La ouija, también llamada “tablero”, o en

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La ouija, también llamada “tablero”, o en lenguaje docto “vasografía”
es un método de comunicación espiritista, evolución de la llamada
“planchette”. Básicamente consta de una tabla en la que se dibujan las
letras del alfabeto, los números del 0 al 9, las palabras “sí”, “no” y
“adiós” y opcionalmente algunos otros símbolos y dibujos, bien sean
signos de puntuación o en algunos casos dibujos puramente
ornamentales. Mientras en la planchette las letras y números se dibujan
normalmente en semi arco, en la ouija suelen hacerse de forma circular
con los números situados en el interior del círculo. La otra diferencia
entre la planchette y la ouija es que en la primera se utiliza una plancha
deslizante, con forma de punta de lanza mientras en la segunda el
instrumento marcador es un vaso o copa puesto boca abajo,
preferiblemente transparente para que puede verse a su través y todos
puedan leer la letra que se está marcando en cada momento.
Son instrumentos diseñados para mantener una aparente
comunicación con supuestas entidades del más allá, seres descarnados
o astrales y también, de forma muy extendida en los últimos tiempos,
con supuestos seres extraterrestres.
Los mitos sobre la ouija empiezan desde la propia preparación para la
sesión y abarcan todo lo relacionado con el método. Se pueden leer
tantas cosas y tantos doctos libros sobre este tipo de prácticas que hay
suficiente letra impresa como para marear y desconcertar a cualquiera,
teniendo en cuenta además que la mayoría de estas doctas opiniones
son contrarias, excluyentes e incongruentes entre sí. Los despropósitos
en torno a la ouija empiezan por su propia definición: para mucha
gente no es más que un simple “juego”, pudiéndose encontrar tableros
y kits completos en las jugueterías. Es muy típico que en reuniones de
amigos alguien diga lo de: “¿jugamos a la ouija?”.
Vamos a intentar definir y aislar este tipo de mitos en la distintas
fases y aspectos de la ouija. No es propósito de este artículo entrar en
defensa, justificación o explicación de un fenómeno, principalmente
porque no existe una explicación “razonable” según el estricto y
excluyente método científico ni tampoco una explicación universal y
única según los propios conceptos espíritas.
Evidentemente desecharemos por absurdo y ciego el primero y más
extendido de los mitos: el vaso no lo mueve nadie para reírse del resto.
Si usted cree esto, guarde el tablero y no siga perdiendo el tiempo
1)- LA PREPARACIÓN
Aquí comienzan la mayoría de los tópicos sobre este método, los más
absurdos y los más desproporcionados. En multitud de tratados puede
leerse acerca de una parafernalia necesaria para “preparar” de forma
correcta la sesión de tal calibre, que si siguiéramos al pié de la letra
todo ese ceremonial tardaríamos un día entero en poder comenzar la
sesión.
No es necesario realizarlo bajo la luz de las velas, de ningún color
determinado, ni con música de ningún tipo de fondo, ni se requieren
pases mágicos, palabras altisonantes, ceremonias escritas por otros o
nada similar. Tampoco es necesario entrar en estado meditativo
especial, ni trances, ni emitir sonidos o mantras. También son
innecesarios los gráficos, dibujos, ornamentos y adornos, tanto en la
propia tabla como en el vaso o plancheta. Otro mito: el de no llevar
ningún tipo de anillo, pendientes, brazaletes o pieza metálica en el
cuerpo es algo meramente superficial, no afectando a los resultados
obtenidos al desarrollo de la propia sesión.
Sí resultan en cambio condicionantes de cierta importancia los sitios
elegidos para realizarla, preferiblemente habitaciones cerradas, así
como las horas a las que se realice la sesión. No hay una regla fija ya
que las cosas cambian en cada lugar y cada hora, pero sí que
observaremos resultados diferentes si variamos estos parámetros.
