la dignidad del hombre

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LA DIGNIDAD DEL HOMBRE
EN CUANTO IMAGEN DE DIOS
Tomás de Aquino ante sus fuentes
Elisabeth Reinhardt
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE
EN CUANTO IMAGEN
DE DIOS
Tomás de Aquino ante sus fuentes
EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A.
PAMPLONA
«Si el mundo ha salido de las manos de Dios,
si Él ha creado al hombre a su imagen y semejanza y le ha dado una chispa de su luz, el
trabajo de la inteligencia debe –aunque sea
con un duro trabajo– desentrañar el sentido
divino que ya naturalmente tienen todas las
cosas; y con la luz de la fe, percibimos también su sentido sobrenatural, el que resulta de
nuestra elevación al orden de la gracia».
San Josemaría Escrivá de Balaguer
(Es Cristo que pasa, n. 10)
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN ..........................................................................
15
Parte I
EL HOMBRE CREADO A IMAGEN DE DIOS
Capítulo I
EL LUGAR DEL TEMA EN LA SUMMA THEOLOGIAE
1.
2.
3.
4.
La discusión acerca de la estructura ........................................
La situación de la q. 93 en la prima pars .................................
La estructura interna de la q. 93 ............................................
Relación de la q. 93 con la secunda y tertia pars ......................
27
30
36
42
Capítulo II
LA EXÉGESIS TOMASIANA DE GEN 1, 26-27
1. El texto en la q. 93 .................................................................
2. El texto en los demás escritos .................................................
a) Esencia y atributos de Dios ...............................................
b) La Trinidad de Personas ....................................................
c) En relación con la cristología ............................................
d) La creación del hombre .....................................................
e) La Providencia divina ........................................................
f ) La Teología Moral .............................................................
3. Relación de estos lugares con la q. 93 .....................................
45
47
47
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10
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE EN CUANTO IMAGEN DE DIOS
Capítulo III
APROXIMACIÓN METAFÍSICA A LA NOCIÓN
DE «IMAGEN DE DIOS»
1. Elementos para una noción de imagen ...................................
a) Lo imitado o el contenido de la imitación ..........................
b) Los extremos de la imitación: modelo e imagen .................
2. La imagen de Dios en el orden creado ...................................
a) La semejanza secundum speciem .........................................
La intellectualis natura .......................................................
Las criaturas no intelectuales .............................................
Las criaturas intelectuales más perfectas ............................
La criatura corpóreo-espiritual ..........................................
b) La relación ........................................................................
La causalidad eficiente ......................................................
La causalidad ejemplar ......................................................
La relación de la criatura al Creador ..................................
La expresión ad imaginem .................................................
61
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74
76
78
78
81
82
84
Capítulo IV
REFERENCIAS TRINITARIAS Y CRISTOLÓGICAS DE LA IMAGEN
1. Según la unidad de Esencia y la Trinidad de Personas ............
a) La imagen de Dios según la unidad de esencia ..................
b) La imagen de Dios según la Trinidad de Personas .............
c) Imagen de Dios Trino y conocimiento de la Trinidad ........
2. El Verbo-Imagen, y el hombre ad imaginem ...........................
a) El Verbo, Imagen perfecta .................................................
b) «Per quem omnia facta sunt» ............................................
c) «Ad imaginem per Verbum» ..............................................
d) El Verbo Encarnado ..........................................................
90
90
91
96
97
97
98
100
102
Capítulo V
LA NOCIÓN DE IMAGO CREATIONIS
1. Naturaleza intelectual e imago creationis .................................
a) La inmortalidad del alma ..................................................
b) El obrar natural del hombre ..............................................
c) El hombre, «dueño de sus actos» .......................................
d) El conocimiento de la ley natural ......................................
105
110
111
113
114
ÍNDICE GENERAL
2. La condición corpóreo-espiritual ...........................................
a) La unidad de la persona humana por el alma espiritual .....
b) La condición corporal de varón y mujer ............................
3. Relación con Dios y con el mundo ........................................
4. Permanencia de la imago creationis y referencia sobrenatural ....
a) La duración en el tiempo ..................................................
b) La potencia obediencial ....................................................
c) La relación con la gracia y la bienaventuranza eterna .........
