cuándo y por qué acudir a urgencias oftalmológicas

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Atención oftalmológica inmediata
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Atención oftalmológica inmediata
Cuando experimentamos una pérdida brusca de visión, dolor ocular o sufrimos un
traumatismo, nuestra primera reacción es acudir a urgencias al centro más cercano. Aunque allí nos harán una primera evaluación, en la mayoría de los casos, nos
derivarán al oftalmólogo.
Es siempre recomendable acudir directamente al especialista para que diagnostique el grado de emergencia y en caso necesario, realice el tratamiento de
forma inmediata evitando complicaciones y en algunos casos, la pérdida de visión.
„„
En un alto porcentaje de los casos, el paciente que acude a urgencias, sale con el
problema solucionado.
„„
En otros casos más graves, el futuro funcional de la visión depende de ese examen urgente, en el que se realiza un rápido diagnóstico y se determina si debe
intervenirse.
„„
En ocasiones es mejor no intervenir en ese momento, aunque se trate de una
enfermedad grave, ya que el caso debe ser estudiado con detenimiento para que
la cirugía sea lo más eficaz posible.
¿Cuando debo acudir
a urgencias oftalmológicas?
Debes acudir a urgencias oftalmológicas si:
1
2
Notas una pérdida brusca de visión
3
Sientes dolor en el ojo
4
Sufres un traumatismo
Tienes el ojo rojo o inflamado
¿De qué depende
el grado de urgencia?
Depende generalmente de dos factores,
la naturaleza del síntoma y la duración del mismo.
Debes acudir a un
oftalmólogo de forma
inmediata
si experimentas una pérdida de visión,
dolor ocular, o severa rojez en el ojo
Tienes un margen
de 1 ó 2 días
si experimentas visión doble, cuerpos
flotantes y centelleos, fotofobia y visión
borrosa.
Tienes un margen
de hasta 3 semanas
si notas molestias en el ojo, lagrimeo,
exudación o rojez, caída del párpado superior, proptosis (ojo saltón) o tumores
en los párpados.
¿Cuáles son las principales
tipologías de urgencia
oftalmológica?
pérdida de visión
1. Pérdida o disminución de la visión
La pérdida o disminución súbita de la visión es un motivo importante para acudir a la consulta de urgencias. A menudo, el
paciente no tiene sensación de gravedad porque no sufre
dolor o porque pierde sólo parte del campo visual, o sólo
en un ojo, por lo que tarda en percatarse de su deficiencia.
Un caso típico es el desprendimiento de la retina, que puede
ser gradual o súbito. Si afecta a la mácula (parte central de la
retina) se trata de una urgencia importante. Si se trata de un
desprendimiento de retina crónico no requiere una actuación
inmediata. En cualquier caso, ésto lo determinará el oftalmólogo de urgencias.
Por otro lado, la visión de moscas volantes, flashes, etc.
suele ser síntoma de desprendimiento de vítreo, un problema que a veces es precursor de un desprendimiento de retina.
Si bien este problema puede aparecer de forma independiente,
requiere seguimiento para evitar un posible desprendimiento
de retina posterior.
Otras patologías con pérdida de visión son la hemorragia del
vítreo, muchas veces relacionada con la retinopatía diabética,
las oclusiones vasculares y otros procesos retinianos. Si la
pérdida de visión está relacionada con un postoperatorio oftalmológico, el paciente debe ser atendido sin demora.
traumatismos
2. Traumatismos
Los traumatismos oculares ocupan, junto a enfermedades infecciosas y patologías como
la catarata y el glaucoma, un lugar destacado entre las principales causas de ceguera en
el mundo. Son relativamente frecuentes y algunos requieren tratamiento urgente.
Estos son algunos de los traumatismos más habituales:
Laceraciones, quemaduras y fracturas
Entre los daños producidos por traumatismos oculares destacan la laceración palpebral (herida en el párpado), quemaduras en el párpado o fractura de los huesos orbitarios.
