anexo 2 paleolitico

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PALEOLÍTICO
Etapas y cronología
El término Paleolítico significa "Edad de la Piedra Antigua": del griego paleo,
"antiguo", y lithos, "piedra". El Paleolítico es el período prehistórico más largo de la
Historia de la Humanidad. Abarca desde hace 2,5 millones de años hasta hace unos
10.000 años aproximadamente. Dentro del Paleolítico podemos señalar tres fases, desde
la más antigua a la más reciente: Paleolítico Inferior, Paleolítico Medio y Paleolítico
Superior.
Dentro de cada fase del Paleolítico, se señalan varias etapas, caracterizadas cada una de
ellas por el tipo de instrumentos de piedra que utilizan. Así en el Paleolítico Inferior
se citan el Olduvayense (Modo 1) y el Achelense (Modo 2). En el Paleolítico Medio,
destaca sobre todo el Musteriense (Modo 3). Y en el Paleolítico Superior (Modo 4)
aparecen el Chatelperroniense, el Auriñaciense y Perigordiense, el Solutrense y el
Magdaleniense. Sus nombres proceden de los yacimientos, principalmente franceses
(Saint-Acheul, Le Moustier, Châtelperron, Aurignac, Solutré, La Madeleine) donde se
encontraron y estudiaron estos tipos de útiles líticos.
Aquí tienes un cuadro que te relaciona las fases del Paleolítico, su cronología y los
homínidos característicos de cada fase:
Paleolítico (Edad de la piedra antigua)
Paleolítico inferior
Paleolítico medio
Paleolítico superior
Desde hace 2,5 millones de años Desde hace 100.000 años
Desde hace 50.000 años hasta 10.000 años.
hasta hace 100.000 años.
hasta 50.000 años.
Australopitecos, Homo habilis,
Homo erectus, Homo ergaster, Hombre de Neandertal.
Homo antecessor.
Homo sapiens.
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Cazadores y recolectores
En este apartado vamos a ver la economía de los primeros seres humanos, es decir, los
medios de vida de estos individuos.
Durante el Paleolítico los seres humanos vivían fundamentalmente de la caza, la pesca y
la recolección de frutos y vegetales silvestres. Eran sociedades
cazadoras-recolectoras. Caza y recolección imponían un tipo
de vida nómada: se veían obligados a desplazarse de un lugar
a otro en busca del alimento. Ahora bien, durante la mayor
parte del Paleolítico inferior, los primeros homínidos fueron
más carroñeros que cazadores, es decir, obtenían la carne de
los restos de comida abandonados por los grandes carnívoros.
La recolección de frutos silvestres siempre jugó un papel
importante durante todo el Paleolítico, por lo que desde los
primeros momentos, además del carroñeo, tenían un sistema
de alimentación herbívoro y granívoro, como se desprende del
estudio de la dentición: tamaño y forma de las piezas dentales, su desgaste,…
Nos encontramos, pues, ante una economía que no produce nada, se trataba de una
actividad depredadora (caza para la
subsistencia) o recolectora.
La caza proporcionaba alimento. Los
hombres de Paleolítico Medio comían la
carne de una manera semejante a como lo
hacían hasta hace poco los esquimales,
sujetando un trozo con los dientes y lo
cortaban cerca de los labios con una afilada
hoja de sílex, por lo que han aparecido pequeñas ralladuras o microcortes en el esmalte
de los dientes.
De la caza obtenían pieles para vestirse, huesos y cornamentas para fabricar
instrumentos muy útiles: agujas, anzuelos, arpones, propulsores para lanzar
azagayas… Finalmente, la caza les proporcionaba la grasa para la iluminación, una vez
dominaba el fuego, y para sus pinturas.
La caza fue una actividad colectiva y coordinada. Con cierta frecuencia se reunían
miembros de varias familias en grandes grupos para cazar. Esto exigía una mejora en las
comunicaciones entre los individuos y una transmisión de las adquisiciones culturales:
cómo y dónde cazar, especies a cazar, elaboración de útiles de caza (puntas para flechas
y lanzas, propulsores, azagayas…) e instrumentos para descuartizar los animales y
cortar la carne (hachas de mano, cuchillos, raederas, …). La caza iba a desarrollar, por
tanto, el cerebro y la capacidad de hablar, e iba ser un inmejorable medio de adiestrar la
mano.