Es importante también que la gente esté cómoda y relajada, que
haya una concentración en lo que se está haciendo, pero no
necesariamente mayor de la que podríamos necesitar para escribir una
carta o realizar cualquier trabajo que requiera atención. Las condiciones
de iluminación y temperatura serán las que resulten adecuadas y
confortables a los participantes en la sesión, simplemente. Hay que
tener muy en cuenta que los factores más importantes que intervienen
en el desarrollo de una sesión son sus propios participantes, sus
estados de ánimo y disposición resultarán, pues, el condicionante
principal, por encima de todo lo demás.
2)- INICIO
Otro de los típicos tópicos que más se repite es el de las formas de
invocación que hay que adoptar para comenzar una sesión. No
solamente es un tópico sino que además resulta del todo inconveniente
dedicarse a tratar de invocar la presencia de nadie, ya sean familiares
desaparecidos ya sean espíritus o entidades de ningún tipo. Es muy
importante que en toda sesión haya un director que lleve la voz
cantante y por tanto será positivo que dicha persona tenga una mayor
experiencia. En el caso de que todos los participantes fuesen personas
sin experiencia en el método, lo mejor es elegir a un director entre
todos, posteriormente durante la sesión el director más adecuado
surgirá de forma natural. Tampoco esto implica que siempre tenga que
ser el mismo director, según el tipo de contacto o el momento, puede
haber varios directores durante una misma sesión o dentro del mismo
grupo haber distintos directores para diferentes sesiones.
La ouija no deja de ser un método ciego del que desconocemos casi
todo. Por buscar un símil, es como reunirse varias personas en torno a
un teléfono, y descolgar esperando que haya alguien al otro lado de la
línea. Hay pues dos motivaciones que entenderemos como positivas a
la hora de emprender una sesión: el deseo de comunicar y la intención
de experimentar un método diferente sobre el cual queremos aprender
y observar. Otras motivaciones menos desinteresadas pueden conducir
a efectos no deseados, engaños, sesiones infructuosas, etc.
El inicio de una sesión ha de ser algo tan sencillo como colocar los
participantes su dedo (suele ser el índice pero eso depende de lo que
resulte más cómodo a cada uno, y también es indistinto que sea la
mano derecha o la izquierda) sobre la superficie del fondo del vaso o la
plancheta procurando no hacer presión ni fuerza en ningún sentido. A
veces puede empezarse haciendo una pregunta simple, algo así como:
“¿Hay alguien ahí que desee hablar?”, aunque en muchas ocasiones
veremos que el vaso comenzará a moverse sin haber pronunciado
ninguna pregunta. El simple hecho de realizar la sesión ya implica un
deseo de comunicar.
3)- LA SESION
El transcurrir de la propia sesión irá definiendo los cauces más
adecuados para su mejor desarrollo. No existen unas reglas fijas que
puedan adoptarse, sino que cada director puede ir tomando las que
considere oportuno en función de su experiencia, y siempre y en todo
momento contando con el resto del grupo. Como es lógico, un grupo de
personas que hayan compartido otras sesiones tendrán ya su propia
forma de realizarlas, y pueden conversar entre ellos y comentar o
preguntar lo que consideren oportuno, venciendo al tópico del absoluto
y riguroso silencio que no tiene sentido ninguno.
El número de participantes es también algo variable, habiendo
diferentes opiniones al respecto, tal vez fruto de distintos tipos de
contacto. También hay que tener en cuenta que puede haber personas
presentes sin que se vean obligadas a poner el dedo en ningún
momento. Yo he logrado sesiones muy interesantes y duraderas con
solo dos personas poniendo el dedo sobre el vaso mientras que en otros
casos requería al menos 4 para que el movimiento del vaso fuese
constante y en otros por muchos que fuéramos no hubo absolutamente
ningún movimiento. Sobre el número adecuado de participantes se ha
escrito mucho, pero mi opinión en este asunto es que más que tópicos
estamos ante diferentes experiencias personales y por tanto dicho
número variará en función de las personas y los momentos.
Hay dos cosas que sí son inamovibles y que parecen de crucial
importancia en este asunto: las llamadas “puertas” y el número 2 como
mínimo de participantes. Entremos en profundidad sobre estos dos
vitales aspectos.
