Ojeada sobre los primeros catorce meses de la administración del 7

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OJEADA
SOJlRE LOS PRIMEROS
DE LA AD:lfINISTRACION
:. ::.3S 1l0l'lBRES
DEL
CATOKCE l>IESES
7
DE MARZO,
Dli:DICADÁ
IltIP ARCIALE81-»1JIT81.
1850.
nOGOTÁ.
A LOS iWMBlŒS HíPARCIALES I JUSTOS.
JI
.••
CATone'
llJ(':-f~ !J:ll\ corric]o de~d'2 quc el Jeneral
José Hilario
tom() J¡¡~ ril'¡ulu. dc] (;"hicrno
dc la Nueva Granada,
i en e~te
e~p':I~¡Cl de t ":IIl}ll' ha (klJido Iwefr~e lo bastantc
en !.lien i cn mal
par:1 jllz[;ar H It .\dlllini:lraeion
i al rartidC' en cu~'o nombre goohiel La.
La ,:;,cl\,i"n tijlog'!',ífica ùe (i('z ll1e~c~ acá hr\ sido la mas
animad:\ <Jlle la licpÚbliea ha v¡"to.
L,: Oposicion ha hecho multiplic;\(o~
i fw:rtcs ear¡;os u la Adlllir.istraeil'l1,
ya en estilo acre i
d.c~con pnc~:tt1, ya en tOll:; deC('I¡~~l i e1c,'(\(1n; l1n~!~ ,"CCl'S a lOB l'élr~OS
a que lu ('om;ucta "ficial de los fUllCio:1nrios daha justo
Illotin) ,,~
han ll\(·zclnc.l(, nta',uc's
jwrsonale.,
que debilitaban
la futrzô\ de lu"
cargos; otrtlS, r~criton..'s ('ji'rcitaùoH hê.1l r:goviaùo a lOR HC'tnteS P04
lílie"~ bajc, ('1 pr~() d(' \lila j.',jica ~C\'CfF. rev,,~tic]a ele nn ('~tílo clll~rjico 1 lu,nmo>(',
Lu~ df:"eil,"res lh,1 =,lini~ter;;¡ )¡an ag-n\aùo sus
c,.fucrzo~
]l:\1"'. f.()<;tu'èr
la luc'ha, lJlLC: cil"" miel11o" pro\'()('aron;
eolo('ndos, Ja~ Ijla~ veces ('Il till terrene dcsycn1nj\,s(), porque tenian
en ,.\1 C\lntr,\ la ra7.on i la lei, no han jlot\Ùl" l',<sti¡
a la fuerza
lújica lC sus 'lJ\'('r~ar;",;
pero la mayor partc (!c 1(\,; f,critor('s
mini~tC'ri, lc,.. 'i.l~ li Il} f~l"tenido
cli\'(~no~ periúc;¡co>-, rrputados
por
utrH~ Lautas t,":to,;fdrtní\ciones del fa1l10fo .A/acra/l,
11:1n juzgado que
Hl 1lI,,.iOIl n',
('l'a (kfendrr
los n('l,)~ tkl C;obiern".
sino ntacar las
per"l1lôls d·.~ ]," cecritc;!r5 de la OpG~ie¡'m,en
t~rillin"s
poco dignos
ele ¡"'Il.hres ('~ rclucacion i de mor"l¡c;ôlù.
,\<Í la lucha 8e ha eave,lc.n.!",
\lfl,.""l;\(lm,~ la Jaz de Îrl ¡';Z'Jn Imjo la niehla de las per'UllahLill,,;'.
(Itimemc;¡te,
los neto, arhitrarios
ejecutados
por la
alll",.;dac.l ¡¡¡Ill producido
en cfta cnpital ci silencio de la prcllsa
ojlUS:¡;i.h¡iEL¡; ~;¡ tóln gravc cmcrjcllcia
vamos nosotros
a presentar
L01lCZ
2
un juicio scvcro dc los hecho~. o mas bien vamos a el:hibir esos hechos depurados como han salido del crisol de la discusion pÚblica,
para que los hombres imparciales i justos los juzguen.
Sin embargo del arrojo i perseverancia de la oposicion, ha
dejado intactos muchos hechos de "uma trascendencia, cuyo cxámen acaso reservaba para otras circunstancias, i que n080tros tenemos que tocar.
No es posible en el eX{lmen que vamos a hacer
detenemos en los pormenores, ni ocupamos de los hechos secundarios.
Dejamos a un lado el 7 de Marzo i sus incidentes, partimos
del L" de Abril de 1849.
:ml primer
:1':1
paso.
primer acto de la Administracion
del seílOr Lopez (segun
Ile ha asegurado i nadie lo ha desmentido) fué el nombramiento del
Jeneral Antonio Obando para comandante jenera!.
Este acta fué
notoriamente ilegal; porque estando retirado cI señor Obando, el
Poder Ejecutivo no podia Ilamarlo al servicio ~illO en tiempo de
guerra, i la República gozaba de perfecta paz.
Por clItúnces no
habia nacido aun la oposicion; pero sujetos aca~o pcrsollallllente interesados en el crédito de la AdministTilcion, It: representaron por
la imprcnta la ilegalidad del paso que acababa de dar, limitándose
Il citar las diferentes
leyes que se habian quebrantado.
Todo el
mundo juzg6 que semejante infraccioo era invohmtaria, i el re~ultado del poco conocimiento que tenian de las leyes el Pre~idente i
el Secretario de la Guerra; i todos esperaron que la falta ~eria lue.
go correjida. Durante esta espectativa fué ~orpr(;lldida la RepÍlh]ic:.l
con un acto del Poder Ejecutivo hasta entónces inaudito. En lugar
de revocar el acto ilegal que acababa de ejecutar, lo ratificó, i pidió
al Senado que derogara las leyes que habia infrinjido.
Esto debió
parecer una provocaeion dirijida al augusto Cuerpo a quien corresponde juzgar de los delitos cometidos por el Poder Ejecutivo.
El
Senado acaso así lo comprendió; pero no pudier.do tomar conoci.
miento del delito sin previa acusacion de la Cámara de Represen_
tantes, procediendo con la mayor circunspeccion i dignidad, no
emitió concepto sobre aquel negocio, i lo pasó a la otra Cámara.
Esta en todo rigor de justicia i de legalidad debia intentar acusa_
cion, por lo menos contra el Secretario responsable; I)('ro los Representantes, linos porque siendo ministeriales se creían llamados
a defender i no a acusar las faltas del Poder Ejecutivo, 108 otros
porque habian resuelto no oponer embarazo ni hacer oposicion de
ningun jénero a la nueva Administracion hasta que hubiese desplegado el sistema de política i de administracion quc sc proponia se.
3
guir, ùi!imuluron III illfraccion i la provocacion que llCllSO le lei
diríjia; i la lei continuó quebrantándose.
Algunas personas juzgaron entÓnces, i juzgan todavía, que
aquel alarde de una infraccion espresa de la Ici, hecho ante la Lejislatura tcnia por objeto provocar a Ic.s mayorías de las Cámaras
que eran conservaduras, a una acusacian contra el Poder Ejecutivo,
para darlc un ùesenl:t.cc corno el que :\Ionagas le dió a igual intento
el 24 de Euer" en Carácas.
Sin dar ninguna importancia Il esta
conjetura, juzgamos que el acto ilegal con que el Gobierno del señor Lopez abrió su carrera administrativa, es de mucha gravedad
i trascendencia; no por las ronsecuéllcius directas e inmediatas del
acto, pues era cosa indiferente que ocupase la Comandancia jeneral
el señor Antonio Obando u otro cualq aiera, sino porque aquel acto,
mostrando <¡uc los nuevos gobernantes no tenia n ningun respeto a
la lei, que despreciaban la responsabilidad legal, i no hacian caso
ùe la opinion púhlica, venia a ser como ulla especie de programa
práctico de la cunducta futura de la Administrarion, que se exhibia
a la :\ucion.
!.a eamarilla.
, Ln furmacion del :'.linisterio de la Administracion llamada del
7 de Marzo, se hizo de una manera inusitada; reunió el Presidente
cierto nÚmtro Je personas de,1partido que le habia dado sus votos
en h\s Asambleas, i por errar o por cáleulo uno o dos conservadores, i le3 pidiÓ que le desi:;nascn los Decretarias con quienes dehia
gobernar.
Semejante paso fué mul visto i aun ridiculizado por
hombres de todos los partidus; pero nadie lo censuró por la imprenta.
Nosotros no juzgamos mal de este acto del Presidente.
Di él no se creía con el conocimiento de IdS capacidades de 108
hombres de su partido, i con el dicernimiento bastante pura hacer
un nomhramiento acertado, i que satisficiese el deseo público ¿por
ql\é no habia de air i atender la opiniuil i el deseo de los homhres
que encabezaban el bando que lo habia elcjido?
La Cl'nsura solo
podia caber sobre la desacertada eleccion de las personas a quienes
delegahu la mas importante i delicada de sus atribuciunes.
Pero
este hl';cho, ya sea hijo de modestia i desconfianza de sí propio, ya
de un caràcter poco resuelto, i mas inclinado a recibir el impulso
de ajena voluntad que a imponer la suya, él hizo sospechar que el
llueva Presidente iba a ser gobernado; i hien pronto se palpó el poder de ln CamRlilla (lue alna.cer no mas se sobrcponia ya al poder
constitucional.
l'arece natural que aquel acto del Presidente determinase a Ins Illas osados de SlI partido a apoderarse de su voluntad,
i dominar In Rf'p;Jhlicn haciéndole su instrumento.
4
De la reunían convocada por el señor Lopez salieron desig-.
nados los Secretarias, de Hacienda el doctor Exequiel Rojas, ~le
Gobierno el doctor Javier Zaldua, de Guerra el coronel Tomas
Herrera, i de Relaciones Esteriores el doctor :\lanuel Murillo,
Con escepcion del último,a quien no se juzgaba digno, este Ministerio no pareció mal a ninguno de los partidos.
El doctor Rojas
era la primera notauilidad política del partiùo qlle suhía al poder;
hombre de capacidad e instruccion, acatado en las CtÎmarus, defensor constante de ciertos principios, moderado, i entendido en los
negocios de hacienda, eu opinion i su influencia mas que otra alguna había atraido al Jeneral Loptz los votos de su partido; era
indudablemente
el hombre Ilümado a encabezar la pohtica de la
nueva Administracion.
AI doctoL" Zaldua, abogado de fama en ci
conocimiento de las leyes civiles, no se le juzgaha ni mlli instruido
ni mui adeculldo para 108 negocioe de Adlninistraclon, pero se le
atrihuia firmeza de carácter, i no ee le creia capaz de participar del
(uror ciego del círculo intolerante i violento, que pretendia que el
Gobierno fueee no el ejecutor de las leyes sino el instrumento de
sus pasiones.
Del coronel Herrera se juzgaba que era un hombre
de pocas luces i mediana capacidad, pero de un carñcter independiente i elevado.
Reepecto del señor Murillo, se le reconoeia faeilida~
i osadía para escribir, pero DO se tenia jenralmente el mejor COIIcepto de BU carácter i de su moralidad.
Luego que empez6 a funcionar el nuevo Ministerio presentó
a las Cámarall el seiior Rojas diferentes proyectos, algunos malos,
otros convenientes i aun nt!Ce!arios; i todo el mundo fué sorprendido del fenómeno inesperado que entónces se observó en el Senado. Una porcion del partido lopizta se declaró en abierta opos¡cion;
al señor Rojas, contrariando los proyectos mas conveniente.~ i necesarios que habia presentado, con un encarnizamiento
que no lo
mostrara mayor contra las Administraciones conservadoras.
El
señor Abello, sujeto que tiene negocios constantes en la aduana de
Santamarta, que ha hecho en tiempo no mui largo una gran fortuna, i que era reputado por patron, protector o sacio del señor .:\-1urilla, se distinguió particularmente en aquella oposicion, no por la
fuer7.a de BUS raZones, pues carece de luces i de capacidad para sostener una discusion, sino por una impertinente i obstinada parIaduría.
El señor Rojas, contrariado por los hombres de quienes
tenia derecho de esperar un apoyo razonable, encuntró tambien,
segun se aseguró entÔnees, dificultades graves de parte del señor
Lope?; que despues de convenir con él en tomar o no tomar una
medida, cuando volvia a verlo lo e~eontraha enteramcnte camhiaùo
~i!) ballar razon suficiente para clio', El sel~or Rojas fu(> ci primcro
que r,::cù¡lOcÎ{¡i d,:l1l11lCi,)la existencia de una Camarilla, que ùomi-
:¡
',laba al Pre,ilLllte, i (lue ùebia serl(~a él implacablemente hostil; pues
no era dilblc que nn hombre como i~l abdicase su intcli.íel1cia i su
conciel cia cn manos de! tenebroso clu h que pretendia gobernar sin
re8Jloll~aLJilidad, convirtiendo a los miembros de la Administracion
cn otros tantos títeres, que haria mover al sabor de sus pasioncs.
C<!lIlvCl'lcidoel scñor Rojas de la imposibilidad de gobernar
bien con la existencia de una camarilla omnipotente animada de
innobles i violcntas pasiones, i de intere~ee incompatibles con la
justicia i cùn la lei, se separó indignado del Ministerio; i predijo
que las pasionls i mims de los hombrcB de la camarilla precipitarian
en un abismo la RepÚblica.
Estc hecho disipó las ilusiones que
mueh08 hombres sinccros se habian formado acerca de la nueva
Auministrë.ciof1, e hizo vacilar la fé ciega de otros muchos.
Los
hombres viule'ltos c interesadoB que aplaudian la retirada del señor
Rojas, no le han perdonado el haberse ncgado a Ber cI instrumento
de sus plancs de medro i de venganza; i la Nacion ha visto los
ataques i las palinodias a que esa rábia dió lugar; pero el concepto
de que goza entre los hombres moderados del partido hace que 8e
le resp~teo
Salido dc la Secrcta,oía de Hacienda el sellar Rojas, entró en
ella el señor :\lurillo, COD lo que el cluo secreto quedó lIatisfecho,
cuma que el camhiu dchia !cr obra Buya.
g¡ Prcsid~nte pretendió ejercer por sí mismo una de 8USatribuciones, i nomhró para la Secretaría de Relaciones Esteriores al
Jeneral José Acevedo. Este, como homhre intelijente, percibió que
el Gobierno acaso no tenia independencia para obrar por sí. i Be
negó desde luego a aceptar, alegando entre otros motivos aquel,
dándole las Hpariencias que el deco!"o exijia; pero ci Prcsidente i
los ~el retaríos le instaron hasta la impertinencia, manife~tándo)e el
primen que estaba en el ca~o de probar lo que habia prometido de
no scglir el sistema de p.sclusion sistemática, i de llamar en su ayuda a los humbres intelijentes aunque no le hubiesen dado 8U voto;
los segundos /e ofrecieron sostenerlo, i triunfar o caer con él. Moviùo por tan espresas i repetidas promeslls, cedió el señor Acevedo;
tornÓ cI portafolio i empezó a trabajar con la consagracion que le
era propia. T:opezÓ desde lucgo con un espediente que andaba en
la me¡a de aquella Secretaría, i que lle\'aba por carátula El contrato Ch.i/v.?Z, en qlle se whcitaba nna resolucion de que hablaremos d('spucs, en la cllal estaban envueltos intercses de monta de
una de las notabilidades de lu época, que ejercia i ejerce grande.
infiu('n~ia. El .Jeneral .-'\.cevedo era íntegro i desconfiado, e incapaz
ùc sacI ¡fic"r bU r..lzon al querer de una Camarilla, pu;;o a un laùu
el e~perlicl1le [,ara e:;:m:illarlo llesl'aciù, ùe tal eximen no pudia
rC~l¡[ta" la rC:'·l.:"c:.un (.'.lCO
al¡;lmOS apetecían.
l..evautó;;c luego U,l
6
tole tole furio~o contra elnombramiellto
del senor Acevedo, mo,"ido por 109 órganos conocidos del círculo violento.
Inmediatamente ví6 la República un hecho inaudito en las naciones libres del mundo civilizado.
El Presiùente lJamó al señor
Acevedo, i despues de manifestarle que c~taba plenamente satisfecho i agradecido de su conducta en el Mini~terio, que no tenia ni
In mas leve queja de él, sino motivos de satisfaccion i de gratitud,
que nada había en la conducta del Ministro que no estuviera conforme con los principios i deseos del P¡esidente, le dijo casi ahogado de turbacion i de embarazo, que tenia quc scpararlo del Ministerio, i le cxijió una renuncia.
De este modo lanzó el Jeneral
Lopez del MinistelÍo a su amigo el Jeneral Acevedo, a quien con
tantas instancias i promesas había comprometido pocos dias hacia.
De este modo los señores Zaldua i Murillo que le haLian prometido sostenel'lo i triunfar o caer con él, permitielOn que con afrenta
se le lanzáse de ese Ministerio a que con sus ofertas e instancias lo
habian arrastrado, i agacharon la cabeza, i olvidaron lo prometido,
i se quedaron asidos de sus pOitafalios.
¿T por qué se lanzaba del
Ministerio al Jeneral Acevedo? ¿Estaba en desacuerdo con el PrelIidente? no, pues él ha afirmado lo contrario.
¿El dssacuerdo seria
con los otros Secretarios? no, ellos no han manifestado que mediase ni la mas pequeña oposicion.
¿Seria que la Nacion improbaba
aquel nombramiento? no, la Nacían no tuvo tiempo de hacer semejante manifestacion.
¿Seria que las Cámaras lejislativas que
represcntan la Nacion hacian oposicion al seiíor Acevedo ?-no,
las mayorías de las Cámaras lIa le hicieron ninguna oposicion,
i ántes sí le mostraron mucha consideracion i deferenciH. ¿Quién
arroja, pues, de la Secrctarla con tanta ignominia al Jeneral
Acevedo, con quien el Presidente i su Ministerio están acurdes, Il
quien las Cámaras no hacen oposicion, a quien la Nacían no ha
tenido tiempo de juzgar?
Lánzalo ese poder secreto i tenebroso,
que sin mision ninguna legal, sin responsabilidad de ningun jénero,
!le alza omnipotente por encima del Poder Ejecutivo i del Congre110, hace lei su voluntad,
i domina a su arbitrio la República; ese
poder se llama In Camarilla.
Aquel hecho dejó demostradas entre otras cosas dos, que muchm; repugnaban creer-La
La que el Presidente estaba completamente dominado por un poder estraño; la 2.a que no habia en el
leñor Zaldua la firmeza de caráctcr que se creia.
Un hombre de carácter, despues de lo que habia pasado entre
Jas señores Zaldua i Jlurillo i el Jeneral Acevedo, habria sostenido
Il este contra todas las camarillas dei mundo, o habría salido con él
del ~linistcrio.
Así aquel abandono, aquella desercion del com-
7
lHûmet:lnicnto contraído, prueban juntamente
la sumision Jc 10$
:Ministros a la camarilla, i la debilidad de su carácter.
Al seiÏor Acc\'edo sucedió en el :\lini~tcrio cI seiÏor Parédes.
a quien su propio partido no quiere confesar la capacidad que ci
puesto rC(luiere.
Desde que los seiiores Rojas i Acevedo salicron
del Ministerio, la camarilla ha tenido poco de qué quejarse; si alguna v~z la prudencia ha hecho vacilnr al Presidente o a su Ministerio entre el querer del círculo dominador i los derechos dc la
justicia i de la convenicncia pública, una manifcstacion mas vigorosa de BUS exijencias, ha bastado para vencer los escrÚpulos.
Últimamente el señor Herrera dió un grito de desesperacion, i pidib la
libertad del Gobierno o su srparacion del Ministerio.
La camarilla, ref.Jrzada con los miembros del Congreso que se ha asociado
accidentalmente para imponer mejor li los que pretendian resistirle,
estrechaba al )liuisterio, i esto produjo el arranque del señor Herrera, que en su renuncia del 22 de Abril decia:
,dJe"le lllngo ùesconozco el deredlo que ningun parti,]o, fraecionaria o (,oll'ctivamcIltc, tenga pam imponer la leI all'oder Ejeedivo.
El PresiJente dc la HcpÚblica no debe rnanfjarse como caudillo Jo Ull
partido: él tieTle una mísíon mas alta que llenar cailla depositaria du
In primera llllljistr,ltura dol Estado. Lf\ Constitllcion i las leyes deben
ser SU ;rHin. Las exijencins de un partido, cual'luiera que sea su respetabilidad, no son lllandntos Il los e¡,:ales hayan de cllutivarse los
preceptos de la coueicncia, de la justicia i de la razono Empero no
es así, por ùes~racia, 'lile opinan los que preteIlllen queel Poder Ejecutivo CStl\ en el Jebl'r de prestarse sin vacilar a la pjecucion de todas
uquelllls provi,lcncins 'lue por los amigos políticos de los gobernante>\
.se reputan cardillale.~."
.El señor Zaldua dejÓ tambien el portafolio protestando estar
de acuerdo con su partido, i eonfesandu al mismo tiempo la existencia del poder estraíio a la Constitucion que domina al Gobierno.
El resultado final es que todos los que han querido resistir a aquel
poder han sucumbido; i que la docilidad de un año no les ha bastado para que les perdono la resistencia de un dia.
Ei la exi5tencia de una Camarilla que gobierna lIin mision i sin
responsabilidad, convirtiendo al mlljistrlldo constitucional i responsable en un iustrulllento de sus pasiones e intereses, se ha considerado en todos tiempos como la mengua mayor de un Gobierno, i
como una fucnte segura de ajamientos i persecuciones
para los
ciudadanos, i de ruina i descrédito para la Nacion, la Nueva Granada tienc sobrado motivo para deplorar su situacion.
Los partidos.
El form:.\r de un partido ulla masa homojénea para atribuirle
todas la.~ opiniones j miras de los humbres que hablan a su nombre,
~
es un error i lIna inJustIcIa; a veces hai partidos compactos, ani.
mados de un mismo sentimiento, pero fuera de la idea principal
que forma su vinculo en lo delllas andan casi sicmpre di~eordes.
El partido llamado en la RepÜblica liberal rojo tienc diferentes
matice~, i puede consíderársde dividido en tres grandes ~eccion('s:
la primera la constituyen los hombres exaltadas que tienen la vio]eneia por principio, que profesf\u las ideas del antiguo jacobinismo
frances, i de ]0 qne ahora se llama en Europa el partido rojo; esta
seccion cs la que hoi se ~obrepoue a las dClllas en la RepÚblica, i a
]a que con propicdad corresponde e~e ominoso título de pm tido
rojo. La segunda se componc de homhn:s que aceptando eu el
fondo los principios conservadores, que hacen consistir la libl'rtad
en ci imperio firme i constante de la lei, están afiliados en la bandera roja por rclaciones de farl\llia, por circunstancias de localidad,
por simpatías o antipatías personales, por la fuerza de los hechos
preccdentes, o por motivos selllejantes; esta seccion que repugna
]a violencia, i que quiere sinceramente libertad i ~eguJ'idild, empieza a retirarsc de la primera disgll~tada de su proceder, i recihe
en cambio el dedul de los exaitados.
'La tercera l'OnSla de una
g-ran mm:a de hOl11kes ser~eillos que no conocen los principios de
los partidos, ni saben qué opini,mes los dividen, i que crecn pertenecer al partido liberal rojo porque estuvieron envueltos en]u rebelion
de 1840, porque han votado por los candidatos de ese partido, o
porque siguen a algun homlJre afiliado en él.· Estos hombres son
jeneralmente rclijiosos, í si alguna vez vieran bien clar õ cuales son
las ideas qtle divilbn los dos bandos, quedarian singularmentc
sorprendidos de saber que ellos habian sido liberales rojos.
El partido ]opizta de 1848, es decir, el conjunto dc los hombres que votaron por el señor Lopez para Presidente, no es idéntieamente cl partido liberal rojo; porque muehl'S sujetos que no han
pcrtcneeido jama:; a ese partido \"otaron por él. moviùos por amistud personal. o por la confianza que les inspiraba, o por antipatía
o de¡;;eonfianza ácia los otros candidatos.
El partido liberal rojo, se repite todos los dias, ]0 constituyen
los hombres que se sublevaron en 1840 contra cl órden constitucional.
