As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 SUCESIÓN / COSA JUZGADA / Presupuestos - No opera en virtud de un trámite notarial. Pudiere en principio, estimarse la posibilidad de haberse generado en virtud del tramite notarial liquidatario vigente y finalizado, la institución de la cosa juzgada que bajo elementales consideraciones aniquilaría de iure cualquier análisis de fondo, sobre las pretensiones sustanciales. Pero dicho argumento resulta inválido en tanto el acto notarial no puede ni debe considerarse como una decisión propia de la función jurisdiccional, sino como un mecanismo de homologación de la voluntad contractual de los interesados en la liquidación de la masa sucesoral. (…) Así, es la sentencia la máxima expresión de la función jurisdiccional, en tanto representa los poderes del Estado en el mantenimiento de un orden jurídico justo, cimentado en la seguridad jurídica y en el respeto por el reconocimiento efectivo de los derechos de los ciudadanos, mediante ella, se pone fin a la incertidumbre jurídica a través de juicios lógicos inspirados en la justicia, debiéndose por ello precisar que en este campo tal prerrogativa escapa a la órbita notarial, tal como así lo ha postulado la jurisprudencia penal (…). (…) Advertido lo anterior y al ser los actos notariales una manifestación ajena a la función jurisdiccional, no le es permitible reconocerles la protección dimanada de la institución jurídica cosa jugada, por ende, en principio no existiría imposibilidad formal de trámite del proceso liquidatorio objeto de examen. SUCESIÓN – Presupuestos / HERENCIA – Finalización: Trámite Notarial / HERENCIA: presupuesto procesal – Ausencia. La etiología enlistada en el precepto legal, nos enseña que son supuestos esenciales, indispensables para que se pueda predicar la existencia de este modo de adquirir el dominio: 1) un ser humano que fallece, comúnmente conocido como causante; 2) un conjunto de derechos patrimoniales de que era titular y que forman el contenido de la transmisión hereditaria (herencia) y 3) uno o varios sujetos a quienes han de transmitirse los bienes de la herencia. (…) Necesario para nuestro examen y efectuado el rastreo en el proceso sometido a consideración en el que aflora sin duda la existencia de una persona que ha fallecido y de uno o varios sujetos a quien la ley sustancial convocaba, también se vislumbra la ausencia del segundo elemento exigido por al ley sustancial y que refiere a la herencia. (…) Y la herencia finaliza con: 1. La ejecutoria de la sentencia aprobatoria de la partición (cuando hay varios coasignatarios o adjudicación cuando hay un solo asignatario) de la totalidad de la herencia. En caso de omisión de algún bien la herencia subsistirá parcialmente sobre este, y esta es la razón por la cual se exige una partición adicional. 2. Disolución del contenido de la herencia, como cuando el único bien que la integraba ha perecido o ha sido judicialmente restituido a terceros (...). Debe entenderse que esta finalización se extiende por el reconocimiento que la ley hace del trámite notarial a las sucesiones contractuales puestas a su consideración, como mecanismo de homologación de la voluntad de los interesados de conformidad con lo establecido en el artículo 1 del decreto 902 de 1988. Así las cosas, podemos afirmar que la herencia denunciada por los interesados en este asunto no existe atendiendo a que su duración finalizó mucho antes del inicio de este proceso sucesoral, con el trámite notarial protocolizado en la escritura pública No 1343 de julio de 1999. As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 (…) Así las cosas, resulta imperioso precisar tal como lo ha establecido la Corte que estos requisitos de mérito deben ser observados con independencia de la actividad de las partes y los sujetos procesales, de allí que no sea menester su alegación en las distintas etapas procesales, en el entendido de que son entidades sustanciales sin las que resulta imposible emitir un decisión estimatoria, por lo que su ausencia gravita enérgicamente en el despacho desfavorable de las pretensiones. (…) Tal como se indicó ut supra, la sucesión por causa de muerte comporta tres supuestos de hecho dentro los que se exige la existencia de la herencia y como se miró esta universalidad jurídica ha fenecido, en ese orden de ideas no puede predicarse una coincidencia de este hecho como fundamento del petitum con el hecho exigido por el artículo 1008 del C.C., debiéndose por ello desestimar las pretensiones en este trámite liquidatario por la ausencia de este requisito de mérito de la acción y por ende revocar la decisión de instancia, sin que sea necesario pronunciarse sobre los argumentos de la apelación porque ella pendía de la existencia de este presupuesto sustancial. SUCESIÓN / Hecho modificativo o extintivo del derecho: Aplicación artículo 305 C.P.C. – Salvamento de voto. A su turno es preciso indicar que la posibilidad de admitir este nuevo hecho que incide negativamente en el derecho sustancial a suceder, encuentra su fundamento en el orden jurídico procesal cuando consagra el deber del operador jurídico de tener en “cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del derecho sustancial sobre el cual verse el litigio, ocurrido después de haberse propuesto la demanda, siempre que aparezca probado y que haya sido alegado por la parte interesada a más tardar en su alegato de conclusión, y cuando éste no proceda, antes de que entre el expediente al despacho para sentencia, o que la ley permita considerarlo de oficio”. Debe entenderse que la posibilidad de alegar este hecho no sólo se circunscribe a la primera instancia sino también se extiende a la segunda, mas aún, como en este caso, que el hecho fue sobreviniente y no pudo ser advertido por el a quo (…) TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE NEIVA SALA CIVIL FAMILIA SALA TERCERA DE DECISIÓN M.P. EDGAR ROBLES RAMÍREZ Proceso: SUCESIÓN Radicación: 41001 31 10 004 2004 00017 05 Demandante: HÉCTOR EDUARDO TRUJILLO MORA Y OTROS. Causante: AMALIA TRUJILLO FALLA. Intervinientes: GABRIEL HERNANDO, DIANA MARÍA Y CAROLINA TRUJILLO DÍAZ 2 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Asunto: APELACIÓN DE SENTENCIA Procedencia: JUZGADO CUARTO DE FAMILIA DE NEIVA Neiva, veintiocho (28) de noviembre de dos mil once (2011) 1. ASUNTO Decide esta Corporación la apelación de la sentencia proferida por el Juzgado Cuarto de Familia de Neiva el 10 de Marzo de 2011, dentro del presente proceso ordinario. 