11
115
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118
121
121
122
124
PARTE II
POSIBILIDADES Y CONSECUENCIAS
DE LA IMAGEN NATURAL
Capítulo I
EL VERBO ASUME UNA NATURALEZA HUMANA
CREADA AD IMAGINEM DEI
1. Textos de la Sagrada Escritura ................................................
2. La Encarnación desde la doctrina de la imagen ......................
131
134
Capítulo II
«HIJOS DE DIOS POR CREACIÓN» E «HIJOS
DE DIOS POR ADOPCIÓN»
1. Presentación de los textos .......................................................
a) El comentario a las Sentencias ............................................
b) La Summa Theologiae ........................................................
c) El comentario a la Oración Dominical ..............................
2. Filiación e Imagen .................................................................
3. Síntesis doctrinal ...................................................................
4. Fuentes de ambos niveles de filiación .....................................
5. La «novedad» de la doctrina de Santo Tomás .........................
140
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150
Capítulo III
DINAMISMO Y ESTABILIDAD DE LA IMAGEN
1. La llamada a la perfección ......................................................
2. El dinamismo de la imagen como semejanza progresiva .........
3. Estabilidad y dinamismo ........................................................
154
159
161
12
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE EN CUANTO IMAGEN DE DIOS
Capítulo IV
LA IMAGEN A LA LUZ DE LOS TRASCENDENTALES
UNUM Y BONUM
1. Planteamiento teológico y filosófico .......................................
2. Imagen y semejanza en la perspectiva de los trascendentales ...
a) El trascendental unum ......................................................
b) Nueva consideración del trascendental unum ....................
c) Los trascendentales unum y bonum ...................................
3. Los trascendentales y el perfeccionamiento del hombre .........
4. La relación entre ética y metafísica .........................................
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171
173
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177
Capítulo V
LA VERDAD ONTOLÓGICA Y ÉTICA DEL HOMBRE
1. Textos de Santo Tomás sobre la veritas del hombre ................
a) La virtud de la veracidad ...................................................
b) La veritas vitae en el marco de la triplex veritas ..................
2. La veracidad y la veritas vitae en relación con la definición de
la verdad ................................................................................
3. Síntesis conclusiva .................................................................
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191
Capítulo VI
LA VISIÓN BEATÍFICA
1. El texto de I Io 3,2 en los escritos de Santo Tomás .................
a) Posibilidad y modo de la visión beatífica ...........................
b) Visión beatífica y semejanza ..............................................
c) La felicidad de la visión beatífica .......................................
d) Aspectos concomitantes de la visión beatífica y de la felicidad
e) La plenitud de la filiación divina .......................................
2. Síntesis histórico-teológica .....................................................
a) Aportación teológica .........................................................
b) La perspectiva histórica .....................................................
196
196
202
202
204
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207
207
209
ÍNDICE GENERAL
13
PARTE III
ASPECTOS DE LA CONDICIÓN CORPÓREO-ESPIRITUAL
Capítulo I
INFINITUD DE DIOS Y ESPACIALIDAD DEL ENTE FINITO
1.
2.
3.
4.
El punto de partida ................................................................
Noción de infinitud. El tema de los «dos infinitos» ................
Noción de espacio .................................................................
Espíritu y espacio – materia y espacio ....................................
215
216
219
222
Capítulo II
LA DISCUSIÓN SOBRE EL MONOPSIQUISMO
EN EL COMPENDIUM THEOLOGIAE
1.
2.
3.
4.
El contexto ............................................................................
La trayectoria de la crítica tomasiana al monopsiquismo ........
El texto del Compendium Theologiae ......................................
Reflexión sobre la crítica realizada en el Compendium Theologiae
229
230
233
238
TABLA DE ABREVIATURAS .............................................................
241
LUGARES ORIGINALES DE EDICIÓN ...............................................
243
INTRODUCCIÓN
La verdad teológica sobre el hombre se fundamenta en las palabras siempre actuales que se encuentran en el pórtico de la Revelación: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza»
(Gen 1, 26-27). El Magisterio de la Iglesia no deja de recordarlas
cuando habla de la dignidad del hombre. El último Concilio parte de ellas al exponer este tema en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes 1. Entre los Romanos Pontífices en torno al Concilio,
es Juan Pablo II quien se refiere con mucha frecuencia a las palabras del Génesis –ya desde su primera encíclica– para destacar el
valor de cada hombre por el don originario de haber sido creado
a imagen y semejanza de Dios y para hablar de la dignidad natural y sobrenatural de todo ser humano2.