Esto en mucha parte es exacto; no hai duda que los hombres que promovieron i capitanearon aquellos desórdenes, pertenecen al partido exaltado i violento que hoi domina; pero no l'~ exacto
que todos los hombres que aparecieron complicados en la rebelion
sean precisamente rojos.
::'IIuehos homhres honrados, relijíosos i
amigos de la libertad, fueron precipitados en aquel abismo, unos
involuntariamente,
otros engañados por los astutos intrigautes que
promovían la anarquía, i que les persuadieron que la Constitueion
i III libertad habian meumbido,i que no habia mas rcmedio que la
I
9
inSUIrCCelOn; muchu~ dc esos hombres de bien han reconocidu i
deplorado ~u engaúo, i ('¡ilIa dia que corra habrá nuevos descngaÍ10S i nuevas i Únceras contriciones .
•
Cuanùo hahlamos, pues, de las doctrinas, tcndencias i proy~c.
tos dd partido rojo, debe entenderse que se trata de la secclOn
e:raltada, que se ha sobrepuesto a las demas, i que es la que dirije
i domina; la scccion modcrada está hoi sojuzgada i pudicra ùecirsc
casi anulada; i la última no es mas que el instrJmento
inocente i
ciego de Ins IJllsiones ùe la primera.
loa euestion relijiosa~
En h Europa continental i particularmente
en :Francia luchan hoi cara a cara el cristianismo i el materialIsmo socialista.
La causa ùel órùen i de la civilizacion se ha identificado con la
causa dc la relijion; i cI principio dcmagójico, que 1Iarna a la anar·
<¡\lía libertl\d, i quiere lu nivc1acion social, se ha asociado i confundido C:Jll el principio ml\terialista, que proclama la ruina del cristianismo i la cli"linacion de toda r~lijion.
Los que en Francia
proclaman h República democrática i social, i que se llaman socia.
listas, mponen quc el cristianismo i t06a relijion no C8 mus quc un
e6tado de trunsicion del jènero humano, que el progre!5o social debe
hacer desaparecer; que a la relijion i a los gobiernes dehe suceder
otro órden de ideas i de fórmulas, que es lo que llaman socialismo;
i sostienen que ya ha llegado la época de esta singular transformacion.
E60s socialistas, cuya idea cardinal acabamos de espresar.
se adornan u)]i con los nombres de demócratas, libera/e,., progresistas, i pretenden que los que quieren relíjion i repugnan la division d~ bienes, lu comunidad de mujeres,i los demas abl'urdos que
ellos proclaman, son absoll/tÜtas, aristócratas, retrógrados i l'neIDi, gus dd pueblo,
A los católicos los llr.malljesuítas, de manera que
las palabrus católico i jesuita tienen troa misma signíficllcíon en el
lenguaje socialista.
Esas mismas nomenclaturas i esas mismas identificaciones se
usan por acá; pero hai Ulla diferencia capital en el modo de obrar
la secta allá, i su modo de obrar aquí. Allá la secta al\,irquica e
irrclijiusa sacudió ya el vclo ¡le la hipocresía, i proclama a voz ca
cuello: que 'l.lIine la f.ub\'crsion del 6rden social, que no quiere mas
relijioll dl' ningun jénero. ') Ae{l anda todavía con máscura: i uunque esta sea trasp.:rcntc para todos los que conoren b'létante lu historia (k las traSfJrlllaci:llIcs de la secta, es s;;¡cmbargo todu\'ia
suficicllte ¡1ara cuùrirle la carn a los ojos del pue1Jlu.
Los granaùi!}os, como los demas hispano-americanos,
r~cibel1
todas ws opiniom:s i todas sus ideas de 106 libras frunccscs; i c~tu~
10
Estados reflejan, por decirlo así. como otros tantos îracmcnto~
empañados de un espejo roto, las luces claras que brillan en la
Francia, i ci siniestro fuego de las ,teas incendiarias que alarman i
consternan aquel país. Todos los delirios, todos los absurdos que
abortan i propalan allá la ra~on profundamente pervertida i el corazon corrompido i depravado hasta el exceso, jerminan i se fl.'producen aquí.
Allá la corrupcion ha descendido a una parte considerable de la masa popular de las grandes ciudades, en que abundan
los perversos, i los clubs la difunder con indecible ardor; acá ese
medio de la propaganda irrelijiosa, anárquica e inmoral ha empezado a producir sus frutos, ya son notorios, pero todavía limitados.
Las tendencias Bnticristianas que han empezadu a desarrollarse en la República de poco tiempo a esta parte, con mas vigor
que en ninguna otra época, merecen un eX¡'lmen detenido; pero
nosotros no podemos entregamos hoi despacio a tan grave asun.
to, i aBi nos limitaremos a llamar la atencion sobre algunos hechos
notables.
El seÏior Medardo Rivas fiscal del Tribunal de Cundinamarca, i
como tal njellte del Poder Ejecutivo, decia el 4 de Junio del aïlQ
pasado de 1849 en un documento oficial: "El decr/pito Catolicis.
mo sostenido i mantenido por nuestra Nacion, COll todos sus vicios,
call todas sus degradaciones es la ùnica causa de estas uniones (lo~
amancebamientos)
el Catolicismo envilecido hoi. i convertido en
ua relijion de estafa"
I sigue pretendiendo probar que la relijion
Católica es la cau!a de la inmoralidad. ique el sacerdote católico es
esceocialmente inmoral. Este indigno ataque hecho a la rclijion de
los granadinos, (ué denunciado por la imprenta al Poder Ejecutivo; i
este léjos de mostrar su desaprobacion hizo lo que era bastante
para persuadir que aceptaba i protejin semejante~ doctrinas.
El
señor Rh-as fué presentado como candidatu del :\'linisterio para Representante en la provincia de llogotá. i luego enviado de Consul
jeneral a Venezuela, no obstante ser unjóvcn de luces i capacidad
escasas i de ningun merecimiento.
Lo primero era manifestar que
se queria hacer triunfar en el Congreso aquellas ideas; lo segundo,
hacer sentir que se premiaba la osadía de emitirias.
Es todavía
mas Dotable que esto la indigna i cobarde condescendencia con que
varios electores católicos se prestaron a dar su voto a un hombre,
que DOtenia mas méritos que haber calumniado la relijion de sus
padres.
Todo el mundo sahe que cl Neo.Granadino no solo es periódico ministerial, órgano de las opiniones i deseos del Poder Ejecutivo, sino que se publica bajo la inmediata inspeccion de un Secretario de Estado, que pasa por su redactor.
Ese periódic.) decia cn
Setiembre del año último: "El Romanismo fué una causa prccil'a de
11
nl/cstro lIIall's/ar social, porque ese dogma rnjendró el fanat;Smo. e·
nervú ri espirit/l de progreso. i malltut'o la ignorancia" ....
Roma!lismo es la palabra con que los protestantes r.spresan el Catolicismo. Asi pues. etl la opinion del 11inisterio del 7 de ~IRrzo. el
Catolicismo es la causa del fanatismo, de la ig-norancia i del atraso
de )n ~ ll"Vn Granada; e8 decir. que la rclijion de los granadinos es
para cI l\I¡nisterio la mayor dl' las calamidadcs dcl pais.
I';n ese mismo periúdico ór gano de las ideas i proycctos del
Gobierno SC pro~lijan las producciones mas contrarias a la TC'lijion
de la gran mayori.1 de los granadinos. lo que prueba que cI ~linisteria ticnc un intcres indisputable en propagar las doctrinas anti.
catolicas.
En el número 98. despueB de insertar la violenta diatriva
cÙiji:la contra la I~!esia Católica por Victor-Hugo en la Asamhlea
francesa discutiendo la lei de estudios, diatrÍ\'a que h'! merecido
la ju!;ta reprobacion de toda la Francia cristiana; adoptu un escrito
titulado el .Jesuitismo. que cs un ataque directo i violento a la Iglesia i a la Helijion Católica, que pretende disfrazar con el nombre
cie Jesuitismo. palabra que en el lenguaje socialista eB Binónimo
de Catolicismo. "El pensamiento de Lu/era, dice. era un movimier,ta del espíí"itu humano, era un paso dado en la via de la emancipacion. era un grito de libertad. El Jesui/ismo creado en ese ,çiglopara
comúatir la reforma (reforma se llama la herejia de Lutero).fUlf
heclto espnwamcnte para matar ese pensamiento, para detener ese
pIlSO. para sofocar ese grito.
Así piles, el Jesui/ismo es u7lUfalanje
romana creada i annada para g,¡errl'ar contra el e.~pÍ1·itu humano."
Estas palabras son bien clarus, bien espreeas, Si la herejia de Lutero era un movimiento de progreso del espíritu humano. la Relijion Católiea:que proscribió esa hClejia,es la rémora, es el retroceso del espíritu humano. Si la herejia de Lutero es el camino de la
libertad, el Catolicismo será forzosamente el camino de la esclavitud.
Supuest0 que Roma, es decir. el Sumo Pontifice romano,
armó una falunje contIa el espíritu humano, el Sumo Puntifice i la
Iglesia CatÓlica a cuyo nombre obra. son los enemigos del espíritu
humano.
En suma. el trozo que dejamos copiado i el resto del
escrito ticncn por {¡nieo objeto persuadir que la Relijion Cat61ica
es {'\lemig-a de las luce~. i de la libertad; que su doctrina es la doctrina de la ignorancia. de la esclavitud i del envilecimiento del jé.
nero humano; i que la herejia (que se llama reforma i protestantis.
mo. i que aquel escrito llama tambien Cristianismo) es la amiga de
la libertad, de laB luces, de la moral i de la felicidad del jénero
humano.
Este escrito contiene una verdud capital que los impíos hipó.
critas que se hun finjido católicos en este país han pretendido ocul-
I:!
tnr. a ~a"('r: qu'.? l()~ jc~uitas son Ulla falanje de la Iglesia Católica
para COIl¡]);!tir la herejia, i la impif··dad. Es por esto (lue los ellemigos del Catolicismo los detestan i persiguen, es por esto que los
cat"licos los aman i los defienden.
El mismo periódico del !\-tinisterio en su N.o 102 prohija un
artículo de la Prensa cie l'nris, que sostiene que sin socialismo no
hai vcr,ladera Repúblicu; que la República no debe existir sino para
fundar el socialismo; que el que no es socialista no es republicano.
Ya indicamos al principio de este capítulo lo que es el socialismo,
por tanto parece inútil hacer comentarios sobre semejante doctrina.
A mecli[:dos del año pasado varios vecinos notables de Facatativá quisieron que en su parroquia se predicasen los sermones, i
se hicie,en las oraciones que se acostumbra llamar 7Ilision; i pidieron al seilOr Arzobispo que les permitiera a los padres jesuitas i a
otros sacerdotes que ejecutasen aquellos uetos de su ministerio
sacerdotal; el Preiado dió el permiso, fueron los sacerdotes, predi,
caron i confesaron.
Pero como la predicarion prociujo un efecto
notable de fervor, tsto exitó una rabia singular en los escritores
ministeriales contra el Prelado i contra los sacerdotes que habian
predicado i confesado, i hasta la autoridad politica quiso tomar
cartas en el asunto para estorbar el libre ej~rcicio de la predicacion
católica.
El señor Lino Peiía, director del presidio fué reconvenido oficialmente por el Gobernador de la provincia de Bogotá, Jcneral
Mantilla, porque visitaba al señor Arzobispo, hecho que no era
exacto, i le dió a entender que seria removido si tenia relaciones
con el Prelado, que era dar a entender que los cmpleados dependientes de la Administracion del 7 de l\1arzo dehian cortar relacio_
nes con los prelades ele su relijion.
En el mes de E;¡cro del aÏlO último un jóvcn rojo cometió en
la iglesia de la Enseiíanza de esta ciudad, los mas insolentes desacatos contra )a sagrada Eucaristía, que un sacerdote respetable
tenia en las manos. Este ncto sujeto a una pena grave por el artículo 203 del Código penal, fué luego denunciado a la autoridad
pública por medio de la imprenta; i esa autoridad que ticne el deber espreso i terminante de averiguar i hacer castigar 'Jn delito
semejante, no dió ningun paso para ello, i el delito quedó impunido.
Sobre In puerta del edificio de la Vnivcr~idad cxistia como
adorno, desde ticmpo inmemorial. una hermos'l riccira en que estaban esculpidos t:l signo de la Cruz, i el nombre de FSlJS.
En
uno de los dias del mcs de Mavo último, una de hs altas lJotabilidades rojas rqparcí ell aquel adorno, i exaltada ,,1' dirijió a algunus
l:¡
jú',Cll"" ,oj(,' dl i ,'(a~)J('('illli('nt(),
lOani{,··:allllol('~
quc ('l'a un opro.
bio Il::"" la ¡:':(·r·ido"l
que ~¡>llle.iant.) ~imh"Jo (le ignor:\Iwia
i retrOCl" ,1 ,(' C"ll'cr\',,~,~ ;¡ li,!
lll!ll(,' lint amellte la pi('dr a fué arrojad,!;
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de 'la l;l,ivcr~id HI Ji~i)(J::i.:1l r¡1l(~ lo". ,,1"ll:ll""
rc('ihic:;cll
les ~an,,:"cntos
de la 1'2n;tC¡:c¡:'. i "l.lll;¡·.,i"~l al lin <id
nÍ!() ('~colar,
plt'V;{)~ l:,;~):unos l"jercif~ics c~p;rituaL~~ p:·;:,~;·~rahlr~lls.
En tI Ull~S de :-3l't1c:tlln;,; prô:~i¡,,() :.):l:,-ndo, ~JeTltl(l HL~\·t{}r el :-'1.~l1\)r
l\br'¡l1cz,
(Lpu~o qnc ('il e~la ¡'uin:rsidad
,·e pnJcediu:c
a cumplir
aquel n~anùdll\iellt() . .i~stnndl) en el hl~.~nr g;.\gï'a~tJ en í\4\..\f~nU~(\(;.•
te" UJa partida (Lo ]09 l~lO7.00 ('otu(liLntc~ de j urispruùcilc¡a
':' atuIIlUlLll;). ill:,:rrllmpi:',
el aClll relijin.,o ~,;n la m'l~ il.C'lllc:lte Illg-:¡zara,
~c mofó cid ''''ccrdotc,
i de l.ls c¡>reJ1l'mi".',i de lus obj~tlJ9 del eulto.
Dc;;J.lu~s pa.,.) il la C.lsa del Pre' ¡¡lente de L¡ ¡~::p¡'lblic l, a manifl'starie que era un c,dnfLlu
'lile ell SU illl,':!,1i la i IJf0!JI'f'sisla .\dluinj~·¡rHcioll Sl~ cqn::-l~r\"a~cn toda-·-in i!n Ll l:ni\"c:·~ÏlL.ld scn1Pjantes
prácticas
:'l;'lijio:;as, rc~t('s del fanuti,mo
de la:' "pecus pa"v!3s de
oscur<intisnlll;
i :1 Fcdirle lIne removic'c
Ù,,! r~ctul udo al scÎJor :\Lircjuez, 'luC queria haecI' cumplir talc~ prácticas.
El deher del Pre~ider,tc en este caso es'cà seiialado terminantemente
ell la lei; se le
denunei2ba
la ejecucion
de un delit.o, c\chia ordcnar que los deliucuentes
fu(~en juzgados.
Pero otro fué d re~ultac\o, el scÍlOr Lopez, segun
lo asegurÓ la prensa sin Sl'r de:;mentida,
se complació
grandemente,
i se apresuró a remover al respetable
scñor ;\lÚrquez.
Los Iíl11ite8 de este escrito uo nos pcrmiten
continuar
presentando las opiuioncs hÓ:3tiles al catolicismo
<¡ue ostentan los horn ores
que domina:1, i refiriendo
hechos cumo Ins Q uc quedan
espue'to9;
los c¡ue quieran mRS datos no tieuen sino leer los petiÚdicos,
Para
demostrar
que existe una tendcncia
manificstamcnte
hóstil al cntolicismo. crcemos quc basta lo espucsto;
a lo cual debcn ag-regarse
ci conjunto
de proyectos
whrc negocios ccles:Ústicos 'lue cursan en
las Ct.maras,
la nrbitr:uia espubicll
dc los sacerdotcs
Jesuitas,
i
otros actos de que hablRremos
en otro lugar.
Inmoralidad.
La Oposicicn l~a ùl'mo~trndo
rëpctidas veces la tendcncia
de la
fraceion roja exaltada,
que (l,)mina, n soca\'ar les principífls
de ]a
!lloral, i a Jen'crtir
i dcsrtlow,iz::r
('1 puehlo; i cs sobrc este punto
quc los es('ritùs publicadc:;
ù¡; docc l1le~es ac,i mcreccn
~cr leiùos
por todos los que pu:,den haccrlo.
X os otros no intentamos reproducir aquí los argulIlc,ltos
i consideraciuucs
uùuciolos, bs estrechos
línlitl's de esta uj¡>,uh nos obligun a no toear slno mui pOC08 hedws.
Uno de los primeros
RctOS de inmoralidad
de 100 ajentcs de la
]4
nueva Administracion.
contra el cual clamó la Oposicion. fué III '
violacion de la correspondencia hecha en las administraciones de
correos.
En vano se qUil50rechazar el cargo, porqne hombr~s de
la primera re!petabiJida;l levantaron la voz en ùifclentes partes
para ratificarIa.
Empleados de categoría de la Secretaría de
Hacienda tuvieron el cinismo de hacer en uno de los periódicos del
Ministerio aquella célebre confesion:-Nosotros
e.ramilla71losla correspondencia que los conservadores dirijen por todos los t'orre08 a
las provincias.
Confesion terrible que les fué imposible recojer
despues.
La osadía llegó a tal punto que el Poder Ejecutivo no "
pudo disimular los excesos del administrador de Cartajena. i lo re.
movió; porque aquel empleado se mostró tan torpe que comprome.
tia a todos los demas.
Entre los muchos actos de inmoralidad que desgraciadamente
han tenido lugar en el Ministerio escojemos uno que no selá olvidado jamas.
Nadie ignora la alarma, el escándulo, el horror jeneraI que causó a principios del año próximo pasado un perilldico
titulado el A./acran. cuyo único objeto era atacar la vida privada de
los hombrcs honrados, i de las señoras con asquerosas calumnias,
i sostener el comunismo. la mas infame de las doctrinas que el muno
do ha conocido.
Sus Editores fueron condenados a prision.
La
presente Administracion" los indultó; i como la facultad de indultar
no puede ejercerla el Poder Ejecutivo cuando quiere ~ino única.
mente cuando haya un grave motivo de conveniencia pública, i en
aquel neto no podia haberla. ese acto fué un abuso, una iufraccion
de la Constitucion.
Pero no los indultó simplemente para sacarlos
de la cárcel; los indultó para colocarias en puestos' honrosos en las
Secretarías
del Despacho; para que sostuyiesen con sus plumas al
Gobierno. o mas bien para que ejerciesen contra los hombres distinguidos del partido que la Administracioll perseguia. el oficio que
abrazaron en el A/acran; i confi" últimamente li 11110 de ellos el
empleo de Redactor de III Gaceta Oficial. que es el órgano del Gobierno.
Es decir, que la Administraeion juzgó que los hombres
que comprendian i podian presentar mejor al público las doctrinas
que ella sigue eran los Editores del Alacran, los únicos quizá que
en la América se han atrevido a presentarse como los apóstoles del'
comunismo; del comunismo que es la doctrina del robo aplicada a
todas las propiedades, la pTllscripcion del matrimonio, la comuni.
dad de las mujeres, la destruccion de la familia, en una palabra, el
estado de los brutos sustituido al estado de la sociedad civilizada.
Esta conducta de la Administracion Loi>ez quiere decir que ella
acepta i patrocina esas doctrinas, que ella fomenta a los qne las
propagan; i si no quiere decir esto, querrá decir que la Admillis.
traeion no sabe lo que hace, que obra al ncaso, sin )lInn i ~in fin.
15'
PelO (le~graciadamcntc no cs esto]o que parece mas probable
cuundo se le ve arrojar con obstinaeion de los puestos públicos a
los homhres roas benemeritos, mas intelijentes, i mas honrados, e ir
a buscar en las prisiones públicas a los sectarios del comunismo
para reemplazarlos.
Todos los granadinos conocen la existencia de la Sociedad
democriltica de Bogotá, quc dirijen lo>;Editores del Alacran i otros
j6H?1lt s amigos i compuñeros de estos; nádie ignora ya en esta
ciudu(~ qué doctrinas de relijion, de morul i de política se han propagad:) en aqueIJ[1 sociedad; los individuos que escandalizados la
han abandonado, han dicho lo suficiente para juzgarla; i si sus
doctri:¡as fuelUn toda"ía un secreto, las doctrinas conocidas de sus
directores serian ulla clave segura para juzgar dc ellas.
Este,
club, que mantienc cn alarma a los propietarios, a los hombres
relijiosos, i ::t la sociedad en jencral, ha visto al Presidcnte de 111
RepÚblica ir a solicitar un asiento en sus IHmcas, i a contraer los
compromisos que ligall a ~us miembros.
La República enlera está
viendo l\ los ajentes del Poder Ejecutivo afanados en formar en
todas partes clubs semejantes. que rtciban las inspiraciones, i propaguen en laR masas las doctrinas que se han inculcado en la Democràtica de Bogot:i. Esta no es ma~ que una imitacion de lo
que el partido rojo ha hecho en Francia.
Si ci medio es aquí tan
eficaz como aná, 110 tardará mucho ticmpo en que se quite la máscara, i pregonc en Plíblico sus doctrinas como las pregona allá.
En esta sociedad se incorporan de grado o por fuerza los ajentes del Poder Ejecutivo i los jueces rojos; formando de esta maIlera una p¡mclilla fuertemente organizada i hóstil al resto de la
sociedad.
El primer resultado de semcjante asociacíon debe ser la
impunidad de los delitos de todos sus nliembros, i una parcialidad
funesta en todos los negocios.
Los periódicos han presentado al
público una multitud de hechos escandalosos de esta naturaleza, i
seria fácil añadir otros muchos, aunque la mayor parte de e808
actos queden forzosamente sepultados en ci sijilo de los que los
cometen i ocultan.
Pela no es nece~ario ocnrrir a hechos particulares para reconocer i demostrar la inmoralidad profunda que semejante pandillaje envuelve. ¿Podrá haber imparcialidad, justicia.
rectitud, cuando el alla majistrado, el jefe de policía, el juez. el
fiscal, el ajente subalterno, i hasta el tíltimo esbirro del Poder hul'en alianza especial, i contraen estrechos vínculos de mútua proteccion i ayuda con unos pocos ciudadanos, que pretenùen sobreponerse a los demas? ¿El roajistrado que olvidando su puesto \"a a
enrolarse cr. una pandilla semejanle, mantendrá su posicion, oirecel á garantías cie impareialidad i rectilud? ¿ Podrán los ciudadanos
que no pertenecen n esa asociacion esperar seguridad i justicia en
16
competenl'ía con lo~ hombres de e!a conf.-aterni,laù? ¿Qué \"Ï('ne a
5er una ~ociedad en que el majistrado i el juez ~e avan<!¡ilan pot
medio de jurarnento~ i de compromisoe con unos pocos individuos,
entre los cuales hai algunos que inspiran fundadas alarmas al resto
de los ciudadano~?
Como los arte~anos honrados, que han comprendido a donde
tienden e~os clubs, no quieren enrolarse en ell,,~; el partido wjo ha
querido compelerlos d air sus sermone~; i al efecto ha hecho una
leí que dispone, que los guardias nacionales reciban una leccion
todos los dias en que haya ejercicio doctrinal.
Este punto cs inagotable, pero es forzoso que lo ùejemos para
presentElr otro !:techo de naturaleza diferente; pero que demuestra
la misllla tendencia.
Jçn las vísperas de la arbitraria espulsion de los je~uítas varias
notabilidades rojas, entre ellas el señor Obald;a, candiùato rojo para
la Vicepresidencia,
el señor Lombana Rector de la Universidad,
i varios Di ¡Jotados rojos, se acuartelllron en la sala de grados de la
Uniyersidlld con algunos estudiantes.