2. ANTECEDENTES 2.1. LA DEMANDA Mediante escrito presentado a la jurisdicción el 02 de febrero de 2004, los señores HÉCTOR EDUARDO TRUJILLO MORA, GUILLERMO, HUMBERTO, JAIME Y ALFONSO TRUJILLO FALLA, MARÍA FERNANDA, CLAUDIA MARCELA, MARTHA LUCIA, HERNANDO Y JUAN JOSÉ TRUJILLO AMAYA iniciaron proceso de sucesión con el objeto de que se hicieren las siguientes declaraciones: a) Declarar abierto y radicado el proceso de sucesión intestada de la causante AMALIA TRUJILLO FALLA, fallecida el 09 de marzo de 1997 en la ciudad de Neiva, lugar de su último domicilio. b. Reconocer a los demandantes como herederos de la causante a quien suceden de la siguiente manera: Héctor Eduardo Trujillo Mora en representación de su padre fallecido Camilo Eduardo Trujillo falla, hermano de Amalia Trujillo Falla; Guillermo, Humberto, Jaime Y Alfonso en representación de su padre fallecido Juan José Trujillo Falla, hermano de Amalia Trujillo falla; María Fernanda, Claudia, Marcela, Martha Lucia, Hernando Y Juan José Trujillo Amaya, en representación de su padre fallecido Hernando Trujillo Falla hijo de Juan José Trujillo Falla, hermano de Amalia Trujillo Falla y; C) Decretar la elaboración de inventarios y avalúos y bienes de la causante. 3 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 2.2. HECHOS Como fundamento fáctico de sus pretensiones se refirió que la causante AMALIA TRUJILLO FALLA, falleció el 09 de marzo de 1997, en al ciudad de Neiva, sin dejar descendencia y contraer matrimonio civil o católico; adujo además que mediante escritura publica No 2745 del 12 de junio de 1970, corrida en la Notaría Tercera de Bogotá, otorgó testamento abierto designando como únicos beneficiarios de sus bienes a sus hermanos ISMENIA, ELVIRA Y HERMÓGENES TRUJILLO FALLA quienes fallecieron antes que la causante, razón por la cual, no tienen aplicabilidad sus disposiciones testamentarias, lo que hace que el asunto se rija por las normas de la sucesión intestada. Afirma que Camilo Eduardo y Juan José Trujillo falla, hermanos de Amalia Trujillo están llamados a sucederla, pero como ya fallecieron, reclaman por ellos sus descendientes, Héctor Eduardo Trujillo Mora en representación de su padre fallecido Camilo Eduardo Trujillo falla; Guillermo, Humberto, Jaime y Alfonso en representación de su padre fallecido Juan José Trujillo Falla; María Fernanda, Claudia Marcela, Martha Lucia, Hernando y Juan José Trujillo Amaya, en representación de su padre fallecido Hernando Trujillo Falla, hijo de Juan José Trujillo Falla hermano de Amalia Trujillo Falla, quienes manifestaron aceptar la herencia con beneficio de inventario. 2.3 Trámite Procesal El Juzgado Cuarto de Familia de Neiva por auto de fecha 02 de febrero de 2004, admitió la demanda presentada, declarando abierto el acto y radicado el juicio de sucesión de AMALIA TRUJILLO FALLA. Dispuso el emplazamiento de las personas que se creyesen con derecho a intervenir en el proceso, conforme al artículo 589 del C.P.C. y reconoció interés jurídico para actuar en condición de herederos de la causante y en representación de CAMILO EDUARDO TRUJILLO FALLA, JUAN JOSÉ 4 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 TRUJILLO FALLA Y HERNANDO TRUJILLO FALLA hijo de JUAN JOSÉ TRUJILLO FALLA; efectuadas las publicaciones del caso, el 21 de abril de 2004 se celebró audiencia de inventarios y avalúos, a la que asistió el apoderado de la parte demandante presentando el inventario y avalúo de los bienes de la causante AMALIA TRUJILLO FALLLA (Folio 47 a 50 cuaderno principal), del cual se corrió en traslado a las partes, no fue objetado, recibiendo aprobación el 11 de julio de 2004. A través de apoderado judicial los señores Gabriel Hernando Trujillo Díaz, Diana María Trujillo Díaz y Carolina Trujillo Díaz, acudieron a la sucesión intestada para que en calidad de hijos de Hernando Trujillo falla, hijo a su vez de Juan José Trujillo Falla, hermano de la causante Amalia Trujillo Falla fueran reconocidos como herederos de la causante, en igualdad de condiciones y derechos que tienen los demandantes, respecto del acervo probatorio a repartir y adjudicar; interés jurídico que fue reconocido por el a quo, mediante auto de fecha 10 de agosto de 2004. Igualmente el señor Antonio José Trujillo Mutis peticionó dentro del proceso, se le reconociera interés en la causa mortuoria en calidad de heredero por representación de su padre fallecido Hermogenes Trujillo Falla, quien a su vez era hermano legítimo de AMALIA TRUJILLO FALLA el cual fue reconocido por auto de fecha 29 de septiembre de 2004. Por auto de fecha 07 de junio de 2005, también se reconoció a LIGIA MARÍA GÓMEZ TRUJILLO como heredera de AMALIA TRUJILLO FALLA, en representación de su madre MARUJA TRUJILLO DE GÓMEZ, hermana de la causante que acepta la herencia con beneficio de inventario. El 19 de julio de 2005 se decretó la partición de los bienes inventariados, designándose como partidor a auxiliar de la justicia que presentó el trabajo de partición el 03 de noviembre de 2005. Presentado el trabajo de partición, fue objetado, resolviéndose mediante sentencia del 07 de diciembre de 2005 (folios 157 -161). 