inicia la producción de
sus modelos en 1908 en los Estados Unidos. En 1906, Santos Dumont hace la primera
experiencia con el avión.
6. el desarrollo de nuevas formas de organización capitalista. Las empresas de socios
solidarios, formas típicas de organización comercial, cuyo capital proviene de las ganancias
obtenidas (capitalismo industrial), y que toman parte activa en la dirección de los negocios,
dieron lugar al llamado capitalismo financiero, que tiene cuatro características principales:
a) el dominio de la industria por las inversiones bancarias e instituciones financieras y de
crédito.
b) la acumulación de capital, proveniente de monopolios y fusiones de empresas
c) la separación entre la propiedad particular y la dirección de las empresas
d) el desarrollo de las holding companies casas matrices
7. la expansión de la industrialización hasta la Europa Central y Oriental y el Extremo
Oriente.
De la noble producción artesanal, en que todos los trabajadores estaban organizados en
corporaciones de oficios regidas por estatutos, donde todos se conocían, en la que el
aprendiz para pasar a artesano o a maestro tenía que producir una obra perfecta delante
de los jurados y de los supervisores, el hombre pasó con rapidez al régimen de producción
de las máquinas, dentro de grandes fábricas. No hubo una adaptación gradual entre las
dos situaciones sociales, sino una súbita modificación de la situación provocada por dos
aspectos, a saber:
la transferencia de la habilidad del artesano a la máquina, que pasó a producir con mayor
rapidez, mayor cantidad y mejor calidad, haciendo posible la reducción del costo de la
producción;
la sustitución de la fuerza del animal o del músculo humano por la potencia de, la máquina
de vapor (y posteriormente por el motor), que permitía mayor producción y mayor
economía.
Los propietarios de talleres, que no estaban en condiciones financieras de adquirir
máquinas y de mecanizar su producción, fueron obligados por la fuerza de la competencia
a trabajar para otros propietarios de talleres que poseían la maquinaria necesaria. Ese
fenómeno de la mecanización de los talleres, rápida e intensa, provocó una serie de
fusiones de pequeños talleres que pasaron a integrar otros mayores y que, poco a poco,
fueron creciendo y transformándose en fábricas. Dicho crecimiento se aceleró gracias a la
disminución de los costos de producción que propició precios competitivos y una mayor
cobertura del mercado consumidor de la época. Eso aumentó la demanda de producción y,
al contrario de lo que se preveía, las máquinas no sustituyeron totalmente al hombre, sino
que le dieron mejores condiciones para la producción. El hombre sólo fue sustituido por la
máquina en aquellas tareas que se podían automatizar y acelerar por la repetición. Con el
incremento de los mercados como consecuencia de la popularización de los precios, las
fábricas requirieron grandes contingentes humanos. La mecanización del trabajo condujo a
la división del trabajo y a la simplificación de las operaciones, e hizo que los oficios
tradicionales fueran sustituidos por tareas semi automatizadas y repetitivas, que podían ser
ejecutadas con facilidad por personas sin ninguna calificación y con una enorme
simplicidad en el control. La unidad doméstica de producción, es decir, el taller o el
artesanado en familia, desapareció con la súbita y violenta competencia. Entonces surgió
una pluralidad de obreros y de máquinas en las fábricas. Con la concentración de
industrias y la fusión de los pequeños talleres alimentados por el fenómeno de la
competencia, grandes contingentes de trabajadores laboraban juntos durante las jornadas
diarias de trabajo, que se extendían 12 ó 13 horas, en condiciones ambientales peligrosas
e insalubres, que provocaban accidentes y enfermedades en gran cantidad. El crecimiento
industrial era improvisado y se basaba totalmente en el empirismo, ya que la situación era
totalmente nueva y desconocida. Al mismo tiempo en que se desataba una intensa
migración de mano de obra de los campos agrícolas a los centros industriales, tuvo origen
un fenómeno acelerado de urbanización, también sin ninguna planeación u orientación.
Paralelamente, el capitalismo se consolida, crece una nueva clase social: el proletariado.