En aquella reuniun se qui~o
dar una prueba del sentimiento moral, i del "splritu de tolerancia
i de fraternidad que ]08 anima; i pasaron una parte de la oncLe
rompiendo a pedradas los vidrios de las ventanas del Representante
conEervador doctllr José María Malo, que habita al frente de la Silla
de gnHlo~.
No teniendo a la mano una persona vi\'a en quien ejercer
aquellos sentimientos, se ocuparon en ensayar algunas operaciones
en ./os retratos, como el cirujano ejercita su destreza sobre los ea.
dáveres; asesinaron los retratos del seilO! Vicepresidente de la República doctor Rutino Cuervo, i del doctor :'Ilariano Ospina, les
cortaban la mano. les sacaban los ojos, i la operacion se celebraba
con acendrado jÚbilo. A este hecho no le cabe comentario.
No
liabemos si el Vicepresidente presunto i el Rector actual tomaron
parte Il<'tiva en estas ha7.uñas, pero el que las presenciaran bastaria
pnfa la responsahilidad moral.
Cuando se supo que el señor Eusebio Caro, era uno de los
Editores de La Civili::acioll, un alto funcionario cnfurecido publicó
el libelo cnluronioso mas soez que ha visto la luz púhlica en América (aun inclu~o El Alacran), no contra ci señor Caro, sino contra
respetables matronas de su familia; la publicacion se hizo en la
imprenta de uno de 108 Ministros, i distribuyó el libelo un Jefe
militar de la íntima privanza dol Gobierno i cmpleado cn su servicio. Jamu8 en este ¡¡ai:! se habia visto, i esperamos que no se
verá nunCR mal!, un acto de inmoralidad i cinismo semejante.
"I.
17
:Libertad de imprenta.
Se ha hablado mucho de Iíbert3d de imprenta en estos diaB,
i se ha pondel'lrlo el liberalismo delGolJienlO en esta materia.
La
liberalidad estrib, scgull se dice por los escritol es del ~linisterio,
en tres puntos: l." que el P. 1<:.propuoo al Congreso U:l proyecto de I
lei para que no se castiguen los delitos cometidos cOlltrd la sociedad
i contra la reli;ion por media de la imprenta; 2.° que no ha acu~lIdo'
los escritos en que se han publicado los errares, faltas i delitos de
los altus fUllcionarios; i 3." que DO ha atacado por la fuerza a los
escritores publicas.
Lo primero no es un acta de liberalismo, Bina un acta de in- \
moralidad; la impunidad de lOB delitos produce necesariamente la
corrupcion de la sociedad, Ia inseguridad pública, la anarquia, i 111
destrueeion de la libertad.
En los E~tados Unidos. en la Inglaterra i ('n los demas paises libres. en que existe i se respeta la verùadera lilJertad de imprcnta, no ha habido persona Il quien se le
ocurra la idea inmoral i amírquica de l'roponer la impunidad de los
delitos como un medio de libertad.
El no acusar un escrito en que se denuncia un delito cometido
por u, funcionario públíco, tampoco prueba liberalismo; esto mas
bien probará cinismo, falta de pundonor en el majistrado tachado
de delincuente.
Hai un pais en que se aprecia mucho la libertad
de imprenta, i en el cual ha existid'o una disposieion a virtud de la
cual, el empleado acusado por la imprenta de haber cometido un
delito en ejercicio de sus funciones, que no acuse el impreso, queda
suspendido de su empleo, i pasado cierto tiempo queùa removido.
Que el Poder I<:jecutivo nu haya atacado por la fuerza a los
escritores de la oposicion. es decir qu~ no baya enviado fuerza armada a romper las imprentas, i a matar o aprisionar a los escrito.
res, no se puede alegar decentemente como una prueba de libera·
lismo.
El Poder Ejecutivo no tiene el mas mínimo derecho para
hacer semejante cosa. El hacerla sCl;a un delito igual. i nun mayor, que el que comete un salteador de caminos, flue asalta. despoja. mata o maltrata al caminante.
El insinuar no mas, como
una cosa laudable, que el Poder Ejecutivo no ha cometido aquel
delito, cs una cosa indigna i vergonzosa, porque tal insinuacion da
a entender que 108 que ejercen aquel poder, son capaces de cometcr el crímen, i que cs por un esfuerzo de ánimo que 110 lo han
ejecutado.
Pero si el Poder Ejecutivo no ha enviado fuerza armada 8
matar a los escritores pÚblicos, SUd empleados, los hombres que
gozan de su privanza, han hecho cmas que si no equivalen a aque110, son algo peores. Dos emple ••.'os E'nlas Secretarias del Despacho
del Poder Ejecutivo, han :Uevado rù Editor de El Dia al campo
2
IS
eon el ¡¡rete sto de ur. ùuelo, i faltanùo indignamente a lus reglulI
que el honor tiene establecidas, ejecutaron en él un ¡lctO, que los
hombres de honor llamarán siempre un asesinato.
¿I quién ignolll
las provocaciones, las amenazas, i las acechanzas que empleados
del Podcr Ejecutivo han dirijido al señor Caro?
Al empezar no mas la oposicion, ei periódico ministerial, quc
segun la voz pública, redacta el jefe del Ministerio, dirijió umenazas de muerte a los escritores que tenian la audacia de hacer oposicion; propaláronse contra ellos insolentu brabat81'; i loa empleados dei Poder Ejecutivo parece que dejaron a un lado lOBnegocios
de sus oficinas para escribir libelol difllmándololl.
LaB amenazas
han continuado; i el público ha "isto con vergÜenza, como un
escritúr de la oposicion. que lIeTa al cuello un brazo roto por una
büla ministerial, fué atacado por una partida que capitaneaba una
mujer, cuyas circunstanciall i relacionell oos obliga el decoro a
callar.
Para que haya libertad de imprenta lo que se necesita sobre
todo es que haya quien castigue a los que la atacan; i eso desgrnciadamente no lo hai h:¡i en la Nueva Granada.
Se neccsita que
huyu juradoe independiente&; que haya seguridad de que 108 jurados DU lion designados por un miembro de alguna pandilla.
Con
UDa asociacion como III Sociedad Democrática, en cuya confraternidad entran altoll majistrados, fiecales i jueces ¿podrá haber csa
independencia, csa seguridad?
Lo que acaba de suceder con el
señor Caro Ciluna respuesta perentoria 8 esta pregunta.
}.os que
han visto en LA CIVILIZACION la repreaentac.on que con motivo del
jurado del &eñor Cardenas dirijió al Gobernador de esta provincia,
pidiendo seguridad, i llepan que pot eea solicitud se Je ha enviadu
a la cárcel, i ee le llmeDaza con el presidio, juzgarán lo que signi.
fica aquí la libertad de imprenta.
Pero despucB de todo esto basta saber que, el 21 de Mayo
último, el Gobernador de Bogotá ha publicado un bando en que
dcclara: que todo el que profiera espresiones que tiendan a hacer
aparecer en el público como odiosa alguna órden o providencia del
Gobierno, será inmediatamente arrestado; i que esta contravencion
será castigada CODmulta, i con arresto de tres a veinte dias, sin
pcrjuicio del juzgamiento i castigo judicial, es decir: que todo el
que censure un acto del Gobierno sufI irá multa i arresto quc le
impondrá el Gobernador, aunque el jurado lo declale inocente.
Este bunda hizo callar la imprenta independiente, i no podia ser
de otra manera. Nunca jamas en este pais se habia atacado de una
manera mas directa i mas arbitlaria la libertad de imprenta garan·
tida por la Constitucion.
Un Diputado independiente pidió que la
Cámara de Represcntantes tomase conocimiento dcl atentado pa •.~
19
reprimirIo; ¡la mayoría roja que domina en la Cámara aprobó el
golpe dado a la libertad de imprenta i a las garantías individuales;
i conSllmQ con este voto la destl'uccion ~~.libertad
preciosa que
~s la garantía de todas las libertades.
'
Garantías individuales.
Desde que tomó las riendas del Gobierno el actual Presidente,
el partido exaltado que se propuso haced o instrumeuto de sus pa.
siones, proclamó: que la libertad í las garantías debíall ser el ue~e.
l'ho de los vencedores, !lOel dc los vcucidos (ellós er<l'l Ills vellù··
dores); i este principio de su política no los hu abanJlJuuJo. ,\ nues
del m~s último, cuando el Poder Ejecutivo hacia Ull alarde de la
fuerza pública para provocar o l\tern\r ai pueblo. que llillgUIl aelo
de resistencia ni de sedicion oponía; «lgunos dipll:ados. órgallos
del POd!:'l'Ejecutivo i de la mayoría roja en la CÍllllara de Representantes, ostentando su satísfaccion porque e¡,ta!mn Iífil,!dos los
puíiales i hs lanzas, preparados los fusiles i cargadus hasta ia boca
d~ metralla los cañones, para estel minar ei honrado J>uebln de la
capital, que no está ufiliado cn la DemOC1'ÚÛCI1, dccían a los diputados conservadores: "que si tenian todavia algunas garantías, (es
decir,que ~i no los habian ahorcado) esto no t:ra mas qùe un acto
<lepll1'A J~OlIidad,
que ellos, los rojos, que t~ni¡¡n la fuena pública a ;súdii'poaicion, habían querido otorgarles, i que ya estaban
cansados de ello,"
¡Singl1lariumunidad
la que g'ozan lu¡¡ Diput¡¡.
dos que no entl'egan su 'loto al Puder Eje<:utivo! E!l un país l.:n que
los Diputadc~ !lO ticncII mas seguridad que la que quie,r~ otorgurlell
la jcnerosidad dd Poder Ejcet!l!\'o o de otro poder cualquiera, allí
no hai gobierno representatIvo,
all:!lo puede haber Ebertad.
Si
las personas de los Diputados no gozan de a!glltLa Eegmi,(a¡[ Sill!)
porque así lo quiere la jenerosidad de atgu!lo~ ~lljeto~ ¿ ld,mi li',er-·
tad, habrá s,çg~ridad, hablá garantías para los deulIls cilldada:IOÛ
, " Les IlCt08 ejecutados ell todas partes. COll lJS grlllladino6 qúe
no ~st~u ellrttl~dels.~n eEilSpalldiilas, que losajentcs uel POd~I'Eje:
cutlVO furman I dlrlJen contra ei re6to de la socledaù, con el nom.
bre de Socied!ldes D<:mocráticas, prueban que ias g'¡mntí"s indivi.
duales estall enteram:::nte a merced de los :¡jélllc,; dé: Ejecutivo.
Los periódicos de la oposicion han consignado lus l¡tClltlldos impu.
nemente cometido,; en ias personas de los señores SilllOn l';tnlenlls,
Garc!<I Ramirez, Moncada, Ortiz, i otros muchos, los intentos de
asesinato en lall personas del Jeneral Mosquera, del seÎ\OI Julio
Arboleda,dcl seúorPreile í de otras personas distinguidas, por miembros de e~os clubs pervertidos.
:::0
Eu et'ta eillùutl se ha vj~to <jue al reunil'~e un jurado Je imprenta que \la sc: COIT,po\lia de r<)jG~, c~tos se han atumultuado,
han
estorbado
ci acto, han irre~petado
i 'desobedecido
al juez,
i este se
ha v¡,to obligado' a renunciar
para no sârir
mas vejaciones.
Esos
atentados
han qneclallo impuni¿os;
al juc;¿ que daba garantías
ha
sucediJu
UII juez rojo,
I'<'ro dejundo
los ataques particulares
hechos a las garant ias
indi\'idJales
ejecuta(lo:;
,:il'eetamente
pvr los ajentes del Poder Ejecutivo, o por medic llc sus cofrade,
de las Dellloëráticus,
citaremos
al3'unos de 1(l8 atentadus jenerules.
El dia 21 de f't:bn:, () uno de los ajenres dcl Podcr Ejccutivo
ell esta capital c"'p¡Jiú u:] dec!cto, cuyu artículo
;Jo. decia:
':Los uH!llcillliados
ajt..ntt·:-; {;uiduuíu de ùHr t'!41'ieto i ri2"uroso
('ul/,plimi('!Jto
a lú 'llll' ;:;,'disp'Jne en e8La I'~SOIUC¡OIl,l'II rodilla (:îlldatl;
i t'Hl;¡, 1I110 ,.1" l'1IC1",("I"'<:i"hul'nte
en 1'1 di,lrito J.>arrnquilll ('uyn polil'Ía le está erwargaLla, dd'Í('udo
respetnr
lu Constitueion
i las j¡'yes en
ln,.; ('0'0"; I'n '1111' la !Irjl'ncin dp. JIl I1Icdiùu 'lue rlf'ba odoptarse
l'ara el
¡,¡rn di, !od"s 11,1lo IlPnnitan, i obrando di,crel'ionalrn('nte
cuando ",cu
illdisp(,llsnhlt'
para o!'vi'lr cua1'lui"n! dificultad
que oponert'e pueda Il
,ahar la provincia dI' la innl,ion
i )Jl'ogrl'sos de la qJitlcHlia Je! CÚ!era
que r:fJ~ 31ueLaI.H.,"
E~te dC<.:rt:to fLlé cOllluni<.:ado a las autoridudes
subalternu8,
i
solemnelliel.te
prolllulgadu,
i puesto cn ejecucion,
sin que el Poder
Ejecutivo,
a euyo conocimiento
ùebió llegar fürzosamente,
dijese
una palabra
sob! e He artíeul,o, que proclama
la dictadura,
i suspende, a \'olulltad
de los ajentcs de aquel poder,
la Constitucion
i
la~ leyes.
!\o hai ni puede haber
ell la R~pública
funcionario
niuguno
que te liga facultad para suspender
la Constltucicn
i las
leycs,
pues si lo hubiera
ese fUllciollario seria un dictador;
i en
doude existe
un dictador,
no hai República,
no hai Constitucion,
no hai libertad;
no hai mas que el peder absoluto
CIl toùa su funesta
pUf(~"-a, 110 hai mas que la e,<:lavitud política sin garantia
i
sin dl1('('ho alguno.
La8 autori,lades
d" policia pueden, por el artículu 3G de la lei ;i,", parte 3" tratadu
1.0 Recopilacion
Granadina,
en casos estraonlinarios,
como en los de incendio,
epidemia,
alborotos, i otros semejantes
espedir
bandos
transitorios,
en que dispongan lo que estimen
necebario,
pcro COIl tal de
no sea contrario a las Jc\'es.
El 21 dè Mayo
último el Gobernador
de esta provincia
espidiú Ull decreto que dice:"Art.
1.0 Prohíbesc
todll reunion, quo sea o pase ùe diez persollll~ en parajes pÚblico., cun esel')lcíoll dn las eorporaeioncs
establ"eiúas l'or las leyes pUl'll la adlllinbtrllcioll
pública i de IllS cuerpos mi-
q,1e
litalt·~.
".\1'1.
2.° Todo el que profiora
esprcsioncs
que puedan
producir
21
IIlg'ln trastorn'} (le] órd"ll; yft spa qllP ('lias ti¡inr)fin a }¡ncpr aplITeCer
en 1,1 I'Ùhlico COTllO odio~a algunll órclAllo,pro,.idencill del GO\ljprno
o ¡neitl'n Il ~u de"oberler:imil'llto dirr1ct~ o i!'idirc¡:tam",ltp, sorá inmedilltanll'ntl' arre~tarlo i puesto fi la dis}losicion del jU('z ('ompl'tPnte
para su juzga miento i castigo.
"Art. 3.· Las contravcncionE's al pf(~sentp dperl'to serán castigarias con multas de tres a ""into peso:; i nrrestos de UW) a veinte dias,
segun la grlivedac\ de las faltas, i sin lJl'l:juieio de las pcnas impul'stas
pOI' lus leyes, ~i Ins tienen seîíaladas los hechos con que se cOIllctiE're
la eontravPllc.:ion."
~egun el tenor de este bárharo decreto todos los derechos;
todas las garantías hnn quedado anuladas. Si e" la libertad reljjio.
sa. ella no puede existir si es Plohihido q\le diez (I mas personas se
reunau en el templo a asistir al sacrificio de la misa, a hacer sus
ejercicios de piedad, a oil' la predicacion del Evanjelio. El ejercicio
del ¡;acerdocioqueda anulado, porque si el sacerdote no pueùe l'eu.
nil' diez o mas personas para instruidas en la rclijion, i para predi.
carIes la moral ¿cóm,' J>odr:i mantenerse la i ,struccion J'elijiosa?
¿QUl' ser:í la libertad de ind¡¡¡:tria si no puede tenerse ni un merca.
do, pu('sto q\le p>na e1\o <'s necesario que se r"unan en un paraje
púhlico diez o mns personas, cosa que ci decreto prohibe? ~Plll'de
d,\rse mayor opresion. mayor tirania que la de una autoridad que
no permite a los ciudadanos el que puedan rl'uoirEe siquiera en una
plaza, en una calle. en \ln camino, en un templo, para los innume.
rabIes objetos que en la sociedad exijen la reunion de las persmH's?
Merece Ifotarse que al mismo tiempo que se amenaznba con mul.
tas i prisiones il los ciudadanos que intentaran conversar siquiera
en número de diez, los mie.llhros ele la ])nlllocnítica recorrian las
calles en grand"s grupos, ostentando la i¡,mllllirl.ld de c¡up gozan,
porque esos actos de la dictadura no los c{)mlm~[)d('n a ellno, como
que son los cofrades de los díctad(.rcs, () el cuerpo mismo dc la
dIctadura.
Desde que en nn país es prohioido censurar los actos de los
funcionarios p,íolicos en "se pais no hai lihertad, ni cosa que lo
parezca; i esa ¡Jtohibicion es ciar" i terminante en el r.rtículo 2.0
del dcereto que hemos copiado. Es una ironia. un sarca_mo hablar
de libertad, de seguridad i de g:mmtías en donde hai maistn.dos
que abrogándose un poder dietatorio ordenan el silencio; i en donde semejante atentado en vez de encontrar en la mayoría de los
Representantes fiscales firmes i sevelos que lo repriman, no encuentra sino cómplices del ejecutor que lo ~rruehan i aplauden.
Los nombres de los Representantes
que semejante conducta han
observado, debe conservarlos la historia, para que de jeneracioll ('n
jeneracion recibnn el tributo de reprobacion i dl' desprecio que Sil
debilidad o su conspiracíon cspontállea contra la libertad mCI eecn.
22
1.1\
República 'entera acaba de ver Ia violacion mas cllpricho.a
i patente de las garantías individuales en las personas de los padres
jcsuitas. Estos sujetos, llamados por el Gobierno a la Kueva Granada, bajo la garantía de la fé pÚblica del mismo Gobierno, despues tie haber sido aceptados i reconocidos por el Congreso de la
Nacion, que votó varios años consecuti\'ùs las sumas pedidas por
el Poùer Ejecutivo para pagar la subsistencia que se les habia ofrecido a los que estaban cons¡¡grados a la enseÍlanza en los colejios
de misiones, o a la reduccion de los salvaje3 en las selvas, estos su~
jetas modelos de \'irtud i de sumision a la lei, son asaltados en sus
casas, arrancados de ellas, i conducidos indignamente en calidad \
de presos, p.'\ra lanzarios fuera del país ¿i por qué? porque la Camarilla lo quiso; porque la Socieùad Democrática
lo pidió.
En
estas sacerdotes se han violado todas las promesas de proteccion i
de seguridad hechas a lOB estranjeros; todos los principios de tolerancia con tanto ardor proclamados; los derechos imprescriptibles.
de los padres de familia para elejir los maestros de sus hijos; los
derechos sagrados de los católicos para tener la predicacion i In
enseñanza relijiosa de los sacerdotes calificados i autorizados por la
Iglesia; los derechos de que todo hombre homadogoza
en cuantos
países libres hai en el mundo.
En estos sacerdotes i profesores se
ha proscrito la enseñanza eatÔlica, la libertad de la conciencia, i la
libertad de la instruccion.
Con su arbitrario destierro se ha insultado la opinion p(lblica, se ha provocado la indignacion de los pueblos. No ha podido acusárseles de ningun delito, ni de la mas leve
falta, se les persigue inocentes, e inocentes se les castiga. Su proscripcion ha hecho cesar la seguridad individual de todos los habi.
tantes de este país, nacionales i estnllljeros; porque si el Poder ,
Ejecutivo ha podido declarar vijwte el acto tiránico de proscripcion
del Rei Carlr>s III contra los jesuitaE', i ejecutado por encima de la
Constitucio!l ¿por qué no podrá suponer vijente cualquiera otro
acto de tiranía i de prosclÏpcion de los innumerables que ejecutaron
1M, H€'yes absolutos de España, i aplicarlo por encima de la Constitueion. Il cualquier granadino o estranjero a quie¡ se le antoje
per-"~n;r?
La espantosa tiranía de aqucJ10s Rcyes se ha desplonl~d,) t:,eLl cnlll'n
~¡)bre la RepÚblica con cI acto arbitrario que.
""'j:;~
,ir •.¡en:: l'S,', La ('usa es evidente; el Poder Ejecutivo E'e ha
l'b'llgado e! derecho lie declarar que están vijentes i que son leyes
de ia República los actos de tiranía i de proscripcion de los déspota~ españoles; se ha abrogado ademas el derecho de ejecutados
¿~uó le falta pues, para estar en posesion de la misma tiranía que
aque))oll ejercièron?
23
:tnttacelon de la C::onstitucion.
Muchos de los actos que hemos examinado envuelven ana
infraccion de la Constitucion, i en el mismo caso se hallan obol
varic.s de los qùe examinarémos en los capítulos siguientes; sin
embargo hemos dado a este el título que lleva, porque no se nOi
ocurrió otro mas propio ..
La lei que creó el Tribunal de Cuentas declaró terminantemente, que este es nn Tribunal civil entre el Erario i sus responsables, i que los miembros de ese Tribunalllon jueces. El artículo
130 de la Constitucion dice: "Los Ministros ijueces de CUALESQUIERA
Tribunales ijuzgados no podrán ser suspendidos de sus
destinos, s.ino por acusacion legalmente Ílltentada i admitida, ni DE.
PUESTOS
sino por una sentencia jNdicial con arreglo a las leyes."
Es pues tan claro como la luz del medio dia que los jueces
del Tribunal de Cuentas, no pueden ser depuestos sino por sentencia judicÎ<ll. Sin embargo la Admiuistracion Lopez ha depuesto a
la maYtJr parte de los jueces de cuentas arbitraria i caprichosamen.
te, despreciando las representacionei
fundadas que se le hicieron.
Es pues tan claro como la luz del medio dia que el P. E. a sabiendas
quel¡rantó el artículo 130 de la Constitucion.
¿Qué motivos alegó
para infrinjir así la Comtitucion?-Ninguno;
absolutamente ninguno.
No tachó a ias jucces de ineptos ni de ninguna falta; los depuso
para llenar varias judicaturas con miembros de la Sociedad DemoI'rtltica.
El Poder Judicial, cuya inviolabilidad es una circunstancia
precisa e indispensable para que los ciudadanos puedan tener seguridad, no eolo ha sido atacado con el becho referido, sino que últi.
mamente acaba de ser violado, infrinjiéndcse de una manera igualmente terminante el mismo artículo 130 de la Constitucion.
En
esta vez no ha sido ti Poder Ejecutivo el único infractor, la infraecion se ha hecho juntamente
por el Poder Ejecutivo i por las mayorías rojas de las Cámaras Lt'jislativasa, II pesar de la oposicion
de los conservadores.
El cuerpo del delito es el artículo 1.° de la
lei de :) del corriente, que dice:
"Art. l.0 Las Asambleas electorales procederán en su próxima
reunion a hacer el nombramiento de los .Jueces letrados de circuito
quo no han sirlo nombmdos conforme al artículo 1.0 de la lei de 13 de
,r unía de 1849, aunque dichos Jueces no hayan eumplido el período
para quefueroll nombrado,•."
El artículo 102 de la Constitueion dIce: "Son atribuciones esdllsivas del Poder Ejerutivo: 5." Nombrar con previo consentimiento
del Senado los .Jenerales, jefes i oficiales del ejército i marina de.•de
teniente coronel inclusive hasta el mas alto empleo: 6." Nombrar los
áenlllsA'fesi ofiriule3 del I'Frcito i JllI/l'iult.
Siendo cstas facul~ade!