4)- LAS “PUERTAS” o CANALIZADORES
En toda sesión espírita existen los llamados médiums, personas que
canalizan el contacto con esas supuestas entidades del más allá. En el
espiritismo clásico los médiums suelen ser del tipo pasivo, es decir,
personas que entran en un aparente trance y prestan su cuerpo y su
voz para que las entidades se manifiesten.
En la ouija los canalizadores ejercen de médiums activos, es decir, no
pierden la consciencia ni dejan de participar en la sesión, siendo incluso
la mayoría de las ocasiones inconscientes de su papel de canalizador.
Son personas capaces de establecer comunicación, supuestamente con
entidades del astral o con otros seres. Esto explica la razón por la cual
en una determinada sesión vemos cómo hay una o dos personas que
son necesarias para mantener el contacto mientras que el resto pueden
ir turnándose sin que el movimiento del vaso se vea afectado. Estas
“puertas” pueden ir variando en cada contacto (tengamos en cuenta
que en una misma sesión de ouija puede comunicarse con diferentes
seres que se van sucediendo). Quién es puerta, y cuando lo es, es algo
que se irá viendo a lo largo de cada sesión.
Usualmente
aunque no es
atrae “algo” a
principalmente
la puerta suele convertirse en director de la sesión,
absolutamente necesario. De todas formas, si alguien
la ouija, es lógico que ese “algo” desee comunicarse
con ese alguien.
En ningún momento durante la sesión ha de experimentarse
malestar, sensación de abandono o amagos de entrada en trance.
Veremos esto más en profundidad más adelante.
5)- DOS SON LOS POLOS DEL IMAN
Independientemente de con quién se esté en realidad comunicando,
es un hecho indiscutible (que solo discuten aquellos a los que les
encanta prejuzgar sin conocer lo que critican) que el vaso se mueve sin
que nadie lo empuje. A partir de aquí, las teorías se suceden por
caminos de los más variable. La más universalmente aceptada es la de
los supuestos micro-movimientos musculares inconscientes de los
participantes, los cuales estarían provocando el movimiento del vaso de
forma armonizada, volcando sobre él sus respectivos subconscientes en
una extraña y complejísima labor de contorsionismo psíquico y, lo que
es aún más increíble, sin darse cuenta de que todo esto está
ocurriendo.
Me parecen muy loables estos intentos de explicar algo que se
desconoce, al menos se molestan en investigar, cosa que no hacen los
que niegan por sistema, pero no puedo por menos que sonreírme ante
estos intentos tan enrevesados de intentar encontrar justificaciones
psicofísicas a algo que muy bien podría tener una explicación mucho
más simple. No obstante, el objetivo de este artículo no está en discutir
la explicación del fenómeno (cosa que daría para otro extenso artículo)
sino en desmitificar los miles de tópicos vertidos sobre la ouija. Mi
experiencia me demuestra que estas teorías mencionadas fallan
repetidamente cuando se trasladan a la práctica, así que mis esfuerzos
se trasladan a conocer y comprender un poco más sobre el fenómeno.
Es de sobra conocido que en el mundo físico el movimiento se
produce al aplicar una fuerza sobre un sólido, que para imprimir una
fuerza hace falta un aporte energético y que para que esa energía fluya
hacen falta dos polos. De esa forma, la electricidad circula entre bornes
de diferente potencial, el campo magnético se genera entre dos polos y
el motor necesita un par de fuerzas para poder moverse. En la ouija se
produce algo muy parecido, son necesarias al menos 2 personas para
establecer el “circuito”.
¿Qué sucede entonces cuando el vaso se desplaza con el simple
toque de un solo dedo? Evidentemente algo extraño está pasando, ya
que el “circuito” no se ha establecido de la forma habitual. Mi consejo
en estos casos es que se pare inmediatamente y que dicha persona
deje de practicar esta y cualquier otra práctica espírita. Por suerte, este
tipo de casos se producen en muy escasas ocasiones, pero los hechos
demuestran que nunca conducen a resultados positivos.