Las transacciones se multiplican y la demanda de la mano de obra en las minas aumentó
sustancialmente. Los propietarios pasaron a enfrentar los nuevos problemas de gerencia,
improvisan- do sus decisiones y sufriendo las consecuencias de los errores de la
administración o de una naciente tecnología. Obviamente, esos errores eran en muchos
casos, un pago mínimo a los trabajadores, cuyos salarios eran bajísimos. Sumándose al
bajo nivel de vida, a la promiscuidad en las fábricas y a los riesgos de accidentes graves, el
largo periodo de trabajo permitía en conjunto una interacción más estrecha entre los
trabajadores y una creciente concientización de lo precario de sus condiciones de vida y de
trabajo y de la intensa explotación por parte de una clase social económicamente mejor
favorecida. Las primeras tensiones entre los trabajadores y los propietarios de las
industrias no tardaron en aparecer. Los propios estados pasaron a intervenir modificando
algunas leyes del trabajo. En 1802, el gobierno inglés sancionó una ley que buscaba
proteger la salud de los trabajadores en las industrias textiles. Los pastores protestantes y
los jueces locales vigilaban de manera voluntaria el cumplimiento de esa ley. A medida que
los problemas iban agravándose, se expedían nuevas leyes.
Con la naciente tecnología de los procesos de producción y de la construcción y
funcionamiento de las máquinas, así como con la creciente legislación que buscaba
defender la salud y la integridad física del trabajador y, en consecuencia, de la colectividad,
la administración y la gerencia de las empresas industriales pasaron a ser preocupación
permanente de sus propietarios. La práctica fue ayudando a seleccionar las ideas y los
métodos empíricos. En vez de los pequeños grupos de aprendices y artesanos dirigidos
por maestros hábiles, el problema era ahora dirigir batallones de obreros de la nueva clase
proletaria; en vez de los instrumentos rudimentarios de trabajo manual, el problema era
operar máquinas cuya complejidad aumentaba. Los productos pasaron a ser elaborados en
operaciones parciales de manera secuencial, cada una de ellas dirigidas por un grupo de
obreros especializados en tareas específicas, que desconocían casi siempre las demás
operaciones e ignoraban hasta la finalidad de la pieza o de la tarea que ejecutaban. Esa
nueva situación contribuyó a desterrar de la mente del trabajador el vehículo social más
intenso, es decir, el sentimiento de estar produciendo y contribuyendo para el bien de la
sociedad. El capitalista se distanció de sus obreros y comenzó a considerarlos como una
enorme masa anónima, al mismo tiempo que los grupos sociales, más concentrados en las
empresas, generaban problemas sociales y reivindicativos, al lado de otros relacionados
con el rendimiento en el trabajo y la labor de equipo, que necesitaban una solución rápida y
adecuada.
La principal preocupación de los empresarios radicaba, lógicamente, en la mejoría de los
aspectos mecánicos y tecnológicos de la producción, con el objeto de producir mayores
cantidades de mejores productos y al menor costo. La gestión de personal y la
coordinación del esfuerzo productivo eran aspectos de poca o ninguna importancia. De
este modo, aunque la Revolución Industrial haya provocado una profunda modificación en
la estructura empresarial y económica de la época, nunca llegó a influir directamente en los
principios de la administración de las empresas, entonces utilizados. Los dirigentes de las
empresas trataron simplemente de atender como podían o como sabían las demandas de
una economía en rápida expansión y carente de especialización. Algunos empresarios
tomaban sus decisiones teniendo como modelo las organizaciones militares o eclesiásticas
que tuvieron éxito en los siglos anteriores.
La máquina impone como absolutamente necesario el carácter cooperativo del trabajo, la
necesidad de una regulación social. Sin embargo, el uso capitalista de las máquinas lleva
una dirección autoritaria y a la reglamentación administrativa sobre el obrero, considerando
la extracción de la plusvalía ejecutada por los miembros del cuadro administrativo,
ejecutivos, directores, supervisores y capataces. Los patrones consiguen hacer pasar por
simple reglamentación social lo que en la realidad es su código autoritario. Dirección
autoritaria es el objetivo capitalista que define las garantías de la cooperación, mediante la
llamada “racionalización del trabajo” y control del comportamiento del obrero”. Para obtener
la cooperación en la industria, las funciones directivas se transforman de normas de control
en normas de represión.
CONSECUENCIAS PARA LA ADMINISTRACION
Para la Teoría General de la Administración la principal consecuencia de este proceso es
el nacimiento de la organización y la empresa modernas con la Revolución Industrial,
gracias a una multitud de factores, entre los cuales pueden destacarse:
a) la ruptura de las estructuras corporativas de la Edad Media;
b) el avance tecnológico, gracias a las aplicaciones de los progresos científicos a la
producción, como también el descubrimiento de nuevas formas de energía y la posibilidad
de una enorme ampliación de los mercados;
c) la sustitución de la producción artesanal por la industria.