5 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Providencia apelada y revocada por esta Colegiatura, mediante proveído del 05 de febrero de 2005, ordenándose en consecuencia rehacer la partición. El 30 de noviembre de 2007, se ordenó a la partidora rehiciera el trabajo como lo dispuso el superior, el cual fue presentado rehecho y puesto en traslado de los interesados fue nuevamente cuestionado, por lo que se dispuso se volviera a rehacer mediante auto de fecha 06 de agosto de 2008. Este proveído fue recurrido en reposición y apelación, siendo confirmado por el superior con proveído del 27 de noviembre de 2008. Nuevamente se presenta el trabajo una vez rehecho. Al constatarse algunas falencias, no estar la repartición en común y proindiviso como se dispuso en auto del 06 de agosto de 2008 e incluirse un pasivo a favor de la DIAN no inventariado, entre otros, se ordenó se ajustara el trabajo, mediante de auto de fecha 21 de octubre de 2009, el cual fue recurrido y revocado parcialmente mediante decisión de la Sala Civil Familia del Tribunal Superior de Neiva en el literal a, del numeral 1, es decir, sobre hacer la adjudicación en común y proindiviso y en su lugar ordenó al partidor rehacer el trabajo conforme al artículo 1394 del Código Civil y 610 del Código de procedimiento civil, según providencia del 25 de mayo de 2010. Con auto de tres de septiembre de 2010, se da cumplimiento a lo últimamente dispuesto por el superior, y se ordena se presente el trabajo en los términos ordenados el cual así se allega. Desde el 14 de marzo de 2002 inició una unión marital de hecho con el señor JAIME ENRIQUE MONTOYA FLÓREZ, de cuya unión procrearon al menor JAIME ANDRÉS MONTOYA CHARRY, la cual terminó a causa del fallecimiento de su compañero permanente, el día 23 de julio de 2004. 6 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Afirmó que antes de iniciarse la unión marital de hecho, al causante MONTOYA FLÓREZ había contraído matrimonio por los ritos católicos con la señora Liliana González Sánchez, matrimonio disuelto por sentencia judicial calendada el 13 de marzo 2002 y que ella era soltera. Que hasta la fecha no se ha iniciado proceso de sucesión y que sólo conoce como herederos universales a los menores demandados. 3. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA El Juzgado Cuarto de Familia de Neiva, mediante sentencia del 10 de Marzo de 2011, aprobó en todas y cada una de sus partes el trabajo de partición presentado y ordenó la inscripción del mismo en las oficinas de registro correspondientes. Como fundamento de su decisión, indicó simplemente que el haberse presentado el trabajo de partición conforme a lo ordenado en autos, constituía razón suficiente para impartir su aprobación. 4. EL RECURSO Inconforme con la decisión adoptada por el juez de primera instancia, el apoderado de los interesados Gabriel Hernando, Diana María y Carolina Trujillo Cruz formuló recurso de apelación manifestando entre otras apreciaciones que la herencia debe repartirse en el cuarto orden hereditario, por cabezas entre los sobrinos de la causante, y por ende sus mandantes deberían heredar por representación la parte correspondiente a su padre HERNANDO TRUJILLO FALLA, en porción alícuota con los demás hijos de este. Con fundamento en lo anterior, solicitó revocar la sentencia impugnada, y ordenar que en su lugar se dispusiera repartir la herencia 7 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 de Amalia Trujillo Falla, en el cuarto orden hereditario, entre sus sobrinos, en alícuotas por cabezas y, a sus representados apelantes, en representación de su padre HERNANDO TRUJILLO FALLA. 5. CONSIDERACIONES 5.1. PROBLEMA JURÍDICO Corresponde a la Sala determinar si en este caso, Si se encuentra reunidos las condiciones de la acción que permita a los interesados acceder a las pretensiones determinadas en el presente proceso liquidatario?. 5.2. SOLUCIÓN AL PROBLEMA JURÍDICO De manera previa a que la Sala resuelva el problema jurídico planteado, es necesario puntualizar el alcance e incidencia de la petición realizada por algunos apoderados de los interesados, en la que solicitan se de por terminado el proceso de la referencia al existir una prueba sobreviniente1, que sin duda afecta la decisión que deba tomar esta Corporación sobre la viabilidad o no de las pretensiones. Los apoderados en el presente asunto, solicitan que ante lo decidido en las providencias de fecha 11 de mayo de 2009 y de fecha 01 de marzo de 2011 emitidas por la Sala Penal del Honorable Tribunal Superior de Neiva2 y por medio de la cual se ordenó el levantamiento de la medida cautelar consistente en la cancelación de al escritura pública No 1343 del 23 de julio de 1999 otorgada ante la Notaría Segunda de esta ciudad, se de por terminado el trámite liquidatario, en el entendido de que al ser levantada la medida cautelar, el trabajo de partición contenido en la escritura precitada renueva su vigencia y resulta improcedente continuar con el trámite del proceso en causa. 1 2 Folio 445 y 446 del cuaderno principal Folios 447 a 477 del Cuaderno principal 8 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Ante tal aseveración, esta Corporación dispuso como prueba oficiosa3 ordenar a la Notaría Segunda de Neiva, remitiera copia auténtica de la escritura pública No 1343 del 23 julio de 1999, informando si la misma se encontraba vigente y detallara las anotaciones que sobre ese hecho se hayan realizado. De dicha orden se obtuvo respuesta del órgano oficiado, remitiendo copia de la escritura No 1343 de fecha 23 de julio de 1999 que contiene el trámite liquidatario realizado en la sucesión de la extinta AMALIA TRUJILLO FALLA, además de un oficio en el que reafirma lo dicho por los apoderados peticionantes y que refiere al levantamiento de la cancelación de la escritura, con lo que retorna con plena fuerza vinculante dentro del ordenamiento jurídico colombiano el trámite liquidatario contractual efectuado. Avistado lo anterior debe esta Sala tal como se indicare ut supra, determinar los alcances e incidencia de este nuevo hecho en el asunto de fondo que se somete a consideración. En primer lugar deberá indicarse que la solicitud de terminación en los términos expuesto es improcedente, al no estar consagrada per se como una forma de terminación anormal del proceso en el estatuto procesal civil, razón suficiente para ser la sentencia la única vía que permita resolver las disputas que en su seno han sido planteadas. Pudiere en