24
QclueivQB del Poder Ejecutivo es evidente que ni el Congreso, ni
otra ninguna autoridad pueden nombrar jefes i oficiales; i lo es
igualmente que cualquiera lei que diga lo contrario es evidentemente inconstitucional.
el presente año han salido varios actos
lejislativos haciendo jefes i oficiales a individuos que habiendo renunciado el empleo militar que tuvieron. eran simples par.ticulares
lin ningun carácter militar. Esos actoslejislll.tivos son otras tantas
infracciones de la Constitucion.
En
-
aemoclODel.
Tiene el Poder Ejecutivo la facultad de remover a todos los
empleados de su dependencia; facultad que como todas las demas
le le han dado para atender al buen servicio público. Siempre que
use de aquella atribucion eon cualquier otro fin, falta a su deber, i
Ile hace indigno de la coofianJa de la Nacian. No hai en el código
penal pena señalada a este abu,o; i por consiguiente toca a la opinion
pública castigarIa. El partido que se llama liberal tanto rojo como
moderado ha profesado como un principio suyo hasta el 7 de Marzo
de 1849, que es un abuso escandaloso, una violencia detestable remover a un empleado honrado solo porque no tiene las mismas opiniones políticas que el Poder Ejecutivo.
En los escritos de sus
hombres mas ilustrados, en los act08 de sus proDunciamientos en
1840, en sus peri6dicos de todos 108 tiempos, han consignado eate
principio; pero apénllll llegan al poder hacen precisamente todo lo
contrario de lo que habian estado repitiendo dorante doce años.
Esto prueba evidentemente que la fraccion violenta de ese partido
que domina, no tiene ni principias ni buena fé; i que proclama
ciertas ideas para engañar solamente.
Es justo decir que los moderados, como el doctor Ezequiel
Rojas i algunos otros, han improbado esa conducta esclu~ivista i
perseguidora; i es precisamente por esto, que esa fraccion del partido ba sido echada a un lado con dellprecio por el circulo violento
que domina.
'
,
Seria una tarea inacabable el presentar todos lo!! actos de remociones que han tenido lugar, sin gtro motivo que el de colocar
a algun individuo que tenia la recomendacion de haber sido traidor
i rebelde, esgrimido el puñ'61 el 7 de Marzo. o pertenecer a un club
democnítico.
Hombres notoriamente hjlnrados i patriotas, inteH.
jentes i laboriosos. versados en los negocios i cargados de mereci.
mientas han sido en todas partes despojados, sin lllegar el mas lijerá }lretesto para ello; i en su lugar se han eoloead0 las mas veces
hombres ineptos, sin reputaeion i sin merecimientos.
Un cuadro
l:ompl\rativo bien esnctn de los removidos i de los nombrados seria
2;j
una prUf~~)aperentoria e ilTecusable, de que el Poder Ej.ccutivo actual pel'si!!,'ueel ~aber. el patriotismo, la honrudcz iel merecimiento;
i premia el deino, a¡re:lta el vicio, i fomenta It! inmoralidad i la
corrupcion
Dna de las remociones que mayor csc;ínflalo ('ausMon, fué la
d,,¡ henemérito Jcneral Hcrr,m, ~liniAr0 diplo11,¡'itico en los Esta.
dos Unidos,
Todo el muudo ticne presente qt:e en la ominm,a
época de la rehe1ion de l8·10, ('uando la inclignacioll pÚblica, tan
justamente
cX'lltada contra los autores de los lOales que la H.cl)Úblif'a sufria, recLlluaha ju,ticia contra ellos, cl.Jencral Herran constituyéndo:;c Sil ánjel tu\vbr. solo dauw.ba clemencia, perdon, i
oh'ido para todos los ddittl" de aqm'llos hon¡vH'''; que "e atrajo la
iruprobacion i el enojo de la mayoI'm de la !tacion pur los escesos
de su bondad i de su protcccion pam ('un los facciusos; en fin, que
la mayor parte de los hombres que hoi dominan, i entre ellos el
doctor Mmillo. le deben la vida, i el completo perdon de sus faltas.
Agréguese a est(l que e¡.Jeneral Herran estaba ceupado en arreglar
e(ncgocio Illas dehcudo e import.ante que la República tenia entre
manos, el asegurar pOT la rnti!icacion de un tratado el dominio de
la Repú\¡lica ell el Istmo de Panam:l, i la construccion de un ferrocarril al trave~ de él. con capitales estrunjeros; en lo cual acahaba
de obtener el mas fcliz éXito; que otra per¡,ona de ménos respetabilidad i cela por el progreso de la ~acion, acaso no huhiera obte.
nido.
8ualquiera hombre siquiera medianamente
justo. hall! ia
creido que los hombres que le debían la vida, í en cuyo favor había
trahajado con tanta je'lerosidad, e~tal'ian dispuestos a darle esplén.
didas pruebas de su reconocimiento; pero uno de los primeros actos
que salieron ele la Secrdana del seÍl"r :Murillo fué Ja remocion de
su magnánimo sah·udor. rcvcstida dc todas las circunrtaneias
que
podian hacerla mils insultante i of-=nsinl. Pretendj() luego hacer
creer, que aquel dcsinteresado ciudadano ('staba cubierto de toùu~
sus sueldos con anticipacíon; i se e,,[orzõ Cil desmentir las pruebas
oficiales con que le demostraron lo contrarío.
Hoi mismo despues
de mas de un aÍIO de sn destitucion, todavia \1U le hall cubierto lo
que tan honrosamente de\,('ng(¡.
La remotion del seÎÍor Caro llamó tamhien de una manela
notable la 8tencion p6iJlic'l, P')¡' las cjrClln~tallcias que la acompañaron; i sobre todo por el célebre dicílugo, cn que el señor Muriilo
hizo tantas i tan curiosas cOllfesiouc"
l\ll1chas de la~ rflllOe!ones han tenido la circunstancia notable
de haber sido decretadas a virtud de intimacion pÚhlica de la Sociedad denrocráti,·,1.
Otras son célebres l'0"que sc "(·r;fi.eahnll a
renglolt seguiJo de I"" pl'otestas c"pont<Ílleas Illas (,sprf~sas de que
no tendriall Jugar, protcstas hechas ya pUl' el Presldcnte ya por los
26
Secretario!.
Ultimamente se ha visto remover a sujetos hamada!§.
ùe lo~ beneméritos del año de 10, que habian pertenecido siempre
Hl partido libelal moderado, 8010 l'orque alguna mujer de su familia
firmó la representacion pidiendo que no se atropellasen las garan.
t:a8 d"Hcrrando a los Padres Jesuitas.
(~::,d:lblll todavia cuatro o seis empleados
en las Secretarías
tic> ];lS CÜJll¡¡raS
que no sun rojos, pero sí lIlui honrados, capaces i
v~rsadus en lús negocios; pues para removerias se acaba de es pedir
\Ina lei, <¡ue es uno de lOB actos mas absurdos, que han salido de
las Cámaras rojas de 1850. ¡Una lci. i una lei disparatada solo
para remover cuatro empleados ~uba1ternos honrados i laboriosos!
Provocaciones.
Cno de los cargos mas graves que se han hecho a la Admi.
nistracion del 7 de Marzo es el de que,en vez de procurar la paz i el
reposo público, ha hecho culpables esfuerzos para que se turbe, ya
por medio de sus ajentes oficiales, ya de los cl'.lbs democráticos, que
si no son ajentes suyos legales, sí lo son ilegales; pues se componen
en gran parte de sus elIlpleados, son dir ijidos por los funcionarias
!Júblicos de Sil privanza, i cuentan entre sus cofrades a los micm.
bros mismos de la AdministraclOn.
En el número 683 de El Dia, i en otros periódicos se ban publicado los hechos ocurridos en el:lta ciudad entre el Gobernador
Jeneral .Mantilla, i los ciudadanos Espejo, Cediel, Cristancho, i
Pose.
Deben tenerse presentes para juzgar en este punto dos
cosas: que el señor MaDtilla es liDOde los mentores de la Adminis.
tracioD, i que la imprenta no ha publicado sino unos pocos de los
hechos ocurridos.
El Gobernador des pues de hacer comparecer
en su despacho i de reconvenir a cada uno de aquellos sujetos, por
que concurrian a la Sociedad Popular, que no era del gusto de la
Admillistracion
i de la Democrática, pretendió intimidarias para
que ,e separaran de ella, o se enrolasen en la Democrática; tales
reconvenciones i tales intimidaciones eran delitos positivos sujetos
a pena legal.
Pero no era esto lo mas grave sino que se adelantó
a escitarJos a la rebelion, i a proponerJes los medios de que dcbian
usar para ello. Este acto de inmoralidad i de perñdia parecerá increiblc; él no habia tenido ejemplo en este pais; pero está confirmado por el testimonio público de sujetos probos i de notoria veracidad.
En ]a noche del lé de Enero de este año tuvo una de SllS
sesiones la Sociedad Popular. compuesta ya ent6nces de mas de
mil socios, cuyos nombres conoce el público, pucs corren impresos
en La Civilizacion.
Como la aesion se anunció pÚhlicamente i con
2i
anticipacion, lns autoridades públicas i el club democrático. qu~
<:omo hemos visto contiene li estns ~n su seno, hicieron preparati~
vos marciales corno para dar un combatc; se colocaron cañonee
ocultos en ciertos puntos. i se hicieron caner noticias (¡larmantes.
Cuando la ~ociedad estaba reunida ell el Coliseo discntiemlo tranquilamente las cuestiones puestas al órùen del dia; una parte de 109
democráticos armados con su arma favorita invadieron algunos
palcos i los pasadizos; i apro\'echando la primera frase que pareció
irregular en un discurso, dirijido a probar que los conservadore~
no deben sublevarse jamas. el Jefe p(,Jítico llamó al orden; el OlU·
dar se callÓ; i los democn)ticos que rodeaban 1\1 lIlajistrado de m
coufraternidad tlrorrumpieron cn gritus e insultos contra la nemerosa i respctable reunion, i turbaron hasta donde pudieron el ónlen,
Entónces uno de los que estaban cn los pasadizos desc"rgó lin trubl1co por encima de los que ocUpab(~ll sus asientos. i otro! muchos
salieron gritando que la Sodcdad se habia suble\"ado, i asesinado
al .Tefe político; algunos de los que quedar ou de observacian en el
Coliseo pretendieron persuadir al Presidente de la Sociedad que
levantase la SCSiOll.lo quc habria producido el movimiento de todos
los que estaban sentados, i esto se habria llamado tumulto.
En,
tretanto se movían las tropas; i los otros democráticos. que estaban
reunidos en la casa Consistorial armados. pedian sangre i cI esterminio de los miembros de la Popular,
Pero la provocaeion i todos
los preparativos quedaron sin efecto, porque la Sociedad continuó
tranquilamente su sesion hasta las once de la noche, sin hacel' caso
de los movimientos i provocacioncs.
Este resultado que seguramente
frustró alguo plan. que lie
habia creido infalible, produjo Ulla rabia inesplicable en el círculo
violento.
Al dia siguiente se rcunieron como ciento sesenta cm·
pIcados i democráticos en la galería de la casa consistorial. capita.
'; neados por el Gobernador Mantilla; i desp\1cs de verter las mas
virulentas invectínts contra los amigos del órden. acordaron exijir
del Presidente de la República. la remocion de los cmpleados conservadores que quedasen, la pronta cspulsion de los Jesuit~s. iotros
escesos,
Todos comprendían que aquellas farsas insultante!', no
tenian mas objeto que provocar a los pacificas amigos del Órden fi
cua.lquiera demostracion qne k~ sirviese de pretesto para atacarias
con la fuerza armada; bajo la confianza de que estando preparados
los cuerpos vcteranos, i armados los democráticos seria cosa fácil
acuchillar a hombres pueifieos i dcsarmados. que no teniendo ningun pensamiento de sedicíon ni de resistencia. no est¡than preparados para combatir.
El pueblo hamada miró eón desprecio estas
provoeacioncs, i se burló de ellas.
Hechos semejantes han tenido lug"r cn Popayan, Cil Cali, el\
28
Buga i en otrOll lugares.
No nos detenemos a hacer la relllciondc
cada uno de ellos, p0rque se alargaría demasiado este êscrito; baste
saber que en todas partesttparece
la autoridad asociada al club
roju en estos escesos ..
Pero la mas patente e indisculpable de las provocaciones dirijidas al pueblo para lan¡¡;ar/o en la insurreccion, es la arbitraria espulsion de los Jesuítas.
La existencia de estos profesores i sacp.rdotes en la República es una necesidad reconocida i proclamada por
provincias enteras, que han demostrado al Gobierno: que no ticne
ningun derecho, ninguna fac:ultad para lanzarlos en el destierro; i
que los puclllos los neceaitan i los quieren.
Jamas se ha presentado en e~te pais una cuestion en que la voluntad popular se haya
mostr¡¡do mas espontánea, mas eapreaa, mas decidida, que en esta
de la conservacion de los Jesuítas en la República; i no podia ser
de otra manera cuando en e"a cuestíon estaban envueltas la lihertad de )a conciencia, la libertad de la enseñanza, i la conservacion
de las garantías indiviùu;lle~.
Sin los esfuerzos constantes que
todos 10H hombres influyentes del partido del órden han hecho, para
mantener la tranquilidad pública, ee mui difícil que el pueblo, tan
gravemente ofendiùo, c.omo ~e ha dicho, en lo mas delicado de SIlS
derechos i de sus sentimientos, hubiera podido refrenar su justa
indignacion.
:D18ccion880
Los homhres pacíficos amigos de la legalidad han 505ten:do
de la manera mas honrosa que contra los exesos del Poder no dl"
bían oponerse otras armas q!le la imprenta, i cI voto en las eleccio.
nes.
Pero este último n::.'urso legal ha sido desgraciadamente
violentado en muchos punt(}~ por la autoridad pública, asociada del
círculo violento con qUlCn f:C ha ligado.
Las eleccionf:s son el ùl·
timo recinto en que un ptwblo libre defiende legalmente SIlS dere.
chos contra el Poder que lo!' ataca; arrojado el pueblo por fa arbitrariedad de esta fortaleza sagrada, tiene que aceptar la esclavitud
o lanzarse en la insuTreceíon.
Por tanto, todos los hombres de
bien deben cooperar a impedir que los ajentes legales o ilegales del
Poder invadan las elecciones, matcn así la esperanzll del pueblo, i
coloquen la Nacion en la mas deplorable de las situaciones; en la
de tener que ocurrir al bárbaro medio de la fuerza para haceTl'e
jUl'ticia.
En el año pr()ximo pasado empezó la eampaña eleccionaria
con Ul)a publicltcion del Xinisterio, en que se pretendia probar que
en la Nueva Granada no dehe haber opo.icion en las Gimaras,
sino que estas deben e!'tar a disposicion dell\fiuistcrio,
i que es asÎ
29
•
como los negocios pÚblicos marchan bion. Esta doctrin~ de abyeccion que hasta en la boca de un esclavu seria repugmmte, parece
que fue bien recibida por una gran parte de los electores que en
lugar de Representantes enviaron a la~ Càm8ras cómitre¡ del Ministerio.
Entre los medios puestos en accion en 1849 por e] Poder para
anular la voluntad popular en las eJeC«ollcil figurall las amenazas a
los electores; las promesas de emplec,; i de cucañas; la invasion
dè las Asambleas por hombres que no podían scr electores; ]a
anulaeion ilegal de votos legales. i ot\,('5 semejantes.
Respecto de
los electores que tenían algun empleo se les intimó ]a remocion, i
Se llevó en algunas partes el exeso hasta amcnazar con la remocion
de l"s parien:es i amigos.
Para con los electoles de los disuitoid
rurales se usaron otras amenazas. se les hizo creer a los hombres
sencillos, que si ]a mayoría de ]05 vot~,s no era por los candid8t08
del ministerio e] canton ~eria oprimido de contribuciones
que el
Poder Ejecutivo haria pesar sobre él. que los electores seria o perseguid(,s. i que el partido que disponia del Poder no se pararia en
medios para hacerles dañ>J; muchos agricultores tímidos i sin ]ucel
amedrentudós con taJe8 amenazas dicnm votos que pesarán sobre
su conciencia largos años.
Lo ocurrido en Popayan merecc citarse especialmente, porque
viendo lo que se hizo en una ciudad tan ilustrada como aquella, se
juzgará mejor de lo <¡uc ha sucedido en a(¡ucllos cantones atrazados, en que cualquien ajente del Poder. cualquier abogadillo intrigante, o cualquier tinterillo impone silencio a una Asaml>lea de
tímidos labradores.
En 1848 fué nombrado elcctor en el canton de Popayan el
señor Joaquin Carvajal. i posteriormente
heeho Gobernadol del
Cauca, cuyo destino aceptó. i sirvia en ] 849; al abrirse las Asambleas de aquel año se preseotó en la de l'opayan. i no obstante las
reclamaciones Icgales tomó asiento i votó en ella. Rcclamó el
señor .Manuel J. Quijano la l;lulidad de la votacion de Popayan,
porque aquel acto la anulaba; la Cámara provincial compuestlt en
su mayor parte dc rojos. confes6 la nulidad i declaró válida la votacion. A virtud de scmejante decluratoria tomó asiento en la Cámara de Representantes el padre Alaix.
El artículo 24 dc lu COllstitucion dice: "No pueden ser electores, el Presidente i Vicepresidente de la República, los Secretarios
de Estado, ni los Gobernadores de provincia."
El articulo 54 de la
Ici de elecciones declara que hai \-acantc de elector por muerte, por
haber perdido el nombrado alguna de las cualidades requeridas, i
))01' haber aceptado alguno de los destinos espresados en el artíCltlo
24 de la Constitucion.
Era evidente que el señor Carvajal no era
30
)"a elector; i que Inbicndo procedido la Asamblea a votar f¡¡ltando
un elector, i eoncurriemlo un hombre que no era, ni podia ser elector, la votacion era nula, segun el'articulo 121 de la lei, Pero como
si esta votacion 'se anulaba, salia de Representante un conservador.
los ciiputados rojo3 sin reboso ni respeto ninguno a la Constitueio!1
la declararon valida. Uno de ellos, el doctor Largacha, dijo: "pOI
el lado de la Constitucion es incontestable que los Gobernadores
no pueden ser electores, pero la lei está por mi paltido; el caso ce
dudoso; i no debemos sacrificar la voluntad de los pueblos a las
fórmulas."
El seï\Or Alaix que era interesado ca la cuestion, hizo
igual argumento.
"Para mí, dijo, siempre que en la Constitucion
i en la lei, que son el pueblo. cncuentre una disposicion contraria
al pueblo, estai por la del pueblo."
Las fórmulas del doctor Lar.
gacha eran la COllstitucion i las leyes; i ese pueblo que queria que
el,presbítero Alaix fuese R~presentante con una votacion nula no
podia ser otro, que la fraccion roja de Popayan. P¡,ro esa voluntad
vfllió. i está vllliendo mas que la Constitucioll i ]a lei, pues a despecho de estas el seíior Alaix toma asiento en la Cámara. El principio de que la voluntad dc cualquier pandilla roja vale t:nas que la
Constitucion i h Id, ha venido a ser una base de conducta de los
funcionarios rojos.
Merecen tlmbien citarse algunos actos de otro' jénero.
La
cabecera del ('a:lton de Rarr.iriquí se trasladó a Turmequé, a trueque
de votos.
La provincill de Antioquia acaba de ser despojada de
su territorio sobre e] golfo de Urabá; i la de] Cauca de] distrito del
Arrayanal, para darle al canton del Atrato dos electores mas, con los
cuales piensa el Ministerio que ganará las elecciones del Chocó.
N o puede dllr8~ un auuso mas patente i mas initante de las facul
tudes del Poder Ejecutivo.
4
AdministracioD de justicia.
En otros capítulos están consignados varios hechos i conside.
rac'o les, que demuestran como la conducta de ]a Administracioll
del 7 de Marzo i de la fraecion exaltada; que apoderada de ]a fuerza
I,ública, de los destinos i de los clubs hace callar las leyes. i sobre.
pone su qucrer a las instituciones i a los principios fundamentales
del Gobierno, ha anulado la justicia i hecho desaparecer ]a inde.
pendencia i ]a imparcialidad judicial. Todavia quedan uno u otro
ministro. lino u otro juez, que no habiéndose enrolado en la con·
fraternidad procuran ourar imparcialmente, i por ello son hostili.
zado!'-. CURndo este último i déuilrecurso
acabe de desaparecer,
la situacion de los ciudadanos será desesperada.
Los hombres que en esta capital, a virtud del pandilla~e for-
31
mado entre autoridades, empleados, ciertos jueces, i ciertos parti.
culares, de que ya hemos hablado, dominan i oprimen al resto de
la sociedad, pueden contar hoi con la impunidad; i lo que es peor
HUll, con la cOII<!enacion del inocente a quien quieran perder. Ra.
drigucz, que siu' facultad encarccló, dëspues de habcr insultado i
maltratado,
al senor Cárdenas, está impune; el señor Cárdenas,
insultado, maltrataùo, i nrbitl ar¡amente encarcelado, està conde·
nado a reclusion!
El doctor :\L M. lVIadiec10nomhrado juez
este circuito pOT
la Asamblea eleetoral. tom •• !l0scsioll de la ju~li(~atura. i renunciÓ
al tercer dia, temiendo ser \'íctima de la p:ll1dilla (lue le era hostil;
i diÓ este ¡l<\SOno obstante ser un abo~ado di"tinguido, hombre de
gran talento i de valor.
El doctor N arciôo S¡¡,nchez, llamado despues a la misma judicatura, homb:e respetable, rccto, moderado, i
lleno dc mer~eimientos ha tenido que renunciar para no sufrir nuevos ajamientos.
El CongrESO ha hecho el nombramiento de dos jueces para la
Suprema Cortc; i la República ha aida la censura que este nombramiento ha mert'cido. Los con~ervacJores no querían precisamente
que los jueces fuesen conser\'adores, pues ellos mismos nombraron
al doctor D. F. Gomez que nunca ha pasado por conservador,
querian solamente que el ~upremo Tribullal se compusiese de aba.
gados capaces de llenar las altas funciones que le competen. Entle
los liherales moderados estaban Latorre, Cañarete, Rojas, i utros
hombles instruidos i versados en el ¿e"pacho de lus ne~ocius judi.
ciales. ¿Por (lué se posterga li estos ~\ljetos i se el'je al doctor
Bernarùo Herrera, que jitlllaS ha ocupado ulla silla l'Il IFI Tr::;U'lhl
de distrito, 'lue segun se asegura, apenas ha sido jucz p,u'ro(;uidl,
i necesitaba asesor, purque su prdesiu!\ nu ha "idu Jam •.,;, la ai,'ü'
gacia? Porque ar¡¡¡~Hos sujctos son Illodl:ra(ln>:" i E'I duetor H(:rr~ra
es exaltado; ponlue aquellos sujetos 110 son de Ja DeolO'" iÍt;C,!, i el
doctor Herrera e;, ,lemocráticü.
La fraceion iotolc~ante, 'l'.le persigue a todo;. los que no pl'ofes;¡n sus ideas. i despl'l'cia ;( t"dos ks
quc no aceptan su violencia. está ya ell lllu<:ha part,· w·.·dcra;la rid
poder judicial, i domina absolutamente el CUll":""''') I
Ej"('llti\'o;
por cOllsiguiente la jLlstieia i la segurid¡.d "¡;Cll"~ CUIISl'l'VanUll
débil e incierto asidero, quc puede bien pronto dcsap<lreecr.
ne
'.i
!Jducacion publica.
En un pais gobernado por institueione,¡ d('mocl'áticas, el negocio mas importante i delicado es la educacion púLlica. Si el
pueblo no es instruido i morij~rado. el gobierno democrático es
imposible.
¿Qué ha hecho la Administracíon del 7 de Marzo en
.3·)
este importnntí"illlo ramo a que las Administraciones pa~adas pres.
taron tanhl consagracíon i cuidadós? Ln respuesta es fácil i sellci.
ILl, purque c~tá a la vista.
Ell cUauto a la instruccion primaria, se han comido los fondoe
destinados }lor la lei, }lara prove'ér de Í1tiles a ¡as 'escuelas.
l'-õiun
jis, ni ulla pluma, ni un grana de arena ha comprado i distribuido
el Poder Ejl,cuti va, con los fundos aplicadus a este ubjeto de IIIimera ncce:;idad.