ESCUELAS DE LA TEORÍA ADMINISTRATIVA.
Son las diversas Corrientes o enfoques a través de los cuales se conciben a la
administración; algunas son de ámbito relativamente amplio y otras tienden a la
especialización. Es obvio que en un campo de estudio tan nuevo y dinámico como este,
existían múltiples corrientes o criterios en cuanto a su aplicación lo que ha ocasionado que
a la fecha no exista una sola teoría administrativa que sea de carácter universal.
La administración científica.
El enfoque típico de la escuela de la administración científica es el énfasis en las tareas. El
nombre administración científica se debe al intento de aplicar los métodos de la ciencia a
los problemas de la administración, con el fin de alcanzar elevada eficiencia industrial. Los
principales métodos científicos aplicables a los problemas de la administración son la
observación y la medición. La escuela de la administración científica fue iniciada en el
comienzo de este siglo por el ingeniero mecánico americano Frederick W. Taylor,
considerado el fundador de la moderna Therapeutic Goods Administrtion TGA.
A esta Corriente se le llama Administración Científica por la Racionalización que hace de
los dos métodos de ingeniería aplicados a la administración y debido a que desarrollan
investigaciones experimentales orientadas hacia el rendimiento del obrero.
CARACTERISTICAS:
Salarios altos y bajos costos unitarios de producción.
Aplicar métodos científicos al problema global, con el fin de formular principios y establecer
procesos estandarizados.
Los empleados deben ser dispuestos científicamente en servicios o puestos de trabajo
donde los materiales y las condiciones laborales sean seleccionados con criterios
científicos, para que así las normas sean cumplidas.
Los empleados deben ser entrenados científicamente para perfeccionar sus aptitudes.
Debe cultivarse una atmósfera cordial de cooperación entre la gerencia y los trabajadores.
La racionalización del trabajo productivo debería estar acompañada por una estructura
general de la empresa que hiciese coherente la aplicación de sus principios.
RACIONALIZACIÓN DEL TRABAJO
Como entre los diferentes métodos e instrumentos utilizados en cada trabajo hay siempre
un método más rápido y un instrumento más adecuado que los demás, estos métodos e
instrumentos pueden encontrarse y perfeccionarse mediante un análisis científico y
depurado estudio de tiempos y movimientos, en lugar de dejarlos a criterio personal de
cada operario. Ese intento de sustituir métodos empíricos y rudimentarios por los métodos
científicos en todos los oficios recibió el nombre de organización racional del trabajo ORT.
PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACION CIENTIFICA
Principios de la administración científica de Taylor.
Para Taylor, la gerencia adquirió nuevas atribuciones y responsabilidades descritas por los
cuatro principios siguientes:
Principio de planeamiento: sustituir en el trabajo el criterio individual del operario, la
improvisación y la actuación empírico-práctica por los métodos basados en procedimientos
científicos. Sustituir la improvisación por la ciencia, mediante la planeación del método.
Principio de la preparación / planeación: seleccionar científicamente a los trabajadores de
acuerdo con sus aptitudes y prepararlos, entrenarlos para producir más y mejor, de
acuerdo con el método planeado.
Principio del control: controlar el trabajo para certificar que el mismo esta siendo ejecutado
de acuerdo con las normas establecidas y según el plan previsto.
Principio de la ejecución: distribuir distintamente las atribuciones y las responsabilidades,
para que la ejecución del trabajo sea disciplinada.
OTROS PRINCIPIOS IMPLÍCITOS DE ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICA SEGÚN TAYLOR
Estudiar el trabajo de los operarios, descomponerlo en sus movimientos elementales y
cronometrarlo para después de un análisis cuidadoso, eliminar o reducir los movimientos
inútiles y perfeccionar y racionalizar los movimientos útiles.
Estudiar cada trabajo antes de fijar el modo como deberá ser ejecutado.
Seleccionar científicamente a los trabajadores de acuerdo con las tareas que le sean
atribuidas.
Dar a los trabajadores instrucciones técnicas sobre el modo de trabajar, o sea, entrenarlos
adecuadamente.
Separar las funciones de planeación de las de ejecución, dándoles atribuciones precisas y
delimitadas.
Especializar y entrenar a los trabajadores, tanto en la planeación y control del trabajo como
en su ejecución.
