la patria, a la usanza de las cortes europeas, por lo que se encarga al maestro Santiago Rebull, profesor entonces de la Academia, con los que rendiría homenaje tanto a héroes conservadores como liberales. En su proyecto pictórico no olvidaba no solo a los virreyes -pertenecieron a la rama dinástica de sus parientes los Habsburgo-, y desde luego varios retratos de él mismo y la emperatriz Carlota, sino que además incluyó a Iturbide, como parte de los héroes que habían logrado la Independencia, cuadros todos ellos de grandes dimensiones y de artistas que hoy quedan en la historia del género del retrato como grandes maestros, de esta galería. También se incluirían retratos de las damas de la corte de la emperatriz Carlota, como parte del trabajo de los artistas de la academia. Jean Adolphe Beauce, pinta al emperador montado en un bello caballo blanco, portando el uniforme de un general del ejército mexicano y rodeado de gente del pueblo que, arrodillado junto a un nopal, lo ven pasar con admiración. Si bien, no alcanza a ver concluido el proyecto; sin embargo, la galería que logró -retratos que hoy se pueden ver en Palacio Nacional y en el Museo Nacional de Historia, que se encuentra en el Castillo de Chapultepec-no solo de excelente factura, sino de artistas como Petronilo Monroy, quien pinta a Morelos e Iturbide, de Miguel Hidalgo, obra de Joaquín Ramírez, y de Vicente Guerrero, del artista Ramón Sagredo, entre otros que abordaremos como parte del proyecto estético implantado en el llamado Segundo Imperio. 74