La política monetaria - Tressis Gestión SGIIC

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28/02/2016
La política monetaria
no puede con los nubarrones
Las medidas expansivas del Banco Central Europeo no están
generando un crecimiento económico sostenido. Los tipos bajos
incentivan el endeudamiento
R. SALGADO
«Súper Mario» prepara de nuevo su fusil.
Y, como ya hemos advertido en repetidas
ocasiones, el tiro le podría salir por la
culata. La eurozona tropezará más de dos
veces con la misma piedra. El presidente
del Banco Central Europeo, casi con toda
seguridad, anunciará el próximo 10 de
marzo un aumento del volumen de compras, una reducción de los tipos de interés y una extensión del programa de recompras a activos privados de empresas
razonablemente rentables.
El nuevo «manguerazo» riega sobre
mojado, y no tendrá ningún impacto en
la economía de la eurozona, más allá de
parchear la realidad e inflar burbujas en
algunos mercados.Ya hay más de 670.000
millones de euros de liquidez excesiva.
Las medidas expansivas pierden su efectividad cuando pasan a ser estructurales
y se transforman en un placebo para
sostener activos financieros y deudas
para pagar gastos corrientes.
La inflación continúa siendo más baja
de lo esperado, por lo que el Consejo de
Gobierno del BCE reevaluará su política
monetaria. Además, el crecimiento económico de los países miembros es el más
reducido en más de un año, según se
desprende del índice PMI, lo que allana
el camino a los planes expansivos dictaminados desde Fráncfort. No obstante,
el propio Instituto IFO ha advertido de
que la política monetaria desarrollada
por el BCE no está generando un crecimiento sostenido.
Europa se japoniza a pasos agigantados. El problema no es de liquidez, ni de
demanda, sino de sobrecapacidad y exceso de endeudamiento. La sobrecapacidad productiva de la eurozona es del
20% y la solución pasa por liberar más
recursos para consumir.
La política monetaria ha dejado de tener recorrido. Daniel Lacalle, director de
inversiones de Tressis Gestión, asegura
que no lo ha tenido nunca. Admite que el
BCE ha logrado ahuyentar el pánico sobre
la supervivencia del euro y de la eurozona
como unidad monetaria, pero afirma que
los planes expansivos no solucionan los
problemas estructurales y que incentivan
el endeudamiento. «Las primas de riesgo
están en mínimos y los estados se financian sin problemas. La política monetaria
Inversión en
infraestructuras
Una y otra vez, Draghi ha puesto
énfasis en la importancia de
invertir en infraestructuras para
relanzar la economía de la
eurozona. Y es que, según
expertos consultados, existe un
déficit de inversión, aunque no
se reparte de forma homogénea
entre todos los estados
miembros. De algunos estudios
elaborados por el Banco Europeo
de Inversiones se desprende que
la inversión real en 2013 fue un
15% inferior a la realizada antes
del estallido de la crisis. Julián
Núñez, presidente de Seopan,
asegura que fueron
precisamente estos estudios los
que fundamentaron el diseño y
ejecución del conocido Plan
Juncker. Y agrega que sobre la
necesidad de nuevas
infraestructuras en Europa, los
recientes planes extraordinarios
de inversión lanzados en 2014 en
Reino Unido, Francia, Italia,
Noruega, Suecia y Portugal, cuyo
valor total supera los 800.000
millones de euros, son un buen
ejemplo. Aunque no disponga de
indicadores del impacto en
Europa, Núñez remarca que en
España cada euro invertido en
infraestructuras prácticamente
duplica su valor en actividad
económica inducida,
recuperándose además el 50%
del gasto realizado vía
impuestos, tasas y cotizaciones.
«Obviamente no podemos
extrapolar estas cifras a la
eurozona, pero sin duda se
obtendrían resultados
igualmente positivos», afirma.
no es la panacea». Lacalle recuerda que el
día que se lanzó el QE, el BCE tenía un
exceso de liquidez de 125.000 millones, y
remarca que las necesidades de inversión
pública y privada que tendrá la UE duran-
te los próximos 30 años no llegan a sumar
la cantidad que imprime el BCE en un
solo año.