principio, estimarse la posibilidad de haberse generado en virtud del tramite notarial liquidatario vigente y finalizado, la institución de la cosa juzgada que bajo elementales consideraciones aniquilaría de iure cualquier análisis de fondo, sobre las pretensiones sustanciales. Pero dicho argumento resulta inválido en tanto el acto notarial no puede ni debe considerarse como una decisión propia de la función 3 Folio 43 del cuaderno del Tribunal 9 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 jurisdiccional, sino como un mecanismo de homologación de la voluntad contractual de los interesados en la liquidación de la masa sucesoral. Es válido recordar bajo este juicio que para que la institución de la cosa juzgada revista a una decisión, debe guardar una serie de elementos generales y unos particulares, siendo relevantes para el caso los primeras y que según la jurisprudencia se derivan de la propia redacción del artículo 332 del Código de Procedimiento Civil: “La primera de estas dos normas traza en relación con el tema una regla general, al establecer que tiene fuerza de cosa juzgada “la sentencia ejecutoriada proferida en proceso contencioso”, de la cual derivan tres importantes precisiones, a saber: que se atribuye este efecto a las sentencias, que al decir del artículo 302 de la misma obra son “las que deciden sobre las pretensiones de la demanda o las excepciones que no tengan el carácter de previas, cualquiera que fuere la instancia en que se pronuncien”, y no a las restantes providencias, genéricamente conocidas como autos; que debe tratarse de sentencias ejecutoriadas, efecto que según enseña el artículo 331 ibídem se alcanza tres (3) días después de su notificación cuando contra ellas no procede ningún recurso, cuando se han vencido los términos correspondientes sin haberse interpuesto ninguno de los recursos que procedían, o cuando se han decidido de fondo aquellos recursos que se hubieren interpuesto; que esas sentencias hayan sido proferidas al término de un proceso contencioso, esto es, de los que requiere que el 10 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 juez decida entre dos o más intereses contrapuestos, pues contrario sensu, no generan ese efecto las sentencias que ponen fin a procesos de jurisdicción voluntaria.”4 Presupuestos procesales uno del otro, lo que determina que la inexistencia del primer elemento concluye por contera en la ausencia de los dos restantes. Así, es la sentencia la máxima expresión de la función jurisdiccional, en tanto representa los poderes del Estado en el mantenimiento de un orden jurídico justo, cimentado en la seguridad jurídica y en el respeto por el reconocimiento efectivo de los derechos de los ciudadanos, mediante ella, se pone fin a la incertidumbre jurídica a través de juicios lógicos inspirados en la justicia, debiéndose por ello precisar que en este campo tal prerrogativa escapa a la órbita notarial, tal como así lo ha postulado la jurisprudencia penal quien en juicioso análisis, sobre la naturaleza jurídica de esta actuación expuso: “Naturaleza jurídica de la actividad notarial: El artículo 116 de la Constitución Política, modificado por el artículo 1º del Acto Legislativo No 3 de 2002, señala expresamente los órganos que administran justicia, mencionando como tales a la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, el Consejo Superior de la Judicatura, la Fiscalía General de la Nación, los Tribunales y los jueces, así como la justicia Penal Militar. Establece también que el Congreso ejercerá determinadas funciones judiciales. La misma disposición, en su inciso tercero, prevé que la ley excepcionalmente podrá atribuir función jurisdiccional en materias precisas a determinadas autoridades administrativas. 4 Corte Constitucional sentencia C-522 de 2009 11 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Sin embargo, excepciona la función de adelantar la instrucción de sumarios y el juzgamiento de delitos. De acuerdo con el inciso cuarto del citado precepto, los particulares pueden también ser investidos transitoriamente de la función de administrar justicia en la condición de jurados en las causas criminales, conciliadores o en la de árbitros habilitados por las partes para proferir fallos en derecho o en equidad, en los términos que determine la ley. Como se observa, los notarios no están incluidos entre las autoridades con atribución natural para administrar justicia. Queda solamente la posibilidad de que lo puedan hacer excepcionalmente, bien por ser autoridades administrativas o por ostentar la condición de particulares. (...) Acorde con lo expresado por la mencionada colegiatura, si bien los particulares que ejercen la función notarial son autoridades estatales, en cuanto realizan una actividad de la cual es titular el Estado, aquellos no son, en sentido subjetivo, servidores públicos, por cuya razón no ostentan la condición de autoridades administrativas. Sobre el particular, en la sentencia C-1159 de 2008 señaló lo siguiente: “De acuerdo con lo antes expuesto, esta corporación ha considerado que el Notario es en el ejercicio de sus funciones una autoridad pública o estatal, por ser aquellas propias del Estado y ser las mismas determinantes de una superioridad o 12 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 preeminencia del titular, originario o delegado, respecto de los gobernados. No obstante, la Corte Constitucional no ha señalado que los notarios sean específicamente autoridades administrativas. Por el contrario, en una ocasión manifestó que sus funciones no tienen naturaleza administrativa, en los siguientes términos: ‘Esta finalidad básica del servicio notarial pone en evidencia que los notarios no desarrollan únicamente un servicio público, como podría ser el transporte o el suministro de electricidad, sino que ejercen una actividad, que si bien es distinta de las funciones estatales clásicas, a saber, la legislativa, la ejecutiva y la judicial, no puede ser calificada sino como una verdadera función pública. En efecto, el notario declara la autenticidad de determinados documentos y es depositario de la fe pública, pero tal atribución, conocida como el ejercicio de la “función fedante”, la desarrolla, dentro de los ordenamientos que han acogido el modelo latino de notariado, esencialmente en virtud de una delegación de una competencia propiamente estatal, que es claramente de interés general’5 (se destaca) En estas condiciones, debe concluirse que los notarios, por no ser autoridades administrativas, no pueden ser titulares de la función jurisdiccional…” (subraya la Sala).” 