Por tanto, los hombres se reunían para cazar e
inventaban variadas trampas y estrategias de
caza. Unas consistían en pozos excavados en el
suelo, con estacas aguzadas clavadas en el fondo.
Otras utilizaban el sistema de pesos suspendidos.
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En ocasiones, se perseguía a los animales hasta un precipicio y se les hacía despeñarse,
o bien se les acorralaba.
Los animales eran descuartizados en los cazaderos.
Practicaban la caza mayor y la caza menor. Entre la gran caza están presentes los
animales de espacios abiertos, como reno, caballo, bisonte, mamut y rinoceronte; de
bosque, como el lobo, el lince, el ciervo o el oso, y de alta montaña como la cabra
montés y el rebeco. En cuanto a la caza menor destacaban pequeños mamíferos (conejos
y otros roedores) y diversas aves.
En cuanto a la pesca, solían incluir entre las especies capturadas las truchas, anguilas y
ciprínidos. En el Paleolítico Superior, aparecerán arpones y anzuelos como prueba de la
extensión de esta actividad. También en esta fase aparecerá el marisqueo y la captura de
moluscos como complementos a la dieta alimenticia.
La conquista del fuego
Hace aproximadamente unos 400.000 años el Homo erectus descubre el uso del fuego.
En muchos yacimientos arqueológicos europeos (Terra Amata en Francia, Vértesszöllös
en Hungría y Bilzingsleben en Alemania) y asiáticos (Zhoukoudian en China) se
observa el uso del fuego a partir de esa fecha, tanto en cuevas,
como
en
campamentos
al
aire
libre.
En el primer yacimiento citado más arriba, Terra Amata,
situado en una pequeña cala marina de Niza a veintiséis
metros de altura, se han encontrado hoyos rodeados de piedra
para
proteger
el
fuego.
El uso del fuego fue un acontecimiento muy importante en el
proceso de hominización. El cerebro de los humanos
primitivos se vio estimulado por esta nueva fuerza que en principio conocía, pero no
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controlaba. El fuego lo podía encontrar en la naturaleza: incendios naturales provocados
por la erupción de un volcán o por el rayo de una tormenta. Al principio, debió ser un
acontecimiento misterioso que al mismo tiempo que le producía cierto temor,
estimulaba su mente. En un primer momento, sólo conocerían su uso y utilización, pero
no su producción. Cuando los homínidos no controlaban su producción, tenían que
mantener siempre encendida una hoguera y transportar el fuego durante sus
movimientos de un sitio a otro, como aparece tratado este tema en la película "En busca
del fuego". El fuego debió ser signo de poder y de supervivencia.
Las técnicas de producción de fuego podían consistir en el sistema de roce de maderos
secos o, en bien, en el choque de piedras que producen chispas, sobre vegetación seca.
Las utilidades del fuego eran variadas. Permitía mejorar su alimentación, al preparar la
carne. Proporcionaba calor, en un momento en el que los fríos permanentes
(glaciaciones) se extendían por los actuales territorios templados. Iluminaba la
oscuridad de la noche o los interiores de las cuevas. Permitía mejorar la calidad en la
producción de los instrumentos de sílex al calentar las piedras. Y podía convertirse en
una arma defensiva o de ataque.
¿DÓNDE VIVÍAN?
Vamos a ver el hábitat de los primeros seres humanos: dónde vivían y cuáles eran sus
condiciones de vida.
Los primeros seres humanos eran nómadas, se desplazaban de un sitio a otro buscando
zonas con caza y plantas abundantes. En ocasiones, vivían en un mismo lugar durante
espacios prolongados de tiempo, mientras fuesen abundantes la caza, la pesca o los
vegetales silvestres. Cuando comenzaba a escasear el alimento, marchaban en busca de
un nuevo asentamiento.