Los traumatismos también pueden provocar erosiones corneales que, si afectan a la superficie corneal, son muy dolorosas aunque revisten poca gravedad. Si son bien tratadas, se
curan en 24-48h. En cambio, si afectan al centro de la córnea,
puede quedar una cicatriz y provocar una pérdida de visión.
Algunos traumatismos pueden ser no penetrantes y no perforantes, como la abrasión de la córnea, una lesión superficial,
que es dolorosa pero normalmente leve. Con frecuencia, se
deriva de un arañazo producido por niños pequeños o por
un vértice de una hojas de una planta o de un papel...
traumatismos
Cuerpos extraños
Uno de los daños oculares más frecuentes es el causado por
el impacto de cuerpos extraños en la córnea, arrastrados
por el viento o que se depositan en ella. También al realizar
determinados trabajos, como los que implican manipulación
de materiales.
Es un traumatismo que suele molestar y doler, pero que puede
ser aliviado de forma inmediata si se acude a urgencias. Hasta
ese momento, el afectado debe intentar no frotarse el ojo para
evitar que la partícula introducida en la córnea vaya arañando
la superficie ocular: una buena solución es tapar el ojo.
Quemaduras químicas
Otro tipo de traumatismos no perforantes son las quemaduras químicas, generalmente provocadas por productos de
limpieza o de laboratorio o por el líquido de batería, un
ácido especialmente corrosivo y peligroso.
Las quemaduras químicas, sobre todo por álcalis, pueden provocar gran pérdida de visión. En estos casos, el paciente debe
lavar el ojo inmediatamente con agua del grifo, antes de acudir
a urgencias ya que, a menudo, el grado de lesión dependerá de
ese lavado inmediato, más que del tratamiento posterior.
Las quemaduras térmicas, con agua o aceite hirviendo (las
más corrientes en los niños), no suelen ser tan graves.
traumatismos
Explosivos y material pirotécnico
En el caso de heridas por explosivos o material pirotécnico,
muy habituales en las verbenas, el daño ocular puede ir
desde pequeñas quemaduras en los párpados y erosiones en la
superficie de los ojos, hasta mutilaciones de tejidos y estallido
del ojo con pérdida de su contenido.
En cualquier caso, hay que acudir rápidamente al oftalmólogo,
ya que a veces lesiones no dolorosas son muy graves y viceversa. Antes de acudir a urgencias, es conveniente presionar
suavemente la zona afectada para cortar la hemorragia, pero
evitando comprimir el globo ocular. Además, debe limpiarse el
contorno del ojo con una gasa limpia empapada en agua para
eliminar las partículas que puedan seguir dañando el ojo.
Rayos ultravioleta
También se producen traumatismos en la superficie del ojo
por exposición a rayos ultravioletas como: la luz solar,
especialmente cuando incide sobre la nieve en regiones de alta
montaña; las máquinas de bronceado artificial; o los arcos
de soldadura (soplete). Los instrumentos de soldadura afectan
no sólo a quienes los utilizan, sino también a quienes miran
mientras son manipulados.
Es importante saber que este tipo de lesión superficial de la
córnea (queratitis), que produce mucho dolor y visión borrosa,
tarda unas horas en dar síntomas (tiempo de latencia).
traumatismos
Contusiones
La contusión que se produce cuando algo impacta directamente en el ojo es otra de las urgencias típicas por traumatismo. Este tipo de lesión se producen en el marco de peleas
(puñetazos, pedradas...), juegos infantiles o de deportes,
como el tenis y, sobre todo, el squash.
En ocasiones, la lesión ocular derivada puede ser grave, como
en el caso de la onda expansiva de una explosión o de un
accidente de tráfico: el impacto del volante contra el tórax
puede producir lesiones en la retina de diversa categoría.
Perforaciones
Por lo que se refiere a los traumatismos penetrantes o perforantes, heridas producidas por juguetes puntiagudos,
alfileres, cuchillos, lápices, trozos de vidrio, herramientas
cortantes, etc., pueden no tener importancia alguna o ser
muy graves, por lo que es importante consultar al oftalmólogo
de inmediato.