Estos versículos del Génesis han atraído desde el inicio del
cristianismo las inteligencias que buscan la verdad sobre el hombre. Aparte de algunas diferencias de interpretación según criterios confesionales, su contenido es generalmente aceptado por los
teólogos. Por eso se presta a extraer las aportaciones de cualquier
época, hasta hoy3. En los siglos medios vino a ser la clave de bóveda en las consideraciones sobre el hombre, contando con la herencia patrística, en particular de San Agustín.
1. CONC. VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, n. 12.
2. JUAN PABLO II, Enc. Redemptor hominis, 4-III-1979, nn. 8, 9 y 13. Es significativo que las encíclicas que con particular frecuencia remiten a la realidad de la
imagen divina en el hombre sean las de contenido moral: Evangelium vitae (25-III1995) y Veritatis splendor (6-VIII-1993).
3. Véase, desde el punto de vista dogmático, el artículo «Gottebenbildlichkeit»,
III. de Leo Scheffczyk, en 3LThK, 4, 874-875. Puede verse también el extenso artículo «Bild Gottes», en TRE, 6, 491-515, que se detiene además en la tradición judía y en el pensamiento de la Reforma protestante.
16
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE EN CUANTO IMAGEN DE DIOS
Entre los teólogos medievales que se ocuparon con más detenimiento de este tema destaca Tomás de Aquino, tanto por la frecuencia con que cita el texto bíblico como por la profundización
especulativa. Su fuente principal es, sin duda, Gen 1,26-27 y la interpretación patrística del texto revelado: la asume no a modo de
glosa o método comparativo, sino en su valor de verdad. Por ello es
capaz de unir, en esa profundización, la tradición occidental y la
oriental. Por ejemplo, en el análisis de la noción de «imagen» su
fuente preferente es San Hilario y en la referencia trinitaria, San
Agustín; en cambio, para desarrollar el dinamismo de la imagen
divina en el hombre se basa en la definición de san Juan Damasceno que resalta el papel de la libertad. También en el uso de las
fuentes filosóficas integra dos tradiciones, la aristotélica y la neoplatónica, sin pasar por alto los trabajos de sus contemporáneos. Se
percibe una jerarquía de fuentes, donde ocupa el lugar más alto la
Sagrada Escritura, luego la voz de los Padres de ambas tradiciones,
los teólogos y finalmente la sabiduría humana de la Antigüedad
clásica. Todo ello se integra de manera sistemática en una visión
amplia y profunda del hombre en cuanto imagen de Dios. Aunque
la intención directa del libro que aquí se presenta no es el uso de
las fuentes, se trasluce en los diversos estudios que lo componen.
Con todo es una monografía de carácter teológico-histórico.
La aportación del Aquinate le ha valido, en el siglo veinte, el
título de Doctor humanitatis, por su talante universal y su enseñanza sobre el hombre. Fue Juan Pablo II quien dijo, en su mensaje
al VIII Congreso Tomista Internacional reunido en Roma en 1980,
que Santo Tomás no sólo merecía ser llamado el Doctor Communis Ecclesiae, sino también el Doctor humanitatis, porque siempre
estaba dispuesto a acoger los valores humanos de todas las culturas4. Diez años más tarde, hablando a los participantes del siguiente congreso, el Papa volvió a referirse a ese nuevo título. Le
parecía muy adecuado, porque afirma de forma clara –decía– la
dignidad de la naturaleza humana, enaltecida por la relación con
Cristo Redentor; también, porque formula de modo exacto el carácter perfectivo de la gracia y, finalmente, por la importancia que
concede a la razón humana en el conocimiento de la verdad y en
4. JUAN PABLO II, Alocución a los participantes en el VIII Congreso Tomista Internacional (13-IX-1980), AAS, 72,2 (1980) 1036-1046.