Vivían en cuevas, en abrigos rocosos o al aire libre.
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Cuevas y abrigos rocosos
En las cuevas, solían utilizar como habitación la entrada de la misma, y en las cavidades
más interiores realizaban sus pinturas y los supuestos rituales. En ocasiones, las cuevas,
por su situación, eran lugares privilegiados para un grupo de cazadores: constituían un
observatorio adecuado, desde el cual se podía controlar el paso de los animales o
avistarlos cuando acudían a beber.
Asentamientos al aire libre
Los asentamientos al aire libre se
establecían cerca de los ríos, en
cabañas, tiendas o chozas
construidas con ramas de árboles,
y pieles, huesos y defensas
(colmillos de elefante o mamut,
cornamenta de ciervos) de
animales.
Los valles de los ríos constituían
las
rutas
naturales
del
desplazamiento de los animales.
Allí encontraban agua los
humanos y eran bebederos de las
especies de caza. Además, las graveras de los ríos proporcionaban la materia prima para
la
elaboración
de
los
instrumentos
y
de
las
herramientas.
Entre los asentamientos al aire libre se pueden diferenciar distintos tipos, según las
actividades realizadas en ellos. Los talleres están destinados a la obtención y
transformación de materias primas para la fabricación de útiles e instrumentos. Los
cazaderos, lugares donde cazaban y descuartizaban y descarnaban los animales. Los
lugares de habitación que correspondían a las tiendas, chozas o cabañas. En los lugares
de habitación se conocen numerosos pavimentos, formados generalmente de guijarros
de río, y destinados a aislar de la humedad el suelo de la habitación. Estos pavimentos
también aparecen en las cuevas y abrigos rocosos.
El clima
Con respecto al clima del Paleolítico, en las altas latitudes de ambos hemisferios y en
las zonas de alta montaña se conocieron épocas de frío intenso con masas de hielo
permanente durante todo el año. Estas épocas se llaman glaciaciones y se han
identificado cuatro glaciaciones: Günz, Mindel, Riss y Würm. Entre glaciación y
glaciación, aparecen períodos con clima templado llamadas etapas interglaciares.
En las zonas tropicales y subtropicales se alternaron períodos de intensas lluvias con
períodos de precipitaciones escasas.
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Organización social
Las sociedades cazadoras-recolectoras del Paleolítico tienen dos características:
a) escasa densidad de población (es decir, escaso nº de personas/km2).
b) grupos formados por un número reducido de individuos.
Estas características se deben a los recursos limitados que podía ofrecer un territorio.
Esta situación se refleja en el tamaño y dispersión de la mayor parte de los lugares
excavados que servían de habitación, que sólo pueden acoger a un número muy
reducido de personas. Además, la vida de las personas era muy corta. Muchos niños
morían nada más nacer y muy pocos adultos sobrepasaban los 35 años de edad.
Estos pequeños grupos de personas unidas por diferentes familias, relacionadas por
lazos de parentesco, se denominaban clanes. No había propiedad privada, sino que la
comida, la vivienda y útiles de caza eran propiedad colectiva del clan, que defendía y
ayudaba a cada uno de sus miembros.
En las zonas muy ricas en recursos, aparecen asentamientos de poblaciones más
numerosas. En estos casos, se trata de asentamientos más permanentes. Además, las
técnicas de caza que utilizaban exigían trabajar en equipo, y por ello, en algunas épocas
del año, distintas familias se reunieran para intentar un mejor aprovechamiento de los
recursos de la caza.
Por otro lado, la presencia de yacimientos de la misma época situados a una distancia
relativamente corta permite suponer la existencia de algún tipo de cooperación entre las
diferentes tribus, pues, de lo contrario, no parece probable que aceptasen compartir un
mismo territorio.
Las primeras técnicas: los instrumentos y
los materiales
El Paleolítico también se conoce como la Edad de la Piedra tallada, por ser éste el
procedimiento técnico de fabricación utensilios.