Las heridas graves suelen requerir tratamiento quirúrgico, en
ocasiones con participación de cirujanos oftalmólogos de diferentes subespecialidades: retina, segmento anterior, párpados,
órbita...
dolor
3. Dolor
Uno de los procesos oculares que con frecuencia causa dolor
es el glaucoma agudo –de ángulo cerrado–, que causa un
intenso dolor de todo el globo ocular y sus alrededores (hace
unos años conocido como “dolor de clavo”).
Este síntoma puede ir acompañado de visión borrosa y ojo
muy congestivo (rojo). También de náuseas y vómitos, lo
que hace que algunos pacientes acudan a urgencias de medicina general o al digestólogo, al relacionar estas indisposiciones
con procesos gastrointestinales.
Afortunadamente, cada vez se dan menos casos de glaucoma
agudo, gracias a la medicina preventiva y a la profilaxis; la
visita anual al oftalmólogo a partir de los 40 años, un hábito
cada vez más extendido, es fundamental para evitar llegar a
situaciones límite.
Otros causas de dolor ocular pueden ser la introducción de un
cuerpo extraño en el ojo, las migrañas, o las úlceras, etc.
ojo rojo
4. Ojo rojo
Los procesos que conllevan rojez ocular, pueden ocasionar
también dolor, además de alteraciones visuales. Este tipo de
lesiones suelen estar relacionadas con infecciones, generalmente de la conjuntiva, siendo la conjuntivitis la de
mayor incidencia.
Las conjuntivitis infecciosas o alérgicas, suelen tener
evoluciones benignas y por lo general no afectan a la visión,
pero hay que tener en cuenta que pueden complicarse si no se
tratan adecuadamente. Algunos síntomas de complicación podrían ser dolor intenso, imposibilidad de abrir el ojo, fotofobia,
o hinchazón significativa de los párpados y los tejidos adyacentes de la cara, especialmente con fiebre.
Otra causa frecuente de inflamación de la conjuntiva y
también de la córnea (queratoconjuntivitis) es el uso prolongado de las lentes de contacto o la intolerancia a las
soluciones de limpieza. Algunas situaciones en los portadores
de lentillas pueden favorecer la presencia de una úlcera corneal,
generalmente infecciosa, que puede producir un enrojecimiento ocular acompañado de dolor y pérdida de visión.
Una examen oftalmológico es indispensable para evitar consecuencias que pueden llegar a ser severas, como la generación
de una cicatriz definitiva (leucoma corneal) o, incluso, la perforación ocular.
ojo rojo
Otro tipo de infecciones son las que se producen en el saco
lagrimal. Los casos agudos suelen ser dolorosos y requieren
tratamiento con antibióticos aunque son frecuentes las recurrencias. El tratamiento quirúrgico definitivo se realiza una vez
ha remitido la infección.
Las uveítis y el glaucoma agudo también producen ojo rojo.
Ante la diversidad de patologías asociadas al ojo rojo, el
diagnóstico de cada una requiere del conocimiento de todos
los síntomas que acompañan al aspecto rojizo del ojo. Así, por
ejemplo, es típico encontrar picor en las reacciones alérgicas, sensación de cuerpo extraño en las conjuntivitis o el
dolor del glaucoma y la uveítis.
En las uveítis agudas, especialmente iridociditis, el ojo se pone
congestivo, con dolor y típicamente sin secreción (legañas).
En el glaucoma agudo, el aumento de la presión ocular produce la congestión con importante dolor y pérdida visual severa.
cómo llegar
Salida 7 de la Ronda de Dalt (lado montaña)
Acceso directo desde la calle Josep María Lladó nº 3.
GPS
Coordenadas para navegador GPS: 41º 24’ 38” N - 02º 07’ 29” E
Josep Mª Lladó
Estaciones de autobús más próximas:
Parada 1540. Rotonda de Bellesguard. Autobús 60
Parada 0071. Ronda de Dalt - Bellesguard. Autobuses 60, 123, 196
60, 196
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RONDA DE DALT
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