6)- FENÓMENOS Y APORTES
Llegados a este punto, circulan muchos rumores e historias sobre
todo tipo de fenómenos paranormales en torno a la ouija que en la
mayoría de las ocasiones solo sirven para influenciar a los participantes
y colocarles en un estado de ansiedad y temor poco positivo de cara a
los resultados que puedan obtenerse. No voy a negar que ese tipo de
fenomenología se produce, ya que he tenido la oportunidad de ser
testigo e investigar algunos sorprendentes casos, pero sí quiero dejar
muy claro que este tipo de fenómenos son, por suerte, muy escasos. Es
labor de un buen director o conductor de sesión saber cortar a tiempo si
las cosas empiezan a complicarse.
La mente humana es muy sugestionable, y las condiciones
preparadas por algunos para realizar una sesión espírita pueden
conducir a un estado muy receptivo e hipersensible bajo el que
cualquier suceso se magnifica. Si los participantes en una sesión saben
mantener la firmeza y no dejarse llevar, cualquier suceso paranormal
que pueda producirse en una sesión espirita deberá ser fácilmente
controlado.
7)- LOS INTERLOCUTORES
El tipo de comunicaciones que pueden, aparentemente, establecerse
mediante la ouija es tan extenso como tipos de personas hay en el
mundo. Por buscar un símil muy en boga hoy en día, es como
conectarse a un chat en Internet, nunca sabemos qué clase de
personas vamos a encontrarnos ni el tipo de conversaciones que
podemos esperar cada día. De la misma forma, en sesiones ouija
podemos toparnos con los denominados burlones o elementales con los
que es imposible hablar media palabra en serio, con seres
interesantísimos con los que mantener conversaciones de todo tipo y
también con algunos violentos, enfadados o con “sus problemas”.
Yo hace años que deseché las teorías que dicen que el vaso
simplemente refleja nuestro subconsciente, y lo deseché porque
repetidamente se me ha demostrado que en muchísimas sesiones he
estado hablando con seres ajenos a los que participábamos en la
sesión, de la misma forma que cuando hablamos en chat sabemos que
estamos hablando con otras personas aunque no veamos sus caras ni
les conozcamos.
Más que un tópico, es un intento de encontrar explicación a un
fenómeno sobre el cual se desconoce aún absolutamente todo. Parece
increíble, pero uno de los métodos más fáciles de experimentar como
es la ouija es sin embargo uno de los peor documentados.
Por último y siguiendo con el símil del chat, lo mismo que si usted no
desea seguir hablando con una persona simplemente se desconecta o
cambia de canal, aquí es exactamente lo mismo. Lo único que puedo
aconsejarle es: sea educado y despídase antes. :-)
8)- RESUMIENDO....
La ouija está ahí y puede ser practicada por quien lo desee. No es un
juego ni debe tomarse a la ligera bajo ningún concepto,. Se ve
fuertemente condicionada por aquellos que la practican, eso hace que
sea muy difícil establecer normas comunes. Practíquela con curiosidad y
mente abierta pero sin perder la comodidad ni el ánimo, si le hace
sentirse incómodo o siente temor o angustia, deje de hacerlo como
dejaría de hacer cualquier cosa que le produjera malas sensaciones. Es
bueno hacerlo al principio en compañía de personas experimentadas,
aunque desconfíe de aquellos que se hacen llamar experimentados y sin
embargo prodigan toda clase de tópicos como los que hemos
mencionado.
Pero siempre tenga presente una cosa: no es algo con lo que
bromear ni está para reírse de los demás. Desconocemos muchas
cosas, tanto sobre el más allá como sobre la propia psique humana, así
que tanto si se trata de un instrumento de transcomunicación como si
se trata de un instrumento que hace aflorar parte de nuestro
subconsciente, nunca debemos tomarnos a la ligera su uso y valorar
antes si estamos preparados para asimilar cualquier cosa que nos traiga
ese encuentro con lo desconocido.
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