INTRODUCCIÓN
17
las cuestiones ético-sociales. Por eso, continuó Juan Pablo II, si se
consideraba a Santo Tomás como un Doctor Divinitatis en cuanto
teólogo, era también el Doctor humanitatis por la relación esencial
que establece entre el tratado De homine y el De Deo Creatore, y
con la Moral entendida como motus rationalis creaturae in Deum,
una conexión que se refleja en la misma estructura de la Summa
Theologiae. Es ésta una concepción del hombre, añadía el Pontífice, que adquiere particular importancia en un ambiente que pretende una ética secularizada y una visión «laica» del hombre5. En
el mensaje al último congreso internacional, del 21 al 25 de septiembre de 2003, sobre «L’umanesimo cristiano nel terzo millennio», Juan Pablo II reafirmó el título de Doctor humanitatis y destacó que para Tomás de Aquino el hombre es por naturaleza capax
Dei, en cuanto inteligente y libre, con los propios deberes y derechos en relación con los demás, y vínculo de unión entre los dos
grandes sectores de la realidad, el de la materia y del espíritu, perteneciendo con pleno derecho tanto al uno como al otro. No
dudó en afirmar que el Aquinate puede válidamente seguir orientando la reflexión contemporánea sobre el hombre6.
* * *
Según la sugerencia de Juan Pablo II, entre los diversos aspectos que este tema ofrece a la investigación hay uno de especial importancia actual, que es la imagen divina impresa en el hombre
5. JUAN PABLO II, Alocución a los participantes en el IX congreso Tomista Internacional (29-IX-1990), AAS, 83,1 (1991) 404-410. Por el interés actual de la concepción aquiniana del hombre, particularmente en su dignidad natural, transcribo las palabras de Juan Pablo II (ibid., 406): «È il carattere che manca all’etica secolarizzata,
legata com’essa è a principi filosofici voluntariamente areligiosi o irreligiosi nel quadro
di una concezione della vita, del dovere e dello stesso destino dell’uomo, che oggi si
vuol dire laica. Qualifica questa, di significato quanto meno ambiguo, che è alla radice di tanti malintesi ed equivoci sui rapporti tra la religione, da una parte, e il pensiero, l’etica, le moderne scienze dell’uomo, dall’altra. Una simile concezione pecca già a
livello del concetto di natura, giacchè questa, di per sé, in quanto creata da Dio, tende
al suo Principio. Proprio su questo punto cruciale –che a livello cristiano si traduce nel
rapporto tra ragione e fede– ha gettato e può ancora gettare una luce decisiva l’antropologia tomasiana».
6. JUAN PABLO II, Alocución a los participantes en el Congreso Tomista internacional (20-IX-2003), en Atti del congresso internazionale su l’umanesimo cristiano: la
prospettiva di Tommaso d’Aquino, 21-25 Settembre 2003, Pontificia Academia Sancti Thomae Aquinatis, I, Città del Vaticano 2004, p. XVII.
18
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE EN CUANTO IMAGEN DE DIOS
por razón de su naturaleza, que el Doctor de Aquino –siguiendo la
Glossa Ordinaria– denomina imago creationis. En efecto, si se entiende rectamente naturaleza y gracia, como lo hace el Aquinate, es
posible discernir de modo claro la dignidad natural y sobrenatural
del hombre. Esta doctrina se trasluce en su exposición sobre la
condición del hombre creado a imagen y semejanza de Dios que se
encuentra desarrollada en distintos lugares de sus obras, sin que
esté sistematizada. Por eso la investigación sobre la imagen creatural en el hombre no justificado –y prescindiendo del estado hipotético pero posible de la natura pura– puede aportar las bases para
comprender mejor la distinción y conveniencia de la imagen sobrenatural. El estudio de la doctrina de Santo Tomás sobre la
imagen natural o imago creationis, que es el objeto principal de
este libro, pone de manifiesto que el hombre es teocéntrico por
naturaleza y que por tanto no pierde nunca esta ordenación a Dios,
aunque subjetivamente pueda no reconocerla. Al ser capax Dei por
la «imagen espiritual» que Dios puso en él, es también capax gratiae y capax beatae cognitionis, sin que estas dos últimas perfecciones de la imagen sean debidas a la naturaleza humana.