Sus ajentes se han mostrado en jeneral dignos
inlÎtadores suyos.
1~1Poder Ejecutivo i sus GuÍJernadores no se
hau acurdado de que hai escuehs sino para remover a los mejore~
directores. porque no eran rojos; para hucer de las rentas de los
pncel'tores
lIledios de premiar a la ineptitud exaltada, moneda
para negociar votos.
Las escuelas se hallan en deplorable abandono.
Respecto de universidades i colejios sus trabajos son tambien
notorios. Ha removido a los hombres mas respetables e instruidos:que estaban ocupados en la ell!!eñanza; i en jeneral los ha ~ustituido con personas poco dignas i ménus capaces ele llenar tan elevadas f,lllciones.
Se han relajndo las regias de la disciplina, i dado
entrada a la anarquia.
Se han destruido los mejores colejíos que
había en la RepÚblica, con el destierro de lus jesuitas; i se ha dado
con esto un golpe de muerte a la educacion pÚblica.
Los jesuitas, hombres instrùidos, intelijentes, de UDa morali.
dad a toda prueba, educados para profesores, i consagrados pOI un
deber de conciencia a esta ocupacian, rivalizan en Europa i en los
Estados Unidos con lo que hai allá mas distinguido en materia de
enseÍH.nza publica. Sus colejios reunen a la inapreciable ventaja de
inculcarse ell ellos juntamente con los conocimientos de las ciencias i ùe las letrns ks ?rincipios mlls puros ele relijioll i de moral,
i las mas cultas i agradables maneras; reunen, decimos, la gran
ventaj:¡ dc el"r barata la educacion. En un país pobre i democrático
esta \'clltaja cs inmensa, i es imposible compensarIa.
Porque ¿en
donde se encontrarán hombres ele talento, de instruccion, de virtud,
i de respetabilidad que consagren su vida entera a la difícil i amar.
ga tarea de la educacion pÚblicÍl, sin mas remuneracion que un
vestido de paiio burdo i un alimento grosero?
Eu esta ciudad hemos visto cerrar el colejio de niñas de la •
:Merced. porque los padres de familia no han querido confiar sus
hij ••s a un establecimiento inspeccionado }lar pers:lIlas que no les
iuslJirahan confianza. CUllnno el estado de la Univer~idad sea bastallte eO:lOcido de los padres de familia, no dudamos que sucederá
con él otro tallto; si es que todavía los granadin.Js hacen gran caso
àe la moïalidad de sus hijo3.
:;3
Caminos.
Desl'UCS de la educacion pú1.llica el negociado de mas importancia en el estado actual del pai~ es 'indudablemente el de caminos;
porque sin caminos el comercio, la agricultura, i la industria en
todos sus ramos no pueden progresar; los pueblos de la RepÚblica
no pueden comunicarse i estrechar sus relaciones; i si la~ fuented
que producen la riqueza pÚhlica no progresan. la Nacion será perpetuamente ignorante. débil. i miserable; i si las relacIoncs de hs
pueblos que la constitllyen no se aumcntan i estrechan. Ia HcpÚtlica l!crá un conjunto de partes sin cohesion, dispue~tas a separarsc cualquier dia; cs dccir que sin caminos la duracion de la República i su prosperidad carecen de base.
Esta verdad la han
reconocido las Administracioncs
pasadas; i han hecho laudahles
esfuerzos para mejorar las vias de comullicacioll; obras suyas SOli
la navcgacion por Va¡lOr del rio }Iagdalena, el canal llamado dique
de Cartajena, el camino de Antioquia nI Atrato, la mejura del d~
Quindio. el principio de una carretera dc la csrlanacla de Bogotá
ull\Ingdalena.
nna multitud dc puent(·s interesantes. la mejora de
multitud de vías antiguas, la conservaciun en regu)¡¡r estado de la~
dcmas. i la grande obra del ferrocallil que pondrá en c01l1unicacion
los dos oceanos por ci Istmo de Panamá, cuya ejecltcion procuró
i logró asegurar el Jeneral Hen'un con lus mus habiles i COllstantes
esfuerzos.
La Administraeion- actual, que ha encontrado la RcpÚblica
convalecidn de la ruina que le cuusÓ la rebelio\\ de IS-W, que ]'j ha
~neontrado gozando de la InUS perfecta paz. i por consiguicllte eu
la mas ventajosa actitud para dar efier.z impulso a Jas vias de comunicacion ¿qué ha hecho? Mirar con el lUas reprensible abandono este negociado, i sacrificar los intereses pÚhlicos.
En las vias de eomunicacion de csta provincia.i en las de otras
de que tenemos not.icia, ci abandono ha sido jenera!.
Se ven mulo
titud de obras de sumo interes para los pueblos, suspendidas i olvidadas en el ~stado en que se hallaba su constmccion elLo de
Abril de 1849; las cuales se degradan i se arruinan, porque no hai
una autoridad que se mucva il impedir siquiera lu destruccion. Caminos que se hahían puesto en buen estado, a fuerza de perscve.
rancia cn las refacciones, se han hecho illtran~itables, porque se les
ha dejado abandonados.
La primera, la mas urjente de las necesidades que en esta parte
de la República 6e esperimenta, que es la construccion de una carrctera de la esphlIlada de Bogotà al ;\Jagdalena. obra emprendida
,por el Jeneral :\1osquera. se ha postergado i olvidado; o mas bien
se ha imposibilitado su pronta constrllceion. por medio del célebre
'contrato, a virtud del cual se ùan como 300,000 pCS03 a una COILl-
:.l
34
pañía p~ra mejorar la única partc de este cnmino en que hoi ruednn
carros.
Este contratu onerosísimo fué oportunamente
censurado
por la prensa.
Se hizo presente que durante la Administrucion
pasada se habia celebrado un contrato para encascajar i mantener
lIna gran parte de ese camino por nn precio Olui inferior a la mitad
del precio estipulaùo para hacer las mismas operacIOnes en este; i
que si aquel contrato no se habia llevado a cfecto cm porque el
Poder Ejecutivo 110 lo babia juzgado ventajoso.
Se demostró que
era un desaciel to e\'idente intentar la' celebraeion de un solo contrato. para toda la distancia que hai de Bogotà "l Roble, con Jas
condiciones fijadas; porque de esta manera no podria haber competencia de lieitadorcs; i las pocas persGnas que tenian facilid,:des
para reunir tudus los hueycs i carros que eran necesarius, serian
los únicos pastores,
Se hizo patente quc si el camino se dividia
en lutes de dos o tres I<'guas, habria rnuchos licitadores para cacla
lote, i una compañía de pocos ya organizada no daria la lei, i lu
obra se haria por una tercera parte menos ùe precio.
Pero todo
eso se desoyó, por razones, que Dios sahe cuáles fueron; i Jas re.
cursos de que podia disponerse para continuar la carretera de la
csplanada al :\lagdalena quedaron destinados, una pHrte a mejurar,
es verdad, la carreter/< existente sobre la fsplanada, i la otra, la
mayor sin duda ninguna. a engrosar las fortulIas de UIlOS pocos
amigos Íntimos del gabinete de 7 de Marzo.
'
A virtud de aquellas censuras se dijo que dentro de cierto
plazo, bien insignificante, se admitirian nuevas pujas, pero no a
lotes separados sino a toda la obra; i con lu cOlldià;n de que las
pujas no bajascn de una décima parte ¿ i pur <¡uÔuna décima? Si
un empresario en vez de exijir 300,000 ¡:esos solu pedia 2S0,OOO,
porqué no se le admitia su postura? 20,OUO pesos de rebaja en un
contrato no signifiC:<lnnarla?
La grande obra de la Administrscion del 7 de Marzo en materia de caminos, es uno de los actos de favoritismo mas onerusos,i
mas dignos dp. censura que pueden presentarse en la República.
Administracion
municipal.
l,a administracion municipal ha sufrido mucho por el ahandono c inepetitlld de los ajentes del Poder Ejecutivo, que en
jeneràl tienen abandonado este gran negociado. hasta el punto de
que ell una gran parte de los distritos parroquiales no se organizaron los cabildos, como lo dispuso la lei de UN9 que modificó t'stas
corporaciones, porque los Gobernadures i Jefes políticos no dictarOll las 6rden~s convenientes para hacer que se ejecutasen oportuUlImente las elecciones. Los actos de las corporaciones municipales
.)
-
!Ji)
(¡ue no ~on rojas quedan sin ejecue¡lln, porque los ajcntes del Poùer Ejecutivo se ocupan en ClJlltnll iarlas mas bien que en cumplir
el delleI' Icg:.tl que tienen de ejecutar sus actos.
No es este el único mal que el réjimcn rOllnicipal sufre, sino
que tiene que lamentar tambicn las il1\'asiones que el Poder Ejecuti,'o i sus ajcntes le hacen; en los periódicos de ia oposicion se han
publicado valias re<:bmm:iones de las corporaciones municipales
cun,ra estos actos arbitrarios. por los cuales se ha pretendido anular las mas irupl))tantes facultudcs que la lei ha dallo a estas corporaciones, coalO la de clcjir los jueccs parroquialcs.
:Sc han disputadu a las Cámaras pro";nciales las facultadcs
que les dió hl lei cn 1l1ateria de resguanlu:; de indíjenas; i se ha
privado a estos contra cspresas ùispusiciunes legales, dc la protecdun llue los personervs parruquiales llcben umks.
ItclaGioncs l1steJ'iores.
La A(lmilli,tracion rlpl ï de ~larzn encontr6 la RepÚhlica en
pa7. 0.;011 tooas las nacione'''; i UIlOoe Sil'; pl'imelos aetns fué declarar se íU(,lHíñcacla ell princ'pios cun las do~ Administracionps mas
clllpables i mas desacreditadas 'luC ha hahido en los dos Estados
vec¡pos, Venezuela i el Ecu"dor.
Despues de haber manifestado
que desaprobaba l<.lS gastos en I<>p;aciones, creó dos Consulndos jeI1erales encargados de negocios rliplom<iticos cerca de aqll('llo~ Gobiernos, haci<mdo con ('sto un gasto manifiestamente i"nepe"ario
para la República; i dirijido li lo que parece', Il fomentar en aqneIlos paIse's los partidos inlllurales qUr SP hahian sobn'pucsto a hIS
leyes.
Obrando en este sentido, se violÓ en la provincia de Pamplona la neutralidad qne la Nueva Granada deuia guardar resppcto
de los partidos que luehaban en Venezuda; i "c proteji6 al de Monagas que se habia empaparlo en la sangre de los Representantes
del puehlo, i anulado la RepresentacioIl lJacional.
I~Il la lei de
gastos de este ailO se ha aumentado considerahlemente
la partida
de gastos diplomáticos, con el ohjeto, scglln se asegUIa, de enviar
ni seilOr Ohando a pasearse en el estl'allj¡'rO, i al señor Aee\'('(lo a
Roma a solicitar del Santo Padre medidas que contraricn lus intereses dd Catolicismo en cste pais, la~ que probablcmente no obtendrá.
¡<legocies militares.
Si en caJa neg'ociadu nos de tuviese mos a detallar todos los
cargos, esta,ojeada seria un libro i no un folleto, que es lu yue nos
l!Clllos propuc"tu cseribir.
Así pues, en este ramo como en otros
varios limitaremos nuestro exámen a algunos hechos notaÙles.
36
La Ici de gastos de 18~~ no aplicó canlitlad alguna para el
pago de algunas comandancias de armas, sill embargo el Poder'
Ejecutivo nombró e hizo marchar a algunoil militares para ocupar
aquellos puestos. Todo militar que se mueve, a virtlld de órden del
Poder Ejecutivo. no solamente va deveng~ndo sueldo como si estuviese prestando algun servicio, sino que hace tambien los gastos
de bagaje'S i trasportes.
}<'uéindispensable reconocer que aquellos
nombramientos
no podian tener efecto, pero )05 gastos hechos a
virtud de ellos los ha !uflÍdo indebidamente la Naeion.
El artículo 4.° de la lei 6', parte I', tratado 6," de la Recopilacion Granadina dispone: "Que luego que el Poder Ejecutivo sepa
por documentos fehacientes que algun militar ha tomado parte activa
en asonada, matin () sedicion contra el órden p1Íblico, lo darll de baja
en el (jàcito."
A virtud de esta lei fué dado de baja el Jeneral
José María Obundo, por actos de sedicion, rebelion i traicion ejecutados en las provincias del Sur de la RepÚblica, sobre los cuales
tienen todos los granadinos la misma certidumbre
que pueden tener de la existencia de la América. La lei de 26 de Mayo de 1849,
reconociendo, como no podia dejar de reconoc('r, la l~galidad con
que aquel i otros militares fueron borrados de la lista militar, i juzgando que ya habrian purgado suficientemente su delito, autorizó
ul Poder Ejecutivo para reinscribirlos.
En cumplimiento de esta
lei fué reinscrito el citado Jcneral, que respondiendo a la nota del
Secretario de Guerra con que le remitió el despacho, dijo en 29 de
Mavo de 1849 lo que 6igue~. ".Pero eomo la califieacion de reinscrito que contiene el despacho
clluRciado da a entenaer que alguna vez haya sido )"0 privado de mi
grado militar,. TIleveo en la imperiosa necesidlld de desconocer i protestar, como solemnemente desconozco i protesto, contl'a cualesquiera
acto, resolucion o fundamento en virtud del cual se me hllbil'se pl'i,'ado del derceho perfecto que desde el 6 de Octubre de 1829 tengo al
~rado de Jentral, como contrario a la CODstitucion política de la NueGranada· de 1832, i ley('s especiale~ espedídas al efecto por Congresos constitucionales."
Este acto de resistencia i de provocacion al dcsobedecimiento
de nna lei es un delito definido en el artículo 271 del Código penal.
El Presidente de la República i el Secrétario de Guerra, que tuvieron necesariamente
conocimiento de ese delito, estaban obligados por el artículo 5S I del mismo Código a comunicar la noticia
del caso al juez competente para que el reo fuera JULgado COliarreglo li la lei; i el no haberlo hecho los constituye reos de la pena
de suspension.
Aquel acto de rebelion eOlltra las leyes, ejecutado por UIl Gobernador i Jeneral, hablando oficialmente al P. E, no solamente
debía ser juzgado i castigado sino que exijia la remorion inmediata
vu
:3 ï
<le! funcionario rebelde.
Porque no hai gobierno llingl1no que conozca su mision, i sl:pa apreciar ci respeto que la lei mCl'cce, que
tolere que un a.iente suyo Jl~Scono:!.ca la lei que l'st:'r llamado a hacer ejecutar; i haga alarde de su delito a la faz de la Nacion. Mas
toJavía, Jllego <lue ese funcionaria tU\'O el arrojo de publicar en un
veJiódico olicial aquel aeto de desco1locimiento i de rebelion contra
la lei, era un dehtl' del Poder Ejecutivo ¡Jar una s~ltisfaceion pú.
blica a la Naeion del inbulto que su ajente le irro;:.-ara, clesaproban_
do este acto púhlicamente.
Pero Ilada de eso se hizo; el fnncionario rebdde. que así insultó la digniùad nacional, continuó en su
destin". i el l'oder Ejccllti,'o se hiw cúmplice del atentaclo i del
escandalo con su aquiescencia.
La imprenta ha refutado d absurdo que en\'ueh'e la necia i presuntuosa pretension Jel seîior Obundo, que no merece en sí misma, ni necesita que nos ocupemolS de
ella.
El artículo 3. de la lei de 15 de Junio de 1849 ùice;-"EI
nllluera de Jenrralcs (]lIC puede haber en la República, será a lo
mas oe diez i seis, i cl <lcc0rollc]cs a lo mas de veinticinco; i en
este nt'imcro se cont:1I {,n, tunto loi' que estiín en servicio activo,
como los que est:ill en los cu,alrus de dj~poniiJilidad i de retiJo. El
<¡ue elnúnH-ro dc.T l'lleralcs i coroneles fijado en este artículu lIO
esté completo. no supone la necesidad de lIenarlo ni la existencia
de vac<lIlte. Los demas .Tenerales i coroneles continuarán en IlUjI
cmpkos.."
1<:1articulo 9.° de la misma lei que se ha citado, se espresa
así:-"l<:j Poùcr Ejecutivo solo podr:i conferir ascensos conforme a
sus atribuciones constitucionales, i para llenar las vacantes de los
Jenerales, jefes i oficiaks que se hallen en servicio activo, en los
casos siguientes: 1.° en call1paña: 2.° por accion distinguida de va.
lor, conforme a lo clispuesto en el articulo 25 de la lei 3.a p. La trato
"6.° de la Reeopilacion Granadina: 3.° cuando en el cuadro de disponibilidad, no haya Jeneral, jefe u oficial con qué llenar la vacante; í 4. eJ,mdll de dicho clladro, hayan sido ya llamados en sus
respectivas clases, tres Jentrales, jefes u oficiales a llenar dicha8
vacantcs; de modo que por cada tre~ Jefes u oficialcs quc se llamen,
podni conferirse un ascenso."
Pero a<lvii-rtase que el contenido
de esta disposicion 4." se entiende claramente que es, en el caso de
que haya bajado el mÎu)eJo de dicz i seis Jencl'ales a 10 mas i de
veinticinco coronrles, por ser la hase fijada en el artículo 3.° de la
lei que hemos mencionando, de manera que sin que baje el indicado
n(unero de Jeneralcs i coroneles, no puede Cil ningun caSo nscenderse a !Iingun JencraI ni coronel.
El artículo G." de la lei 3.' trato G.o p. l." de la Recopilacion
Granadina, re<¡uiere para poder sel" ascendido, tl"C8 años dc anti0
0
:3S
g-iiedad cn el empleo efectivo; i por el artículo 1. de b lei de 2G
de Mayo Je 11:)47, se dis¡Jone: que li los militares que pur seI vicius
disting-ui,los en campaíia, se les haya concedido graùus conforme a
lo di~pllesto en el artículo 4 o de la lei 4.' p. L' trat. 6.· de la
Rccopilacíon Granaùílla, i que des pues hubieselJ sido o sean promoviùos al cmplcu efectivo, se les contarán los tres años de que
trata el attíeulo 4.° de la lei de 20 de Mavo de 1846, desde la
fecha ell lllLe se les hubiese concedido el esp,~sado gr'~do.
El coronel 1\1elo fué borrado de LI Esta militar de la ~ ueva
Granada I salió clelterriturio
de clia en el ¡¡¡lO de 1831 como boliviano i urdanetista, pasado algun tiempo regresíl a este pais i fué
reinscrito cn la lista militar como teniente coronel con graclo de
coronel,cI 27 de Mayo de 1847.
El Poder Ejecutivo piùió al :::ie.
nado su consentimiento
hace pocos diaE para ascender a coronel
efectivo a\ graduado señcr José :\laria Mdo, i en ef~cto fué ascendido el Il del eorriente,euando
no habia cumpiido los tres años Je
antigiiedad en el empleo efectivo o grano anterior, conforme al
artíl.:ulo G.~ de la lei 3." trat. G.- p. l.' de la Recopilacion Gra.
nadina i al artículo L" de lu iei de 2G de Ma\'o de 1847. Ademas,
cualldo se pidio el cOll~entjlniento al :::;enado, habia veinte i ocho
coronelei:! como los llai actualmenle sin incluirr.e a Melo; es decir,
<¡ue no solo no habia baju¡\o el número de veinticinco, que es la
base sciialllJa pûr la lei que ántes hemos citado, sino que habia
euand" se pidió ci cOllsentilllientu i se ascendió al señor Melo, un
esccclellte de trcs corondes; asi es que sin atropellarse palpable.
mente las leves ll'IC dejamos mcncionadas, no ha podido ci Poder
Ejeeutivo pedir el conseutimiento al Senado, tampoco ha podido o
debido este acordado,ni mucho ménos debió consumarse el acto
lIe conferir un ascenso contrürio a toùas las disposiciones vijentes
que se han referido.
0
Negocios de hacienda.
El manejo de la Hacienda pública es la parte mas delicada del
Gobierno de un pai;.. Lus hombres llamados a encabe;,:ar cste gran
negociado es necesario que tengan la intelijencia mas despejada,
tino i prudencia sÚlida; i no hasta todavía, porque es indispcnsable
una prubidaù acrisolada i nna delic>ldeza escrupulosa.
L'Js pneblos
disimulan i ol\'idan faltas lllui graves en otros ramos del Gobierno,
peJ() laH faltas en la aùministmcion de la Hacienda públi('a, que
afectan ia probidad, o ponen siquiera en duda la pureza de los altos
funcionarios 110 son jamas olvidadas; i la posteridaù mas severa
(tue los contemporáneos
sobre este punto, reserva una marca de
ignominia perdurable para el desgraciado que ensució sus manos
a9
el dinero público.
Para honra cie nnestro paí~ no~ C"omplaee.
mas en publicar que tanto en Colomhia como en la K ueva Grana.
da, haja todus las Admini~traciones, los ~ccr('tarjos de Hacienda
salier¿n siempn, de este elevado i peligroso puesto mas pobres de
lo que habian entrado. o no sacaron mas de lo qne ¡mt{'s poseían.
El despreeio que la sociedad imparte al homlm: público que se
mancha con infames fraurles. i la cxecracion que infhje al pecularlo,
son una de las mejores pruebas de moralidad en un país.
¡Ai de
la Nacion qne besa humilde i sati;;fecha la mano envilecida con ignominioso recnlado!
Esa Nae-ion no. ofrece ya esperanza, porque
está corrompida i degradada hasta el estremo.
J,a que en este
punto e~ cielto rcspecto de la Nacion, lo es tambien respecto del
individuo i re~pecto ciel partido.
Por lo mismo que el gl ande negociado de la Hacienda es el
mas grave i delicano, el dcher de los escritore~ pÜblicos de examioar los actos del Poder en este ramo es el mas e<;:tricto. Sin embargo nosotl'OS no ¡H,demos dar a este examen toda la e~tension
que él merec~: i nos limitamos a es poner ]0 cl':e ha llamado mas la
atene;on pÜblica.
Uno de lo:; primeros aetas de la Administracion del 7 deMar.
zoo que hicieron formar un concepto poco ventajoso del señor Murillo para pl buen nespaeho de la Secret?ria de Hacienda, fué el
Mensaje del Podcr Ejecutivo ps(:rito por él, i presentado a las Cá.
maras el 29 de Mavo de 1849. al cerrar estas su sesiones ordinarias. Sé pretendia ~n este pscrito probar que eran insuficientes los
recur~os que se habian c1"c1oa la Administracíon para atender a los
gastos. :Suponiendo hechos que no exist;an. alterando otros, i pre~entando op~raciones aritm{Jticas inesactas, sacaba un alcance de
807,852 pro,os i dos reale~; alcance eiertamente enorme que debia
causar profunda alarma en Jas Gímaras. i determinarias a decreti\r
injentes recursos qne llenasen de dinero las arcas nacionales. Pero
la comision de arbitrios, compuesta de Senadores i Representantes
mui intelijentes i ven;ado~ en los negocios de hacienda i de contabilidad, reconociÓ inmediatamente
la falsedad e inesactitud de
ulla gran parte de los hechos que servian de fundamento a los cálculos del Secretario de Hacienda, i çon los datas presentados por
èl mismo le demostró con la mayor esaetitud i evidencia que no
solamente no existia el alcance supuestC', sino que siendo el activo
del tesoro c!c :3.9%,019 pesos 7 reales i el pasivo de :3.167,260.
al fin del nÏ10 econ{¡mico debia haber un sourante de R2S,759 pesos
7 reales.
El Secretario no pudo contestllr los argumentos
de la
cOlllision en las CiÍmnras, i presentó una de las e~eenas mas humillantes que u; pc,sihle imajinnr; porque convicto con los docnmento~ mismos sUIlJinjstrado~ por él de la inesactitud de sus cálcnl05
COTI
<40
en un negocio tan grave i delicado, cra necesario confesar profuncT"
ignorancia o notaria mala fé; i cualquiera de e~tas dos confesione9
lo colocaba en un predicarr.ento deplorable.