6 Advertido lo anterior y al ser los actos notariales una manifestación ajena a la función jurisdiccional, no le es permitible reconocerles la protección dimanada de la institución jurídica cosa jugada, por ende, Sentencia C- 741 de 1998. M. P. Alejandro Martínez Caballero. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN PENAL Magistrada Ponente: MARIA DEL ROSARIO GONZÁLEZ DE LEMOS veintiuno (21) de abril de dos mil diez (2010). Proceso 31848 5 6 13 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 en principio no existiría imposibilidad formal de trámite del proceso liquidatorio objeto de examen. Ahora bien la Sala observa y después de un análisis minucioso sobre los alcances de la prueba sobreviniente recaudada en este proceso, que la misma determina una incidencia negativa en los supuestos fácticos del derecho sustancial a suceder, necesarios para emitir sentencia estimatoria en este tipo de trámites liquidatarios; incidencia negativa que determinará la desestimación de las mismas, tal como se analizará a continuación. La sucesión por causa de muerte se encuentra estatuida en nuestro ordenamiento civil como uno de los modos derivados de adquirir el dominio tal como así lo preceptúa el artículo 673 del Código de Procedimiento civil. La doctrina sobre su constructo conceptual ha definido a la sucesión Como un modo de adquirir el dominio a través del cual el patrimonio integro de una persona -denominada causante-, se transmite a otra u otras llamadas -causahabientes, herederos o legatarios- con causa u ocasión de la muerte de aquella. A su vez y atendiendo a la teoría ecléctica exigida en el ordenamiento jurídico colombiano, la misma expone, que a la par del modo debe como requisito sine quanum integrarse el título, que en este caso se representa en la sentencia o acto aprobatorio de la partición, a través del que se pone fin al trámite liquidatario y con ello a la comunidad de bienes que condensa la universidad jurídica de la herencia. De allí que el trámite liquidatario cobre vital importancia para así permitir la realización del derecho sustancial a suceder, debiéndose indicar que al mismo no le son ajenos los principios sustanciales y procesales que rigen en el ordenamiento jurídico. 14 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Ahora bien, en cuanto a su fundamento jurídico sustancial, son dos los preceptos legales basales de ésta institución jurídica; el establecido en el artículo 1008 que enmarca los supuestos de hecho de la sucesión por causa muerte: “Se sucede a una persona difunta a título universal o a título singular. El título es universal cuando se sucede al difunto en todos sus bienes, derechos y obligaciones transmisibles o en una cuota de ellos, como la mitad, tercio o quinto. El título es singular cuando se sucede en una o más especies o cuerpos ciertos, como tal caballo, tal casa; o en una o más especies indeterminadas de cierto género, como un caballo, tres vacas, seiscientos pesos, cuarenta hectolitros de trigo.” Y el artículo 1012 que da cuenta del momento en que se da apertura de la sucesión: “La sucesión en los bienes de una persona se abre al momento de su muerte en su último domicilio, salvo los casos expresamente exceptuados. (...)” La etiología enlistada en el precepto legal, nos enseña que son supuestos esenciales, indispensables para que se pueda predicar la existencia de este modo de adquirir el dominio: 1) un ser humano que fallece, comúnmente conocido como causante; 2) un conjunto de derechos patrimoniales de que era titular y que forman el contenido de 15 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 la transmisión hereditaria (herencia) y 3) uno o varios sujetos a quienes han de transmitirse los bienes de la herencia. No basta bajo estas consideraciones la acreditación únicamente ad exemplun de la calidad de causahabiente –indistinta la modalidad heredero, cónyuge, acreedor- para exigir la convalidación del derecho sustancial, podrá eventualmente acudir a la jurisdicción pero no le será suficiente para el reconocimiento de su pretensión. Bajo estos presupuestos la Sala estima que el efecto jurídico perseguido en la normas citada “suceder al difundo en todos sus derechos, bienes y obligaciones” que se ejecuta a través de la transmisión de los derechos patrimoniales, sólo es procedente una vez se acrediten la existencia de los tres supuestos mencionados. Necesario para nuestro examen y efectuado el rastreo en el proceso sometido a consideración en el que aflora sin duda la existencia de una persona que ha fallecido y de uno o varios sujetos a quien la ley sustancial convocaba, también se vislumbra la ausencia del segundo elemento exigido por al ley sustancial y que refiere a la herencia. La doctrina ha enseñado respecto de la naturaleza jurídica de la herencia como universalidad jurídica que: “la herencia se forma únicamente en el momento de la muerte de una persona.-Todas las relaciones jurídico- patrimoniales integran una unidad en razón de pertenecer todos los bienes avaluables en dinero a una misma persona y estar sometidos al influjo de una misma voluntad (cfr. T. II, Derechos Reales, 8ª ed., 14-III). A la muerte la ley establece la unidad de los bienes trasmisibles para la seguridad del tráfico y de los acreedores. Han sido, por tanto, motivos de orden práctico los que han llevado a establecer la unidad de la herencia como conjunto de los derechos patrimoniales cohesionados en unidad jurídica.” 7 7 Derecho Civil Sucesiones, Cuarta Edición Arturo Valencia Zea Ed Temis Pags 44. 