Preparar la producción, o sea, planearla y establecer premios e incentivos para cuando
fueren alcanzados los estándares establecidos, también como otros premios e incentivos
mayores para cuando los patrones fueren superados.
Estandarizar los utensilios, materiales, maquinaria, equipo, métodos y procesos de trabajo
a ser utilizados.
Dividir proporcionalmente entre la empresa, los accionistas, los trabajadores y los
consumidores las ventajas que resultan del aumento de la producción proporcionado por la
racionalización.
Controlar la ejecución del trabajo, para mantenerlos en niveles deseados, perfeccionarlo,
corregirlo y premiarlo.
Clasificar de forma práctica y simple los equipos, procesos y materiales a ser empleados o
producidos, de forma que sea fácil su manejo y uso.
PERSPECTIVA:
Los principios de Taylor.
1 - Sustituir las reglas por la ciencia (conocimiento organizado).
2 - Obtener armonía en la acción de grupo.
3 - Lograr la cooperación entre los seres humanos, en vez del individualismo.
4 - Trabajar en busca de una producción máxima en vez de una producción restringida.
5 - Desarrollar a todos los trabajadores hasta el grado más alto posible para su propio
beneficio y la mayor prosperidad de la compañía.
Principio de excepción
Taylor adoptó un sistema de control operacional bastante simple que se basaba no en el
desempeño medio sino en la verificación de las excepciones o desvío de los patrones
normales; todo lo que ocurre dentro de los patrones normales no deben ocupar demasiada
atención del administrador. Según este principio, las decisiones más frecuentes deben
reducirse a la rutina y delegadas a los subordinados, dejando los problemas más serios e
importantes para los superiores; este principio es un sistema de información que presenta
sus datos solamente cuando los resultados, efectivamente verificados en la práctica,
presentan divergencias o se distancian de los resultados previstos en algún problema. Se
fundamenta en informes condensados y resumidos que muestran apenas los desvíos,
omitiendo los hechos normales, volviéndolos comparativos y de fácil utilización y
visualización.
FREDERICK TAYLOR
A él se debe que la administración se haya empezado a estudiar como materia separada y
así poder aplicar la ciencia sobre ella para mejoraría de resultados, es también conocido
como el Padre de la Administración Científica.
Fue uno de los principales exponentes del cientificismo, nace en Filadelfia en el año de
1856 y muere en 1915. Ingresó a una compañía que fabricaba lingotes de acero en la
época de depreciación en los EE.UU. ocupando el puesto de obrero y luego pasando por
los demás niveles llegó al puesto más alto. Esto le permitió darse cuenta de las
afectaciones que hacían los obreros a las máquinas.
Sus obras:
Principios de la administración pública
Fundamentos de administración científica
Dentro de sus principales aportaciones a la administración están los principios
administrativos, los mecanismos de administración, el pago por destajo, la selección de
personal y las características de los trabajos humanos.
Costo de la producción.
Su principal contribución consiste en demostrar que la Administración Científica no es un
grupo de técnicas de eficiencia o incentivos, sino una filosofía en virtud de la cual la
gerencia reconoce que su objetivo es buscar científicamente los mejores métodos de
trabajo a través del entretenimiento y de los tiempos y movimientos.
recursos de que dispone. La administración no es más que una de las seis funciones
esenciales que componen la actividad administrativa y que son:
* La actividad técnica.
* La actividad comercial.
* La actividad financiera.
* La actividad de seguridad.
* La contabilidad.
* La administración de personal.
Sin embargo, Fayol no examinó específicamente el papel del obrero, debido a su modo
peculiar de plantear el problema íntegro, enfocando en el organismo social su estructura
general.
La esencia de la teoría administrativa de Fayol se basa en los famosos principios de
aplicables, a juicio de Fayol, a todas las esferas de actividad administrativa, sin la menor
excepción que son:
• División del trabajo
• Autoridad
• Disciplina
• Dirección
• Subordinación de los intereses públicos al interés general.
• Remuneración
• Centralización
• Jerarquía
• Orden
• Equidad
• Estabilidad de los cargos de personal
• Iniciativa
• Unidad del personal
Los autores de la teoría de la organización se proponen, principalmente a reemplazar esos
principios por una metodología que se guíe sólo por la eficacia.
Lo afirmado nos deja una explicación clara que la administración no puede basarse en
principios, sino que por el contrario como ciencia que es, debe buscar una concepción
que posibilite la descripción de las características de las organizaciones en términos
aplicables a una teoría.
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