Rodrigo García, analista de XTB, confiesa que desde hace tiempo ve complicado que un incremento de las políticas monetarias expansivas tenga un
efecto adicional positivo para la economía. Sostiene que estamos prácticamente en una situación de trampa de liquidez, con la que los tipos de interés más
bajos no reportan mayores incentivos
para promover el crecimiento. Y la historia económica no miente. «Vemos que
los programas de estímulo más agresivos
promovidos desde el Banco Central
de Japón e Inglaterra no han tenido el
efecto deseado», agrega.
La política de tipos bajos, además de
constituir un castigo importante a los
ahorradores, incentiva el endeudamiento, permite el déficit excesivo y perpetúa
los sectores que propician el estancamiento. Lacalle advierte de que «será un
fracaso estrepitoso, porque el problema
de la Unión Europea no es monetario.
Estamos destruyendo la capacidad de
crecimiento potencial de la eurozona
para perpetuar las ineficiencias estructurales de los estados miembros al atacar
a la renta disponible de las familias».
SIN EFECTO MULTIPLICADOR
En la eurozona existe la percepción de
que la deuda pública constituye un trampolín para el crecimiento económico,
pero «tenemos la evidencia empírica de
que no es cierto». La inversión pública,
al igual que la privada, sólo se requiere
ante necesidades evidentes. Si no, no es
inversión, sino gasto para sostener la
economía. Si la OCDE reclama machaconamente más inversión pública para
salir del estancamiento económico, Lacalle insiste en que tras 60 billones de
dólares de deuda acumulada, un incremento anual de la deuda pública del 9%
desde 2007 y una explosión de inversiones en infraestructuras, las estimaciones
de crecimiento no dejan de revisarse a la
baja. Por ello, arremete contra la falacia
del multiplicador del gasto público: si el
Estado gasta, no necesariamente aumenta la actividad económica.
Desde Podemos en España hasta Syriza en Grecia, pasando por un buen número de formaciones políticas en distin-
28/02/2016
AP
«Las necesidades de
inversión pública y
privada que tendrá la UE
durante los próximos 30
años no llegan a sumar la
cantidad que imprime el
BCE en un solo año»
tos países europeos, reclaman con vehemencia relajar los objetivos de déficit.
«Los mismos que fingen querer proteger
el Estado de Bienestar europeo lo van a
hundir». Lacalle considera que «la política de aumentar el gasto público, incumplir los objetivos de estabilidad
presupuestaria y sostener los desequilibrios a toda costa ha demostrado que
reduce el crecimiento potencial».
UN PRESUPUESTO
Lejos de las medidas expansivas y de la
intencionalidad de flexibilizar la estabilidad presupuestaria, el director de inversiones de Tressis Gestión corrobora
que, sin lugar a dudas, «es la hora de las
reformas estructurales». Y frente a los
problemas que acechan actualmente
sobre la economía europea, propone
que todos los países miembros funcionaran
en
base a un
«Estamos
presupuesto
destruyendo el en el que se
ajustaran los
crecimiento
desequilibrios desde
potencial para
el
gasto.
perpetuar las
«Que cada
ineficiencias de año hubiese
un colchón,
los estados»
de entre un
1,5% y un 2%
del PIB, que no se pudiera gastar si las
previsiones de ingresos y crecimiento se
incumplen. Lo lleva haciendo Alemania
desde hace 15 años». No obstante, vaticina que en la eurozona se hará lo que
piden los partidos de izquierda, y que
fracasará. «Luego dirán que fue por una
insuficiente intervención, por culpa de
los agentes privados o externos. En Europa no se harán reformas estructurales.
Se quiere apostar por aumentar el gasto
público, volver a repetir los errores del
pasado». Si entre 2008 y 2010 la UE se
gastó el 3,3% de su PIB en planes de estímulo, los únicos países que se han beneficiado son los que redujeron impuestos. «Todos los que aumentaron el gasto
y el déficit sufren desequilibrios estructurales», sentencia.
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