La~ resoluciones de
Jas Cámaras agravaron la mala situacion del Secretario, porque
t1espues de examinado el infonnc, i de aida al doctor Murillo, que
110 pudo falsear ninguno de los cálcuJos de la comision
acordaron
qucdar l'alisfechas de este informe, i que se publicase en respuesta
al Mcnsaje.
, Dos cosas pretenùia }a Administracion
con aquel mensaje: Ja
primera que el Congreso Je die~e muchos mas recursos pecuniarios
de los que ciertamente necesitaba; i la segunda hacer creer que
entraba a gobernar la Hepública encontrando el tcsoro en una
l!ituacion mui desventajosa.
Al mismo tiempo que se Je demostró
que se le habian dado recurso! superabundantes,
se le probó tumbien qne la situacivn en que se hallaba el tesoro era mucho mas
favorable que la que tenia cua\lldo habian cntrado cualesquiera de
las Administraciones pasadas.
-Por el artículo 2. de la lei de 2 de Junio de 184!), reformatoria de la org¡inica de la hacienda nacional, se suprimieron las intendcncias de hacienda, i se dispuso que Jas Gobcl'Iladores ejercie.
l'en las funciones atribuidas a aquellos empleados.
Repitiendo la
Administracion
que tenia Jas mas fervientes deseos de introducir
todo jéncro de economías, i lamentando el tstudo de escasez de}
tesoro, nada era mas natural que el dar inmediata ejecucion a
aqnella lei, Sin embargo no (ué así; las intendencias suprimidas
el 2 de .Junio continuaron hasta el 31 de Agosto.
-La
lei de 10 de Junio de 1849, sobre personal i sueldo de
varias oficinas dc hacienda, disJluso que cn las provillcias cn que
a juicio dd Poder Ejecutivo pudicse el secretario de la Gobernacion desellllH'ñar las funciones de contador de la misma, se le encargai'en estas funciones,
Hai multitud de provincias en que las
operacioncs de la contadJría de la Gobernacion son tl\ll pocas que
una hora de trabajo en cada semana es bastante para desempeñarlas; sin embargo el Poder Ejecutivo estableció esas contadurías, i
coloe6 en ellas, violando la lei, hombres sin capacidad IIi crédito,
pero cargados de mcrccimientos rcvolucionarios; desmintiendo COll
esto sus reiteradas protestas de severa economía; i fal tanda a la
confianza que cn èl depositó el Congreso.
- El art ículo 81 de la lei dc 7 de Junio de 1847, orgánica de
la administrilcion de la hacienda nacional, contiJió a Jas intendentes la facultad de nombrar i rcmover a los empleados en eJ resguardo de rentas; i el artículo 20 dc la lti de 2 de Junio de 1849,
atribuyó a los Gobernadores las facultades que tenian Jas intendentes, cntrc l;:s cualcs estaba la citada de nomhrar los empleados del
0
41
re~gllal'Ùo. El Pocler Ejecutivo urjido, segun parece, por los horn.
brl'~ (lllC exijian el pa;o de su eooperaeion material el 7 de Marzo,
qui~o ~br()~"r~e aquclla facultad para poder mas fácilmente comJ>laterlo~; i por un decrcto de 10 de Noviembre, citando una lei de
184G. derogada por 1m; posteriores, se declaró en ejercicio de la
facnlt<:d de nombrar a los cmplcados del resguardo; de5pojando así
a los Gobernador('s de una de sus atribuciones
legales.
Eu. vano
8C le representó
la ilegaliliad de sC\l\(jante acto, él fué consumado,
i la lei ha continuado queb\ antándose.
-La lei de 2 de .Tun¡o lic 1849, sobre diczmos, di~puso en su
artículo 1t;: "QUi! las deudas causadas !tasta elaíío de 154 ï se rematasen pnr vales del ;')por ciento, o su.ç equivalentes confonne allls
leyes, i .W'fJlIll lus reglus quI' dicta.çe el Poder Eje!utivo."
El artículo ;J,o de Ja Ici 5", parte :2', triltado .j,o de la Rccopilacion Granadina sellaló la equiml('ncia i la preferencia que dcbe darse en los
remates a lils obligaciones de la dcuda nacional interior.
Pero el
Poder Ejcenti\'o por decreto de 1!J lie Julio de 1849. ell ejeeucion
de la citada lei (k :.! de .J unio, di~puso que las posturas para 108
rema'ccs de (l'Il' haola cI articulolS no ~e arlmiticoen sino f!uardándose
las proporci('J\c' e,tablecidas cn Jas lcïes de 3 de Mayo de 1841> i
6 de .lu:1i" e LAi, que crearon la llueva deuda de renta soore el
tc>orCJ al ti Ill)r cicnto anll'll, i q\le dieron reglas para Sil cambio
por obligaciones de la dcuda interior eOlloolidada. Rcpresentósele
por la imprl'l1ta que tal disposicion e¡'a ileg-ill; que no había ninguna relacion eutre la operaeion de que hablan la~ leyes que crearon
la (leulia (Ic renta sobre el tesoro, i el remate de las deudas ordenado por la Ici de :.! de Jnnio.
Sin emhargo el decreto ejecutivo
fué sostenido i la lei \('copilalla quedó anuktda por èI.
-El contratista de elaboracion cn la saJina de Recetar i Pajari.
to, aIllig-o íntimo i cc;upallc:'o antíg-uo del señor ~Iuril!o. pidió
entre otros [,,,'arcs a Ja Administraeion, q1le reoa jara ci prcelo de
la sal en ¡¡rjucllas R.tlinas, para cstl'nder de ('ste modo el territorio
de Sll consumo, i aumentar así las ganancias en cada quital mas que
elabore.
El 5C\;Or ::\lmillo pasó el e"pediente a la Seeretarí¡¡ de
H.clacioncs Est~riores, porquc SllS relaci(lnes con el elaborador lo
impelliilll para resoh'cr; peco lIlui poco ticmpo dcspue5,olvidándose
de e"e impedimento, cstendi,') i autorizó un rle('reto por el cual se
rebajo el precio de la ,n1 Ge dichhs ~:,linas, como su amig-o lo deseaba. E~tp. act" flll~jl\,.tnmente ce:JEurado sill que se obtuviese la
reforma.
El cfedo dc Ja rebaja ('~ estcnder a una parte de los
cant.mes de So¡;amo,o,
Santarosa, Tunja, Tem,a i Garagoa el
consulllO de la sal.de Itceetor i Pajarito con Jlcrjuicio del conSumo
de la de Cipaquirá, ;o..remoeoni Chita.
Pero como en estas salinas
lc Cl¡e~tn la elaboracion al Gobierno mucho ménos qtte en Recetar
.¡:}
i P.\.i~l'i",. rl I'?i'ult:d.¡ p:lr;¡ el tesoro C~ preci8amente ulla pérdida
ii.~llal ~ t"ta rlifereneia dl' ~~stos, en cada quit,!l de sal de Cipaquirá
<¡ut' '¡l'.i~de vender~c porque ~f. vŒda una cantidad igual de )" de
RecetO!.
Eu cada mil d()~cient()~ quintaies qlle dejen de venderse
de Cipaqllirá i se vendan de Recetor la pérdida del tesoro es de
14,5-¡': reales.
Se pretcndiÚ di~eulpar E'~tc [\cto de favoriti~lT.o diciendo, que
el oL:eto e>rafadital' 'I los pobres que no ponian comprar la sa],
qlle o!)tuvie~en este artículo de primera necesiùad ~iendo menor el
I,recio; pero este pretesto poco meditado empe>orÓ la mala causa
del Secretario de Hacienda, porque 1e>bicieron ver que r'n~ pobres
no compran la sal por quintales o por arrohas ~iJlo por ¡ rcs o cuatro libra~, i que ]..erebaja hecha en cada quinta} ne podia produeir
ninguna rebaja apreciable cn nuestras monedas cn c:Hla tres libr;}s,
i por consiguiente e~os pobres continu8rán comprando la sal a]
mismo precio que la compraban ántes, o earecicndo de ella.
Se
hizo presente tambien, que si la benevolencia en favor de lo!" pobres que consumian sal de Rccetor era una bucna raZOlJ para re.
bajar ci precio eu aqucllas salinas, esa misma razon debia valcr
para haecI' i¡.;ual rehaja cn las dcrnas salinas, pues los pubres que
consumen sal de Cipaquirá, Ncmocon i Chita no tienen ménos
derecho a la benevolencia del Gobierno qUE:los pobres que eon~umen la de Recetor i Pajarito.
Nada pudo responderse a eêto, i ci
acto del Poder Ejecutivo sigue cumpliéndose, i el tesoro público
sufriendl) la pérdida consiguiente.
-Desempeñando
]a Presidencia de la República ci Jcneral Mosquera i la Secretaría de Relaciones Esteriores el doctor Cerhelcon
Piuzon, celebró cI Poelcr Ejecutivo un contrato con el scÍlOr A.
lHo Chavez para la construccion de un camino carretero de Bog-otá
n Santa Hosa de Toeaima por Fmagasugá;
compromctil'ndose
el
Gubie1'ilo a tomar Hcci'.lues en la empresa por 75,000 pesos. contratando al efecto un elllpn;stito, Hl 10 por] 00 anual. Se estipuló
que ci contratista
ase>guraria los 75,000 pesos con una caudon llÎpotecariu ùe 105,OüO pesos; i el Presidente Mos'luera al aprobar ci
COTltrato, para evitar algun fraude cn esta parte, declaró que la seguridad deberia prestarse en alhajas de oro i plata, o con fincas
laices cuyo valor esccdiese en una terccra parte de la cantidad que
de>bia afianzarsc.
Dc esta mancra los 75,000 pcsos quedaban
aseguradcs, pero como esto no era lo que con venia al contratista,
o a lus quc por su manu querian c~tafar al erario; pretendi" el ~eñor
Chavez quc sc le adlllitieôe l~ '''gnridad
ell documentos de renta
sobre ci t~,oro, segun la lei (!e 3 de Mayo de 1845, <¡uc corrian
cn el mercado al '¡O por 100; ]u que equivalia a tomar 100 del
tesoro i darle-·W Cil cüncion; el mi!lOo Prcsidentc rechazú semc-
43
jante pTC'teMion, i el interesado ocurrió al Congreso pidiendo no
!\l'to que fu\'orecisse su proyecto.
La Cámara ue Representantee
nprohÓ ci informe de una comision de que hacil! parte el señor Paredes, despues Secretar io de Estado, en que se sostellla que la resolucion dell'oder Ejecutivo era arreglada, i que el señor Chavez
no tenia derecho a bsegurar con documentos de renta sobre el
tesoro.
Posesionada la Administracion
del 7 de Marzo se declaró,
haja la responsabilidad del señor Murillo, que se asegurasen 48,000
pesos en fincas raices i 45,000 en documentos de renta sobre el
tcwro por HI valor nominal, cuyo valor efectivo eJ'an 18,000 pesos,
CUlllo cUlIl la caucion hipotecaria de 105,000 pesos estipulada en
el contrato quedó reducida a 66,000 pesos.
Obtenida esta declaratoria el contratista
se apl eBuró a consignar los documentos de
renta sobre el te,ol'O, i a plesentar para hipoteca por el resto de
la cantidad fincas que se avalUaron en mas del doble de su vulor; i
recibió en billetes los 75,000 pisos que le mandó entregar el Po.
der Ejecutivo; i que se le entregaron con fecha atr.sada, de manera
que cuando se los dieron ya habian devengado tres meses de interes
al diez por ciento a beneficio del contratista ¡favor singular! Cuando todo esto se hacia en las oficinas del Poder Ejecutivo nadie
ignoraba Cil esta ciudad, i no era posible que lo ignorasen 108 empleados que intervenian en el negocio, que el señor Chavez estaba
quebrado; quc era una pura farsa la tal empresa del camino; i que
todos sus esfuerzus porquc ¡:e alterasen la cuota i circunstancillil de
la caucion, solo tenian por objeto tomar los 75,000 del tesoro,
para darlns a ciertos sujetos, i ùejar en descubierto al erario en la
quiebra, que no esperaba para hacerse oficial sino la percepcion de
aquella Slw¡a. Efectivamente apenas se entregùron los bill\!tet'oal
señor Chavez, allí mismo pasaron Il las personas, a cuyo influjo se
atribuían las estrañas resoluciones dcll'oder Ejecutivo; i el ~eiior
Chavez apareció quebrado, i el tesoro en descubierto.
Cuando
ya los billete,; habian salido de las primeras manos, i cireuluban en
el mercado, dispuso el O~¡erno que no se recibiesen en ¡at; oficinas, lo que era una \1101.1ClOll
manifiesta de \a fé pública.
Este es
en pocas palabras el filmoso contrato Chavez, en que alguna de
e~ns altas notabilidades de la época, que tienen en tutela la Admini~traeion, ha hecho, ,t"gUll la voz pública, una injente ganancia
a costa del tesoro naciom.!. La imp~
ha asegurado que el Presidente tie la HepÍlhlica fu';' in~truiclo dêf>:iJtlldo verdadero de e8tE
negocio por persona de res¡Jetabiliclad ántes de que se er.tregaaen
loô hilletes, i se consumara la ¡wruida del erario. Antel! tambien de
<J'le eso se H:rificase va el seÍI(lr Murillo, Secretario de Hacienda,
sabia <[l!eell la casa de monedê\ acababa de descubrirl!c un alcance
de mas de quince mil pesos contra el señor Chavez, como empleado que era en ella; i tal noticia deùía tenerla tambicn cI Presidente
J~Ópez.
-El deseo de estender el consumo de la sal de las salinas ele
Cipaquirá a las provincias que se proveen rIe sal estranjera, o de
sal de las salinas marítimas, en que el lc~oro no reporta sino un
provecho insignificante, determinó a la Administracion
pasada a
celebrar un contrato para establecer almacenes de sal en Popavan.
Cartago,Caloto,Honda
i Jiron; i para conducir a ellos el jénerO'. El
contrato fué censurado porque no se ajustaba a los tÚrminos de la
lei,i dejaba al contratista mns ventajas dc las que debiera; eu canse.
cuencia fué reformado arreglandoJo a los términos legales i recabando ma) ores n;ntajas para el Erario.
Puesto en ejecucion empezaba a producir conocido provecho a la renta ùe salinas, i a los
pueblos a donde, en virtud de él, se concIuei,} la sal de Cipaquirá;
porque aquellos pueblos obtenian de este modo mas barato el jéneroo La nueva Admínistracíon contrariundo las solicitudes de aIgu.
nos de esos pueblos, promovió la resicion del contrato, i logró
anularlo.
La imprenta ha dcmostrado estensamente los perjuicios
que call esta anulacion se han causado al erario i a los pueblos con.
sumidores.
l'l'CS consideraciones
hUll hecho principalmente
odioso
este negocio; la primera, que estaba interesado en su anulacion,un
rico comerciante àe la C()~ta, r.migo Íntimo, i segun la voz públi.
ca, protector o sacio del Secretario de Hacienda; porque el negocio
de proveer de sal de la Costa la provincia de j\lariquita deja a cier.
tos ducños de buques que lo haccn gran provecho; i este cesaba en
parte por lo ménos con los almaecnes de sal de Honda, cuyo e~pendia aumentaba los rendimientos del erario: la segunda, que un
cuñado del Presidente de la República habia sido tambien licitador.
pero no el que hizo mejores propuestas, cuando se puso en licita.
cion aquel contrato; i tercera en fin, que el mismo Presiùente de la
República, ántes de serio, quiso que el contratista lo llevara en
parte en el contrato, i este no aceptó 188 condiciones.
-Discutiéndose
en el Congreso de IS4!! la lei sobre libertad
del tabaco, que fué sancionada el 12 de Junio de aquel año, pretendió el seÍlOr Murillo, Secretario de Hacienda, que se introdujese
un artícu.lo que autorizaba al Poder Ejecutivo para vender Call anticipacion las existencias de tabaco que quedasen al terminar el
monopolio del Gobierno. Los diputados de Antioquia i Cartajena
principalmente hicieron ver que si se vendian a un solo negociante
o compañía con anticipacion todas las existencias. este podria continuar por muchos meses el monopolio, alzar a su voluntad el precio del jénero. i sacrificar a los pueblos, particularmente a Jas de
Antioquia. las costas del Atlántico i el Istmo; que esta era tanto
4.>
ma!! probable cuanto que el contratista seria la compania produC'tora del tabaco de Ambalema, que contando como tal, i como dueño ell gran parte de la navegacion del Magdalena, con todos 108
recursus apetecibles pam asegurar el monopolio, no dejaria de hacerlo, duplicando i cuadruplicanùo el precio, con lo que exijiria una
enorme contribucion a los pueblos.
Por estas i otras razones las
Cámaras desecharoll el artÍl.:ulo, no obstante los esfuerzos del señor
Murillo, que segun se dijo entúnccs, ya tenia arreglado el negocio
eon la compaÍ1Í<\ productora del tabaco de Ambalema; i para evitar
que semejante contrato se verificase se aprobaron los artículos siguientes:"Alt. 8.° rie h lei citadfl.-Si el (lia l.0 de Setiembre de 1850 se
adeudaren nuIt algunas cantidades de tabaco en la factoría de Ambalema í Jiron, podrà disponer ci POtIer Ejecutivo que se paguen con las
existencias ùe que truta esta I('i, o que se contrate la produccion del
que fuese necesario para la completa sutistilCcíon de las espresadas
deudas.
"Art. 9.° Las existencias que se encuentren ('n las oficinas ùe la
Hepública ell.O de Seticmbre de dicho aíio rie 1850 i que TIa se apli .•
que n al ohjeto del artículo anterior, se sacarán a pregoll i remate i se
vcndl'rlÍ.n al nH'jor po,tor."
Las Cámaras quedaron satisfechas·, contando con que estas
disposiciones tan terminantes como son, iUlpedirian el que el Poder
Ejecutivo trasmitiese el monopolio a la compañía por medio de un
contrato; i que las ventas se harian por lotes en todas Jas provin.
cias; pero se engañaron, porque el Secretario de Hacienda echando
a un lado tales disposiciones, celebró el contrato; i hoi Ja compañía
es ducño de las existencias que el último de Agosto haya en Ambalema i en las provincias que de esa factoda se proveen.
En vano varios capitalistaõ de .Antioquia se presentaron ha.
ciendo ventajosas propuestas; en vano algunos Senadores intentaron hacer pasar un proyecto para impedir que el funesto contrato
se realizase; en vano .clamb la imprenta contra una violacion tan
terminante de la Ici, hecha en Pérjuicio de }os intereses del e.-ario i
de los pueblos i en provecho de una compañía;
en vano sujetos
respet.¡1bles representaron directamente all'oder Ejecutivo para que
TIO consumase
tal escándalo; d est:i consumado.
Los pormenores
de este negocio son mas irregulares i mas
feos, si es posihle, que el fondo mismo del negocio; ; los rumores
que circulan, i que seguramente
no podrún probarse porque no
estarán consignados en escrituras públicas, son peores aun.
La estension dc este escrito no nos pcrmite entrar en detalles,
i remitimos a los lectores fi las estensas pu blicacianes que sobre este
asunto han visto la luz pública.
Sin embargo cituremos unas pocas
circunstancias para que puedan juzgar los quc no tienen facilidad
4G
de leer otros escritos.
En el contrato celebrado con la compÚiía,
i que se publicó para su mejora, se resErvaba a esta el derecho
Ilingular de tanto; cotoo este era un privilejio insostenible no pudo
resi~tir el Ejecutivo a los fundados clamores de la Impreuta, i celebró en 4 de Encro un contrato adicional, cu que la c(}J\lpaúía rcnunciaba ese privilejio gratuito que el Gobierno le hahia ùUli<J;pero
esa renuncia que alteraba sustancialmer.te el contrato, i lj\ll~ aurlü
en parte la puerta a la licitacion, no fué publicada sillo al cah" de
dos meses, el lO de :\larzo, cuaudo ya llO podia ser cOllucida con
la anticipacion necesaria en Antioquia, Cartujcllll e JSI HW. Ell el
artículo 11 del coutrato se estipuló:-"'jue
el Gobienw ,,~ COUlp"')metia a I/O vendel' ni disponer del tabaco sillo en la call1ida'] pUlamente necesaria para el aba~to i consumo pllr menor enl"s u!i¡;Juas
de espeudio, a juicio de la Direccion de ventas, sin csceuer jas
cantidades señaladas en los presupuestos ya pasados a la compaÎiía
contratista de produccion (que era la mi'lIla."
El objeto de semejante estipulacion es manifiesto; impedi!' que Jos com,lllllidores se
proveyesen con anticipacion, i evitasen el que los nuevus monopolistas lus esprímiesen con la alza del precio del tabaco.
Despues
de hecha semejante estipulacion, el ~c.:crctario de lIaciènda Il" ~::"::l
embarazo para decir en el Senado: que el Gobierno se ocupaba de
proveer las provincias lo mas abundantemente posible.
Si esto era
verdad, era un IIcto de perfidia, pues se f¡¡ltalta a ]0 estipulado; si
no era verddd, era un engaño indigno que se hacia al Senado.
-Tenia
el señor Mackintos, s:Jùdito ingles, un crédito contra
Colombia, que fué dividido entre los &tlldos cololllùiano~;; la N ueva Granaria cunsolidó la parte de IR deuda que le cupu en la di\"ision, juntamente con otras muchas deudas pagaùeras.
El apuderado de Mackintos despues de haber aceptado este arreglo, i
recibido obligaciones, i cobrado intereses de la deuda como l'Oll:;Olidada, protestó contra la disposicion que haùia dado taJ caracter Il
fU crédito;
i entabló una reclamacion en for¡na, que fué patrocillada por la legacion inglesa. Discutida lletenidalllente la cuestion, el
Gobierno de la República demostró que la reclamacioll no era fundada, i el señor Ordoñez, Secretario de Hacienda de la A<lministracion Herran, puso punto al negocio, sin que la legacion insistiese
en sus anteriores exijencills. Algunos años desplles, siendo 8ecretario de Hacienda de la Administracion
Mosquera el señor Flo¡entino Gonzalez, biza la legacion una nueva insinuacion, i a virtud
de ella el señor Gonzalez, desatendiendo el.curso i término de la
cue$tion, i el sello de la lei que la había decidido, declbró que la
reclamacion era justa, i que pediria al Congreso que derogase las
.leyes existentes i satisficiese los deseos del señor Mackintos. Efectivamente, esta solicitud fué presentada al Congreso de 1848, que
4i
viÓ C()lJla ma\'or indigaciolJ la conducta ciel Secretario de Hacienda, <¡ue dc tai modo 'habia desconocido los d"herc~ que como ejecutor de las le\'e~ tenia, sacriiicado los interese, de la )t,'pÚblica,
insultado la dignidad de la lejislatura, i comprometido el pillS. La
propuesta del ~ecrelilrio de Hacicnda e~taha reducidil a que se flutantizilse la (ltuda de l\l¡¡ckintos, i semejante proyecto fuÓ rechazado en la Cámara de Rt'prescntantes
por un \·(¡to unánime. contribuvendo Il él los seÍ\ort>s Zaldua. Paledes i ),furillo.
En 11149
se pr'cscntü de llueva ¡¡(Iudia pretension en la misma C,lmara i fué
rechazada por ulla inmensa l\la~ol'Ía.
En I ~50 el mismo sellOr
l\1urillo, que con su voto habia leci¡:¡z:.do la pretension de IvIackintos, de quc su deuda fuese flot:.ntizada estaiJlceiélldose un plivilejio en su favur, propuso a las Cállla~a:i, i obtuvo de hl:; mayorias rojas qlle se otorgase ese privilcjill.
El efeeto de la flotantizaeioll de esa deuda es hacer que se
pague en las aduanas, i que las obligaciones que eOl'rian al 16 o
lê pvr ciento adquieran Uli valor de ~O por ciento. Con la deuJa
de Maekintos se ellllsoliJaron tHlI\bieCll::.deuda de t('';()l'ería i otJ"ll8
deudas li favor de gram:dinos, que eran mas jutitas i lJIa~ sagradas
(lue la de :\tIaekintos, procedente de la venta de elelllenhs de guerra a precios los mas exorbitantes, i cuya compra no fué debida.
mente - autorizada ni aprobada por el Gobitl"no de la República.