16 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 La longevidad de esta universalidad jurídica no es indefinida, la misma se circunscribe a ciertos hechos y actos procesales que limitan su existencia y con ello fijan extremos temporales al proceso de transmisión del patrimonio. Esta “se inicia o comienza con la muerte del causante y de manera ipso iure. No requiere, por tanto, inscripción del fallecimiento (salvo las observaciones hechas en su oportunidad), ni sentencia judicial que declare su existencia (...). Por consiguiente, no puede nacer ni antes ni después del fallecimiento del causante sino en forma coetánea a este suceso. En consecuencia, no puede haber herencia de persona viva, (...). Y la herencia finaliza con: 1. La ejecutoria de la sentencia aprobatoria coasignatarios de o la partición adjudicación (cuando cuando hay hay varios un solo asignatario) de la totalidad de la herencia. En caso de omisión de algún bien la herencia subsistirá parcialmente sobre este, y esta es la razón por la cual se exige una partición adicional. 2. Disolucion del contenido de la herencia, como cuando el único bien que la integraba ha perecido o ha sido judicialmente restituido a terceros (...)8 Debe entenderse que esta finalización se extiende por el reconocimiento que la ley hace del trámite notarial a las sucesiones contractuales puestas a su consideración, como mecanismo de Derecho de Sucesiones, Pedro Lafont Pianetta. Tomo I Parte General y Sucesión Intestada Ed. Librería el Profesional Pags 186 y 187. 8 17 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 homologación de la voluntad de los interesados de conformidad con lo establecido en el artículo 1 del decreto 902 de 1988. Así las cosas, podemos afirmar que la herencia denunciada por los interesados en este asunto no existe atendiendo a que su duración finalizó mucho antes del inicio de este proceso sucesoral, con el trámite notarial protocolizado en la escritura pública No 1343 de julio de 1999. Cabe aclarar que si existieren bienes distintos a los determinados en el trámite notarial citado, o herederos no incluidos en el mimo son otros los mecanismos judiciales que permiten solventarlo (partición adicional, acción de petición de herencia etc), pero no es el inicio de un nuevo proceso de liquidación. A su turno es preciso indicar que la posibilidad de admitir este nuevo hecho que incide negativamente en el derecho sustancial a suceder, encuentra su fundamento en el orden jurídico procesal cuando consagra el deber del operador jurídico de tener en “cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del derecho sustancial sobre el cual verse el litigio, ocurrido después de haberse propuesto la demanda, siempre que aparezca probado y que haya sido alegado por la parte interesada a más tardar en su alegato de conclusión, y cuando éste no proceda, antes de que entre el expediente al despacho para sentencia, o que la ley permita considerarlo de oficio.”9 Debe entenderse que la posibilidad de alegar este hecho no sólo se circunscribe a la primera instancia sino también se extiende a la segunda, mas aún, como en este caso, que el hecho fue sobreviniente y no pudo ser advertido por el a quo, tal como así lo ha reiterado al jurisprudencia en casos que guarda elementos similares: “Así las cosas, resulta evidente que, con posterioridad a la demanda con la cual se inició este proceso y antes de la culminación de éste con la sentencia de segundo grado, surgieron como hechos sobrevinientes la autorización al 9 Artículo 305 del C.P.C. 18 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Notario Segundo de Neiva para suscribir la escritura No. 866 de 22 de julio de 1975 y la firma de la misma por el mencionado funcionario, hechos éstos que tienen una incidencia directa sobre las pretensiones de la demanda y que, por lo mismo, han de ser tenidos en cuenta por el fallador al decidir el litigio, como quiera que, tal cual se expresó por la Corte en la sentencia de 12 de septiembre de 1994 que casó la proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Neiva -Sala de Familia-, el 29 de septiembre de 1992, "el pronunciamiento judicial de ser la escritura pública en cuestión inexistente como tal, pese a que el Estado, por conducto de la autoridad pública (Superintendencia de Notariado y Registro) autorizó su suscripción posterior por el Notario Segundo de Neiva, equivaldría a desconocer por completo, sin razón jurídica alguna la validez y eficacia de ese acto, para dar por no existente lo que manifiestamente existe, posición ésta que sería no solo reñida con la lógica, sino violatoria, por falta de aplicación, de los artículos 305 del C. P. C. y 100 del Decreto 960 de 1970" (fls. 88 y 89, cdno. Corte).”10 Establecido lo anterior, el análisis debe virar en el sentido de determinar cual es la consecuencia directa de la inexistencia de la herencia y sin duda el faro enfoca su luz hacia el ámbito de la Acción. Para Chiovenda “La acción es, por lo tanto, el poder jurídico de dar vida a la condición para la actuación de la voluntad de la ley. La cual definición, bien vista, coincide con aquella de las fuentes: nihil aliud est actio quam ius persequendi indicio quod sibi debetur (Ins, IV, 6, pr.): donde esta clarísima la contraposición entre el derecho a lo que nos es CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente: Dr. PEDRO LAFONT PIANETTA sentencia del treinta y uno (31) de enero de mil novecientos noventa y cinco (1995) Expediente No. 4293 10 19 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 debido, y el derecho de conseguir el bien que nos es debido mediante juicio (ius iudicio persequendi).”11 A su turno la naturaleza jurídica de esta prerrogativa connota la existencia de unos presupuestos procesales, los elementos definidores o constitutivos de la acción y las condiciones de la acción, figuras que no deben confundirse puesto que entrañan consecuencias jurídicas distintas. Sobre los dos últimos relevantes para nuestro estudio la jurisprudencia ha