El recto enfoque de este tema permite evitar diversas extrapolaciones: una, que restringe la dignidad humana exclusivamente a
la salvación obrada por Cristo y considera al hombre «profanado»
por el pecado, desprovisto –sin referencia a Cristo– de la imagen
de Dios con que fue creado; otra, que exagera la dignidad natural
del hombre, considerándolo cristiano implícitamente por el mero
hecho de ser persona, o bien, difuminando la gratuidad absoluta
de lo sobrenatural. El método que se va a seguir en este estudio
consiste en recoger los textos del Doctor Angélico, de modo sistemático, comparando unos con otros desde su mismo contenido y
en su contexto, para responder a la pregunta ¿qué dice Santo Tomás qué es la imago creationis y qué perspectivas abre desde la
economía de la salvación?
Es un hecho el interés creciente por el estudio de Santo Tomás en los últimos años; basta recordar revistas nuevas y antiguas,
páginas Web y reuniones científicas. También se sigue investigando sobre el tema de la imago Dei 7. A pesar de la actualidad del tema,
7. Entre los trabajos recientes se pueden mencionar: Klaus KRÄMER, Imago Trinitatis. Die Gottebenbildlichkeit des Menschen in der Theologie des Thomas von Aquin
INTRODUCCIÓN
19
no todo lo recogido en este volumen será novedoso, pero sí el
desarrollo detallado y sistemático de la base natural de la imagen
y algunos de los aspectos que se abren a la investigación cuando
se profundiza en los escritos del Angélico.
* * *
Aunque el lector ya habrá detectado mi interés preferente por
Tomás de Aquino, quiero añadir una explicación. Desde mi primera andadura en filosofía y teología me han llamado la atención
los escritos aquinianos. Con esta motivación y mi interés por el
tema de la imago Dei, al terminar mis estudios en la Universidad
de Navarra, acudí al Prof. Luis Alonso, escriturista y talento especulativo, para plantear mi tesis doctoral en teología. Me comentó
que estaba poco estudiada la noción de imago creationis. En la dirección del trabajo intervino también el Prof. Lucas Francisco
Mateo-Seco, experto en patrística y teología sistemática, a quien
debo valiosas sugerencias sobre los aspectos trinitarios y cristológicos de la imagen. La tesis doctoral es deudora, por tanto, de dos
profesores. La parte central, que contiene la aportación sobre la
imago creationis, se publicó en su momento como excerptum 8.
Mi dedicación profesional a la teología no fue inmediata. Pasado un tiempo comencé la docencia en la Facultad de Teología
de la Universidad de Navarra. Empecé a impartir Historia de la
Teología en el Instituto de Historia de la Iglesia, que se hallaba bajo
la dirección del Prof. Josep Ignasi Saranyana. Fue quien me introdujo en las riquezas de la teología medieval y bajo su orientación
emprendí también diversas tareas de investigación. El contacto
con institutos especializados de distintos países me ha reafirmado
(«Freiburger theologische Studien», 164), Herder, Freiburg i. Br. 2000; es una tesis
doctoral que, como indica el título, se centra en los aspectos trinitarios. Otra tesis
doctoral aborda más los aspectos filosóficos, particularmente las fuentes, la causalidad y participación en la creación, y la imagen de Dios en relación con el fin: Luca
BRENNA, L’immagine di Dio in san Tommaso d’Aquino: l’uomo alla luce di St I,93,
Thesis ad doctoratum in philosophia totaliter edita, Pontificia Università della Santa Croce, Roma 2004. Entre los manuales de antropologia destaca: Abelardo LOBATO
(dir.), El pensamiento de Santo Tomás de Aquino para el hombre de hoy, Edicep, Valencia 1995-2003, 3 vols.
8. La «imago creationis» según Santo Tomás de Aquino, en «Excerpta e Dissertationibus in Sacra Theologia», IX (Pamplona 1985) 381-466.