Si habia ju~tieía para flotantizar la deuda de :\Iackintos, i cuad¡ uplical' el valor de sus ohli~aeiones, igual i mas evidente justicia
debía habcr para fl.ltantizar la deuda de tesoreria, I hacer igual
favor a los acreedores granadinos. El privilejio concedido al acreedor cstranjero i a unos lIIui poco. granadinos ,<Iuese h'\n identificado con el, es una injusticia patente. es una i!liquidad.
La con·
ducta de los hombres ftUe con tanto vigor rechazaron aquella
injusticia en 1IH8, i yue eon tanto ardor la patroeinaron en I SãO,
merece la lilas sincera reprobacion de parte de todos IllS hombres
impartiales i justos.
La deuda :\tlackintos a<'ciende a lilas de un
millon i medio de peso~; de manera que el gravárnen in'pllesto al
tcsoro nacionnl con ~u IHlgOsuep",ivo es enorme.
-Los
hombres del partido rojo tiencn de mucho tiempo atra9
un fervicntc dcseo,que ja.1Jas los ha ~Ibandonado, de apoderarse de
las fincas i prillcipale~ pe ·tenecientes a los eSlableeimie¡¡tos de enseñanza, a los hospitales, a las iglesias, a las comunidad,,!,; n'lijio.
sas, i a todos los estaÍl ccilllientos i fnllCh:eiollcs de paridad i de
piedad; i habria si,lo una cosa sorprelldente Ylle ln AdllJilli~tr¡¡cion
del 7 de Marzo 110 cst(ndiese desde luego la g<lTril sobre esos
bienes. El señor :\Iurilll se encargt', cie prevenir la c~tlaÏ1e'l.a que
un escrílpll)o en este lIe!;",¡r;iohubiera podil" CilUsar. Eu su proyecto de lei de erÓdito ptÍ [¡lico propuso el articulo I b que dice as i:
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«Art. 18. El valor capital de todas las propieùarle~ J>crtl'ncci('n~
te~ n Universidades, colejios, esellclas, caSll~de edueaeion, i cllal(',quiera otros establecimientos de educacion; ho~picio~, hospitalf's, ca~as
do 'wndiceneia i caridad, i obras pias dependientes de las autoridades
políticas i civilt's; i los prJllcipales impuestos a censo en favor de cual~
quiera e~tablecimient" de los mencionados, sell que ,c hallcn impuestos sobre fincas de propiedad de la República, o que lo esten so!Jre
fineRs de propiedad particularl serán convertidos en renta~ sobre el
tesoro al seis par eir.nto, sujetándose a las reglas siguicntes:
"l.' La suma o valor capital de la~ rentas q Ile ~edÓ a lo~ establecimiNltos espresadas sel'á la que se npcesitar" para I'l'odueir al seis pOI'
ciento anual un interéS igual al arrenùulllipnto ùe la i1nca o rc,lito del
principal convertido.
"2,· Las .'entas sobre el tesoro al S(lÍspm' ciento qUI? se emitan a
virtud de la disposiciou contenida en este artículo, Jo SCr:'lflt'n rOrllla
de certificacion en favor del respectivo establecimiento iutercsudo, i no
cn favor del portador.
"3,' El arrendamiento de IllSpropieda(le~ de que se babla en e;;t,!
articulo se estimarà por el que produjeren al tiempo de la cvll\oersion,
o por el que se lesdéen avalúo d¿ peritos, si no estuvieren arrcndada,.."
Esas fincas i pricipales. segun el artículo 19. debiun rematarsc
por obligaciones de rcntas soble el tesoro.
Segun la regla i', por una finca o un principal que Plodujese
cinco pe ••os anuales, i que valdria cien pesos. porque casi todas las
fincas raices i censos producen en la República un cinco por ciento.
se daria al establecimiento un documento de renta sobre ci tesoro
nl6 por 100 de un valor nominal de 83 pesos 5J reales. que co.
rriendo cn el mercado al 40 por 100 valdria 33 pesos 3ft l'S. Dc
esta manera los valorcl! que todos aquellos establecimientos ticnen
cn flncas raiees quedarian reducidos a lu tercera parte.
Las do~
terceras restantes se repartirían entre el Gobierno i los tenedores
de obligacionell de renta sobre ci tesoro. que serian los Únicos pos.
tores. ¡Hé aquí lo que se llama un Gobierno paternal! ¡Hé aqui
un Gobierno que ha sabido aprovechar las lecciones del Alac1'Qn, i
que da un gran paso de progreso en la carrera del comultislIlo!
¿Qué seria de esos colejios. de esos ho~pit<lles, de esos e~ta.
blecimientos de caridad, de esos obras pías i de todas esas escuelas
parroquiales,el dia que saneionadoun proyecto semejante (luedasen
privadas de sus fincas i principales i recibiesen en cámbio un papel,
contra un deudor fallido, que 110 puede ser ejecutado?
Que deja.
rian de existir forzosamente.
No se nns diga que la He¡Híblica
quedaria obligada a pagar los inteleses, i los pagaria; porque obli.
gada esta a pagar integ'lamente los intereses de la deuda esterior. i
de la deuda interior, i no los ha pagado IIi los paga.
~ o se nos
diga que todas las rentas quedurian hipotecadas. recihiéndose en
pago lus cupones ùe lbS obligacioncs; porque hilJl1tccat!¡\s estaban
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tambien para el }lago de los intereses de aquellas deudas varias
rentas espccialcs, i no por eso se han pagado; i cuando convino se
cchÔ a un lado la hipoteca.
El señor Murillo dice en su informe que debieran dcjarse para
mas tarde las fincas i principales de las iglesias i conventos, qu'- t:ll
vez se entregarian de grado a la trasformacioll.
Parece que csto
perjudicó al buen éxito del proyecto en la Cámara de Representantes.
El señor ParJo atacó el articulo como un acto arbitrario
de despojo; una gran parte de los rojos creyó l~ n,rdida deficiente
no comprendicndo los bicnes de los convcntos; otros juzgaron que
cuando se trataba de proceder cOIltra los jesuitas no convenia atacar a los demas eclesiásticos, i el articulo encalló para revivir en el
aïio entrante.
-La Administracion ~Iosquera celebró un contrato con ci sCllOr
Manuel Ancizar, a virtud del cuulle anticipó 10,000 pesos para
comprar una imprenta, i se estipuló que Allcizar haria u ciertos
precios las imprcsioncs oficiales qnc costea el Gobierno, i con una
parte del valor de eSllS imprcsiones pa:;aria la cantidad anticipad:\.
A mcdiados de 1840 vcndiú el seÍlor Ancizar lu imprenta li una
compullia a cuyo nombrc hablaba el seíior Antonio l'raùilla, i cntre cuvos socios sonaba el señor :Ylurillo. En el mes de Encro de
este a~o se ha celebrado un contrato, reducido Il escritura pública,
en que el señor :\lurillo, Secretario de Hacienda, compra aljuel
establecimicnto por la cantidad de 42,9)(j pesos.
La Ici dc gastos apropia anualmente 12,000 pcsos pRflI impresiones oficiales; en este alIO no ha bastado aquella suma, segun se
ha asegurado en las Citmaras, i se h" exijido una suma mayor p~ra
el entrante año económico.
La Secretaria dc Hacicnda no nH1S
tiene asignados para sus gastos cie impresiones mas de 40,000 realcs. La ganancia del empresario de las impresiones está en imprimir lo mas posible, i en imprimirlo lo mas caro que puccla; el
intcres del tesoro público cstá en que no se imprima sino lo que
sea absolutamente necesario, i en que esto se haga del modo mas
económico; de manera que están diametralmente opuestos los interescs del empresario i los del tesoro. Cuál de los dos intereses opuestos en esa lucha prevalece en ci ánimo del scñor !\lurillu, que por
un lado es, como Secretario de Hacicnda, el guardian del tesoro, i
por el otro es el abogado de la empresa dc impresiones, como que
es el empresario mismo, nos lo ha manifcstado el seÍlOr Alfonso
Acevedo en la Cámara de Represantantcs;
ci voto del seiíor Accvedo amigo íntimo del señor Murillo, i defensOl acerrimo dd Secretario de Hacicnda, valdria poco cn lo favorable a este s~iíor,
pero cn lo que Ic'cs ad\'crw es un voto decisivo; ci sCllor Acevcdo
4
;'0
ha dicho: "que se imprime mucho mas de lo que se necesita, que
cn su casa cuaudo necesitan papel escrito mandan a compraria a la
caIJe de Florian, eu donde se obtiene pOI arrobas a tres cuartillos
la libra, no de Gacetas viejas sino de Gacetas nuevas,"
Es pues
una cosa a toda luz evidente que el señor Murillo, Secretario de
Hacienda, haciéndose empresario de impresiones oficiales se ha colocado en una situacion en que el buen desempeíio de sus funciones es incompatible con sus intereses; i que en esta contienda,
segun la opinion de su amigo, no son los interescs públicos los
que han triunfado.
Lo que el señor :Murillo ha hecho cs un delito dcfinido csprcsamente en el Cúdigo penal. En el capítulo quc trata de los juncionarios o empleados públicos que ejercen negociaciones, i contrael1
obligaciones incompatibles con su destino, se encuentra el artículo
52U que dice:
"El funcionario o empleado pÚblico qUI', abil'rtampnte o por
medio de un acto simulado, por sí o por illterpul'.;ta I)I'),~()lJa,tOH10
paru sí, I'n todo o parte,fincll o tf'r>rtopu ('Ilya ,-¡¡uasto, arriendo, adjudication,
embargo, secu('stl'(', I"'l'tici"'l judicial, d"pósito, O AD.MI:'i"ISTRACION, iutervellga por l'aZOIlde su cargo u oficio; o cualquier a de las personas referidas que entre a la parte en alguna negodarion o eSJleculacion de lucro o interes pcr.oonal que urse sobre las
mismas fincas o efectos, o sobre cosa en que tt!ll[;la igual intervnu'ion
oficial; )Jerdel'{¡ su empleo o cargo, i pagará Ilùemas una multa del
sei, "I ùoco por ciento uel in.porte ue la finca, efecto, o interes de IR
negociacion."
El seíior l'lurillo ee evidentémente reo de peculado; i como
mui bien ha dicho un escritor público, no bai sino un pais libre en
cI mundo en que un Secretario de Hacienda convencido del vergonzoso delito de pcculado permanezca un dia en el Ministerio,
ese pais desgraciado es la Kueva Granada.
En toda nacion libre
al saberse que un Secretario de Hacienda está especulando con el
tesoro público, las Cámaras lejislativas no solamente exijirian su
inmediata reroocion, sino que lo sujetarian a juicio i lo castigarian
severamente.
Pero en la Kueva Granada, compuestas las mayorías
de las Cámaras de dependientes del :Ministerio, en vez de juzgar i
c¡¡~tigar al Secretario manchado con el vil delito de peculado, ensalzpn -:1 delito, i premian al delincuente.
Así fue que presentaron i
aprob:'ron un pr"yecto de lei para comprar al Secretario especulador
COllel erario esa imprenta cuerpo del delito,e hicieron de ese proyecto
ullrlC'gocio'gra\'ísimo de Estado. Acto semejante de inmoralidad, de
corrupcion, de cinismo, de desvergÜenza será increible en los paises
civili7.udos, sin embargo él es una deshonrosa realidad.
Hai todavia mas en este negocio; atacado el señor 1'11lrillo por
51
la imprenta a cau~a de este delito. ha dado la lespuesta mas peregrina quc es dable imajinar; 110 lo ha negado, lo confiesa categóricamente, era tambien imposible negaria; pcro sostiene i prueba que
no es él solo el delincuente, sino que tiene uu ctÍmplice, un ausiliador ¿I quién será cse cómplice, ese ausiliador?
Nada ménos
que el Presidente de la República Jeneral José Hilario Lopez. Para
probar la complicidad del señor Lopez ha publicado el doctor
Murillo en el Neo-Granadino una carta suya. en que asegura que
él mismo lo exitó a cometer el delito de peculado, comprando la
imprenta en que se hacen Jas impresiones oficiales, i que para ello
le ofreció dinero.
Despues de hechos semejantes ¿qué consideraciones, qué comentas pueden añadirse? Nosotros nos limitamos a decir: veed
hombres imparciales i justos qué gobierno teneis; veed la mora·
lidado vced la rectitud, veed la dignidad de los hombres que con
vuestro voto habeis enviado a los mas altos puestos de la RepÚ·
blica.
-Segun
lo manifesta:nos antes, la comision de arbibios demos.
tró en 1849 con datos oficiales suministrados por el mismo Secre.
tario dc Hacienda, que la situacion dcl tesoro público era ventajosa;
que si en Junio de aquel año no habia en las arcas públicas el
dinero suficiente para atender a todos los gastos, habia créditos i
valorcs venales de fácil realizacion no solo para cubrir los gastos,
sino que dejaban un e¡;eedente notable. Se necesitaban únicamente
intclíjencia i actividad para que los ingresos bastasen a lo!! egreBOS; sin embargo se ha corrido un año. i la situaeion del tesoro
lejos de haberse puesto en el estado de desahogo en que debia estar,
se encuentra peor que nunca.
El Estado no cumple SUIl compromisos mas sagrados; hau dejado de pagarse los intereses de la
deuda pública tanto intcrior como estranjera; no se pagan ni las
pequeñas cantidades que se deben por contratos i servicios; los
empleado!l inferiores no reciben por sus Bueldos sino papeles en
lugar de dinero; los acreedores del E~tado se desesperan; i el dinero
de las rentas i contribuciones
públicas ha desaparecido,
no se le
encuentra en ningpna parte.
La caUSElde todo esta está en lá
ineptitud i abandono de los principales empleados en la hacienda,
en el mal manejo de muchos, en los fraudes insolentes de otros.
Es que se han escojido en jenera\ para los puestos públicos en este
importante ramo
a los hombres mas intelijentes, mas probos,
mas activos, sino a los que por su violencia i e:x:alta(lfon o por sus
antecedentes revolucionarios
son mas del gusto de la Camarilla.
Lus pocos empleados que hai activos i honradus,teniendo
que guardar consideraciones Il los favoritos del :Ministerio i de la Camarilla
pueden hacer bien poco; i así se ven en diferentes partes empleados
no
ú2
fallidos que continuan en sus destinos con escándalo jeneral.
I~s~
desórden, ese descrédito, ese estado deplorable del teimo público
son una demostracion perentoria de ineptitud i de ('osas peores aun,
contra la Administracion del 7 de ~hrw i s,:, ajcHtcs.
-A la vista de este desgreño del tesüro, i del alcance que en
los aîios sucesivos debe resultar, a causa de la mal combinada supresion de la renta de tabacos, i no sabicndo qué hacer la Adrni.
nistracion actual para obtencr fondos cuantiosos para sus gastos,
imajinÔ el Secretario de Hacicnd~ un recurso, tan c{¡modo para él
como oneroso para los pueblos, que llamó descentrali=aGÍon de los
gastos.
Este injenioso recurso cOllsiste en reservarle al Poder
Ejecutivo todas las rentas pingÜes para que haga lOBgastos de sus
sueldos, los del Conglcso, los de la fuerza armada, i algunos otros
que no interesan directamente a los pucblos; i echar sohre las provincias todos los gastos que su administracion políticll, la justicia.
la policía, el culto, i los demas ramos del scryicio pÚblico exijen,
asignándulcs para ello las rentas mas desacreditadas e improductivas; de manera que las Cámaras provinciales compelidas por la
lei tendrán forzomment¡; que imponer a los pueblos fuertC's contri.
buciones, o dejar il las provincias sin juece~, sin tribunales, i sin
los dcmas funcionarias que les son indispensables.
Estll idea del
Secretario de Hacicnda, tan provechosa para ci gabinete i tan
opresi"a para las provincias, fué acojida con entusiasmo por las
mayorías ministeriales de las Cámaras; i así era de esperarse, por
que esas mayorías compuestas de dependientes deI Poder Ejecu.
tivo, cran representantes dcll\Iinieterio i no de los pueblos.
El Congreso de 1850.
Despues del 7 ùe Marzo la imprenta conservadora guardó si·
lencio, los partidarios de la nueva Administracion exaltados obraron
con la mayor actividad en todas partes para ganar las elecciones,
los conservadores
divididos i desconcertados como quedaron des.
pues de aquel acontecimiento no hicieron sino débiles esfuerzos en
algunas partes, i en otras ninguno para obtener ci triunfo, las autoridades rojas abusaron de su poder en dond! quiera para intimi.
dar a los electores i sacar a todo trance los candidatos del :\linisteria.
De todo esto resultó que las elecciones para el Congreso
salieron en casi todas las provincias a gusto del l\linisterio, i las
Cámaras leji¡;lativas tuvieron m¡¡yorías rojas; en el Senado estaban
casi equilihraùos los votos, pero en la otra Cámara mas de los dos
tercios eran rojos.
Esto ha servido pala juzgar con datos irrecusables los principios prácticos, .Ias capacidades i la conducta digna
o indigna del partido ministerial, representado en estas Cámaras
·
')
~J'"
por 10 ma~ florido de su personal.
Si la cstension de este escrito
nos permitiera hacer nn eximen detenido dc torlos los actos de las
Cámaras de 1850, los pueblos podrian fallar con entero conocimiento, i su fallo seria una condenacion unánime de las mavorías
que han teñido a su disposicicn cI poder de Icji~lar; pero sul~ podemos presentar algunos hechos a lTlas de los que quedan e:::puestos.
Kos abstenemos de analizar las leyes salidas de esta
lejislatunl, porque ellas son promnlgadas en todos los pueblos, i
pueden por lo mismo ser juzgadas por todos.
Nu así los hechos
(Jue quedan ocultos en el recinto de la,; Cámaras.
-E,tando
en el Senado, al tiempo de las clcceioncs de Presi.
dente, dcmas oficiales (ic la Cámara, en igualdad los consen'adol'CS i los rojl)S, los candidatos rojos para la Presidencia i la ,Viceprcsich:ncia, seïlOres :\Iantilla, Azuero i Afanador votaron por si
mismos, i esto no una \'E';~ sino en todas las tres elecciones que se
hicieron durante las sesiones ordinarias.
E,tc acto de indelicadeza
no hahia tenilio ejemplo en la República; i no hai persona de un
caract"r medianamente ekvado quc se imajinase que tales actos de
cinismo habian de verse repetidos en el Senado de la Nueva Granada.
-I Iabiendo oltenido aquellos sujetos por el medio referido la
Presidencia del Senado, su conducta cn ella apoyada por su partido
!lO fué digna cie tan clc\"Udo puesto; diariamente se presentaron
e,eeml~ rCf>ugnnntes, ql\(~ofcndian la decencia i esa delicadeza ¡lUdoro,;a que deben caracterizar a los hombres que encabczan la Nacion. Cada vez qlle se presentaba ulguna de esas cuestiones en que
el Ga:¡incte estaba interesado, cra ocupada la barra por ciertos
empleadus de las ofieina5 del Poder Ejecutivo, por dgunos vagos
de los afi!iu(los en la Sociedad Democrática,
i por algunos estndiante~ (¡eudus o depenùientes de los mismos SClladores ministeriales, que formaban Ilna pandilla organizada i disciplinada para turbar
el órdl~n. interrumpiendo a lus oradores que combatian las ideas
del ::\1 ini¡,teriu; era cosa mui repug-aante \'er li ciertos Senadures
ministeriales dirijir desue SIlS asientos con jcstos i ~,demanes aquel
dcsórÚen.
Cuan<4£>sc reclamaba ci Órden, i se exijia que se hi.
ciese guarclar la compo.,tura i el respeto que se cleben al Senado, ci
Presidente mismo se hacia el abogado de los alH\ndillados, i en \'ez
dc eum;¡lir cl reglamcnto !)rete,lllia que los in~:'r"lIptor~s estaban
en Sll derechu iuterrumpiendu
a los Senadores c iuespetando al
Senadù, cs dL'eir, que aqucllos hombres tcnian d"recho de perpetrar
impun8mente el delito ddinido en ci artículo ~!J5 ciel Código penal.
En una de esas scsioncs en que se llevaba a la barra del Se.
naù:) una partida preparada pura impedir la disension, interrum-
54
piendo a los oradores que no aplaudían al Ministerio, huho una
escena no vista jamas ell Iluestra~ Cámaras.
La mllvoría del tle.
nado negó un artículo de Ull proyecto del gabinete; íos ministro8,
contando seguramente con que una gran parte de los miembroli de
las Cámaras eran empleados de su dependencia, que debian estar
a su disposicion, no esperaban que hubiera una mayoría bastante
osada para dar un voto contra ]a voluntad espresada del gabinete;
i usí fué que mostrándose singularmente
sorprendidos i enojados,
uno de e\los regaño al Senado con toda la altanería i acritud con
que un jefe de oficina de mal humor puede reprender al humilde
portero de su despacho que ha desobedecido sus órdenes.
Hubo
un Senador qUE'no pudo sufrir callado el ultraje irrogado a la Cá.
mara, i lo rechazo con dignidad; pero cuando debiu esperarse que
el Presidente i el Senado entero se asociasen al rechazo de aquel
insulto, los Senadores dependientes del Ministerio, i el Presidente
que era uno de ellos, se unieron a la pandilla de lu barra para
corroborar el ultraje que el :Ministro hacia a la augusta corporacion, i estorbar con un tumulto que se defendiese la dignidad del
SE¥1ado.
Como el nÚmero de Senadores ministeriales era igual al de
conservadores. i algunos de estas se encontraban enfermos por lo
cual no podian salir de noche, el presidente ministerial adoptó el
partido de convocar a llesione3 nocturnas para considerar los ne.
gocios en que se interesaba el gabinete, pero no lo hacia con la
franqueza que debiera, i como el reglamento lo exije, es decir,
manifestando el objeto de la sesion, sino que lo hacia con misterio,
i con trampa, si es permitido usar esta palabra.
Si concurrían
bastantes Senadores conservadores para combatir el proyecto en
que se interesaba el gabinete, se por.ia en discusion otro negocio;
si no concurrian los bastantes entonces se tomaba en consideracion
i se aprohaba el proyecto del gabinete.
Semejante conducta es
reprensible hasta entre los socios de nn garito de fonda, pero en el
Senado de la República es sing'llarmente indecorosa e indigna.
Es
de esta manera que se han hecho pa!lar el proyecto de compra de la
Imprenta, i otros varios que deben avergonzar a los que los apro.
baron.
El artículo 102 de la Constitucion da al Poder Ejecutivo la
facultad de nombrar 108 Jenerales del ejército con el consentimiento
del Senado; actualmente hai muchos mas Jcncrales de los que debe
haler segun la lei, por consecuencia de las k·yes de reinscripcion;
i por tantlJ no puede nombl arse ningun .leneral.
Pero la mayoría
ministerial del Senado en sus últimas sesiones, para dirijir un ado
de adulacioll al ~linisterio, i abrir1e cI camino a la violacion dc la
lei, se anticipó a dur un consentimiento, que nadie lc pedia, para
55
que el Poùer Ejecutivo haga Jenerales al Secretario de Guerra. í
al ~eiillr Frallcr).
El seÎ1Gr Wilson solicitó privilejio pl\ra ahrir el canal de la
rilia, 'Ille C~ UIlOde lus brnzGs ùel Magdalena que va directamente
III mar, por donùe ahora no pueden entrar buques.
Como la apertura de '¡(lUeUa via no cierra ni estorba ninguml de las vias cxis.
tcnteti, es claro <¡ue no puede causar ningun ùaÎIO al comercio; i sí
el gran bie'1 ùe que los buques ùe vapor que entrarían por aUí
estableciesen competencia CO,l lo~ bU(lues de la Compañía de Santamarta, i bajasen los precios ùe trasporte, cesando ri flmesto monopolio que ahora ejerce dicha Compaiiía.
Pero como el señor
Ahclb es empresario i directo!' de la Comp¡,ii¡a monopolista, echó
abajo el proyecto COlisn confraternidad roja en el Senaùo.