En este apartado vamos a estudiar la industria lítica, es decir, la industria que utiliza
como materia prima la piedra. El sílex y la cuarcita son las rocas principalmente
utilizadas como materias primas. El sílex se encuentra en terrenos areniscos formando
núcleos (nódulos) o riñones de cuarzo. El sílex tiene la propiedad de que, siendo
durísimo, salta en lascas al golpearlo en sentido tangencial (rozándolo de lado).
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Las técnicas de fabricación de instrumentos y herramientas de piedra tuvieron cuatro
momentos distintos que se fueron sucediendo en el tiempo:
Las dos primeras fases tienen lugar durante el Paleolítico Inferior, la tercer fase, durante
el Paleolítico Medio y, finalmente, la cuarta fase, durante el Paleolítico Superior.
1ª fase: Industria de piedra del Modo 1
El primer homínido que talla la piedra es el Homo habilis. Los primeros utensilios de
piedra son muy simples. Se trata de cantos rodados o guijarros que son toscamente
tallados por una sola cara (choppers) o por dos (chopping tools). Para tallar un canto
rodado, primero, se mantiene fijo con una mano y, después, se le da golpes en su borde,
de forma un poco tangencial, con otro canto que actúa como martillo o percutor. Del
canto golpeado se desprendes lascas quedando un núcleo tallado. Tanto las lascas como
el núcleo tallado pueden ser utilizados como instrumentos poco presentan filos
cortantes. El proceso de fabricación de estos utensilios requiere, por tanto, pocos golpes.
Estas primeras herramientas van a ser utilizadas en el consumo de carne. Se utilizarán
para abrir la gruesa piel de los grandes animales, para cortar sus tendones y trocear sus
músculos. También utilizarán los cantos tallados para fracturar los huesos y extraer y
comer el tuétano. Igualmente, serán utilizadas en el consumo de vegetales, cortarán las
plantas y determinados productos vegetales duros serán preparados previamente
machacándolos antes de su ingestión.
2ª fase: Industria de piedra del Modo 2
Es la industria de los bifaces, piedras de sílex o cuarcita que son talladas por las dos
caras (bi-faz). Son elaborados a partir de un núcleo de sílex, que se va girando con la
mano, mientras se le va dando golpes con un percutor para extraer lascas. Es resultado
es un instrumento en el que todo o casi todo su borde es un filo cortante. Otra técnica es
la talla por presión, que requiere un compresor de apoyo para el hombro (véase imagen).
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Básicamente los instrumentos que nos encontramos son las hachas de mano, que son
bifaces simétricos con filos laterales que convergen hacia un extremo apuntado y los
hendedores, bifaces que en un extremo presenta un filo recto. Las hachas de mano
tenían una utilización múltiple: cortar carne, trabajar la madera y preparar las pieles.
3ª fase: Industria de piedra del Modo 3
Es una industria más complicada técnicamente. Primero, mediante talla se preparan los
núcleos dándoles una forma similar al de un caparazón de una tortuga. Después, de este
núcleo se extraen lascas de diferentes tamaños. Sobre estas lascas se seguía trabajando
hasta obtener de ellas el utensilio deseado. Esta técnica, llamada Levallois, exigía un
gran control de las manos y una noción clara del instrumento deseado, así como golpes
delicados y hábiles.
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Los instrumentos obtenidos mediante esta técnica son: raederas o raspadores para
extraer la grasa de las pieles, denticuladas o lascas con un borde dentado para cortar,
bifaces o hachas de mano, puntas para lanzas y cuchillos para cortar la carne.
4ª fase: Industria de piedra del Modo 4
La técnica se perfecciona en esta fase. Ahora se preparan núcleos de sílex alargados de
los que se obtienen hojas largas, estrechas y delgadas con los bordes paralelos. Estas
hojas son luego retocadas y transformadas en una gran variedad de útiles. Asistimos en
este momento a una gran diversificación del utillaje: ya no se preparan unos pocos
útiles que valen para todo, sino que se crea un útil para cada necesidad. Además, de la
piedra ahora se utilizan como materias primas para la elaboración de instrumentos el
hueso, el marfil y el asta.
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