20
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE EN CUANTO IMAGEN DE DIOS
en mi interés por los estudios medievales. Menciono especialmente el Thomas-Institut de la Universidad de Colonia, el Grabmann-Institut de la Universidad de Munich, el Albertus-Magnus-Institut en Bonn, el Hugo von Sankt Viktor-Institut de
Frankfurt y el Centro di Studi Gioachimiti en San Giovanni in
Fiore, Calabria. Entre los medievalistas de diversas especialidades
he aprendido sobre todo de Albert Zimmermann, a quien pude
escuchar en algunas reuniones científicas y con quien tuve la oportunidad de conversar sobre la vigencia de la filosofía de Tomás de
Aquino. En las actividades del Thomas-Institut pude escuchar
también al Prof. Jan A. Aertsen y al Prof. Andreas Speer, actual
director del mismo. El contacto con el grupo investigador del
Prof. Matthias Lutz-Bachmann, de la Johann-Wolfgang-Goethe
Universität de Frankfurt am Main, me hizo posible conocer mejor el pensamiento del siglo XII. Han sido fructíferos también los
encuentros con la investigadora argentina Celina A. Lértora Mendoza y, en el ámbito portugués, con la Prof. Maria Cândida Pacheco, organizadora del último congreso mundial de la Société
Internationale pour l’Étude de la Philosphie Médiévale en 2002,
sin olvidar el congreso anterior de la misma sociedad en Erfurt,
donde pude conversar con el Prof. Simo Knuutila, medievalista
finlandés. Entre los estudiosos de Santo Tomás he podido conocer al Prof. Abelardo Lobato, Presidente de la Pontificia Accademia di San Tommaso, al Prof. Eudald Forment de la Universitat
de Barcelona y al Prof. Jean-Pierre Torrell de la Universidad de
Fribourg, de quienes he podido obtener valiosas ideas. Finalmente, por sugerencia del actual director del Instituto de Historia de
la Iglesia, Prof. Marcelo Merino, ha surgido la oportunidad de reunir en un volumen tanto el núcleo de aquel primer trabajo como las
publicaciones afines que he elaborado posteriormente.
* * *
Después de explicar el origen de este libro procede decir algunas palabras acerca de la organización del contenido y sus características. No espere el lector una síntesis integradora y perfectamente estructurada. Más bien se trata de escritos reunidos a modo
de itinerario que recorre despacio y con detalle un tramo del camino, para adentrarse después en distintos senderos que ofrecen
nuevas vistas o presentan desde distintos ángulos las ya conoci-
INTRODUCCIÓN
21
das. Esos avances no son sistemáticos, sino que obedecen a circunstancias o intereses del momento. Un modo de proceder así tiene
ventajas e inconvenientes. Las ventajas son, ante todo, materiales
en cuanto al ahorro de tiempo en la elaboración. Pero, a la vez,
las diversas aportaciones posteriores a este primer estudio compacto y seco prestan una cierta variedad al desplegar algunos aspectos que habían quedado sólo insinuados o incoados en aquella
investigación primeriza; esto permite recordar y considerar, bajo
nuevos aspectos, cosas ya leídas anteriormente. Dejo al juicio del
lector si realmente se trata de ventajas. Los inconvenientes, desde
el punto de vista científico, saltan a la vista. La bibliografía no está
actualizada en sentido absoluto, sino conforme a las fechas de publicación de los distintos escritos. He incorporado esos estudios
según un orden temático, no cronológico; por ello la bibliografía
no está actualizada por igual en todas las partes del volumen, sino
que se puede llamar una bibliografía progresiva, que vale también
para las aportaciones más antiguas. Tampoco he pretendido que
la bibliografía fuera exhaustiva sino más bien selectiva, con un
fuerte protagonismo de los propios escritos de Santo Tomás, relacionados entre sí y sometidos a reflexión personal. La mayoría de
los trabajos ya publicados se recoge en su forma original, otros en
cambio se han acortado para evitar repeticiones. Con todo, no se
ha eliminado todo lo reiterativo. Además, el esquema del contenido puede resultar, en ocasiones, forzado. No obstante, por encima de ventajas y deficiencias, queda la intención de acercar la
enseñanza antropológica del Aquinate al ambiente intelectual de
hoy, dejándola «en su ser», sin modernizarla, por si el lector llega
a sintonizar con lo perenne del pensamiento aquiniano, más allá
de la categoría de lo «medieval». Tal vez llegue a intuir, a partir de
los textos del Doctor Común y sin reparar en el estilo de su presentación, la importancia de aquella propuesta de Tomás en su
comentario a De caelo et mundo: más que saber lo que pensaron
los hombres importa alcanzar la verdad de las cosas9.
El libro está estructurado en tres partes. La base se encuentra
en la primera parte, que desarrolla de modo sistemático la dignidad natural del hombre creado a imagen de Dios, según la expre9. In De caelo et mundo, I, 1, 22, Marietti, n. 228.