En la Cáma!'a ùc Representantes la mayoría ministerial era
enorme; i puede decirse que allí no habia discusion sino sobre aC[lH,lll'sn"gocios insignificantes qlle la Camarilla les queria abandonar para ¡¡IJe !e entretuviesen; los asuntos de algllna importancia,
o ùe ¡¡lgun il:tercs los decidia la Camarilla, i la mavoría votaba sumisa Jo resuelto
'
La COlllí,ion de la mesa c0mpucsta ùe las primelas notabili.
dades rojas de la C.i.llara, fué tan incapaz, que Dll obstante esa
cnormc may,)ría pl1ra hacer pasar cnilnto qucrian, los negocios no
marchahan; i apesar de los deseos del :Vlinisterio 110 salíeron yarios
proyectos, por la pON aptitud ùe los scñoresObandu. Lievano i Pradilla c;uc constituyan aquella comitiilln. Nunca jamas desde 182:;
hahiamos "¡siu Ulla Cámara de Reprcsentantes mas pobre de intelijencias.
La oposicion alcanzaba apénas a un tercio de la Cámara,
i sin embargo \¡.Ibía en ella ruas hombres oe talento í de saher
que en la nUloerosa mavoria; el mísllllJ selior Ouando así lo recunoció i lo confesó.
El'iJiariu de debates, no obstante lns reformas
que en él sc intrOlhll:j;¡n, es un triste monumento de la insignificancia de esta Cámartl.
}','ro no e,; precisamente la falta de talentos i ne luces lo que
hace h lIleng-ua de la~ mayO! ias lejislativ'IS ùe I ~50. es otra falta
cíen v('ces peer; cs la falta de independencia. la falta de digniùaù.
Ens m"y, rí.\~ ban dado ci ejemplo fu\)('"to de ahyeceion que no se
yii, :'11;1", p: {"~ r"!'·¡nhia ni Cll la Nlleva Granad~. J~o;asmavorías
se ¡:e''llian I'ura acordar cuanto el :Vlíní,terío queria, en lá' casa
misma del S"ë'llll'~'¡Ulilia, en la casa de csa imprenta, cllerpo del
ùelito de pec'_llado del Secretario de Hacienda; i alli recibían ùe CI
las órdrnes, que sumisos ejecutaban en las C¡ímaras. j.\h! E,to
es humillante, oprobioso para la Nacion! Los granadinos que estie
man cI decoro i dignidad de su patria sentirán arderles ci rostro de
:iG
\'~rg-üenza RI ver tal grado de nhyeccion en los Representantes
de}
)lueblf).
Sin embargo, al saber las circunstancias pcrsonale~ dc la mayor parte de los hombres que constituían esas mayorías, bien podia
sospecharse, ya que no el grado de abyeccion a que Ilegarian, por
lo ménos una condescendencia
funesta a todos los caprichos del
Gabinete. Véamos ese personal.
Senador por Casan are el señor Camacho, administrador de
rorreos de Bogotii; por l'amplona el señor Plata, contador Jeneral;
por el Socorro, el seiior Afanfldor, aspirante de obispo; por Bogotá,
el señor .:\fantilla, Gobenwdo¡' de BogottÍ; por ~civa, ci se¡¡or Lomhana, R/'ctor de la L'lIivrrsidad; par Panamá, ci señor el Obaldia,
Gobernador de Pan/l¡¡¡il,.por Chiric¡uí, el seíior Lopez, cofector de
¡'entas; por Veráguas, ci señor Fábrega, Gobernador de '·'f'I'{Jguas;
por ~lompos, el señor Florez, administrador jeneral de !wciendu;
por Santamarta, (li scñor Abello, cI homhre de las ~randes cspeeulaciones con el Gobiemo (*); otros Scna(I()fI',< q\le no tienen empleo del Poder Ejecutivo tienen bjos cIIlplcades. Clue es lu mismu,
como los seilOres Samj>eT i Azu('J'().
Heprcoentantes por Bogot:i, hs s~îi()re:; Ol"\1ldo, comandante
j('I1emf; Li2vano, administ radar de lfl satil/u de Cftita; Bulla. admi¡¡istrado/' d~ fa satina de Cípaqllim; Lei\'a. Cobi'l'llador del 80corro;
Guarniw, fiscal de Cundinamarcfl; Acevedo, Er,turf/rlflo df! Negocias
l!\PECTORE; por :\luriquita, el SellOI';\nzula, Gobernador dr Mariquitr¡,. por el Cauca, el se¡¡or:\l. Soto ..fiscal; por Porayan, el ~('!lOr Diago,
Gobernador; pur Panamá, el señor P. Al'oscmena, Cvbernador; ci
sl:ñol An~ulu, colector de rentfls; por Cartajl'lla, ci st'Îlor l'\ieto,
.J'je J!0I,tÙ'o de Cartajena; par Hiohacha, el ~CÎIOI'l),lza, Gobanador;
por ~Iompos, el se¡¡ol' Alvear, flr//llillistradnr de cOITros:por Ocalla,
d sellO!' ::\'n¡¡cl, Gobernador; pGr I'umplona el sl,ïlOr Var~as, Goor/'¡¡aúor, i cl sellOr Serrano, emplmdo cfr !tr!c;,.':/f!r::pOl' Tunja ci
~eÎl()r :\lorabs, fisc(1!; .s. ,y. Otros muchos p'prcsentantes
de la
mayoría sun empleados, o dependientes. () nspirantes, por maneIll
C¡u~las circunstancias de la mayoria la hacían lo que fue.
~llnea se hahia visto un Congr('s() C'()ft'I".IC·stOcumo este
de ajcntcs del Poder EjeC'uti\'o. Ell lodos tiClllpOS habian entrado
a las C:lmaras algunos empleados amovibles por el Parler EjeentiVa, pero su número fué siempre roui I'edacido, lo que hacia insige) Prps~jlldie:Jdo ùe los negocios d~ aduana, ck la" clwaiíns del comercio
d ....!'õalde In Costa en la· provincias
dd interior, ('n clarw de la renta dC' ~alinrt~,
c/e'I n~g-o['io de los nlror".~, t\:! &'. 01.' '1'Jt> no dpciJJlO;'; tina palabra, pl H~îïor
Allcllo
l1f'va b cl1arta p~\r~('d('l I)(>f!()C'Îo dl" pxi~tl.·llf.'i'l~;d:~ tt.d)ÍH~O<;:. qn·: tanto i
lall flll1d·.d(l
c!-cálldalo 11l'\causado: ¡ las ac(~i()j1I""t1f'"f":" n[';!'iiC!O ['(Il'n'n ;d 1-10
por cil"llto de ~al1ancia, lo r¡ue rl'ueba cuan grande ha ~lUo la p¿'nliua C.\!if"lU,J.
al crõ.lrÎe.
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nitlcante la influencia del Ministerio; agregándose a esto que ellO!
empleados fueron las mas veee! sujetos de respetabilidad, qne léjos
<leestar dispuestos a complacer a lu! Secretarios, eran considerados
i acatados por estas.
J'l'ru lo que hai mas singular en este negocio eR, que 101i
miem1¡ros del actual Gabinete, i el partido que lo aclama han sos.
t(;Bido, que el mayor defecto de la Constitueion es la disposicion
que p~nTlite que tomen asiento en las Cálnaras lejislativas los ajentes dcl J':jecutivo; ellos han sostenido <¡uc csta disposicion anula el
Poder Lejislalivo, i hace del Ejecutivo un monarca absoluto. llllOTa bien ¿todos csos dt'pendientcs del Poder Ejecutivo que han \·e.
nido a forlllar las mayorías de las Cámaras de I S50, quién los
envió a esas Cúmuras? ¿Sel ian los eomervadorc's? seriun los uutore;; de lu reforma constitucion~ll de I 843? ~o; los que los han
desig!HlIlo nan sido los miembros del Gabinete de la Administracion López; i sus partidarios son los que los han elejido.
Este
hecllC' pruck, forzosamente una de dos cosas, o que la Administra.
cion López i HIS partidarios son amigos del podcr mC'nárquico ah.
solutu; () que ccnsuraban de mala f.s la ConstituciorJ.
Si elles juzgulmr. q\iC era una cosa mala, una cosa ruinosa i detestable para
la li))('rtarl el que les ajentes del Poder Ejccutivo concurriesen n
luH C.imaras, han debido lmecr todo lo posible para que esa concurrencia 110 tuviese efecto; pero han hccho todo lo contrario, luego quicren ci mal de la República, la ruina de la libertad, i obran
nbiertamente cOIltra los principios qlie han proclamado; es decir,
quc al'er u boi han o;¡rado dc mala fé.
l,a sU1ll::;ion ùe estas m¡:yorias al Gabir.cte, o a la Cámarilla
que domina al Gobierao, cs un ejemplo funcsto que conducirá
la IlepÚb!ica a la dcgradation, i har:i del sistema rcprcseJJtati,'u una
11Ul'afana, si los pucblos no cuidan I\n poco mas de sus intereses i
de su digniLlad, tlijiÚndo hombrcs indepc!l(licntes que lJO vengan a
hacer,e cómitres de un Secrctallo de Estado.
Cuanùo unli mayoría se degraùa s(,mctienùo Sil voluntad a los caprichos de un :\1il;istl'O o cie 1Ina Camarilla, picrde toda encljía, toda dignidad; i de esto
hemos "isto ¡¡n ejemplo \'Crgonzo~o en la C,imara dc Representantes de I 8;¡ü. Pidieron les miembros de la Sociedad Democrática a
las C.;maras 'lue alzaran ¡o~ dcrc('hos de i:uportacion a lus artefactos que <:an ocupa"io;1 a los artcslIlOs d~ Bog-ot:í. cosa <¡ue el
partido lopiz:a les proTlleti(, Úntes del 7 de :\Iarzo; la solicitud fué
nq.\'ac:a por una inmcn~a ma\'orÎa, sc quiso par d~s ,,~ccs r~sta\'¡leccr el pruyeeto, i siempre fué negadoTcro cl13 tI(; ~:Iayo se present.;
la Sucie,l.:,d Dell10cnitica ell la harra, sc tumó Otra vcz cn consideracion ci negocio, i la ncgativa fué revocada, votando afirmativos
!Ina gran parte de los micmbros de csn mayoría que habian votado
fi!
negativos h!\~ta tres veces la misma cuestiono Rsto es sinf!'ularmente indigw), i deshonrllsu pünl el Cuerpo lejislativo, i pam'la :-';aeion
que representa; i demllcstra que esos hombres, tan ardíenk~ i HUl
exaltados para perseguir al débi] indefenso, no son los ([Ile tienen
ruas firmeza, ni mas elevacion de carácter, para llellar h.s [¡!tas
funciones de Representantes.
-
Las promesas i los hechos.
Nada seria mas propio para hacer juzgo"r con eSilclitut! de la
Administraeion del 7 de Marzo, i del partiiio violentu c¡n~ hoi domina a su nombre, quc una comparaciun esaeta entre lad prome'Cls
hechas úntes de gobernar i sus actos de gobi¡;rno; pero nu~otros nu
vamos a presentar sino algunas muestras, porelue la materia exije
mucha estension para ser tratada en toda~ SllS pilrl~s.
Al proclamarse en l84S la candidatura d,·1 .Jeneral Lopez. sns
partidarios por medio del doctor Ezequicl Roj¡¡s. qlie entún('es encabezaba cI partido, hizo una manifestacion dc los prin"ipim que
se proponia seguir en el Gob;erno, i de los objetos qllc J'<',dizaria cn
en el; esta manifestacion (Clue de parte del señor Rojas fll~ sin duda sincen¡) produjo gmnde efecto, i arrastró cl'e~ido númel'() ..;.:
votos al señor Lopez; porque lu que se ofrecia era mui apetecible
i lisonjero. Segun cste documento, que es el programa con que ci
pllrtiJo inauguró la candidatura López, él queria:
Sistema representativo real i verdadero. Ya hemos visto In que
el sistema representativo ha venido a ser, baJO el influjo de la i\dministracion del 7 de :\1ar7.O, nada; porqne en lugHr de Heprescntantes deI pueblo las Cámaras han tenido ajentes deI Poder Ejecutivo.
Queria que las libertades pl[bliras se garanti:asen svficientemente.
Estas libertades deben garantizarse por medio de reformas constitucionales, segun cI partido lo ha sostenido ¿I que ha hecho para
realizar esta reforma? N o solamente no ha hecho nada sino que ha
hecho cuanto ha podIdo para estorbar que tie realicen.
En 1849
las mayorías conservadoras acordaron un acto adicional a la Constitucion, autorizando la convocatoria de una Convencion para reformar ]a Constitucion, como el único medio seguro de lograr la
reforma tan estensa i radical como las circunstancias la exijen, i en
el ménos tiempo posible; s~ aprobó tmubien un proyecto de lei
para qu~ las AsamblQas electOla!cs de 1849 no se reuniesen en Agosto 8ino en Octul>rc, a tin de que la lejislatura de 1850 pudiese
considerar aquel acto adicional i reunirEe la Convencion en 185 I.
El Prcsidente López con el acuerdo de los Sl'crctarios, qne habian
com'enido en presentar i sostencr R'luel proyecto, lo objetu con las
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rn7.one~;mas fÚtilc5; i estorbó así la convocatorin de la Convencion
('n 1ii,ïO, i por consig-niente la reforma dl~ la Constitucioll.
Lo ÍlIlico que el Podrr Ejecutivo l'odin harer ¡Jara acelerar la reforma
era ~"ncionilr aqud proyecto de lei, i lt'jos de sancionarlo lo objetó
sin ninglma razon de algun peso.
Queria que los derechos individuales i sus garantfas sean reali.
dades i no engañosas promesas.
En esta ojeada hemos visto que
esos derechos i esas garantías léjos de haber venido a ser realida.
ùes mas (·fectivas, han sido dcstruidos i anulados,
Q~c el Poder •
Ejccutivo se l~a supuesto autorizaùo para convertir Cil leyes los
aetos b{:rbaros de tiranía i ùe proscricion (le los reyes de España,
actos dvidados hace ml'dio siglo, i desdc I H10 anulados; i se ha
supnesto autorizaùo tamhicn para ejecutados, i los ha cjecutado,
destruyendo así cuantos derechos i garantías individuales ha dado
la Constitucion.
Queria que solo la voluntad de la lei sea la que disponga de la
suerte de los hombres, i que los funcionarios sean un órgano fiel de
ella. Todo lo cOll~ra1Ïo precisamente está succdicndo; la voluntad
de la lei no sig-nifica nada delante de la voluntad de los funcionari1ls; i
la suerte de los hombres está a mcrced del capricho de los que disponen de la fuerza pública. Hombres inocentes, honrados, laborio· •
sos, i queridos del pu~blo, son arrancados de su domicilio por la
fuerza, i sin fórmula de juicio lanzados del pa~s con bárbara cruel.
dad ¿QuÍJ significa pues la voluntad de la lei delante del capricho
de los funcionarias?
Queria 'lue la lei sea la e.•presion de la voluntad dellejislador;
i no la es¡;resi~n de la vohllltad dd Poder .E.)'ecutivo. Ya hemos visto
lo que es el Congreso COlimayorías hechas por la Administracion
actual. Nunca jnmrfs, bajo ninguna Admini!'tracion desde 1823 en
que elllpp~arf'n los Congre~os constitucionales hasta hoi, ha habido
nn CongïCHJ tan deplorablementc entregado a la voluntad del Poù"r Ejecutivo.
¿~ueria 'lue los llamados (I exijir la resJionsabilidad de los fimdon arios pÚblicos /lada tengan que temer ni que esperar de ellos.
Todo 10 contrario ha sucedido; esos Senadores i esos Representantes Ilamaùos a exijir la rcspons",bilidad del Poder Ejecutivo i sus
principale" "'jentes, tiellPn que temeria i que esperaria todo de ,'01;
puesto que como hemos vi~to, son en gran parte sus dependientes,
i est:in a mrrced de su volunt'lG.
Queria III recta iprouta admillist1'lleion de justicia. Pero la admini"'<ècicJn de justicia léjos de haberse hecho recta i pronta se ha
vudto mas torcida i m::s difícil que nUllC,,; porque empandillados
los fi,caks i ajentcs del l'oùer Ejecutivo con muchos jueces, i COll
los so¡;ios Ùe lus DemocJ áticus, la justicia ha perdiùo toda iudepen.
GO
dencia i toda rectitud; i porque cuando se presentan jurces que no
están a merced de citas pandillas son ultrajados, i sus funciones
embarazadas e impedidas por media cie tumultos, capitaneados por
ajentes del Poder Ejecutivo, cosa nunca vista ni sufrida ántcs
de ahora.
Queria leyes cloras, precisas i terminantes.
Pero la Iejislatura
que acaba de pasar i que cstaba dispuesta a hacer cuanto el Poder
Ejccuti\'o le iudicase, nada ha hecho en ese sentido; su ocupacion
principal ha sido malbaratar el tesoro, prodiganùo pensiones, i haciendo leyes de cucaña para 108 miembros de la Administracion
i
sus dependientes.
Queria gue el Poder Ejecutit·o 1/0 remueva dictatorialmente los empleados; porque esta respetabilísima parte de la sociedad se compone
de ciudadanos (ci 16 de Julio de 1848 en que este programa de
partido lopizta se escribia); debe tener derechos, debe tener libertad
e independencio para ejecutarlos; i debe gozar de las mismas garantIas que el resto de la sociedad.
La ;..[acion ha visto de (lué manera
se lui cumplido esta promesa; si la Administracion
Lopez ha respetado esa respetabilisima parte dc la sociedad; si ha dcjaùo a los
empleados indepcndencia
i ]ibcrtad para cjercer sus derechos; si
han gozado de garantías para ello.
Queria ~IUI ESPECIAI,~lE:\'TE
gue al conferir los destinos públicos
solo se tenga en mira el buen servicio de la sociedad. que se atienda
especialmente a las aptitudes, capacidades i probidad que se tengan
para desempeñO/'los. Porgue conferir destinos en recompensa dI! Sf'/',
vicios personales, para premiar un voto en favor de algunas personas,
o dado en alguna cuestion, es desmoralizar la sociedad; es un crimen.
Esta pwmesa tan categórica i clara es ]a ccn~ura mas enérjica i
mas directa de la conducta de la act~al .Admj~i;;tracioll, que de,dc
su nacimiel'lto ha estado haciendo plecisdlllente todo lo que dccia
el programa
que no debia hacerse; ha e,tado constantemente cometiendo ese crimen, de que habla; desmoralizandu ]a sociedad,
segun los principios coo q le sedujo fi los elcctores para obtener
vutus.
Es imposible hallar ni illyentar un ejemplo de cuntradicion
n:as palpable que cI que aparece entre csta promesa hecha por el
partid u que ùomina antes de cntl ar al podcr, i su cunducta desde
que se apoderó de él. No se limitó el programa a las ¡'n"e~ 'lue
hemos copiado, sino que añadia:-Lo
sociedad paga SIiS scrl'i(iOI"l'N,
i tiene derecho a que se /e sirva bien, porgue de ello rlf'jiwde .~uprospl'/'idad i bielll'star; debe, pues, emplearse a los hombres (jue puedell
prestar buenos sC/'vicios con fidelidad, SEA CUAL FUESE EL l'A IlTIUU
A QUE
liA Y A~
PEIlTEl\:ECIUO
o
I'ERTE:\'EZCAN.
Queria que se adopte una S(11:erai rigurosa economía ¿Qué eco.
nomia es la que ~e ha adoptado, cuando hallándusc ci tesoro en las
GI
inns tristes circunstancias, se proùigan pensiones, se crean nuevol
empleos militares sill neces;dad ninguna. se decretan diez i seis mil
leales para un gacctero, se pretende pagarlc al Secretario de Hacicnda la empresa en que ha especulado con el tesoro público, i se
dilapidan de otros varios modos lOll dineros públicos?
Qucria que el Poder Ejecutivo no disponga dictatorialmente de
las relltas pùblicas por medio de contratos celebrados a su arbitrio;
pnrque et fllL'o/'itismo o el er/'or }Jueden poner en bancarrota la Re.
Inib/ica.
Eso queria, i t:l contrato Chavez, i el contrato del camino
de Occidente, í el contrato de las existencias de tabaco, i otros
contratos cstan probando dos cosas: que la Administracion
está
haciendo todo lo contrario de lo que se dijo que haria; i que el
favoritinlo va llevando la RepÚblica a la llancarrota.
Queria que la Nadon tenga c/'édito. Pero nunca habia tenido
ni debido tener mt>nos crédito que el dia de hoi, en que no se pagan lo intereses de la deuda, i en que se hace lo posible para poner en
pelip;ro la tranquilidaù pública, que no se mantiene sino li esfuertos
de la oposicion.
Qu~ria q<1elos granadinos sean ricos, i que pal'u ello no se les
abl"UmeI'nll contribuciones.
Queria eso. i por medio de la lei de
descentralizacíon
se compele a las Cámaras provinciales a que
opriman a las provincias con pechos, que arruioarán a muchas de
ellas .
• Quería que no se adopte la relijion como medio para gobernm'.
I queriendo esto se ha hecho de la provision de CUlatas i de beneficios eclesiástico! un negocio indigno para ganar elecciones.
Queria que se destinase ulla parte considerable de las rentas
p¡(blicas a facilita/' las vias de comllnicacion. Pero lejos de hacer
esta, ya hemos visto lo que ha sucedido; las Tias de comunicacion
han sido abandonadas, i sacrificados malamente eus fondos.
Queria que se haga justicia imparcial a todos los granadinos.
En lugar de esa justicia imparcial para todos Ile ha proclamado i
practicado el principio contrario que dice: g'obernar con mi partido
i para mi partido .
.
lIé aquí una rápida comparacion de los principios enunciado!!
1 de las promesas
hechas por el partido lopi7.ta antes de tomar el
mando, con los actos del mismo partido desde que asumió el GobiernCl. Es tal la contradiccion que algunos pensarán acaso que
cse programa ha sida inventado par la Oposicion camo un sarcasmo contra la Administracion del 7 de :VIarzo; pero él es un docu.
mento auténtico que sc encuentra publicado en el número 26 de
El Aviso dell G de Julio de 1848.
Todos ]05 hombres de bien que scducidos con aquelias promesas abrazaron la candidatura del Jeneral Lopez, tienen pleno dere.
6:2
~ho para asegurar que se les ha engañado; pues el candidato, o su
Administracion, ha hecho precisamente todo lu contrario de lo que
el partido que lo proclamó prometi" que haria; i los principias que
hoi signen SOli diametralmente opuestos a los que se proclamaron
para popularizar aquella candidatura.
C::onclu:õion.
De todo lo espuesto se deduce rectamente: que la conducta i los principios del cín~u]o violento quc domina la
RepÚblica tienden directamente a comhatir]a Rclijion CatÓlica, i a desmoralizar i corromper ]a RcpÚblica; que con la
impune i repetida violacion de ]a Constitucion i de hs leyes,
se camina al ejercicio del poder absoluto, i a la anulacion
de todo jénero de derechos i de libertades; que no hai en
ese círculo ]a sinceridad i buena fé que hacen confiar en las
promesas, i que por consiguiente ni puede creerse ]0 que
dicen, ni confiarse en lo que oli'ezcan; que en tan deplorable situacion es un deher de todos los hombres de bien reunir sus esfuerzos para mantener las instituciones, i salvar la
libertad, obrando por todos los medias legales con firmeza i
perseverancia.
Bogotá, 10 de Junio de 1850.
INDICE.
I'AJINAll.
c:Que vamos a hacer ?
'.'
1
.El primer paso .......•........................
2
La Camarilla ...............................•
" 3
Los partidos
7
9
••La cuestion relijiosa
La inmoralidad
, 13
Libertad de imprentn
Garantias individuales
, 17
19
Infracciones de la Constitucion
Remociones
Provocaciones
Elecciones ...
o •••••••••••
Administracion
de justicia
o
o
o •••••••
••••••
28
o •••••••••••
30
"
Educaciol/. pública •....................
o
•••••
Cll1nÍ1lOs
Administracion
municipal.. ..
Relaciones Esteriores
Negocias militares
Negocios de hacienda
o
•••••••••••••••••••
o
•••••••••••••••••••
o'
o
o
•••••••••••••
••••
o
•
o
•
31
33
• o
••••••••••••••••
35
35
38
••••••••
•••••••••••
' ...•
o
o
34
El Congreso de 1850
Las promesas i los hechos
C/me/usiono ...
23
24
26
•
o
•••••
52
58
62
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