indicado: “2. No deben confundirse los presupuestos procesales con los elementos definidores o constitutivos de la acción ni con las condiciones de la misma acción. Los primeros se refieren a la formación del proceso o de la relación procesal, mientras que los segundos conciernen y se encaminan a configurar e identificar la acción que se ejercita y a determinar los requisitos de su prosperidad. Toda acción se constituye se identifica por tres elementos, consistentes en los sujetos, activo y pasivo, de la relación jurídica sustancial que se discute, en el título o causa petendi y en el petitum u objeto de la acción. El ejercicio de una acción cualquiera exige el señalamiento de estos tres factores para configurarla y definirla. En el petitum se debe determinar el objeto o pretensión que se persigue, o sea el bien o derecho cuya tutela se busca. La causa petendi consiste en los hecho que dan origen y sirven de título a la pretensión invocada o al petitum. Estos tres elementos concurren a estructurar y a individualizar una acción y a distinguirla de cualquiera otra. Por ello se los denomina elementos constitutivos o definidores de la acción. Instituciones de Derecho Procesal Civil, Giuseppe Chiovenda, Tomo I Conceptos Fundamentales La Doctrina de las Acciones, Ed Revista e Derecho privado Madrid pag 26. 11 20 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Además de estos elementos, sucede que toda acción requiere llenar ciertas condiciones que son necesarias, ya no para su conformación procesal, sino para asegurar su prosperidad, esto es, para que el demandante que la promueve pueda obtener un pronunciamiento favorable a sus pretensiones. Estos requisitos de mérito son llamados condiciones de la acción, porque determinan su acogida y su éxito. la respaldan y Estas condiciones consisten en la tutela de la acción por una norma sustancial, en la legitimación en causa y en el interés para obrar. Se cumple la primera de estas condiciones cuando el hecho o hechos que le sirven de fundamento a la acción (causa petendi) y la pretensión que constituye su objeto (petitum), coinciden con el hecho o hechos previstos por la ley sustancial y con el efecto jurídico que ésta atribuye a los mismos hechos. Apareciendo esta concordancia, resulta la acción tutelada por la ley y satisfecha una de las condiciones de su prosperidad. La legitimación en causa es en el Demandante la cualidad de titular del derecho subjetivo que invoca y en el demandado la calidad de obligado a ejecutar la prestación correlativa. Y el interés para obrar o interés procesal, no es el interés que se deriva del derecho invocado (interés sustancial), sino el interés que surge de la necesidad de obtener el cumplimiento de la prestación correlativa, o de disipar la incertidumbre sobre la existencia de ese derecho, o de sustituir una situación jurídica por otra.” (subrayado y negrillas fuera de texto) Bajo la anterior línea argumentativa el escenario analítico nos exige determinar cual debe ser la decisión del juez, ante la ausencia de estos requisitos de mérito, el Alto Tribunal en anteriores ocasiones ya ha 21 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 resuelto tal dificultad, véase como en relación con la compenetración que deba existir entre el petitum y la causa petendi: “Estas nociones permiten ver que el petitum de una demanda no es un presupuesto procesal, sino uno de los elementos constitutivos o definidores de la acción y que además, para que se cumpla una de las condiciones de viabilidad de la misma acción, se requiere que entre dicho petitum la causa petendi haya una tal compenetración que estos dos factores resulten colocados en una relación jurídica de causa a efecto. Si, con olvido de estas mismas nociones, se formula en la demanda un petitum jurídicamente inadecuado a la causa petendi, este defecto no puede ser considerado y tratado como falta de un presupuesto procesal, sino como una anomalía de la acción que conduce a desestimar su mérito”. (CSJ, Cas. Civil, sent. feb. 21/66. M.P. Enrique López de la Pava). Y ante la ausencia de legitimación en la causa como condición de la acción: “La legitimación en la causa, o sea, el interés directo, legítimo y actual del “titular de una determinada relación jurídica o estado jurídico” (U. Rocco, Tratado de derecho procesal civil, T. I, Parte general, 2ª reimpresión, TemisDepalma, Bogotá, Buenos Aires, 1983, pp. 360), tiene sentado la reiterada jurisprudencia de la Sala, “es cuestión propia del derecho sustancial y no del procesal, por cuanto alude a la pretensión debatida en el litigio y no a los requisitos indispensables para la integración y desarrollo válido de éste” (Cas. Civ. sentencia de 14 de agosto de 1995 exp. 4268), en tanto, “según concepto de Chiovenda, acogido por la Corte, la ‘legitimatio ad causam’ consiste en la identidad de la persona del actor con la persona a la 22 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 cual la ley concede la acción (legitimación activa) y la identidad de la persona del demandado con la persona contra la cual es concedida la acción (legitimación pasiva). (Instituciones de Derecho Procesal Civil, I, 185)” (CXXXVIII, 364/65), por lo cual, “el juzgador debe verificar la legitimatio ad causam con independencia de la actividad de las partes y sujetos procesales al constituir una exigencia de la sentencia estimatoria o desestimatoria, según quien pretende y frente a quien se reclama el derecho sea o no su titular” (Cas. Civ. sentencia de 1° de julio de 2008, [SC-0612008], exp. 11001-3103-033-2001-06291-01)”.12 Así las cosas, resulta imperioso precisar tal como lo ha establecido la Corte que estos requisitos de mérito deben ser observados con independencia de la actividad de las partes y los sujetos procesales, de allí que no sea menester su alegación en las distintas etapas procesales, en el entendido de que son entidades sustanciales sin las que resulta imposible emitir un decisión estimatoria, por lo que su ausencia gravita enérgicamente en el despacho desfavorable de las pretensiones. Descendiendo al sub examine observamos que la condición consistente en la tutela de la acción por una norma sustancial, como requisito de mérito se encuentra ausente. En efecto esta se cumple “(...) cuando el hecho o hechos que le sirven de fundamento a la acción (causa petendi) y la pretensión que constituye su objeto (petitum), coinciden con el hecho o hechos previstos por la ley sustancial y con el efecto jurídico que ésta atribuye a los mismos hechos”. Cfr. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL. Sentencia del 14 de octubre de 2010. M. P. WILLIAM NAMÉN VARGAS. Ref. 11001-3101-003-2001-00855-01 12 23 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 Tal como se indicó ut supra, la sucesión por causa de muerte comporta tres supuestos de hecho dentro los que se exige la existencia de la herencia y como se miró esta universalidad jurídica ha fenecido, en ese orden de ideas no puede predicarse una coincidencia de este hecho como fundamento del petitum con el hecho exigido por el artículo 1008 del C.C., debiéndose por ello desestimar las pretensiones en este trámite liquidatario por la ausencia de este requisito de mérito de la acción y por ende revocar la decisión de instancia, sin que sea necesario pronunciarse sobre los argumentos de la apelación porque ella pendía de la existencia de este presupuesto sustancial. 6. COSTAS De conformidad con el artículo 392 del C. de P. Civil, no se condenará en costas en costas en esta instancia por no aparecer causadas. En mérito de lo expuesto, la Sala Tercera de Decisión Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Neiva, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, 7. RESUELVE PRIMERO.- REVOCAR los numerales PRIMERO, SEGUNDO Y CUARTO de la sentencia del 10 marzo de 2011 y en su lugar se deniegan las pretensiones de la demanda. SEGUNDO.- CONFIRMAR en lo restante la sentencia impugnada. TERCERO.- No condenar en costas en esta instancia por no aparecer causadas. NOTIFÍQUESE 24 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 EDGAR ROBLES RAMÍREZ ALBERTO MEDINA TOVAR ENASHEILLA POLANÍA GÓMEZ (Salvamento de voto) SALVAMENTO DE VOTO Radicación 41001 31 10 004 2004 00017 05 Con el acostumbrado respeto, me aparto de la decisión mayoritaria, por las razones que paso a exponer: El recurso de apelación hizo que la Sala enfrentara, por competencia funcional, la sentencia proferida por el Juzgado Cuarto de Familia de Neiva, al interior del proceso de sucesión de quien en vida se hizo llamar AMALIA TRUJILLO FALLA, mediante la cual se aprobó el trabajo de partición, generando la inconformidad del recurrente respecto del orden sucesoral en el que distribuyó la herencia, pues en su sentir, debió hacerse en el cuarto y no el tercer orden. El desarrollo normal del proceso sufre un quebranto, a juicio de la Sala, puesto que advierte la existencia de una liquidación anterior de la herencia, mediante trámite notarial, de lo cual surge la aplicación del artículo 305 del Código de Procedimiento Civil, en el entendido de que es un hecho que modifica el derecho sustancial reclamado, 25 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 desencadenando la parte resolutiva que termina por revocar los numerales primero, segundo y cuarto, para en su lugar denegar las súplicas de la demanda. El artículo 305 señala que: “La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las pretensiones aducidos en la demanda y en las demás oportunidades que este Código contempla, y con las excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley. No podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por objeto distinto del pretendido en la demanda, ni por causa diferente a la invocada en ésta. Si lo pedido por el demandante excede de lo probado, se le reconocerá solamente lo último. En la sentencia se tendrá en cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del derecho sustancial sobre el cual verse el litigio, ocurrido después de haberse propuesto la demanda, siempre que aparezca probado y que haya sido alegado por la parte interesada a más tardar en su alegato de conclusión, y cuando éste no proceda, antes de que entre el expediente al despacho para sentencia, o que la ley permita considerarlo de oficio.” Se destaca con intención. La aplicación de la norma contenida en el artículo citado hace que se haga miramiento a los presupuestos allí contenidos, que a juicio del suscrito son: 1. Que se trate de un hecho modificativo o extintivo del derecho sustancial. 2. Que su ocurrencia sea después de presentarse la demanda. 26 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 3. Que el hecho sea probado, mediante instrumento probático conducente. 4. Que de ser a iniciativa de parte, su solicitud se haga antes de entrar el expediente a despacho para sentencia. 5. Que permita su declaración oficiosa, cuando no sea a solicitud de parte. 6. Que el proceso sea de conocimiento. Respecto de ésta última circunstancia, es menester agregar que el hecho se anticipa a lo que eventualmente debe ser hacer el juez en la sentencia, esto es, modificar o extinguir el derecho, de tal suerte que en un proceso de liquidación ésta hipótesis no es dable por la naturaleza misma del proceso, a tal punto que cuando se discuten aspectos relacionados con el derecho de los intervinientes en el proceso, el legislador manda que sean ventilados en proceso ordinario, como se observa de la lectura de los artículos 1387 y 1388 del Código Civil. Se está entonces, a nuestro juicio, en error in iudicando, por indebida aplicación del artículo 305 plurimentado, que de no haber sido tenido en cuenta, la decisión hubiese sido distinta, puesto que ninguno de los presupuestos allí enlistados tienen figuración en autos, si en cuenta se tiene que es un proceso de liquidación y la partición notarial ajusta casi una década. En los anteriores términos dejo plasmado el disentimiento a la providencia de la referencia. 27 As. Sucesión M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2004-00017-01 ALBERTO MEDINA TOVAR Magistrado 28