22
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE EN CUANTO IMAGEN DE DIOS
sión imago creationis. El contenido de esta parte es sustancialmente
el excerptum publicado de la tesis doctoral, pero lo preceden dos
capítulos inéditos que sirven de algún modo para la comprensión
de ese núcleo del estudio. El primero de ellos enfoca el lugar que
ocupa el tema del hombre creado a imagen de Dios en la estructura de la Summa Theologiae; no es arbitrario, sino que refleja un
modo de concebir al hombre, considerado sub ratione Dei y en relación con toda la doctrina revelada. El segundo capítulo se centra
en la base bíblica, Gen 1,26-27, analizando la frecuencia e importancia que concede el Aquinate a este texto. Los restantes capítulos
de esta parte desarrollan la noción de «imagen» en una aproximación metafísica y los principales aspectos teológicos. Todo ello refleja también las fuentes que utiliza Santo Tomás.
La segunda parte desarrolla con más detalle algunos temas teológicos y filosóficos, más o menos implícitos en la imago creationis, como son las referencias cristológicas, la relación con la gracia
y algunas implicaciones morales como, por ejemplo, el crecimiento en virtudes que conlleva una semejanza cada vez mayor
con Dios. Cierra este grupo de artículos un estudio dedicado a la
plenitud de la imagen divina según I Io 3,2, que corresponde a la
felicidad eterna y viene a ser la culminación de la verdad revelada
en Gen 1,26-27. En los capítulos referentes a la dimensión moral
se manifiesta la unión entre la tradición occidental y la oriental.
Por último, la tercera parte recoge dos estudios que guardan
sólo una relación remota con el tema de la imagen, pero son importantes en la antropología aquiniana en cuanto permiten apreciar los fundamentos metafísicos de la condición corpóreo-espiritual
del hombre. El primero se ocupa, por una parte, de la condición
espacial de las criaturas corpóreas en comparación con las criaturas puramente espirituales o ángeles y con el hombre en cuanto
corpóreo-espiritual; por otra parte, trata de la relación de las criaturas en su diversa constitución ontológica, con Dios que es Infinito. El segundo estudio versa sobre un tema polémico, particularmente enconado durante la segunda docencia parisina de
Santo Tomás. Es la discusión sobre el monopsiquismo que, como
se sabe, postulaba un intelecto único para todos los hombres, al
hilo de la interpretación averroísta de Aristóteles. Ante esta desviación, que Van Steenberghen ha llamado «aristotelismo heterodoxo», Santo Tomás defendía la naturaleza espiritual del alma hu-
INTRODUCCIÓN
23
mana y concretamente el intelecto como potencia cognoscitiva
propia de cada hombre, entre otros motivos porque estaba en
juego la inmortalidad del alma humana y la escatología intermedia; esta defensa –en definitiva– de la causalidad propia de las criaturas conforme a su estructura ontológica, se encuentra en algunas
obras aquinianas de esa época y se estudia aquí en el Compendium
Theologiae, que se puede considerar la última discusión del Aquinate sobre este tema.
Es evidente que todos estos escritos reunidos en forma de libro, como ya he advertido, no forman un conjunto proporcionado
y perfectamente articulado. En efecto, algunos aspectos quedan
más acentuados, como por ejemplo la referencia cristológica, mientras que la dimensión trinitaria –igualmente importante– recibe
menos atención. No obstante, lo que aquí se ha recopilado, se encuentra también de algún modo unido internamente, en último
término debido al propio pensamiento de Santo Tomás en su conocida coherencia.
* * *
Llega el momento de los agradecimientos, que en este caso son
más que una formalidad o cortesía. Además de los dos profesores
que intervinieron en mi tesis doctoral, va mi agradecimiento para
la Facultad de Teología que hizo posible, en su momento, la publicación del excerptum y ahora facilita la edición de todo este
material. Mi agradecimiento a la Facultad de Teología incluye también al personal administrativo, tanto de Secretaría como de la Biblioteca, que me han facilitado en todo momento la ayuda necesaria.
He antepuesto a esta publicación, a modo de dedicatoria, una
cita de San Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien he aprendido el
valor de cada persona en cuanto imagen de Dios, y cuya enseñanza sobre la significación del mundo y del hombre en el mundo he
tenido presente al adentrarme en los escritos de Santo Tomás.
Pamplona, 28 de enero de 2005
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